Una estúpida plática interna

El error más grande del humano, o quizá, de la madre naturaleza, fue desde el momento en que éste comenzó a hablar. Tal vez no es más que un proceso del cual nadie se entera, el cual era necesario, el cual nadie hubiera podido cambiar. Quizá la vida no es tan cruel y todo lo que ha pasado y nos ha llevado al lugar en donde nos encontramos no sea nuestra culpa, quizá no es nuestra culpa que millones de personas mueran de hambre, que cada vez haya menos especies, que inmensidad de gases dañinos para nuestro organismo se estanquen en la troposfera, que el gobierno se aproveche del pueblo, que existan asaltos, que haya mentiras, odio, rencor, envidia, avaricia, intolerancia, miedo y felicidad. No es tu culpa que yo esté escribiendo esto y sin embargo, lo estás leyendo.

 

Yo no elegí nacer en la familia en la cual estoy, tú tampoco. Es tan fácil como poner el dedo encima de un insecto, un insecto más pequeño que tú, tan fácil como morir, aunque no tan fácil como nacer. Quizá uno pensaría que daría lo mismo que en lugar de llamarme Kevin, me llamara Pedro, soy el mismo cuerpo, sin embargo, ahora me llamo Pedro, ¿En verdad soy el mismo?

 

Sí, estoy vivo, eso es lo que me han dicho, y sin embargo no lo siento, porque a pesar de tener una meta de vida, no tengo una meta de ser, pues simplemente no me explico por qué alguien querría que yo viviera sin antes saber lo que soy. Podría pensarse que mi forma de pensar es una forma muy humana de pensar, es decir, nada increíble que leer,  pero entonces yo me pregunto; ¿Qué es exactamente lo que me lleva a hacer lo que hago?

 

Mi cerebro no me deja idealizar a un ser superior a todos los demás juntos en este planeta, de acuerdo, descartado, tampoco me deja idealizar a un humano que tenga la razón absoluta, de acuerdo, descartado, no me deja idealizar a una sociedad totalmente feliz, de acuerdo, descartado, pero vamos, si mi mente es tan pesimista y destructora, ¿Por qué no me siento como un enfermo mental?

 

 -Espera, un enfermo mental por supuesto que no se da cuenta de que lo está, simplemente lo está

 

-Espera tú, yo estoy completamente seguro de lo que digo y escribo

 

 -Ya veo, supongo que sí, como es tan normal escribir las conversaciones que tienes contigo mismo, debe ser así

 

Yo sé qué es lo que busco, yo sé cuál es mi sueño imposible, sin embargo no sé qué sería de ese sueño sin ese motor tan insignificante que me perturba cada vez que quiero hacer algo difícil, algo que en otro espacio quizá se me haría imposible, y sin embargo no lo sé, quizá sería lo mismo, y me sigo dando de topes con la pared tratando de descifrar para lo que cada uno vive, por supuesto no llegando al resultado en concreto, simplemente haciéndolo indefinidamente sin conseguirlo. ¿Quién diría que una persona se convirtió en mi motor, y que su gasolina es lo inalcanzable que es para mí?

 

Posiblemente me debería sentir triste, pero no, a pesar de que ese ser que tanto deseas esté lejos de tus manos, uno se siente feliz porque le es así posible hacer lo que uno hace, así tratando de cambiar mi infelicidad por la felicidad de terceros, lo cual a la vez también me hace feliz.

 

No le encuentro chiste a hacer todo lo que un humano hace a lo largo de aproximadamente 80 años, y sin embargo voy fabricando algo alcanzable para algunos seres, a costa de lo inalcanzable que es para mí ese otro ser.

 

En sí, quisiera no tener la oportunidad de decir esto, de escribir esto.

 

-Sólo eres joven, no sabes lo que dices

 -Quizá, sin embargo, estas ideas son muy valiosas para mí, puesto que es posible que en la madurez de mi adultez, no vuelvan nunca. ¿Por qué no compartir con otros lo que uno puede mientras puede?

 

-¡Osh, adolescentes!