ARIES ACUARIO
Fuego - Cardinal - Positivo Aire - Fijo - Positivo
Regido por Marte Regido por Urano
Símbolo: el Carnero Símbolo: el Aguador
Fuerzas diurnas Masculino Fuerzas diurnas - Masculino
La relación ARIES-ACUARIO
Empezaron el verso, pero nunca lo terminaron...
Aries y Acuario tienen este elemento sobresaliente en común: ambos se sienten curiosamente atraídos porcualquier cosa nueva hasta que le extraen toda la diversión y la verdad. Entonces se deshacen de ella y pasan ala próxima aventura nueva y excitante. Estos dos no miran atrás ni lloriquean por el pasado, si son
representantes típicos de sus signos solares. Para el Carnero, el hoy es siempre mucho más emocionante queel ayer. Para el Aguador de Acuario, el mañana es mil veces más fantástico que el ayer o el hoy.
De vez en cuando, se apartan por separado del carril del tiempo, en algún punto situado entre el pasado, elpresente y el futuro, y chocan frontalmente el uno con el otro, en un encuentro que no forma parte delitinerario consciente de ninguno de los dos. Siempre se trata de un encuentro interesante, y predestinado,
planeado en una instancia superior mucho antes de que cualquiera de los dos hubiera nacido. Aries y Acuario
son influidos por la vibración de signos solares 3-11, y la fusión de sus auras los lleva a las experiencias
compartidas del viaje, la educación y el descubrimiento espiritual... y a los recuerdos kármicos de
reencarnaciones anteriores, así como a las esperanzas, los deseos y los ensueños de la existencia actual. Ya
veis por qué se encuentran recíprocamente fascinantes.
Los Aries se precipitan sobre las cosas con una dedicación total (por el momento), entusiasmados y
totalmente comprometidos con lo que está ocurriendo. Acuario es igualmente entusiasta, pero esta gente no se
precipita sobre nada. Los Aguadores abordan todas las experiencias con un desapego premeditado, husmean,
se rascan la cabeza y agitan las orejas... desde una distancia segura. Así pueden disfrutar de ellas sin
complicarse ni atarse. Por supuesto esta sutil diferencia psicológica no os ayudará a diferenciar los cuando os
crucéis con ellos por la calle. Pero hay otros medios.
Es posible que el Carnero corra, con la cabeza gacha, arrojando confetti y disparando bengalas. Es posible
que el Acuario pedalee en un uniciclo, masticando un rábano encurtido, y haciendo girar un hula hoop, con un
quetzal amigo posado sobre el hombro. Ambos se destacan en medio de la multitud.
Uno de los significados de la vibración 3-11 entre amigos, parientes, socios, amantes o cónyuges es: la
obligación kármica. La asociación o relación implica ya sea un intercambio de grandes bienaventuranzas y
dichas... o una gran aflicción que uno le produce al otro, quizás en forma de Aligación o responsabilidad, con
efectos de largo alcance sobre la vida de ambos.
El Acuario que tiene la dicha de contar con un amigo Aries que lo (o la) acompaña durante largos meses
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de tribulaciones o enfermedad (personal o en la familia), cuando nadie se preocupa o lo ayuda... puede
preguntarse: «Por qué lo ha hecho?». El Carnero se limita a devolver un favor de una vida (sepultada en el
inconsciente) durante la cual recibió una ayuda análoga. Quizás en el curso de este proceso, el Carnero recibe
una dosis de esclarecimiento que lo encarrila hacia una carrera futura, hacia una meta o un sueño inesperado
que no le habría sido revelado de ninguna otra manera, salvo en aquellas circunstancias en que el Carnero le
ofrece ayuda al Acuario. Al invertir los signos se puede presentar la misma situación, con muchas variaciones
en el tema.
Otro Acuario administra los negocios de un Aries. y le evita problemas al Carnero con los recaudadores de
impuestos y los acreedores, le desbroza las marañas financieras y le consigue préstamos milagrosos en
condiciones imposibles... motivado inconscientemente por el recuerdo que lleva en el alma de la ayuda
monetaria que recibió de Aries en otra época y en otro lugar... y así paga una deuda kármica. Un hombre
Aries tiene un íntimo amigo de su mismo sexo, cuya esposa Acuario ve la amistad con malos ojos. Ella recela
ilógicamente del Carnero, y él, a su vez, experimenta una tensión inexplicable cuando ella entra en la
habitación. Es posible que al final el Carnero descalabre el matrimonio de su amigo con la mujer Acuario... o
que la esposa Acuario impida que el Aries continúe una amistad valiosa con su marido. El desenlace depende
del grado de evolución al que han llegado el Carnero y el Aguador a la hora del conflicto. El Karma es
complicado.
El bien o el mal que estos dos signos solares (o cualesquiera otros dos signos influidos por la vibración 311)
se aportan mutuamente no es casi nunca de poca envergadura. El contacto no es casual, y ellos ejercen
poco control consciente sobre su resultado. Sin embargo, si Aries y Acuario meditan sobre las leyes del
Karma, o la reencarnación, comprenderán por qué uno de ellos está dispuesto a ayudar al otro, y aprenderán a
aceptar el favor de buen grado. O comprenderán la situación inversa —por qué los dos continúan
maltratándose insensatamente el uno al otro— y merced a esta comprensión, podrán poner fin a la
configuración kármica mediante el sencillo acto de cancelación del Karma que consiste en perdonar y olvidar.
De lo contrario, no harán más que acumular obligaciones adicionales para vidas- futuras, en las cuales las dos
almas estarán encadenadas entre sí, en una sucesión interminable de estrechas relaciones, mediante la ley
inevitable de la atracción y repulsión magnética, de la acción y reacción.
Acuario es uno de los cuatro «signos humanos» del círculo astrológico. Los otros tres son
Géminis, Virgo y Libra (a menos que contemos al Centauro. el Sagitario mitad caballo y mitad humano). Por
consiguiente, las pasiones de Acuario son más controladas que las de los Carneros, cuyos amores y odios
instintivos los hacen actuar a menudo por puro impulso animal, o para la satisfacción personal del ego. Los
Acuario regidos por Urano suelen evadirse de la acción instintiva, enfilando hacia el mundo de la mente
superior... y el dominio de la intuición pura. Esto les concede a los Aguadores una misteriosa aptitud
parapsicológica o intuitiva.
A veces los Carneros también parecen ser clarividentes, pero en realidad no lo son, en el sentido estricto
de la palabra. Lo que ocurre es que se precipitan de cabeza en el foco de la situación, y la acción penetrante
de su planeta rector, Marte, les suministra la respuesta correcta. Aries va directa e inmediatamente al meollo
del problema, sin emplear ni la lógica ni el razonamiento racional: sencillamente lo obsesiona una necesidad
abrumadora de zambullirse y llegar al fondo del asunto. Los pantallazos más rápidos e intrincados de los
Acuario emanan de las longitudes de onda electromagnéticas con las que están sintonizados bajo la
influencia de su planeta rector. Urano, que simboliza la electricidad, entre otras cosas... y también el rayo.
Los Aguadores se limitan a captar una impresión del aire, o la absorben mediante una especie de ósmosis
eléctrica, sin gastar una décima parte de la energía que despliega Aries para llegar a las mismas conclusiones.
Aries y Acuario son esencialmente compatibles. Los une un cordón casi visible de comprensión. de
manera que incluso cuando discrepan vehementemente siempre pueden sustituir la tensión por la armonía
cada vez que se lo proponen. Se trata de la simpatía natural que existe entre el Fuego y el Aire, y de algo
más. Excepto cuando hay desavenencias inusitadas entre sus horóscopos, se trata de las posibilidades de
comunicación sin esfuerzo que están abiertas a todas las configuraciones de signos solares 3-11, en todos los
canales. La tercera casa astrológica simboliza la comunicación de todo tipo: visual, mediante la palabra
impresa, y también mediante la palabra hablada, incluyendo las mentes que hablan a las mentes, los
corazones que hablan a los corazones.
A los Carneros los acusan frecuentemente de ser soñadores ingenuos, poco prácticos. A los Acuario los
acusan a menudo de ser sencillamente chiflados. Ésta es otra razón por la cual los dos generalmente se llevan
tan bien. Ambos se sienten incomprendidos por el mundo y por todos sus habitantes. Ambos también piensan
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que marchan por el camino correcto, separada o conjuntamente, y que es el resto del mundo el que equivoca
el paso y está descarriado. Naturalmente, esto los hace confluir... para reconfortarse mutuamente y protegerse
recíprocamente del Sistema. Los Carneros son temerarios, los Aguadores están chalados... pero se las apañan
para entretejer estas cualidades trocándolas en complicadas redes de duendes, milagros, arco iris y hechizos
diversos. Así crean dirigibles de ensueños que, con gran sorpresa de las almas más sensatas, se remontan por
los cielos azules de algunas empresas personales y comerciales delirantemente prósperas.
La tolerancia de Acuario, inspirada por Urano, es un aislante que protege a la mayoría de los Aguadores
de la conmoción producida por los caprichos súbitos y los anhelos muy originales y creativos de Aries. Habrá
trances en los cuales los Carneros pensarán que Acuario no está totalmente en sus cabales, y en que Acuario
temerá no estar en condiciones de soportar los arranques de agresividad de Marte. Sin embargo, en general,
estos dos disfrutarán de una asociación demencia', fabulosa y singular. Acuario es un signo fijo, y por tanto
los Aguadores pueden ser, ocasionalmente, más que un poco tercos. Pero la terquedad no hará mella en Aries.
Sólo el amor y la bondad. En grandes dosis.
Es posible que los Aguadores intenten esclarecer a los Carneros con sus teorías acerca de la inmersión del
ego, aduciendo que esto genera paz y felicidad. Pero a Aries lo asusta sumergir el ego, tanto como sentirse
devorado por un túnel oscuro. «¿Dónde me deja eso a mí? ¿Dónde estaré yo, el Mí-de-Mí... en una especie
de vacío eterno?», se pregunta el Carnero. Los arianos nunca son expertos en el estado yoga del Nirvana.
Perder la conciencia de ti mismo... ¿eso es el éxtasis? En este instinto, Aries tiene intuitivamente razón
La mayoría de conceptos de Acuario están años luz por delante de su tiempo, y sin embargo no son más
infalibles o inmunes al error de juicio que las ideas de Aries... aunque de todas maneras la sabiduría uraniana
será vertida del pequeño cántaro marrón de Acuario, se la pidan o no. «Todos los problemas humanos emanan
del énfasis desmedido en las emociones y de la exageración del sentimiento personal», afirma Acuario.
«Las personas que niegan sus emociones y sepultan sus sentimientos personales son frías y desalmadas, y
están privadas de todo esclarecimiento y percepción», replica Aries.
Entonces... ¿a dónde van desde esa calle sin salida? Vuelven a sus duendes, milagros, arco iris... y dirigibles
de ensueños.
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Mujer ARIES Hombre ACUARIO
Entonces casi lloró, pero se dio cuenta de que ella se indignaría si en cambio reía.
Así que rió con una risa altanera, y en la mitad de ésta se quedó dormido.
Estos dos podrían pasarlo maravillosamente juntos, si la chica Aries sólo consiguiera meterse una cosa en la
cabeza. Cuando un hombre Acuario se ríe, es porque se siente muy triste. Cuando llora, es porque se siente
muy alegre.
Una vez que entienda este importante juego que él juega, se sentirá más cómoda con todas sus otras tretas.
Me refiero a los trucos que utiliza el Aguador para evitar que la chica adivine que él la ama. También a los
que emplea cuando ya lo ha adivinado y él no quiere que descubra la magnitud de su amor, y no omitáis las
estratagemas que usa cuando se da cuenta de que está irremisiblemente enamorado, pero aún intenta
convencerse a sí mismo de que puede trocar nuevamente este sentimiento en amistad, antes de que sea
demasiado tarde.
Si os gustan los juegos, este hombre es más entretenido que una pila de crucigramas y un baúl lleno de
fichas de póker. A la chica Aries le gustan los juegos. Pero esto tiene una pequeña trampa. Sólo le gustan
cuando el otro jugador le permite ganar siempre.
El hombre Acuario no soporta a las chicas Carnero que juegan ciñéndose a estas reglas. No le dará ventaja ni
la dejará arrojar los dados de balde sólo porque ella derrama unas pocas lágrimas de cólera. Puesto que ella
es tan independiente y agresiva, para ser mujer, probablemente le dirá: «Escucha, compañera (los Acuario
llaman compañero a todo el mundo), si eres tan sensible, ¿cómo se explica que la semana pasada te haya
visto en ese desfile de las feministas? A vosotras las mujeres que reclamáis iguales derechos os convendrá
estar preparadas para asumirlos todos, incluidos los de transportar muebles, reparar las tuberías, cambiar los
neumáticos... y combatir junto a los hombres en la guerra».
Él se equivoca. Ella sólo se sumó al desfile porque no pudo resistir la emoción de los redobles. Al fin y al
cabo, los Carneros son idealistas que a veces se ponen a aclamar una causa antes de conocerla a fondo. Es
poco probable que ella esté formalmente afiliada a algún grupo feminista. ¿Una ariana? Ella nació liberada...
y no tiene ninguna intención de renunciar a sus privilegios femeninos, sólo para demostrar que es igual,
¡cuando sabe que es superior!
Sólo se trata de que le gusta debatir los problemas de vez en cuando, para conservar aguzada la mente.
Dirá, por ejemplo: «Tu argumento de que la igualdad de derechos implica que las mujeres deben vestir
uniformes, coger ametralladoras y empezar a matar gente es equívoco y falaz. Si las mujeres gobernaran este
país, no habría más guerras. Los partidarios de la violencia física, la lucha y la guerra son los hombres... y no
son las mujeres».
ACUARIO: ¿De veras? Una mañana bajo al sótano de una gran tienda, en medio de una liquidación.
Conozco a un tipo que tiene una concesión para vender vendajes de la Cruz Roja en Macy's todos
los sábados. El espectáculo le habría puesto blanco el cabello al general Patton en cinco minutos. Y
después hablan de atrocidades perpetradas a sangre fría. Vosotras las mujeres con vuestras lágrimas.
¡Qué farsa!
Tarde o temprano, ella se quejará de que él es altanero y desapegado, o francamente cruel y sádico. (Para
Aries lo uno equivale a lo otro. A sus ojos, altanero es sinónimo de cruel, y desapegado lo es de sádico.)
Sencillamente es la admirable, aunque en verdad irritante, amplitud de criterios de él, la que lo aísla de las
emociones mezquinas y personales de los individuos, en tanto promueve los sublimes ideales de la fraternidad
masculina y femenina. El Acuario tiene más interés en descubrir una cura definitiva para el resfriado común
que en alcanzarte un Kleenex cuando estornudas. Se preocupa más por los problemas de la geriatría y el
envejecimiento que por ayudar a las ancianas a cruzar la calle, individualmente. Urano encauza sus
sentimientos y su intelecto hacia la mitigación de todas las desdichas y los males del mundo en un futuro
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radiante. No le queda mucha compasión para las zozobras personales que afloran en torno de él en el día de
hoy.
No os equivoquéis: este hombre es básicamente afable y bondadoso. Y sus intenciones son nobles. Sin
embargo, cuando tratéis con los Aguadores, pensad siempre en Robespierre (que tenía un ascendente
Acuario). Sus principios morales y sus planes para la regeneración de Francia eran indudablemente muy
sinceros e idealistas. Pero omitió considerar el hecho de que Francia era un país poblado por seres humanos
con sentimientos, y empujado por su fanatismo revolucionario cortó muchas cabezas... en el sentido literal de
la palabra.
El Acuario procura ser optimista y comprensivo con sus amigos en aprietos... y con la chica Aries (que
necesita de su ancho hombro para apoyarse y llorar después de que él la ha hecho sufrir). Pero esta
comprensión también consiste a menudo en generalidades bastante vagas. Merced a la clarividencia típica de
Urano, el Acuario comprende instintivamente el significado más profundo de la aflicción. Sabe que el alma
sólo se perfecciona mediante el sufrimiento... y no le gusta enmendar la plana al destino. ¿Quién es él para
trabar los engranajes de éste? Tal vez el destino es un sinónimo de Dios. (Ya veis que sus definiciones de los
sinónimos también son un poco diferentes.)
Está bien, así que el Aguador puede ser bondadoso y afable, tierno, dulce y divertido, cuando se le antoja.
Pero sigue siendo frío y despiadado cuando se lo mira a través de los ojos sentimentales de la chica ariana,
más sensible y extrovertida. La diferencia entre sus idiosincrasias se puede regular ocasionalmente mediante
transacciones, pero nunca se puede superar totalmente.
Él tiene centenares, quizás incluso millares de amigos. Ante semejante multitud, ella no se
apasionará, obviamente, por todos ellos. (Ella no es Acuario... él lo es.) Cuanto más tiempo pase él con esos
amigos, lejos de ella, tantas más oportunidades tendrá ella para sentirse celosa. Puesto que los celos son el
talón de Aquiles romántico de la ariana, sus relaciones tendrán más probabilidades de prosperar si ella le
permite traer sus amigos a casa que si lo obliga a encontrarse con ellos en el parque, junto a la jaula de las
ardillas. Ella no podrá hacer nada para despojarlo de esta obsesión por la amistad. Él es un hombre
humanitario. Disfruta de la compañía de la gente. Ella tendrá que convencerse sencillamente de esto.
Lo que le conviene hacer es olvidar todas sus virtudes, como la visión, la originalidad, la clarividencia, la
cordialidad y el humanitarismo... y concentrarse en sus defectos. (Sé que éste parece un consejo extraño, pero
se trata de un Acuario, lo cual significa que todo lo que habéis aprendido debe volverse del revés, y leerse a la
inversa tal como se refleja sobre un espejo). Los que los pueden mantener unidos son sus defectos, y no sus
virtudes. Veamos algunos de ellos.
Él es imprevisible. Ella deberá confesar que ésta es una cualidad excitante para Aries. Estimula la pasión de
Marte por el desafío. También es excéntrico, raro, poco convencional y extravagante. Estupendo. Nadaaburrirá más a esta chica que un hombre envarado y sujeto a una rutina conservadora. Él escucha música
extraña y corre en pos de un tambor alucinante y lejano (todos los Carneros adoran los desfiles). ¡Hurra!
Bueno, qué me cuentas... ¡un desfile! Si ella se porta bien, él permitirá que le coja la mano y lo acompañe.
En cuanto al tambor alucinante y lejano en pos del cual corre, para Aries un redoble es un redoble. ¿Qué
importa? Cualquier tipo de percusión le hace palpitar el pulso y le dispara el corazón en espasmos convulsivos
de esperanza entre estandartes de excitación tachonados de gloria.
Sin embargo, es posible que su pulso palpitante se aplaque un poco cuando llegue la hora de alcanzar la
satisfacción sexual con este hombre. Al principio, es posible que el empuje marciano más directo e inflamado
de la chica Aries pase zumbando sobre la cabeza de su amante Acuario. ¿Qué se ha hecho de él? Hace un
minuto estaba aquí. Oh, ahí está. Ella tendrá que volver atrás y recogerlo. Él aún está sentado en el mismo
lugar, rascándose la oreja izquierda y tratando de analizar el primer beso. ¿Dices que esto no es todo? Bueno,
qué interesante.
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Él está dispuesto a aprender y a dejar que ella le enseñe. Que él se gradúe o no algún día es harina de otro
costal. No, ella no ha tropezado con un hombre virgen. Esto es posible, desde luego, pero probablemente la
razón por la cual está pasmado y admirado consiste en que, para el Acuario típico, cada nueva experiencia
vital es exactamente igual a la primera: hay que paladearla, saborearla, y después atesorarla o descartarla. Su
actitud respecto del romance no es distinta. Como la atracción entre Aries y Acuario descansa esencialmente
sobre el magnetismo emocional y la curiosidad intelectual, su unión sexual puede ser imprevisible. Se trata
nuevamente del mismo problema de antes. El desapego aparente de él... y el disgusto de ella ante todo lo que
no sea la satisfacción instantánea. Sin embargo, si la relación Sol-Luna entre sus horóscopos es armoniosa (y
a menudo, aunque no lo sea), existen muchas posibilidades de que, con la práctica, la expresión física del
amor termine por ser perfecta entre ellos. El aura de frescura ariana y la candidez de ella, su sinceridad básica
respecto del amor sexual, lo fascinarán y lo inducirán a reaccionar con inusitada ternura. Pero-ella siempre
deberá conservar la imagen ideal y la inocencia de la primera seducción. Y él también.
La causa de muchos problemas de la pareja consistirá en que ella es cardinal, y por tanto le gusta conducir... y
él es fijo, y por tanto se niega a seguir. Además, ambos nacieron bajo un signo solar masculino y, para colmo,
ambos están regidos por planetas masculinos, poderosos e imprevisibles. Marte y Urano no son gelatinosos.
Son igualmente explosivos y violentos, como los amantes o cónyuges gobernados por ellos y cuyos actos
guían. La vibración 3-11 de amistad y comunicación espontáneas que existe entre ellos puede pulir algunas
aristas de estos puentes escabrosos. Y la astrología tiene otros recursos para allanar el camino hacia la
felicidad de la chica Carnero y su Aguador (y también del Aguador y su chica Carnero, porque cuando se trata
de estos dos el carisma masculino de la propiedad y la posesión actúa en ambos sentidos).
La libre asociación esotérica de pensamientos, puede prestarles una insospechada ayuda práctica, no
obstante su cualidad mística. Deben tratar de meditar juntos sobre los estratos de significado más profundo de
su configuración de signos solares 3-11. En astrología, esta relación se denomina sextil. Cuando pensáis en la
palabra «sextil», aflora una imagen de copos de nieve y estrellas, porque el símbolo astrológico del sextil se
asemeja a los unos y las otras. Tiene este aspecto: * * * * ¿y qué imagen podría ser más bella que la de los
copos de nieve y las estrellas?
El copo de nieve tiene un diseño único y original... y lo mismo le sucede al hombre Acuario. No hay dos
copos de nieve iguales, y este hombre tampoco tiene par en la Tierra. En cuanto a las estrellas, son los
diamantes refulgentes del cielo hacia los cuales los niños (y todos los creyentes) elevan sus deseos, y deben
traerle a él reminiscencias de ella. Porque el corazón de la chica Aries será siempre el corazón de una niña,
que cree en la magia y los milagros... en la primavera y la aurora... tan ingenuo y confiado... tan excitado por
todos los nuevos prodigios y las emociones del descubrimiento... tan franco y cordial como el de un niño... e
igualmente vulnerable, detrás de la fachada de baladronadas superficiales e independencia exterior.
Los sorprenderá descubrir de qué manera este pequeño ejercicio de meditación los elevará de nuevo a la
dicha y la risa desde las sombras del miedo y el rechazo, de los celos y la cólera. Si cada vez que ella ve un
copo de nieve piensa en la singularidad de él... y si cada vez que él ve una estrella piensa en la inocencia
infantil de las intenciones de ella... la tensión que los separa se derretirá y se trocará en comprensión, así como
se derrite el copo de nieve... y refulgirá con una nueva promesa, así como refulge una estrella.
Los copos de nieve y las estrellas pueden ser un mantra mágico para todos los amantes influidos por la
vibración 3-11, pero sobre todo para este hombre y esta mujer. Los copos de nieve que caen y las estrellas
fugaces pueden ser su clave privada de amor.
A veces, estos dos signos solares os recuerdan la antigua fábula, ligeramente modificada.
Un trasgo mágico de color púrpura viene a conceder tres deseos a la chica Aries y su hombre Acuario. Con el
típico comportamiento excéntrico de Urano él pide una tarta de arándano. En lugar de dejar a los demás en
paz y de pedir lo que le reclama su corazón, la chica Carnero se siente tan agraviada y encolerizada por el
deseo impertinente de su amante que exclama: «¡Ojalá la estúpida tarta se te pegue a la nariz!». Y
naturalmente deben sacrificar el tercer y último deseo para despegarle la tarta de la cara.
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Es triste que dos personas que se aman hayan agotado todos sus deseos. Sin embargo, es posible que les
quede algo de ayer para utilizarlo como puente hacia el mañana. ¿Qué me decís de todos esos ensueños locos
y...? ¡Un momento! ¡Escuchad! ¿No es ése el redoble de un tambor alucinante y desafinado que suena a lo
lejos? Sí, lo es. Los dos lo han oído.
Al diablo la reyerta. Él la coge fuertemente por la mano y ambos echan a correr juntos para sumarse al
desfile (con el Carnero a la cabeza, desde luego). Ahora, si por lo menos ella pudiera evitar que él coquetee
con las elefantas... y él pudiera evitar que ella llore sobre los payasos.
Bueno, ¿qué os parece? ¡Nieva! Y han aparecido las estrellas.
Hombre ARIES Mujer ACUARIO
Él frunció el ceño.
—He vuelto —dijo vehementemente—. ¿Por qué no me aclamas?
Es el 9 de abril de 1971, el día (aunque no el año) del nacimiento de él, y acaba de enviarle *a su madre un
telegrama de felicitación. Ahora tiene prisa por arrojarse en brazos de la chica Acuario que ama. Entra
precipitadamente, la abraza con vehemencia, le estampa un beso apasionado en la mejilla, y dice algo más o
menos como esto: «Se me ha ocurrido una idea fabulosa para celebrar mi cumpleaños esta noche. Iremos al
barrio bohemio y cenaremos en ese pequeño restaurante italiano donde nos conocimos, y después veremos a
Ali MacGraw y Ryan O'Neal en Love Story».
La chica Acuario mira con expresión soñadora un punto situado por encima del hombro izquierdo de él, y
murmura: «Me pregunto cómo apareció en el cielo raso esa mancha de betún. Quizá podría pintar algunas
flores y símbolos de la paz para cubrirla. Sensacional. Un mural en el techo, como el de la Capilla Sixtina...».
ARIES: ¿Qué tiene que ver eso con mi cumpleaños?
ACUARIO: Lo siento, cariño. Habría jurado que Miguel Angel nació en Italia... quizá fue en Francia...
Veréis, la única palabra que ella captó de su exuberante discurso fue «italiano». Cualquier astrológo
competente podría deciros que esa noche habrá jaleo en River City. (Si os parece que estoy haciendo una
ensalada geográfica, no importa, los Acuario que me lean entenderán.) Sin embargo, es un error suponer que
una Aguadora no está siempre alerta, sólo porque parece ambigua y distante. En realidad, a ella no se le
escapó nada. Si queréis una prueba, volvamos a River City...
ACUARIO: ¿Qué pasa, cariño? Pareces preocupado.
ARIES: No estoy preocupado. Estoy furioso.
ACUARIO: Tiene un ascendente Tauro.
ARIES: ¿Quién tiene qué?
ACUARIO: Ali MacGraw. Es Aries, como tú, pero tiene un ascendente Tauro. No paré de llorar desde
que leí la primera frase.
ARIES: Ahora me has desorientado. Me has desorientado por completo.
ACUARIO: ¿Qué puedes decir de un chica de veintiún años que ha muerto? ARIES:
¿Piensas suicidarte? Nena, no estoy tan furioso... ¡te lo juro!
ACUARIO: Ésa era la primera frase del libro. Estoy ansiosa por ver la película. Y ese extravagante
camarero italiano, menudo, con el pelo rizado y el bigote, que adivinó que estábamos enamorados...
así que trajo velas y flores y vino a la mesa... y, oh, ¡esto me recuerda algo! Quiero regalarte para tu
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cumpleaños una botella de la misma marca de vino que bebimos aquella noche. Tendré que anotarlo,
para no olvidarme. ¿Es el próximo mes, verdad? ¿Por qué me miras así? ¿Fue el mes pasado?
Bueno, a ella se le pueden escapar algunas cosas...
La chica Acuario tiene un extraño aire de distraída abstracción. Algunas personas interpretan que sueña
despierta. La abuela lo habría definido como un ensimismamiento. El Carnero lo considera un agravio
imperdonable. Para el Aries, que como recordaréis nació bajo un signo cardinal, el pecado cardinal consiste
en desentenderse de él. Ella no se desentiende de él, exactamente. Y por otro lado, eso es lo que hace. Pero no
más de lo que se desentiende de cualquier cosa que pueda encadenarla a un hecho específico cuando ella se
concentra en algo que no está ni remotamente relacionado con lo que sucede delante de sus narices.
El ariano medio se enamora impetuosa y totalmente. y exige una respuesta inmediata. Si no la obtiene pronto,
muy pronto, entra en acción su mecanismo interior de defensa contra todo lo que pueda lesionarlo, y sepregunta: «¿Pero quién la necesita?» Él la necesita, quizá, mucho, pero Aries no es un signo que se arriesgue
a no ser correspondido en el amor, si puede evitarlo. A una chica Acuario nunca le resulta tan fácil sentirse
segura de que está enamorada, aunque un hombre le interese mucho. Ello es producto de que pesa sobre ella
la maldición —o bendición— de la amistad, propia de Urano. (Puede ser lo uno o lo otro, por turno.
Depende.) Ella encuentra algún rasgo fascinante y cautivante en casi todos los desconocidos con los que se
cruza, para no hablar de todos sus conocidos. ¿Cómo distinguir esa fascinación del amor? A esta chica le
resulta verdaderamente difícil contestar la pregunta: «¿Es amor o amistad?». Lo único que sabe con certeza es
que el amor debe empezar por la amistad. No es para ella la química exclusivamente corporal que consume a
algunas parejas y les hace pensar equivocadamente que están hechos el uno para el otro. Esta mujer nunca
interpreta que las diferencias anatómicas entre el hombre y la mujer constituyen una razón suficiente para
comprometerse emocionalmente. Su esencia es el Aire, nació bajo un signo mental... y debe sentirse
intelectualmente atraída por el hombre antes de que le parezca sensato contemplar la posibilidad de entablar
una relación sexual o romántica. No se trata de que no sea capaz de olvidar un error circunstancial. Al fin y al
cabo, no es una casta mojigata. Pero comete menos errores de juicio que sus hermanas de signo solar que sólo
buscan una sensación de compenetración física junto al hombre.
Ella busca algo más. No sabe con mucha certeza qué es... pero indudablemente es otra cosa. Una vez que
la encuentra se interesará apasionadamente por el juego corporal, pero hasta entonces no se dejará seducir por
el jugador común que sólo busca el placer sensual. Tampoco se dejará apabullar fácilmente por las insistentes
declaraciones de amor idealista que le formulará el ariano, fundadas únicamente sobre la emoción impulsiva.
Pero tampoco es en absoluto vergonzosa, y apenas se convenza de que será intelectualmente excitante,
estimulante y valioso intimar más a fondo con el Carnero que la atrae, no se molestará en recurrir a las tretas
de la coquetería para tenerlo sobre ascuas. Lo más probable es que anuncie, súbita e inesperadamente, cuando
él esté menos preparado para semejante noticia bomba: «Creo que te amo. ¿Por qué no pasas la noche
conmigo?», o tal vez: «¿Por qué no vivimos juntos?».
Esto lo sobresaltará por un momento. Un momento fugaz. Pero puesto que él es tan veraz y sincero como ella
(ambos desprecian la hipocresía y a ninguno de los dos les importa un rábano lo que opinan los vecinos...
hacen lo que se les antoja y les encanta transgredir las convenciones y desafiar las estúpidas reglas de la
sociedad), se recuperará enseguida y aceptará su sugerencia. Cuando esta iniciativa emana de un hombre, es
una proposición. Cuando proviene de una mujer, no es más que una sugerencia amistosa. Estas sutilezas se
cuentan entre las ventajas de la condición femenina a las que es difícil renunciar a cambio de los beneficios de
la equidad sexual propuestos por la Ley de Igualdad de Derechos.
La mención de la equidad sexual nos trae a lo que quizás es el aspecto más importante, y más amenazante, de
una relación entre estos dos. Ella ha nacido bajo un signo solar masculino, y el planeta también masculino
Urano guía agresivamente sus actitudes y sus actos. El Carnero ha nacido asimismo bajo un signo solar
masculino, y sus actitudes y actos también son guiados agresivamente por el planeta Marte, igualmente
masculino. Para rematar este empate astrológico, ella es fija (testaruda) y él es cardinal (decidido). Esto
puede parecer muy desalentador, como el juego infantil en que un crío traza una raya y desafía a otro para
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que la trasponga... o como un enfrentamiento, cañón a cañón, entre el general Lee y el general Sherman. Pero
entre estos dos no todo es tira y afloja. También hay una buena dosis de toma y daca, principalmente gracias
a la benéfica influencia kármica de su configuración de signos solares 3-11. Ésta introduce en su relación
toda clase de bellos dividendos y de estímulos para la dicha y la armonía. El más benéfico de todos es el
aspecto amistoso de la vibración 3-11, que permite que las parejas influidas por ella sean amigas, además de
amantes. Ya veis cómo esto puede resolver muchos de los problemas del Carnero respecto del fetichismo de
ella por la amistad, propio de Urano. Además, esta influencia genera la atmósfera apropiada para la
comunicación libre y fluida entre ambos... durante la mayor parte del tiempo. Les resultará más fácil que a la
mayoría de las parejas conversar acerca de sus desacuerdos... y comunicarse recíprocamente sus
sentimientos. Ambos se beneficiarán más o menos por partes iguales de esta virtud peculiar de la vibración
personal de su configuración de signos solares, porque ella es un signo de Aire y a todos los signos de Aireles gusta hablar. Él es un Aries, y le gusta aún más. Todas estas ventajas diluyen un poco el efecto negativo
del enfrentamiento entre el fijo y el cardinal y del empate entre los dos signos masculinos. Lo cual no implica
que esto último se pueda desestimar por completo. Seguirá siendo necesario lidiar hasta cierto punto con
dichos problemas, pero no resultará difícil —ni imposible, por cierto— encontrarles solución.
Una vez que ella ha resuelto que esta relación merece su entrega total, la compatibilidad sexual entre el
Carnero y la chica Aguadora (que, entre paréntesis, no obstante su nombre de Aguadora no tiene la esencia
del Agua, sino la del Aire... en razón de una de sus muchas contradicciones), encierra el potencial para una
rara y bella fusión. Pero el potencial necesita estímulo para desarrollarse. Es posible que ella se sienta
intrigada por la vehemencia del deseo de él y por la abrumadora pasión con que le hace el amor. Igualmente,
siempre es positivo que una mujer Acuario se sienta intrigada por algo, porque es curiosa y generalmente no
descansará hasta haber resuelto cualquier enigma que le planteé la vida o el amor. Sin embargo, he aquí una
advertencia para el Carnero. La Aguadora se aburre rápidamente después de haber armado el rompecabezas y
satisfecho su curiosidad. Así que el mejor sistema para garantizar que la unión física seguirá produciéndoles
el mismo éxtasis maravilloso del comienzo, consistirá en que el hombre Aries encare siempre su
acoplamiento sexual como algo especial, diferente, y de alguna manera inusitado. De vez en cuando deberá
modificar la forma de abordar sus intimidades. A ella no le molestará que las variaciones impliquen una
profunda y silenciosa comunión física después de una reyerta, de modo que la súbita satisfacción del apetito
amoroso se convierta en una elocuente disculpa mutua sin palabras... o que impliquen la elección de una
circunstancia insólita para consumar sus necesidades eróticas a una hora extravagante del día, de manera que
éste no sea siempre un ritual nocturno... o que él decida poner música clásica durante su contacto, y que
ponga el estéreo a todo volumen hasta hacer imposible el intercambio de palabras tiernas (e innecesario,
porque la música tiene un exultante efecto afrodisíaco)... o que susurren y hablen constantemente durante la
expresión física de su amor... y que él le recite poesías o le cuente historias cómicas de canguros... o que él
sea dulce y delicado o violento y feroz... con tal que la sexualidad no sea nunca monótona y aburrida, ni un
ritual repetitivo. El ansia de variación de ella es algo que él deberá entender.
Ella deberá entender que este hombre se siente herido más profundamente de lo que jamás dejará traslucir
cuando la esporádica indiferencia sexual de ella lo induzca a pensar que no lo necesita realmente. Ella nunca
deberá reaccionar ante sus arranques sexuales con algo que no sea un entusiasmo sincero y devorador, y
siempre deberá recibir sus abrazos con júbilo y una expectación inconfundibles. De lo contrario él quedará
temporalmente impotente y no podrá expresarle su amor físico, en razón de un sentimiento inconfesado de
ineptitud, que ella tal vez ni siquiera note, porque para la Acuario la sexualidad, como todo lo demás, no es
sino otra faceta de su variada existencia. Es posible que un sábado por la mañana ella esté poniendo a punto
alegremente el motor de su auto, o que esté correteando por el bosque y recogiendo un ramillete de flores
silvestres, durante uno de estos períodos de enfriamiento, sin sospechar ni remotamente por qué él está tan
cariacontecido y frustrado. Ella deberá exhortarse a estar más atenta a sus estados de ánimo, deberá olvidar el
tacómetro y dejar caer el ramillete de acederas, y deberá murmurarle al oído que necesita descansar un rato
(en sus brazos, por supuesto), pero cuidando que no parezca que ella es la iniciadora del acoplamiento que
sugiere.
Para mantener sexualmente satisfecho y feliz al Carnero hay que proceder con mucha consideración, y
esta mujer, si bien no es deliberada o intencionalmente desconsiderada, puede dejarse absorber por una
multitud de actividades e intereses maniáticos, mientras descuida la única actividad importante: su amor
recíproco.
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A veces los anhelos de experimentación y la conducta imprevisible de la mujer Acuario, propios de Urano, le
caen al Carnero que la ama sinceramente como un amasijo de humores desordenados, cambiantes, y de
chispazos de atención desquiciantemente breves. Tiene la impresión de que no puede atraparla... como si
fuera una mariposa o una alondra. Pero si no intenta dominar su personalidad y le concede la libertad que
necesita para desarrollar su individualidad, un' día todas sus múltiples vocaciones se integrarán
espontáneamente en el conjunto de su ser fascinante.
A veces, la ambición arrolladora, la energía infinita y la profusión de ensueños que se disparan como
cometas por el aura vibrante del hombre Aries, determinarán que la mujer Acuario que lo ama sinceramente
se sienta como si estuviera viviendo en compañía de un saco lleno de fuegos de artificio, prontos a estallar al
solo contacto con una cerilla. Aparentemente ella no puede convencerlo de que reduzca la marcha y se
acomode a su enfoque de la vida, complicado e intrincado, pero más lento y soñador. Pero si cuando él
tropieza y cae, ella siempre se acuerda de comunicarle que lo ama de todo corazón tanto como cuando está
eufórico por la victoria (y quizás aun más, en razón de su vulnerabilidad), sus emociones madurarán
gradualmente y su confianza crecerá hasta convertirse en un árbol descomunal de estabilidad. Entonces ella
deseará que vuelva a ser un niño impulsivo, porque echará de menos su espontaneidad. Veréis, es que la
gobierna Urano, el planeta del cambio. Así que arrojará perversamente una cerilla dentro de su saco marciano
de fuegos de artificio sólo para verificar si sigue siendo el hombre que la hizo reír por primera vez cuando
estaba triste y llorar cuando estaba contenta, al recordarle su propia primavera, la de ella, cuando todo estaba
verde y fresco y nuevo. Sus dudas no durarán mucho. Las luces de Bengala siguen siendo inflamables... y los
triquitraques también. Él sólo fingía ser maduro y estable. Y esto lo hará muy, muy feliz, a la manera de
Acuario, o sea demencialmente y patas arriba. Tan feliz, que le dará la sorpresa de regalarle una botella del
vino con el que brindaron aquella noche en el barrio bohemio. (Estarán en agosto, y su cumpleaños cae en
abril, pero da lo mismo. A él no le importará.) Después ella levantará el volumen del estéreo. El Concierto de
Varsovia. Quizá la Rapsodia en Azul. O la Quinta de Beethoven.
Una Casandra de Acuario urde un conjuro de magia druida y locura maravillosa del que el hombre Aries
no escapará nunca. Más tarde, cuando ambos estén «descansando» (la idea fue sólo de él), él mirará el cielo
raso y comentará: «Sabes, cariño, el mural que pintaste para cubrir la mancha de betún me recuerda a un
cuadro de Miguel Ángel».
«¡Hurra! —exclamará ella, jubilosa—. ¿Cómo supiste que quería ir a Italia en otoño?» ¿Cómo lo supo? Muy
fácil. El dominó por fin la modulación de alta frecuencia y sintonizó la onda de Urano. Además, él también
siempre quiso visitar la Capilla Sixtina. Quizá podrán ir allí para celebrar el cumpleaños de ella, le dirá... en
octubre. Ella sonreirá y dirá que es una idea estupenda. Siempre se ha preguntado cómo se sentiría si fuerauna mujer Libra. Él le dirá que eso sería formidable, porque, en su condición de Leo, siempre ha deseado
tener un amorío con una Libra. Entonces entablarán una batalla con almohadas. Triunfará ella. Plumas por
todas partes. A él no le disgustará haber perdido. Sí, finalmente están sintonizados.
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TAURO ACUARIO
Tierra - Fijo Negativo Aire - Fijo - Positivo
-
Regido por Venus (también por el
Regido por Urano
planeta Pan-Horus)
Símbolo: el Toro Símbolo: el Aguador
Fuerzas nocturnas Femenino Fuerzas diurnas - Masculino
La relación TAURO-ACUARIO
... ellos sabían que era ficción, en tanto que para él la ficción y la verdad eran exactamente lo
mismo. A veces esto los alteraba, como por ejemplo cuando debían fingir que habían cenado.
Una antigua canción chippewa comienza así:
cuando mis ojos escudriñan la pradera siento el verano... en
primavera
Seguramente un chippewa Acuario entonaba esta canción en el Jardín de los Dioses, al amanecer. Expresa
muy elocuentemente la esencia de los Aguadores, que sienten el verano en primavera, y el invierno en otoño,
adelantándose siempre una estación a todos los demás. Su visión típica de Urano, que abarca los años, las
décadas e incluso los siglos, les permite disfrutar de una o dos dimensiones adicionales, y esto explica la
expresión vaga de sus ojos.
La rara facultad de escrutar el mundo del mañana sin perder la nítida conciencia del mundo de hoy implica la
participación de la inteligencia, el instinto y la imaginación, que funcionan al unísono como una trinidad,
plácida y simultáneamente. Cuando los Piscis espían el mañana, a menudo descuidan el presente, y las
fugaces vislumbres del futuro que tienen esporádicamente los Sagitario son ni más ni menos que eso: breves
pantallazos proféticos. Los Escorpión se apasionan tanto por la dimensión en la que flotan, cualquiera que
ésta sea, que no pueden prestar atención a las otras al mismo tiempo. Sólo los Aguadores son capaces de hacer
malabarismos con la inteligencia, el instinto y la imaginación como trinidad, permitiéndoles formar una
imagen tridimensional y perfectamente sincronizada del pasado, el presente y el futuro. Ahora entendéis por
qué a Acuario lo llaman el «signo del Genio».
Sin embargo, algunos hombres y mujeres Acuario disfrutan tanto en el mañana, o en el ayer, que olvidan
su talento para la sincronización, y resuelven quedarse allí de visita durante un tiempo, en sus cuerpos
astrales, mientras dejan atrás sus cuerpos carnales para que se las apañen como puedan durante su ausencia,
deambulando como zombies, sin oír ni ver, y articulando sólo un murmullo ininteligible. ¿Entendéis por qué
a Acuario también lo llaman el «signo de la Locura»?
¡Ah, el Genio y la Locura! Son inseparables, como el perro y las pulgas, y todo Acuario que transite por
el mundo es lo primero, al mismo tiempo que lo hostiga, de tiempo en tiempo, la segunda... o la acusación de
padecerla. Desde Mia Farrow Previn huta Lewis Carrol, desde Abraham Lincoln hasta Tallulah Bankhead,
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desde Ayn Rand y Telly Savalas hasta Vanessa Redgrave y el perro de Charlie Brown, Snoopy (alias Joe el
Sereno y el Barón Rojo), los Acuario saben muy bien que poseen esta doble naturaleza, por mitades, y todos
reaccionan con una indiferencia casi maravillosa, y reconocen alegremente sus excentricidades, como el
astrólogo Acuario Carrol Righter, que contestó jocosamente: «¡Bueno, cua, cua!», cuando su madre lo llamó
«patito raro».
La gran estrella Minnie Pearl nos habla de un hombre de su ciudad natal que no es muy espabilado.
Cuando abre la boca y exclama «¡Hola!», ya ha dicho todo lo que sabe, afirma Minnie. Ésta no debería
juzgarlo con excesiva prisa. Podría ser un Acuario, disparado en uno de sus extensos viajes por el éter. El
mecanismo de la máquina del tiempo que lleva en el coco se atascó, quizás en otro siglo, atrapado en unatorsión espacial (una especie de agujero en el cielo), y aún no ha regresado. Pero regresará. Él o ella regresará.
Los Aguadores siempre practican una cuenta atrás desde el mañana, y reaparecen más vivaces que cuando
partieron en sus cápsulas mentales. Los Acuario que conservan más a menudo el equilibrio entre todas las
dimensiones y que se pierden con menos frecuencia en una torsión espacial son los profetas, visionarios,
cerebros creativos y genios inventivos de la humanidad masculina y femenina. Ellos y ellas recogen las aguas
de la sabiduría y la verdad suprema de los profundos pozos del mañana y la derraman en un flujo continuo,
con sus extravagantes disfraces de chalados, ya sean éstos científicos e inventores, o músicos, artistas,
escritores, políticos, taxistas, barberos y jefes indígenas e indias chippewas. Esto explica más o menos el
«dónde está la cosa» de Acuario: «la cosa» es su conciencia y el «dónde» es la triple dimensión del tiempo y
el espacio que ellos visitan.
En cuanto a los Toros, podemos sintetizar muy rápidamente su posición en el tiempo y el espacio. Tauro está,
sólido y tangible, en el aquí y el ahora. Poco importa el «de aquí para atrás» y el «de aquí en adelante».
Generalmente, tanto a los Toros macho como a los hembra les resulta más que suficiente una sola dimensión.
Por lo que concierne a estos hombres y mujeres, ya hay bastantes problemas para resolver en este nivel, en el
presente, sin necesidad de revolotear buscándolos en otros niveles del pasado o el futuro. Quizás el mañana
fue hecho para algunas personas. Pero es posible que al Tauro nunca le llegue. Hay que ocuparse del hoy.
Incluso el rarísimo Toro «vidente», como el Tauro Peter Hurkos, está pegado a la Tierra. Es posible que
Hurkos se proyecte al futuro, o que se remonte al pasado, merced a otras posiciones planetarias de su carta
natal, pero cuando vuelve de sus breves incursiones, muy poco taurinas, quiere su cena, y la quiere
puntualmente. También paga sus cuentas, se ocupa de sus asuntos, y pretende que los demás hagan otro tanto.
Asimismo, el vidente Tauro sólo esparce predicciones para convencer a la gente de que debe comportarse
sensatamente ahora mismo, y de que debe prepararse, con espíritu práctico, para cualesquiera emergencias
que el Toro haya vislumbrado en el futuro.
A diferencia de Acuario, Tauro no es extravagante ni chalado. Tauro personifica los cuadros realistas de Norman
Rockwell... en su totalidad. Los ojos de Tauro no contienen la expresión vaga de Acuario. Son dulces, serenos... y
a veces duros como canicas, cuando el Toro se enfurece (cosa que no sucede muy a menudo, pero que cuando
ocurre compensa su rareza con su intensidad). Sin embargo, los Tauro, como los Acuario, mascullan frecuentemente
monosílabos ininteligibles, como «Sí», «No», «Ajá», «Hum» y «Grrmmmmmfff». De modo que en este contexto
existe una vaga semejanza entre ambos. Los dos nacieron bajo un signo fijo, en razón de lo cual también tienen
en común una cierta tenacidad (que tal vez prefiráis llamar obstinación). Exceptuando estas similitudes, son todo lo
distintos que pueden ser dos seres humanos, sin por ello dejar de reconocerse como habitantes del mismo planeta.
(Aquí hay que admitir, con toda sinceridad, que a veces Tauro y Acuario no se reconocen como habitantes del
mismo planeta.) Tauro desea mantener el statu quo. Acuario desea alterarlo.
Imaginaos a estos dos, mirándose desde extremos opuestos de una habitación, o desde aceras opuestas de la
calle. Acuario, la bola de cristal saltarina... y Tauro, el terrón de tierra adorable pero sólidamente implantado. Es
difícil imaginar el diálogo que entablarían, si resolvieran acercarse, ¿verdad? O sea, al fin y al cabo, ¿qué le dice un
terrón de tierra, adorable pero sólidamente implantado, a una bola de cristal saltarina? ¿Grrmmmmmfff? ¿Y:
qué, en nombre del cielo, le dice una bola de cristal saltarina a un terrón de tierra sólidamente implantado pero
adorable? ¿¿¿¡Hola!??? Bueno, permitid que os. informe que, dejando de lado lo que puedan pensar los
habitantes de la ciudad natal de Minnie Pearl, este intercambio de saludos nunca transmitirá, por cierto, todo lo
que cada uno de ellos sabe.
Tauro, no suele ser, una máquina parlante, que divulga todos sus conocimientos entre los desconocidos. Sin
embargo, los datos prácticos y el sentido común que los Toros han acumulado cautelosamente y almacenado
sistemáticamente en sus cabezas son igualmente poderosas herramientas mentales cuando resuelven aguzarlas y
montar una casa, un imperio financiero, una carrera... o un medio inconmovible para conquistar el amor y la amistad.
Realmente todo lo que Tauro sabe no se reduce a un «Grrmmmmmfff». Pero esto puede ser todo lo que los
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Toros están dispuestos a comunicar al Acuario en un primer encuentro, hasta haber tenido tiempo de decidir si
el Aguador es digno de la energía indispensable para mantener otras conversaciones.
En cuanto a Acuario, los hombres y mujeres regidos por Urano siempre saben mucho más que lo que dejan
derramar de sus pequeños cántaros marrones. Ellos se divierten en la vida interpretando a W. C. Fields,
hablando en sánscrito, bajo el agua... y a veces interpretan, para variar, a Peter Lorre o Boris Karloff,
susurrando por un megáfono mientras mascan un chicle hinchable bajo el agua. Cuando éstán en tierra firme,
utilizan un dispositivo mezclado de palabras (invisible, por supuesto) merced al cual sus conversaciones
típicas de Urano suenan a menudo como una cinta magnetofónica pasada al revés, .a toda velocidad. Incluso
cuando sus comentarios son tan claros que suenan como una cinta magnetofónica pasada normalmente, a
marcha lenta, por lo general hay muchos blancos, donde el contenido de la grabación ha sido borrado. ¿No lo
habéis notado? Tauro sí lo ha notado, con frecuencia, y suelta un gruñido o un «Grrmmmmmfff» de disgusto,
negándose a lidiar con semejante tontería. O... ¿acaso los Aguadores se limitan a accionar sus interruptores a
ratos, cuando desean extirpar un pensamiento, una idea, un sentimiento o un concepto demasiado avanzado
para la comprensión del vulgar mortal? Sea lo que fuere, lo importante es que Tauro y Acuario se
comunicarán entre sí exactamente .como se comunican con el resto de nosotros... a su hora y a su manera.
Ésta es una configuración de signos solares 4-10, lo cual significa que la compatibilidad y la comprensión
entre éstos dos sólo se logra con esfuerzo... y es recompensada, cuando al fin se materializa, con la agradable
sensación de haber conseguido algo valioso. Suponiendo que hayan roto el hielo con un «Grrmmmmmfff» y
un «¡Hola!», ¿cómo demolerán luego las apocadas barreras de Tauro, y el desapego de Acuario, para entrar
en acción como una unidad? Esto depende de muchos factores. Para empezar, los Tauro son mucho más
circunspectos que los típicos Aguadores, cordiales y gregarios. Incluso los Acuario tímidos consideran que
todos son sus «amigos», desde el cartero hasta el Presidente (el Presidente de la filial local de la Liga Contra
la Contaminación, o el Presidente de los Estados Unidos... los Acuario casi no notan la diferencia). Ya es
bastante que estos individuos atinen a reconocer la diferencia entre chicos y chicas, vértice y base, arriba y
abajo, negro y blanco, frío y caliente, etcétera, etcétera. El Acuario típico no tiene prejuicios a la hora de
elegir compañeros. «Compañero» es una palabra que la gente de Urano utiliza para describir a amantes,
maridos, esposas, gatos, perros, ardillas, niños, vecinos, delfines, atracadores, carteristas, parientes y así
hasta el infinito. Todos son «compañeros». A veces cambian este término por «mi camarada», «mi viejo
compañero», «mi buen compañero», «mi amigo»... pero nunca por «mi mejor amigo». Los Acuario tienen
tan pocas preferencias respecto de sus amigos como espíritu selectivo para elegirlos, así que nunca nadie se
convierte en el «mejor amigo» de un Acuario.
Tauro es sólo uno más en medio de la multitud. Los Toros pueden tender su copa vacía, si lo desean, y
los Aguadores se la llenarán. Pero los hombres y mujeres (y niños) regidos por Urano no soportan los largos
silencios y los accesos de mal humor del Toro. En el mundo hay demasiados sedientos que necesitan de su
tiempo y atención, y que también necesitan beber largamente de las aguas de la sabiduría uraniana.
El Tauro medio tarda varios años en encontrar un amigo, un auténtico amigo, sin contar los familiares y
conocidos fortuitos. Acuario tarda aproximadamente sólo cinco segundos en exclamar: «¡Hola, compañero!».
Entonces os ha contado, según creéis, todo lo que él (o ella) sabe, en el sánscrito de Urano, claro está, o
quizás en jeroglíficos de Acuario... así que ahora sois amigos, ¿verdad? Tauro desconfía de las amistades que
se forjan rápidamente, que se toman a la ligera y que están definidas en términos tan ambiguos.
Si estos dos aprovechan una relación armoniosa Sol-Luna-ascendente entre sus cartas natales, finalmente
empezarán a hablar el mismo idioma, y podrán comunicarse. Incluso sin la ayuda de un intercambio
favorable de luminarias ascendentes, y de otros aspectos armoniosos de sus horóscopos, aprenderán muchas
lecciones valiosas el uno del otro, y su educación recíproca podría ser divertida y crepitante, además de ser
mental y emocionalmente estimulante... y podría contribuir a la expansión de sus almas. Las almas también
necesitan ejercitarse, como los cuerpos. Éste es el objetivo de la vibración 4-10.
Si sus respectivas luminarias y ascendentes están en cuadratura u oposición, es posible que estos dos signos
solares tengan que aprender a protegerse durante los cuerpo a cuerpo. A los Toros los irritará el aire de etérea
despreocupación de los Acuario, que tal vez parecerán estar mirándolos con desdén y condescendencia desde
lo alto de las nubes. Los Aguadores necesitarán sujetarse con fuerza para no resbalar sobre el límite inestable
que separa el genio de la locura, cuando los terrenales Tauro les hagan sentir que arrastran tras de sí el peso
muerto de la desaprobación del Toro durante sus viajes al espacio exterior.
Aunque circula el rumor de que una vez una vaca solitaria se lució con un salto gigantesco, al Toro le
resulta difícil saltar sobre la Luna, no obstante su fuerza colosal. Tan difícil como le resulta al Acuario
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permanecer aprisionado por una valla de alambre de espino, en un prado apacible pero monótono. Pero si es
cierto que «el plato huyó con la cuchara», como en la canción infantil, ¿por qué un Toro no habría de poder
retozar alegremente con un Aguador? En los reinos de la tolerancia y el regocijo, los gatos pueden tocar el
violín, y... ¡Tra-la-la! ¡Un Toro sí puede saltar sobre la Luna!* Acabo de consultar mis notas, y varios
astronautas pertenecían al signo solar Tauro. ¿Qué me contáis? La vida está llena de sorpresas, como os lo podrá
informar cualquier Acuario. Aunque no se lo preguntéis.
Mujer TAURO Hombre ACUARIO
—Wendy, Wendy, cuando estás durmiendo en tu tonta cama podrías estar volando
conmigo y chanceando con las estrellas.
-Oooh! —... ella se zarandeaba afligida.
Muy pocas cosas toman por sorpresa al hombre Acuario, dado su naturaleza intuitiva. Igualmente, es posible
que no esté preparado para lo que le ocurre después de retozar durante un tiempo con una chica Tauro. Hélo
aquí: un hombre con sólidos principios éticos (tal vez sean peculiares, pero son los suyos, y son sólidos... o
más exactamente, fijos). Tiene una gran sensibilidad humana. Le interesan todos, no alimenta prejuicios
contra el sexo femenino, el sexo masculino o las personas de cualquier otro sexo. Sin embargo, observad el
dolor que le ha causado a ella, inadvertidamente. ¿Cómo puede haberla lastimado? Se habían divertido tanto
juntos en el zoológico. Él sólo trataba de ser su hermano mayor. Su amigo. Su camarada. Su compañero.
La chica Tauro fue formada para el romance por la Madre Naturaleza, y ésta es una mujer que no
discute con la Madre Naturaleza. El cometió su error en el comienzo mismo de la relación con ella. La
primera vez que concentró su atención caprichosa pero zalamera en ella, cuando le formuló preguntas
chocantes de naturaleza íntima y se tiró comprensivamente de la oreja cuando ella se echó a llorar, debería
haber hecho un esfuerzo especial... para notar que se trataba de una mujer. Ciertamente ella tenía conciencia
de que él era un hombre. Lo había notado desde el primer momento. Y entonces la aritmética romántica le
pareció muy simple: un hombre más una mujer, igual al éxtasis... en varios niveles, entre los cuales no es de
menospreciar el de la satisfacción sensual del tacto.
Los Acuario que lean esto tal vez necesitarán una interpretación de la palabra «tacto». Ésta significa
besar, abrazar, cogerse de la mano y muchas otras cosas. Significa, por ejemplo... bueno, el contacto corporal
humano. Piel contra piel. El contacto corporal humano es algo que no todos, pero sí muchos Aguadores,
temen como si fuera la peste negra. (La peste negra es lo que pillas cuando alguien usa tu toalla o tu cepillo de
dientes. O la peste blanca. Cualquiera de las dos. Ambas mortales.) No se trata de que los Acuario sean
enemigos del tacto en sí mismo, pero este lleva a... ¿cómo es que lo llaman?... a la transformación de dos en
uno. O a algún desatino parecido. Acuario se siente más seguro cuando los dos siguen siendo dos. Así, sabe
con certeza dónde está plantado. Sólo. Libre de obligaciones y sin peligro de perder su individualidad. Si
andas por el mundo tocando a la gente, y sobre todo a la gente de sexo femenino, ¿quién sabe lo que te
espera? Especialmente si ella olvida traer su toalla cuando van a nadar. ¡Quizás incluso te espera la peste
negra ó la blanca!
A lo mejor él se consagraba a ella con el fin de desmontarla para investigar cómo hacía tic o tac, movido
por la misma fascinación que le inspiran todas las formas de experimentación. Pero ella no se dio cuenta de
que sólo era una cobaya para la curiosidad de él. Cuando la invitó a traer su propia pizza y su batido de
helado para contemplar desde el techo de la casa de él el desfile del Día de Acción de Gracias organizado por
Macy's, ella pensó que era, bueno, para decirlo con sinceridad, un poco chiflado. Igualmente, era una
chifladura maravillosa, y cuando ella analizó el asunto minuciosamente (como siempre lo hacen los Tauro),
resolvió que no invitaría a cualquier chica a compartir el techo con él. Entonces llegó a la conclusión de que
esto probaba que la amaba.
Quizá sí la amaba. Pero el hombre Acuario tiene la costumbre de trasmutar el amora-primera-vista en
amistad, para verificar así su valor intrínseco, y de dejar que después se herrumbre tal como está. Para la
chica Tauro, semejante desidia en el campo de las necesidades emocionales mutuas es el mejor sistema para
convertirse en un auténtico fracasado nato. Está convencida de que el verdadero amor sólo llama una vez (y
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en algunos casos ni siquiera eso) en la vida. ¿Por qué arriesgarse a perderlo, negándose a reconocerlo y a
darle una oportunidad? Desde el punto de vista astrológico tiene razón.
El verdadero amor (entendido como la unión de almas gemelas) es una experiencia rara y hermosa. Es triste
dejarlo escapar y tener que correr en pos de él en una encarnación futura. Y aunque Acuario es el regente
natural de la undécima Casa astrológica del «amor kármico», a muchos Acuario se les escapa. Están a la par
de los Virgo y los Sagitario por su propensión a la soltería y por su deseo de eludir el encierro en la institución
del matrimonio. Por supuesto, esto tiene compensaciones. También evitan los errores. Y es bueno
evitarlos con esta combinación de signos solares, dado que se trata de una vibración 4-10. Si por casualidad
incurrieran en un error y se casaran, costaría mucho trabajo desenredar el nudo.
Hay excepciones, pero la chica Tauro media que tiene una relación desdichada con un hombre Acuario
corre más riesgo que él de quedar aniquilada. Una vez que ella se enamora, pretende que el romance dure
una eternidad y tres días más. Ésta también habrá sido la intención inicial de él, frustrada por su propensión a
las excentricidades, propensión que es posible que ella no prevea pues ni siquiera él puede predecirla. y el
cielo sabe que tampoco puede explicarla. Él es un signo solar fijo, así que es concebible e incluso posible que
se conforme con compartir toda la vida con la mujer apropiada. Pero si no se conforma, sus vibraciones de
Urano determinarán que la ruptura final le resulte mucho más soportable a él que a ella.
Acuario se adapta fácilmente al cambio cuando éste es necesario (a veces cuando no lo es), a pesar
de la naturaleza fija de sus hábitos cotidianos y personales. Tauro. no. A ella la asusta el cambio. Éste implica
lo nuevo, lo desconocido, lo que ella no ha probado y lo que no le resulta familiar. Se siente emocionalmente
inmune, segura y protegida en los brazos de su amante, una vez que existe intimidad entre ambos. Está
acostumbrada a él. Tal como está acostumbrada a su peinado, a sus vaqueros desteñidos, a sus viejos discos, a
su cafetera destartalada y a sus domadas zapatillas de tenis... con sentimientos mucho más profundos, se
entiende. Aunque la convivencia con él esté llena de fricciones, hasta el punto de ser insoportable, ella se
resistirá a poner fin a su desventura mediante la separación o el divorcio mientras piense tercamente que aún
quedan esperanzas. Hay que admirar su perseverancia. Pero cuando finalmente resuelva dejarlo, si lo
resuelve, se irá. Y nada la hará volver. Esto, si lo dejó en serio y si su partida no ha sido un último recurso
desesperado. Si lo ha sido, es probable que su fe y sus esfuerzos tengan recompensa, porque la rupturatemporal quiebra la monotonía y obliga al Aguador a interesarse de nuevo por la escena cambiante. Ésta es
una estrategia que algunas chicas Tauro utilizan con éxito. Incluso pueden llegar al extremo de fingir amoríos
con un apuesto gigoló, lo cual a menudo sirve para rescatar bruscamente al Acuario de su mundo extraterrestre
y para hacerle pensar que quizás está perdiendo algo más que una cómoda amistad. Es posible que él
empiece a sentir todas las noches sofocos y escalofríos alternados, al recordar el gracioso mohín que hacía al
reírse, la forma en que desafinaba al cantar bajo la ducha —y cómo usaba su propia toalla—, la dulce
expresión somnolienta que aparecía en sus ojos los domingos por la mañana, sus panqueques de arándano, los
suaves mugidos femeninos que emitía cuando la amaban debidamente, sus chistes excéntricos, su cabellera
refulgente, su piel perfumada, su... bueno, quizás era algo más que una simple camarada. Era estupenda
cuando le arrancaba astillas del dedo gordo del pie, cuando le masajeaba la espalda, cuando tenía fe en las
visiones de él, cuando lo hacía sentir cómodo, cuando se reía de la pobreza, cuando le hacía desaparecer las
jaquecas, cuando guisaba sopa de patatas, cuando hacía durar el dinero, cuando hacía el amor... sí, era algo
más que una compañera. Era algo sin igual.
Entonces pedalea hasta el apartamento de ella, le lleva su ratita blanca como ofrenda de paz, le pone en la
mano un ramillete de ajados dientes de león, le sonríe de soslayo y pregunta tímidamente: «¡Oye, guapa!
¿Quieres volver a jugar conmigo al marido y la mujer?». Sin embargo, si ella no ha empleado la ruptura
como una estrategia romántica, si aquélla es, en cambio, el producto de una cuidadosa reflexión, él puede
meterse de nuevo la ratita y los dientes de león en el bolsillo. Cuando un Toro se va, se va. A él le resultaría
más fácil mover una montaña que hacer cambiar de idea a una mujer Tauro e inducirla a repetir el ensayo,
una vez que ésta ha decidido que todo terminó entre ellos.
Sin un aspecto Sol-Luna favorable entre esta (o cualquier otra) configuración de signos solares 4-10, la
brisa más leve puede sacudir la barca, y provocar un naufragio. Como los reflejos de Urano son más rápidos
que los de ella, es posible que él reanude la navegación antes de que ella tome conciencia de lo que ha
ocurrido, y entonces quedará flotando a merced de un mar de emociones, sin salvavidas. Y ella pertenece al
elemento Tierra. y no al elemento Agua. Por eso los Toros corren más peligro que los Aguadores cuando el
amor se estrella en los arrecifes. Sin embargo, con la asistencia planetaria de un aspecto Sol-Luna armonioso
en sus cartas natales, podrán sobrevivir a las tempestades y urdir un deslumbrante edredón multicolor de vida
y amor, relleno con las suaves plumas de la comprensión y el afecto, que los mantendrá abrigados y calientes
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mientras riñen y se besan y se reconcilian periódicamente.
Es posible que su relación sexual sea frustrante e insatisfactoria, a menos que ella complazca la necesidad de
cambio que experimenta él, imitando su locura. Si para darle una sorpresa él se mete en la cama luciendo una
máscara con las facciones del Pato Donald, o suelta su ratita blanca bajo las mantas y ésta le mordisquea los
dedos de los pies, ella no debe enfurruñarse tercamente ni debe irse a dormir a la habitación de huéspedes.
Debe sobresaltarlo a su vez con sus propias sorpresas. Por ejemplo, debe entretejer los dientes de león con su
cabellera cuando va a acostarse; o debe confeccionar una manta con viejas banderas inglesas, conectándola
con una cajita de música que toca «God Save the Queen» cuando ella aprieta el botón; o quizá debe pintar en
el cielo raso estrellas y galaxias luminosas, como las del Planetario Hayden, para que él pueda tumbarse en la
cama y buscar la Osa Mayor mientras hacen el amor. Cualquier cosa con tal de variar.
Él deberá tomarse tiempo, y ser paciente, para entender y satisfacer el profundo anhelo de afecto y de
sensualidad que experimenta ella en el acto amoroso. La chica Tauro necesita demostraciones de amor no sólo
durante la unión sexual. Pero si la chica-mujer Tauro se esmera un poco más por ser tolerante con las
peculiaridades sexuales, emocionales y románticas del Aguador, éste puede ser un amante sensible y
considerado. Ella deberá comprender que la pasión de Urano es mental, además de física, y deberá hallar
medios imaginativos para combinar los deseos abstractos de él con las necesidades sexuales de ella, más
centradas y tradicionales. Excitar a este hombre hasta el punto de la pura pasión sideral implica un desafío
constante, pero vale la pena esforzarse porque Acuario puede aportar a la unidad sexual una magia
inesperada, que estimula el corazón y el alma, además de los sentidos físicos.
Una palabra de advertencia. Será mejor que cuando él se proponga utilizar una ratita blanca como prenda de
paz, después de una reyerta, la sustituya por un gerbo, ese otro roedor tan simpático. Los Tauro están
íntimamente relacionados no sólo con los toros y las vacas sino también, en una vibración diferente pero
igualmente poderosa, con los elefantes. Ya sabéis lo que hacen los elefantes cuando ven una rata. Es posible
que ella reaccione de la misma manera. Que chille o barrite espantosamente, que agite la trompa
frenéticamente, aterrada, y que salte a través de la habitación... arrojándose en brazos de él. Oh, ya veo. ¡Ésta
es la razón por la cual trajo la ratita! Hmmmm. Nunca hay que subestimar los cálculos astutos de un hombre
Acuario. Éste siempre sabe perfectamente lo que hace, por muy chiflado que parezca mientras lo esta
haciendo.
Estos dos son distintos. Ella es mujer. Él es hombre. A ella le gustará que él la trate como mujer. A él le
gustará que lo traten como hombre. Ella se lo merece. El, tal vez no. (Pero los hombres son seres lúgubres...
los chicos son más divertidos.) A ella le gustan las alfombras mullidas y los muebles opulentos, panzudos. A
él le da lo mismo acampar en una tienda. A ella le gusta frotarse la piel con un cepillo de espalda perfumado,
en una bañera con agua, saturada de aceites aromáticos. A él le gusta azotarse la piel con hojas de bambú, alestilo japonés, en la ducha. Ella está sintonizada con la paz y el sosiego... que él llama aburrimiento. Él está
sintonizado con la emoción y la controversia... que ella llama manicomio.
Es posible que al fin ella pierda los estribos y la paciencia, normalmente bien controlados, y le diga que se
busque a otra para que le arranque las astillas del dedo gordo del pie. Sin embargo, si él consigue enseñarle a
volar un poco, y si ella consigue enseñarle a disfrutar en su compañía (la de ella)... bueno, ¿quién sabe? «Si»
es una palabra pequeña, con un significado inmenso. Pero «amor» es una palabra de cuatro letras, dotada de
infinito poder.
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Hombre TAURO Mujer ACUARIO
Ay del bueno de Tootles, el peligro flota en el aire.
El hada Campanilla que esta noche se siente traviesa busca un instrumento, y piensa
que tú eres el niño más fácil de engañar.
La Acuario es una mujer muy especial, que necesita a un hombre muy especial. Claro que también se podría
decir que es una mujer rara, que necesita a un hombre excepcionalmente paciente.
La mayoría de esos individuos deberían ser Toros, que se hacen autobombo recordándote que entre sus
muchas virtudes se cuenta la paciencia excepcional. La personalidad de la Aguadora es singular, y para la
mayoría de nosotros singular equivale a especial. Pero para un signo de Tierra, singular significa,
normalmente, raro. Extraño. Inverosímil. Se trata sencillamente de un problema de definición. Lo importante
para el Toro es recordar que esta dama es diferente. Intriga al Tauro masculino porque es misteriosa. No se
trata del misterio que él intuye en torno de la mujer Escorpión... el misterio que le hace preguntarse si es
perversa o pura, si es fría o ardiente. En el caso de la dama de Urano, el misterio consiste en preguntarse si
existe realmente. Esto lo fascina. Y con razón.
Ella tiene un talante deliciosamente ambiguo. Naturalmente. Nació bajo un signo de Aire. Es difícil de
definir. Por ejemplo, cuando comienza una frase y la deja truncada flotando en el aire... cuando tiene la
mirada perdida en lontananza mientras él le dice «Te amo»... y cuando le resulta difícil recordar cómo se
llama él. Cosas por el estilo. Más tarde, el Toro descubrirá que ella estaba más que presente y alerta en
aquellas circunstancias en que creía que su atención andaba a la deriva. No se perdió ni un detalle. Su
aparente distracción es sólo una señal de que anda vigilando mentalmente, esperando que la realidad se ponga
a la par del punto al que ella ya ha llegado... adelantándose a todo.
La mujer Acuario se siente tan aburrida cuando un hombre no puede viajar por su circuito eléctrico, que
instantáneamente se desvanece o sintoniza otro canal. Puede estar aquí... o puede estar allá... pero aquí o allá
siempre está muy distante.
Como esta dama es tan individualista respecto del romance como respecto de todas las otras cosas, dicta, a
medida que avanza, sus propias reglas sobre el amor. Cualesquiera que éstas sean, tanto si son puritanas como
si son permisivas según las pautas de los demás, es fiel a ellas, y a sí misma. Es precisamente esta virtud de la
honestidad y la integridad consigo misma la que hace que el Toro se sienta atraído por la Aguadora como por
un imán, y la que lo induce a tolerar con asombrosa frecuencia sus reglas románticas, aunque éstas vayan
contra la naturaleza del Tauro. Él la ve claramente como una de las pocas personas realmente honestas que
quedan en el mundo. Una de las pocas personas éticas, formales, dignas de confianza... eh, alto, aguardad un
poco. No sigáis. Es honesta y ética. Pero te meterás en aprietos, Tauro, si crees absolutamente que esta mujer
es formal y digna de confianza.
Es cierto que tiene intenciones y objetivos fijos, pues nació, como el Toro, bajo un signo fijo. También es
una excelente organizadora (a pesar de su engañoso atolondramiento) y le gusta, como a él, economizar y
acumular cosas. No porque sea ahorrativa, una basurera o una rata acopiadora... ni por ninguna de esas
razones sensatas y prácticas (para los Toros). Economiza y acumula cosas que casualmente estimulan su
fantasía. Como la borla de la botita de bebé de Robert E. Lee que compró en una subasta allá en el Sur... o el
diminuto badajo de la campanilla que descansaba sobre el escritorio de su maestra de quinto grado. Es
aficionada a las antigüedades (el Toro es aficionado a romperlas) y guardar toda clase de trivialidades, como
su viejo sombrero de mosquetero, la bacía de su padre, la foto que una amiga le tomó en cueros cuando se
bronceaba un verano al sol. Dejad de piafar y bufar, he dicho una amiga y no un amigo... y la mayoría de las
chicas regidas por Urano no son recatadas cuando están en compañía de personas de su mismo sexo, en el
bosque, y no hay un alma cerca. Algunas de ellas tampoco son excesivamente recatadas en medio de las
multitudes, pero no hablemos de estas Aguadoras... podéis apostar la borla de la botita de bebé a que el Toro
no se ha enamorado de una de las que pertenecen a esta categoría. Es posible que su afición por las
antigüedades (si se trata de una Acuario típica) fastidie al Toro hasta el punto de producirle una gran
frustración y una tremenda exasperación. (Todo en el Tauro es grande o tremendo, nunca pequeño ni
minúsculo.) Tal vez este hombre disfrute de la tradición del pasado, y de los muebles de calidad, creados por
artesanos para que duren más de tres semanas, pero no lo atraen esas antigüedades frágiles y exquisitas que se
descalabran cuando te sientas en ellas. Más de un Toro se ha desplomado al romper el asiento de la silla del
siglo xviii que compró su consorte Acuario... mientras leía las cotizaciones de Bolsa en el periódico de la
tarde. Y os digo que un Toro que ha caído sobre su lomo —pesadamente— después de haber atravesado el
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asiento de una silla puede ponerse muy irascible. Es capaz de alzar la silla agresora y de reducirla a astillas, y
de destrozar simultáneamente los sentimientos de ella al vociferar: «¡SACA ESTAS... (obscenidades
expurgadas) RIDÍCULAS BASURAS DE MI CAMINO! CON LO QUE GASTASTE EN ESTE...
CACHIVACHE PODRÍAS HABER LLENADO LA CASA DE MUEBLES SÓLIDOS Y ÚTILES.
MAÑANA POR LA NOCHE QUIERO ENCONTRAR EN ESTA HABITACIÓN Y EN ESTE MISMO
LUGAR UN SILLÓN RECLINABLE... Y SERÁ MEJOR QUE ESTÉ AQUÍ CUANDO VUELVA DE
TRABAJAR, AUNQUE LO TENGAS QUE TRAER DESDE LA TIENDA
SOBRE TUS ESPALDAS, MUJER». (Los hombres Tauro siempre mandan en sus casas.)
¿Y cómo reaccionará esta mujer del signo de Aire Acuario ante el furioso arrebato de su Toro por la silla? Es
muy probable que le pregunte: «Escucha. Jumbo, ¿cuál es la palabra de seis letras que rima con cerda?».
(Ella está resolviendo un crucigrama en la sección del periódico que él no lee.) Sulfurado como está, es
posible que él le conteste una grosería. De pronto a ella se le ilumina el rosto y exclama: «¡Ya lo tengo!
¡Cuerda! Debo usar una `C' porque en la vertical tiene que resultar 'Cascarrabias'. Entre paréntesis, ¿sabes lo
que significa 'cascarrabias'? Es una palabra que se aplica a la persona que se encoleriza por poco motivo. Me
gusta. Creo que a partir de ahora te llamaré así, en lugar de Jumbo. Cascarrabias».
Él la mira en silencio, sin saber qué decir. Entonces, súbitamente, sin aviso previo, cae un rayo típico de
Urano, y ella le arroja el periódico a la cara, mientras aúlla: «Trae tu... silla a casa sobre tus espaldas,
Cascarrabias. Mañana me iré a hacer camping, sola... y tardaré una semana o más en volver. No me llames,
te llamaré yo si tengo ganas, ¡y probablemente NO LAS TENDRÉ!». Ella da un portazo, monta en su coche
familiar, arranca y sale disparada calle abajo, rumbo a ninguna parte, para ir a reflexionar «serenamente».
Estas son las reacciones que hay que prever cuando dos personalidades fijas tienen una" desavenencia y una
de las dos (la de ella) es susceptible de tener esos súbitos e inesperados estallidos de Urano.
Recordemos que a éstos dos los gobierna la tensa influencia de la configuración de signos solares 4-10, y esta
energía vibratoria perturbadora los agita a menudo, enfrentándolos entre sí. Ambos deben tener conciencia de
que pueden perder los estribos cuando menos lo esperan. El Toro siempre nos sorprende y nos horroriza
cuando se enoja de veras, sencillamente porque sus accesos de ira son muy esporádicos. La mujer Acuario
también es proclive a sorprender y horrorizar a su amante o marido con su cólera, sencillamente porque está
regida por Urano, y casi todo lo que la induce a hacer su planeta lo hace sin aviso previo. Volverá a casa más
o menos al cabo de quince minutos, sosegada, y le traerá un regalo, una ofrenda de paz... quizás un cachorrillo
que encontró merodeando, sin hogar. Si el cachorrillo es tibio, suave y mimoso, probablemente su hombre
Tauro se ablandará, y lo abrazará —y la abrazará a ella— y le dirá que pueden conservarlo, siempre que ella
prometa educarlo. Ella lo prometerá, dulcemente... y volverá a reinar la paz. Pero es posible que ésta sea sólo
una tregua temporal, a menos que exista un aspecto armonioso entre los Soles y Lunas ascendentes de sus
cartas natales. Si no es así, ambos tendrán que aprender a autocontrolarse y deberán comprender que
«inestable» no es una palabra de nueve letras que rima con felicidad.
Volvamos a sus respectivas propensiones a acumular cosas. (La explosión 4-10 suele desquiciar la ilación de
los pensamientos.) Al igual que ella, el Toro es aficionado a atesorar viejos recuerdos, en forma de trastos, si
bien argüirá, ruborosa y tercamente, que tienen una aplicación práctica. No la tienen, pero ella debe permitir
que él piense que sí. (Los Cangrejos también se complacen en atesorar objetos, pero por otras razones. En
parte por sentimentalismo, sí, pero sobre todo porque se les atascan las pinzas y no pueden soltarlos.) Pues
bien. Ella y él tienen signos fijos, así que los dos son buenos organizadores y tienden a acumular cosas. Sin
embargo, cuando se trata de la virtud de la fiabilidad, Acuario es la oveja negra de la familia de los fijos.
(Oveja negra no es un término peyorativo... se trata de las ovejas que tienen la audacia de ser distintas, como
sabéis.) Los otros tres signos fijos —Tauro, Leo y Escorpión— son debidamente fiables, pero es aquí donde
Acuario salta de la barca.
Ella hará lo imposible por cumplir una promesa, y desarrollará un esfuerzo hercúleo para llegar
puntualmente a las citas. Raramente se retractará de algo que ha dicho, si lo sentía de corazón en el momento
de decirlo, y todo esto es admirable. Pero las excentricidades de su indumentaria y sus modales, los súbitos
zigzagueos de su conducta tan propios de Urano, sus cambios inesperados y las sorpresas que se deleita en
daros, no se pueden describir como fiables. Sólo se pueden describir como desconcertantes.
El hombre Tauro es generalmente convencional, su comportamiento es previsible, no le gusta zigzaguear,
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y ni siquiera su peor enemigo podría llamarlo excéntrico. El Toro es un conformista de alma, y es por ello que
la era de Acuario le produce una ofuscación silenciosa pero desesperante. ¿Quién puede lidiar con estos
jóvenes enloquecidos, con la revolución sexual, los tumultos, las protestas contra nuestro Gobierno, la gente
que corre desnuda y las mujeres que tienen la temeridad de pensar que son iguales a los hombres, cuando
cualquier buen curso de anatomía prueba que esto es ridículo? Así que Tauro se queda pacientemente sentado,
cavilando y preocupándose interiormente, protegiendo su propiedad de los maníacos desorbitados y anónimos
que corren por las calles, y buscando desesperadamente, como Diógenes, a un hombre honesto. O por lo
menos a una mujer honesta.
Entonces aparece la chica Acuario, que enarbola el coraje refulgente de sus convicciones, y él piensa que
la búsqueda ha terminado. ¿Pero, y sus excentricidades? ¿Y esas ropas extravagantes que usa, su peinado
peculiar, sus extraños asertos y su simpatía por esos maníacos peligrosos y alucinados? ¿Acaso no tiene el
sentido común suficiente para alarmarse por lo que sucede en el mundo circundante sólo porque no es más
que una mujer? Quizá necesita que él la proteja.
No niego que tal vez necesita protección. Pero la razón por la cual no se alarma es otra: al fin y al cabo, la
era de Acuario es su era, y como ella misma es Acuario, sabe que nunca es indispensable adaptarse a nada, a
menos que lo desees. Ella siempre se ha conformado con vivir junto al mar, sin atacar a quienes prefieren las
montañas. Siempre se ha peinado como a ella le gusta, sin que la preocupara si sus amigos eran calvos o
usaban trenzas. ¿Qué tiene de malo el hecho de ir el domingo a la iglesia y comer inmediatamente después
con un ateo? Si al menos pudiera hacerle entender a él que no tiene por qué ofuscarse tanto por lo que
sucede... y que sólo se trata del comienzo de una fabulosa era nueva en la que cada cual podrá desarrollar su
propia personalidad, y ser conservador o liberal, andar descalzo o con botas, usar melena o cortarse el pelo al
rape. Sencillamente se trata de vivir, y dejar vivir.
Bueno, Tauro entenderá esto último. Él está muy dispuesto a vivir y dejar vivir, siempre que pueda
refunfuñar un poco cuando algo no le place. Ambos son propensos a «ser tolerantes», pero deberían aplicarse
'esta filosofía a sí mismos, además de aplicársela al mundo, dejando de tomar en solfa sus respectivas
convicciones personales. Como sucede en todas las parejas 4-10, cada uno de ellos coarta un poco la
idiosincrasia del otro, y esto duele.
La propensión acuaria de ella a lo abstracto se extiende a su sexualidad, y como las necesidades sexuales del
Toro no tienen nada de abstracto, esto puede provocarles un poco de insomnio. Ella no está obsesionada por
la sensualidad y el erotismo, aunque ambos pueden inspirarle bastante curiosidad. Su actitud respecto del acto
amoroso es etérea y complicada; la de él es simple y terrenal. El deseo físico nunca es tan fuerte ni tan
profundo en Acuario como lo es en Tauro. Sin embargo, en la naturaleza cálida y afectuosa del Toro hay algo
que a ella le toca el corazón, y le hace sentir deseos de complacerlo. Y en las pasiones poco convencionales
de ella, tan honestas y francas, hay algo que despierta en el hombre Tauro una mansa tolerancia, una especie
de arrebato protector, que ciertamente no mitigará su virilidad.
Es posible que una noche ella lo abrume con su vehemente sed de amar, y que la noche siguiente parezca
alejarse flotando de su contacto. Tal vez él no se dé cuenta de que el deseo físico de ella pudo ser estimulado
por la forma graciosa en que él silbaba mientras pelaba torpemente una naranja para el desayuno (horas antes
de acostarse), pudo ser excitado por los paisajes fantásticos que la escarcha trazó sobre el cristal de la ventana
en invierno... y pudo ser sofocado por una noticia que oyó, inmediatamente antes de cenar, sobre los muchos
millones de niños y de recién nacidos que mueren de hambre a toda hora, en todo el mundo. Y tal vez ella no
se dé cuenta de que su Toro necesita algo más que unas pocas palmadas y abrazos para quedarse conforme.
Necesita que le rasquen la cabeza (literalmente), que le cojan la mano, que le besen la nariz y le llenen los
oídos de palabras dulces, tiernas... con mucha regularidad.
Aunque el hombre Tauro esté rodeado de mucho amor, siempre quiere más. Sin embargo, aunque la chica
Acuario le tenga veneración, se siente obligada a compartir su amor con sus amistades y con toda la
humanidad, en general. A veces, a estos dos puede parecerles que no hay suficiente amor para seguir
subsistiendo. Nunca lo hay, cuando lo recibes. Sólo cuando lo das. La reserva es inagotable.
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GÉMINIS ACUARIO
Aire - Mutable - Positivo Aire - Fijo - Positivo
Regido por Mercurio Regido por Urano
Símbolo: los Gemelos Símbolo: el Aguador
Fuerzas diurnas Masculino Fuerzas diurnas - Masculino
-
La relación GÉMINIS-ACUARIO
Los objetivos están en cada extremo del arco iris...
Como ésta es una configuración de signos solares 5-9, y sus soles natales están, por tanto, en aspecto
trígono, Géminis y Acuario son en general tan apaciblemente compatibles como un par de chinches en una
alfombra o dos termitas en un tótem. Sin embargo, de cuando en cuando, sus frecuencias pueden entrar en
cortocircuito, lo cual depende de otros aspectos entre sus respectivos planetas a la hora del nacimiento.
Hace poco tiempo recibí una carta de un joven Acuario llamado William Dana Snyder, que trabaja en la
actualidad en la ferretería Nuts and Bolts de Greenwich Village. donde evidentemente está muy cómodo.
Estaba escrita en el típico sánscrito de Urano que emplean los Acuario cuando se comunican con los simples
mortales en el plano de la Tierra, y se hallaba firmada con la extraña frase: SAT NAM. Debajo de esta firma,
el Aguador había traducido servicialmente las palabras, cuyo significado era, en esencia: «Existe un solo
Dios, y Él es la Verdad».
Ahí está. La principal corriente de desavenencia entre los Géminis y los Acuario: la VERDAD. Géminis la
elude continuamente, porque, para los Gemelos, la verdad tiene una intrincada red de significados complejos.
Los Acuario la buscan constantemente (o la acechan): lúcida, simple, limpia de adjetivos imaginativos,
desprovista de opiniones personales. Para Géminis, la verdad es un inmenso océano ondulado, coloreado por
los arco iris y rutilante, poblado por los peces de multifacéticas verdades a medias, quizá, tal vez y
posiblemente. Para Acuario, la verdad es una gran gota brillante, configurada como un hecho concreto,
incolora, transparente, que el implacable ojo microscópico de Urano ve como ella misma y nada más que ella
misma, válgale Dios... y eso es lo que es, por supuesto. ¿Recordáis? SAT NAM.
La escena se desarrolla en cualquier parte. Géminis y Acuario están en extremos opuestos de un hilo
telefónico. El primero le ha prometido al segundo que le hará el favor de despachar, por él (o por ella), una
carta muy importante.
ACUARIO: ¿Despachaste la carta que te entregué anoche?
GÉMINIS: Sí, la despaché. Nos veremos para almorzar juntos dentro de una hora, ¿de acuerdo?
ACUARIO: ¿Qué significa eso de que la despachaste? ¿Ahora mismo está viajando rumbo a Saratoga?
GÉMINIS: Bueno, no... pero estará dentro de pocos minutos.
ACUARIO: Entonces no la has despachado. ¿Por qué dijiste que sí?
GÉMINIS: La verdad es que escribí la dirección, le puse un sello y me disponía a salir rumbo a la
oficina de correos, cuando sonó el teléfono.
ACUARIO: La verdad es que aún no has despachado la carta. Vuelve a telefonearme después de echarla
en el buzón. Adiós. CLIC.
Acuario es un signo fijo. Fijo significa obstinado, entre otras cosas. Si los comentarios del Aguador os
hacen evocar la forma en que Virgo y Sagitario buscan la verdad, escuchad de nuevo. En la actitud de
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Urano hay una ligera y sutil diferencia. No sé con exactitud cuál es, pero se trata de una ligera y sutildiferencia. En todo lo que hace Acuario hay una ligera y sutil diferencia respecto de la forma en que lodicen y lo hacen los seres humanos comunes. Los Aguadores no son comunes. Son extraordinarios. Y noles sacaréis nada con halagos. Pero volvamos al tema principal. La verdad es un contexto en el que obviamente
se producirán disputas ocasionales entre Géminis y Acuario.
No todos entienden esta obsesión uraniana por la verdad, basada sobre hechos. A diferencia de los
Virgo, los Acuario no son detallistas en busca de la verdad. A diferencia de los Tauro y los Capricornio,
los Acuario no tienen un criterio cerrado. La mente de Urano siempre está abierta a todo, literalmente a
todo. Si el cerebro humano es capaz de imaginarlo o concebirlo, entonces es una posibilidad para Acuario,
por muy descabellado y ridículo que pueda parecer a la comunidad científica y/o a los profanos. SIN
EMBARGO (y he escrito SIN EMBARGO así premeditadamente), aunque los Aguadores aceptan con
criterio abierto que absolutamente todo es posible, sólo elevarán una teoría vigente a la categoría de
verdad definitiva después de haberse convencido de que la hipótesis es viable, verificándola mediante
hechos concretos. Ya veis entonces que son una mezcla curiosa de realidad y fantasía. Por lo menos,
espero que lo veáis. Confío en que esto haya elucidado el problema. Estoy segura de que no lo ha
elucidado. Pero lo intenté.
Si bien a veces miran la verdad desde extremos opuestos del telescopio, Géminis y Acuario, en cuanto
configuración de signos solares 5-9, son en general inmensamente compatibles. ¿Diremos que es más
frecuente que lo sean y no que no lo sean? Empatizan, simpatizan, filosofan y fraternizan en la misma
longitud de onda electrónica, en el mismo rayo aural, en la misma frecuencia de vibración, o como os plazca
llamarlo. Normalmente, no se dejan conmover por sus respectivos humores cambiantes, excentricidades,
altos, bajos, o desplazamientos laterales. Sólo rara vez encontramos una pareja Géminis-Acuario cuyas
posiciones planetarias recíprocas están seriamente menoscabadas por aspectos comparativos de sus cartas
natales, y que, por tanto, se aborrecen activamente a primera vista, o se aburren mutuamente. Esto sucede en
todas las configuraciones de signos solares, incluso en la vibración 5-9 generalmente apacible, pero con muy
poca frecuencia.
Como os he recordado muchas veces a lo largo de este libro, en otros capítulos dedicados a Acuario, si
bien en astrología se lo representa como el Aguador, éste es un signo de Aire, lo mismo que Géminis, y no un
signo de Agua. ¿Entonces por qué se representa a estos individuos, se los simboliza, digamos, por una figura
arrodillada que vierte agua de un cántaro, si no pertenecen al elemento Agua sino al elemento Aire? No sé por
qué. Comprendo que superficialmente no tiene sentido. Es totalmente ilógico, para no decir contradictorio y
absurdo. Pero claro que también lo son los Acuario: ilógicos, contradictorios y absurdos. Todos ellos están
chalados, hasta cierto punto. Los Gemelos se cuentan entre las pocas personas que lo notan enseguida, porque
como se sabe ellos también están chalados de cabo a rabo. Cuando Géminis y Acuario hacen el loco juntos al
mismo ritmo, la escena es bastante reconfortante. Nadie tiene que explicarse. La vida se simplifica. No, tal
vez será mejor que me retracte. La vida nunca es simple cuando se trata de estos dos signos solares.
Interesante, fascinante, incluso mágica... pero, desde luego, nunca simple.
Uno de los espectáculos más notables y patéticos o conmovedores del mundo es el que ofrece un niño con
sentimientos de adulto. Otro espectáculo notable, patético o conmovedor es el que ofrece un adulto con
sentimientos de niño. Esto último es lo que les sucede a todos los Géminis y Acuario, si son representantes
típicos de sus signos solares. En realidad ambos viven en planetas ajenos a la Tierra, y sólo se posan aquí a
ratos, durante períodos que pueden oscilar entre cinco minutos y varios días. Naturalmente, cuando se les
presenta una oportunidad se asocian, para poder conversar en el lenguaje cifrado de los no terráqueos. El
verdadero mundo de Géminis y Acuario se llama Feéria, el reino o estado donde existen las hadas, descrito
por Tolkien como un lugar que contiene «muchas cosas además de elfos y hadas, y además de enanos, brujas,
duendes, gigantes o dragones; contiene los mares, el sol, la luna, el cielo; y la tierra, y todas las cosas que hay
en ella: árbol y pájaro, agua y piedra, vino y pan, y nosotros mismos, hombres mortales, cuando estamos
hechizados».
Todos nosotros experimentamos trances fugaces de hechizo (con la posibilidad de extender su aspecto
fugaz). Pero Géminis y Acuario comprenden y utilizan esta posibilidad y están casi continuamente
hechizados, llenos de temor reverencial y asombro, de la curiosidad del auténtico niño —Géminis, el párvulo,
y Acuario, la segunda infancia— tal como lo describo en «Los doce misterios del amor», en el comienzo de
este libro. Por tanto disfrutan de residencia más o menos permanente en el reino de Feéria. Los vemos pasar
entre nosotros, desde luego, ¿pero están realmente aquí, o acaso no parecen estar a menudo... en alguna otra
parte? En pareja, estos dos signos solares se mezclarán y fusionarán a veces casi como si fueran uno, después
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recuperarán por un tiempo sus actitudes individuales... y volverán a unirse flotando. Generalmente se trata de
una relación que sopla como el viento, como la brisa, un poco desapegada, y aunque una controversia entre
ellos puede generar un torbellino pasajero de excitación, semejante a una tormenta de verano, normalmente
ésta no dura el tiempo necesario para poder producir verdadero daño.
Tanto Géminis como Acuario entienden la mayoría de los temas y situaciones cabalmente, a fondo, pero
habitualmente Géminis puede transmitir esta comprensión a los demás con más claridad que Acuario, porque
los Gemelos han sido favorecidos con el don de la locuacidad y la elocuencia... los Acuario con el don del
genio y la insania, más o menos por partes iguales. Ambos son, empero, especialistas en frases tortuosas,
alucinadoras. Géminis hace juegos de palabras con un ateo cuando le informa que cualquier científico puede
contar las pepitas que hay en una manzana, pero sólo Dios puede contar las manzanas que hay en una pepita.
Acuario comenta la conducta del inquieto Géminis observando cáusticamente que un tramoyista no deja
sombra, sólo dudas. ¿Qué ha dicho? Escuchad con más atención la primera vez. A Acuario no le gusta repetir
las cosas. Géminis las repite alegremente, pero nunca dice dos veces lo mismo. Con sus pasteles invertidos de
retórica y alteraciones entrecruzadas, Géminis y Acuario podrían formar un excelente equipo para escribir
versos destinados a las galletas chinas en cuyo interior se esconden vaticinios de la suerte.
Si el Sol y la Luna armonizan en sus cartas natales, pueden formar una pareja deliciosa, que constituirá
un enigma exasperante para los demás, si bien ellos se leerán, recíprocamente, como un libro abierto.
Incluso con un aspecto Sol-Luna negativo en sus horóscopos, en razón de su Sol trígono, podrán empezar
por leer la última página del libro, resolver que no les gusta, y flotar jubilosamente cada uno en su propia
dirección, aunque tal vez volverán luego para retomar las cosas donde las dejaron, y quizás incluso para
escribir un final distinto, más a su gusto. Con estos dos, es imposible formular predicciones.
La mayoría de las personas estiman a Géminis y Acuario a pesar de ellos y no por ellos. Ambos son
demasiado complejos para el terráqueo medio. Pero generalmente sólo irritan con su bullicio, y pocas
veces llegan a provocar cólera. Si se pudiera poner música a su cháchara mutua, combinada con sus
rápidos movimientos de cabeza y de pies, seguramente la letra sería fascinante pero difícil de recordar.
Difícil de recordar, al menos, para el Aguador. Todos los Acuario son un poco distraídos. No importa, la
mente de Géminis, semejante a una trampa de acero, puede despachar tarjetas de computadora, con datos
de memoria, a una velocidad suficiente como para cubrir las necesidades de ambos.
A veces ganan dinero juntos, y a veces lo pierden juntos. Ninguno de los dos es propenso a confesar si
lo perdieron o lo ganaron, porque ambos son capaces de reemplazar una palabra por otra, como lo hacen
con todas las polaridades, entendiendo cabalmente lo que muchos no entienden: que cualquier elemento
siempre contiene partículas del opuesto. Es muy probable que estos dos (que, dicho sea de paso, estarían
muy cómodos en el Té del Sombrerero Loco) tengan en común una cierta dosis de interés en la religión,
en los viajes a países y territorios extranjeros, en las instituciones de educación superior, en la experiencia
astral, en la juventud y los jóvenes, en el cine, en los entretenimientos y en las empresas artísticas o
recreativas. O éstas podrán ser, a la inversa, áreas de tensión.
A menudo Géminis y Acuario parecen incapaces de desarrollar una relación totalmente pacífica, no
obstante su empatía innata. Si las cosas marchan demasiado bien, no son felices. La suya es una
compatibilidad excepcionalmente extraña. Pueden sustentar a menudo proyectos antagónicos y pueden
ponerse recíprocamente los nervios de punta. Sin embargo, también pueden divertirse mucho juntos,
mientras revolotean en órbitas simultáneas para sembrar de flores la exhausta y vieja Tierra... dando
tumbos, contorsionándose, revolcándose y provocando a quienes no han sido favorecidos con vertiginosas
mentes de calculadora y una intuición fulminante.
Géminis y Acuario son tan serios como el nacimiento y tan alegres como la muerte... y viceversa. En
cuanto al concepto espiritual de SAT NAM, Géminis tiene conciencia de que la verdad es distinta para cada
persona, y depende del grado de lucidez del individuo en un momento dado. Por tanto, si el nombre de
«Dios» es realmente la verdad, entonces es un «Dios» de muchas caras, un Uno múltiple.-
Acuario el aún más .sagaz, lleva la lógica -de Géminis un paso más adelante, y les informa a los Gemelos que
existe una sola verdad, que se destaca por encima de los múltiples dioses-verdad del SAT NAM, y cuyo
nombre es AMOR. No sólo el amor entre el hombre y la mujer, aunque éste es el comienzo, sino el amor
recíproco de toda la humanidad masculina y de toda la humanidad femenina, y el amor de la una y la otra por
todas las criaturas vivientes... del bosque, los mares y el aire. «Pues bien —responde Géminis, animándose—.
¡Ya veo! ¡Ya veo! ¡Entonces debe de haber una señora diosa, dos creadores, almas gemelas, de donde todo
esto fluya hacia quienes estamos aquí abajo!»
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Pero fue necesario que el Aguador les abriera los ojos a los Gemelos y les revelara la verdad suprema. Sí,
Géminis, el superinteligente, tiene que aprender mucho de Acuario, el Aguador de la sabiduría. Es posible que
en su juventud Acuario firme las cartas con la frase SAT NAM. Pero al llegar a la madurez, el regido porUrano las firmará con la frase EVOL NAM REH-SIH (El nombre de Él y el nombre de ella es Amor, en
inglés y escrito al revés, desde luego, en el típico estilo de Urano).
El cántaro sin fondo del Aguador contiene muchos de estos misterios maravillosos, y nadie puede
descubrirlos más rápidamente que los Gemelos Géminis.
Mujer GÉMINIS Hombre ACUARIO
Ahora seguramente él iba a entender; pero ni pizca.
—Peter —dijo ella, vacilando—, ¿pretendes que me vaya volando contigo?
—Por supuesto. Para eso he venido. —Peter agregó con tono un poco hosco—: ¿Has
olvidado que ésta es la época de la limpieza de primavera?
Ella comprendió que era inútil explicar que él había dejado pasar muchas épocas de
limpieza de primavera.
La primavera nos atrae a todos, pero encierra un hechizo especial, inexplicable, para los signos solares de
Aries, Acuario y Géminis. La mujer Géminis, que es impaciente, puede crear su propia primavera cuando la
Madre Naturaleza la desilusiona. Llega una época del año en que la opresión helada del invierno parece
interminable. Ella no puede esperar la primavera un día más. Y entonces vuela a Florida o California,
siguiendo al sol esquivo, y hace un milagro al adelantar la primavera, a su capricho. Mucho tiempo atrás,
cuando era una niña muy pequeña, aprendió que hay muchos fenómenos mágicos que uno puede generar
cuando se desea la felicidad, y la mayoría de estos fenómenos implican desplazarse, volar de aquí para allá,
pero sobre todo... cambiar.
Ningún hombre entenderá mejor que un Acuario su obsesión por esta palabra. Oh, los hombres Aries, Libra y
Géminis también la comprenderán, a veces, pero no de una manera tan emocionante como Acuario. El
Aguador nació para traer el cambio al mundo. Sin embargo hay una pequeña contra, que debemos hacer notar.
Él quiere que el mundo y todos los que lo rodean cambien, pero no sus propias actitudes básicas, no la esencia
de él mismo. Es posible que cambien sus estados de ánimo y sus modales, pero no el Él-de-Él. Recordad que
es un signo fijo. Al principio, en el primer amanecer del amor, revoloteará alegremente con ella. Más tarde, se
afianzará más en su rutina. Claro que la rutina de Urano es siempre más fascinante que las otras, pero para
una chica Géminis desbordante de ideas y posibilidades, una rutina es una rutina, y para su espíritu exaltado
no hay nada más desmoralizador que un Aguador sentado junto al fuego en su cabaña, atascado en su rutina.
No sé si me entendéis.
Sin embargo, el solo hecho de que él pueda afincarse en el aspecto residencial o geográfico, no debe
interpretarse de ninguna manera como una insinuación de que es un hombre previsible. En lo que concierne a
su humor, sus expresiones y su talante, para no hablar de sus actividades, es tan impredecible como un par de
dados. En verdad, es un acto de justicia romántica que una chica Géminis quede hechizada por un hombre
Acuario: Durante tóda vida ella ha estado revoloteando como una luciérnaga peripatética, cambiando
bruscamente de estado de ánimo, haciendo gemir de frustración a sus amantes o amigos en razón de su estilo
bastante impersonal de imprevisibilidad, típico de Mercurio. Apenas se líe con un hombre regido por Urano,
no le quedará otro recurso que tragar una dosis bastante copiosa de su propia medicina.
Él la invitará a cenar y a asistir después al preestreno de una nueva película de Steve McQueen o Paul
Newman (generalmente típicos favoritos de Acuario), y entonces, después de que ella se haya cepillado el
pelo y se lo haya ceñido con una cinta amarilla, se presentará en su puerta algo parecido a una rana, con un
traje de submarinismo y. aletas de inmersión. ¿Qué es esto? Es él. ¿Acaso pretende que ella vaya a practicar
surf? No. Ha cambiado de idea y ya no irán a cenar antes de asistir a la proyección de la película. Ha
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decidido que cenarán en casa de ella, y mientras ella guisa, él irá a pescar unas valvas para confeccionarle un
collar. Aún tendrán tiempo para ver la primera película, siempre que ella se dé prisa, enfríe las coles y
caliente las lentejas. para que todo esté listo para engullir cuando él vuelva de bucear en busca de conchas
marinas. «Habrá suficientes, abandonadas, esparcidas sobre el fondo del océano». musita él... mientras se va.
«El cangrejo ermitaño no tarda en superar las dimensiones de su confortable morada y en buscar otra nueva.
Las conchas de las orejas marinas son hermosas, pero significan la muerte para éstas a manos de las personas
que aniquilan la fauna oceánica para estimular sus voraces papilas gustativas.»
¿Qué fue lo que dijo? Él se lo explicará todo —la desdicha de la cadena alimenticia— más tarde, después de
la comida. La rana ya ha desaparecido, y sólo ha dejado tras de sí el chasquido. de las aletas, en el camino
que lleva a la playa. La vida —y el amor— con este hombre pueden ser delirantes.
¿Habrá una manera de hacer creer a otras personas la locura, la hermosura de todo esto? Ninguna. La
forma en que estos dos se encuentran a menudo en el trance de sentir lo mismo al mismo tiempo es
alucinante. La mayoría de las veces ella capta las tretas de él casi antes de que pueda ejecutarlas.
Naturalmente, esto lo electriza, porque al Acuario le encanta asombrar a la gente, y la sorpresa de encontrar
una mujer difícil de asombrar le plantea un desafío demencial. Como si un chiquillo caminara sobre las manos
en lo alto de un muro para impresionar a su amiga favorita, y ésta bostezara y se pusiese a caminar sobre los
codos. En compañía de la chica Géminis, él debe superarse constantemente a sí mismo.
Si por casualidad viven en las montañas o en el Medio Oeste, lejos de toda playa, ello no excluye el
tratamiento de shock de Urano. En lugar de que aparezca una rana en la puerta de ella, él pasará a recogerla
una mañana en un «escarabajo» amarillo, con la imagen de Snoopy estarcida sobre el capó, y uno de esos
adhesivos que dicen BIENVENIDOS OVNIS en el parachoques. ¿La noche anterior su coche no era gris? Sí,
lo era, pero éste es un radiante día de sol y de cielo azul. Es hora de cambiar de colores. Es posible que
súbitamente él decida dejarse la barba o el bigote, sin aviso previo, o si ya los tiene, se los afeita en forma
igualmente repentina, se calza un gorro de lana hasta las orejas, la abraza en la calle y le da un susto mortal.
«¿No me conoces, cariño? ¡Soy el gigante Jolly Green y te adoro!» Y cosas por el estilo.
Por fin ella entenderá lo que siente el espectador inocente al que alguien le asesta una noria gigante de
emociones y humores cambiantes. Es posible que esto incluso le enseñe a mitigar su propia acrobacia mental,
y quizás aún a llegar puntualmente a las citas. La fiabilidad y la confiabilidad son cualidades que ambos
podrían cultivar con provecho. También existe la posibilidad de que no se estabilicen el uno al otro, sino de
que, en cambio, se estimulen recíprocamente a multiplicar sus cabriolas. De una u otra manera, será divertido.
Estos amantes constituyen una configuración de signos solares 5-9, lo cual significa que tienen muchas más
probabilidades que las corrientes de descubrir que son almas gemelas, sobre todo si existe un aspecto Sol-
Luna armonioso entre sus dos horóscopos. Incluso si no se cumple este requisito, o si existe un aspecto
negativo entre sus luminarias individuales a la hora del nacimiento, encontrarán más elementos en común
entre los dos que con la mayoría de las personas que ambos conocen.
Sería inútil negar que de vez en cuando ella fastidiará e irritará la fijeza de él con su mutabilidad. Pero es
muy fácil perdonarla. Nunca ha habido en el mundo una persona capaz de excusarse tan maravillosamente
como una Géminis. Realmente vale la pena que ella haga algo incorrecto, para verla disculparse. A veces él se
pregunta si ella lo sabe. (Sí lo sabe.) A los Acuario les resulta un poco más difícil aprender el arte de
excusarse. Nunca a un signo fijo (Acuario, Tauro, Escorpión, Leo) le resulta fácil decir «Lo siento». A la
mayoría de ellos les produce tanto placer implorar disculpas como caminar descalzos sobre las brasas. Así que
ella no debe esperar que este hombre incurra en semejante humillación con demasiada frecuencia. Es algo que
lo asusta. ¿Qué pretenderá ella a continuación si él la echa a perder ahora con excesivas excusas? A los
hombres Acuario no les gusta que prevean sus actos. Ya os lo he advertido. Es aconsejable no olvidarlo.
La gente puede aburrirse tremendamente cuando lo único que despierta su interés mutuo es el sexo. Este
hombre y esta mujer rara vez corren semejante riesgo. Géminis y Acuario siempre tienen tema de
conversación, muchas cosas para enseñarse el uno al otro. y lo más hermoso de ello es que, la mitad del
tiempo, ni siquiera se dan cuenta de que están aprendiendo. Generalmente el sexo no reviste una importancia
desmedida para este hombre y esta mujer. Tampoco es menospreciable, pero no ocupa el lugar prioritario en
su relación. Casi nunca se le ocurre a uno de ellos medir su influencia, contar sus dones o sus calamidades. El
sexo está ahí, eso es todo. La mayoría de las parejas Géminis-Acuario bien avenidas disfrutan cuando
chapotean en los charcos, remontan cometas o cazan mariposas. Es algo emocionante, excitante, puro placer
desprovisto de complicaciones, sin recovecos oscuros o misteriosos: un recinto luminoso y soleado de sus
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corazones. Él podría ser uno de esos ocasionales Aguadores a los que casi es necesario recordarles las reglas
del juego del acoplamiento porque sus pensamientos ajetreados como abejas andan zumbando alegremente en
torno de otras cuestiones, demasiado preocupados y abstraídos para recapacitar constantemente sobre los
deleites de la intimidad física. Y ella podría ser una de esas Géminis que alcanzan la plenitud mediante la
conversación, mediante la unión mental, y no mediante una entrega exagerada a la sensualidad o la pasión.
Sin embargo, el acto amoroso, cuando se produce, suele ser satisfactorio para ambos y no una fuente de
tensión, independientemente de la mayor o menor frecuencia con que lo compartan.
Estos dos prevén sus respectivos deseos de una manera extraña. El hombre Acuario que tiene a Venus en
muy mala posición en su carta natal, puede sustentar algunas ideas muy extravagantes en materia sexual, o
puede preferir la relación amorosa platónica, que nunca termina de consumarse. Pero una vez que el uraniano
medio ha sido cautivado, y ha entregado su corazón, ya conoce el lenguaje del amor, incluido el físico, y
puede comunicar la magnitud de su necesidad con una mirada fija, arqueando ligeramente una ceja... o
agitando la oreja izquierda. En cuanto a ella, el simbolismo gemelo de Géminis se reflejará asombrosamente
en su capacidad para aparecérsele una noche como una mujer especial, propia... y al día siguiente como otra
totalmente distinta.
Hablando del lenguaje, como lo hacíamos pocos párrafos más atrás; la chica-mujer Géminis (pues es las dos
por turno) puede hablar Más de un idioma. Los son lingüistas natos. También es posible que tenga más de un
nombre; un alias o un apodo, y quizás incluso más de un marido durante su ciclo vital. Por supuesto, esto no
se aplica a todas las mujeres Géminis, pero sí a la mayoría de ellas. Las Gemelas pocas veces se conforman si
no lo tienen todo por partida doble o múltiple. Los Acuario también se casan, a menudo, más de una vez. (No
siempre, pero sí a menudo.) No todos los Aguadores satisfacen su curiosidad la primera vez, aunque ella le
lleva ventaja en la carrera de los matrimonios múltiples y tiene un poco más de probabilidades que él de haber
probado anteriormente el matrimonio.
Una vez que el hombre Acuario está seguro de que no pierde nada por ello, puede ser cabal y
perfectamente fiel a una mujer. Su problema con las Gemelas consiste en que a veces tiene la impresión de
que está lidiando con dos mujeres. Supongo que podría serles fiel a ambas. Las mujeres Géminis flirtean
mucho. Sencillamente no pueden evitarlo. Pero en este caso ella se saldrá casi siempre con la suya, porque
generalmente los Acuario no son propensos a recargar las tintas en materia de celos. Es posible que los coqueteos
ligeros, amistosos, les pasen totalmente inadvertidos. Él entiende la amistad. En verdad, posiblemente
ella desearía que no la entendiese tanto. Puede suceder que las amigas de él la pongan celosa a ella.
Simplemente deberá recordar que al Acuario tal vez le resulte difícil separar el amor de la amistad, pero que
para él, si se trata de un Aguador típico, el aspecto físico o sexual de una relación está asociado con el
primero, y no con la segunda... una vez que él ha separado los dos mediante un compromiso (o que los ha
combinado, con ella).
La única persona a la que ella debe temer con justo motivo es la primera chica que él amó. Nunca la
olvidará: nunca. Siempre estará presente, profundamente implantada en su memoria, ya se trate de su maestra
de primer grado, del gorila hembra del zoológico, o del hipopótamo hembra que le hizo un guiño cuando él
tenía tres años. Podría tratarse de algo más serio, claro está, y su primer amor podría ser una auténtica y
peligrosa mujer de carne y hueso, que tal vez aparecerá un día para hacerle revolcar el corazón. Aún así,
excepto en casos raros, él preferirá el recuerdo brumoso, ensoñador, al trajín de retomar la relación donde la
dejó, años atrás. Sin embargo, esos casos muy raros también existen.
Lo único que este hombre le exigirá es la verdad. Y es lo único que tal vez nunca obtenga de ella. Ella ve la
verdad a través de la lente múltiple de la imaginación, coloreada por sus deseos y ensueños. Es sólo un
problema de interpretación. Por lo demás, estos dos comparten vibraciones esencialmente similares. Sus auras
se amalgaman en una galaxia de estados de ánimo, sincronizados en la frecuencia del mismo «barco madre»,
diferentes sólo en la medida en que contienen el reflejo individual de las estaciones cambiantes del corazón.
Estas diferencias son sutiles, intrincadas. Las reacciones de él son más complejas que las de ella, y por tanto
también lo son sus reflejos. Ella lo sorprende con torrentes de lágrimas, seguidos súbitamente por estallidos
deslumbrantes de risa. Entonces él invierte el reflejo con torrentes de risa, seguidos por estallidos
deslumbrantes de lágrimas... quizá porque Acuario ya sabe lo que a Géminis aún le falta aprender: que existe
una razón por la cual alegría rima con melancolía, razón esta contenida en su misterio personalmente aún no
dilucidado de júbilo y pena, que en realidad son otros dos Gemelos, inseparables e intercambiables.
25
Hombre GÉMINIS Mujer ACUARIO
—Así que escapé a Kensington Gardens y viví mucho mucho tiempo entre las hadas.
Ella lo miró con vehemente admiración, y él pensó que era porque
había escapado, pero en realidad era porque había conocido a las hadas.
Hay muchas razones por las que es seguro que estos dos se prestarán recíproca atención en una multitud, pero
la principal consiste en que ambos oyen un tenue acorde musical. La chica Acuario ha pensado siempre que
nadie la comprende de veras. La mayoría de las personas la juzgan equivocadamente, suponen que juega sólo
con la mitad del mazo de cartas, que tiene una imaginación alucinada y desbordante, que es una florecilla loca
que ha nacido varios siglos antes de su tiempo. Todos menos él.
El hombre Géminis ha pensado siempre que nadie lo comprende de veras. La mayoría de las personas lo
juzgan equivocadamente, suponen que no es de fiar, que unas veces es demasiado locuaz, que otras veces es
demasiado caprichoso, inmaduro... y totalmente irresponsable. Todos menos ella.
La primera toma de conciencia de la afinidad que existe entre Géminis y Acuario siempre me recuerda el
encuentro entre el Principito de Saint-Exupéry y el piloto. En su infancia, el piloto había dibujado una boa
constrictor que se había tragado un elefante y que, infortunadamente, parecía un sombrero. Durante toda su
vida, cualquiera que fuese la persona a la que mostraba su dibujo, nadie reconocía a la boa constrictor que se
había tragado un elefante, sino que todos comentaban siempre: «Sí, es un bonito dibujo de un sombrero».
Cuando los demás no comprenden tus afanes te sientes dolorido, y solo. Hasta que un día, después de haber
crecido, el piloto se encuentra en el desierto con un extraño hombrecillo que le pide que le dibuje una oveja.
Exasperado, el piloto bosqueja la misma imagen de su infancia, la que todos habían tomado siempre por el
dibujo de un sombrero. Pero cuando el Principito mira el bosquejo, menea inmediatamente la cabeza y dice:
«No quiero un dibujo de una boa constrictor que se ha tragado un elefante. Te pedí que me dibujes una
oveja».
Éste es el ligero acorde musical al que me refiero. Sin una sola explicación... ¡alguien
sabe! Sólo la música, y nunca las simples palabras, puede describir la fuente de pura
alegría que brota en el alma cuando, después de muchos años de búsqueda inútil y solitaria, uno encuentra a
otro ser que reconoce y comprende realmente (no aproximadamente, sino realmente) todos los anhelos
secretos y tentativas de comunicarse que los demás han ridiculizado o ignorado anteriormente.
Más adelante, este primer ligero acorde de la música de las esferas, aunque bello y largamente esperado,
contiene una o dos notas desafinadas, intercaladas en la sinfonía de amor entre Géminis y Acuario. Pero éste
no es más que un pequeño lastre cuando se lo compara con los ritmos fracturados y las melodías discordantes
que ambos debieron soportar hasta que por fin se encontraron el uno al otro. Aunque ninguna relación es
perfecta, una configuración de signos solares 5-9 a menudo está más próxima a serlo que la mayoría de las
otras. Si los aspectos Sol-Luna entre ellos están en conjunción, en sextil o en trígono, pueden alcanzar una
rara armonía en el vivir y en el amar. Incluso sin la ayuda planetaria, son más compatibles que muchos otros,
y generalmente seguirán siendo amigos, perdure o no el romance.
Los signos solares que están en aspecto trígono se 'complementan en condiciones que sólo las personas
implicadas pueden valorar. Pero una de ellas siempre se adelanta a la otra en la rueda zodiacal, en el nivel del
alma, en las lecciones kármicas. En este caso, la mujer Acuario es un poco más sabia, en un sentido
inconsciente, espiritual, que el hombre Géminis al que ama. De modo que le tocará a ella ser más generosa y
tolerante. La tolerancia les surge espontáneamente a la mayoría de los Acuario, que son básicamente
desprejuiciados y que conocen bien el significado de la frase: «Ayuda a cruzar al bote de tu hermano y,
¡regocíjate!, el tuyo propio llegará a la orilla». Urano les inculca el humanitarismo a los Aguadores, y le
infunde a la mujer Acuario un espíritu fraternal. Es posible que ella tenga demasiados amigos, demasiados,
por lo menos, para los hombres nacidos bajo otros signos solares. Tal vez el hombre Géminis no encuentre
tiempo para indignarse contra los extraños pájaros que ella congrega en torno de sí, porque está demasiado
ocupado con su propia actividad gregaria. Sólo unos pocos geminianos, con graves desavenencias planetarias
en su horóscopo natal, son misántropos. En el hogar del Aguador y el pájaro de Mercurio raramente reina la
paz. Si ambos son representantes típicos de sus signos solares, la casa estará más a menudo llena que vacía.
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Estos dos cometerán muchos errores mientras intentan amarse en la opulencia y la indigencia, para bien o
para mal. Pero serán errores interesantes, casi nunca aburridos. Es posible que él cometa el error de presumir
que ella tolerará sus pequeños embustes inocentes. Ella se indignará cuando él manipule la verdad o la
distorsione. Las mujeres Acuario suelen aducir que son veraces e intachables en todo sentido. Viven su vida y
nunca mienten, tanto si la sociedad las aprueba como si las censura. Pero el hombre Géminis es lo
suficientemente sagaz y astuto como para analizar la forma peculiar de deshonestidad que practica ella, y que
consiste en perpetrar pecados de omisión. Ella dice la verdad, es cierto... pero a veces sólo parte de ella, sólo
lo que desea revelar, y se reserva la verdad íntegra, sin jugar jamás todas sus cartas al mismo tiempo. Cuando
él la acusa de proceder así, ella se muestra sorprendida y ofendida. Es posible que él le recuerde que tiene
otras técnicas para no ser totalmente veraz, a saber, una manera de expresar sus auténticos sentimientos con
una fraseología que casi nadie podría interpretar correctamente.
El juego de sinceridad que se desarrolla entre Géminis y Acuario es complicado, y quizás ellos son los
únicos que pueden desatar los nudos. A veces lo hacen. A veces, no. Nunca cesan de intentarlo. Ambos
disfrutan de los juegos mentales y son detectives aficionados, instintivamente alertas a todos los matices. Este
talento es obvio en Géminis y está más encubierto en Acuario, bajo la máscara superficial de inocencia atónita
y de distanciamiento.
El error que ella podría cometer consistiría en esperar que lo que él dice tenga el significado exacto que le
corresponde. Géminis utiliza las palabras como si fueran bendiciones para cautivar, estimular, persuadir y
engatusar, y a veces codo si fueran armas para mofarse, provocar y lastimar. Pronuncia discursos que la
magnetizan y cautivan su atención, y que después la hechizan... o puede destrozarle el corazón con su variante
mercurial de sarcasmos cáusticos y comentarios cortantes. Casi siempre es un error llorar delante de unhombre Géminis. Él no soporta las lágrimas. Las escenas emocionales vehementes lo asustan como a un niño.
Y entonces reacciona a menudo con las que parecen ser palabras frías y desconsideradas, que usa nuevamente
como armas, esta vez para protegerse del dolor que acompaña a la compasión.
Este hombre no quiere sufrir, si puede evitarlo. El arte de la sátira lo inventó Géminis, que entreteje
oraciones con las palabras de la misma manera en que el prestidigitador enhebra cuentas multicolores, extrae
otro conejo de su chistera, y otro pañuelo flotante de su manga en el último momento, arrancándole al público
un suspiro y una exclamación de asombro. Hoy es feliz, mañana es desdichado, y al día siguiente se muestra
jovial y exuberante. Sus emociones son genuinas, auténticas. Lo que sucede es que no duran. Generalmente la
chica Acuario puede tolerar sus humores cambiantes mejor que las demás mujeres, por una excelente razón.
La mitad del tiempo apenas lo nota. No nota nada. ¿Veis esa expresión nebulosa, brumosa, distante, de sus
ojos? La ha adquirido navegando allí lejos entre las nubes en su propia longitud de onda, en algún tramo del
futuro, momentáneamente desconectada de la Tierra y los terráqueos, incluyendo los estados de ánimo
gemelos de él. Él puede pasar de la desesperación suicida a la serenidad antes de que ella tome conciencia de
lo que ocurre.
En su juventud, la chica Acuario rodea a su amante de ensueño con un halo centelleante de imposible
belleza teñida con todas las gamas del arco iris, halo éste que jamás podría acomodarse a la cabeza y los
hombros del hombre promedio, con la cantidad corriente de taras y defectos de carácter. Pero ella aprende a
ocultar su propia vulnerabilidad bajo el disfraz de una fría, desapegada y amistosa actitud de «seamos buenos
camaradas», mientras se conforma con algo menos, sin dejar de acariciar en secreto, constantemente, las
ilusiones sentimentales de su juventud. Por tanto, cuanto mayor sea ella cuando conozca a Géminis, tanto
menos peligro correrá de que éste la hiera con la ligereza de su comportamiento respecto del amor. El de ella
puede competir en ligereza con el de él... ahora. Casi todos los Acuario tienen esta extraña distorsión. Si se
casan más de una vez, generalmente el matrimonio definitivo se concertará en una etapa avanzada de la vida,
cuando encuentren a alguien que necesite la sabiduría de Urano. Entonces ella transformará a este hombre en
el amante astral de su adolescencia, y finalmente materializará dentro de los límites de lo posible su ideal
primitivo de combinar el amor con la amistad.
El último amante podría ser un Géminis, que también desea combinar el amor y la amistad y que es tan
proclive como ella a confundir los dos sentimientos.
Tanto el hombre Géminis como la mujer Acuario alimentan temores y dudas interiores sobre su atractivo
sexual. En algún momento del pasado ambos se preocuparon secretamente por algún problema relacionado
con la sexualidad, y quizás experimentaron la humillación de que los llamaran frígidos o por lo menos
temporalmente insensibles, sobre todo si uno de ellos se lio previamente con un signo de Fuego, de Tierra o
27
de Agua.
Juntos, pueden demostrarse mutuamente la falsedad de estas acusaciones formuladas por ex amantes.
Géminis y Acuario tienden a dar sólo tanto como se necesita y se espera. y pocas veces reclaman más de lo
que se da, y por tanto logran a menudo un equilibrio feliz en la unión sexual. A menos que uno de ellos, o
ambos, tengan a Venus o Marte en muy mala posición en la carta natal, obtendrán en su unión física una
mayor satisfacción sexual que la experimentada anteriormente con ex amantes... probablemente que la que
podrán experimentar en el futuro con otros nuevos. Por supuesto. «probablemente» no es seguramente, pero
encierra una promesa más firme que «posiblemente».
¿No os disteis cuenta de que cuando erais niños, y pedíais ir al circo, si un adulto decía que
«posiblemente» podríais ir, se os caía el alma a los pies, y si decía que «probablemente» podríais ir, el alma
se os levantaba un poco, y si decía que «seguramente» podríais ir el alma volvía a su lugar, y vuestro corazón
palpitaba frenéticamente de júbilo y gratitud y emoción? Tanto Géminis como Acuario son más propensos a
la pasión del alma que a la de los sentidos, y comunican su amor por medios emocionales más intrincados
que la simple entrega física a la sensación.
Casi siempre, cuando se produce una ruptura en su relación, estos dos pueden mantenerse casi tan
compenetrados y encontrar casi tanta afinidad mutua como al principio. Cuando Géminis y Acuario se
sienten heridos, los dos se refugian en una amistad segura, protectora, desprovista de exigencias
emocionales. La amistad es algo maravilloso, pero a veces Géminis y Acuario sacrificarán el amor por ella,
porque el amor exige más fe y más confianza que una relación entre camaradas.
Entre este hombre y esta mujer existe un marcado misticismo, un hilo de luz reverberante que conecta sus
almas, si son auténticamente compatibles, como sucede en el caso de Aries y Leo, de Tauro y Capricornio...
y de todas las configuraciones de signos solares 5-9. Si les place, podrán tirar de este hilo para atraerse
nuevamente el uno hacia el otro. Por supuesto, no todas las vibraciones 5-9 corresponden a almas gemelas,
pero aquellas que sí corresponden ayudan a que los compañeros del alma se reconozcan con más facilidad y
disfruten de una comunión más espontánea que la que podría ser concedida a los auténticos amantes regidos
por la influencia de otras configuraciones de signos solares.
Mientras él comprenda que cuando ella ríe es posible que esté sollozando interiormente. y que cuando
llora es posible que se regocije interiormente... y mientras ella comprenda que él puede alejarse volando hoy
y retornar mañana (o la semana próxima, el mes próximo o el año próximo... pero que finalmente retornará),
experimentarán más placer que dolor en su relación amorosa. Juntos, Géminis y Acuario pueden hacer milagros,
como el de fusionar varias realidades en una sola, hechizada. Entre ellos existe este vínculo de
sentimientos, esta locura compartida... y la soledad. Nunca confundirían sus respectivos dibujos de una boa
constrictor que se ha engullido a un elefante... con el dibujo de un vulgar sombrero.
Y es muy probable que estos dos, juntos, puedan convencer incluso a todas las boas de que no es correcto ni
natural que se engullan un paquidermo a la hora del almuerzo.
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CÁNCER ACUARIO
Agua - Cardinal Negativo Aire - Fijo - Positivo
-
Regido por la Luna Regido por Urano
Símbolo: el Cangrejo Símbolo: el Aguador
Fuerzas nocturnas Femenino Fuerzas diurnas - Masculino
-
La relación CÁNCER-ACUARIO
Es una pregunta difícil, porque es totalmente imposible determinar cómo pasa el tiempo en el
País de Nunca Jamás, donde se lo calcula en lunas v soles, y hay muchísimos más de los unos
y los otros que en tierra firme.
Como sobre el Cangrejo y el Aguador influye la vibración de signos solares 6-8. Acuario siente que
Cáncer lo ayuda, de alguna manera, y Cáncer siente que Acuario lo desconcierta, de alguna manera. Por
supuesto, Cáncer no es el único que piensa así. Acuario desconcierta a todo el mundo. Sólo se trata de que
Acuario desconcierta a Cáncer más que al resto de la gente, porque representa, para él, la octava casa
astrológica. Esto significa que los Cangrejos ven a los Aguadores más o menos como los Aries ven a los
Escorpión, como los Tauro ven a los Sagitario, y como los Géminis ven a los Capricornio, y así
sucesivamente. Todo es relativo.
A primera vista, puede parecer que estos dos no comparten absolutamente nada, de modo que les resulta
difícil relacionarse entre sí. Pero pensadlo un poco mejor. Tomad, por ejemplo, a la Madre Gansa de los
cuentos infantiles (Cáncer) y al Sombrerero Loco de Lewis Carroll (Acuario). ¿Os parece que pueden tener
algo en común? Indudablemente comparten la cualidad de... su naturaleza extraña. Lo abstracto.
Sin embargo, Acuario es extraño en una forma súbita, chocante y nada convencional, y Cáncer es extraño
en una forma caprichosa y soñadora. Aunque es innegable que los Cangrejos son exteriormente muy
prácticos, tienen esta esencia esquiva de versatilidad e imprevisibilidad. Esto también lo comparten con
Acuario, pero lo que cuenta es la forma diferente en que se manifiesta la cualidad. La versatilidad de los
Cangrejos está sincronizada con las fases de la Luna. Es así de simple. De modo que resulta un poco más fácil
llevar la contabilidad diaria de sus cambios de humor. Basta asentarlos pulcramente en un libro mayor, como
sabéis, bajo los encabezamientos Luna llena (extravagante y lloroso), Luna nueva (inquieto e imaginativo),
cuarto de Luna (nostálgico y añorante), tres cuartos de Luna (gracioso y simpático), períodos menguantes
(malhumorado y colérico), períodos crecientes (agresivo y hambriento), o eclipses (enfurruñado y retraído).
El problema consiste en que a veces los Cáncer mezclan sus estados de ánimo, y entonces uno debe observar
que es en la Luna llena cuando se muestran graciosos y simpáticos, en tanto que la Luna nueva genera
nostalgia, o que saltan fuera del sótano durante los tres cuartos y se vuelven agresivos durante un eclipse.
Hace falta un libro mayor con varias columnas, quizá también un bolígrafo azul y otro rojo para los cambios,
e incluso así, se necesita mucha concentración para mantener las columnas en orden, si se les antoja aferrarse
a la cólera y el mal humor durante los períodos menguantes, pero virar a la extravagancia y los lloriqueos
durante el cuarto de Luna. A pesar de todo esto, los humores y los cambios del Cangrejo son bastante más
fáciles de pronosticar que los del Aguador típico.
Veréis, la versatilidad y el comportamiento imprevisible de los Acuario están sincronizados con los rayos
de Urano, y realmente no sé de nadie, incluidos Tom Edison, Ben Franklin y Nikola Tesla, que haya
encontrado la forma de predecir los rayos con suficiente precisión como para asentarlos en un libro de
contabilidad. En determinado momento el cielo parece un vaso de leche de color azul claro, y una fracción de
segundo después un fuego amarillo, zigzagueante y ramificado, corta las nubes, seguido por una tremenda
resonancia que culmina en el súbito estampido de un trueno. Por consiguiente, aunque la contabilidad lunar
sea muy intrincada, la de los rayos de Urano es sencillamente imposible de organizar correctamente. En
realidad, pienso que lo menos traumático será que el Cangrejo y el Aguador toquen de oído. Quiero decir, una
vez que se ha computado todo, ¿entendéis? A esta altura, probablemente habréis comprendido que si bien esta
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asociación puede ser, por cierto, desconcertante para ambos protagonistas, es muy difícil que le resulte
aburrida a cualquiera de los dos.
Quizá como los Cangrejos reaccionan vehementemente, y están dotados de necesidades emocionales
capaces de remontarse a grandes alturas y de hundirse a grandes profundidades, los Acuario piensan que es
divertido hacerles pequeñas jugarretas, sorprenderlos cuando menos lo esperan. Es posible que los Aguadores
les den estos chascos a los Cáncer a cualquier edad, y que empiecen muy jóvenes, a veces incluso antes de
haber nacido, aunque, con un comportamiento típico de Urano, casi siempre deslizan una sutil insinuación de
la treta en cierne, insinuación que el Cangrejo casi nunca capta pero que tranquiliza la conciencia de los
Acuario, porque, al fin y al cabo, intentaron alertar a su víctima, y ésta no les hizo caso. (Los Acuario
aborrecen comportarse en forma deshonesta o hipócrita.)
Por ejemplo, Jennifer H. Smith se disponía a dar a luz por primera vez en marzo de 1978, en San Diego.
Jennifer es una doncella lunar Cáncer, así que podréis imaginar muy bien que esperaba con entusiasmo el
acontecimiento, porque Cáncer es el signo de la maternidad, y si engendrar hijos es por naturaleza algo tan
maravilloso para las mujeres, lo es aún más para las chicas Cangrejo. El obstetra les informó a Jennifer y a su
marido. Bill, que la criatura nacería el 28 de marzo. Las madres siempre les creen a sus obstetras (las madres
Cáncer aún más porque tienden a ser tímidas y renuentes a discutir), aunque me pregunto por qué son tan
crédulas, puesto que los médicos sólo calculan correctamente la fecha del nacimiento más o menos por debajo
del dos por ciento de las veces. y su promedio de aciertos es incluso menor con los primogénitos.
Así que ahí estaban, los pobres Jennifer y Bill, esperando a un bebé ariano, lo cual implicaba, por
supuesto, prepararse para más reclamos aullantes de bragas limpias y biberones tibios a horas inusitadas de la
noche, porque si bien todos los críos son exigentes, hasta cierto punto, los pequeños arianos son
increíblemente egoístas y no les importa que sus padres duerman o no con tal de que satisfagan sus estridentes
pretensiones. Estos regalos del Cielo que llegan por la vía de Marte son muy exuberantes, pero no por ello
menos irresistibles.
El problema consistió en que el médico y los padres se equivocaron de signo solar. Sólo la criatura sabía
que era Acuario. Intentó prevenirlos antes de darles la sorpresa, pero no, no le hicieron caso, e insistieron en
encaminar sus consultas hacia el médico y los calendarios y cosas parecidas, en lugar de orientarlas hacia la
Biblioteca Pública de San Diego, donde los aguardaba la verdad. Ahora bien, tal vez os parezca que la
biblioteca pública es un lugar muy extraño para ir a averiguar la fecha de nacimiento de un niño, pero para un
Acuario es muy lógico.
El Aguador Bobby Smith no llegó el 28 de marzo sino, ciñéndose puntualmente a su propio programa de
Urano, el 3 de febrero de 1978, casi con dos meses de anticipación, y con un peso de dos kilos y medio... y
no, el pequeño Bobby no era un niño prematuro. Era un crío perfectamente sano y bien formado (aunque
diminuto), nacido en cuentas, que no tenía el propósito de acomodar su entrada en este mundo a los cálculos
equivocados de los demás, privándose así de su signo solar Acuario.
Pero como he dicho, el Acuario Bobby intentó prevenir a su madre Cáncer. Al salir apresuradamente de
la casa, rumbo al hospital —cuando se hizo evidente que con calendario o sin él, con médico o sin él, Bobby
llegaba inevitablemente— Jennifer pasó junto a la mesa del recibidor, sobre la cual descansaba un libro de la
biblioteca, con la tapa abierta. ¿Pero acaso lo vio? No. Sólo cuando volvió a casa con su bebé en _brazos echó
una mirada a la advertencia. Sobre la tarjeta del libro se hallaba estampado en grandes letras purpúreas el
telegrama de Urano, que no podía ser más nítido y terminante. FECHA DE VENCIMIENTO: 3 de febrero de
1978.
Cualquiera que sea la relación entre Cáncer y Acuario, ya se trate de parientes, amigos, socios, amantes o
consortes, y tanto si el Aguador es macho, hembra o de cualquier otro sexo, el Acuario le hará de cuando en
cuando estas pequeñas jugarretas a la criatura lunar, sólo para contemplar su reacción. Las facciones de
Cáncer son tan elásticas, que observar las expresiones que cruzan por ellas es como contemplar una película
de la vida: alegría, aflicción, risa, recelo, reserva, miedo, cólera, ternura, esperanza, desesperación,
expectativa... toda la gama de las emociones humanas. Lágrimas; y después risitas. Risas, y después sollozos.
Mal humor, y después dulce ternura. Afabilidad, y después agresiones de cangrejo. Los Aguadores disfrutan
inmensamente de todo esto. Pero hay un estado de ánimo de Cáncer que no los regocijará. El sentimiento a
veces exagerado de intimidad personal, propio del Cangrejo. Los Acuario no tienen nada que ocultar, y no
pueden comprender por qué los Cangrejos son tan innecesariamente desconfiados y autoprotectores. Es
posible que estos dos necesiten tomarse unas breves vacaciones, el uno del otro, cada vez que sus respectivas
excentricidades empiecen a erizarles los nervios.
Un hombre Cáncer y un hombre Aguador que conozco, y que habían sido amigos muy íntimos en Nueva
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York, resolvieron compartir una casa durante unos meses en California, mientras el Acuario investigaba una
universidad para verificar si ésta era digna de que él la honrara con su inscripción. Su camarada Cáncer tenía
la costumbre de echarle llave a su habitación cuando salía de la casa. Al proceder así no ponía en tela de
juicio la honestidad de su amigo regido por Urano: sólo se trataba de que a veces los Cangrejos tienen esta
obsesión ligeramente neurótica de la reserva. El Acuario se limitaba a encogerse de hombros. La idiosincrasia
de sus amigos nunca preocupa ni sorprende a los Aguadores. Su lema es «vive y deja vivir». Sin embargo,
una noche el Cangrejo cometió el error de dejar encerradas en su habitación la guitarra y la raqueta de tenis de
Acuario, antes de irse al cine. Cuando Acuario volvió a casa y quiso practicar algunas canciones, para jugar
después un partido de tenis, descubrió que su equipo había quedado guardado bajo llave. La cólera de Urano
se descargó como un rayo, y forzó una ventana y entró a recuperar sus pertenencias.
El Cangrejo se indignó al descubrir que habían entrado por la fuerza en su habitación, y llamó a la
policía. Este episodio casi destruyó la amistad que los unía, pero afortunadamente discutieron lo que había
sucedido y se separaron con un apretón de manos... aunque el Acuario se mudó prudentemente al día
siguiente, antes de que el período de enfurruñamiento de Cáncer por el incidente le hicieran decir cosas que le
habrían producido a la criatura lunar heridas demasiado profundas e inolvidables. Algún día retomarán su
amistad en el punto donde la dejaron. Pero la moraleja de la historia consiste en que estos dos signos solares
no deben jeringarse demasiado el uno al otro. Será útil que periódicamente se separen durante un tiempo, para
darse un descanso.
A Cáncer le disgustan muchísimo la curiosidad y contundencia de Acuario. A Acuario le disgustan
muchísimo la reticencia de Cáncer y su proclividad a enfurruñarse. Sin embargo, el mismo Aguador se
enfadará cuando el Cangrejo se muestre cambiante, excéntrico e imprevisible. Entonces el Cangrejo podría
muy bien responder, justificadamente: «¡Mira quién protesta contra los cambios de humor, la excentricidad y
la conducta imprevisible!». Lamentablemente, los Acuario nunca se ven a sí mismos, en ningún sentido, como
seres extraños. Todo el mundo está loco, y todos sus habitantes lo están, pero ellos son lo más normal que se
puede ser. Acuario es un signo fijo, no lo olvidéis. Cáncer es cardinal. En consecuencia, Cáncer hará todo lo
posible por «mandar» a Acuario, en tanto que Acuario hará todo lo posible por no dejarse mandar. Esto es lo
que se entiende por cardinal y lo que se entiende por fijo. El resultado final es... bueno, no me gusta ser
redundante, pero es imprevisible.
El error que se comete con más frecuencia en la asociación entre el regido por la Luna y el regido por
Urano proviene de la tendencia del Cangrejo a ensayar todas las maniobras estratégicas (la mayoría de ellas
taimadas y secretas) para acercar al Aguador al punto de vista de Cáncer. Se necesita tiempo para aprender
que el diablo y cuarenta jinetes no podrían persuadir a una criatura de Urano de que debe hacer lo que no
desea. Si os place, que sean el diablo y noventa jinetes. Agregad todo el cuerpo de Infantería de Marina. Si el
Aguador sustenta otras ideas, el Cangrejo casi siempre derrochará su tiempo, y los Cáncer deberían tomar
nota de esto, porque son tan poco aficionados a derrochar el tiempo como a derrochar el dinero. Igualmente,
siempre puede haber casos inesperados, «imprevisibles», en que el Acuario se deja halagar o engatusar o
reducir mansamente a la sumisión, y los raros ejemplos de este fenómeno se deberán invariablemente a la
tenacidad realmente asombrosa del Cangrejo. Cuando un Cangrejo aferra algo o a alguien con esa pinza de
perseverancia, no es fácil zafarse.
Los hábitos gastronómicos de estos dos son, a menudo, muy distintos. A muchos Acuario les gustan
cosas tales como los plátanos congelados mezclados con hígado picado, los tomates rellenos con frijoles... y
los dientes de león asados. Los Cáncer prefieren platos más sustanciosos como los que mamá acostumbraba a
guisar y meter en sus buches extáticos. La fórmula que Acuario debe recordar si desea mantener satisfecho al
Cangrejo es: mucho amor, mucha comida, mucho dinero. y sencillamente la mar de atención comprensiva.
Si los Cangrejos quieren saber cuál es el secreto del éxito cuando se trata de lograr la armonía con los
Aguadores, hélo aquí (pero no se lo cuenten a nadie... ¡shhh!). No se metan en lo que no les importa, no
chismorreen, no los regañen, no les formulen preguntas, y estén preparados para recordarles de tiempo en
tiempo cómo se llaman y dónde viven, cuando olviden distraídamente dichas menudencias. Si ambos ponen
en práctica estas fórmulas, se llevarán bien.
Cuando el Cangrejo se sienta solo y alunado (con un sentimiento muy parecido a la nostalgia por el
terruño, pero más intenso), el Aguador deberá exclamar jovialmente: «¡Eh! ¿Quieres jugar a las canicas, pero
usando caramelos de goma?». Esto bastará para hacer sonreír al más triste de los pájaros locos: la mención de
algo para mascar. Y el recuerdo de la diversión que experimentaban durante el recreo, en los «buenos tiempos
de antes», muy, muy lejanos, cuando la vida era hermosa y segura e invulnerable y cómoda... cuando mamá
los arropaba por la noche, y siempre tenía a mano un pañuelo para secar las lágrimas que derramaban por sus
temores lunares.
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Mujer CÁNCER Hombre ACUARIO
Pero Wendy notó, con afable preocupación, que Peter no parecía saber que ésta era una
forma bastante rara de ganarse el pan y la mantequilla, y tampoco que había otras formas...
Wendy habría preferido un arreglo más perdurable.
El hombre Acuario siente tanto anhelo de afecto como el que más, pero se resistirá violentamente a que lo
bañen en un océano de afecto, como si fuera una rosquilla. Ya sé lo que pensáis. Pensáis que la gente no baña
rosquillas en el océano. Acuario, sí. Pero no las come después de bañarlas. Sólo efectúa un experimento para
saber cuánto tarda el agua salada en empaparlas, comparada con la miel que le echa a su té. Pero lo
importante es que él, personalmente, se siente incómodo cuando está empapado. Un exceso de posesión
saturante lo sofoca, cuando él necesita el aire fresco de la libertad de expresión.
Al Aguador típico le disgustará que le pregunten si usa sus chanclos de goma, cuántas féculas come y qué
hizo con los treinta y cinco dólares que tenía ayer en el bolsillo. Ciertamente valorará la dedicación
halagadora que le dispensa la doncella lunar, pero cuando esta dedicación amenace con coartar su exploración
independiente del mundo y de casi todos los que lo habitan, se empecinará... o se encerrará en sí mismo y se
alejará a la deriva.
Es bastante inútil decirle a este hombre a qué hora debe estar de regreso en casa. Necesita volar
libremente, y está de más que el pesimismo de Saturno empañe su vuelo. Es posible que su extraña conductadesconcierte a la chica Cáncer hasta hacerla llorar. Él se comportará a menudo como si ni siquiera supiese que
ella está allí, y menos aún que está llorando... y entonces, si no la encuentra en el preciso instante en que
desea un postre helado, o en que ha extraviado un cordón de zapato y la necesita para que se lo busque, se
sentirá más que un poco ofuscado. Ella tiene la culpa. Ella es la que lo acostumbró a los postres helados y las
verduras hervidas, y también lo malcrió en el contexto de los cordones de zapato. Ella también se altera
cuando él trata de husmear sus secretos. Aunque no los tenga. A veces ella está callada sin ningún motivo,
mientras sus pensamientos hacen carreras con la Luna, y él trata de correr a su lado. Pero realmente ella
preferiría estar sola durante estos vuelos de su imaginación, o por lo menos necesita que su compañero le coja
la mano con silenciosa comprensión, y que no la sobresalte con preguntas que restallan como palomitas de
maíz... reventando en su oído interno mientras está parcialmente sumida en sus ensueños.
Ya veis que cada uno prefiere que el otro (o la otra) no se entremeta en sus hábitos de vuelo. Sumarse
está bien, pero no entremeterse. Si ella consigue aprender a no empeñarse en coarta, los anhele», de é! por
mezclarse con las masas y merodear por sí solo de cuando en cuando, y si él consigue aprender a espiar más
delicadamente en el escondite secreto donde ella guarda sus sueños, superarán por lo menos la mitad de sus
problemas.
La dama lunar experimenta casi la compulsión de ser «maternal» con el hombre que ama. Este hombre
pensará que es formidable recibir un trato maternal, a cualquier edad cronológica, pero habrá que advertirle a
ella que el hombre Acuario necesita que le dispensen ese trato durante las veinticuatro horas del día... a
cualquier edad. Quizás ambos son alumnos del bachillerato o de la universidad. En este caso, he aquí algunos
consejos. Un joven Acuario que conozco, llamado Bill, resolvió ser, durante un par de años razonablemente
próximos: oceanógrafo, después músico, después ingeniero, después submarinista, después astronauta,
después pastor luterano (durante un breve lapso), y más recientemente espera el momento de hablar con un
biólogo Leo, por el que siente respeto, para que éste lo ayude a decidir si deberá optar por la carrera de
biólogo marino. La espera lo pone un poco nervioso, porque el asesor biológico reside temporalmente en
Hawai. Aproximadamente durante el mismo período, este Aguador extravió cuatro pares de gafas, tres pares
de lentes de contacto, se sometió a una apendicetomía de emergencia, desapareció de su hogar durante ocho
semanas para trabajar en una pizzería, se dedicó a tocar la guitarra durante los servicios religiosos de una
iglesia, usó el cabello largo, se lo hizo cortar, pintó de negro el cielo raso de su habitación... y se enamoró de
un pez de sexo femenino llamado Debbie. (Nadie ha conseguido averiguar si Debbie es una chica Piscis o un
pez espada del acuario de Nueva York.)
El mes pasado (en relación con el momento en que escribo estas líneas) resolvió asociarse con un amigo
de Dayton, Ohio, para abrir un taller de reparación y fabricación de guitarras, poco después de lo cual decidió
incorporarse a una orquesta ambulante de rock, mientras esperaba el momento de conversar con el biólogo
temporalmente destacado en Hawai sobre delfines y cosas por el estilo. En algún rincón de su cerebro
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alimenta el deseo de aprender a hablar en delfín. No tengo la menor idea de lo que esto significa, ¿y vosotros?
Una llamada telefónica que acabo de completar hace pocos minutos, en la mitad de este párrafo, me pone al
corriente de que ha cambiado de plan: ahora se propone vivir un tiempo en el bosque, como un ermitaño, para
meditar a solas y componer un poco de música. Sin embargo, no sabe muy bien si quiere acampar en los
bosques de Colorado, porque allí «hay sólo dos tipos de árboles, dos tipos de flores, dos tipos de rocas», y
esto «empieza a aburrirlo». Le gustaría tratar de tocar la guitarra en el Gran Cañón, dice, y «grabar los ecos».
¿Entendéis a qué me refiero?
Esto es lo que deberá enfrentar la doncella lunar, cualquiera que sea la edad cronológica del hombre de
Urano. Oh, es posible que tenga un empleo o carrera más o menos permanente (más menos que más), y es
posible que no haya extraviado las gafas (sólo porque no las usa, en cuyo caso extraviará otras cosas, como su
carnet de conducir o su talonario de cheques, sus llaves, y diversos objetos de este tipo). Ya sea que este
hombre tenga cinco años o cincuenta, veinte o doscientos, necesita muchos cuidados maternos. Con tal que la
doncella lunar que lo ama no confunda el concepto de «cuidados maternos» con el de «opresión materna».
La dama de Cáncer que se ha introducido caóticamente en la órbita aural del Aguador debe resignarse a
rozar con él el País de las Maravillas, si no geográficamente, por lo menos mentalmente. Si no mentalmente,
emocionalmente. Si tiene «suerte», en las tres condiciones. En realidad, cuando se practica un análisis
minucioso, poco importa que la actitud de ella respecto de las idas y venidas del Aguador con 'sus muchos
amigos (que parecen crecer encima de él, como lapas benévolas) sea estricta o permisiva, puesto que ni la una
ni la otra surtirá mucho efecto. Su familia probablemente ensayó las dos actitudes, y descubrió, mucho antes
de que la doncella lunar lo conociera, que ninguno de esos métodos servía demasiado para encauzarlo por el
sendero recto, sin curvas ni desvíos. Los Acuario deben zigzaguear, de alguna manera. Esto es producto de su
empatía con el rayo simbólico de Urano. Todos saben que el rayo nunca sigue una línea recta, ¿así que cómo
se puede pretender que un hombre sometido a su influencia la siga?
Curiosamente, cuanto más envejece el hombre Acuario, más fijos se hacen sus hábitos, muy
gradualmente, y sin embargo cuanto más envejece la mujer Cáncer, tanta más avidez siente a menudo por
visitar aquellos lugares remotos de sus ensueños juveniles. Esta situación exige un compromiso. No quiero
desorientar a la doncella lunar. Cuando dije el hombre de Urano cambia a medida que envejece, no quise
crear la impresión de que algún día será tan normal como sus vecinos. Seguirá siendo un poco chalado, pero
tendrá una pizca mayor de fijación en su chifladura. Por ejemplo, es posible que no vuelva a cortar el césped
del jardín del fondo vestido con su traje de nacimiento, pero su sentido de lo original y lo singular se
mantendrán relativamente intactos. Aunque sea moderadamente, él seguirá apañándose para sacar a relucir
sorpresas ocasionales con el fin de hacer interesante la vida.
Habrá momentos en que la chica Cangrejo pensará que él linda con lo extravagante, pero generalmente el
Aguador le resultará muy divertido. El sentido del humor es uno de los rasgos más lunáticos y encantadores
de ella, e incluso es posible que sea lo que lo atraiga inicialmente a él. (Puesto que ella es sensible a lo
ridículo, resulta ciertamente lógico que también lo sea a él.) El adora la forma en que la sonrisa de la Dama
Lunar fluctúa como un plácido arroyuelo, para estallar luego en una cascada de risa alegre y demencial. E,
innegablemente, su reserva femenina lo fascina. Es posible que sus cambios de humor lo intriguen, e incluso
lo enfurezcan, de cuando en cuando, pero si se esfuerza realmente, él podrá sincronizar su metabolismo con el
de ella. Al fin y al cabo, él pertenece a un signo de Aire mental, y por tanto es más dúctil que muchas otras
personas. Lo que quizá necesitará algunos cambios es la fijeza de su signo.
Puesto que ésta es una configuración de signos solares 6-8, ella representa para él la sexta casa
astrológica de servicio, de modo que siempre existe la posiblidad de que si ella se lo permite, él adquiera el
hábito de pretender que lo sirva de manera sutil, o de que sacrifique sus propios sueños al carisma cambiante
de él. Él representa para ella la vibración de la octava casa. Por consiguiente le parecerá, en cierta forma,
esquivo, y de alguna manera situado apenas fuera de su alcance... y ella también le encontrará un atractivo
físico difícil de explicar.
Entre estos dos existe una innegable atracción sexual. Una química poderosa los atrae desde el comienzo.
Porque él nació bajo un signo masculino, regido por el también masculino Urano, y ella nació bajo un signo
femenino, regido por la también muy femenina Luna. Poco importan los antiguos rumores acerca del
«Hombre de la Luna»: la Luna inconstante es categóricamente una dama. Lo que la astrología les advierte a
los hombres doblemente masculinos y a las mujeres doblemente femeninas es que se guarden de la tendencia
natural de los «fuertes» a dominar a los presuntamente «débiles», que trae consigo el peligro de una pizca de
sadismo y de masoquismo. Pero en este caso existen más probabilidades de que los papeles puedan invertirse,
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porque la influencia «doblemente femenina» de la doncella lunar también es cardinal. Es posible que parezca
un ángel de docilidad, pero yo, en su lugar, no apostaría quién manda en el gallinero. Por supuesto, al hombre
Acuario sólo se lo puede gobernar durante un tiempo, antes de que abandone el gallinero. (Volando.)
Sin embargo, si ella consigue fusionar sus cualidades femeninas con las masculinas de él, y viceversa, de
modo que cada uno de ellos contenga una feliz combinación negativo-positiva en su actitud respecto de la
vida y de su pareja... especialmente en su actitud respecto del sexo... disfrutarán inmensamente de su acto
amoroso, porque éste les dispensará una plétora de paz y satisfacción. Son raros las doncellas lunares y los
Aguadores que no valoran su unión sexual como una experiencia muy especial. Ella hace aflorar en él una
profunda ternura cuya existencia él podría no haber descubierto. Y él despierta en ella una pasión fogosa que
había mantenido oculta hasta la aparición de él, como un toque de despreocupada locura lunar.
Urano, el alquimista, lo ayuda a traducir inesperadamente los estados de ánimo de ella, y él conoce
misteriosamente los ensalmos capaces de trasmutarlos... transportándolos de la reflexión a la vehemencia... de
la aflicción a la serenidad... de la embotada desesperación a vertiginosas cumbres de renovada esperanza yrisa lunar. Él le murmura un mantra mágico con una sola mirada, como si fuera un rayo. Ella lo oye... tal
como la Luna llena oye el ruido atronador de las olas que se hinchan y se acumulan silenciosamente mucho
antes de estrellarse contra la costa del océano... y le contesta con una mirada análoga. No es extraño que su
unión sexual sea singular e imprevisible, potencialmente muy profunda y satisfactoria, sobre todo cuando sus
luminarias están en relación armónica entre sus cartas natales.
Estos dos se estimularán continuamente con recursos extraños y embrujados, inexplicablemente
entrelazados con las vibraciones poderosamente magnéticas de la Luna y Urano... mediante la elocuencia de
los mensajes tácitos reflejados en sus ojos. Ninguno de los dos es renuente a valerse de un hechizo pararetener al otro. Él pensará que puede evadirse, pero la delicada bruma de ella lo sujetará con sus secretos
tentadores, mientras sus ojos parecen entonar el sortilegio de la criatura lunar... Abracadabra, ondulantes
lágrimas de agua... encurtidos de calabaza orejas de mariposas... Vientos del Norte, soplad sobre sus años...
Ella pensará que puede huir de los esporádicos tormentos del amor, pero él la sujetará con la pura
compulsión de su misterio indefinible, y le advertirá silenciosamente que. si parte... Yo dejaré mi huella en ti...
como tu propio embrujo... veteando tu cabello... y acechando en tus ojos plateados...*
Entonces él, a su vez, estudiará la posibilidad de abandonarla, pero ella replicará suavemente... ¡Oh. no!
Yo me saldré con la mía, con mi locura lunar... aunque incontables violinistas te convoquen a un baile de
muñecos de madera.* Y como buena mujer, ella dirá la última palabra. Toda la alquimia de Urano no bastará
para ayudarlo a imaginar una respuesta al definitivo hechizo Cáncer-cardinal-lunar-femenino de ella. cuando
lo envuelva tierna pero fuertemente con el juramento...
Cauterizaré tu palma con una cicatriz eterna
para que todas las astutas Casandras susurren
«¡Ah! ¡Allí va uno de los perdidos!
Lo visitó una solitaria deambulante
que cantaba una sonata lunar
lo engatusó un fuego fatuo
de los brezales nocturnos
lo besó una luciérnaga titilante
lo rozó el toque de un delirante embrujo gitano
oyó el grito de un lunático
...ha sido amado.».
Nunca es fácil dejar a una dama Cáncer. Sus canciones violetas seguirán al hombre Acuario a donde
vaya, aunque sea muy lejos... e incluso teñirán sus sueños con el color de la lavanda y con el plateado rielante
de la risa de ella. Sus amigos pensarán que está aún más raro que antes... ¡y esto ya es mucho decir! Pero
también es casi maravilloso. Es muy poco usual estar embrujado por un rayo de Luna... ser un curioso
prisionero del mar. Le está bien empleado por ser un signo de Aire... y confundirla con el símbolo del
Aguador. La astrología diría que se trata de un caso de Justicia Poética.
Hombre CÁNCER Mujer ACUARIO
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Así que ésta era la verdad acerca de las madres. ¡Los sapos!
...él estaba tan furioso con los adultos, quienes como de costumbre lo. echaban a perder todo,
que apenas se metió dentro de su árbol, respiró intencionadamente con soplos breves y rápidos a
un promedio de cinco por segundo. Procedía así porque en el País de Nunca Jamás se decía que
cada vez que respiras muere un adulto, y Peter los mataba lo más rápidamente posible.
Wendy se derritió...
El primer error que puede cometer una chica Acuario con un hombre Cáncer consiste en tratar de
cercenar alegremente los recuerdos que lo atan a su hogar y su madre, diciéndole, con la sensatez propia de
Acuario, que el ayer pertenece al pasado, que el hoy es trivial... y que él debe tener la madurez suficiente para
comprender que todo lo importante reside en el futuro, y para no aferrarse emocionalmente a lo que ha
desaparecido y nunca podrá volver con la misma configuración o forma de antes. Ella puede llegar incluso al
extremo de exhortarlo a convertirse en un adulto. (Los Acuario no se destacan por su tacto, y se parecen
mucho a los Arqueros por su tendencia a hablar sin pelos en la lengua.)
Al Cangrejo le disgustará mucho que ella intente inculcarle una actitud emocional madura. Incluso es
posible que reaccione violentamente, y que trepe por el interior de su confortable árbol de recuerdos y que
nunca vuelva a salir... hasta estar seguro de que ella ya no está allí para acosarlo y lastimarlo y frustrarlo con
los electrizantes y centelleantes rayos de realismo que dispara Urano. Es... bueno, es alarmante. Él se siente
muy, muy solo cuando descubre que la mujer que ama no se apiada de su necesidad nostálgica de- remontarse
periódicamente a los días seguros de su infancia, cuando está especialmente ofuscado por la agresividad del
mundo y por la indiferencia de sus amigos y compañeros. Nunca sintió auténticos deseos de convertirse en
adulto. Como Géminis, todo hombre. Cáncer, cualquiera que sea su edad o el lugar que ocupa en la escala
social, lamenta secretamente, en el fondo de su ser, no haber podido seguir siendo niño. Cuando lo era, podía
maravillarse de tantos portentos... había tantas cosas que lo hacían llorar y reír. Y le encanta entregarse a los
extremos de la gama emocional. De alguna manera esto parece agilizar su imaginación, que lo transporta en
prodigiosos viajes de fantasía, como una alfombra mágica personal urdida con ensueños.
«Insulsa —se dirá—. Eso es lo que ella es. Insulsa.» Resuelve que es una mujer desprovista de
imaginación. Piensa y habla como un hombre. También se comporta como un hombre. Bueno, él no aspira a
enamorarse de un realista masculino. Desea enamorarse de un dechado de perfección encantador, dulce,
femenino. Como mamá.
Se equivoca, por supuesto. De lo que menos se puede acusar a esta chica es de ser insulsa. Pero sucede
que ésta es la palabra favorita del Cangrejo (junto a «cruel») para designar a la mujer que se resiste a llorar
con él y reír con él, que se niega a sincronizarse a sus estados de ánimo fluctuantes. Como he dicho antes, en
otros capítulos de este libro dedicados a Acuario, los regidos por Urano tienen el extraño hábito de llorar
cuando están exultantes y de reír como locos cuando tienen el corazón destrozado. El hombre Cáncer tardará
un poco en comprender este fenómeno, para no hablar de lo difícil que le resultará aprender a lidiar con las
inversiones de personalidad de la Aguadora: de marimacho a princesa, de dulce y lánguida a cortante ybrusca. Él se lo merece, en realidad. El mismo Cangrejo es muy versátil. En compañía de esta mujer, se verá
obligado a tomar una ración de su propia medicina. Ella es muy cambiante, y sus caprichos y fantasías son
aún más imprevisibles que los de él. En verdad se trata de una pareja heterogénea.
La chica Acuario no peca por falta de compasión, pero tiende a diseminarla en dirección a grandes
empresas humanitarias, y a veces olvida reservar la indispensable para sus relaciones personales. Pero no es
cruel y tiene buenos sentimientos. Cuando descubre el dolor que le está causando al manso hombre Cáncer
que ama, hace todo lo posible por mitigarlo, y por demostrarle que le tiene verdadero afecto. El problema
reside en los medios que elige para probar la cariñosa devoción y la estima que siente por su amigo. (Todos
son sus amigos, incluido su amante o esposo. ¿Acaso existe una diferencia? Si existe, a ella le resulta difícil
trazar la línea divisoria.)
Por ejemplo, podría engatusarlo para que comparta un picnic, con ella y sus otras docenas de amigos, en
una casa montada sobre un árbol. Una mañana podría colgar un racimo de globos sobre la mesa del comedor
para darle una sorpresa a la hora del desayuno... y podría servirle una fuente de frutos secos con pequeñas
orugas de juguete encima, distribuidas en forma de corazón. (No le dirá que no son verdaderas, las orugas,
hasta que él haya palidecido.) O podría manifestarle su afecto confiándole su deseo íntimo de viajar a la India
y decorar el Taj Mahal con pequeñas calcomanías de nomeolvides y violetas, a medianoche, cuando los
guardias están distraídos. Está convencida de que el emperador sentimental que lo construyó como
monumento a su amor por su esposa se sentiría complacido. «¡Válgame Dios! —exclamará él—. ¡La ley lo
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prohíbe!» Generalmente, los Cangrejos, como las Cabras y los Toros, son muy renuentes a infringir la ley o la
tradición, en tanto que a la mayoría de los Acuario les encanta violar todas las leyes y bailar sobre la
tradición. Incluso los pocos Acuario tímidos sueñan por lo menos con burlar las reglas.
Todos estos gestos de ternura de la Aguadora tal vez le hagan brotar forúnculos de pura aprensión
nerviosa al hombre lunar. Pero ella hace lo que puede. ¿Es que él ni siquiera atina a reconocerle el mérito de
su buena intención? Sí, atina. Puede hacer un esfuerzo colosal y reconocerle el mérito de la buena intención a
esta dama fascinante dotada de una excitante arquitectura mental. Pero es posible que tenga que lamentarse si
premia este mérito con determinadas pruebas de confianza. Por ejemplo, con una cuenta corriente conjunta.
La mujer Acuario típica equilibra las entradas y salidas de su cuenta corriente más o menos con la misma
técnica que emplea un payaso para hacer malabarismos en el circo con bolas de colores: mediante un
movimiento rotatorio y circular. Él se sentirá abatido. En general, los Cáncer son casi neuróticamente
melindrosos cuando se trata de algo relacionado con los desembolsos e ingresos de dinero. Entradas y salidas.
Son lo mismo, para Cáncer. Hay que vigilarlas. Atentamente. Dado lo melindroso que es él en cuestiones de
dinero, ¿qué derecho tiene a llamarla melindrosa a ella? Ninguno.
Ella se enamoró de él en primer lugar porque oyó decir en alguna parte que los Cáncer son encantadores
pájaros locos, y siempre se ha sentido atraída por todo lo que se complementa con la palabra «loco» o
«lunático». (Por todas las cosas y todas las personas.) En razón de ello es posible que los salve el maravilloso
sentido del humor que tiene él. Durante ciertas fases de la Luna y del movimiento retrógrado de Urano, se
combina deliciosamente con el sentido de lo disparatado y lo ridículo que tiene ella. Y en esta categoría entra,
por ejemplo, el sexo.
Cuando ella trepaba por el trono de Acuario que lleva de la adolescencia a la feminidad, el sexo le parecía
bastante gracioso. Después de convertirse en mujer le pareció hilarante. Sigue pensando que es bastante raro
que un hombre y una mujer expresen, así la necesidad que sienten el uno por el otro, cuando, al fin y al cabo,
podrían demostrarse su amor recíproco recaudando dinero para levantar una estatua a quien ella considera su
héroe de la energía solar, Amory Lovins, o buscándole una compañera a Ralph Nader para que se entienda
con él y cabalgue sentada en las grupas de su corcel blanco mientras arremete en sus cruzadas, espantando la
corrupción anidada en los gigantes de la industria automovilística y en el deporte profesional... y aterrando a
los monopolios. También podrían correr descalzos por un campo de flores silvestres (cuidando de no aplastar
los pétalos, lo cual obliga desde luego a correr un par de centímetros por encima del suelo), o podrían adoptar
a todos los niños hambrientos de la India y China, o podrían organizar una campaña en Washington para que
el Congreso apruebe una ley en virtud de la cual sería obligatorio conducir por la izquierda, como en
Inglaterra, porque a ella esto le parece mucho más sensato. El aprobará su preocupación por el hambre
mundial- y las normas de seguridad de los automotores, pero no entenderá sus ideas izquierdistas acerca del
carril de conducción u otras cuestiones (aunque es posible que sueñe con levitar una fracción de centímetro
por encima del campo de junquillos). Igualmente, él no permitirá que todo esto asuma prioridad sobre su
intimidad física. Lo único a lo que quizá le concederá prioridad sobre el afecto y el acto amoroso es al
dinero... un día sí y otro no. Ocasionalmente, un día sí y otro también.
Una vez que ella se haya resignado a admitir que el sexo es necesario para la realización total del hombre
y la mujer, lo disfrutará cabalmente, sobre todo con su tierno Cangrejo. A menos que los aqueje una
cuadratura o una oposición mutua entre los ascendentes y luminarias de sus natividades, tanto este hombre
como esta mujer complacerá a su pareja cuando ésta le pida silenciosamente que introduzca un elemento
nebuloso y extraño en la expresión física de su amor. Ambos están un poco obsesionados por diversas formas
de alucinación y extravagancia, y éste es un vínculo rielante entre ellos que a menudo centellea con los
colores refulgentes del éxtasis y la pasión que sólo conocen quienes dejan que la imaginación guíe su
intimidad.
El descubrirá gradualmente que se equivocó al pensar que ella era insensible. Sólo parecía no entender
sus anhelos más recónditos. En verdad, es posible que ella sea una de las muy pocas personas que alguna vez
han conseguido escudriñar más allá de su caparazón de Cangrejo, de su pose exterior de respetabilidad y
seriedad, para ver el alma fantasiosa y tierna que se oculta detrás de la fachada escabrosa. Él se asombrará
cuando se entere de esto. Ella está llena de sorpresas... vibra al compás de lo inesperado. Y su misma
naturaleza imprevisible la hará finalmente acreedora al cariño de este hombre, que aborrece tanto como ella la
igualdad y la monotonía. Sus socios nunca lo adivinarán, pero ella no necesitará adivinarlo. Lo sabrá. Su aire
de naftalina y sus modales a menudo pomposos, anticuados, no la engañarán ni por un momento. La
Aguadora sabe que a él le gustaría fugarse con ella... a algún lugar remoto donde hay cascadas frescas y
bosques silenciosos. Esta afición instintiva a la Naturaleza impregna sus actos amorosos, y convierte a
menudo su unión sexual en algo tan reconfortante como una brisa nocturna de verano. (Hasta que aflora en
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ella el espíritu travieso de Puck, y una noche se desliza en la cama junto a él luciendo un collar de antiguas
campanillas de trineo, en las que está grabada la fecha en que se conocieron: el regalo de cumpleaños con que
lo sorprende.)
Los explosivos de su relación estarán rotulados casi siempre cardinal y fijo. Él es cardinal, e insistirá en
mandar, aunque sus modales sean suaves, aunque su personalidad exterior sea aparente (y engañosamente)
pasiva. Ella es fija, y se negará terminantemente a dejarse dominar o guiar. Cuando le permitan seguir su
sendero sinuoso e intrincado, conservará su ánimo alegre y despreocupado. Pero cada vez que él intente
cambiar su rumbo o encauzar su marcha, ella se mostrará irreductiblemente terca, y se perderá en la
indiferencia o estallará en una tormenta eléctrica de cólera típica de Urano. Sus accesos súbitos de furia no
durarán mucho, siempre que la dejen curar en paz su espíritu lacerado y siempre que el Cangrejo no la
fastidie. Pero si él sigue tratando de coartar su libertad, su comportamiento se tornará cada vez más irracional.
Es inútil empeñarse en encerrar su esencia de Aire en una forma definida, y cuanto antes él lo aprenda, antes
se restablecerá la armonía entre ellos.
Ella, a su vez, deberá recordar que mientras se interna excitada en la extraña y nueva promesa del
mañana, él no puede dejar de quedarse rezagado, mirando por encima del hombro hacia la familiar garantía
del ayer. La única forma en que podrá estimular a su hombre obsesionado por la Luna, para inducirlo a
colocarse a la par de ella, consistirá en informarle que allende el horizonte se oculta una estrella mucho más
brillante que todas las otras a las que él se atrevió a impetrar sus deseos. Ella también deberá abstenerse de
espiar sus secretos... y no deberá hacer tintinear sus campanillas de trineo mientras él sueña. O por lo menos
deberá ponerles un poco de sordina.
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LEO ACUARIO
Fuego - Fijo - Positivo Aire - Fijo - Positivo
Regido el Sol Regido por Urano
Símbolo: el León y el Gatito Tímido Símbolo: el Aguador
Fuerzas diurnas -Masculino Fuerzas diurnas - Masculino
La relación LEO-ACUARIO
Entonces recibieron la sorpresa más extraña de esta Noche entre las Noches.
Nunca son las sorpresas típicas de Urano que dan los Aguadores las que generan problemas en esta feria de
polaridad-oposición 7-7, llena de elementos ridículos y sublimes, entre Leo y Acuario. Los problemas
provienen de otras causas. Abordemos el tema cautelosamente, de «culata», dando marcha atrás, por así decir.
Creo que será inesperadamente útil consagrar más o menos una página de este capítulo sobre
compatibilidades a la ejecución de este retroceso. Es posible que los Leo gruñan un poco, resentidos, al ver
que los desplazan unos párrafos más abajo, pero si se someten ganarán puñados de estrellas kármicas para sus
coronas reales y diademas por su paciencia y humildad... aunque en realidad no tengan otra alternativa.
listaríamos aviados si les diéramos una opción!)
En el verano de 1978 recibí una carta de un lector Acuario llamado Richard Ellsberry. Al principio pensé que
debía de tener el matasellos de Espiga o de Arturo... o quizá de Sirio (que en realidad se debería escribir
Sirios, por el misterio del anagrama de Osiris, como sabéis, pero ha sido deformado y sin duda lo corregirán
en el futuro). Sin embargo, el sobre tenía el matasellos de Phoenix, Maryland. Lo de Phoenix, o Fénix, se
entiende. Lo de Maryland es casual. El Aguador Richard escribió, en parte, lo siguiente:
Estimada Linda Goodman... Las observaciones que hace en su libro Sun Signs acerca de las
extravagancias de la personalidad de Acuario son notables. En el capítulo dedicado al Niño
Acuario, dice: «Como exhibe cierta inclinación hacia los relojes de todos los tamaños, es
posible que tenga algo que ver con una Máquina del Tiempo (una obsesión común entre los
Acuario)».
Ahora, lo que deseo saber es lo siguiente: ¡¡¿¿Cómo diablos se enteró de que me estoy
ocupando de una Máquina del Tiempo??!! Hace mucho que trabajo en ella. Se trata de una
tentativa de tomar contacto con Seres del Futuro. El razonamiento es que... si nosotros no
podemos ir hasta ellos, ellos tendrán que venir hasta nosotros. Al fin y al cabo, es SEGURO
que ELLOS tienen Máquinas del Tiempo, ¿no le parece?
(Adelante, Richard! La lógica perfecta de Urano.)
Este concepto empezó a cobrar forma en mi cabeza cuando tenía 17 años, hace
aproximadamente 7 años. Estará en gestación durante otros 4 años, hasta 1982. Lo
denomino La Sociedad Crononáutica. Me gustaría invitarlos a usted y a todos sus amigos
interesados a nuestra primera reunión con los Seres del Futuro, que se celebrará el martes 9
de marzo de 1982 d.J. C. No se trata de una broma. Organizaremos la recepción más
espectacular que se haya tributado jamás a los Seres del Futuro. Como éstos se hallan EN el
futuro, ya habrán tenido noticias de nuestros esfuerzos, y volverán atrás en el Tiempo para
asistir. Les ofreceremos regalos tales como obras musicales, y de arte... y voluntarios.
(¡¡¿¿Voluntarios??!!)
La probabilidad de entablar contacto en este audaz experimento... (¿Audaz? ¡Ahora
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Leo nos presta atención!)
...en este audaz experimento aumenta a medida que acumulamos más documentación (literaria,
fotografías, cintas magnetofónicas, etcétera). Actualmente no sabemos dónde se celebrará el
encuentro. La mantendré informada. Es posible que las condiciones obliguen a formar una red de
congregaciones alrededor de la Tierra, intercomunicadas mediante radio y vídeo. Se ha elegido la
fecha del 9/3/82 porque en ella coinciden acontecimientos celestes excepcionales, como EL
EFECTO JÚPITER, siendo un raro momento en que todos los planetas del Sol están del mismo lado;
en que se produce el advenimiento de la era de Acuario; en que se superponen temporalmente las
órbitas de Neptuno y Plutón; en que se registra el intervalo de doce años entre los cometas Kohoutek
y Halley... y en que tenemos Luna Llena. La Sociedad Crononáutica es una alianza sin fines de
lucro, abierta, de artistas, científicos, ocultistas y visionarios. Su emblema es la Serpiente Bicéfala,
que simboliza la Doctrina de la Arborescencia. Esta tesis especulativa sostiene que el Tiempo no es
exactamente lineal, sino que se ramifica: lo que los cristalógrafos denominan «crecimiento
dendrítico». Esto no implica, empero, que estemos constreñidos por algún dogma ideológico.
Alentamos vehementemente todas las críticas y sugerencias. Apartado de Correos 231, Phoenix,
Maryland 21131, Estados Unidos de América. Infortunadamente aún no nos financia el Congreso ni
nos respalda la Fundación Rockefeller, así que si desea una respuesta, tenga la gentileza de enviar
un sobre con su nombre y dirección, y un sello.
¡Bendito seas, Richard Ellsberry! Eres mi rutilante respuesta a todos aquellos que me preguntan: «¿Los
Acuario son realmente tan excéntricos como usted dice?». A lo cual respondo ahora con un resonante ¡sí!
(Más excéntricos, en verdad.) He completado una «verificación de datos» sobre este Aguador, y puedo
aseguraros que habla muy en serio. Tiene relaciones y contactos personales con varios eruditos y con hombres
muy respetables, cuyos logros, conocimientos y prestigio científicos son impresionantes... así como con una
multitud de terráqueos «comunes», perceptivos y precognitivos. aunque aún ignorados, igual que usted. Así
que ésta es la hora de los milagros para todos los Aguadores del mundo que sueñan con una Máquina del
Tiempo. ¡Adelante! Escribidle a Richard y convertíos en camaradas espaciales del Mañana. (O del Ayer. Es lo
mismo. Recordad vuestros principios dendríticos.)
Tengo un par de excelentes razones para hacer pública esta información sobre la Máquina Acuaria del
Tiempo. En primer lugar, me parece una idea maravillosa, porque astro-lógicamente, astronómicamente, y
desde todo otro punto de vista, la década comprendida entre 1982 y 1992 contendrá muchas conmociones
(sobre todo para los no iniciados) y será mejor estar preparados. En segundo lugar, nos permite reflexionar
acerca de la relación Leo-Acuario. Estoy segura de que la Sociedad Crononáutica será inundada por tantas
solicitudes de afiliación de Leones como de Aguadores. La audacia de la idea es la que fascinará a los
grandes gatos, cuyo segundo nombre es Coraje. Por supuesto, espero que comprendáis que todos los socios
Leo incluirán en los currículums enviados a la S.C. sus ideas personales acerca la forma en que se deberá
organizar y celebrar la recepción de 1982 para los Seres del Futuro en este «encuentro muy próximo».
Obviamente, el Orador de Fondo del Encuentro Próximo del 9/3/82 deberá ser alguien calificado para
desempeñarse como líder de una empresa cósmica tan distinguida, de tanta envergadura, y de tan evidente
trascendencia galáctica. A saber, un Leo. ¿Al fin y al cabo no está sincronizada, en parte, con el raro momento
en que todos los planetas del sol, están del mismo lado... y acaso no es el mismísimo sol_ el regente de Leo?
¿Qué podría ser más apropiado? Ciertamente una iniciativa regia como la que planea la S.C. no puede quedar
librada a las torpezas y los errores de plebeyos y campesinos. Sólo la nobleza está en condiciones de cargar
con la grave responsabilidad de un esfuerzo de esta magnitud.
Ésta es más o menos la actitud que asume cualquier León o Leona respecto de los individuos de Acuario y
respecto de los proyectos de Acuario de todas las formas y dimensiones, grandes o pequeños, ya se trate de
llenar el cuadro de arena para los niños. de construir una casa para los pájaros, de decorar un despacho, de
organizar una fiesta escolar, de planificar una campaña publicitaria o política, de producir una película o una
pieza teatral... o de decidir la fusión de dos inmensos monopolios. No importa. Leo asumirá el mando. O Leo
cogerá su cubo de arena, sus resguardos de las acciones, sus rollos de tela, sus globos, su casa para abadejos,
su guión de cine o lo que sea... y buscará otro reino donde gobernar, un reino en el que acepten de buen grado
y valoren la superioridad. En el que la respeten y la veneren.
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Normalmente, esto no fastidiará en absoluto a los Aguadores típicos. En realidad éstos no tienen
demasiado interés en ser los grandes jefes de la reserva india. Les interesa más la invención de nuevas danzas
para invocar la lluvia y de cosas parecidas. La forma de diseñar un Tótem mejor. Sin embargo. cuando estos
dos signos solares sí chocan por algo —por lo que fuere— el resultado se puede comparar con la embestida
frontal entre un rebaño de búfalos y otro de elefantes. Entre un edificio de ladrillo y un muro de cemento. O
entre dos asnos que se encuentran morro con morro. Una competición de terquedad en la que ambos
protagonistas están empatados. O sea que tanto Leo como Acuario son fijos. Los Aguadores. los Leones y las
Leonas comparten el dudoso honor de haber nacido bajo signos fijos. Esto significa que son porfiados como
la cola de pegar, y que no cederán un ápice en sus posiciones cuando crean que tienen razón y que sus
opiniones y actos están justificados. Leo y Acuario adoran las sorpresas. Ambos tienen mentalidad
progresista, son generosos y magnánimos; ambos defienden a los desheredados y las voces minoritarias de las
tórtolas que se hacen oír por todas partes. Ambos tienden a ser altos y apuestos (o bellos). Ambos son muy
inteligentes, cordiales, gregarios... y son conversadores fascinantes. A ambos les gusta proteger a los débiles,
y ambos aman y respetan la Naturaleza. Hasta aquí, ¡estupendo! Todo es tierno, con suaves ronroneos y
felices maullidos de los grandes gatos... y una plétora de fresca y chispeante cooperación que desborda de los
pequeños cántaros marrones de los Aguadores regidos por Urano.
Sin embargo, estos dos signos ocupan lugares opuestos en la rueda del horóscopo. Uno tiene lo que le
falta al otro. y a su vez este otro no se resigna a admitir que necesita aquello de lo que carece. Normalmente.
(A menos que los ascendentes y las luminarias de sus cartas natales tengan una relación plácida y armoniosa,
en cuyo caso no les importará confesar sus necesidades individuales y compensar sus carencias mediante el
trueque.) ¿Qué es lo que Leo tiene y le falta a Acuario? Calor personal. Un cierto sentido de la dignidad.
Estabilidad y fiabilidad. 4*
¿Qué es lo que Acuario tiene y le falta a Leo? Sé que es difícil imaginar que a los Leones y Leonas les
falte algo, puesto que han heredado todas las virtudes que existen bajo el Sol (su regente). Pero, ay, carecen
de un don de los dioses: la humildad necesaria para reconocerse culpables de una o dos faltas dispersas, para
admitir que entre los rubíes y esmeraldas de sus refulgentes cualidades y rasgos positivos puede haber uno
que otro diamante desconchado. En síntesis, no están generosamente dotados de la capacidad de confesar sus
errores ni de la capacidad de aceptar de buen grado las críticas.
A Leo le conviene tomar en préstamo de los Acuario una pizca de su humildad, de su objetividad respecto
de las críticas y de su excelente disposición para confesar sus defectos. Decidles a los Acuario que son todos
genios y se encogerán de hombros, impertérritos. Decidle a un Acuario que está loco, y el Aguador hará un
complacido ademán de asentimiento, regocijado por el análisis... y no se ofenderá en absoluto. Generalmente
el elogio lisonjero le entrará por un oído y le saldrá por el otro. Pero insinuad, aunque sólo sea tímidamente,
que los Leo son un poco menos que superiores en algún contexto, y la reacción será: «¡Decapitadlo!». Rugen
o se enfurruñan, pero ni lo uno ni lo otro le sienta a la realeza.
A la inversa, los Acuario se beneficiarían inmensamente si adoptaran parte de la radiante y cálida
benevolencia que Leo manifiesta en las relaciones personales (a veces el Aguador puede mostrarse un poco
frío, incluso con los seres queridos), si imitaran la fiabilidad de Leo (sería agradable saber que se puede contar
con que los Aguadores cumplirán el jueves lo que el miércoles se comprometieron a hacer, mediante un juramento
de sangre), y si asimilaran una miaja del aplomo y la altivez de Leo. Ojo, no es necesario que lleguen
al extremo de sosegarse, pero a lo mejor bastará que copien la gracia felina de Leo cuando anden por ahí, para
no tropezar tan a menudo con los postes de teléfono: que desistan quizá de ponerse cabeza abajo mientras
asisten a un concierto; que mitiguen el tono purpúreo de su pelo; que dejen sus quetzales en casa cuando van a
la iglesia... cosas por el estilo. Sólo un poco de aplomo y altivez. No demasiado. Entonces no se los
reconocería, y ciertamente queremos que sigan siendo reconocibles, porque ya es bastante difícil identificarlos
como miembros de la raza humana.
Como Leo y Acuario nacieron bajo los signos solares del «Organizador Fijo», deberán compartir las
responsabilidades organizativas de una empresa comercial, de una relación romántica, de un «Viaje» Mental o
de un «Viaje» en el Tiempo. Cada uno de ellos deberá renunciar a algo más que una mínima parte de su fijeza
personal, mientras retiene su fijeza de intención. Sin embargo, aunque Leo no es un signo cardinal de
liderazgo (Leo es un organizador), el León deberá gobernar la tarea de organización... de alguna manera que
aplaque el ego gigantesco de los grandes gatos. Dadle a Leo el título. Eso es todo. Jefe Hacedor de Lluvia.
Diseñador Jefe de Tótems. Comunicador Jefe con los Se, es del Futuro. Peluquero Jefe. Apóstol Jefe. Jefe de
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Bomberos. Jefe de Aguas. Jefe de Aire. Jefe de Tierra. Oberon, Rey de los Genios. Titania, Reina de las
Hadas. Rey de la Jungla. Reina de las Empresas Galácticas. Sultán del Harén. Monarca del Castillo. Ésta es la
idea general.
Entonces el Aguador descubrirá que en ningún lugar de esta Tierra, ni de ninguna otra galaxia ni Sistema
Solar pasado, presente o futuro, encontrará un «camarada» más brillantemente creativo, inteligente, valeroso y
leal que el León o la Leona. Realmente vale la pena cultivar un poco la elasticidad de la fijeza de Acuario con
el fin de conquistar semejante amigo para todas las estaciones... todas las Barreras del Tiempo y todos los
Niveles Astrales.
Los Acuario que no me crean podrán limitarse a esperar el Encuentro Próximo de Richard Ellsberry que se
celebrará el 9 de marzo de 1982 d.J.C. Del futuro llegan, puntualmente, los S.d.F.. El Líder de la Atlántida
resucitado en Phoenix que saludará a los terráqueos con una combinación de lenguaje hopi por señas, swahili
y sánscrito será una orgullosa, noble y majestuosa Leo. (¡Sí, ella lo será!) Poco importará que la mismísima
Máquina del Tiempo haya sido diseñada por un S.d.F. Aguador. A los Acuario les importa un bledo quién se
lleve el mérito... siempre que ellos puedan realizar el vuelo y llegar a la meta elegida. Leo podrá hacer todo el
viaje en primera clase, ¿pero adivináis quién irá sentado en la carlinga del Rayo Láser?
«Damas y caballeros, os habla vuestro piloto. Me complazco en daros la bienvenida a bordo del Leo-
Osiris Phoenix XIV. Volaremos a una altura de cuatrocientos cincuenta billones de kilómetros por hora
terrestre, millón de kilómetros más o menos, según la magnitud de las caídas de polvo en Maldek, y a una
velocidad de varios años luz. Las azafatas pasarán entre vosotros para explicaros cómo se usa la cabeza.
Llegaremos a destino exactamente a las tres y cuarto del sábado, en el año previo al anterior, justo a tiempo
para celebrar el cumpleaños de Amory Lovins. En mi nombre y en el de mis copilotos gemelos, Howard y
Robard, os deseo un buen viaje. Tomad la precaución de mantener abrochados y asegurados vuestros
cinturones Nader cuando pasemos por las Torsiones Espaciales... y no olvidéis de disfrutar del paisaje por
vuestros ojos de buey, pues en los días despejados se ve la Eternidad. ¡Buena suerte! ¡Salud! ¡Cambio y
fuera!»
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Mujer LEO Hombre ACUARIO
Durante poco tiempo Peter continuó... tocando alegremente su gaita. Sin duda fue una tentativa
bastante infeliz de demostrarse a sí mismo que no le importaba. Entonces resolvió no tomar su
medicamento, para afligir a Wendy. A continuación se tumbó en la cama fuera de la colcha,
para fastidiarla aún más.
Al comienzo ella se sintió atraída hacia él como un imán propulsado a chorro. Quién sabe cómo, el Aguador
parecía succionarla casi literalmente hasta los abismos de sus ojos soñadores, como si ella fuera un jirón de
nube que desaparecía en el espacio de su expresión. Por tratarse de una Leona, ella, naturalmente, se resistió.
Pero fue inútil. Se sintió remontada por la mansa brisa de su carisma del elemento Aire, acunada por la
música reconfortante de su gaita. (Es posible que al resto de nosotros la gaita nos parezca un poco estridente y
chillona, pero para el Leo es reconfortante, porque trae reminiscencias de cambios de guardia, desfiles de
coronación y todo eso.)
Durante un tiempo, todo fue color de rosa, plumas de pavo real, maravillas sobre maravillas. Él se
comportaba como un verdadero santo. A veces, ella estaba segura de que incluso veía su halo, aunque parecía
tener una forma muy rara. (Era su aura, y todas las auras de Urano tienen una forma rara. Parecen una
pirámide invertida con un rayo que traza los tres planos que componen las caras triangulares. Insólito.
También lo son los colores. Una especie de azul eléctrico, surcado por vetas de trueno negro y centelleantes
conceptos blancos.)
Curiosamente, al principio a él le sucedió casi lo mismo. Sintió la necesidad apremiante de caminar
descalzo sobre la cola de su vestido de terciopelo púrpura, de besar los diamantes de su tiara. Las melodías
perfumadas que exhalaba su nariz francamente divina lo hicieron levitar repetidamente varias decenas de
centímetros. La misma languidez de ella apaciguaba sus pies y sus oídos incansables... mientras su porte
perfecto lo dejaba alternadamente mudo y vibrante. Él también estaba seguro de que periódicamente podía
ver, con su Tercer Ojo, el halo rutilante y rojo-dorado de ella. (Era su aura, en forma de Sol, brillante y
enceguecedora, que lo dejaba hechizado e hipnotizado.) Ella se comportaba como la Reina de todos los
ángeles. Ronroneaba como un gatito y zumbaba como un colibrí. Sonreía como un gato bronceado de
Cheshire y como su quetzal favorito. Era un hálito del Cielo, llameante de pasión, pero fresca como un helado
de limón.
De pronto, el cielo viró al gris, y Rip Van Winkle empezó a derribar bolos como un marinero borracho.
Relámpagos de calor. Retumbar de truenos. Inmensos Niágaras de aguas desbordadas, que habrían hecho
abandonar el arca al mismísimo Noé, fluían del cántaro de Urano, en tanto que la esencia de Aire de él
gestaba un tornado y el elemento Fuego de ella ardía como el incendio de Pompeya. En síntesis, había
empezado la estación ventosa, calcinada y aguada del romance. El se convirtió en un individuo presuntuoso,
insípido, tacaño y sarcástico. Ella se convirtió en una mujer descomedida, majestuosa, colérica y resentida. Él
resolvió que ella era una pelma y ella resolvió que él era un palurdo. Era todo muy triste. ¿Qué había
sucedido?
Lo que había sucedido era que sus polaridades se habían enredado y retorcido. Leo v
Acuario ocupan lugares opuestos en la rueda kármica de la vida. Estas dos son personalidades antagónicas,
influidas por la configuración de signos solares 7-7, al principio magnética, y después repelente. Pero los
opuestos se atraen, cuando los sexos también son opuestos, y ésta es la clave de la maratón del apareamiento:
la oposición. Por lo menos, esto es lo que la mayoría de las personas creen que es. Pero se equivocan. El
verdadero objetivo del amor y del apareamiento y de la complementación de las auras no consiste en
conservar eternamente actitudes y deseos opuestos, sino en fusionar las fuerzas opuestas armonizándolas
mansamente, en combinar lo mejor de cada uno y en descartar o diluir lo peor, con el fin de eliminar así el
poder que tienen los rasgos negativos para atormentar su relación. En términos sencillos, ella no deberá
envidiarlo sino que deberá tratar de imitar las características que él posee y que a ella le faltan, y cuya
asimilación la beneficiaría. Asimismo, él deberá comprender que ella posee ciertas virtudes que serían una
bendición para su propia personalidad si se esforzara un poco más por adquirirlas. Esto es lo que significa el
concepto de oposición, que no significa enfrentarse. Significa fusionarse en un clima de dicha beatífica. Pero
siempre existe el riesgo de que la Leona y su Aguador pierdan toda la emoción potencial y la promesa
estimulante de su relación amorosa o de su matrimonio si se empeñan continuamente en superarse el uno al
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otro cada vez que dan un paso por el camino. La respuesta es el toma y daca. No dar demasiado y no tomar
demasiado. Cuando se mezclan las dosis justas de sumisión y mando, aunque sea en un imprevisible tubo de
ensayo de Acuario, surge un elixir llamado igualdad. Igualdad entre los sexos... y entre la majestuosa Leona y
su amante o esposo Acuario, tan parecido a Rip Van Winkle.
La mayoría de las Leonas se mantienen alejadas de las mujeres Acuario, pero una chica Leo puede
sentirse inexplicablemente atraída por un hombre Acuario. Él acepta la vida y acepta a la gente con la misma
naturalidad con que le gustaría hacerlo a ella (y con que finge hacerlo), pero que quién sabe por qué no logra
materializar cabalmente. Secretamente, ella tiene conciencia de que su falso orgullo aprisiona con demasiada
frecuencia su auténtica ternura interior, y a veces desea poder distenderse y sumergirse en las margaritas del
deleite, sin preocuparse por lo que piensan los demás... tal como lo hace él. Él le inspira deseos de soltarse la
cabellera, literalmente, y de correr a su lado por praderas estrelladas, en un sentido alegórico y real. Ella le
envidia su libertad de expresión, su capacidad para mostrarse indiferente y sereno. Las pasiones de la Leona,
aunque generalmente controladas, consiguen imponerse a veces sobre su razón, y esto es algo de lo que
después debe arrepentirse. ¿Cómo hace él para mantenerse tan impasible e insensible a la tragedia y al
desencanto? Quizá si ella se convirtiera en una parte del Aguador, entendería su magia y podría parecerse más
a él.
Al hombre Acuario siempre le ha intrigado el hecho de que aparentemente no puede contar con los
hombres Leo como amigos (excepto en el caso de un par de raros Leones. cuyos signos lunares tienen un
aspecto armónico con el Sol natal de él). Sin embargo, he aquí la enigmática contradicción de esta mujer Leo,
de esta orgullosa y altiva criatura felina que le ha hecho preguntarse si el contacto humano no podría consistir
en algo más que la sola comunicación intelectual. Ella le ha hecho pensar, mal que le pese, en el amor, y le ha
hecho decidir que quizá se equivocó cuando desechó las emociones como «puerilidades», indignas de la
atención de un hombre adulto. Más tarde, él se sintió irresistiblemente impulsado con fusionarse a ella tanto
como se lo permitió la Naturaleza, lo cual fue una nueva experiencia para su corazón... y no hablemos de su
cuerpo. El Aguador no lo entiende, pero como se trata de un misterio, ciertamente no permitirá que quede sin
resolver. Su instinto detectivesco (junto con otros más primitivos) hace que se empecine en hallar la
explicación del hechizo que esta mujer ejerce sobre él. La manera más sensata de empezar —suspira y se
confiesa finalmente— consiste en poseerla en esa forma que, según dicen siempre todas las personas
sentimentales, es tan regocijante, tan increíble, tan explosiva y tan satisfactoria.
Así que lo hizo. Y lo era. Regocijante. Increíble. Explosiva. Satisfactoria. Los sentimentales tenían razón.
Qué asombroso. Por supuesto, no la poseyó apenas resolvió hacerlo. Al fin y al cabo, ella es una Leo, y una
Leona no se entrega antes de que el hombre que ama le pruebe su adoración en incontables formas durante un
lapso razonable. Igualmente, cuando ella por fin optó por honrarlo con el cálido don de todo su amor y de
todo su ser, su placer sexual fue exquisito.
A menudo, el hombre Acuario es más demostrativo y afectuoso con una mujer Leo de lo que cualquiera,
incluido él, habría creído posible. Así como la Leona descubre a menudo que puede disfrutar del acto
amoroso con el hombre Acuario que ha conquistado su corazón sin reservarse majestuosamente una parte de
su ser, por temor a que la consideren indigna y ello le haga perder el amor propio que necesita para conservar
su identidad ante sus ojos, para no hablar de los ojos del resto del mundo. La Leona intuye que este hombre
no la escarnecerá ni la despreciará si ella se manifiesta sinceramente tal como es durante sus intimidades. Y
por tanto su unión física puede ser un vínculo sólido entre ellos, que los reconcilia una y otra vez después de
que han reñido. El deseo mutuo, cuando es suficientemente profundo y persistente, se convierte en un
bálsamo poderoso contra agravios y frustraciones triviales.
Sin embargo, aunque la feliz compatibilidad sexual es una hermosa faceta del amor entre cualquier
hombre y mujer, el sexo por sí solo no basta para garantizar la dicha. Estos dos deberán transigir y adaptarse
en otras áreas de su convivencia, porque si no su pasión inicial se congelará lentamente... y la reacción
originalmente tierna y espontánea de él ante la personalidad tierna y radiante de ella revertirá a su indiferencia
soñadora típica de Urano.
Es indispensable que a la mujer Leo la halaguen periódicamente, le confirmen que es adorada por el
hombre que ama. La Leona hambrienta de admiración y valoración es tan patética (y finalmente tan peligrosa)
como una leona de la Naturaleza que está hambrienta de carne. El hambre es el hambre, y puede hacer que la
gente se comporte de manera extraña. La tendencia innata del hombre Acuario consiste en jugar a las
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adivinanzas con la mujer de la que está locamente enamorado. Le insinúa. Le sugiere. La invita a introducirse
en su mente (un lugar donde la mayoría de las personas encuentran un cartel que reza Se prohíbe la entrada) y
cree que esto debería convencerla de que es muy importante para él, de que él la necesita más de lo que se
puede traducir en palabras. Pero será inútil. A ella no le gustan las adivinanzas. Las sutilezas la irritan, porque
ella a su vez es muy franca y expansiva. Es posible, en verdad, que él la necesite más de lo que se puede
traducir en palabras, pero si desea conservarla deberá aprender a expresarlo. No le resultará fácil, porque
generalmente el Aguador típico tiene problemas para dominar la ciencia de los cumplidos y los halagos. Se
siente incómodo cuando vierte en palabras sus sentimientos y emociones más profundos. Está más a gusto
cuando los transforma en un chiste o un estribillo humorístico. Es posible que le escriba un poema o una
canción, pero se ofusca —a veces dolorosamente— cuando tiene que formular directa y personalmente una
declaración de amor.
Ella deberá esforzarse un poco más por comprender que este hombre, con su idiosincrasia imprevisible y
excéntrica, es un ser humano especial. No brinda su amor despreocupadamente. El mismo hecho de que le
haya dicho «Te amo», aunque sólo sea una vez, debería convencerla de que se toma su relación en serio. No
deberá tratar de hacerle repetir declaraciones que él considera intrascendentes, como prueba de que su amor es
sincero. Para él, lo dicho conserva su valor... hasta que se retracta de ello. Reiterar un aserto, un acto, una
idea, o lo que sea, se le antoja un tremendo derroche de tiempo. Éste es un hombre cuya mente siempre está
fija en el futuro, no en el pasado. Como cuando su madre pretendía obligarlo a decir «gracias» y «por favor» y
«de nada» cien veces por día. Le parecía ridículo. Hay otras formas de expresar el agradecimiento y la
cortesía. Aprendió que los hipócritas que rinden falsa pleitesía a las normas sociales o románticas son los
mismos que infringen las que él interpreta como reglas básicas del decoro y la bondad, de la honestidad y la
lealtad... y odia la hipocresía con todas las fibras de su ser.
Es posible que intente explicárselo a ella alguna medianoche o algún mediodía. Tumbado junto a ella en la
cama, o mientras cruzan una calle ajetreada, cogidos de la mano al mediodía. Sencillamente se le ocurrirá de
pronto, y entonces se lo dirá. «Sabes —murmurará afable, parsimoniosamente—, lo que vale no es lo que la
gente dice. Lo que vale es lo que la gente hace.» A continuación le clavará una de esas miradas de Urano que
penetran hasta el fondo y que parecen taladrarle el alma. Si ella es tan sagaz como los regidos por el Sol
pueden serlo, le sonreirá con la mirada, responderá simplemente: «Lo sé»... y nunca jamás olvidará el
momento atemporal en que él se esforzó tanto por hacerle ver, comprender. Porque es probable que nunca lo
repita. Los Acuario sólo desnudan su alma raramente, por un instante. Si estás muy ocupado o muy lleno de
autocompasión para escuchar, ese trance se perderá definitivamente.
Es posible que elijáis un perro como animal doméstico (o incluso una ardilla o un hámster, tanto da) y el
animal quedará conmovedoramente agradecido de que lo hayáis adoptado y le hayáis dado un hogar. Pero ya
sabéis lo que se dice de las gatas. Nadie «elige» a una gata como animal doméstico. Es la gata la que elige a
su propietario. Y sólo después de decidir que sois dignos de que os honre con su presencia. Pretenderá que os
mostréis debidamente complacidos, que la miméis y le deis frecuentes palmaditas en la cabeza... si queréis
que se quede con vosotros y os ronronee y adorne vuestra casa. El Aguador deberá tomar en cuenta de que su
Leona sustenta parecidas ideas.
En cuanto a las dudas que la mujer Leo pueda alimentar acerca de la estabilidad básica de su hombre
Acuario imprevisible, excéntrico y poco convencional... bueno, es posible que esté un poco chalado, pero esto
es lo que lo salva de volverse loco en un mundo al que realmente le falta un tornillo. Cuando ella lo piense
mejor, lo comprenderá. Y recuperará su sonrisa radiante. Justo a tiempo. Él se estaba congelando ahí fuera,
solo, sin ella. Pero nunca se lo habría confesado. Sencillamente habría dado media vuelta y se habría ido,
silbando valerosamente una canción solitaria, simulando indiferencia. Más tarde, se habría preguntado por
qué lo acusó de ser olvidadizo en razón de que nunca se acordaba de llevarle un regalo en el día de su
cumpleaños o de su aniversario. Ella era la que olvidaba... que un día él le dijo que la amaba.
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Hombre LEO Mujer ACUARIO
No era su coraje, no era su aspecto atractivo, no era... es inútil andarse con rodeos,
porque sabemos muy bien lo que era, y debemos decirlo. Era la petulancia de Peter...
—No he dicho un beso —manifestó ella—. He dicho un dedal.
—¿Qué es eso?
—Es así. —Ella lo besó.
-Qué curioso! —comentó Peter seriamente—. ¿Ahora debo darte yo un dedal?
No os engañéis. El León quedará tan perplejo y confundido como un hombre «común» ante el lenguaje
inusitado y el comportamiento singular de la chica Acuario. Pero su reacción será típica de Leo. Simulará no
haberlo notado. Una franca manifestación de desconcierto podría indicar debilidad, así que aparentará tomar
sus excentricidades como si tal cosa, con un aire sereno e imperturbable, un poco benévolo (aunque
ligeramente condescendiente).
Si ella opta por llamar «dedal» a un beso, él hará otro tanto. Y su lánguida naturalidad será tan
convincente que ella no sospechará jamás que el León se quedó alelado, un momento antes de recuperar el
control de sí mismo. El León nunca puede dejar entrever que lo tomaron desprevenido, y menos aún que se
quedó alelado. Si ella le informa que desea cultivar chirimoyas en el jardín del fondo, él bostezará, y le dirá
que lo va a pensar y que le contestará más tarde. Al día siguiente, será un experto en chirimoyas. Cuando la
Acuario le pida que no olvide comprar yogur en el viaje de vuelta a casa porque necesita llevarlo consigo
cuando vaya al estudio del fotógrafo, es posible que él se muera de ganas de saber qué relación existe entre el
yogur y la cámara, pero no se lo preguntará. Al día siguiente, antes de que él la lleve a sacarse la foto, ella le
pedirá su opinión. «¿Debo usar el yogur antes de llegar allá?» Su respuesta será displicente. «¿Por qué no?»,
comentará parsimoniosamente, sin revelar su total desconcierto. (¿Usarlo?) Exhalará un suspiro secreto de
alivio cuando descubra que lo usa como crema facial. Había empezado a preguntarse si ella necesitaba
realmente un tratamiento psiquiátrico. Tampoco arqueará la ceja cuando encuentre en el congelador de la
nevera un jarrón oriental, lleno de lápices recientemente afilados. Para entonces ya habrá aprendido por lo
menos una parte de la clave de la combinación que protege sus procesos mentales, y le resultará bastante fácil
descifrar el enigma. Supondrá que ella cree que los lápices escriben mejor cuando el grafito está helado. Ha
empezado a conocerla. Así es. Dejan un trazo más limpio y nítido sobre el papel.
Él nunca se delatará y no se pondrá pálido cuando ella se arroje entre sus brazos, llorando
desconsoladamente y gritando: «¡Ha muerto! ¡Joe ha muerto!». La tranquilizará lo mejor que pueda, con la
esperanza de que ella no sienta los latidos frenéticos de su corazón, hasta descubrir gradualmente que «él» es
la lagartija del jardín que ella bautizó con el nombre de Joe, y con la que se había encariñado mucho. No
importa que ella pegue con cola el dobladillo de sus faldas, ni que se enjuague el cabello con cerveza para
hacerlo brillar, ni que disfrute de la sensación mística de ducharse con la luz del baño apagada —y con una
vela solitaria prendida en el lavabo—, ni que corra a la cocina para coger el frasco de extracto de vainilla y se
lo frote detrás de las orejas antes de que salgan a cenar porque ése es su perfume favorito. Él no hará caso de
nada de esto. Manifestar una sorpresa espontánea está por debajo de su dignidad. Implica que puede haber
algo que él ignora, y puesto que un Leo lo sabe todo, lógicamente, ¿cómo es posible que alguien le sorprenda?
Esta chica puede sorprenderle, lo demuestre él o no. Lo deja turulato. Nunca ha conocido a alguien como ella.
La chica Acuario infringe todas las reglas, no se ciñe a un modelo previsible y lo mantiene en suspenso casi
continuamente. Por supuesto, el hecho de que él se niegue a manifestar abiertamente su desconcierto, sólo
servirá para redoblar el empeño de ella en encontrar la forma de asombrarlo... pues desea saber cómo es él
cuando pierde el aplomo. La fascina que un hombre pueda ser tan imperturbable, tan apáticamente confiado,
tan inmune a que lo tomen desprevenido. No es extraño que la astrología lo llame el gran gato, musita. Este
apodo lo describe perfectamente. Siempre alerta, siempre vigilante. Consciente del menor atisbo de peligro
para su bienestar y su «orgullo», y pronto a abalanzarse el primero sobre dicho peligro, antes de que éste se
precipite sobre él. Me parece que el León merece el título de Rey de la Jungla.
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Ella no puede dejar de admirarlo, pero esto no detendrá sus tentativas de hacerle perder la compostura, de
alterar su dignidad y de desbaratar su porte majestuoso. Ha oído decir que él pertenece a un signo de Fuego, y
sabe que hay rescoldos ocultos debajo de su plácido autocontrol y de sus movimientos garbosos. Le gustaría
avivar las llamas para hacerlas saltar a la vista. Podría ser emocionante, piensa. También podría ser imprudente.
Él no es un gatito sino un gato, y existe una gran diferencia entre los dos. Aunque este hombre
puede ser juguetón, aunque su naturaleza es cálida, radiante y adorable... se trata de un sobreviviente.
Cualquiera que intente ponerlo en ridículo recibirá una fulminante y tremenda lección acerca de lo que es la
ley personal de Leo en la jungla de la sociedad humana. Noble, generoso y afectuoso, a menudo afable, hará
valer empero su autoridad, remontándose a las cumbres feroces de su regencia Solar, cuando lo amenacen. Y
nunca se someterá a la derrota o el fracaso. Al fin, triunfará. Leo no es cruel, pero tampoco es blando ni
humilde, apocado o sumiso. No malgasta inútilmente su magnífica energía, pero cuando tiene una causa
justificada, disfruta de la fuerza necesaria para imponer su voluntad, y en esas ocasiones se torna
decididamente dramático. El León no retrocede jamás, aunque desdeñe derrochar sus emociones en asuntos
que considera demasiado minúsculos y triviales para merecer su atención. Durante la mayor parte del tiempo,
organiza sus reacciones emocionales tan bien como organiza todo lo otro que lo rodea.
Este hombre y esta mujer se encuentran bajo la influencia de la vibración polarizada de la configuración
de signos solares 7-7, de modo que sus ideas son a menudo diametralmente opuestas... y es posible que
muchas veces se sitúen en los dos extremos del termómetro emocional. Sin embargo, esta oposición de sus
signos solares en la rueda del horóscopo puede contribuir a equilibrar el doble e idéntico desafío masculino de
sus personalidades. Ambos nacieron bajo signos fijos (obstinados) y masculinos. Además, el Sol regente de él
es masculino (¡y mucho!) y el planeta regente de ella, Urano, también lo es. Esto genera en torno de ellos
muchas vibraciones positivas, agresivas y tenaces... y exige patentemente que ambos se esfuercen por
incorporar a su relación algunas de las cualidades llamadas «femeninas», como la pasividad, la ternura, la
paciencia y la tolerancia.
Ella no entiende por qué él está tan vitalmente preocupado por su propia imagen, cuando ella lo está por
toda clase de cosas ajenas a su persona, como corresponde a su elemento Aire. La vanidad de él la deja
atónita. Lo mismo que la forma en que se enfurruña cuando no le tributan el respeto del que se cree acreedor.
Ella es considerablemente más informal en su aspecto... y pocas veces se le ocurre preguntarse lo que piensa
la gente. y menos aún inquietarse por ello. No necesita que la respeten. Ella se respeta a sí misma. ¿y acaso no
es esto lo único que importa: lo que piensas de ti mismo, y no lo que los otros piensan de ti? Ésta es una de las
diversas lecciones impagables que ella podría dictarle a su León si él olvidara su orgullo durante el tiempo
necesario para comprender que sería mucho más feliz si asimilara parte de la sabia filosofía de Urano.
Ella también puede aprender de él cosas importantes. La principal es el autocontrol. Sus súbitos impulsos
y ciclones de emoción pueden determinar que la fogosa naturaleza interior de él estalle, hasta que ninguno de
los dos pueda discutir nada con serenidad. El Aire tiene la facultad de avivar el fuego hasta el frenesí, pero
también puede hacerlo arder con más brillo, y es indudable que ella lo estimula igualmente de una manera
positiva. La mujer Acuario típica parece buscar exteriormente sólo la tranquilidad, la paz y el sosiego.
Muchas Aguadoras son damas parsimoniosas, de modales apacibles. Hasta que de pronto, sin la mínima
advertencia, y sin siquiera una provocación concreta, desencadenan una escena tormentosa, arrojan algo a
través de la habitación o por la ventana, o cuanto menos, cierran violentamente la puerta, le echan llave,
corren las cortinas y viven como ermitañas durante un lapso que oscila entre algunas horas y algunos días.
Pero es un error que se enfurruñen, porque en esto nunca le ganarán al León. El hombre Leo es un experto
imbatible en la estrategia del enfurruñamiento cuando lo agravian o lo hieren. Ella no puede superarlo en este
contexto. Es el campeón.
Como a menudo el León asocia inconscientemente las emociones poderosas (tanto positivas como negativas)
con el deseo sexual, uno de los elementos más sorprendentes de esta relación puede ser la forma en que una
reyerta, incluso violenta, renueva sus anhelos recíprocos, y culmina con la consumación de la necesidad
tácita. Hay algo de feroz y primitivo en el tipo de acto amoroso que exige silenciosamente que la pasión de la
mente y las emociones se rinda a la pasión del cuerpo. Después, parece reinar la calma que sigue a la
tempestad, cuando todo está nuevamente en paz y sosegado... más fresco y dulce que antes. Por mucho que
sus personalidades forcejeen y choquen en otras áreas de su convivencia, estos dos pueden contar casi
siempre con el hecho de que la armonía renacerá entre ellos cuando la expresión sexual del amor le devuelva
al hombre Leo su personalidad de León... y cuando ella deje de ser su adversaria para convertirse en sucompañera: la criatura desafiante a la cual él debe demostrarle su igualdad o su superioridad. Él preferiría
que fuera esto último, pero ahorrará muchas energías para otros intereses vitales si se conforma con aspirar a
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lo primero, en su relación con esta dama. La química sexual que comparten es tan magnética que
generalmente resiste indemne las otras tensiones de su relación (a menos que existan aspectos muy negativos
entre los ascendentes y las luminarias de sus cartas natales). Por supuesto, habrá ocasiones en que el orgullo
de él se sentirá profundamente herido por la periódica incapacidad de ella para ser tan afectuosa como al
León le gustaría que fuera. Leo necesita que sus actos amorosos se combinen con una fuerte dosis de calor y
ternura... y es posible que a veces ella sea involuntariamente fría o desapegada. La personalidad interior de
ella vibra en concordancia con el elemento Aire, que nunca puede competir que el ardor o el fulgor de las
influencias del Fuego solar que guía las pasiones sexuales de su hombre Leo. Pero el León puede consolarse
con la idea de que probablemente ella es más cálida con él de lo que podría ser con cualquier otro, porque su
oposición 7-7 hace aflorar toda la entrega vehemente que ella es capaz de aportar a la unión física.
Es probable que estos enamorados se cubran recíprocamente de regalos valiosos y de sorpresas demenciales
en los momentos más inesperados. Ambos se sentirán refrescados y estimulados y excitados por el cambio,
los viajes y los proyectos creativos que puedan planear juntos. Ambos deberán cuidar que la tendencia de
ella a congregar multitudes de amigos de ambos sexos en su círculo privado no ofenda al León. Leo arde
interiormente de celos durante mucho, mucho tiempo, antes de que éstos se desahoguen en forma de cólera.
Él nunca podrá reprimir la necesidad de ella de ser como es. A esta mujer hay que permitirle que obedezca a
sus impulsos, y hay que estimularla a ello, porque si no se desquiciará su carácter normalmente alegre.
Tiene un espíritu libre y espontáneo, como todos los Acuario, y el hecho de sofocar esta cualidad de Urano
puede generar una grave neurosis.
El León también puede convertirse en un ser neuróticamente apático, si no recibe con regularidad la
atención que necesita. Ella tiene su mente ocupada con tantas cosas, que puede olvidar de vez en cuando que
él está allí. Será mejor que lo recuerde. Desentenderse demasiado a menudo de un Leo implica perderlo concerteza. Él se congelará hasta convertirse en un carámbano... y siempre hay alguien que espera ahí fuera para
deshelarlo con su sincera estima.
Como los entendidos dicen que al sabio le basta con una palabra, y como la astrología nos dice que Leo es
sabio, he aquí unas pocas palabras que bastarán para aconsejar al Leo que ama a una Aguadora. En varios
capítulos sobre Acuario les he advertido a diversos signos solares que es prudente que, si pueden, procuren ser
el primer amor de un Acuario. Los Acuario siempre recuerdan con nostalgia su primer amor (que probablemente
fue una amistad platónica). Pero hay otras buenas razones. La siguiente letanía surgida de la pluma de
Dorothy Parker describe en forma bastante concisa el aprieto romántico, típico de Urano, de una Aguadora:
Oh, qué galante fue el primer amor... y refulgente y bello el segundo amor fue
agua... en una blanca copa translúcida el tercer amor fue suyo, el cuarto fue mío
y a partir de allí, siempre los confundo a todos.
Pensándolo mejor, el Leo debe tratar de ser el tercer amor de esta dama. Sí, categóricamente, el número
tres para el León. Y punto final. A partir de allí se vuelve muy peligroso. La refulgencia y la copa blanca son
éxtasis pasajeros. Y el número cuatro está fuera de cuestión para cualquier Leo. El tres es el número mágico.
Lo que debe hacer después es encerrar bajo llave el ábaco chino de ella... y deshacerse de la llave.
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VIRGO ACUARIO
Tierra - Mutable - Negativo Aire - Fijo - Positivo
Regido por Mercurio (también por el
planeta Vulcano) Regido por Urano
Símbolo: la Virgen Símbolo: el Aguador
Fuerzas nocturnas – Femenino Fuerzas diurnas - Masculino
La relación VIRGO-ACUARIO
Un árbol de Nunca hacía grandes esfuerzos por crecer en el centro de la habitación, pero todas
las mañanas serraban el tronco, al ras del suelo.
Como a Virgo le encanta poner orden en el caos, y como a Acuario le encanta poner caos en el orden, estos
dos signos solares deberían representar, el uno para el otro, el colmo del desafío.
Los Acuario saltan de un lado a otro formulando profecías y predicciones tan jubilosamente como los
meteorólogos (y con mucha más precisión). Reivindican su derecho a ser individualistas y se niegan a tomarse
a sí mismos, o a tomar a quien sea, en serio, mientras abordan la vida con refinada y negligente displicencia.
Naturalmente, todo esto fascina a los metódicos y ordenados Virgo, que no se atreverían a profetizar o
predecir el futuro (están demasiado atareados analizando el pasado y diseccionando el presente), que se toman
muy en serio a sí mismos y hacen otro tanto con todos los demás... y que no abordan nada con negligente
displicencia.
Los Virgo pueden recitar la arenga de Gettysburg del presidente Lincoln sin omitir una coma. Mantienen el
equilibrio entre las entradas y salidas de sus cuentas bancarias, y también entienden los complicadísimos
horarios de las líneas aéreas y la necesidad de conservar el talón de la entrada de cine por si hay que salir a
verificar si se ha agotado el tiempo en el parquímetro. Naturalmente, todo esto fascina a los distraídos
Acuario, que nunca atinan a recordar si fue Lincoln o Franklin D. Roosevelt quien pensaba que esta nación
del pueblo, por el pueblo y para el pueblo nunca deberá desaparecer de la faz de la Tierra (ambos presidentes
eran Acuario, así que es fácil confundirlos); cuyas cuentas bancarias se resisten empecinadamente a mantener
el equilibrio entre entradas y salidas; que siempre entregan a las azafatas de los aviones las entradas de cine y
a los atónitos acomodadores de cine los billetes de avión... para no hablar de que nunca recuerdan dónde
aparcaron sus bicicletas o sus platos voladores, y al diablo con el parquímetro.
A estos dos les gusta estudiarse el uno al otro, preferentemente desde lejos. Ninguno quiere acercarse
demasiado antes de haber elucidado algunas de las reglas del juego que juega el otro. Inicialmente necesitan
un poco de impulso para reunirse. Por ejemplo, que un amigo común los presente insistentemente, o que el
destino imperativo los haga nacer en un mismo círculo familiar. Sin embargo, una vez que forjan su relación,
ésta casi nunca es monótona.
Los Acuario, regidos por el planeta de la blitzkrieg, Urano, se niegan perversamente a pensar, hablar
o actuar como los demás, pero pretenden que todos los quieran y no parecen entender por qué quienes no
están sintonizados en su frecuencia zigzagueante los consideran unos enigmas. Se sienten atraídos por todos
los conceptos o ideas que les pasan delante de las narices, hasta que les extraen toda la verdad, se cansan del
juego, y pasan a la siguiente posibilidad seductora. Lo que los intrigó ayer será borrado mañana de la mente,
que quedará a disposición de la próxima ecuación nueva y excitante.
Un elemento de confusión que se interpondrá entre ellos será el portentoso talento de Virgo para los
detalles. Virgo casi nunca olvida un nombre, una cara, una suma, una fecha o una dirección. Los Acuario
pueden olvidar a la gente, los lugares, los bolígrafos, los animalitos domésticos, los paraguas y los tíos. (Sin
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embargo, es poco probable que el uno o el otro extravíe su cartera.) La propensión de los Acuario al olvido se
puede rastrear hasta la renuencia de estos hombres y mujeres a atiborrar sus mentes con datos y detalles
innecesarios cuando hay tantos asuntos de gran magnitud para investigar y elucidar. Gertrude Dial, una amiga
mía Acuario, de Cripple Creek. Colorado, siempre se las apaña para acordarse de su cartera y de su alarma
contra robos (es propietaria de una tienda de antigüedades y de alhajas indias de turquesa), pero tiene fama de
ser un poco despistada, de tiempo en tiempo, cuando intenta deslizarse por el sendero de la memoria ayudada
por un mapa de carreteras de Urano, típicamente ambiguo. Siempre seguiré impresionada por la imagen del
día de invierno en que estábamos conversando en su tienda, y un hombre cubierto de nieve irrumpió en el
recinto, estrechó a Gertrude en un abrazo de oso polar, y exclamó:
—Gertrude, cariño. ¿Cómo estás?
Ella le devolvió el abrazo de oso, mientras contestaba:
—Estoy muy bien. Cuánto me alegro de verte. —Entonces se volvió y me dijo—: Linda, quiero
presentarte a uno de mis más viejos y más íntimos amigos. Éste es... ejem... éste es... —y lo miró, con los
ojos velados por la bruma de la confusión de Urano—. Creo que éste es... eh... Jim. No, quiero decir
Richard... quiero decir Tom... eh, o sea, eh... ¿cómo te llamas, después de todo?
Conviene notar que este tipo de vaguedad mental de Acuario es la sustancia de la que está hecho el genio. La
negativa a molestarse en memorizar datos intrascendentes, deja a estos hombres y mujeres en libertad para
generar ideas asombrosamente originales, corazonadas misteriosamente precisas, y una percepción fulminante
de los elementos realmente importantes de la vida. De modo que no deberíamos escarnecer ni menospreciar la
distracción que exhiben los Acuario cuando sus pensamientos andan vagando por las nubes. Pero los Virgo la
escarnecerán.
La escarnecerán y preguntarán: «¿Cómo es posible que alguien olvide el nombre de un amigo
íntimo?». Esta falta de disciplina mental y esta trasgresión a las normas de la urbanidad horroriza a las almas
de Virgo, que tienen una memoria minuciosa y son puntillosamente corteses. Sencillamente no atinan a
entender semejante pereza y desorden intelectuales. ¿Será necesario que les informemos que la Acuario
Gertrude Dial recuerda el coste exacto de cada una de sus centenares de alhajas de turquesa, el año en que
fueron fabricadas, quién fue el indio que las confeccionó, cuántas piedras hay engarzadas en cada una... todo
esto con los ojos cerrados? Sí, será necesario. A veces hay que alertar a los Virgo acerca de la conducta
ilógica de Urano, para que no subestimen la imprevisible perspicacia del intelecto intuitivo de Acuario y no
caigan en sus propias trampas. Los Acuario no tienen tiempo ni paciencia para prestar excesiva atención a los
buenos modales extraídos de los libros de etiqueta. Tienen algo más importante: un buen corazón.
Los Virgo también son seres de buen corazón, e inteligentes, por añadidura, pero son más tímidos,
menos maravillosamente impetuosos que los Acuario a la hora de demostrarlo. En tanto que Acuario
desemboca instintivamente en un acto de caridad o en una brillante conclusión intelectual, mediante una
especie de invisible proceso telepático, Virgo desemboca en lo mismo mediante una indagación y un análisis
concienzudos, y no instantáneamente, como los Aguadores, sino en el momento justo. ¿Justo en qué momento?
¿Alguien preguntó la hora?
VIRGO: Son exactamente las seis menos diecinueve minutos de la tarde.
ACUARIO: ¿La hora? ¿Qué hora es? Esto, bueno... ¿es la tarde, no es cierto? No, debemos de estar más próximos
al anochecer. Acabo de notar que se está poniendo el Sol. Entre paréntesis, ¿por qué la ciencia dice que el Sol
se pone y se levanta, cuando es la Tierra la que gira alrededor del Sol, y no a la inversa? Quiero decir, ¿por
qué no decimos que la Tierra se levanta y se pone, en lugar de decir que el Sol se levanta y se pone?
Es cierto, ¿por qué no? ¡Esto le dará a Virgo un tema para cavilar y analizar durante los próximos catorce
minutos y tres segundos, por lo menos! He aquí otra observación lanzada como al descuido, pero brillante,
por un vulgar Aguador de jardín, el cual vierte preguntas que en realidad son respuestas, con el típico estilo de
Urano.
Un Acuario casi nunca se disculpa por sus defectos o excentricidades, en tanto que el Virgo típico
dice «Lo siento», afable y seductoramente, cada vez que comete la menor trasgresión contra la tradición o las
nociones populares de conducta. Una vez vi a un Virgo que le decía «Lo siento» a su codo después de
golpearlo descuidadamente. En verdad éste es un rasgo enternecedor. Los Virgo varones o mujeres arrugarán
preocupados su mente o su corazón cuando piensen que los demás desaprueban algo que han dicho o hecho,
pero los Acuario de uno u otro sexo apenas oyen a la persona que les cuenta chismes, sobre todo cuando los
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rumores giran en torno de ellos mismos. Al Acuario le entran por un oído y le salen por otro: tienen la
afortunada lucidez de saber que no se puede complacer a todos... y por tanto hacen lo que se les antoja sin
esforzarse por complacer a nadie. Les encanta que los quieran, y se sienten perplejos y agraviados cuando sus
amigos los critican, pero esta reacción no dura mucho. Quizá dos o tres minutos. A continuación Acuario se
aleja jubilosamente, al trote, silbando una melodía a la inversa... y arroja unos cuantos deseos en el pozo de
las monedas. (No, no quise decir monedas en el pozo de los deseos. Quise decir deseos en el pozo de las
monedas. Si queréis estar en condiciones de jugar algún día al ta-te-ti con estos individuos, deberéis aprender
el arte de la comunicación a la inversa.)
Los Acuario son los terráqueos más motivados por la curiosidad que llegaréis a conocer. Los Virgo
también lo son, pero a menudo están escindidos entre la cautela y la curiosidad. Vacilan y analizan y quieren
reflexionar minuciosamente antes de actuar, lo cual los priva de la espontaneidad, una cualidad que pueden
aprender de los Acuario, mientras éstos asimilan de Virgo una indispensable lección de discernimiento. En lo
que casi siempre concuerdan (relativamente) es en la manera de gastar el dinero. Cuidadosamente. Sin
embargo, es posible que Virgo sea un poco más cuidadoso que Acuario, porque Virgo piensa que si quieres
practicar la generosidad, antes deberás ser ahorrativo. Los Carneros y los Leones y los Peces y los Arqueros,
que andan por el mundo esparciendo dinero entre amigos y desconocidos por igual, ofuscan a los Vírgenes,
que alertarán a los derrochadores contra semejantes despilfarros irreflexivos, recordándoles que la caridad
bien entendida empieza por uno mismo. Si esto no resulta, insistirán diciendo: «A medida que te vuelves más
gastador, debes volverte menos generoso».
Yo soy Carnero, así que no apruebo semejante filosofía ni por un segundo, pero me limito a describir
las características astrológicas, sin endosarlas. Sea como fuere, ni Virgo ni Acuario será propenso a dilapidar
el dinero, ni a gastar pródigamente en sí mismo. Sin embargo, los Acuario, influidos por un poderoso anhelo
humanitario, se preocupan bastante por el futuro de sus hermanos y hermanas que pueden padecer inanición, a
medida que se cierne sobre la Tierra el peligro de una hambruna. Los Virgo se preocuparán junto con ellos.
La preocupación es la especialidad de los Virgo: se enorgullecen de ella y la han refinado hasta convertirla en
un arte. Veréis, sus simpatías son análogas, pero su manera de expresarlas es un poco distinta. La
preocupación de ambos es sincera, pero Virgo es mucho más concreto a la hora de enunciarla.
ACUARIO: Piensa qué cantidad tan reducida de alimentos reciben los niños de otros países, cuando se los compara
con los chicos norteamericanos. Es triste, y chocante.
VIRGO: Sí, lo es. Me pregunto si la gente se da cuenta de que exactamente treinta niños biafreños, por ejemplo,
deben subsistir con la misma ración de alimentos que ingiere un solo niño norteamericano sano. Es realmente
aterrador.
ACUARIO: ¿Sabes que todo el fertilizante que utilizamos cada año, sólo en este país, con fines ornamentales —por
ejemplo en campos de golf, prados y jardines, que podrían prescindir fácilmente de él durante un breve lapso—
implicaría, para algunas naciones, la diferencia entre la vida y la muerte?
VIRGO: Lo que dices es muy cierto. Nosotros lo sabemos, pero si al menos hubiera una formadehacerentenderalos
otros norteamericanosquesi prescindieran deusar sus abonos con fines ornamentales durante sólo docemeses, habría
suficiente fertilizante para duplicar con creces la producción de cereales en la India, donde tantos millones de
personas mueren literalmente de hambre.
ACUARIO: Yo pensaba que es muy costoso transformar los granos en carne, y que si los norteamericanos...
VIRGO: ¡Precisamente! Se necesitan diez kilogramos de granos para producir medio kilogramo de carne. Por
favor, disculpa la interrupción.
ACUARIO: No te preocupes. Como decía, si los norteamericanos comieran menos carne, se podría...
VIRGO: Si los norteamericanos comieran sólo un diez por ciento menos de carne durante cincuenta y dos semanas,
o un año, quedarían disponibles más de doce millones de toneladas de granos para los habitantes de todo el
planeta que tienen los vientres hinchados por el hambre. ¿Cómo es posible que la gente sepa esto y siga
disfrutando de sus hamburguesas y sus biftecs? Por favor, discúlpame. No quise volver a interrumpirte. Lo
siento.
ACUARIO: No tienes por qué. Escucha, me preguntaba... ¿qué sucedería si no comiéramos nada de carne?
VIRGO: Me alegra que lo hayas preguntado. Sucedería que éste no sólo sería un mundo más feliz,
sino que todos estaríamos más sanos y viviríamos más tiempo. Lo que provoca casi todas las
enfermedades es el hecho de comer la carne de nuestros hermanos animales brutalmente
asesinados, sacrificados. Si no dejamos de comer carne, nunca curaremos el dolor de la hambruna en
la Tierra, ni curaremos nuestros propios organismos. ¡Oh! ¿Tú comes carne? Disculpa, no quise ser
grosero.
ACUARIO: Bueno, la comía, pero ahora... ¿dime, eres vegetariano?
VIRGO: Sí, lo soy. ¿Quieres un vaso de zumo de zanahoria y apio? Si nunca lo probaste, te diré que esrealmente delicioso.
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No todos los Vírgenes prescinden de la carne, por supuesto (aunque muchos lo hacen), pero antes de que pase
mucho tiempo, este Virgo específico, cortés e informado, convertirá al curioso Acuario a una dieta sin carne,
merced al sagaz e innato sentido de la salud humana que poseen todos los Virgo. El Aguador no tardará en
divulgar, con típico entusiasmo humanitario, el emocionante descubrimiento de que puedes mantenerte sano,
conservar tu aspecto juvenil, prolongar tu período vital, y ayudar simultáneamente a los hambrientos,
mediante el sencillo recurso de tratar tu organismo con frutas y verduras frescas, en lugar de envejecerlo y
matarlo lentamente con hamburguesas, salchichas, roast beef y biftecs. Entonces el Aguador seguirá
investigando (como un buen detective de Acuario) y le comunicará jubilosamente a Virgo el flamante
descubrimiento de que, si observas periódicamente una dieta de pomelo durante tres días, digamos una vez
por mes, o cada dos meses, no sólo prevendrás y curarás tus enfermedades, sino que adquirirás un mayor
esclarecimiento espiritual y parapsicológico, información ésta por la cual Virgo quedará exultantemente
agradecido.
Sí, estos dos podrán rescatar juntos, después de todo, a la vieja madre Tierra y sus descarriados terráqueos.
Estamos en la era de Acuario, de la fraternidad masculina y femenina, ¿así que por qué Virgo no habría de
incorporarse también al club de Urano? La sagacidad y la lucidez de Virgo, combinadas con la inventiva y el
genio de Acuario, podrían ser justamente la alquimia mágica que necesitamos... más la bondad y la preocupación
innata por los demás que son características de ambos signos solares. La bondad cura todos los males.
Mujer VIRGO Hombre ACUARIO
...una vez ella incluso debió decirle cómo se llamaba.
—Soy Wendy —dijo, agitada.
Él lo lamentó mucho.
—Oye, Wendy —le susurró él—, siempre que veas que te olvido, limítate a repetir «Soy
Wendy», y entonces me acordaré.
Claro que esto era muy poco satisfactorio...
A menudo la excentricidad del hombre Acuario se agota a un paso del altar. Para elegir a su compañera de
toda la vida, tiende a ser ligeramente anticuado. Quizá porque en un reloj sólo hay espacio para un solo
cuclillo, el típico pájaro loco.
Puesto que la mujer Virgo no competirá en una olimpiada de relojes de cuclillo, es evidente que la
asociación entre estos dos puede marchar muy bien, dado que el sexo, para la Virgen, no es más que un factor
de interés entre muchos. Probablemente ella puede cuidar que sus calcetines estén lavados y bien aparejados,
que sus botones estén cosidos, y puede recordarle su nombre y su número de teléfono, al mismo tiempo que es
una madre concienzuda, una profesional inteligente y una conversadora brillante con sus amigos. Su relación
contiene todos los ingredientes del éxito, pero ellos deberán esforzarse. Corrección: ella deberá esforzarse.
Para empezar, ella es muy exigente y no la entusiasmarán los amigos raros y dispares que él traerá
posiblemente a casa a todas horas. (Conozco a una esposa Virgo cuyo marido Acuario pretendió convertirla
en anfitriona, durante dos semanas, de un paquistaní especializado en luchas con serpientes, mientras éste
practicaba con su reptil en el sótano, entrenándose para el Campeonato Mundial de Pitones... y ésta es una
historia auténtica.) Para seguir, la Virgo no es un fogoso símbolo sexual. Pero seamos sinceros: posiblemente
él no sabría qué hacer con Raquel Welch, si la tuviera a su disposición.
Es fácil que un Aguador se equivoque en su trato con una Virgen. Ella es tan paciente y comprensiva
cuando él está físicamente enfermo o emocionalmente exhausto, que el Aguador siente la tentación de
aprovecharse de su tierna consideración. Sin embargo, el hecho de que a menudo ella parezca dispuesta a ser
más complaciente que una geisha no significa que su único objetivo en la vida consista en esperar
ansiosamente, todas las noches, su llegada imprevisible... o en desfallecer silenciosamente en sus brazos
cuando él se digna notar su presencia espetando algo así como: «¡Me gustas, tía!» Las ideas que ella alimenta
acerca de una relación amorosa cabal no son tan mezquinas.
Ella se enamoró del Acuario porque éste veía los arcos iris cuya existencia nadie más notaba, y porque
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pensó que sería delirante y maravilloso salir a cazarlos junto con él (porque los Virgo nunca son tan
remilgados como los antiguos libros de astrología pretenden hacéroslo creer, ahora que falta tan poco para que
descubran e identifiquen a su verdadero regente, el atronador Vulcano). Si él hizo el gran sacrificio de
permitir que le lavara los calcetines fue porque ella no se rió de sus arcos iris... porque ella tuvo la sensatez
necesaria para comprender que estaban pintados con colores prácticos. Pero sensata o no, los arcos iris son
arcos iris... y éstos son muy escasos alrededor de las lavadoras, los cubos de basura, las escobas o los
recipientes para pañales. Es posible que él la descuide un poco mientras anda por el mundo buscando una
vaca de color púrpura, inventando una cama que camine hasta ti cuando estás cansado en lugar de obligarte a
caminar hasta ella... o haciendo malabarismos con más o menos otra docena de proyectos fascinantes que
ocupan su mente saltarina de tiempo en tiempo. Si él se niega a permitir que ella lo acompañe en su eterna
búsqueda del mañana, es posible que la cola que inicialmente sirvió para pegarlos el uno al otro empiece a
desconcharse en los bordes.
Para ser sinceros (como insisten en serlo los Virgo, aunque resulte muy doloroso), ella puede tener más
del cincuenta por ciento de la responsabilidad de los impasses que se produzcan entre ambos. La Virgen
acostumbra a dejarse esclavizar por el deber, y después acusa silenciosamente a su hombre de haberla
acorralado en los rincones polvorientos donde ella se metió por su propia voluntad.
Ella trasciende a menudo, con paso extenuado, los límites del camino del deber, y después llora porque se
ha perdido en el bosque de los caprichos de él, a cuyo servicio se ha puesto. Esto es producto de su arraigado
sentido de la lealtad para con el hombre que ha prometido amar, respetar y servir, con o sin la bendición del
clero. Y ya sabéis cómo es Virgo cuando se trata de las promesas: una fanática de la integridad. Esta chica
también puede criticar de cuando en cuando. Pero lo hace con mucha dulzura... y el hombre Acuario, cuando
quiere, también es bastante chinche.
Lo cierto es que ambos son soñadores de corazón, aunque sus aptitudes mentales sean muy aguzadas y
aunque sus hábitos se hayan vuelto muy estables. Las suyas no son las imágenes quiméricas de Piscis ni las
metas extravagantes de Aries. Tienen cimientos más sólidos. Pero igualmente... deberán aferrarse a esos
sueños si quieren seguir aferrados el uno al otro.
La Virgen muy solícita debe alentar a su Aguador para que éste trepe de cuando en cuando solo por sus
tallos embrujados. Si se empeña en envolverlo en su sentido de la responsabilidad, práctico y exagerado, es
posible que él se convierta en un dictador sádico y autoritario (sobre todo si tiene un signo lunar o ascendente
Escorpión, Leo o Aries), o que se tome una o dos horas de libertad adicional en el centro, cada vez que se le
presente una oportunidad para ello. Recordad que Acuario es un signo de Aire, y que todos los individuos
nacidos en este elemento lo necesitan en abundancia para respirar... y para moverse por su seno.
Su compatibilidad sexual encierra-una suerte de sorpresa secreta. Una mujer Virgo que conozco (éste es un
episodio verídico) y que había enviudado hacía varios años, empezó a sentirse sola. Normalmente, una Virgo
puede vivir muy bien sola, porque, como ya sabéis, los Virgo de ambos sexos son básicamente seres
solitarios. Pero esta mujer tenía varias posiciones planetarias Leo en su carta natal, y por tanto experimentaba
la necesidad de un romance en su vida. De modo que se asoció a una agencia de contactos, y durante un par
de años recibió de ésta varias cartas por semana, cada una de las cuales contenía más o menos media docena
de fotos de hombres accesibles, junto con un análisis de su carácter, de su profesión, de sus hobbies, etcétera.
Ella estudiaba cuidadosamente las propuestas, una por una, y después las rechazaba a todas, rotundamente.
Veréis, no eran exactamente lo que buscaba. Trescientos veintiún hombres no estuvieron a la altura de sus
expectativas y no reunieron las condiciones del modelo anhelado. Pensadlo bien. Ésta es la razón por la cual
el hombre Acuario, con su variedad infinita, tiene muchas probabilidades de dar en el clavo de la fórmula
correcta cuando se trata de esta mujer exigente y difícil de conformar... ¡y ésta es la sorpresa secreta de su
compatibilidad sexual!
La faceta sexual de su amor, como sucede en todas las configuraciones de signos solares 6-8, puede
ser, por tanto, inesperadamente satisfactoria, pero por razones más singulares. El tratamiento de shock y las
imaginativas maniobras imprevistas de Urano pueden inflamar en la Virgen fuegos cuya existencia ella
ignoraba antes de que el Aguador intentara volverla tan maravillosamente loca como lo está él. Él no lo
logrará, desde luego. Ella es Tierra, él es Aire. Pero la tentativa será muy regocijante para la curiosa psiquis
del Aguador. Lo que sí es muy probable que él consiga, sin embargo, es dejarla sexualmente satisfecha. Es
posible que una de sus muchas actitudes sexuales cambiantes sea la justa, la perfecta para las necesidades de
ella. La Virgen está rodeada por una aureola de misterio que intriga al detective que hay en Acuario. Ella
puede tenerlo conjeturando durante años acerca de su personalidad secreta, y las conjeturas son el pasatiempo
favorito del Aguador. Además, la displicencia etérea de él respecto de la intimidad física (si bien puede
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combinarse circunstancialmente con algunos experimentos extravagantes) casará bastante bien con la actitud
aplomada de ella respecto de las cuestiones sexuales, y probablemente no ofenderá su sentido del decoro.
(Exceptuando esas raras, pero posibles, fantasías extravagantes, que pueden ser tan inocentes como la preferencia
por hacer el amor en el patio del fondo, en una tienda, donde él pueda oler la hierba y contar las
estrellas.)
A sus relaciones no les faltará apasionamiento, porque ella representa para él la octava Casa de los
misterios del sexo, y por tanto es posible que le despierte más deseos que otras chicas que conoció
anteriormente... lo cual la halagará y la hará sentirse necesaria. No será necesario que os recuerde cuán feliz
hace a un Virgo el hecho de sentirse necesario, así que todo esto podría resolverse de una manera
inesperadamente satisfactoria para ambos.
A los Acuario les gusta provocar, pero sería un error que la provoque con demasiada frecuencia hasta hacerla
llorar. Las Vírgenes son capaces de tomar la decisión de cortar amarras y buscar a otro hombre, después de
una larga deliberación... y de actuar entonces con precisión glacial, casi quirúrgica. Es posible que él también
note que sus ojos hermosos, claros, necesitan de cuando en cuando un cambio de escena, como los de él, y
que su mente lúcida necesita más estímulo que el de un «¿Qué se cena esta noche, tía?» Hay que admitir que
ella también tiene pequeños defectos, como el de arrancar pelusa de las mantas en una romántica noche
estival, cuando en lo que él menos piensa es en arrancar pelusas... o el de decirle a él que es excéntrico usar
calcetines marrones con zapatos negros (lo cual no lo ofuscará en lo más mínimo, porque considera que la
excentricidad es una virtud, excepto cuando la de un tercero interfiere sus propios hábitos personales fijos). Es
posible que ella ponga demasiado énfasis en el síndrome del Martirio y que haga demasiado hincapié en la
puntualidad... o que se preocupe y se irrite si él se niega a bañarse en ungüento Vicks cuando estornuda. Pero
todos éstos son síntomas de una mujer Virgo a la que se le presta demasiado poca atención. Sus señales de
advertencia, cuando está hastiada, consisten en servir tarde la cena en una cocina desaliñada y en omitir
cepillarse el pelo cien veces cada noche (o sus equivalentes).
Cuando ella lo conoció, él acostumbraba a mirar la televisión cabeza abajo y rumiando cacahuetes.
Ahora camina sobre sus pies como un terráqueo rutinario y aburrido. Apenas sucede esto, es hora de que el
hombre Acuario coja a su Virgen y se embarque en un avión rumbo a Egipto para analizar los enigmas y
descifrar los misterios de la Gran Pirámide de Guizé... cabeza abajo, por supuesto, en la cámara real o en la
sala del sepulcro.
Después podrán pasearse a orillas del Nilo, a la luz de la luna, mientras ella le susurra suavemente:
«Querido, se me ocurre una idea fantástica. ¿Por qué no empotras un reloj despertador en la cabecera de
nuestra cama?». Y él puede murmurar a su vez: «Sigamos soñando así. ¿Para qué despertar?». Y ella puede
sentenciar, como buena Virgo que es: «Pero si ya estamos despiertos». Entonces él puede fingir sorpresa, a la
manera de Urano, y exclamar: «¿De veras? Yo pensé que estábamos aquí en nuestros cuerpos astrales».
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Hombre VIRGO Mujer ACUARIO
Él intentó discutir con Campanilla.
—Ya sabes que no puedes ser mi hada, Campanilla, porque yo soy un caballero y tú eres una
dama.
A lo cual Campanilla replicó con estas palabras:
—Grandísimo asno —y desapareció en el cuarto de baño.
Una cosa es bastante segura (aunque pocas otras lo son, entre estos dos). Virgo y Acuario
no prolongarán un contrato durante toda la vida si no los une un auténtico amor, lo cual se puede deducir
de sus signos lunares y de otros intercambios planetarios mutuos de sus horóscopos. La regla rara vez se
aplica con tanta frecuencia a todas las otras configuraciones de signos solares 6-8 como a ésta, por las
peculiaridades de sus naturalezas. Cualquier otra cosa que no sea un amor verdadero y profundo (como una
«amistad» de la era de Acuario, con una dosis de sexo) jamás durará. Imposible. Podríais decir que esto
también vale para todas las otras parejas en general, nacidas bajo cualesquiera estrellas, pero os equivocaríais.
Muchas combinaciones de signos solares convivirán durante años, mientras comparten el respeto mutuo y
una empatía reconfortante, por falta de la energía, el deseo o la necesidad acuciante de entablar una relación
más profunda con otra persona, y se conformarán con algo aceptablemente apacible, aunque no se trate de la
«gran pasión» soñada en la juventud. Éste no es el caso de Virgo y Acuario.
Los Virgo cortarán las amarras emocionales (que en el mejor de los casos los hacen sentir incómodos) si
éstas empiezan a devanarse y a reducirse a la nada. Sólo un romance especial y significativo puede hacer que
Virgo se comprometa, desde el principio. Si descubre que se ha equivocado, se encerrará en un silencio terco,
negándose a seguir compartiendo su corazón..., y, no siempre, pero sí en la mayoría de los casos, continuará
así durante el resto de su vida. Como Virgo es de todas maneras, básicamente, un solitario, ¿por qué habría de
ir nuevamente contra su naturaleza? Se da por satisfecho con haberse evadido del primer fracaso conyugal.
Prefiere vivir solo, jalonando su soltería con amoríos circunstanciales y frívolos, en lugar de arriesgarse a
tener otro fracaso en una existencia compartida que, aunque marchara por buen camino, le produciría una
vaga sensación de inquietud. El cantante y actor Virgo, Maurice Chevalier, fue un perfecto ejemplo de esta
verdad astrológica. Continuó siendo, hasta el final mismo de su vida, un manso y sutil símbolo sexual para las
mujeres, y a lo largo de los años tuvo varios amoríos y aventuras fugaces, pero no estaba dispuesto a cometer
dos veces el mismo error y a dejarse seducir por la tentación de un segundo vínculo permanente, después de
que el primero se frustró en su juventud.
Cuando el amor desilusiona a un hombre Virgo, el desencanto sólo les demuestra a su mente y su corazón
analíticos que su sospecha original, instintiva, de que en este planeta no existe algo parecido a una relación
casi perfecta fue correcta, así que ¿por qué habría de cortejar un desengaño seguro y repetido? Se equivoca,
por supuesto, ¿pero alguna vez intentasteis probarle a un Virgo que está equivocado?
En cuanto a los Acuario, el Aguador típico (varón o mujer), una vez que ha reconocido su error, no
vacilará en continuar la búsqueda amorosa, y cambiará las viejas relaciones por otras nuevas hasta encontrar
un facsímil razonable del primer romance idealizado de su juventud (que pudo haber sido un idilio en la
escuela primaria o un enamoramiento precoz en la escuela secundaria, al que se aferró tan tenazmente que tal
vez fue la causa oculta por la cual el primer amor o matrimonio auténtico, adulto. fracasó. ¿Quién quiere
compartir a su consorte con un fantasma?).
Algunas —no todas, pero sí algunas— chicas Acuario son capaces de tener salidas verbales bastante subidas
de tono cuando tratan de sacudir a un hombre Virgo para que éste se fije en ellas o cuando tratan de arrancarlo
de su constante y fastidiosa declaración de independencia emocional con un comportamiento inesperado y
muy extravagante. Puesto que asistimos al despuntar de la excéntrica era de Acuario, cuando las vibraciones
del imprevisible Urano bombardean en distinta medida a todos los jóvenes. cualesquiera sean sus signos
solares, no puedo afirmar con certeza que las moderadas procacidades lanzadas por la representante de un
sexo que tradicionalmente tiene una imagen de «azúcar y canela y todo dulzura» lo harán ruborizar y
demolerán sus ensueños románticos... pero en los «viejos tiempos» previos a la revolución sexual, los
hombres Virgo tendían a mirar con malos ojos a las mujeres que empleaban un lenguaje obsceno o exhibían
un comportamiento poco convencional. No olvidemos que el símbolo de Virgo continúa siendo la Virgen, y
que ésta representa una esencia innata de su naturaleza interior que ni siquiera los tiempos cambiantes pueden
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cancelar totalmente.
Ahora bien, no os apresuréis a inferir que acuso a la chica Acuario de ser grosera. No es así. Sólo se
trata de que generalmente es más extrovertida y franca que sus hermanas de otros signos solares (excepto
Sagitario). No sólo más extrovertida y franca, sino también más independiente, poco convencional,
imprevisible, insólita... y sencillamente más chalada y excéntrica. La generación más madura puede poner
como ejemplo a Tallulah Bankhead, la Acuario fumadora de cigarros, a la que le gustaba hacerse entrevistar
en traje de nacimiento, completamente desnuda, para poner a prueba el umbral de resistencia al shock de los
periodistas... sin que importara que su padre fuese presidente de la Cámara de Representantes de los Estados
Unidos. La generación más joven puede poner como ejemplo a Helen Gurley Brown, la Acuario de facciones
dulces y voz suave, gracias a la cual la revista Cosmopolitan se encauzó por una trayectoria zigzagueante y
pasó del déficit de los números en rojo al superávit de los números en negro, cuando publicó el primer
desplegable central con un desnudo masculino. O podéis pensar en una de mis Acuario favoritas, Mia Farrow,
una Aguadora pecosa. de rasgos frescos, resplandeciente y pulcra, que se parece a una princesa de cuento de
hadas... la actriz que irradiaba ingenuidad adolescente junto a Frank Sinatra... que después cercenó sus
hermosas y largas trenzas, cuando Sinatra la hizo encolerizar, hasta dejarlas tan cortas como las de las monjas
que se las tijereteaban antes de entrar en el convento, lo cual la convirtió en algo más parecido a un triste
huevo de Pascua que a una princesa... que a continuación volvió a dejarse el cabello largo y reluciente... que
fue aclamada por su interpretación en varias películas... que fue violada por Satán (en cine, por supuesto) en
Rosemary's Baby... después de lo cual dio a luz a los mellizos del compositor André Previn, fuera del
matrimonio (desdeñando, a la manera de Acuario, las normas hipócritas), para casarse luego con él, como
impulsada por una idea tardía y displicente.
Pero la intuición uraniana de Mia parece haber estado alegremente sintonizada, porque el suyo ha sido,
hasta ahora, un matrimonio inusitadamente feliz, desbordante de vástagos regordetes y rozagantes... un
matrimonio en el que todos parecen disfrutar de un júbilo descacharrante, en medio de una plétora de
auténtico amor y de risas.
A las mujeres Acuario no les interesan en absoluto la opinión pública o los chismes, y se rigen sólo por su
propia pauta interior de honestidad y decencia. Vivir la vida ateniéndose a los dictados de la sociedad sería,
para todas las Aguadoras, el colmo de la hipocresía. La magnitud de la veta de desprejuicio uraniano es
variable, pero no deberéis hurgar mucho para encontrarla presente en la vida personal de las mujeres Acuario
aparentemente más aplomadas, circunspectas y convencionales. Los vecinos siempre se horrorizan, junto con
los parientes, cuando una esposa Acuario callada, aparentemente dócil, abandona súbita e inesperadamente a
su marido para hacerse bailarina, pintora, actriz... o para abrir una estación termal en Siam.
El hombre Virgo tiene un rasgo curioso. Puesto que ha nacido bajo lo que la astrología denomina uno de los
«signos solares humanos» (simbolizado por la Virgen «humana»), cuando se enamora no lo guía el instinto
animal, del cual carece, de manera que al principio, como pertenece al elemento Tierra, se repliega en el
bosque fresco de su yo más profundo, hasta haber tenido tiempo de analizar estos nuevos sentimientos. A la
mujer que lo ama tal vez le resultará útil saber que los Virgo suelen temer a, y desconfiar de, lo que más
desean.
La mujer Acuario tiene un rasgo curioso. Puesto que ha nacido bajo lo que la astrología denomina
uno de los «signos solares humanos» (simbolizado por el Aguador «humano»), cuando se enamora no la guía
el instinto animal, del cual carece, de manera que al principio, como pertenece al elemento Aire, se repliega
en las nubes de su yo más profundo, hasta haber tenido tiempo de analizar estos nuevos sentimientos. Al
hombre que la ama tal vez le resultará útil saber que las Acuario suelen temer a, y desconfiar de, lo que más
desean. Ya veis que esta pareja concuerda bien en algunos aspectos, por lo menos.
Ninguno de los dos se destaca por su vehemente afición al matrimonio. Hay más solteros de ambos sexos
entre estos dos signos solares que entre los nacidos bajo la influencia de las otras diez estrellas. Sin embargo,
una vez que los Acuario han seleccionado cuidadosamente al consorte apropiado y han resuelto casarse,
generalmente arremeten de cabeza. Éste no es casi nunca el modelo matrimonial de Virgo, así que es posible
que sus relojes románticos estén ligeramente desfasados y que deban sincronizar sus idiosincrasias para llegar
al altar. De lo contrario tendrán que compartir el mismo saco de dormir, colgar uno de esos posters que dicenTARZÁN Y JANE VIVEN EN PECADO, y tomarlo a risa. Mejor dicho, intentarán tomarlo a risa, pero ni
Virgo ni Acuario están predispuestos a la hilaridad cuando se trata de una cuestión tan seria como el amor... ni
tampoco cuando se trata de una cuestión aún más seria (para ellos) como lo es el compartir sus sacos de
dormir, sus cepillos de pelo, sus cuentas bancarias, sus vitaminas, sus gérmenes de trigo y su dulce soledad.
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Dejando de lado la liberación femenina, se ha dictaminado sabia y correctamente que la ternura de la
mujer escasea en los hombres, pero que cuando un hombre es tierno, lo es más de lo que jamás podría ser una
mujer. Esto es doblemente cierto cuando se trata del hombre Virgo, tanto en la unión ilícita como en la
ratificada legal y socialmente. (No he dicho ratificada espiritualmente, porque todo amor verdadero está
ratificado espiritualmente, dentro o fuera del matrimonio.) La ternura de este hombre puede ser algo casi
tangible, que abarca todas las áreas de su relación con la mujer que ama temporal o definitivamente, incluida
el área de la expresión sexual. Muchas mujeres considerarían que ésta es una cualidad digna de veneración, un
rasgo precioso y reconfortante en un amante o marido. Pero la chica Acuario sólo acepta con placer y gratitud
la ternura de su compañero en la consumación física del amor durante un lapso específico. Después necesita
un cambio. Prefiere que todas las experiencias sean fugaces, no demasiado perdurables, para poder saborear
su dicha y pasar después a la siguiente.
Por supuesto, hay algunas experiencias que vale la pena repetir varias veces, y la ternura se cuenta
indudablemente entre ellas, pero es posible que ella pretenda compartir con él esta forma de hacer el amor
sólo periódicamente, sustituyéndola de tiempo en tiempo por otras pruebas sexuales —desde la pasión
primaria hasta el éxtasis de la entrega sensual— para desembocar en el delicado y controlado método oriental
tántrico de la unión sexual-espiritual. (No me refiero al aspecto degradante del Tantra que enseñan algunos
gurús concupiscentes, partidarios de practicar el intercambio de parejas cuando el consorte carece de las
«cualidades estéticas» apropiadas para este acoplamiento sensible, sino a la forma pura y auténtica que
asumió el Tantra antes de que lo deformaran estos discípulas descarriados y promiscuos.) Para preservar el
interés y la vulnerabilidad a la seducción de esta dama de Acuario (porque la verdad es que al fin y al cabo a
ella tanto le da internarse en el bosque y cantar a coro con una ardilla como entregarse a la sexualidad por la
sexualidad misma), él deberá recordar que ella experimenta una necesidad básica de cambio en todas las
actividades. El problema reside en que al hombre Virgo típico le resulta difícil emular la naturalidad del
troglodita salvaje... o cualquier tipo de naturalidad que implique la entrega del yo total.
La mujer Acuario no debe esperar que su hombre Virgo alterne de una noche a otra las técnicas que
emplea para hacer el amor. Apenas si puede lidiar con esta responsabilidad más o menos de un mes a otro, y
una vez traspuesto este límite su afabilidad puede trocarse en mal humor. Ella tampoco deberá olvidar nunca
que es más probable que lo estimule un aire virginal, de pureza y decoro femenino, dentro o fuera de la cama
(que le permitirá desempeñar cíclicamente los papeles de hombre de la jungla y gurú tántrico), y no el uso de
vituperios hirientes, como el «¡Grandísimo asno!» de Campanilla, y otras ternuras análogas. El blasfemar y
otros hábitos excéntricos, como el de dar volteretas mientras escucha el pronóstico meteorológico por la radio
(esto es lo que he dicho) no son, categóricamente, las tácticas ideales para ayudarlo a conservar su carisma de
ternura, que es. al mismo tiempo, su atractivo romántico más cautivante y perdurable... así como el que ella
misma encontrará finalmente más satisfactorio y gratificante después de que hayan ensayado todos los otros
(incluidos probablemente unas pocas pruebas experimentales y solitarias de soltería).
Como todos los Acuario le llevan muchos años luz de ventaja al resto del mundo, y están muchos párrafos
más adelantados en las discusiones normales y en las conversaciones comunes, es posible que la Aguadora lo
deje atónito cuando él le formule una pregunta acerca de una mota que vio en la taza y el platillo que ella
acaba de lavar, y ella se dispare alegremente formulándole a su vez una pregunta sobre naves espaciales. (La
palabra «platillo». Veréis, ésta fue la que puso en marcha el mecanismo.) Aunque parezca que los Acuario
buscan información cuando os interrogan, lo que hacen en realidad es tratar de averiguar qué es lo que
vosotros sabéis. Ésta es la razón por la cual ella siempre contesta las preguntas de él con otras preguntas. Es
una experta en el bello arte del diálogo socrático solapado (Sócrates era indiscutiblemente un Acuario), y es
posible que utilice este talento desconcertante cuando hayan reñido, y hayan acordado separarse por un
tiempo... convencida, al emplearlo, de que su Virgo distanciado no puede ver sus verdaderas intenciones
ocultas detrás de este juego. (La Aguadora no ha estudiado sus signos solares. Virgo puede atravesarlo todo
con la mirada.)
Por ejemplo, mientras estén separados, reflexionando cada cual por su lado y procurando decidir si
romperán cabal y definitivamente o si intentarán reconciliarse, es posible que ella le escriba una carta de
prueba, que rematará con una de sus sagaces preguntas socráticas:
«Espero que, suceda lo que sucediere, podamos seguir siendo amigos. ¿Siempre seremos amigos, no es
cierto, cariño?».
Claro que el hombre Virgo es suficientemente perspicaz como para captar el verdadero sentido de esta
taimada pregunta de Acuario: se trata de una técnica de Urano para poner a prueba su mérito romántico. Si él
realmente desea recuperarla, cuando conteste su carta deberá contraatacar (enérgicamente) con la misma
sutileza socrática de ella, escribiendo:
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«No, no podremos seguir siendo amigos. Rotundamente no. Entre nosotros habrá amor, o nada. Tú ya lo
sabes. Sólo pretendías comprobar si yo también lo sabía, ¿no es así, cariño?».
¿Ahora comprendéis cuál es la estrategia? Limitaos a contestar la pregunta de la Aguadora con otra
pregunta, tal como lo hace ella. Esto la sacará de quicio y le enseñará una lección. Si ella también desea
recuperarlo, realmente, le telefoneará y le dirá que al fin y al cabo no es un «grandísimo asno», y después
correrá a buscarlo con un frasco de vitamina C para sus resfriados, sin detenerse a jugar en el trayecto con las
ardillas. Le están tomando el tiempo... y no es el momento oportuno para llegar nuevamente tarde.
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LIBRA ACUARIO
Aire - Cardinal - Positivo Aire - Fijo - Positivo
Regido por Venus Regido por Urano
Símbolo: la Balanza Símbolo: el Aguador
Fuerzas diurnas - Masculino Fuerzas diurnas - Masculino
La Relación LIBRA-ACUARIO
A las burbujas multicolores formadas en el agua del arco iris las tratan como si
fueran pelotas, y se las pasan alegremente el uno al otro golpeándolas con la cola, y
procuran conservarlas dentro del arco iris hasta que estallan.
Libra sopla burbujas constantemente, y Acuario las revienta sin parar. Al principio todo esto es histéricamente
divertido, desbordante de alegría, como un juego. Pero después de un tiempo el juego se agota. Entonces
Libra se pone de mal humor, y a Acuario lo enfurece que no lo comprendan.
Libra acusará a Acuario de ser terco. (Es cierto: Acuario es un signo fijo.) Acuario acusará a Libra de
ser autoritario. (También es cierto: Libra es un signo cardinal de liderazgo.) Después de este intercambio de
verdades, Libra intentará ser equitativo, confesará ser un poco autoritario, y se disculpará con tanta dulzura
que el Aguador se sentirá mezquino al seguir insistiendo en que no es terco (o terca). Sin embargo el Acuario
continuará siendo mezquino al no reconocer este defecto de su carácter, porque a las personas nacidas bajo un
signo solar fijo casi siempre les resulta imposible convencerse de que sus faltas no son virtudes. Además,
Acuario opina que estas discusiones son una pérdida de tiempo. La gente se entiende entre sí o no se entiende.
Si no se entiende, ni siquiera debería hablar. Debería despedirse con un ademán y alejarse camino abajo. En
este caso, no debería derrochar energías en reyertas. La vida está demasiado llena de cosas interesantes para
hacer. Así es como Acuario gana las discusiones. (Estas personas son desmedidamente prácticas cuando se
trata de malgastar movimientos, y son un poco egoístas cuando se trata de contemplar un punto de vista
distinto del suyo propio.) Lo que debería haber dicho es que así es como Acuario gana las discusiones con la
mayoría de las personas. No le resultará tan fácil ganar si su interlocutor es un Libra. Muy pocos individuos
superan a Libra en discusiones, debates o controversias.
Los Acuario tienen una táctica para ganar una contienda con el sombrero. Se lo encasquetan y se van.
Ésta es una estrategia que el Aguador tal vez empleará cuando intuya que Libra está ganando mediante la
lógica pura.
Como ambos pertenecen al elemento Aire o mental, cuando no estén implicados en una disputa verbal estarán
aguzando sus finos intelectos con conversaciones productivas, que nunca son menos que estimulantes y
desafiantes, tanto cuando excitan como cuando inspiran. Además, corno sobre ambos influye la vibración de
la configuración de signos solares 5-9, un desacuerdo entre Libra y Acuario casi nunca será grave o duradero.
Siempre tendrán una base emocional e intelectual para disculparse y empezar de nuevo. Aún en el caso de los
rarísimos Libra y Acuario que se separan y dejan de ser amigos íntimos, que finalmente interrumpen por
algún motivo una relación cotidiana, es muy probable que ninguno de los dos le guarde rencor al otro ni hable
mal de él, porque independientemente de lo que ambos digan o hagan, en el fondo, se entienden entre sí mejor
que con la mayoría de las otras personas que conocen. A menudo Libra y Acuario sustentan un interés común
por los niños, los animales, la educación superior, los viajes a países extranjeros, la religión, la filosofía y las
artes. Sus soles están en trígono, y esto les suministra sueños e ideales entrelazados, independientemente de
las diferencias personales que puedan tener de tiempo en tiempo.
58
Lo admita o no el Aguador, éste (o ésta) reconoce y respeta el hecho de que Libra siempre se
esfuerza por ser equitativo e imparcial. Lo admita o no Libra. éste (o ésta) reconoce y respeta la virtud de
tolerancia de Acuario y los objetivos humanitarios de Urano. La admiración y el respeto inevitables siempre
flotan entre ellos, aun cuando la atmósfera que los rodea esté enardecida por una confrontación intelectual. La
compatibilidad básica es resistente y sana, porque estos dos comprenden sus respectivas motivaciones, aunque
a menudo intenten negarlo acaloradamente.
Quizá haya circunstancias en que la conducta excéntrica de la persona regida por Urano altere
temporalmente el delicado equilibrio de la Balanza de Libra. Cuando los Acuario están enfadados tienden a
comportarse de una manera muy emocional, y en estos trances la tensión puede enfermar literalmente al
Libra. Las personas regidas por Venus necesitan de la armonía, y la tensión puede afectar seriamente a sus
nervios. Tal vez haya otras circunstancias en que la tendencia de Libra a contemplar siempre las dos
alternativas de un problema sea interpretada por los Acuario como una prueba de deslealtad. Como ya he
dicho, los Acuario creen que hay una sola alternativa: la suya. Las opiniones de un signo fijo son, quizá
naturalmente, más fijas que flexibles. Los Acuario son en verdad totalmente desprejuiciados y tolerantes,
excepto cuando se trata de un enfrentamiento personal emocional.
La mayoría de los Libra —excepto aquellos que tienen un aspecto muy negativo en el Sol natal de
sus horóscopos— poseen, merced a la influencia del manso planeta Venus, lo que Hemingway llamaba
«indulgencia bajo presión». Ésta vendrá bien cuando a Acuario se le queme imprevistamente un fusible de
Urano, porque los Aguadores son susceptibles a los impulsos eléctricos del cosmos, y sea lo que fuere lo que
hagan, probablemente lo harán en forma impulsiva y súbita. La persona Libra provoca a menudo los mismos
problemas que desea evitar, por su renuencia a desentenderse de ellos. Después de un típico estallido eléctrico
de comportamiento excéntrico, los Acuario normalmente desaparecen, y se niegan a comunicarse en absoluto
durante un determinado lapso. Si los dejan en paz, terminan por olvidar qué fue lo que los ofuscó y retoman
su habitual personalidad chalada, encantadora y fascinante. Pero es posible que Libra continúe reclamando
una explicación o siga tratando de conquistar una victoria decisiva en el contexto del desacuerdo, en lugar de
permitir que éste quede perdonado y olvidado. Los Acuario no soportan que los acorralen para exigirles una
respuesta. Se sienten como una mariposa atrapada en un frasco, y ésta es una sensación muy incómoda. A los
Libra no les fastidia para nada que los acorralen y les exijan una respuesta. Esto les suministra una
oportunidad maravillosa para pesar los pros y los contras, ejercicio que les resulta inmensamente estimulante,
siempre que todos sigan siendo corteses y considerados y nadie se ponga a gritar groseramente. Sus
reacciones individuales respecto del conflicto y la controversia constituyen una importante diferencia básica
entre ellos, pero una vez que lo comprendan, y que lo tengan en cuenta, Libra y Acuario podrán flotar por un
hogar, un aula, un laboratorio, una cápsula espacial, una oficina o Tm granero sobre las nubes algodonosas de
la cooperación mutua.
Libra puede inculcarle aplomo y serenidad a Acuario, y el Aguador puede enseñarle a Libra que en el
mundo nada es blanco o negro, lo uno o lo otro, sino que todo es gris, una mezcla. Por tanto, la tolerancia es
el único medio para equilibrar la vida en cualquier balanza. Acuario es el inventor de nuevas ideas. Libra es el
arquitecto que las diseña para el uso práctico.
Es fácil ofender la susceptibilidad de Libra. Sin embargo, la mente humana aún no ha concebido algo
capaz de ofender la susceptibilidad de Acuario. Absolutamente nada espanta a un Acuario, en tanto que
cualquier idea, conversación u objeto que no tiene pintadas encima flores de colores suaves ofende los gustos
refinados de Libra. Es muy natural que el Acuario, por el hecho de ser un Aguador y de estar también
hondamente preocupado por el futuro del planeta, se entusiasme por el sensato concepto ecológico de algo así
como el inodoro sin agua de Mullbank. El Aguador le explicará excitadamente-a Libra que éste es el único
medio para salvar a todas las aguas de la Tierra de la contaminación que avanza a pasos agigantados, en razón
del constante crecimiento demográfico y del consiguiente aumento de las toneladas de desechos que se
vuelcan todos los años en los lagos, ríos, arroyos y océanos. A medida que se entusiasme con el tema, el
Acuario expondrá la teoría de que el gobierno debería aprobar una ley en virtud de la cual todos los hogares
estarían obligados a utilizar un retrete sin agua, dejando que el coste se descontara de la suma adeudada a
Hacienda en el curso de ese año por cada persona que instalase dicho dispositivo para sustituir el actual
sistema de agua corriente, que despilfarra el precioso líquido y lo contamina.
—¡Piensa un momento! — exclama Acuario—. Es totalmente inodoro, y los únicos residuos que una
familia de seis personas debería eliminar una vez por año equivaldrían a un bote de café lleno de cenizas
(también inodoras) que se esparcirían sobre el césped del jardín para que todo crezca mejor y más
rápidamente. (Véanse los datos de los fabricantes al final del capítulo «Para la marcha del peregrino», en la
última parte de este libro.)
59
Ahora bien, a Libra le encantaría adherirse a cualquier iniciativa que contribuya a la preservación del
«equilibrio» ecológico, pero la descripción detallada de algo tan escatológico asociado con el grosero proceso
de evacuación probablemente lo (o la) hará ruborizar furiosamente, y una expresión de extremo disgusto
cruzará por los rasgos bellos y apacibles de Libra.
—Está bien, está bien —Acuario se encoge de hombros coléricamente—, si prefieres seguir
utilizando aguas contaminadas por los residuos corporales de otras personas, para beber y bañarte, y si quieres
garantizar que tus nietos, y quizás incluso tú y tus propios hijos, no o tendréis una gota de agua pura para
beber dentro de una o dos décadas, sigue pulsando el botón de tu maldito retrete, y rociando tu baño con
aromas artificiales de clavel envasado en botes de aerosol que destruyen la capa de ozono que rodea la Tierra,
pero recuerda que yo te lo he advertido. A este planeta lo salvarán las turberas y el abono natural y el
estiércol, y no los lujos perfumados, los baños de burbujas y toda tu música y tu arte refinados.
El Aguador se va impetuosamente, y deja atrás a Libra que debe tumbarse y recuperarse de tanta
fealdad, en un estado próximo al colapso nervioso por el suplicio de tener que sopesar mentalmente los
platillos marcados: Supervivencia y Día del Juicio Final.
Pocos minutos después, el Aguador regresa súbitamente, y grita a voz en cuello:
-¡HE DICHO ESTIÉRCOL! —y después da un portazo y se va nuevamente. Los hoyuelos de Libra
se borran, en estado de shock. Así es como Acuario gana una discusión.
La indecisión oscilante de Libra ofuscará a Acuario, así como la tendencia uraniana de los Acuario a
dar un giro de ciento ochenta grados, después de tomada una decisión (Libra jamás procede así), pondrá
histérico a el o la Libra.
Decídete! —vocifera Acuario.
—Bueno, yo por lo menos no cambio de idea, una vez que he tomado una decisión. como lo haces tú
—replica Libra a la defensiva, pero suavemente.
—¿Cómo podrías saberlo? —contraataca Acuario—. Nunca en tu vida has tomado una decisión.
Libra sonríe radiantemente. Mil bujías, un millón de soles, iluminan la habitación.
—¿Acaso no he decidido ser tu amigo? Y nunca lo he lamentado. Otras personas pueden pensar que
estás loco, pero a mí me parece que eres un genio. ¿Te dije que he encargado un retrete sin agua?
Acuario calla, avergonzado. Libra vuelve a sonreír, y sus hoyuelos aparecen y desaparecen.
—Caray, lo siento mucho —murmura al fin el contrito Aguador—. A veces digo las cosas más
disparatadas. Realmente no sé qué haría sin ti.
(Y así es cómo Libra gana las discusiones.) Se necesita estudio.
Mujer LIBRA Hombre ACUARIO
—Campanilla —exclamó él—, si no te levantas y te vistes inmediatamente,
descorreré las cortinas, y entonces todos te veremos en camisón.
Esto la hizo saltar al suelo.
—¿Quién dijo que no me estaba levantando? —gritó.
A menos que a los dos les guste que sus emociones sean azotadas por huracanes y tornados continuos, lo
mejor será definir de entrada cuál de estos dos marchará adelante en el juego de lo que hace el rey que juegan
ambos. El jefe indio marcha adelante. La india marcha unos pasos más atrás. Fúmate esto en tu pipa de la paz,
por favor, en aras de la tranquilidad.
La chica Libra deberá entender sencillamente que ella es la hembra, la dama, la mujer... y que élrepresenta la mitad masculina del dúo. Él es el barítono, ella la soprano. Es posible que ella haya nacido bajo
la influencia de un signo solar masculino, pero la guía el dulce planeta femenino Venus. Nadie, ni siquiera
todo el personal de una revista feminista, podrá extirpar jamás con éxito la feminidad de Venus aunque
emplee el instrumental ilimitado de la cirugía emancipadora. Esto no significa que no esté con vosotras
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compañeras de la revista. Soy una ariana, y los Carneros llegan al mundo pateando y chillando, liberados
antes de que les hayan cortado el cordón umbilical. (Incluso bautice- a mi flamante gatita con el nombre de
ERA, sigla, en inglés, de la Enmienda de Igualdad de Derechos, antes de saber con certeza que era hembra.)
Pero la Verdad es la Verdad, y Venus es Venus. Para expresarlo en otros términos, la Verdad es la Belleza, y
la Belleza es la Verdad. Cuántas perogrulladas. Yo no inventé la sabiduría que ocultan. El Señor y la Señora
Dios la inventaron. Nuestros Co-Creadores. Quejaos a ellos, no a mí. Yo no soy más que una astróloga, una
intérprete de la ley, no su artífice.
El hombre Acuario también nació bajo la influencia de un signo solar masculino, pero a diferencia de
lo que le ocurre a la mujer Libra, está bajo la vigorosa y bastante arrogante conducción del planeta masculino
Urano (el carisma masculino es siempre un poco arrogante, ¿no os parece?). Hay ciertos esquemas
astrológicos elementales que no tienen nada que ver con el chovinismo o la igualdad de los sexos, ni con
ninguna de estas cuestiones pasajeras. Sencillamente existen. Incluso en el área de la homosexualidad
simbolizada por Acuario, existen. No quiero decir con esto que los Acuario sean homosexuales, sino sólo que
la esencia de Acuario tolera todos los estilos de vida, representa la fraternidad y el amor universales,
despojados del prejuicio de los traumas masculinos-femeninos, lo cual a veces los miembros de los doce
signos solares, confundidos por las vibraciones de Urano, aún más intensas ahora, en el amanecer de la era de
Acuario, traducen al concepto homosexual. Sólo se trata del respeto por la individualidad.
Los esquemas planetarios existen tan inevitablemente como existen los dos tipos netamente distintos
de configuración anatómica del hombre y la mujer. Por muy libres e iguales que aspiren a ser las mujeres,
estarán eternamente configuradas de manera distinta del hombre, y las influencias astrológicas son igualmente
inevitables e inmutables.
Una chica Libra puede tratar de maniobrar dulce y delicadamente para adelantarse a su Aguador,
para adaptarlo mediante manipulaciones a su propio programa y esquema de vida, y al principio él le seguirá
la corriente, subyugado por sus hoyuelos y su divino encanto, para no hablar de su sonrisa radiante... pero
llegará el momento en que se sublevará. Cuando un hombre Acuario fijo se harta, su empecinamiento hace
que la mula parezca, por comparación, el animal más dócil y más fácil de conducir y persuadir que hay en el
mundo. Este hombre no cederá un palmo cuando crea tener razón. Su código personal de virilidad y su código
público y general de moralidad los recibió grabados en una plancha de piedra, de una mano asomada de atrás
de una zarza ardiente. Quizá pertenecía a un pariente de Moisés, ¿quién sabe? Pero recuerda bien el día. Ocurrió
antes de que él naciera. No hay en la Tierra ninguna influencia capaz de apartar a un Acuario de un
rumbo que cree correcto y justo. Notaréis que he dicho correcto y justo (según su código personal). No he
dicho equitativo. La equidad es la especialidad de ella. Y esto es lo que crea buena parte de los problemas
entre estos dos seres básicamente tan compatibles: la definición de lo equitativo. Os daré un ejemplo.
Hace varios años, conocí en Nueva York a una chica Libra y a su amigo Acuario. (Supongo que eran
amigos. No dijeron que fuesen amantes, pero cuando se trata de Acuario una nunca sabe, porque este hombre
es incapaz de distinguir el amor de la amistad. y si se trata del primero, no es de los que comprarán una
cartelera para anunciarlo.) Pero, de todos modos, la chica Libra le regaló a su amigo Acuario un gordo y
robusto cachorro de San Bernardo. El perro creció. Se convirtió en un perro gigantesco al mismo ritmo que
crecía el cariño del hombre Acuario por su nuevo animal doméstico. Un día, los dos riñeron. (No el San
Bernardo y el Aguador. sino la chica Libra y el Aguador.) Ella sopesó la situación en su Balanza
cuidadosamente (y estoy segura de que también sinceramente), con el propósito de arribar a una solución
equitativa. Después de muchas horas traumáticas de reflexión, llegó a lo que le pareció que era una decisión
equitativa.
Él había prometido ser siempre su amigo. Después empezó a comportarse como el monstruo de Loch
Ness, olvidando por completo dicha promesa, y al fin y al cabo, él era el que no cesaba de machacar sobre la
naturaleza sacrosanta y sagrada de la amistad... «Si fueras realmente mi amiga, harías esto»... o... «Si fueras
realmente mi amiga, no harías aquello», repetía a cada rato. Ella le había regalado el San Bernardo cuando
creía que eran amigos. Había sido un obsequio fundado sobre la asociación, que ya no era válida. Y ahora
había tomado una decisión. (Cuando los Libra toman una decisión, no bromean.) Le telefoneó al comisario, y
exigió que le devolvieran el perro.
El Aguador se enfureció. Estudió toda clase de represalias para vengar la injusticia. Quizás incluso le
pintaría el pelo de verde, o arrojaría un avispero revuelto por la ventana de su dormitorio. El San Bernardo se
había convertido en su mejor amigo, y ahora ella se retractaba de su regalo. Le secuestraba a su camarada.
La violencia de sus emociones heridas bullía dentro de él. y al fin no le quedó otra opción que la de
irse de Nueva York por muchos meses hasta que se le apaciguaran los ánimos. Si la dama Libra había
alimentado la esperanza de que su acto lo haría volver a la cordura, había cometido un grave error de cálculo
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respecto de la vibración de Urano. No sólo le destrozó el corazón, sino que quebró su amistad recíproca en
mil pedazos, lo cual es casi imposible tratándose de un Acuario, sobre todo en una relación con Libra, porque
sus soles están trígono, y la comprensión esencial de la influencia de la configuración 5-9 soporta
prácticamente cualquier dificultad con la que puedan tropezar. Pero no ésta. No se separa a un Acuario de su
gigantesco camarada canino. Esta es una de las leyes de Urano entramadas (y también grabadas) en aquella
plancha de piedra. Y ahora ésta tiene una gran rajadura.
La dama Libra ha cometido un grave error. Tal vez pueda reparar algún día el daño, pero hará falta
mucha paciencia y humildad. Si ella hubiera esperado un poco más, él habría dejado de comportarse como el
monstruo de Loch Ness. Cuando los Acuario están circunstancialmente colocados cabeza abajo,
contemplando el cosmos y mascando bolas de mantequilla de cacahuete, hay que darles tiempo para que se
enderecen. Finalmente, pedirán excusas por su comportamiento desaforadamente excéntrico, cualquiera que
éste haya sido. Pero no los obligarán a arrepentirse, y menos aún mediante el secuestro de un perro. Ésa fue
una experiencia educativa para la chica Libra.
Una vez que estos dos hayan llegado a una confortable transacción acerca de sus conceptos
individuales de lo que es equitativo, y una vez que hayan perfeccionado una regla de cálculo con la que
ambos estén de acuerdo para medir la justicia en una relación humana, podrán cosechar todas las recompensas
y los beneficios de la influencia de la configuración de signos solares 5-9, y podrán empaparse en la alquimia
mágica del doble elemento Aire, con la música de sus soles en trígono repicando como fondo de todas sus
actividades compartidas. En verdad, la música es a menudo el cordón de oro que une inicialmente, de alguna
manera, a este hombre y esta mujer, ya sea por un interés común en ella, o porque uno de los dos alienta al
otro para que se consagre a ella. A veces es el arte, a veces es la religión, la filosofía o el viaje a países
extranjeros, o son las iniciativas de educación superior, los niños, los jóvenes o alguna forma de actividad
teatral... pero siempre habrá múltiples áreas que podrán interpretar como umbrales pulidos que conducen al
jardín de la compasión y de la cálida compatibilidad de ideas e ideales.
Él piensa que ella es hermosa, y aunque el amor es ciego, probablemente la imagen que él .tiene de la
belleza de esta dama de Venus es correcta. La mayoría de las mujeres Libra disfrutan de una plétora adicional
de hermosura etérea, e incluso aquellas que no son beldades despampanantes tienen sonrisas encantadoras que
pueden encandilar al hombre y paralizar temporalmente su sentido común. Ella piensa que él es el hombre
más superespabilado que ha conocido en su vida. Claro que a veces su inteligencia es desconcertante: gira y
tuerce por extraños atajos, con la imaginación ilimitada del auténtico genio, burbujeando en surtidores de
refulgencia y estallando luego en tornados de razonamiento ilógico. La circunstancial falta de lógica de sus
razonamientos la turba un poco, pero ella a su vez es suficientemente sagaz y lúcida para intuir la magnitud
del intelecto que tantea dentro de la imprevisible inspiración de él, buscando un punto de apoyo en la realidad.
Él también valora la mente refinada de ella, y capta enseguida su capacidad para conversar con él sobre una
multitud de temas, y para retener por tanto su interés con algo más que sus curvas y sus hoyuelos.
Igualmente, es posible que tengan algunas discrepancias radicales en el plano intelectual y filosófico.
Ella disfruta del lujo, la belleza y la comodidad. Su naturaleza optimista la induce a rechazar con disgusto
todo lo feo, desdichado o deprimente, y esta languidez de Libra puede chocar con los grandes e
indiscriminados impulsos humanitarios de él. Al Aguador lo preocupan los niños hambrientos de todo el
mundo, el peligroso desequilibrio ecológico, la contaminación del aire y el agua, los aprietos del indio
norteamericano... toda forma de malevolencia y decadencia en el contexto humano, y respecto de la Madre
Naturaleza. La dificultad de ella para lidiar con lo desagradable le hará pensar que es una mujer egoísta y
hedonista, y así se lo dirá sin eufemismos. Libra está muy preocupada por la injusticia en todas sus formas, y
alimenta el deseo instintivo de implantar en el mundo la igualdad y la bondad. Sin embargo, es posible que,
como todos los Libra, al principio se resista a contemplar los medios específicos necesarios para curar los
males del mundo, en razón de su renuencia natural de Venus a enfrentar y aceptar los aspectos negativos de la
vida.
El debe encauzarla con más delicadeza hacia la comprensión cabal del sentido de justicia de Libra,
evitando aplicarle epítetos escarnecedores tales como «haragana», «chiquilla malcriada» y «despreocupada»
antes de que ella encuentre el camino hacia la luz de la antorcha que él enarbola. En cuanto a ella, si quiere
vivir dichosamente con este hombre, deberá aprender a modificar sus prioridades, y deberá encontrar la forma
de hacerle saber que realmente está más preocupada por la pobreza y la desdicha de este mundo que por las
últimas modas, los autos más lujosos, las fiestas, las diversiones y la cultura o las artes. El Aguador
evolucionado y típico nunca adorará a la mujer Libra que insiste en usar abrigos de piel, y sobre todo abrigos
de foca, confeccionados con las pieles de sus amigos animales asesinados.
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A pesar de que entre ellos existen estas áreas de tensión potencial, los dos encontrarán sosiego y
tranquilidad en su fusión sexual. Sus corazones y cuerpos concuerdan de manera perfectamente armónica, no
obstante las confrontaciones circunstanciales de sus intelectos. Y a menudo el júbilo que experimentan
cuando dan y reciben amor mediante su expresión física tiene el poder de curar, o por lo menos de suavizar,
las aristas de sus diferencias intelectuales. A Libra y Acuario les resulta fácil alcanzar la intimidad de la carne
y las emociones, y aquella siempre genera la paz espiritual. En esta faceta de su amor, están maravillosamente
afinados, sus cuerpos están sintonizados... y sus pasiones conocen de memoria la letra de la música con que se
acompañan al hacer el amor. Es como si se hubieran amalgamado así muchas veces. Y esto es lo que ha
ocurrido. Porque toda vibración 5-9 indica previas encarnaciones de compenetración... un acoplamiento de las
almas y los cuerpos en vidas pretéritas parcialmente recordadas, que aún poseen el poder necesario para
obsesionarlos con una nostalgia indefinible, sobre todo en sus momentos de contigüidad sexual. La primera
vez de su unión física nunca parece una '<primera vez». Hay algo familiar en lo que experimentan.
La mujer Libra que desea conservar el amor esquivo de un hombre Acuario debe permitirle que lleve
la batuta. No hay otra manera. Sin embargo, es más que posible que, después de que hayan concluido todos
sus desacuerdos y sufrimientos, penas de amor y batallas egocéntricas, ella tenga la última palabra. Si es
paciente. Su actitud más sagaz puede sintetizarse en este poema que aquí le dedico, titulado «Pasa la pipa de
la paz» o «La capitulación de un signo cardinal».
¿así que quieres mandar? Muy bien, encarámate en tu caballo y yo marcharé respetuosamente tres
pasos más atrás... como una buena india
tú eliges el cauce y los atajos que seguirá nuestro río de locura y decides dónde tuerce y
discurre... y dónde y cuándo fluye hacia la tierra-de-las-aguas-cantarinas
yo masticaré mis sandalias, y ceñiré mi collar de abalorios en la pálida Luna nueva,
junto a mi tienda
y aguardaré tu gorgojeo, el redoble de tu tam-tam o tu señal de humo
pero recuerda, valeroso Jefe Lluvia-en-el-Corazón
mientras nos guías por este sendero donde danza el Sol
rumbo a la guerra del orgullo y la pasión, de la verdad y la mentira que los espíritus del viento y las
estrellas nos vigilan
y que quien manda al fin es Manitú
...y no tú ni yo
Hombre LIBRA Mujer ACUARIO
...había algo en la comisura derecha de su boca que no quería que ella injuriara a Peter.
El nombre de ella no es realmente Debra, pero la llamaremos así. El nombre de él no es realmente
Steve, pero lo llamaremos así. Los nombres pueden ser ficticios, pero os aseguro que este hombre y esta
mujer son seres humanos auténticos, de carne y hueso. Sus soles natales están en trígono. Debra es una
Aguadora de Acuario, menuda, con el pelo peinado en cola de caballo, dulcemente infantil y femenina (¡Ja!),
y regida brillante, aunque a veces violentamente, por el planeta masculino Urano. Steve es un hombre Libra
regido por Venus, cuya inteligencia y genio están a la altura de los de ella. Algunas veces es manso y afable y
bondadoso, y otras es sencillamente cruel y despreciable, lo cual depende mucho del tiempo transcurrido
desde que ella machacó y desequilibró su delicada Balanza con el martillo del imprevisible comportamiento
de Urano. Ambos estudian medicina y aspiran a doctorarse, con el objetivo común de convertirse en
investigadores científicos y de descubrir algo que sea inmensamente beneficioso para la humanidad, en sus
ramas masculina y femenina. Más o menos como si fueran la contraparte norteamericana de los Curies de
Francia.
¿No es curioso que uno siempre piense en éstos como Madame Curie y su marido, y no a la inversa?
Aquí debe de haber una lección implícita. Quizá la lección de que no importa cuál de los dos caballos lleve la
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guirnalda de flores con tal que el carruaje llegue a la ciudad.
A lo largo de algunos párrafos, utilizaremos la relación de Steve y Debra como espejo para todos los
hombres Libra y las mujeres espaciales de Acuario. Muy bien, ¿estáis mirando todos al espejo? Ahora
observad atentamente.
Él vacila. No atina a decidir si se casará con ella, convivirá con ella, se desentenderá de ella o la
dejará. Ella no tiene semejante problema. Sabe con exactitud cuál de estas alternativas prefiere, y su decisión
es firme como una roca. Los domingos, quiere casarse con él. Un martes de cada dos, está segura de que
deberán conformarse con vivir juntos hasta que reciban sus títulos. En determinados jueves sacudidos por las
tormentas de Urano, prefiere que él se desentienda de ella, lo cual resulta dolorosamente obvio cuando deja
descolgado el auricular del teléfono y le echa a la puerta el cerrojo doble de seguridad. En algunos sábados
lúgubres, surcados por los rayos de Urano, ella desea enfáticamente que él la deje, deseo éste que consigue
comunicarle elocuentemente cuando arroja todas las ropas de él por la ventana del dormitorio del primer piso,
junto con su reloj nuevo, que infortunadamente nunca parece sobrevivir a la caída... y a menudo incluye la
tesis de él, que naturalmente se esparce por la nieve y el hielo y se mancha espantosamente por lo cual es
necesario volver a mecanografiarla. Pero que nadie la acuse de ser parcial.
En esos sábados lúgubres, ella también hace confetti con las páginas de su propia tesis, a la cual ha
consagrado largas horas de esfuerzo intelectual, y las arroja histriónicamente al inodoro, mientras proclama
estentóreamente que ha resuelto recorrer Europa haciendo autostop y sumarse a una caravana de gitanos... ¿y
a quién le interesa, al fin y al cabo, un anticuado y petulante diploma de médico?
Él no puede dejarla en paz, y en lugar de sentirse feliz cuando ella está de buen humor y lo invita a
probar sus lasañas caseras especiales, insiste en averiguar el nombre del gitano que la invitó a sumarse a sucaravana en Europa. Insiste. Ella inventa un nombre, con su imaginación muy fecunda. Él se va encolerizado,
sin probar un bocado de la cena que a ella le llevó un día íntegro guisar.
Hubo una época en que él resolvió finalmente que no deberían volver a verse nunca más. Cargó su perro y su
microscopio y sus cultivos y la dejó definitivamente. Llegó al extremo de mudarse a casa de un amigo, en otra
ciudad, y de pedir que su número de teléfono no figurara en la guía. Ella localizó enseguida su domicilio y su
número de teléfono. (No ceso de repetiros que los Acuario son detectives natos.) Pocos meses más tarde. él le
estaba llevando flores y poemas y monos embalsamados... y la invitaba a cenar a la luz de las velas dos veces
por semana. Al cabo de poco tiempo volvió a mudarse a casa de ella con su perro, su microscopio, sus
cultivos y tres amigos (para que lo protegieran).
La primera noche fueron penosamente incapaces de protegerlo. Después de un feroz altercado por el
hecho de que él había convertido su feliz hogar en una casa de pensión, el Libra y sus tres amigos se fueron a
dormir en el suelo del estudio, después de cerrar cuidadosamente con cerrojo la puerta. ¿Él la dejaba
encerrada fuera a ella? ¿En una casa donde ella pagaba la mitad del alquiler? ¿Y se consideraba equitativo?
No en vano ella era una científica en cierne.
La Aguadora debió trabajar hasta las tres de la mañana, pero finalmente preparó en el fregadero de la
cocina, utilizando unos tubos de ensayo para experimentos caseros, una abominable mezcla de productos
químicos con una base de amoníaco, y después lo vertió cuidadosamente en una pistola rociadora (sí, esto
sucedió realmente), que accionó a continuación debajo de la puerta del estudio, a la cual ella también le había
echado el cerrojo por su lado. Afortunadamente, el estudio tenía ventanas, por las cuales los cuatro hombres
jadeantes huyeron de los vapores que los habían arrancado de su sueño profundo. Al principio pensaron que
era un ataque de OVNIs. (Es fácil confundir una travesura de Acuario con una agresión interplanetaria.)
Desde luego, cuando salieron por las ventanasm, pisotearon las ropas y el reloj del hombre Libra, que estaban
esparcidos por el suelo, esperándolo. Y es comprensible que ambos llegaran tarde a clase, ese día.
Ahora bien, sé que no me creeréis (a menos que seáis un hombre Libra o una mujer Acuario), pero Debra y
Steve se besaron y se reconciliaron pocas semanas después de ese Encuentro Próximo, y la última vez que
tuve noticias de ellos estaban estudiando dichosamente juntos su anatomía y su bioquímica.
Es que se aman, veréis. Se necesitan el uno al otro. Porque no hay nadie que pueda curar el corazón
de ella con tanta ternura como su hombre Libra, con su sonrisa radiante... y no hay nadie que pueda amarlo a
él, con todos sus defectos y vicios, tan vehemente, leal y fielmente como su versátil Aguadora... y en verdad
no hay nadie a quien cada uno de ellos pueda respetar desde el punto de vista intelectual tanto como se
respetan mutuamente. Cuando ella no está disparando pistolas rociadoras por debajo de la puerta del estudio,
es superinteligente, mimosa y afectuosa, tan amada y deseable como un cachorrillo. Cuando él no se está
mostrando frío y malhumorado y cruel, es dulce, divertido y sagaz, y muy cariñoso. A esto hay que sumar las
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lasañas caseras de ella. Y el hecho de que él es el único hombre que le dirá «te amo» con auténticas lágrimas
en los ojos, o que usará sentimentalmente un reloj de pulsera descalabrado con las manecillas inmovilizadas
definitivamente en la medianoche, porque se lo regaló ella.
Cada vez que esta mujer Acuario riñe con su hombre Libra, me telefonea aproximadamente al
amanecer, lacrimosa, y pronuncia las mismas palabras conmovedoras: «Me dijo que era mi amigo. Los
amigos deberían entenderse entre sí, ¿no es cierto? Lo demás no me importa, pero dijo que era mi amigo».
Los Acuario de ambos sexos atribuyen mucho valor a la amistad. Podéis comportaros como se os antoje en
vuestra condición de amantes o maridos o esposas, pero la amistad debe ceñirse a un código inflexible. Hay
ciertas cosas que los amigos hacen. Y hay otras que los amigos no hacen. Los amigos no hablan de ti con
terceros, si no es para alabarte. Los amigos no infringen sus promesas. Los amigos te aceptan con todos tus
defectos. Los amigos nunca son desleales... y los amigos siempre están a tu lado cuando los necesitas. Los
Acuario casi nunca se dan cuenta de que su definición de la amistad es intercambiable con la del verdadero
amor. Los Aguadores nunca piden de la amistad más de lo que están dispuestos a dar en cambio. La única
diferencia que existe entre los ideales de amistad y amor de Urano consiste en la combinación de sexos
implicados, y en la Era de Acuario, es difícil trazar la línea de demarcación.
El hombre Libra necesita indefectiblemente paz y armonía en su entorno. En ausencia de ellas, es
inevitable que se enferme gravemente: física, mental o emocionalmente... o todo al mismo tiempo. Esta es una
ley inquebrantable de la astrología en lo que concierne a los regidos por Venus. Por consiguiente, la mujer
Acuario que amé realmente a este hombre deberá empeñarse sinceramente en sofocar sus excentricidades
(exceptuando las estimulantes e incitantes) y deberá hacer un gran esfuerzo encaminado a traer serenidad y
sosiego a su relación. Esto no siempre es fácil para la Aguadora, porque el hombre Libra generará
equívocamente gran parte de sus propias crisis, al esmerarse demasiado por satisfacer a los demás, al trabajar
afanosamente durante meses y meses hasta quedar al borde del colapso, y al preocuparse por encontrar la
forma de que todos lo quieran y se quieran, además, entre sí. Intenta comportarse como un Henry Kissinger
con todos sus amigos, cargando los problemas de éstos sobre sus espaldas... o renuncia a su tentativa de
ponerlo todo en orden, y malgasta su creatividad, procurando demostrar al mundo que él, por lo menos, hace
lo que puede... cuando el mundo ni siquiera está enterado de que él anda dando vueltas y vueltas para
conformarlo.
Cuando se siente insoportablemente frustrado, es posible que se entregue en exceso a las bebidas y
las juergas, y que después sufra remordimientos por haber descuidado a su mujer, sus estudios, su trabajo, su
salud física, y así sucesivamente. Los hombres Libra trabajan duro y juegan duro. Tienen un instinto seguro
para aplacar desacuerdos y mediar en situaciones conflictivas afablemente v sin esfuerzo. Sin embargo no
parecen poder adquirir la virtud de equilibrar y nivelar recíprocamente sus mentes y sus cuerpos. Durante
largos períodos este hombre trabajará como sesenta, sín descansar un momento. Después se desplomará sobre
la cama, y se quedará tanto tiempo quieto que la mujer Acuario que lo ama temerá que haya entrado en un
trance catatónico, o que haya sucumbido a un ataque fatal de la enfermedad del sueño. Sólo está descansando.
Esto es todo: sólo descansa. Dejadlo en paz, y pronto volverá a ser el mismo de siempre, una vez que haya
recuperado sus energías y rejuvenecido su espíritu. Si debéis reuniros con él hacedle oír música, leedle en voz
baja, cuidad que su habitación esté pulcra y ordenada y resplandeciente y alegre, con mucho aire fresco... y no
discutáis con él nada negativo. Éste no es el momento adecuado para inducirlo a manifestar su aprobación,
cuando el pobre hombre está tumbado boca arriba. Durante sus raptos de silencio hay métodos más agradables
para apaciguarlo. Los métodos de Venus.
El amor, con todas sus variaciones, sin excluir por cierto su aspecto sexual, es tan necesario como el aire para
el hombre Libra. La amistad, con todas sus variaciones, es tan necesaria como el aire para la mujer Acuario.
Si él es su verdadero amigo, ella podrá confiar en él de corazón, lo cual le permitirá ser la compañera sexual y
romántica más ardiente que él pueda desear, aun cuando esté soñando (y este hombre sueña mucho con la
pasión). Lo inverso también vale.
Si ella es su novia exquisita, si está a la altura de su imagen idealizada de la feminidad (y deja de
amenazarlo con gitanos imaginarios) y si participa en el acto amoroso con idéntico deseo, él será el amigo
más leal y fiel que ella pueda esperar (y sus esperanzas son descomunales en lo que concierne a la amistad).
Es lo que podríais denominar un trueque equitativo, en el cual cada uno le da al otro lo que éste más necesita.
Esta mujer se enfría, en el plano sexual, cuando su amante o marido Libra la ha ofendido de alguna
manera al infringir su código de la amistad, aunque haya sido fugazmente, en un detalle nimio. Asimismo, a
este hombre le resulta imposible demostrarle su amor físicamente cuando, pocas horas antes de su abrazo
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nocturno, ella le ha ganado un debate intelectual y lo ha hecho sentirse ridículo por alguna trivialidad. Ambos
deberán disculparse por estos agravios recíprocos involuntarios, y recordar la antigua advertencia: Nunca
dejéis que el Sol se ponga sobre la cólera (que no se gestó en los tiempos de vuestra bisabuela, sino dentro de
la memoria del inconsciente colectivo, simbolizando el trágico crepúsculo en que Set asesinó a su hermano,
Osiris, causando la primera «puesta del Sol» de la Tierra. En un próximo libro analizaremos cómo existía la
Tierra antes de entonces, sin crepúsculo. Los Acuario se sentirán fascinados.)
Después los dos, el hombre Libra y su mujer Acuario, deberán dormirse apaciblemente, cogidos de la
mano, desentendiéndose del amor, y dejando que éste los sorprenda amablemente con su magnitud cuando
despierten por la mañana. Libra y Acuario descubrirán que su amor sexual los deja más satisfechos cuando lo
abordan alegre y reverentemente, incluso poéticamente, pero nunca agresiva o imperiosamente. Dos signos de
Aire hacen el amor ciñéndose a un esquema muy delicado. Cuando sus mentes estén sintonizadas, sus cuerpos
responderán, y las acompañarán cantando con bella armonía. Cuando sus mentes estén turbadas o
confundidas, lo único que conseguirán, al forzar el amor, será lacerar su frágil encanto... o congelarlo en el
hastío.
Será inevitable que estos dos se lastimen de vez en cuando, porque se aman mucho. Pero la vibración 5-9
siempre renovará su clemencia, si le dan una mínima oportunidad. Este hombre no soporta estar solo: debe
casarse (o convivir como si estuviera casado), pues de lo contrario lo devorará la frustración. El Libra que se
resiste a este instintivo anhelo interior, es en verdad un hombre muy desgraciado. Aries, el signo opuesto a
Libra, vibra al compás de la salida del sol, pero Libra vibra al compás de la puesta del sol.
La hora de la puesta del sol es la de su mayor soledad, cuando él es más vulnerable a su mujer
Acuario que desea decir: «Lo siento». El resplandor dorado de la luz a la hora de la puesta del sol, cuando
concluye el día, encierra una conmovedora belleza. Ningún otro tipo de luz puede producirle a Libra tanto
dolor, cuando no hay nadie especial junto a él, nadie que le tenga verdadera consideración. Envuelto en las
tinieblas de su tremenda soledad, mira cómo la gente se vuelca del interior de los edificios de oficinas hacia el
último destello del día. Todos llevan un rumbo menos él... hasta que súbitamente la ve a ella, recortada contra
un fondo de color rosa dorado, caminando hacia él, vacilante.
Él no había planeado encontrarla tan inesperadamente, pero debería haberlo planeado. En ella todo
es inesperado. El Libra corre hacia ella... y ella también aprieta el paso. Él se da cuenta de que ella ha estado
llorando, porque tiene la nariz enrojecida. Lleva una caja muy grande, casi más grande que ella... con una
sorpresa para él. ¿Qué podrá ser? Creedlo o no (creedlo), es un tren eléctrico comprado en la juguetería
F.A.O. Schwarz, de la Quinta Avenida. Esto explica qué es. ¿Y el «porqué»? Él lo había mirado un día en el
escaparate, durante horas, cuando estaban juntos, y había dicho que era exactamente igual al que Santa Claus
había dejado bajo su árbol en la mañana de Navidad, cuando tenía nueve años.
Él no sabe si reír o llorar. Así que sonríe. «¿Sabes que estás loca?» Ella asiente con un movimientode cabeza. Lo sabe. «¿Podemos seguir siendo amigos?», le pregunta ella, titubeando. Él reflexiona. «Sólo si
prometes que vendrás conmigo a casa y me ayudarás a colocar las vías del tren», responde. Entonces ella le
devuelve la sonrisa. Le hacen señas a un taxi amarillo dorado que pasa por allí, montan en él de un salto,
cierran las portezuelas... y ella se recuesta contra su hombro en el preciso instante en que el Sol desaparece
del cielo... justo a tiempo. Pero se salvaron, aunque faltó muy poco para perderlo todo.
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ESCORPIÓN ACUARIARIO
Agua - Fijo - Negativo Aire - Fijo - Positivo
Regido por Plutón Regido por Urano
Símbolos: el Escorpión y el Águila Símbolo: el Aguador
Fuerzas nocturnas - Femenino Fuerzas diurnas - Masculino
La relación ESCORPIÓN-ACUARIO
...son muy bravos y difíciles de abordar.
Sí, lo son. Los dos. Y por eso, desde el principio, diré que no voy a tomar partido por ninguno de estos signos
solares en cuadratura de la configuración de vibraciones 4-10. A lo largo de este capítulo, me propongo
permanecer en el medio, neutral, como Canadá v Suiza.
Pensándolo mejor, es posible que el medio literal no sea un lugar seguro. Una está al descubierto y
expuesta a recibir todo lo que estos dos se arrojen recíprocamente, ya se trate de palabras, bates de béisbol,
bumeranes, yo-yos, aros de bula, frisbees, insultos, cumplidos, furia, respeto... las cosas más inesperadas.
Sin embargo, para seguir adelante, tratando siempre de mantenerme valerosamente en el medio, debo
admitir que los Acuario son muy bravos, innegablemente, y que los Escorpión son difíciles de abordar,
indiscutiblemente Por tanto, en consecuencia, esto es: como combinación, el Aguador y el Águila son en
verdad muy bravos y difíciles de abordar. Por separado o juntos, pero sobre todo juntos.
Una se pregunta cómo estos dos se las apañaron para unirse. en primer lugar. Una también se
pregunta si es sensato que estos dos se unan, en segundo lugar. La cuadratura entre sus signos solares genera
patentemente un cierto grado de tensión (por ejemplo. cada uno cree que el otro juega con medio mazo de
barajas, tiene sorbido el seso y está completamente loco... va me entendéis), pero en astrología, la tensión es
sinónimo de energía (también en física, y por consiguiente, aún más en metafísica). Así que digamos que
existe mucha... esto... energía (somos prudentes) en cualquier configuración de signos solares 4-10, como
Escorpión-Acuario. El problema es... no, tratemos de adoptar una actitud positiva... la cuestión es: ¿Qué haránel Águila y el Aguador con este tremendo flujo de tensión (quiero decir de energía) que circula entre ellos?
¿Lo canalizarán en conflictos absurdos... o en ese tipo de energía poderosa que hace que los molinos de viento
giren, que los barcos naveguen, que los trenes marchen, que los pájaros vuelen... y que las naves espaciales
rompan la barrera del tiempo?
El solo hecho de que alguien mire la vida por un extremo del telescopio, y tú la mires por el otro, no es razón
suficiente para que riñáis y os encrespéis. Si se tratara del mismo telescopio, comprobaríais que os estáis
contemplando el uno al otro. (Bueno, qué tal! ¡Qué casualidad, encontraros precisamente a vosotros, en
medio de un telescopio!) Por supuesto, un par de ojos parecería más pequeño, y el otro más grande, porque
así están hechos los telescopios, pero tú no eres un telescopio. Tú eres un Acuario, y no deberías tener una
visión tan deformada de todos los Escorpión, tomándolos por granujas furtivos, conservadores, crueles y
mezquinos. Y tú eres un Águila, que debería dejar de tener una visión tan deformada de todos los Aguadores,
tomándolos por individuos cuyo hábitat natural es la jaula de los monos, en el zoo, si bien los monos podrían
protestar, disgustados. Este tipo de energía no le haría dar ni media vuelta a un molino de viento, no movería
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un tren de la estación, ni levantaría a un pájaro de la rama de un árbol, con alas o sin ellas.
Quienes hayáis visto la película Close Encounters of the Third Kind (Encuentros en la tercera fase), en
cualquier rincón del mundo, recordaréis la duda, el recelo la cautela con qué los científicos de la Tierra y los
seres humanos comunes miraban a las criaturas que salían de la Gran Nave Madre. Las veían como extraños
coágulos de gelatina, seres raros, quizá bastante inofensivos aunque no podías estar seguro de ello, con
formas anómalas y pertrechados con un número ignoto de filosofías posiblemente excéntricas. Es
precisamente así como el Escorpión típico ve al Acuario típico, tanto si el Aguador ha salido de la Gran Nave
Madre como si ha salido del apartamento contiguo, de Woolworth's, de una granja vecina, de un funicular
para esquiadores o del despacho del director.
Acuario tiene una visión igualmente incierta de Escorpión. Estos sujetos parecen relativamente afables y
tranquilos, pero nunca sabes bien qué es lo que piensan, y esos escasos y raros Escorpión locuaces y alegres
son aún más inquietantes, porque sabes, sencillamente, que tienen que estar ocultando algo. Además, todos
poseen esa extraña mirada que te hace sentir que un rayo láser penetra en tu Tercer Ojo... y para ser sinceros,
en todo tu cuerpo. Siempre parecen estar a la defensiva. Son tan susceptibles que nunca sabes cuál de tus
palabras podría hacer aflorar esa mirada, y has oído historias extravagantes acerca de lo que son capaces de
hacer para vengarse si les pisas la cola.
Se entiende que estos dos se aproximen el uno al otro con los cinturones de seguridad bien
abrochados. Acuario lleva un paracaídas, por si acaso, y Escorpión lleva escondida una pistola de agua, por si
acaso. No le servirá para nada. La pistola de agua. Acuario no es un signo de Fuego que puedas extinguir
rociándolo con agua. Acuario es un signo de Aire, y toda tu Agua de Escorpión no bastará para ahogarlo. A
diferencia de lo que ocurre con el Fuego y el Agua, el Agua y el Aire no son mutuamente capaces de destruirse
el uno al otro. En verdad, el Agua y el Aire tienden a desentenderse el uno del otro, en el mejor de los
casos. Observad cómo se desplaza el aire sobre un arroyo, un lago, un río, un océano, un estanque o una
charca. No sabe que el agua está ahí abajo, ni le importa. Pensad en cómo el agua de lluvia cae a través del
aire, a través de él, si os place, sin siquiera pedirle permiso, como si el aire no existiera. Sin embargo, cuando
los elementos Aire y Agua se suman en forma de dos signos solares, y trabajan en verdadera armonía el
resultado puede ser estimulante, vivificante y embriagante como el aroma de la lluvia fresca, mezclado con el
aire de primavera, al caer sobre el heno o el césped recién cortado. ¿Existe en la Tierra una fragancia más
maravillosa y preñada de milagros que ésta? No es necesario que viváis en una granja o en el campo para que
vuestra respuesta sea afirmativa. Las aceras húmedas de la ciudad, sobre las que acaba de caer la lluvia,
asociadas con el aire cálido de primavera, surtirán el mismo efecto vertiginoso sobre el alma sensible. Sólo
pensar en ello me despierta deseos de dejar la máquina de escribir y de correr a algún lugar excitante... ¡a
cualquier lugar! Pero tengo por lo menos un planeta en Tauro, bendita sea mi hada madrina, y por tanto
resistiré el impulso, y permaneceré aquí, en mi encierro solitario, martilleando las teclas. Espero (seriamente)
que este párrafo os haya hecho entender que la asociación entre Acuario y Escorpión encierra mu chas
posibilidades de belleza, cuando ambos se esmeran. Esto exige un poco de abnegación, pero vale la pena
intentarlo.
Muchas veces, como les sucede a los 4-10 de cualesquiera signos solares, el Aguador y el Águila confluyen
en una asociación profesional o familiar. Mucho más a menudo que en una relación amistosa o romántica,
aunque esta última, si bien es menos frecuente, también puede ser beneficiosa una vez que hayan limado las
aristas. Una vibración 4-10 exige un esfuerzo adicional, y quizás es por esto que encontramos tan a menudo la
combinación en situaciones que no dejan muchas otras alternativas: por ejemplo, en las asociaciones
empresarias y los parentescos consanguíneos... lo cual demuestra que, cuando se trata de sincronizar estos
asuntos, todas nuestras personalidades superiores son más sagaces que nosotros, pobres títeres, cuyos hilos
ellas manipulan, pues no confían en que siempre optemos por la alternativa correcta para el bien de nuestras
almas.
Un pasatiempo del que Escorpión y Acuario disfrutan (o tal vez debería decir que les resulta irresistible)
cuando están juntos, consiste en sondear sus respectivos secretos. Ambos .son detectives natos, y ninguno
puede vivir sin saber qué es lo que activa los mecanismos del otro. Se desmontarán recíprocamente, como si
fueran las ruedecillas de un reloj. Escorpión empleará una táctica sutil, engañosamente despreocupada, y
Acuario empleará una táctica circunstancialmente grosera y siempre muy franca. Estoy seguro de que los
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Acuario que lean esto protestarán, aduciendo que no les interesan los asuntos ajenos, y que por tanto no son
fisgones. Es cierto: no les interesan para hacer circular chismes o para emitir juicios de valor, pero sí tienen
mucho interés en verificar las cosas. en acumular datos, por así decir.
Lo que ocurre es que, si bien tanto a Escorpión como a Acuario les gustaría sonsacarse recíprocamente el
mayor número posible de secretos, ninguno de los dos quiere que le descifren sus misterios. Obviamente, ésta
es una situación preñada de posibilidades diversas. Cada asociación individual es distinta, pero normalmente
el Escorpión le lleva una pequeña ventaja al Aguador a la hora de destapar los secretos ajenos, al mismo
tiempo que se las apaña para guardar bajo llave sus propias excentricidades y peculiaridades personales e
íntimas. No siempre, pero sí en la mayoría de los casos.
Otra pequeña dificultad que deberán superar consiste en que tanto Escorpión como Acuario son
signos fijos. Fijo significa «un poco más acá del límite de la obstinación». Pero cuando digno «más acá»,
hablo desde el lado que corresponde al exceso. Por ejemplo, significa inconmovible. Difícil de mover de una
posición. El problema, creo, es evidente. La solución exige que uno de ellos, o ambos, tengan la Luna o el
ascendente en un signo mutable. Esto ayudaría muchísimo. Prácticamente no existe otra solución. Pero
generalmente la sabiduría de las estrellas garantizará que por lo menos uno de ellos esté influido por
posiciones planetarias mutables a la hora del nacimiento. (Por supuesto, fijo también significa estable y
duradero, así que, como todo lo demás, tiene su lado positivo.)
Una diferencia entre estos dos consiste en que Escorpión tiene muy, pero muy buena memoria (sólo la del
Toro es mejor, en tanto que el Cangrejo está en el tercer lugar), y Acuario apenas consigue recordar si dejó
aparcado su auto. Sin embargo, esta distracción del genio de Urano viene bien para olvidar viejas heridas. El
Aguador típico raramente alimentará un rencor o se esforzará por vengarse. A Escorpión le convendría imitar
este rasgo de Acuario. Del otro lado de la valla, Escorpión es un experto en el refinado arte del autocontrol, y
aunque no siempre, generalmente domina sus emociones. A Acuario le convendría imitar la compostura y el
aplomo del Plutón de Escorpión porque el Aguador medio disfruta de muy poco autocontrol y puede
acometerlo un ramalazo de cólera en la misma forma inesperada en que cae un rayo (aunque normalmente se
extingue con idéntica rapidez).
Escorpión es propenso a gastar el dinero más lentamente que Acuario (aunque hay excepciones), y
generalmente sabe dónde y cómo lo ha gastado, en tanto que es posible que los Acuario no recuerden si lo
gastaron, si se lo robaron o si lo dejaron por azar en una estantería del subsuelo. Los Acuario siempre
extravían las llaves del auto y la casa, a veces a razón de una por día. Escorpión no se atrevería a perder a
menudo su llavero, porque de éste cuelgan por lo menos cincuenta llaves, incluidas las de la nevera, el armario
de la ropa y el cuarto de baño. (A los Escorpión les encanta cerrar las cosas con llave para protegerlas de
intrusos anónimos. Así se sienten seguros.)
Sea como fuere, con todas sus cualidades entretejidas y enredadas y sus hábitos encontrados, la
asociación entre Escorpión y Acuario es, potencialmente, un experimento y una experiencia interesante paraambos, e incluso para los testigos y espectadores inocentes. Es educativa... esclarecedora. Existe una
cualidad que Plutón y Urano confieren tanto a Escorpión como a Acuario... una palabra que describe lainfluencia de estas estrellas sobre la personalidad de ambos: son «imprevisibles». Esta misma palabra sintetiza
perfectamente todos los resultados posibles de cualquier prueba de compatibilidades entre ellos. Pero niEscorpión ni Acuario lo aceptarían de otra manera. El Águila y el Aguador no son de los que disfrutanapostando a algo seguro.
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Mujer ESCORPIÓN Hombre ACUARIO
Podía desternillarse de risa por algo tremendamente gracioso que le había dicho a una
estrella, pero ya había olvidado de qué se trataba, o podía aparecer con las escamas de
una sirena todavía adheridas a su cuerpo, sin poder decir con certeza lo que había ocurrido.
En verdad era bastante irritante.
Quizá lo que él necesita es un periscopio. Por lo menos sería algo más que nada. Cuando el hombre
Acuario está impotentemente sumergido en el elemento Agua de una mujer Escorpión porque ésta lo ha
seducido con los misterios de su «profundidad», no puede dejar de preguntarse qué sucede en el mundo
exterior, arriba y más allá. Al principio, tal vez no esté seguro de que realmente desea dejar atrás ese
emocionante mundo verde de
suspenso romántico, donde nunca sabe, de un día a otro, si le brindarán el espectáculo de unos arrecifes de
coral pasmosamente bellos, de un increíble tesoro sepultado que refulge y centellea en la media luz, de un
cardumen de peces de colores que súbitamente pasan nadando y jugueteando... o si pisará una raya
venenosa... o si quedará atrapado entre las algas enmarañadas de las oscuras depresiones de la mujer
Escorpión. Vacila en remontarse flotando a la superficie, porque teme no poder volver a encontrar el rumbo.
Los abismos del océano de Escorpión son siempre movedizos, cambiantes, engañosos... te confunden con su
singularidad precisamente cuando parecen ser familiares.
De todas maneras, él alimenta unos deseos insoportables de indagar lo que les ocurre a todas las aves y
los marinos y los barcos allá arriba. El periscopio es la única solución durante esta etapa inicial de la relación
con la mujer Escorpión. Equipado con este instrumento, él puede seguir chapoteando por la vehemente
entrega emocional de su relación amorosa, al mismo tiempo que se entera de lo que sucede en el mundo real.
Puede adosárselo a los hombros, y su extremo se mecerá alegremente sobre las olas, mientras el ojo
omnivisor de su lente le transmite una imagen del norte-sur-este-oeste, y así él no se sentirá tan excluido de
todo.
Sin embargo, incluso con un periscopio, el hombre Acuario que necesita una dosis excesiva de aire para
respirar (simbólica y literalmente, porque tiene mala circulación), puede sentir que a su depósito de paciencia
se le agota el oxígeno. Los Escorpión tienden a ser posesivos cuando aman, y los Acuario sencillamente no se
dejan poseer durante algo más que breves lapsos. Pero si él quiere realmente a esta chica enigmática, magnética,
tal vez descubrirá que es mejor que lo posean y no que no lo posean y lo desposean al mismo tiempo, cosa
que le sucederá cuando la ofenda pidiéndole demasiada libertad. Entonces a ella dejará de importarle a dónde
va o lo que hace, e incluso es posible que se comporte como si él no estuviera aún entre los vivos. De nada
servirá golpearle la puerta, telefonearle o escribirle cartas. ¿Por qué habría de atender el teléfono o la puerta
cuando llama un ente qué no existe... o por qué habría de leer las cartas de un hombre invisible? La frigidez
glacial de una Escorpión enfadada o herida puede dejar al Aguador con el corazón congelado, y la
congelación puede ser grave. Tal vez él desee que ella vuelva a ser posesiva. Ciertamente era más agradable
andar nadando por su «abismo» fresco y sereno que tiritar frente a su desaprobación.
Por supuesto, probablemente el gélido desapego de la Escorpión es una simulación, y le sirve para
defenderse de nuevos sufrimientos. Es la táctica que ella emplea para darle una lección inolvidable. Cuando
otras personas se tornan invisibles para el Escorpión, generalmente siguen siéndolo, pero cuando está
implicado el corazón de ella, es posible que intente esgrimir la misma venganza, y que después se arrepienta
pero no sepa cómo detenerse, hasta que el proceso se transforme en una situación de silenciosa angustia, tan
desagradable para ella como para él. Una traba emocional. Pero si hay alguien capaz de romper cualquier tipo
de traba, ese alguien es él. Su talento más refinado consiste en romper cosas: en romper la ortodoxia, en
romper las convenciones, en espantar a la gente con los rayos de Urano y las sierras sin fin de sus comentarios
y su comportamiento extravagantes, totalmente inesperados. Él la arrancará bruscamente del callejón sin salida
en el que se ha atascado su romance, valiéndose para ello de alguna excentricidad uraniana, y después
podrán volver a nadar juntos, esta vez con más cautela. Esperemos que ella haya aprendido la valiosa lección
de que él sólo puede soportar una dosis reducida de vehemencia emocional. Si no, pierde el escaso dominio
que ejerce sobre su autocontrol. No es ni remotamente un experto en autodisciplina, como ella. Y esperemos
que él aprenda que, aunque los sentimientos de Escorpión pueden bullir y arder por dentro, su talante (excepto
en raros casos de debilidad) se mantiene compuesto y plácido. Cuanto más callada está esta mujer, tanto más
ofuscada se siente.
El Aguador rechaza estos disfraces. Cuando él esté realmente alterado, ella no necesitará adivinarlo.
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Se lo manifestará con mucha claridad. Sin embargo, si bien es posible que el Acuario no use una máscara para
ocultar sus emociones más volubles, también es verdad que le gusta sorprender a la gente. No siempre
proclamará sus pensamientos en voz alta, por un par de razones. Unas veces, sus pensamientos entran y salen
de su mente con tanta rapidez que no atina a recordarlos, y menos aún a expresarlos verbalmente. Otras veces,
se abstiene prudentemente de decir lo que piensa, porque intuye que dentro de pocos minutos cambiará de
idea, ¿así que por qué derrochar energías enunciando algo tan efímero? En otras oportunidades, se reserva sus
pensamientos porque cavila secretamente que es regocijante ver la expresión de asombro, o de estupor, que
ella adopta cuando él dice o hace algo especial, totalmente imprevisto. (No podemos culparlo por ello: nada es
más placentero que obligar a un Escorpión a manifestar sorpresa.)
Ella se quejará durante semanas de que -el auto parece un mamarracho y funciona mal, sin conseguir
arrancarle una sola palabra de comprensión o aprobación, mientras su mirada inexpresiva y ausente indica
que está meditando en muchas otras cosas y que ni siquiera la ha escuchado. Entonces... ¡ZAS!... una
maravillosa mañana alucinante ella mirará por la ventana para verificar el estado del tiempo, y un auto nuevo
se habrá materializado repentinamente en el patio del frente... pintado de su color favorito: granate oscuro.
Cuando ella corra a abrazarlo y darle las gracias, él fingirá inocencia, alegará que no sabe cómo llegó allí e
insistirá en que ha sido obra de los duendes.
Algunas personas dicen que los Acuario son locos, pero la mujer Escorpión que ama a su Aguador
descubrirá que ésta es una forma prodigiosa de locura, que la ayuda a emancipar su espíritu para emprender
un viaje emocionante por esa forma de libertad de expresión de la que ella carece... aunque tenía un carácter
independiente antes de conocerlo. Los Escorpión viven su vida personal como les place, y se niegan a ceñirse
en privado a las normas ajenas sobre buena conducta. Pero Plutón la persuade para que exhiba sus auténticas
emociones, o para que traduzca en palabras sus sentimientos más profundos, al mismo tiempo que la alienta
a comportarse de una manera netamente individualista, desdeñando aparentemente todo control sobre sus
actos. Esta última cualidad es una de las que forjan el vínculo de simpatía entre el Águila y el Aguador. El
hombre regido por Urano también desprecia las exigencias de la sociedad que pretende hacerle acomodar su
vida privada a las opiniones de los demás. La diferencia consiste en que la independencia de él es
patentemente visible en público, en tanto que ella sólo expone la suya (generalmente) a puertas cerradas. Por
tanto, la mayoría de sus desacuerdos giran en torno de las travesuras públicas de él, y no de su conducta
privada. Sus excentricidades la abochornan tremendamente cuando tienen por testigos a amigos, parientes,
vecinos o extraños, pero cuando están solos, le sonríe con admiración. Esto puede ser desconcertante, hasta
que él lo aclara.
La compulsión vengativa de Plutón que induce a esta mujer a la revancha puede manifestarse años
después del agravio que la generó, porque Escorpión siempre está dispuesto a esperar el momento oportuno.
Conocí a una dama Águila que se sintió encolerizada y lastimada, con razón, por la forma en que su amigo
Acuario la abandonó y más tarde se enamoró de una chica Libra... delante de sus narices. Entonces no hizo
nada más que replegarse estoicamente, en silencio. Pero un par de años más tarde, se le presentó la
oportunidad de saborear la dulce venganza cuando tropezó con la chica Libra, que acababa de reñir con el
Aguador. Escorpión pasó el día íntegro enumerándole a la ofuscada Libra todos los defectos y vicios que
había observado en él cuando había sido su amante. Las anécdotas eran básicamente verídicas, pero las relató
astutamente fuera de contexto, para que parecieran mucho peores de lo que en realidad eran. Aunque el
hombre Acuario no lo supiera, el aguijón de la Escorpión por fin había picado, como una reacción nuclear
diferida. La chica Libra, que antes había creído que su Acuario era tan bondadoso, tan especial, nunca pudo
volver a sentir lo mismo respecto de él. Esta mujer Escorpión específica es una persona bastante tímida,
simpática, dotada de una gran reserva de lealtad. Sin embargo, Plutón no la dejó descansar hasta que igualó
los tantos en el marcador de su relación amorosa, en un empate cero a cero.
Es posible que lo que los atraiga cuando se encuentren por primera vez no sea la química sexual. Es más
probable que sea algún otro tipo de vínculo, un interés mutuo raro e inusitado, quizás algún deber u
obligación que comparten... o el mismo tipo de trabajo. Ella aprobará los ideales humanitarios de él, pero
quizá preferiría que pasara menos tiempo difundiéndolos con su legión inagotable de amigos y que le
dedicase más tiempo a ella. Gradualmente, la relación se tornará más emocional, y la pasión no vendrá mucho
más rezagada. Él deberá tomar conciencia de que la sexualidad de Escorpión es honda y vehemente, pero no
necesariamente promiscua, como tal vez le han contado. Es posible que una mujer Escorpión que ha sido
agraviada entable amoríos informales, porque la deslealtad del hombre que amaba fielmente —o que creía
amar— ha desquiciado su pureza inicial. Pero la mujer Escorpión típica aborda el sexo en un sentido casi
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religioso, y capta inconscientemente, de una manera indefinible, su poderío potencial y su afinidad con la
verdad espiritual.
Ella deberá saber que la actitud de Acuario respecto del acoplamiento entre el hombre y la mujer es casi
de curiosidad objetiva, sin que esto ponga en tela de juicio su atractivo personal femenino. Incluso después de
que la familiaridad cada vez mayor haya profundizado la necesidad que experimentan el uno del otro y haya
agudizado sus deseos físicos, la Escorpión comprobará que este hombre es un amante mucho más
satisfactorio cuando ella le ha demostrado que es realmente su amiga en todo otro sentido. Sólo cuando la
amistad haya quedado cabalmente confirmada, el Aguador volverá toda su atención hacia la expresión física
del amor. Sólo se siente suficientemente cómodo para brindar y recibir la satisfacción sexual cuando está en
compañía de una mujer en la que puede confiar íntegramente.
La vida doméstica, su lugar de residencia, sus carreras, sus respectivas familias... uno de estos elementos, o
todos ellos, son a menudo los factores más sobresalientes de tensión o armonía entre Acuario y Escorpión. La
brega por una coexistencia pacífica será mucho más fácil si sus luminarias natales (Sol y Luna) se encuentran
en un aspecto positivo, y considerablemente más difícil si se encuentran en un aspecto negativo. Quizá haya
momentos en que ella sea proclive a permitir que el recuerdo de infortunios y desengaños pasados encauce su
actitud presente hacia las aguas amargas del resentimiento. Pero él recordará muy poco del pasado, incluido el
pasado inmediato, y no alimentará ningún pesar por los errores en que pueda haber incurrido durante los
ayeres de su vida... porque su rumbo está trazado en dirección al mañana. Uno de los pocos recuerdos que
conservará desde hace mucho tiempo, con alguna nitidez, será la conmovedora imagen de la primera chica
que creyó amar: una imagen idealizada, vaporosa y frágil... ciertamente nada que su mujer Escorpión deba
temer o aborrecer, dada su capacidad casi hipnótica para hacer desaparecer a las rivales (si recurre a ella y
comprende que la lleva dentro, lista para ser usada).
Hay algunos Acuario, influidos a su vez por ciertas posiciones planetarias en Escorpión, que
rumiarán rencores ocasionales, pero el Aguador típico está demasiado fascinado por los desafíos que ve en el
futuro para derrochar energías echando miradas resentidas por encima del hombro. Probablemente le
concederá a ella, complacido, mucha libertad, pues conoce el valor de ésta, que es uno de sus bienes más
preciados. Como no está hecho de piedra, es posible que se muestre celoso de cuando en cuando, pero no sin
un motivo muy concreto, en tanto que a ella quizá le bastará un leve indicio para concebir sospechas.
Posiblemente sus angustias carezcan de fundamento, porque el Acuario que puede confiar en el hecho de que
su esposa también es su mejor amiga casi nunca será vulnerable a los coqueteos experimentales, una vez que
se haya comprometido. Sin embargo, si lo acusan reiterada e injustamente en el contexto de las que no son
más que amistades platónicas, no será renuente a fingir un amorío que en realidad no existe, sólo para
demostrarle a ella que no es correcto poner en duda más de una vez su palabra de honor. Éste es uno de los
rayos de la reacción imprevista de Urano, curiosamente parecidos a la picadura vengativa de Plutón.
Dentro de la mujer Escorpión hay una magnitud inconmensurable de deseos y emociones reprimidos; dentro
del hombre Acuario existe una reserva inagotable de emoción e ideas inventivas irreprimibles. Sin embargo,
a pesar de sus diferencias, ambos se caracterizan por su confianza en sí mismos y por su fuerza de voluntad,
y ésta es la razón por la que tal vez resolverán convivir definitivamente... pues donde hay suficiente
voluntad, la sabiduría del corazón siempre puede hallar la forma de imponerse.
72
Hombre ESCORPIÓN Mujer ACUARIO
Una extraña sonrisa aleteaba por su rostro, y Wendy la vio y se estremeció.
Dada su intuición (y es fabulosamente intuitiva), la chica Acuario no debería tardar mucho en descifrar el
significado de las sonrisas de este hombre. Como sus rasgos están sujetos al implacable control de Plutón,
cada vez que permite que una expresión fugaz cruce por su rostro, ésta tiene una intención definida. Nunca
arquea una ceja innecesariamente, sin un cálculo previo. Cada guiño, parpadeo e inclinación de cabeza ha sido
planeado por una razón precisa. Escorpión casi nunca frunce el entrecejo. La mirada indiferente de Escorpión
sustituye a este fruncimiento al que recurre la mayoría de las personas cuando están disgustadas. Mejor dicho,
sus facciones os encaran indiferentemente, si es que me entendéis, sin dejaros entrever lo que piensa. Sus ojos
contienen el secreto, pero cuando sus emociones están encrespadas. os miran con tanta fijeza hipnótica que
aunque os dejen atisbar lo que sucede dentro, caéis en un trance que os hace olvidar inmediatamente lo que
creísteis estar a punto de saber.
Sus sonrisas son la más complicada de todas las claves, la más difícil de traducir para el aficionado
(un poco más fácil para la mujer Acuario). Una es la sonrisa conmovedora, que contiene todo el júbilo
inocente de la infancia, la que acostumbraba a lucir cuando era niño, antes de aprender el truco de la
impasibilidad: aflora tan esporádicamente que ella nunca sabrá con certeza si la vio realmente o si sólo la
soñó. (Es auténtica. Aunque sea esporádica y fugaz, es auténtica. No la soñó.) Otra es su sonrisa rápida y
ancha (deberéis mirar deprisa, u os la perderéis) de placer, dicha y aprobación: la concede tan raramente que
es una bienaventuranza aún mayor cuando la exhibe... como si hubierais ayunado durante muchos días, y por
fin os dejaran paladear extáticamente el sabor de una sola pasa de ciruela deliciosa, o de un sorbo de zumo de
pomelo, que equivale a un banquete. Y además están sus risas, pero las que duran un rato son tan suaves y
moduladas que apenas podéis oírlas... y las que son potentes y alegres transcurren vertiginosamente en tan
pocos microsegundos que a la memoria le resulta difícil retenerlas, aunque su efecto hechizador, perdurable,
continúe latente, como el de los mensajes subliminales que a veces pasan por la pantalla de los cines y os
hacen salir al vestíbulo para comprar palomitas de maíz, aunque el ojo y el oído no vieron ni oyeron nada. Y a
veces, aquellas risas son potencialmente tan peligrosas como estos mensajes.
Por último, pero no porque sea menos importante, está su sonrisa... bueno, «siniestra» es un adjetivo
crudo. y sólo deberíamos aplicarlo al hombre Escorpión que pertenece 4 la categoría de los lagartos grises no
evolucionados... así que diré, en cambio, su sonrisa de advertencia, la que dice, una vez que habéis descifrado
su clave: «Cuidado, mujercita. Estás al borde del precipicio al que se llega cuando alguien me hostiga demasiado,
y eso no es prudente, porque tal vez debería darte una lección, que preferiría no darte, pero que te daré
si no me queda otra alternativa».
Me siento obligada a interrumpirme aquí para pedirle a la chica Acuario que lee estas páginas que vuelva al
quinto párrafo de la sección Hombre Libra - Mujer Acuario del capítulo Libra-Acuario de este libro, y que se
pregunte qué es lo que imagina que haría un hombre Escorpión en las circunstancias allí descritas. Se trata de
una excelente meditación para precaverla. No llegaré al extremo de decirle que podría salvarle la vida (aunque
en circunstancias extremas podría salvársela), pero sí salvará su romance, su amorío o su matrimonio con unÁguila. Así que... lee y reflexiona. ¿Qué ocurriría si la víctima de una travesura uraniana de este tipo fuera un
hombre Escorpión en lugar de un hombre Libra? Es una idea realmente alarmante, ¿verdad?
Es interesante que a veces los ojos de la chica Acuario consigan desconcertar incluso al Águila,, y ésta ya
es una hazaña impresionante. Ella no lo mirará fijamente con una expresión penetrante que le quema hasta el
alma, como él la mira a ella. Su truco es distinto. Los ojos de Acuario pueden nublarse súbitamente, sin aviso
previo, con una especie de bruma. Como si fuera un velo. O varios velos superpuestos. Aunque él agite -las
manos delante de ella, no conseguirá hacerla parpadear. Aunque grite: «¡Se incendia el edificio!» (a modo de
prueba), su expresión soñadora se mantendrá inmutable, como si no lo hubiera oído. Es lógico que sea así. No
lo oyó, literalmente. Cuando esta mujer tiene una mirada ausente, ni siquiera un Escorpión puede seguirla al
lugar reflejado en sus ojos. Está en algún punto situado más allá de la Vía Láctea, más allá de todos los arco
iris... quizá flotando en Espiga, en Arturo o Urano, pero ciertamente no en esta Tierra, no en este mundo. Lo
frustrará, y bien merecido lo tiene. Era hora de que aprendiese lo que sientes cuando te quedas frustrado en un
juego de escondite.
Después de estudiar minuciosamente a la chica Acuario, el Águila decidirá que admira su
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independencia, su individualismo y su inconformismo. Estas cualidades armonizan con las suyas. Por
supuesto, ella las exhibe en público más de lo que él acostumbra a hacerlo, con una vergonzosa falta de
sutileza y discreción. De todas maneras, él la respeta secretamente por el empeño que pone en hacer lo que se
le antoja y en ser como es, por el desparpajo con que le dice al mundo que se vaya a hacer gárgaras v que la
deje saltar en paz a la pata coja. Aunque se trate de una de las Acuario más tímidas y calladas, con modales
delicados y femeninos, y con voz susurrante de melaza, a esta dama nacida bajo un signo solar fijo no podréis
obligarla a hacer nada que no desee hacer realmente, y tampoco podréis inducirla a modificar un ápice su
conducta con el argumento de que «la gente habla». Se limitará a encogerse exquisitamente de hombros y
dirá: «Deja que hable. No son mis propietarios. Yo soy dueña de mis actos». Y lo es.
Resulta fácil entender por qué su actitud atrae tanto al Águila, que también es dueño de sus actos. Es
posible que él se adapte exteriormente a lo que la gente espera de un terráqueo normal en una habitación
atestada de personas, pero cuando esté solo, en el bosque, en su casa, o en cualquier otra parte, hará
exactamente lo que se le antoje, así como siempre piensa exactamente lo que se le antoja.
Como la suya es una vibración de la configuración de signos solares 4-10, es posible que también haya otras
causas para que se despierte el interés inicial entre un hombre Escorpión y una mujer Acuario. Elementos
relacionados con la carrera de él o de ella, con sus familias, con su trabajo, o algo raro. Insólito, fuera de lo
común, como podría serlo la fascinación de ambos por los viajes astrales, las ranas, los elefantes o el rey Tut.
Un amorío o un matrimonio entre estos dos nunca dejará de ser algo menos que instructivo, esclarecedor
e interesante. Quizá no sea armonioso, por lo menos al principio, pero siempre se puede alcanzar la armonía
mediante la aplicación de la sabiduría astrológica, y generalmente los conflictos entre ellos serán de esos que
estimulan el desarrollo y el crecimiento de los sentimientos y el intelecto.
Acuario está delante de Escorpión en la rueda kármica de la vida. Por tanto, él tiene mucho que aprender
de ella respecto de la vida, aunque no lo confesará ni en mil millones de años. Sin embargo, es
suficientemente sagaz y sensible para intuirlo, y la imitará en silencio mucho más de lo que está dispuesto a
admitir, incluso en una conversación consigo mismo. La mayor naturalidad con que ella aborda los
problemas, su capacidad para perdonar y olvidar, la forma despreocupada en que se desentiende de las
desdichas y la amargura antes de que las unas y la otra tengan tiempo de grabarse en el banco de su memoria,
la displicencia de Acuario que salvaguarda la ductilidad de sus emociones íntimas... todas éstas son
cualidades que a Escorpión le convendría adquirir.
No obstante sus modales cautivantes de genio distraído y su inocente curiosidad tipo Alicia en el País de
las Maravillas, esta mujer tiene su t-e-m-p-e-r-a-m-e-n-t-o que, a veces, puede ser tan devastador como un
tornado. Es posible que cuando se sienta expuesto por primera vez a sus efectos, el hombre Escorpión se
repliegue sorprendido. (Un Escorpión... replegándose? Sí.) No se trata de que el temperamento por sí solo lo
asuste. El de ella puede parecer un tornado, pero el de él se asemeja a un volcán en aquellas raras ocasiones en
que entra en erupción. Pero basta una nimiedad para desencadenar las escenas de ella (que son tan poco
frecuentes como las de él), en tanto que él siempre tiene una razón sustancial para perder la calma, y esto sólo
después de haber controlado durante mucho tiempo su furia interior bullente. En este contexto, a ella le
convendría emularlo a él. A todos los Acuario les vendría bien un poco más de control. Si ella desea
conservar su respeto, tendrá que poner freno a los tornados y deberá aprender a imitar el aplomo de él, sobre
todo en público.
La dimensión sexual de su relación puede consistir ya sea en una competición constante de deseos
encontrados, o en un dulce mensaje de amor entre ambos. Es mucho lo que depende de la armonía emocional
pronosticada por el aspecto Sol-Luna de sus cartas natales. Si el Sol de él está en un aspecto negativo con la
Luna de ella, o viceversa, la reacción displicente de ella durante el acto amoroso apenas rozará la superficie
del apetito de satisfacción de él, que es más profundo... y la forma reconcentrada en que él aborda la
expresión sexual determinará que ella se sienta tensa, cuando debería sentirse relajada y dichosa. Sin
embargo, si sus luminarias están en aspecto positivo, su acto amoroso puede ser memorable por la forma en
que remueve la ternura intercambiada entre ambos.
Una diferencia importante entre sus actitudes consiste en que Escorpión tiende a implicarse de manera
vehementemente emocional en el acto físico del amor, en tanto que Acuario nunca parece desprenderse por
completo de la actitud de no implicación emocional, propia del signo de Aire. Es como si una parte de ella
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estuviera activa y entusiásticamente comprometida en la demostración física de sus sentimientos, mientras
otra parte se mantuviese desapegada y objetiva. Además, la mente de Acuario es propensa a cambiar de nivel
de conciencia más rápidamente después de la compenetración total, en tanto que la mente de Escorpión
necesita regresar flotando a la Tierra de una manera más gradual, desde las cúspides de la pasión.
Obviamente, pues, recae sobre ella la responsabilidad de hacer un esfuerzo consciente encaminado tanto a
conservar la forma singular de intimidad espiritual que sigue a la unión física... como a adaptarse al lapso de
contigüidad que necesita él, sin «partir» súbitamente, como si cogiera un avión rumbo a Alaska, dejándolo a
él atrás, y despidiéndose con un ademán. En términos simbólicos, claro está. Siempre hay que tomar en
cuenta la compulsión vengativa de Plutón. Un Escorpión es muy capaz de cobrarse este tipo de deserción
romántica cogiendo literalmente un avión rumbo a Alaska, una mañana, después de haberse sentido
sexualmente postergado en suficientes ocasiones... o, peor aún, embarcándose en una barca lenta rumbo a
China. Es posible que la mujer Acuario que lo ama deba recibir una dura lección para aprender que es mejor
tratar las emociones ultrasensibles y los sentimientos quisquillosos de su Escorpión con un poco de
compasión y comprensión adicionales, que quedarse sola y conversando consigo misma. ¿Cómo podrá
localizarlo en China? Claro que los Acuario son detectives natos, pero ni siquiera Sherlock Holmes podría
encontrar a un Escorpión que desea esconderse en una pagoda.
El hombre Escorpión y la mujer Acuario que se aman, colocarán la carrera de él (y la de ella), a la cabeza de
su lista de objetivos. Tratándose de estos dos, el segundo lugar lo ocupará siempre un hogar seguro. El
tercero corresponderá a la familia de él y de ella. Después, prestarán consideración a sus deseos, esperanzas,
sueños y anhelos más personales. Éste es el esquema general al que se ciñen todas las parejas de signos
solares 4-10, cualesquiera que sean sus fechas de nacimiento o sus signos solares, cuando su asociación
genera la combinación de estas vibraciones 4-10 «profesionales-familiares».
La mujer Acuario siempre está preparada para un cambio de ritmo, un cambio de idea o un cambio de
conversación. Escorpión no pasa tan fácilmente de una marcha a otra, pero Plutón lo ha pertrechado con
suficiente paciencia y tolerancia para sintonizarse correctamente con el promedio de cambios de frecuencia
de la Acuario, cuando se esfuerza en ello. (Los Escorpión pueden lograr cualquier cosa cuando realizan un
esfuerzo a la manera de Plutón.)
El hombre Escorpión está lleno de contradicciones, misterios y humores inesperados. La Aguadora
se parece mucho a él, excepto en lo que concierne a los misterios. La influencia de Urano la ayuda a captar
intuitiva y casi instantáneamente las vibraciones de él. Y así, no están tan distanciados como podría parecer al
principio. De lo que más deben precaverse es de la fijeza que comparten como signos fijos. A ambos les
resulta difícil disculparse. Ambos tienden a expresar su arrepentimiento con actos, y no con palabras.
Escorpión opina, como el poeta, que «cuanto menos se dice antes se enmienda». Sin embargo, cuando trate
con su dama Acuario, será prudente que recuerde la advertencia de Ben Jonson: «El silencio de una mujer es
como la palabra de un hombre».
Cuando esta chica calla, es hora de que se pregunte en qué dirección giran los engranajes de Urano,
porque puede estar seguro de que trama algo inesperado. Como cambiar su nombre, pintar la casa de púrpura,
adoptar un huérfano vietnamita, inscribirse en un curso nocturno de programación de computadoras, o quizá
sugerirle que cojan un avión rumbo a Alaska o una barca lenta rumbo a China... juntos. ¿Por qué rumbo a
Alaska? ¿Quién sabe, tratándose de Acuario? Tal vez quiera impetrar un deseo a la aurora boreal, o
regodearse bajo el sol de medianoche. ¿Por qué rumbo a China? Ella siempre quiso ver la pagoda donde él se
refugió cuando la abandonó, aquella vez que riñeron... para después volver enigmáticamente, porque aún no
había armado ese rompecabezas que era ella. Escorpión nunca ceja, hasta que ha elucidado el misterio.
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SAGITARIO ACUARIO
Fuego - Mutable – Positivo Aire - Fijo - Positivo
Regido por Júpiter Regido por Urano
Símbolos: el Arquero y el Centauro Símbolo: el Aguador
Fuerzas diurnas – Masculino Fuerzas diurnas - Masculino
La relación SAGITARIO-ACUARIO
...sentados en taburetes, arrojando pelotas al aire, empujándose entre sí, saliendo a caminar y
volviendo...
El Centauro y el Aguador bailan al son vivaz de los redobles de la Gran Banda (configuración de signos
solares) 3-11 amistosa y kármica. Vibran juntos, a veces ruidosamente, un poco extravagantemente, pero de
manera excitante, como están destinados a hacerlo el Fuego y el Aire, generando chisporroteos de ideas y
ráfagas de excentricidad fabulosa, provocándose a ratos con su insolencia recíproca, embotando un poco en
otros momentos sus respectivos filos... y desconcertándonos siempre a todos los demás.
Los Sagitario no pueden dejar de ser básicamente alegres, porque son optimistas natos. También son
escépticos natos. Es difícil hacer malabarismos, simultáneamente, con las cualidades contradictorias del
optimismo y el escepticismo, pero los Centauros se las apañan. Así son los signos que la astrología denomina
«dobles», o signos solares de «dualidad». Como Sagitario es mitad caballo, mitad Arquero humano, los
Sagitario son, por consiguiente, mitad alegres, mitad tristes. Mitad frívolos, mitad serios. Mitad tontos, mitad
sabios. Mitad payasos y mitad filósofos. No son exactamente clones humanos, como los Géminis, pero sin
embargo son duales.
Acuario no es un signo astrológico de dualidad, y por tanto los Aguadores no nade-ron, como Sagitario,
bajo la influencia de un signo «doble», aunque a veces son aún más divergentes y contradictorios que los
Arqueros. La dualidad no les basta realmente a los hombres y mujeres regidos por Urano. Cuando lidias sólo
con dos partes de ti mismo es fácil que te aburras. El Acuario típico tiene más o menos una docena de
personalidades. Sería mundano tener sólo un par, y Acuario es un signo desprovisto de todo vínculo con lo
mundano. Los Aguadores desafían la mediocridad (y aborrecen la hipocresía), porque están más
estrechamente asociados con lo maravilloso, con todo lo mágico y demencial. En una palabra, son diferentes.
Cuando la esencia de la contundencia de Júpiter (Sagitario) se combina con la naturaleza imprevisible de
Urano (Acuario) pueden generarse algunas expectativas inesperadas. Por ejemplo, ¿recordáis que siempre os
digo que a los Acuario les encanta sorprenderos, y que pocas veces os cuentan lo que se proponen, porque
prefieren tomaros desprevenidos? Bueno, es cierto. A los Acuario les encanta sorprender a la gente. Pero
suelen estropear las sorpresas que a otros les gustaría montar. (Si ellos no pueden sor-prenderos, ¡cuidarán
que ningún otro lo consiga!) A finales del verano de 1978, una dama californiana urdió, con muchas semanas
de anticipación, planes minuciosos e intrincados para sorprender a una buena amiga con una fiesta de
cumpleaños. Invitó a todos sus queridos amigos .e íntimos de Hollywood, y consiguió mantener el festejo en
secreto, entre nous... hasta que el teléfono de la inocente invitada de honor sonó un par de días antes de la
reunión. Era la actriz húngaro-norteamericana Zsa Zsa Gabor (Zsa Zsa es Acuario, con poderosas posiciones
Sagitario en su horóscopo). «¡Querida! —exclamó la Aguadora húngara—. ¡Lo siento muchísimo, pero el
sábado por la noche estaré fuera y no podré concurrir a la fiesta que te ofrecerán por sorpresa!» La anfitriona
habría estrangulado alegremente a la adorable y encantadora Gabor. Es comprensible.
Lo que no es comprensible, en cambio, es la forma en que una dama Virgo solitaria se las apañó para criar
a tres hijas Acuario. Pero lo estoy planteando al revés, a la manera de Urano. ¡Lo que quiero decir es que Zsa
Zsa y sus dos hermanas, Eva y Magda Gabor, son las tres unas Aguadoras traviesas pero brillantes, chaladas
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pero mágicas! Su madre, Jolie Gabor, es Virgo. Todos deberíamos enviar a Jolie tarjetas de condolencia. Por
lo menos tarjetas mentales de condolencia. Toneladas de tarjetas. ¿Podéis creerlo? Deberían condecorar a esas
mujeres... a las madres de cualquier signo que se las arreglan para criar a tres Acuario bajo el mismo techo,
sobre todo si son de sexo femenino. En verdad, el hecho de lidiar con cualquier mezcla de varones y chicas
regidos por Urano implicaría un desafío suficiente como para merecer por lo menos una cintita azul al valor.
Particularmente cuando uno de ellos es una combinación de Acuario y Sagitario. Nadie sabría qué esperar a
continuación, excepto más sobresaltos. (¿Notasteis que, en inglés, basta intercambiar la «p» con la «c» para
que «expect», o sea «esperar»,, se convierta en «except», o sea «excepto»? Los Acuario lo han notado. Ellos
notan éstas cosas.)
Si un astrólogo pudiera sintetizar la sabiduría planetaria en una breve frase para asesorar
a Sagitario y Acuario acerca de la forma de lograr una convivencia pacífica, les aconseja-
ría hacer un gran esfuerzo (no sólo pensar en él, y aprobarlo en principio, sino HACERLO)
para mantenerse tranquilos, serenos y sosegados en todas y cada una de las circunstancias. Muy pocas
palabras. Pero vitalmente importantes cuando se trata de estos dos terráqueos. Sagitario es un signo de Fuego,
y por tanto muy volátil. Quizá no Cm combustible como Aries, pero igualmente volátil. Cuando el Aguador
(recordad que Acuario es un signo de Aire) se pone un poco ventoso y aviva las llamas de la naturaleza
fogosa del .Arquero... la conflagración resultante fustigará el Aire de Acuario hasta transformarlo
auténtico huracán de furia. Cualquier persona con buen oído que esté por casualidad a pocos centenares de
metros del lugar donde se desarrolla el conflicto pensará que han aterrizado los OVNIs, listos para lanzar un
ataque. Los encuentros próximos estos dos se parecerán realmente, a ratos, a una guerra en gran escala. O a
una invasión.
Normalmente, el Aguador de sexo masculino o femenino es un alma benévola, tolerante, que se ajetrea
dichosamente con tonterías y genialidades, dispuesta a vivir y dejar vivir, sin molestar a nadie v
comportándose de una manera encantadora, agradable, incluso fascinante. Normalmente, el Arquero de sexo
masculino o femenino es un alma despreocupada, alegre y cordial, igualmente tolerante con todo y con todos,
que brinca como un balón o un aro de hula hoop, sonriendo y haciéndose querer. Cuando tropiezan el uno con
el otro rumbo a la Feria Campesina, a la Sociedad Protectora de Animales o a una asamblea de ecologistas, se
tornan aún más alegres, vivaces y cordiales. Durante la mayor parte del tiempo su asociación es danzarina y
rebosa simpatía. Sólo esporádicamente sucede, por casualidad, que el Aire de Acuario aviva en exceso el
Fuego de Sagitario. y que el Fuego de Sagitario fustiga el Aire de Acuario y provoca una reacción frenética.
Éstas son las excepciones, no la regla. Pero es mejor estar prevenidos.
En términos generales, la vibración 3-11 favorece al Arquero y el Aguador con una base para la amistad
auténtica debajo de cualquier razón exterior que exista para su relación, tanto si son simplemente amigos (en
cuyo caso serán muy buenos amigos), como si son parientes, socios, amantes o consortes. Por tratarse de una
vibración en sextil, también les suministra muchas oportunidades para reconciliarse y empezar de nuevo en
aquellas oportunidades en que riñen, guardando poco o ningún rencor por los pasados resentimientos mutuos.
Estos generalmente terminan por avenirse, merced a las implicaciones kármicas de la configuración de signos
solares 3-11 (véase la sección de configuraciones de signos solares al final de este libro).
Un detalle reconfortante de su compenetración consiste en que las hirientes flechas del Arquero cargadas
de veracidad parecen tener punta de goma cuando las dispara contra el Acuario. Aunque sean aguzadas,
parecen tener una punta blanda. Porque al Aguador típico la verdad no lo inquieta demasiado. Ésta no los
hiere ni ofusca tanto como a la mayoría de los signos solares. Se limitan a encogerse de hombros, a agitar las
orejas y a asentir, sorprendiendo a los Arqueros, que están acostumbrados a recibir un puñetazo de sus
interlocutores después de haber metido la pata. La pata descomunal de Júpiter. Además, como los Acuario
ven frecuentemente la vida al revés (el presente siempre los confunde, porque viven en el futuro), y como
tienden a reírse cuando están tristes, y a llorar cuando están alegres... también tienden a interpretar un insulto
como un cumplido.
Sin embargo, a la inversa, no aceptan de buen grado ciertos cumplidos que, merced a su técnica de
inversión, transforman en insultos. Es entonces cuando el huracán de Urano se dispara y podría avivar larespuesta llameante del fuego de Sagitario. Éstos son los momentos de sus Alertas Rojas de encuentros
peligrosamente próximos, incendios forestales y cosas por el estilo, cuando deberían seguir la ya citada
advertencia lógica que les aconseja mantenerse tranquilos, serenos y sosegados.
Tanto Sagitario como Acuario son esencialmente humanitarios, y es fácil persuadirlos a ambos para que
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promuevan la fraternidad de hombres, mujeres.... y animales. Si son representantes típicos de sus signos
solares, ambos disfrutan del camping y las caminatas, porque son amigos íntimos de la Madre Naturaleza. A
ambos les gustan la diversión y las fiestas y la gente. Ambos tienen cestos llenos de amigos. A ninguno de los
dos se lo podría definir como un misántropo. Pero los Arqueros tienen un estilo de vida más adaptable que el
de los Acuario, que son más o menos fijos en lo que concierne a su vida privada y sus hábitos, mientras
postulan cambios radicales para el resto del mundo. Esto podría provocar ocasionalmente una pelotera entre
ellos.
Sagitario es mutable y Acuario es fijo. Mutable significa que a los Centauros les gusta comunicarse mucho,
y que no son tremendamente autoritarios o dominantes. Aunque les gusta bastante salirse con la suya. Sé que
la diferencia es sutil, pero es una diferencia. Ciertamente no les gusta que los manejen con demasiada
prepotencia, que les ordenen lo que deben hacer... ni que desconfíen de su honestidad. Entonces se indignan
ligeramente, si es que existe algo parecido a la «ligera» indignación. Y fijo significa que los Acuario son de
cuando en cuando un poco menos que tercos, relativamente inmutables... que es, como sabréis, precisamente
lo opuesto de mutable. Los Aguadores tampoco pretenden dominar, pero por otro lado son tan renuentes
como Sagitario a dejarse manosear o a permitir que los obliguen a hacer algo contra su voluntad.
Es más probable que el comportamiento excéntrico y nada convencional de Acuario regocije a los
Arqueros, en lugar de fastidiarlos, así como la afición de Sagitario a los viajes, la libertad y la franqueza
complacerá a los Acuario. El Aguador se da cuenta enseguida de que Sagitario es cualquier cosa menos un
hipócrita, y esto habilita al Centauro para convertirse en un amigo eterno de !a persona regida por Urano. que
desprecia todo lo que se parezca a la simulación. «Sé lo que eres, haz lo que sientes y di lo que piensas», es un
lema que Júpiter y Urano abrazan con idéntico entusiasmo.
El Acuario implicado en una asociación con Sagitario no tardará en aprender lo que es tener que tragar
una que otra dosis de su propio jarabe de curiosidad. Sagitario arrojará muchas preguntas en el pequeño
cántaro marrón de sabiduría del Aguador, y probablemente sólo recibirá otras tantas preguntas a manera de
respuesta. (Todos los signos de Aire tienden a utilizar esta técnica.) El Arquero no tardará mucho en
contestar.
SAGITARIO: ¿Por qué estás tan callado?
ACUARIO: ¿Por qué no has mencionado mi nuevo corte de cabello?
SAGITARIO: Precisamente iba a comentar que las hace más visibles. Ahora no hay ninguna dificultad en
adivinar a cuál de ellos.
ACUARIO: ¿Qué es lo que hace más visible? ¿Quiénes son ellos?
SAGITARIO: Los Siete Enanitos. Tus orejas sobresalen como las de Dormilón, ¡y ese corte de cabello
realmente las pone de relieve!
El sabio Aguador, dotado de la súbita y centelleante intuición de Urano, debería saber que Dormilón es el
personaje favorito del Arquero. Un poco después, Sagitario le arrojará alegremente a Acuario otro cumplido
contundente.
SAGITARIO: Tus ojos también me recuerdan a Dormilón. Tienen el mismo tipo de expresión ausente. Como
si estuvieran aletargados constantemente. Pero tu carácter se parece más al de Gruñón. Y tu alergia me hace
pensar en Mocoso. Dios sabe que no eres Tímido.
ACUARIO: ¿Sabes por qué tú nunca podrías traerle a nadie recuerdos de Dormilón? SAGITARIO: ¿Por qué?
ACUARIO: ¿Dormilón no era el enano que nunca hablaba y que tenía la boca siempre cerrada?
SAGITARIO: Sí, pero no necesitaba hablar. Se comunicaba con los Ojos.
ACUARIO: Qué enano listo.
SAGITARIO: Está bien, Feliz, he captado el mensaje. ¡Touché!
Ésta es la inexplicable empatía de la vibración de amistad 3-11. A cualquier otro, el Arquero le habría
asestado un puñetazo. Pero el Aguador se sale con la suya. A veces.
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Mujer SAGITARIO Hombre ACUARIO
Por un momento, el círculo de luz se rompió, y algo le aplicó a Peter un pequeño pellizco
cariñoso.
Empecemos por Urano. Él manda. No se trata en absoluto de un planeta más fuerte o que gire más
rápidamente en su órbita que Júpiter (el regente de ella), pero sí es más vivo. Urano rige la electricidad y el
rayo, que son más vivos que casi todo aquello en lo que se os ocurra pensar (excepto quizás el genio de
Sagitario). El hombre Acuario tiene una tenaz vocación científica, independiente de su lugar de trabajo y de
su actividad. Si es jardinero, diseñará jardines colgantes. Que colgarán de lugares inesperados. Como la
lámpara de la sala. Si es fontanero, ideará un sistema para conectar el sumidero del lavavajillas con el
televisor, para poder mirar a Tom Snyder mientras apila los platos esta noche porque ayer estuvo desganado.
Si trabaja en una biblioteca, diseñará científicamente los anaqueles para que todos los títulos se puedan leer
cómodamente cabeza abajo, como los lee él, y probablemente los clasificará de una manera peculiar (pero
sensata para él). Por ejemplo, las historias de amor bajo la «E» de Empalagoso, los libros de Tolkien en el
pasillo marcado «S» por Super-Superlativo, y los libros sobre naves espaciales y contactos con OVNIs en el
estante rotulado «C» por ¿Cuándo? o ¡Caray!, o posiblemente «F» por Formidable. A Little Women de Louisa
May Alcott lo colocará bajo la «P» de Pornográfico. Quizá bajo la «E» de Enmienda de Igualdad de
Derechos. Es difícil preverlo. Y todo así. (El actor Acuario Telly Savalas inventó la frase «y todo así», como
sabéis. ¿No lo sabíais? Ahora sí.)
Había una estación de radio en Johnstown. Pennsylvania, para la que yo escribía guiones. Una noche el
locutor que leía el informativo de deportes de las once estaba desesperado. No podía encontrar el motivo
musical de su programa de diez minutos. El responsable Acuario de la discoteca de la estación lo había
archivado distraídamente y se había ido a su casa. ¡Pánico y pandemónium! El plato giraba y faltaban treinta
segundos para salir al aire. El disco con el motivo musical no aparecía. Como el título del disco era The Notre
Dame Victory March, el locutor buscó, naturalmente, bajo la «N» (Notre Dame). Nada. Frenéticamente,
buscó bajo la «V» de Victory March. y después bajo la «M» de March. Todo inútil. Mientras viva no olvidaré
la expresión de gratitud patética que se reflejó en las facciones transpiradas del locutor cuando entré corriendo
en la sala de control exactamente un segundo antes de la salida al aire y le entregué el disco que había
encontrado milagrosamente. Obedeciendo a una corazonada había revisado el cajón de la «F». ¡Claro que
estaba ahí! Archivado bajo Fighting Irish, o sea, «Irlandeses pendencieros». Al día siguiente, el responsable
Acuario de la discoteca no entendió el porqué de aquel jaleo. ¿En qué otro lugar podría haberlo archivado?
¿No era ése el más lógico?
Los Acuario son humanitarios vergonzantes, y además tienen sensibilidad ecológica. Conozco (en serio) a un
estudiante avanzado de biología de la San Diego State University que planea ingresar en la facultad de
derecho, después de recibirse de biólogo, y dedicarse activamente a la abogacía para entablar juicios de
amparo en defensa de las plantas verdes y los animales. (Es verdad, y no ficción.)
El hombre regido por Urano es inusitadamente inventivo, y siempre salta (no aparece, sino que salta) con
una nueva idea que a nadie se le había ocurrido antes (en este sistema solar específico, se entiende). Su
intelecto es brillante y extravagante, y sus razonamientos son muy originales. Únicos, se podría decir.
Demenciales y disparatados, podría llamarlos la chica Arquero, con su «tacto encantador», cuando está
momentáneamente furiosa con él. Sin embargo, la naturaleza científica del hombre Acuario no está motivada
por las actitudes y la metodología de la ciencia actual. Naturalmente. Acuario vive en el mañana, ¿así que por
qué habrían de importarle un rábano las reglas de hoy? Debéis reconocer que esto tiene un cierto aire de
lógica. Los científicos de hoy exigen que todo esté debidamente probado y confirmado por datos concretos
antes de dignarse a escuchar siquiera una nueva idea, para no hablar de tomarla en consideración. El Aguador
sabe instintivamente que el hombre nunca progresaría (la mujer tampoco, pero él casi no es consciente de la
diferencia entre los dos) si la gente no estuviera dispuesta a soñar primero, por muy descabellado que sea el
sueño, y a empeñarse después en demostrarlo... en lugar de seguir el camino inverso, camino éste que
equivale claramente, para él, a enfocar la secuencia del descubrimiento exactamente al revés de como debería
ser enfocada, a su juicio.
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Muchos grandes cerebros responsables de los saltos y adelantos del conocimiento en todas las áreas han
estado regidos por el planeta progresista, Urano. Afortunadamente para el planeta Tierra, hemos sido
agraciados con una cantidad apreciable de nacimientos en Acuario guiados por Urano, de sexo masculino y
femenino y combinado (Acuario es el signo del unisex, así que todos son un poco de esto y otro poco de
aquello, y por eso son tan fascinantes), pues de lo contrario tal vez no habríamos avanzado más allá de la
etapa troglodítica.
Ahora entra en escena la chica Sagitario (tropezando con el jardín de piedra que el Aguador ha montado
en el pasillo) y ya tenemos un pequeño problema. Tal vez ella piense (por lo menos ocasionalmente) que al
hombre Acuario que ama y odia con idéntica pasión incandescente le corresponde estar allí y no en ninguna
otra parte. En una caverna. Como buen troglodita. Preferentemente en una caverna del zoo, circundada por
una valla, para que no pueda escapar. En secreto, desde luego, ella adora sus ideas nada convencionales y su
conducta delirante. La misma naturaleza imprevisible del Acuario fue la que determinó que el corazón de ella
diera un brinco y saludara al de él cuando lo vio por primera vez... el día en que él le ofreció su paraguas bajo
la lluvia, y ella le sonrió agradecida hasta que descubrió que estaba lleno de agujeros porque a él le gusta
caminar en medio de una llovizna pero no de un aguacero. «Un poco de lluvia es refrescante y excitante —le
explicó él—, pero demasiada es un incordio. ¿No te parece?»
Ella no estaba segura. Hizo un ademán de asentimiento. Pero pasó mucho tiempo antes de que estuviera
segura. Cuando lo estuvo, llenó de pequeñas perforaciones su propio paraguas... aquel que había comprado en
una liquidación de Saks después de ahorrar durante un mes. Para entonces, como probablemente habréisadivinado, se le había contagiado la locura de él. Ésta es muy infecciosa, y para colmo no hay ningún suero
inmunizador disponible. (La desprevenida y confiada Arquera tampoco habría podido inmunizarse contra los
rayos de su hombre de Urano. Pero de esto nos ocuparemos más adelante.)
En determinados momentos ella olvidará que alguna vez pensó que las travesuras excéntricas de Acuario eran
la más virtuosa de las virtudes, y las interpretará como el más vicioso de los vicios. En esas circunstancias, su
naturaleza expansiva de Júpiter podrá inducirla a esparcir su disgusto en una andanada de flechas lacerantes
de veracidad (o de veracidad tal como ella la ve en ese momento específico), aunque más tarde se arrepentirá
y probablemente se disculpará profusamente, cuando haya tenido tiempo de reflexionar y de decidir que se
precipitó demasiado. Lamentará haberle dicho que necesitaba hacerse revisar la cabeza y que tenía más de un
par de tornillos flojos. Es muy probable que él la perdone... e incluso es posible que la sobresalte al mostrarse
perplejo por haber olvidado lo que ella dijo. ¿Lo olvidó? ¿A pesar de que en ese instante se puso tan furioso
que le vació un bote de cola en la cabeza? ¿Cómo pudo haberlo olvidado? No importa cómo. Lo olvidó. Los
Acuario no se colman el cráneo con datos innecesarios cuando éstos ya no son pertinentes. Así les queda
espacio para sus ideas inventivas y sus pensamientos zigzagueantes sobre asuntos realmente importantes.
Hay algo de talentoso y valeroso y honesto en la mujer Sagitario que hace dar volteretas cómicas al
corazón del hombre Acuario. Éste se siente realmente conmovido por su obvia falta de ostentación, por sus
modales francos, cordiales... y por su no menos obvia integridad. ¿Así que de cuando en cuando formula
algunos comentarios brutalmente contundentes? Por lo menos no miente ni simula ser alguien o algo que no
es. Es como es. Es auténtica y no fingida. Éste es el tipo de persona que a él más le gusta. Él le pidió que fuera
su amiga... y ella comprendió, esperanzada, que era la invitación más sincera que jamás había recibido de un
hombre. Pero un Acuario nunca toma (ni da) la amistad a la ligera. Los Acuario conceden a la amistad más
valor que el que la mayoría de las personas concede hoy al amor. Y por tanto, el hecho de que él la haya
invitado a ser su amiga casi equivale a una propuesta de matrimonio de los hombres de otros signos solares.
Quizás es incluso mejor. Es sencillamente estupendo que los amantes y consortes puedan ser también amigos
de veras. Un raro añadido romántico. Este hombre y esta mujer tienen más probabilidades que muchas otras
parejas de lograr en su relación este tipo de amalgama deseable, gracias a su configuración vibratoria kármica
3-11, de amistad.
Como la chica Sagitario es personalmente cordial, espera que casi todos los individuos con los que se
relaciona compartan su misma forma abierta y franca de comunicar y expresar sus sentimientos sobre todos
los temas, ya sean éstos románticos o platónicos. Dado que la naturaleza humana es muy variada y veleidosa,
la Arquera sufre reiterados desengaños. Es raro que sus experiencias negativas la conviertan en una resentida
o ahoguen su entusiasmo y su filosofía optimista innatos de Júpiter, pero es posible que la hagan un poco escéptica.
El diccionario define al resentido como alguien «caracterizado por el odio y el rencor», y al
escéptico como alguien que «no se deja convencer fácilmente, que duda o cuestiona». Aunque algunos de sus
recuerdos emocionales sean muy desoladores y trágicos, ésta no es una mujer a la que se podría definir como
«caracterizada por el odio y el rencor» (a menos que tenga aspectos planetarios inusitadamente negativos en
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su carta natal). Pero sí se trata categóricamente de una mujer difícil de convencer, que a veces duda hasta que
se asegura bien... y ciertamente es propensa a «cuestionar». Desborda preguntas. Cuando aún era pequeña,
empezó a preguntarle al mundo por qué giraba sin ir a ningún lugar, como no fuera al punto de partida.
Cuestiona con creces el amor. Alimenta dudas y curiosidad acerca de la política, la arquitectura, el cine, los
libros, la publicidad, la biología, la zoología, la ecología... y sobre todo, la religión. La Arquera pasa de ser
devotamente espiritual a ser descarnadamente atea... para seguir después el camino inverso... explorando
constantemente... buscando la verdad. También tiene el talento de profetizar, aunque probablemente lo ignore
beatíficamente, y en el fondo de su alma es una filósofa alegre. La mayoría de las conclusiones a las que
arriba, después de someter a parientes, amigos y desconocidos al tenaz interrogatorio de Júpiter, son felices, y
contienen, en última instancia, un elemento positivo respecto del futuro, teñido con los múltiples colores de la
esperanza. Sólo se trata de que no le gusta embaucar a nadie, ni que la embauquen a ella. No obstante su gran
idealismo refulgente, prefiere oír las cosas tal como son, para poder lidiar con realidades, y no con ilusiones.
Como nació bajo un signo de dualidad, puede ser una contradicción desconcertante, incluso para un Aguador,
¡y esto es mucho decir!
El hombre Acuario concordará con sus opiniones en la mayoría de los casos. Él también busca la realidad,
y no ilusiones. La diferencia consiste en que él se da cuenta, tal vez antes que ella, de que la realidad misma
puede ser una ilusión... y de que lo que otros han catalogado como ilusiones pueden constituir la auténtica
realidad. Esta sola teoría la fascinará. La Arquera le formulará un millar de preguntas, excitadamente, hasta
muy avanzada la noche... con su mente curiosa, alerta, estimulada como de costumbre por un nuevo concepto.
Es posible que él también se sienta estimulado durante estas sesiones de plática filosófica que se
prolongan «hasta-muy-avanzada-la-noche», pero por algo más que un nuevo concepto. Generalmente los
hombres Acuario no se concentran exageradamente en el aspecto sexual de una relación humana. Pero una
vez que alguien implanta accidentalmente un pensamiento sensual o erótico en su mente de Urano, éste
crecerá y echará brotes como cualquier otra semilla caída dentro de su activo saco intelectual de frijoles...
rápidamente y con rara heterogeneidad. Mas los resultados serán hermosos. Como flores silvestres.
El amor físico vulgar, ramplón, prosaico y mundano, aburre fácilmente a la mujer Sagitario, casi hasta hacerla
llorar literalmente. Seguramente su Aguador no la desilusionará cuando llegue (al fin) la hora de demostrarle
físicamente su amor, o su ofrenda de amistad, que para él es lo mismo. Unas veces, él le producirá vuelcos en
el corazón con su dulzura y sus tiernas caricias. Otras veces, la hará llorar de risa con sus desmañadas y torpes
sorpresas nocturnas... por ejemplo, cuando se meta en la cama con las orejeras puestas, recitando un poema al
dedo pequeño del pie izquierdo de ella... susurrándole quizá, justo antes de darle un beso en la oscuridad, que
espera que ella no lo aborrezca por esto, pero que tiene un amorío con otra mujer. Son cosas de la vida.
Incontrolables. Sucedió repentina, inesperadamente, y lo sedujeron antes de que tuviera tiempo de darse
cuenta de que le estaba siendo infiel. Entonces ella encenderá la luz, arrojará una almohada (o algo más
contundente) a través de la habitación, y le exigirá que le diga su nombre, temblando. Él ofrecerá mostrarle
una foto de su rival... se encaminará abatido hacia su suéter favorito, excesivamente holgado, extraerá con
expresión culpable una instantánea del bolsillo raído, y se la tenderá, suplicándole que lo perdone. Ella la
cogerá, mascullando una imprecación.
«¿No es hermosa? —le preguntará él, suavemente—. Se parece mucho a ti. Quizá fue por eso que no pude
contenerme.»
Ella reunirá todo su coraje, con el corazón palpitante, y mirará la foto. Es un retrato de la flamante cría de
morsa de Sea World, con unos bigotes delicados y unos ojillos redondos y elocuentes. Las luces se apagarán
casi instantáneamente, y él le murmurará junto al oído, en la oscuridad purpúrea: «Bueno, ¿dónde estábamos?
Oh, ya recuerdo. Te estaba dando los buenos días con un beso...». Ella le advertirá que no es de día, sino queapenas ha pasado la medianoche. Él la abrazará con más fuerza, y le preguntará con voz muy queda:
«¿Entonces por qué vi el amanecer en tus ojos hace pocos minutos?».
¿No. El amor físico entre la mujer Centauro y el Aguador nunca será una experiencia mundana. El Aire aviva
el Fuego hasta trocarlo en pasión, a veces con el más ligero soplo. Y el Fuego de ella calentará la etérea
displicencia de él hasta trasmutarla en un deseo profundo y una necesidad que pocas mujeres podrían
inspirarle. Este hombre y esta mujer responden afectuosamente a sus respectivos espíritus rampantes. Porque
ambos saben que el sexo puede ser divertido... y sublime. Sus intimidades son tan imprevisibles corno una
brisa juguetona... de cuando en cuando, tan suavemente silenciosa como una nevada en un bosque espeso.
Sosegada y apacible. De pronto, ella se transforma en un payaso... y él se convierte en un circo íntegro, con
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monos, trapecios, cacahuetes, elefantes y todo lo demás. Con tres pistas. Después, de vuelta a los copos de
nieve. Y a los abrazos matutinos a medianoche.
Habrá momentos en que la cólera irracional del signo de Aire de él caerá del cielo, como un rayo. Habrá otros
momentos en que el genio de Júpiter de ella se trasmutará en furia, y hará llover en dirección a él una
granizada de frías acusaciones a través de la habitación. Pero él se limitará a calarse sus orejeras y le
garrapateará una nota con un rotulador sobre su camiseta nueva. «Ahora es realmente medianoche.» Ella se
derretirá, llenará de provisiones la cesta del picnic... y se irán juntos a buscar un arroyo gorgoteante en el
bosque... encenderán una fogata, e intercambiarán historias de fantasmas en la media luz, recostados contra un
árbol sorprendido, masticando «trizcochos».
Hombre SAGITARIO Mujer ACUARIO
La novedad volvía a tentarlos, como de costumbre...
Así que eres un hombre Sagitario, y te gusta enfrentarte con la verdad. Sin rodeos. Eres suficientemente
valeroso como para aceptarla, y la prefieres con creces a la simulación. Estupendo. Eres más sagaz de lo que
imaginas, cuando se trata de lidiar con la chica Acuario de la que te acabas de enamorar jubilosamente porque
es muy femenina, muy frágil, muy emancipada y muy chalada.
Chalada es. Sin ninguna duda. Pero como el amor se las ingenia para barnizar la verdad descarnada con
uno o dos tomos de polisandro, quizá será mejor que te hagamos abrir bien los ojos para que sepas con qué
tropezarás probablemente en tu relación con la Aguadora «femenina», frágil y emancipada, guiada
incontrolableménte por Urano. (Nunca regida. No es posible regirla, porque aún no se ha inventado la regla
capaz de medirla, y regir y regla tienen la misma raíz.) Por supuesto, te confesaré que todas las chicas Acuario
son distintas (¡oh, vaya si son distintas!) así que no siempre puedes juzgar a una de ellas por lo que hace otra.
Igualmente, es útil tomar conciencia de todos los atajos posibles. Siempre repito que los Acuario son un poco
distraídos de cuando en cuando, y es posible que creas que exagero para hacer más divertida la astrología. No
me opongo a que la astrología sea divertida, pero no exagero. Menos aún cuando digo que a veces los Acuario
son un poco atolondrados. En verdad, es posible que los ejemplos de esta característica peculiar de Urano,
dispersos por todos los capítulos consagrados a Acuario en este libro, estén un poco atenuados, mitigados, por
así decir. Son más moderados que la realidad. Teñidos con tonos de polisandro. Y así sucesivamente.
Veo que pones en tela de juicio mi veracidad. Tus cejas de Arquero ya reproducen la curvatura escéptica del
arco de Júpiter. Vosotras, criaturas de Sagitario, nunca creéis nada sin formular antes un par de docenas de
preguntas. Está bien, Centauro, calla un momento tus preguntas, y veremos si puedo contestarlas
telepáticamente antes de que las formules. Quieres pruebas de que es tan distraída como afirmo. No rumores.
Nada de segunda o tercera mano. La verdad desnuda respecto de ella, piensas, directamente de la boca del
caballo, como dice un singular modismo inglés. Bueno, ella no es un caballo. Tú lo eres. Por lo menos, eres
mitad caballo (la otra mitad es un filósofo profético, agorero), pero no importa, yo sé a qué te refieres. Aquí lo
tienes.
Naturalmente, has oído hablar de la Acuario húngara, la actriz Zsa Zsa Gabor. Si no has oído hablar de ella, es
indudable que vives en Tíbet o Pago-Pago, y ni siquiera estás leyendo este libro, porque, hasta donde sé, mis
editores no planean hacerlo traducir al tibetano ni al pagoano, por lo menos en la primera edición. Todos los
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otros habitantes de este planeta han oído hablar, indudablemente, de Zsa Zsa... incluso algunos monjes
tibetanos, supongo, pero éstos no planean casarse con una (una Acuario, quiero decir) pues han hecho voto de
castidad, y éste los protege beatíficamente de experiencias como el matrimonio con una Aguadora. He
mencionado sucintamente a la bella Gabor en el comienzo de este capítulo, pero dejé lo mejor para ahora,
cuando será más eficaz... cuando te resultará más útil a ti, pobre Arquero desprevenido.
En primer lugar, Zsa Zsa ha estado casada no menos de siete veces. Las Acuario cambian mucho de idea,
como las mujeres Libra y Géminis... y como unas cuantas Sagitario, de tu signo. No se trata de que vosotros
los Arqueros seáis promiscuos, pero os gusta flirtear mucho, y a veces caéis en vuestra propia trampa. Espero
que esto no te ofenda. Al fin y al cabo, no hay remedio para el hecho de que a menudo seáis tontamente, muy
tontamente románticos. (¿Hablo como una Sagitario, verdad? Pero en realidad no lo soy. Soy una Carnero,
que sólo finge ser Sagitario, para demostrarte qué siente el destinatario de tus observaciones jupiterianas,
jocosas pero ingenuas, despreocupadas.)
Bueno, de todos modos, Zsa Zsa contrajo su cuarto matrimonio, fulminante como un rayo de Urano, con
un industrial llamado Herbert Hutner. Recuerda su nombre, por favor. Es importante. Herbert Hutner. ¿Has
entendido? Estupendo. Recuérdalo. La Acuario Gabor pensó que era, para decirlo con sus propias palabras,
«un tipo realmente encantador, pero demasiado buen marido. No encierra ningún desafío». ¿Estás recogiendo
datos, señor Sagitario? Sigue escuchando. Puesto que te gustan las adivinanzas, ¿quieres adivinar lo que
sucedió en la luna de miel de Zsa Zsa y Herbert? ¿Te das por vencido? Muy listo. Nunca lo adivinarías, ni
siquiera siendo tan imaginativo como eres. Así que te lo diré. La misma Zsa Zsa confiesa que algo extraño
ocurrió tres días después de su hermosa boda tradicional con Herbert, cuando su desposado la dejó en la suite
nupcial y fue a ocuparse de unos negocios. (Los industriales siempre están corriendo de acá para allá,
ocupándose de sus negocios.) Mientras él estaba ausente, echó de menos a su esposa encantadora, adorable,
perfumada y bella como una mariposa, como les sucede a todos los enamorados desde los tiempos de Romeo,
así que telefoneó al hotel donde pasaban su luna de miel, para hablar con ella.
«Dígale al señor Hutner que nunca atiendo llamadas de extraños», le comunicó Zsa Zsa con tono glacial a la
horrorizada telefonista del hotel, y después colgó enérgica pero primorosamente el auricular de palisandro
pulido, y volvió a su fragante baño de burbujas de palisandro, tarareando una alegre melodía húngara. No. No
habían reñido. Ella había olvidado el nombre de su nuevo marido. Al fin y al cabo, él había pasado todo un
día ausente, y ella tenía muchas cosas en las cuales pensar.
¿Ahora me crees? Querías saber la verdad, y ya la sabes. Si no me crees, pregúntaselo a Zsa Zsa. O a Herbert
Hutner. Sería más cortés preguntárselo a Zsa Zsa. Tal vez el señor Hutner prefiera hablar de otros temas más
agradables. Pero, como eres un Sagitario, supongo que si alguna vez tropiezas con él mientras está realizando
sus actividades industriales en alguna parte, se lo preguntarás crudamente, de todas maneras. Te aconsejo
proceder con cautela. Él podría pegarte una torta. Podría ser un Sagitario como tú... y ya sabes que tú tienes
mal genio. ¿verdad? Lo siento, pero no sé cuál es el signo solar de Herbert. Me dio un poco de miedo
averiguarlo. Pero si resultara ser también un Aguador; no sabrá ni remotamente de qué le hablas. A esta altura
se habrá olvidado del hotel, de la llamada telefónica... y posiblemente también de su matrimonio. Excepto
cuando su olfato capta un efluvio de palisandro. Ah, los recuerdos.
Supongo que vosotras, mujeres Acuario, también habréis acopiado ya algunos datos acerca del Arquero
que amáis. Si los habéis acopiado, pero los habéis olvidado, os refrescaré la memoria. Es una máquina de
formular preguntas, ambulante y parlante. Es veraz y franco, como vosotras. Es idealista, como vosotras. Le
gusta la verdad, por muy dolorosa que sea. Le gustan las chicas. Pero sobre todo como camaradas, aunque es
incurablemente romántico y versátil hasta que se enamora definitivamente. Entonces es un sentimental. No
será engañosamente infiel. Os lo comunicará antes. Tiene el temperamento de Júpiter. (Júpiter rige todo lo
grande.) Es aficionado a los animales, y es posible que os regale un caballo o un perro el día de vuestro
cumpleaños. No importa si habéis olvidado esta característica suya. En realidad, no la olvidasteis, porque es la
primera vez que os hablo de ella. (En este capítulo.) A veces es un payaso. y os divertirá maravillosamente.
Otras veces es un auténtico y venerable sabio, un manantial de erudición, filosofía e ingenio.
Posee esta especie de carisma religioso espiritual que impregna su aura. Podría ser cualquier cosa, desde
un flamante devoto del cristianismo (al que le gustaría volver y ser nuevamente concebido) hasta un gurú con
guirnalda, que se sienta sobre un loto en la posición del loto, rumiando un brote de alfalfa y meditando acerca
del ombligo de una tortuga. Podría ser un Hare Krishna con sus címbalos repicantes y su coleta, murmurando
mantras melodiosos... o un ateo total. Probablemente no será un protestante como los que crecen en todos los
jardines (aunque le gusta protestar). Esto no es suficientemente estimulante. Ya veis. ¡Se parece mucho a
vosotras! Adora la excitación, lo insólito y lo emocionante, aunque su talante exterior sea el de un estudioso
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ratón de biblioteca o el de un aburrido picapleitos. (Nada podría ser más aburrido que picar pleitos.) No
hagáis caso de su sosegada personalidad superficial: es un hombre dual. Podría ser explorador, porque disfruta
del suspenso y el peligro. Le encanta jugar juegos de salón y de azar (esto es muy peligroso, sobre todo en Las
Vegas) y adora especialmente los viajes. Es posible que parta rumbo al Macchu Picchu y olvide deciros que
se fue. (¿Veis cómo se sufre?) Pero os telefoneará desde el último rincón del Perú, a manera de postdata, y os
pedirá que vayáis a hurgar y escudriñar con él entre las ruinas antiguas. Probablemente iréis. Llevad vuestro
tablero de damas. Y tal vez un balón. También le gustan los deportes. De interiores y al aire libre.
El amor físico entre el Arquero y la dama Aguadora puede parecerse a un juego táctil. Él le toca el pie con el
dedo gordo de su pie, ella le toca tiernamente la mejilla con la mano, y su esencia de Aire aviva la esencia de
Fuego de él transformándola en una dosis apreciable de pasión jupiteriana expandida. El deseo es en verdad
como un juego que juegan juntos, a veces enérgicamente... a veces delicadamente, descansadamente,
limitándose a intercambiar afecto y ternura. Como les sucede a todos los consortes de la configuración de
signos solares 3-11, la faceta sexual de su amor es cordial y generosa. Ninguno de los dos es en absoluto
posesivo, pero los dos son muy celosos. Esto significa que generalmente estarán dispuestos a concederse
recíprocamente muchísima libertad para desarrollarse cómo individuos, pero también les gusta ser dueños de
lo suyo. Por ejemplo, de su consorte. Ninguno de los dos objetará que el otro comparta sus pensamientos con
quien sea, pero (si son representantes típicos de sus signos solares) se negarán terminantemente a dejarle
compartir el cuerpo. Lo cual está bien, porque ambos también son esencialmente idealistas, y los ideales les
caen a las mil maravillas. Cuando Sagitario o Acuario comete un error impulsivamente, sus ideales se
empañan, y un ideal empañado puede atormentar penosamente el corazón y el alma de un idealista
astrológico.
Ella tendrá legiones de amigos de toda categoría, y ojalá a él le caigan simpáticos, porque si no es casi
seguro que le hará saber descarnadamente a ella (y a ellos) que no le gustan. Bueno, ella quería un hombre
sincero... y lo ha buscado con esta cualidad dentro y fuera de sus sueños desde que tenía la edad de Julieta. Ha
encontrado uno en el Arquero, y parte de la sinceridad consiste en ser veraz. Aunque la verdad pique un poco.
Un fugaz picor no es tan grave como el corte más profundo del engaño y la mentira que pueden provocar
heridas incurables. Es posible que estos dos riñan a menudo, pero perdonarán y olvidarán, se darán un beso y
se reconciliarán enseguida. La distracción más deliciosa consiste en olvidar los agravios sin guardar rencor, y
los dos han sido generosamente agraciados con esta cualidad. La cólera de él estalla rápidamente, y la de ella
zigzaguea como un rayo, pero ambas no tardan en diluirse nuevamente en risas y amor.
Lo más importante es recordar que ella nació bajo un signo de Aire fijo (tercamente voluble o
volublemente terco, como prefiráis) así como bajo un signo solar masculino (su «feminidad» no es frágil), y
que también está regida por un planeta masculino. Doble masculino fijo. Asimismo, él nació bajo un signo
solar masculino, de modo que es agresivo y duro, y por consiguiente se resistirá a dejarse dominar... y
también a él lo rige un planeta masculino. Pero no es fijo. Es mutable. Doble masculino mutable. Por tanto, la
mutabilidad de él y la adaptabilidad aérea de ella al cambio (excepto cuando se pone fija y terca) les
permitirán controlar bastante bien las diversas fluctuaciones emocionales de una relación. El es un poco
exaltado. Ella es más o menos aplomada, lógica y objetiva (y tal vez esto es lo que genera en parte la
exaltación de él). Pero ella también es suficientemente dulce como para refrescar en esos momentos la frente
afiebrada de él con su toque ligero. De modo que, cuando se aman realmente el uno al otro, todo se arregla
como por arte de magia.
Siempre que el Arquero no olvide el sabio consejo de la asesora matrimonial, Z. Z. Gabor, Bdh. (bella
damisela húngara) que suspiró triste y primorosamente: «Cariño, no encerraba ningún desafio». En cuanto a la
dama de Urano, saldría ganando si se acordara de ser quizás un poco menos extravagante. De todos modos,
aunque ella pueda olvidar de cuando en cuando cómo se llama él, nunca olvidará sus ojos de cachorrillo, su
alegre sonrisa... las técnicas estupendas con que practica juegos táctiles por la noche. Ella lo reconocería en
cualquier parte. Porque la mujer Acuario siempre recuerda sus sueños. Y fue en éstos donde lo conoció por
primera vez... hace mucho, mucho tiempo.
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CAPRICORNIO ACUARIO
Tierra - Cardinal - Negativo Aire - Fijo - Positivo
Regido por Saturno Regido por Urano
Símbolo: la Cabra Símbolo: el Aguador
Fuerzas nocturnas - Femenino Fuerzas diurnas - Masculino
La relación CAPRICORNIO-ACUARIO
El extraordinario desenlace de esta aventura fue... pero aún no hemos decidido si ésta es la
aventura que vamos a narrar.
Imaginaos al viejo Saturno, con su cara surcada de arrugas y su barba, su guadaña y su hoz, adusto, severo,
estricto pero bondadoso. Ahora imaginaos al delirante Urano, que vocifera charadas con voz estentórea, que
despide relámpagos con los ojos, que entreteje sus cabellos con narcisos, y que juega con un yo-yo. ¿Veis
alguna similitud o fundamentos para una relación íntima? Bueno, hay algunos pero...
Es dificilísimo pronosticar el desenlace de cualquier tipo de asociación entre estos dos signos solares.
Dependerá, sobre todo, de los signos lunares, ascendentes y cosas parecidas. También es posible que dependa
de la medida en que Capricornio pueda tolerar la personalidad ligeramente excéntrica de Acuario. O del
tiempo que tarde Acuario en aburrirse de la eterna insistencia de la Cabra en el statu quo, cuando lo único que
se propone hacer el Aguador en este planeta es desbaratar el statu quo. Como se trata de una configuración de
signos solares 2-12, Capricornio intuye vagamente que puede aprender una lección enigmática de Acuario, el
signo que precede a la Cabra en la rueda kármica de la vida... y Acuario tiende a ser más comprensivo con los
pequeños defectos y las compulsiones de Capricornio que con las peculiaridades de los otros once signos.
Acuario ya ha estado allí, ha vivido la experiencia de Saturno durante por lo menos una encarnación pasada, y
por tanto tiende a entender las obsesiones de la Cabra respecto del deber, la responsabilidad y la tradición...
aunque Acuario siga recordando lo que sentía durante aquella existencia en que esas cosas asumían gran
importancia, porque las lleva a todas grabadas en el inconsciente.
Aunque los capricornianos desplieguen raramente un humor apacible y delicioso, son esencialmente
personas serias. Su humor lacónico Saturnino, acompañado por una mirada titilante y una sonrisita tímida, es
primordialmente burlón. Además de una personalidad básicamente sosegada, las Cabras tienen un marcado
sentido práctico, que generalmente es más visible que su humor. Aunque Acuario es un signo fijo, y los
Aguadores pueden ser por tanto muy tenaces y decididos, estos hombres, mujeres y niños no son ni
remotamente tan circunspectos como Capricornio. En verdad, a Acuario le encanta turbar el sosiego de los
otros signos, y en particular de Capricornio. El Aguador sobresaltará inevitablemente a la Cabra cuando ésta
menos lo espere, con recursos de gran y pequeña envergadura. Acuario hace todo cuando los demás menos lo
esperan. En ello consiste el sobresalto. Si la gente lo espera, falta el elemento sorpresa, y a Acuario
sencillamente le fascina ser el portador de sorpresas.
Es posible que un capricorniano asociado con un Aguador lea estas palabras, y murmure: «Esta persona
que conozco tan bien nunca me sorprendió ni sobresaltó». La Cabra debería decir: «Esta persona que creo
conocer tan bien». Porque un buen día el capricorniano encontrará una col de Bruselas en el vaso del
dentífrico que cuelga sobre el lavabo del cuarto de baño, y dará un respingo. Acuario se preguntará a qué
viene ese escándalo. ¿Qué importa, después de todo? Quiero decir, ¿nunca os preguntasteis si una col de
Bruselas germinará en un vaso de agua, como las otras plantas... y vuestro acceso de curiosidad no coincidió
más o menos con el momento en que empezabais a ducharos? ¿No es esto lo que le sucede a todo el mundo?
No. A todo el mundo no. Capricornio especialmente, nunca se formula preguntas que no sean prácticas. A
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la Cabra no le interesa comprobar si las coles de Bruselas germinan en el agua, o si las coliflores florecen, que
tanto da... a menos que sea jardinero (o jardinera) profesional o propietario de una verdulería. Incluso así, la
preocupación capital de la Cabra girará en torno de las ganancias y las pérdidas. Los capricornianos de ambos
sexos necesitan la manta protectora de una cuenta bancaria razonable para evitar que en su piel ultrasensible
pero a menudo bella y traslúcida brote una erupción. No una cuenta bancaria de tanta magnitud como la que
necesita Cáncer para no echarse a temblar aterrorizado por la idea de la pobreza, pero sí razonable.
Acuario rara vez hace algo que sea razonable desde el punto de vista de Saturno. Para Acuario, lo razonable
es lo que ayuda a conocer el mundo y a saber qué es lo que lo hace girar sobre su eje. Poco importa lo que
piensen los demás. De lo -último que se preocupa Acuario es de lo que piensan los demás. Lo último de lo
último. Lo penúltimo de lo que se preocupan los Aguadores podría ser... veamos... los hábitos sociales y el
aspecto personal. Los Acuario típicos inventan sus propios hábitos sociales y dictan sus propias reglas. En
cuanto al aspecto de Urano, estas personas tienen a veces un aire tan extraño e irreal con las telas y los
peinados que han elegido (grotesco es en verdad la palabra más apropiada) que os sorprendería saber a
cuántas de ellas las confunden con inmigrantes de un OVNI errante. Naturalmente, las estudiadas negligencia
y originalidad de su indumentaria, de sus modales y de sus opiniones públicas, mortifican y afligen a los
capricornianos, para los cuales lo más importante en la vida es ganarse la aprobación de los vecinos. No,
primeramente de los miembros de la propia familia. Después, de los vecinos. A continuación, de los amigos,
los conocidos y los socios. Pensándolo mejor, quizá habría que invertir el orden, y colocar en primer lugar a
los socios. Y finalmente... de todo el mundo. El capricorniano típico se preocuparía si en Escocia un
desconocido desaprobara sus zapatos, y esta humillación llegara de algún modo a oídos de la Cabra. Éste es
otro detalle. Todos los capricornianos, junto con los Piscis y los Virgo, ponen un interés inusitado en sucalzado. Éste es un motivo de gran preocupación para ellos.., y cuando compran zapatos o botas nuevos
estudian la operación minuciosamente, desde todos los ángulos, concediendo idéntica importancia al precio, a
la horma apropiada y al aspecto práctico.
Sin embargo, estos dos tienen algunos puntos en común. Por ejemplo, los juicios de los Acuario descansan
sobre principios sólidos y datos muy concretos (detalle éste del que la mayoría de las personas no se dan
cuenta). Los unos y los otros siempre determinan las decisiones finales de ambos signos solares. Pero Urano
le confiere a Acuario ramalazos de intuición, gracias a los cuales los Aguadores pueden ahorrarse todos los
principios y datos concretos inútiles para saltar a la auténtica verdad, situada más lejos. Igualmente, él o ella
iniciaron el juicio con principios y datos concretos. Sé que esto es un poco confuso, pero «confuso» es una
palabra que inventaron los regidos por Urano. Los Acuario piensan y planean para un futuro tan lejano, con
una mezcla tan extraña de espíritu práctico y espíritu visionario, que es posible que sus ideas e ideales no se
materialicen durante muchos años... de modo que el hombre medio, y sobre todo el juicioso capricorniano, los
considera soñadores. Siempre debéis recordar que Acuario es el signo del genio y la locura, más o menos en
proporciones iguales. La Cabra no simpatiza con ninguno de los dos. En verdad, para la mayoría de los
capricornianos, ambas palabras son sinónimos (y lo son, de una manera intrincada). De modo que podrían
tener problemas de comunicación.
Al capricorniano generalmente le resulta difícil creer en lo ilógico, lo irrazonable, lo inútil o lo infundado.
Para los Acuario, la palabra imposible no existe en el diccionario de Urano, y los Aguadores piensan que se la
debería borrar de todos los otros, a menos que se la defina como un término que describe una actitud que se
debe evitar. Todos los Acuario tienen en común una naturaleza muy curiosa, inquisitiva. Son inusitadamente
susceptibles a los raptos de inspiración, porque tienen pocos prejuicios, o ninguno... incluidos los prejuicios
contra los hechos. Acuario no tiene nada contra una teoría sustentada por los hechos... así como tampoco tiene
nada contra una teoría que no está sustentada por los hechos. La mente regida por Urano es tan abierta que
cualquiera pensaría que sus células cerebrales corren el riesgo de morir de neumonía. Pero dichas células
parecen prosperar en estas condiciones, así como los esquimales prosperan merced a los témpanos de hielo.
Las células cerebrales, al ser electrónicas, también son muy afines a Acuario. Incluso lo son las células
cerebrales de Saturno... o lo serían si la Cabra les dejara brincar más a menudo sobre el trampolín de la
imaginación.
Confieso que he conocido a capricornianos muy comprometidos e interesados en temas tales como la
investigación de OVNIs, la astrología, la reencarnación y la metafísica... pero no son muchos. Y aquellos que
están comprometidos e interesados en dichos temas tienen en sus horóscopos otras configuraciones
planetarias, que les suministran instintos imaginativos más audaces, una fe más simple en lo invisible, una
confianza más infantil. La Cabra típica es cualquier cosa menos infantil. Los capricornianos se aproximan
más a la inocencia infantil durante la segunda mitad de la vida, cuando por fin empiezan a disfrutar de la
despreocupada relajación que se perdieron en su juventud... más o menos en el mismo momento en que
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Acuario anda dando volteretas por la maravillosa variedad uraniana de «segunda infancia» (que algunos
llaman cruel y muy falsamente «senilidad»). Así que se podría decir que estos dos se llevan estupendamente
cuando son mayores, pero que cuanto más jóvenes sean, tanto más proclives serán a pensar que sus
respectivos hábitos y personalidades son excéntricos.
El novelista capricorniano Henry Miller es un ejemplo arquetípico de la fabulosa libertad
y la alegría infantil que experimentan las Cabras cuando se han liberado de la prisión de Saturno. Cuanto más
envejece el capricorniano Henry, tanto más brilla el centelleo de sus ojos, tanto más joven parece, y tanto más
desaforada es su conducta.
Cuando una de las ex esposas de Henry lo abandonó, se llevó consigo todos los muebles y accesorios, y lo
dejó literalmente sentado en el suelo. Lo primero que hizo la Cabra fue algo muy apropiadamente saturnino,
práctico y económico. Trajo unos cajones de una tienda de comestibles, para sentarse en ellos. También los
utilizó para fabricarse una mesa de comedor. Después de un tiempo comentó: «Se me ocurrió una idea
repentina. Me dije, Henry, maldito seas, ¿por qué no consigues un par de patines y te lanzas a patinar por esta
habitación? ¡Lo pasé estupendamente!».
¿Veis? Apenas Henry salió en libertad condicional (como salen todos los capricornianos, a distintas
edades individuales, más o menos a partir de los treinta), zafándose del estricto control del decoro saturnino,
un espectador no podría haber distinguido a esta Cabra de un Aguador. Pero un capricorniano sigue siéndolo
en el fondo del alma, esté o no en libertad condicional. Recientemente, mientras escribo estas líneas en 1978.
el novelista regido por Saturno criticó los tumultos estudiantiles de los años sesenta, con el argumento de que
sus protestas habían sido demasiado débiles. «De nada vale emborracharse y enloquecer —sentenció—.
Debes tener la mente despejada, ser más lúcido que el hombre al que quieres derrotar.» Pura filosofía
saturnina.
Una Cabra es una Cabra, aun teniendo en cuenta el envejecimiento a la inversa de Capricornio, pero estoy
segura de que Henry no dejaría de lucir una guirnalda de narcisos cuando ello le viniera en gana... y si tuviera
un yo-yo a mano lo haría girar como un campeón. Quizá las Cabras jóvenes de alma —y de lo que sea— que
lean esto quieran enviarle a Henry un yo-yo como si fuera una especie de clave compartida... y los Aguadores
podrían mandarle unos narcisos (que él se apresuraría a pintar, dado que la pintura es su nuevo hobby, y en
verdad demuestra que tiene tanto talento como el que tiene como escritor). Los recibirá en Pacific Palisades,
California. Quedará encantado.
Sin embargo, mientras las Cabras aún tratan de escalar la cumbre de sus ambiciones, miran con malos ojos
todo tipo de disparate y frivolidad. El Acuario que tiene una sencilla y alegre destreza para hilvanar palabras
absurdas... que ha sido tocado por la maravillosa locura del genio... que arroja estrellas en los pozos de los
deseos y sueña con ranas rosadas... puede resultarle en verdad muy raro al capricorniano materialista, que cree
que el trabajo transmuta los deseos en realidad. Normalmente las Cabras sólo pronuncian palabras signadas
por el sentido común, así que es lógico que a veces los nativos de Urano les parezcan criaturas venidas de otro
mundo, y no terráqueos sensatos, corrientes, de todos los días. ¿Cómo es posible que las ranas sean rosadas, y
además, por qué habrían de serlo? El verde es un color perfecto, satisfactorio, para las ranas.
Puedo atestiguar esta reacción de Saturno ante Urano. En el lienzo de mi mente siempre permanecerá
nítidamente pintada la imagen de la expresión de total perplejidad que se refleja en los ojos color chocolate,
serenos, de mi hija capricorniana, Jill, cuando su hermano Acuario Bill, de mirada soñadora, ligeramente
chalado, entra en la habitación... desgranando frases extrañas, luciendo un peinado que no se parece a ningún
otro que haya ostentado jamás un ser humano, con los pies enfundados en un calcetín rojo y otro amarillo, y
ocultando cuidadosamente su cociente intelectual de genio detrás de murmullos como: «Tranquilo, hombre,
tranquilo».
Reconozcamos los méritos de Capricornio. Después de que Acuario desbroza el camino
hacia nuevos inventos y descubrimientos, las Cabras se adelantan con paso pesado para
custodiar las maravillas y los milagros... para conferirles suficientes cualidades prácticas como para que al fin
nos beneficien y mantengan al planeta girando en su curso. Una de las áreas de discrepancia entre estos dos
consiste en que los capricornianos no aceptarán nada sin un control riguroso, a menudo mediante la crítica
negativa. No permiten que ninguna falacia o incoherencia les haga creer en lo increíble. Normalmente, la
Cabra insistirá en entender claramente el significado de cada palabra que pronuncia antes de enunciarla, en
aclarar en su propia mente el sentido de cada idea o proposición antes de postularla. Frecuentemente descarta
o silencia deliberadamente las sugerencias que no se ciñen a estas normas estrictas, en tanto que Acuario lo
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indaga todo con dos ojos: el ojo frío de la disección científica y el ojo perceptivo de la intuición fulminante.
El auténtico Aguador no está seguro de que la idea que Capricornio intenta silenciar sea falsa, y el regido por
Urano opina que aunque lo fuera, el hecho de silenciarla sería un mal por sí mismo. «Vive y deja vivir», es el
lema de Acuario. «Líbrate del peso muerto y conserva sólo lo que es útil», es el lema de Capricornio.
«Conserva todo, porque en algún momento todo será útil a la luz de una nueva comprensión», replica
Acuario. No me propongo terciar en la discusión. Así que los dejaremos aquí, con la sola sugerencia de que a
los Acuario no les vendría mal un poco de formalidad... y de que tal vez las Cabras lo pasarían mejor si
aprendieran a jugar con un yo-yo.
Mujer CAPRICORNIO Hombre ACUARIO
—¡Suéltame! —le ordenó ella.
—Wendy, ven conmigo y díselo a los otros chicos.
Por supuesto, ella se sintió muy complacida de que se lo pidiera. pero contestó:
—Oh, querido, no puedo. ¡Piensa en mamá!
Están en el Central Park de Manhattan —o en los Kensignton Gardens de Londres, tanto da— escuchando
juntos el concierto de una banda. O mejor dicho, él escucha el concierto de la banda... y ella bosqueja la
escena en colores claros. ¿No suena romántico, encantador, bello, armonioso? Sería todo esto si no fuera por
un pequeño detalle. Allí no hay ninguna banda. El concierto que él escucha se desarrolla dentro de su cabeza.
Por tanto, cuando empieza a agitar los brazos al compás de la percusión, a balancear la cabeza al son de los
violines, a seguir el ritmo con los pies y a tararear la melodía, todo al mismo tiempo... bueno, a ella le parece
que es un poco raro.
Para ser absolutamente francos, ella piensa que está loco de atar. Pero como es una capricorniana,
con los modales refinados que corresponden a las alumnas de una escuela aristocrática (haya concurrido a ésta
o no), se ruborizará un poco, se concentrará aún más en su dibujo, y simulará que no lo nota. Sólo se pondrá
nerviosa si él la invita a cantar a coro o si le pregunta qué opina del tambor. No es tan fácil ofuscar a un
capricorniano. Se necesita algo descomunal.
El hombre Acuario puede ser muy bien así de descomunal. Su rareza puede ser gigantesca, sobre
todo cuando se la ve a través de los ojos circunspectos y serenos de la naturaleza sosegada y la pauta de
conducta decorosa de la chica capricorniana. Comprendo que alguien podría recordarme que en mi primer
libro Sun Signs (Los signos del Zodiaco y su carácter) escribí que ésta es la única chica que puede mirar a un
sapo repulsivo y adivinar que se trata en realidad de un príncipe disfrazado... o algo por el estilo. Así que debo
confesar que si puede alimentar este tipo de amor y de fe, supongo que también puede decidir que quizá hay
alguna manera de rescatar a este hombre y transformarlo en un ser más parecido al modelo de marido y padre
en el que ella juzga que vale la pena invertir tiempo y trabajo. Suponiendo que él tenga un acopio suficiente
de otras virtudes concretas, ella incluso podría capitular y fingir que oye el tambor... y cantar a coro con él,
para dejarlo temporalmente satisfecho. Sólo hasta que tenga la oportunidad de cambiarlo y de señalarle
afablemente que ella entiende sus excentricidades, pero que la preocupa lo que piensan los demás. Quiero
decir: hay que conservar una imagen respetable delante de los extraños. Todos, sencillamente todos, saben
que es importante ser respetado... ¿y quién puede respetar a un pájaro loco? Es posible amarlo, sí, pero... ¿y
respetarlo?
Está equivocada. Tremendamente equivocada. A este hombre le importa un rábano que lo respeten.
Entended bien, no tiene nada en contra de ello, pero tampoco le importa. Y ésta será, de cuando en cuando,
una piedra de la discordia que pesará bastante sobre ellos. El hombre Acuario es muy individualista, y
sustenta algunas opiniones e ideas realmente extravagantes. La capricorniana también puede ser muy
individualista, y sustentar algunas opiniones e ideas realmente extravagantes. La diferencia consiste en que
ella se las reserva, para evitar el ridículo y los juicios implacables de los demás, en tanto que él no tiene
escrúpulos en divulgar su excentricidad. Como los dos tienen sus pequeñas peculiaridades, pueden establecer
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una relación de empatía mutua. Lo que produce la tensión es la manera de manipularlas.
El mundo de ella, a diferencia del de él, no es ficticio. Es un lugar realista, purificado por entornos
pacíficos y prácticos, refinado a veces por el arte (muchos capricornianos tienen inclinaciones artísticas),
poblado de cachorrillos, por sueños de cocinas calientes, de familias que entonan villancicos juntas, quizá de
un manzano del que cuelga un buen columpio sobre el cual ella podrá remontarse sólo lo justo para alcanzar
un éxito modesto mediante el trabajo afanoso. Los anhelos de Capricornio nunca se exceden de lo merecido.
El mundo de su Aguador puede ser tanto inventivo como inventado, irreal... y estará atestado de súbitos atajos
para llegar a magníficas cascadas: un lugar donde puede suceder, y generalmente sucede, lo insólito, poblado
por toda clase de personajes de todas las formas y dimensiones. Éste es un hombre con amigos de
idiosincrasia y talante muy diversos, que entrarán y saldrán tanto de su mundo de ensueño como del mundo
real... entre narcisos, dinosaurios, flotadores y Wassermans.
Ella tendrá que simpatizar con los amigos de él. Ésta es una obligación ineludible para una mujer
enamorada de un hombre Acuario. Éste experimenta por ellos una lealtad y una devoción sobrehumanas, y
también deberéis recordar que es capaz de llamar «amigo» a un portero con el que trató una sola vez. Los
Acuario le otorgan a esta palabra un sentido muy amplio. A veces, el Aguador incluso se distraerá y
presentará a su esposa como «mi buena amiga, Eloise»...
Como las chicas capricornianas son, por regla general, esposas calladas y discretas, que no se muestran
excesivamente entrometidas, curiosas o exigentes, es fácil entender por qué atraen al hombre regido por
Urano. Mientras no sea tan callada, discreta y poco exigente como para que él olvide su presencia. Los
hombres Acuario tienen fama de haber procedido así, ¿sabéis?... quiero decir de olvidar totalmente que están
casados, y entonces es necesario recordárselo de cuando en cuando. Habitualmente el problema no consiste en
que sean infieles, sino en que se quedan pasmados al descubrir que han tenido un momento de debilidad y han
formulado una promesa eterna.
Este hombre, os lo advierto de antemano, tiene la obsesión de las promesas. No a favor de ellas, sino
en contra. Esto se debe a la extraña mezcla de integridad de Urano. Piensa que es incorrecto y ridículo decir
algo cuando no estás seguro de que dentro de una semana, un mes o un año seguirás pensando lo mismo.
Nadie puede tener la certeza de que no cambiará (menos aún los Acuario, que cambian constantemente), ¿así
que por qué engañar a los demás? La mayoría de las personas nacidas bajo este signo no soportan que las
acusen de violar un juramento o de traicionar a un amigo, así que se las apañan lo mejor que pueden sin
contraer lo que para ellas puede ser un compromiso falso. ¿Quién sabe lo que sentirá mañana respecto de lo
que dijo ayer? No un Acuario, por cierto. Esto no significa que no haya muchos hombres Acuario que
cumplen sus votos matrimoniales y pasan toda la vida junto a una misma mujer. Los hay. Algunos de ellos
están profundamente enamorados, pero incluso aquellos que no lo están se resisten a pedir el divorcio. Rara
vez el problema con que se enfrenta la esposa de un Acuario consiste en «otra mujer». No en el sentido
consagrado del término. Las mujeres le interesan a este hombre por una razón que a él le parece muy válida:
componen aproximadamente la mitad del género humano, y a Acuario le interesan muchísimo los diversos
problemas del género humano. Es posible que al principio pase por alto el hecho de que las mujeres son
miembros del sexo opuesto, con un atractivo magnético sobre los hombres (esa historia de los pájaros y las
abejas). Él no es indiferente al sexo, pero éste reviste una importancia secundaria... secundaria en relación con
sus fantasías, con sus sueños obsesivos, sus visiones, su introspección, su vocación por su trabajo o carrera...
y siempre y eternamente, en relación con sus Amigos. He empleado la mayúscula deliberadamente. Sin
embargo, si esta mujer hace aunque sólo sea un esfuerzo mediocre por amar a este hombre, en la mayoría de
los casos (no en todos, pero sí en la mayoría), tendrá como recompensa un amante o marido fiel, que le
suministrará mucha variedad, interés, fascinación, sorpresas inesperadas y excitación. La mujer capricorniana
debería hacer más que un esfuerzo mediocre, porque esta chica se ha guiado, desde su infancia, por el
precepto de que cuando vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo bien.
Curiosamente (pensándolo mejor, quizá no es tan curioso), el hombre Acuario despierta a menudo en esta
mujer unos celos irrazonables, aun cuando se trate de una chica Cabra normalmente serena y plácida. Como
puede sentirse atraído desde el punto de vista intelectual por un extraño, a primera vista, y más aún en un
primer encuentro, es posible que trate a dicho extraño como si fuera un amigo íntimo. Si el extraño es una
extraña, es posible que su esposa capricorniana, o lo que sea, no se dé cuenta de que probablemente esta
relación carece de toda importancia. Ella deberá recordar que este hombre tiende a divorciar el amor de la
pasión física, y por tanto puede «amar» a sus amigos y amigas, al mismo tiempo que sólo comparte con ella la
unión sexual. En realidad, la capricorniana se halla mejor pertrechada que las mujeres de otros signos solares
para tolerar esto. Aun así, la situación puede ser engorrosa. Ella deberá recordar que una vez que él se le haya
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entregado totalmente en el plano físico, no verá ninguna razón para no poder seguir teniendo cálidas
relaciones intelectuales con otras mujeres. Una mujer ariana o Leo estaría en condiciones de enumerarle
muchas razones por las que no debería ni podría... después de devolverle su sortija de amistad (o de
arrojársela a la cara), pero la mujer regida por Saturno puede entenderlo, si se esfuerza a medias.
El aspecto físico de su relación puede ser cambiante e imprevisible. Cuando se trata de Acuario, todo es
cambiante e imprevisible. Su actitud respecto del sexo puede oscilar entre la curiosidad vehemente y la
aceptación desapegada. La de ella puede oscilar entre una conciencia del apareamiento como deber de amor
—esperado, y por tanto cumplido— y un profundo y sano disfrute de su intimidad, sin falso recato ni
fingimiento. Es poco probable que cualquiera de ellos dos subestime o sobrestime el sexo. Ambos tienden a
aceptarlo como es, ni más ni menos, y son capaces de experimentarlo sin excesiva pasión ni tormentas
emocionales, aunque algunos hombres Acuario aportan al acto amoroso un aire de irrealidad soñadora, y al
coqueteo y los juegos preliminares un aire de titilante suspenso. Y algunas mujeres capricornianas se
ruborizan durante toda la vida, con una intensificación de sus palpitaciones, ante el tema de la sexualidad. Es
posible que él divague un poco en el área del amor físico, que a ella le resultará desconcertante, e incluso
turbadora, pero si estos dos están emocional v mentalmente enamorados, podrán superar cualesquiera
problemas menores de acomodamiento sexual.
Si uno de ellos tiene la Luna en un aspecto armonioso con el Sol del otro, su unión física será más que
satisfactoria. Con un aspecto de cuadratura u oposición entre el Sol y la Luna respectivos, la satisfacción
puede ser esquiva. En ambos casos, es posible que sus almas no experimenten un apetito desmedido, corno el
que describen los poetas. Frecuentemente el instinto sexual de las chicas capricornianas se desarrolla con
mucha lentitud, y lo mismo ocurre con el de muchos hombres Acuario, aunque no todos... de manera que
cuanto más tarde se casan, tantas más posibilidades de éxito tienen.
Es posible que la piedra de la discordia sea la exagerada devoción de ella por su familia, o la negativa de él a
cooperar con ella a la hora de salvar las apariencias delante de vecinos y parientes. Pero deberán concentrarse
en sus respectivas virtudes y olvidar sus pequeños engorros y diferencias. La mujer capricorniana puede ser
sorprendentemente afectuosa, emocionalmente equilibrada y leal... con un fuerte sentido de la responsabilidad
moral. Casi nunca hará algo que pueda causarle a él dolor o bochorno. Esto vale para todas, menos para la
rara Cabra de corazón frío, que yerra el camino en la infancia y que carece de sensibilidad para el amor
romántico, en tanto que acepta el amor sexual con tanta impasibilidad como si se tratara de un apretón de
manos. Pero suponemos que la Cabra o el Aguador lee esta sección para entender mejor, y no entra en esa
infortunada categoría.
En cuanto a las virtudes del amante o marido Acuario, ningún hombre puede salvaguardar el estímulo
intelectual durante tanto tiempo como él... y el amor empieza en la mente. Corrección: Empieza en la mente
de quienes han nacido en el elemento Aire, como Acuario. Para quienes nacen en el elemento Tierra, corno
Capricornio, el amor empieza por la seguridad emocional. Este hombre tiene un pequeño déficit de fiabilidad
y seguridad emocional. Pero si su compañera es suficientemente tolerante y paciente, puede aprender. La
chica capricorniana que es capaz de ver un príncipe apuesto cuando mira una fea rana, está en condiciones de
corregir este defecto.
A él le gustaría descubrir un mundo donde las hojas nunca caen... y el Sol nunca se pone. Ella está
segura de que semejante mundo no existe. Si pretenden alcanzar la felicidad juntos, ella deberá colaborar
igualmente en la búsqueda. ¿Y quién sabe? Quizás él le dará una sorpresa y lo encontrará... si ella abre los
ojos, le quita los cerrojos al corazón, y elimina de su vocabulario la palabra «imposible»... como él lo hizo la
primera vez que la oyó.
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Hombre CAPRICORNIO Mujer ACUARIO
—¿Dónde estás, Campanilla?
Por el momento ella estaba en un jarro, y le gustaba tremendamente. Nunca había estado
antes en un jarro.
La relación amorosa entre este hombre y esta mujer puede deslizarse sobre ruedas durante mucho tiempo,
hasta que ella suelta un comentario humillante e incomprensible delante de un grupo de amigos o de su
sacrosanta (arrodillaos, por favor) familia... o resuelve desbaratar las cosas repentinamente porque ha
cambiado de opinión o de planes. Entonces el capricorniano se pondrá ligeramente nervioso, situación ésta
muy rara, porque las Cabras casi nunca están nerviosas, como ya lo sabéis a esta altura. (Conozco a un
capricorniano que reside en Colorado y que cuando está nervioso sale a caminar solo y detona cartuchos de
dinamita, pero tiene la Luna en Aries.) Cuando una chica Acuario se ponga nerviosa, —y es muy posible que
esto le ocurra después de estar sujeta a períodos inexorables de disciplina y monotonía saturninas— tal vez se
coloque cabeza abajo o agite las orejas ansiosamente. Esta señal centelleante de Urano indica que está
ofuscada e inquieta.
Lo primero que ella debe aprender cuando se relaciona con este hombre es a amar y respetar a la familia
de él tanto como a la suya propia. Más aún que a la suya propia. Esto es indispensable, tanto si su familia es
idílica como si se asemeja a la de los Borgias. Él no es ciego a los defectos, faltas y vicios de su familia, pero
esto no importa. El capricorniano se sentirá obligado a venerar a sus padres y a exigir que todos quienes estén
en su presencia los veneren, cualesquiera que sean sus debilidades. De lo contrario, se siente culpable.
Racionaliza o pasa por alto los defectos de su familia. Será mejor que la mujer que espera que le abra las
puertas de su corazón también los pase por alto. Es posible que él se sienta obligado a encontrarles algún
defecto, ocasionalmente, pero preferirá que las críticas emanen de él, y no de los «extraños». Por supuesto, es
innegable que esta lealtad filial es admirable, sobre todo porque deja entrever cuál será su actitud futura
respecto de ella y de sus propios hijos. No os tendré en suspenso. Será la misma devoción inalterable, a menos
que su Venus tenga un aspecto muy negativo, en cuyo caso este hombre podrá convertirse en un tirano no
sólo glacial, sino también circunstancialmente promiscuo... con una peculiar circunspección. Pero las chicas
Acuario no deben desanimarse, porque muy pocos capricornianos tienen un aspecto negativo de Venus, e
incluso aquellos sobre los que recayó esta maldición planetaria a la hora del nacimiento generalmente se las
apañan para controlarla con la ayuda de la autodisciplina de hierro de Saturno.
Como ésta es una configuración de signos solares 2-12, la relación será influida, de alguna manera, por un
marcado interés recíproco en el dinero o en la seguridad financiera, así como por la abnegación. Además, él la
admirará en secreto, porque intuirá que ella está en condiciones de inculcarle una sabiduría inefable que él
aún no ha aprendido (y está en condiciones de inculcársela, ¡vaya si lo está!), en tanto que ella tolerará
afablemente sus depresiones y abatimientos ocasionales e inexplicables, y sus cíclicos accesos de mojigatería
y melindrosidad, porque su propia alma guarda el recuerdo de haber pasado por la experiencia de Saturno en
alguna vida anterior. Igualmente, ella no tiene la intención de pasar su existencia presente atada por estossofocantes lazos de cautela. Ésta es la vida de la que dispone para realizar experimentos con las maravillas del
mundo, y toda chica Acuario alimenta este anhelo en el fondo del corazón, aunque sólo le dé rienda suelta por
la noche, en el plano astral... cuando simula dormir.
Él es Tierra y ella es Aire, así que sus motivaciones básicas tienen poco en común. A menudo, estos dos
emprenderán un negocio juntos... o la lumbre, el hogar y la familia serán el punto focal de su relación, y una
vez enamorados, ambos tratarán de pasar por alto las obvias diferencias entre sus naturalezas ypersonalidades. Si uno debe amoldarse al otro, lo más probable es que se amolde ella, y no la Cabra. Ésta no
es la única alternativa, pero si la más probable. Los capricornianos se fraguan en la arcilla de su imagen
terrenal a una edad muy temprana. Acuario, que pertenece al elemento Aire, es más dúctil, más adaptable a
las circunstancias... más maleable. (Igualmente, ella nació bajo un signo fijo. y en algunas circunstancias
puede desplegar una obstinación inesperada.) Pero normalmente, si ella debe cambiar para conservar su amor,
pues cambiará, aunque el cambio es tan consustancial a los Acuario, que no debemos alabar excesivamente su
carácter por el hecho de que proceda así. Para esta mujer, se trata de un proceso natural. El cambio no es un
proceso natural para la Cabra. El capricorniano les teme a los grandes cambios de ocupación (carrera o
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profesión), residencia y amistad. En tanto que ella ansía conocer nueva gente y se siente dichosamente
cómoda entre todo tipo de personas, él se resiste a comunicarse con alguien que no pertenezca a su familia
inmediata o al estrecho círculo de sus pocos amigos íntimos, con la mayoría de los cuales se relacionó en su
infancia. Por consiguiente, su vida social conjunta podría ser un poco inconsistente, y siempre existe la
posibilidad de que a ella la obsesione la sensación de que le falta algo.
Bueno, he dicho que lo más probable es que sea ella, quien cambie para adaptarse al molde de él. Es
cierto. No me retractaré. Pero también os he advertido que Acuario es un signo fijo. De modo que ella
descubrirá la forma de manejarlo y manipularlo, al mismo tiempo que parece someterse dulcemente a todos
sus deseos. ¿Así que os parece un poco taimada? No, sólo se trata del talento de Urano para hacer congeniar
lo incompatible en una forma bastante seductora, confusa, muy sutil... que generalmente no se nota en la
superficie.
Es posible que al principio ella no reconozca su propio desasosiego después de haber encadenado sus
sueños a los hábitos y deseos más mundanos de él. Más tarde aquel empezará a manifestarse de distintas
maneras... cuando ella vuelva a la escuela para diplomarse, cuando visite su ciudad natal a solas durante
lapsos cada vez más largos, cuando adopte un hobby como la música, el canto, la danza o la astrología para
absorber parte de su energía desperdiciada... o cuando reitere ansiosamente que desea tener un hijo. Todos
éstos son cambios. Y Acuario tiene fe en el cambio. A juicio de la Aguadora, el cambio oportuno en el
momento oportuno puede resolverlo todo.
Lo que los une inicialmente es a menudo la vibración invisible de integridad que ella emite, como si fuera
una señal de radio. Los capricornianos no soportan a las mujeres frívolas, promiscuas, vulgares, agresivas o
fundamentalmente deshonestas. Así que él capta la señal, investiga, resuelve finalmente que ella está dotada
de las mismas cualidades de veracidad y honestidad que lo caracterizan a él y, después de un lapso decoroso,
le hace una propuesta. Sea lo que fuere lo que le propone (y generalmente será una sociedad comercial o el
matrimonio... o ambas cosas), siempre dejará pasar un lapso decoroso. Las Cabras no actúan impulsivamente.
Lo que él no comprende es que, aunque se trate de una mujer íntegra, la suya es una forma individualista de
integridad. Los Acuario son, sobre todo, leales consigo mismos (también sinceros consigo mismos), siempre
fieles a lo que interpretan que es la verdad... pero esto no concuerda exactamente con la integridad de Saturno
y con su hábito tradicional de honestidad. Capricornio se ciñe a las reglas. Acuario también, es cierto, pero a
sus propias reglas privadas e individuales.
Otro elemento que probablemente también los hizo confluir al principio fue la belleza de la Aguadora. Todas
las mujeres que vibran en la frecuencia de Urano tienen una belleza sobrenatural, frágil, como una bruma
matinal o un arco iris de verano... que primeramente está aquí, y después se torna invisible... para volver más
tarde, y que tiene rasgos claramente definidos, que recuerdan un poco los de una diosa griega. Es probable
que sus ojos también lo hayan hipnotizado. No hay ojos como los de Acuario: soñadores, misteriosos, siempre
dotados de esa mirada remota y perdida desde hace mucho tiempo en el mañana. (Sí, he dicho «perdida desde
hace mucho tiempo en el mañana». Se trata de un problema de tiempo. Todos los Acuario entienden la teoría
einsteniana del tiempo.) Los ojos de él están fijamente enfocados sobre (y en) el día de hoy... cándidos y
serios, muy distintos de los de ella. La diferencia atrae.
Las ideas neuróticas del capricorniano típico sobre el trabajo de «su mujer» podría generar conflictos
entre estos dos (a menos que la Luna o el ascendente de la chica Acuario esté en un signo de Tierra, para
armonizar con la imagen más sosegada de la Cabra). La mayoría de los hombres Cabra miran con malos ojos
a las mujeres profesionales. Algunos de ellos hacen algo más que mirarlas con malos ojos: les prohíben
terminantemente que se dediquen a semejantes actividades, y sólo permiten que la «mujercita» trabaje en la
empresa familiar. Algunos capricornianos están tan atados a los estereotipos masculino-femeninos, que tienen
la firme convicción de que todo hombre que se casa con una profesional próspera, lo hace movido por el
interés económico... aunque sea obvio que su amor es recíproco. Este tipo de capricorniano se empecina en
creer que aquel hombre sólo finge amarla. Tiene que ser por dinero. Aunque él mismo amara sinceramente a
una profesional próspera, estaría igualmente convencido de que su propia motivación es la codicia... aunque
ella fuese muy bella, deseable o inteligente, y aunque él le tuviera un gran afecto. Lamentablemente, alguna
que otra Cabra padecerá esta rara aberración de Saturno, que le impedirá creer en el amor entre el hombre y la
mujer si aquél no se ciñe a un esquema preconcebido, que data, más o menos, de la era de los dinosaurios.
A menos que su capricorniano tenga la verdadera obsesión de vetar la independencia femenina, es
posible que la Aguadora (nacida, recordad, bajo un signo fijo) admire extrañamente sus ideas un poco
anticuadas. Al fin y al cabo, se enamoró de él porque podía contar con que lo encontraría casi siempre en el
mismo lugar, a diferencia de lo que ocurría con todos los hombres que conocía, y que eran tan imprevisibles
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como... bueno, como lo es ella misma (o como lo era, antes de que la Cabra la moldeara a su imagen y
semejanza). La mujer Acuario, con sus propias cualidades camaleónicas de suspenso y con sus corazonadas
intuitivas y sus procesos mentales alterados, busca a menudo en su compañero lo fiable, lo formal y lo seguro.
Es una paradoja, pero como he señalado reiteradamente en otras secciones de este libro, todos los Aguadores
son paradojas vivientes. Quizá la atrae la estabilidad en razón de la fijeza básica de Acuario. Al fin y al cabo,
lo que es fijo es fijo, aunque nunca lo adivinarías a juzgar por su conversación ambigua y su conducta
abstracta, que hacen que te sientas como si estuvieras en un balancín al mismo tiempo que das vueltas en la
noria gigante de un parque de diversiones.
Generalmente sus reyertas girarán en torno de situaciones ajenas: episodios o personas con los que
ella tiende a ser tolerante... y él tiende a ser implacable. Sin embargo, por mucho que se amolde, la Aguadora
llevará la batuta a la hora de discutir, con su encanto dulcemente persuasivo de elemento Aire... pues parecerá
sugerir. Así, la mujer Acuario gana al final casi todas las disputas o confrontaciones con la Cabra terca,
práctica, quizá porque ella divierte y confunde, y todo esto lo hace con la mayor naturalidad, sin exigir,
limitándose a sugerir cuando los demás no la escuchan. No es raro que todos piensen que él es el auténtico
mandamás. Si sus soles y lunas están en oposición o cuadratura, es posible que él se despierte en una mañana
lluviosa y comprenda por fin que lo están manipulando delicadamente, que rechace un papel tan poco
masculino... y que estudie la posibilidad de separarse. La rumiará durante mucho, mucho tiempo. El
capricorniano no hace nada deprisa, y menos aún cuando se trata de destruir un hogar, pues esto lo desquicia.
La separación o el divorcio también le dolerá a ella. Sin embargo, a la larga, la chica Acuario se adapta a la
relación descalabrada más rápida y fácilmente que cualquier otro signo, excepto Géminis, Piscis o Sagitario.
El divorcio, como el matrimonio, es esencialmente un cambio... y el cambio nunca asusta a esta chica tanto
como a otras.
Desde el punto de vista sexual, la unión de Capricornio y Acuario puede dejar algo que desear. No siempre.
Sólo a veces. Acuario es un signo masculino, y lo rige el planeta, también masculino, Urano... por muy dulce
que sea ella cuando habla. Al principio, los humores cambiantes de su mística innegablemente femenina, con
sus vibraciones masculinas contradictorias, excitan al capricorniano, pero es posible que más tarde sólo lo
irriten. De alguna manera, a él se le escapa la verdadera esencia de ella. En cuanto a él... bueno, al comenzar
el romance su sensualidad terrenal la atrae irresistiblemente, y después puede convertirse en una carga muy
pesada... porque el ideal que ella tiene de la expresión sexual es mucho más etéreo, y exige una preparación
imaginativa y cerebral para la unión física concreta. Pero, por supuesto, el amor puede transformar todos los
senderos escabrosos en el camino que conduce al país de Oz. Basta un poco de magia. De modo que si ponen
verdadero empeño podrán superar estos obstáculos, a medida que cada uno de ellos satisface las necesidades
muy distintas del otro, mediante la aptitud de la Cabra para el afecto paciente y afable... y mediante la aptitud
de Acuario para entender tolerantemente la naturaleza humana, y sobre todo la de él.
Suponiendo que sus aspectos Sol-Luna sean armoniosos, la relación se profundizará gradualmente a lo
largo de los años, hasta que cada uno suministre lo que le falta al otro. Ella se hará más segura y estable...
menos inquieta y anhelante. Él se hará menos rígido-frígido, más libre y abierto. Se parecerán cada vez menos
a sí mismos... y cada vez más al otro... y se fusionarán tan íntimamente que sus amigos empezarán a verlos
como una persona, una unidad de medida, y no dos individuos. Obviamente, éste no es un estado natural para
Acuario, pero si se lo equilibra cuidadosamente, los resultados pueden ser maravillosos. La mayoría de las
personas olvidan con cuánta desesperación la Cabra anhela silenciosa y secretamente poder retozar y
juguetear. Sólo la retiene el adusto Saturno.
Una vez conocí a un capricorniano llamado Roy, de Oklahoma, que todos los veranos visitaba Colorado,
donde se sentía libre para romper los lazos restrictivos de Saturno y desarrollar su propia personalidad, en la
atmósfera limpia y fresca de la montaña que siempre obra sobre las Cabras como un tónico euforizante. Al fin
y al cabo, éstas son trepadoras y se sienten cómodas a grandes alturas. A más de tres mil metros por encima
del nivel del mar, en Cripple Creek, Colorado, este capricorniano retozaba como un elfo o un druida de
antaño. Desechaba su indumentaria formal de Oklahoma y vestía como se le antojaba. Las ropas de Elvis
Presley (otra Cabra, entre paréntesis) habrían parecido circunspectas al lado de algunas de las que él se ponía.
¡Pero tenía un aspecto estupendo! Un día abandoné jubilosamente su casa al amanecer, vestido sólo con un
bañador rojo y amarillo chillón... para recoger flores silvestres. Otro día, irrumpió por la puerta de entrada de
mi casa en medio de una violenta tormenta eléctrica de verano, mientras a su lado daba volteretas «T» (como
él la llamaba afectuosamente): la radiante, deliciosa e imprevisible Aguadora que era su mejor amiga así
como su socia (en una tienda de antigüedades. ¿que otra cosa podía ser, sino la carrera favorita de
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Capricornio?)... y me entregó un inesperado ramillete de guisantes de olor... que despedían un aroma idéntico
al que estoy segura que debe despedir el Cielo. Había pasado toda la mañana viajando en auto con «T» por los
caminos anegados, disfrutando ambos de cada trueno y cada relámpago de Urano... sólo para venir a
visitarme.
El sentido del humor y la risa de esta Cabra, su bella sensibilidad y su intuición telepática, eran iluminadas
por un corazón cariñoso qué ansiaba liberarse. Sin embargo, sufría los habituales accesos de timidez y
apocamiento de Saturno... y había días en que cavilaba melancólicamente, al borde de la desesperación, sin
ninguna razón visible. Pero la Acuario «T» era deliciosamente paciente y esperaba el plácido arco iris que ella
sabía que no tardaría en refulgir en su aura... y éste siempre reaparecía.
La mujer Acuario que ama a un capricorniano debería ponerle grilletes de cuando en cuando al Saturno que
hay en él, cogerlo por la mano y desafiarlo: «¡Eh, mamarracho! ¿Quieres venir a chapotear en un charco, a
jugar al escondite con las tortugas, a construir una casa sin paredes... y a reírte de nada?». Es posible que el
tímido hombre Cabra se dé una sorpresa a sí mismo, al acompañarla. Pero si le pregunta: «¿Cómo puedes
construir una casa sin paredes?», la luna de miel habrá terminado... y el amor también.
Aun así, puede renacer milagrosamente. ¿Y acaso no es ésta la especialidad de los Acuario... hacer milagros?
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ACUARIO -ACUARIO
Aire - Fijo - Positivo
Regido por Urano
Símbolo: el Aguador
Fuerzas diurnas - Masculino
La relación ACUARIO-ACUARIO
A todos nos suceden cosas extrañas en nuestro tránsito por la vida sin que nos demos cuenta
durante un tiempo de que han sucedido.
Sí. Es verdad. A todos nosotros nos suceden cosas extrañas, más o menos cada pocos años, y no nos damos
cuenta enseguida de que han sucedido. Sólo notamos más tarde la naturaleza extraña del incidente o del
acontecimiento.
Sin embargo, a los Acuario les suceden cosas extrañas a un promedio de una o más por día, y los
Aguadores nunca notan lo que ocurre. ¿Por qué un Acuario habría de considerar de alguna manera insólita un
encuentro próximo de la primera, la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta, o la centésimo sexagésimo sexta
clase? Para Acuario, lo raro es lo normal. Lo normal es raro.
Cuando dos de ellos unen sus esquemas aurales en una relación de signos solares 1-1 de cualquier tipo —en
una escuela, una oficina, un hogar, una cápsula espacial, la noria gigante de un parque de diversiones, o un
bote de remos— la vida se convierte de veras en algo muy extraño, en una especie de pastel invertido de piña
y pasas de ciruela, con círculos y rayas, estilo Hobbit de Tolkien, y con algo de Sombrero-Loco-pasando-porlos-
aros-de-croquet. Seré franca con vosotros. Un Acuario es todo lo excéntrico, brillante, genial y chalado
que se puede ser. Dos Acuario juntos son exactamente dos veces más todo lo excéntrico, brillante, genial y
chalado que se puede ser. Ya os formáis la imagen, una de esas imágenes con las que os encontráis al mirar
los espejos ondulados del pabellón de la risa del parque de diversiones. Porque, como he escrito antes, tanto
en este libro como en Sun Signs, Acuario es el signo de la genialidad y la locura, y a menudo es difícil trazar
un límite sutil entre estas dos virtudes.
Podéis depositar sobre el umbral de su casa un cesto con toda la responsabilidad por esta era delirante que
nos toca vivir. Desde luego. si obráis así, ellos se limitarán a salir cada mañana rumbo a Disneylandia,
saltarán por encima del cesto sin siquiera verlo, y después seguirán ocupándose distraídamente de sus
negocios. Sí, los Acuario se ocupan de sus negocios, y pretenden que vosotros os ocupéis de los vuestros, sin
inmiscuiros en los de ellos. De modo que saltarán por encima del cesto, sin fijarse siquiera en él, cada mañana
de su vida. Podría ser un crío que alguien abandonó en el umbral. Si lo fuera, debería llorar estentóreamente
para que el Acuario bajase la vista y notara su presencia. Estos personajes miran siempre hacia arriba, hacia
atrás y hacia los costados, pero nunca hacia abajo. Es por esto que rara vez saben cuál es el terreno que han
invadido sin autorización. Podría decirse que sólo utilizan la visión periférica. Pero de alguna manera
consiguen encontrarse el uno al otro. Pienso que tal vez utilizan el radar. Pero entendedme bien: no necesitan
entrar en una tienda y comprarlo en frascos o cajas... lo tienen incorporado a su Tercer Ojo.
Los Acuario no deberán sentirse injuriados por todo esto, ni deberán precipitarse en paracaídas sobre la
conclusión de que los estoy menospreciando. En verdad (real y sinceramente) Acuario es mi signo solar
favorito, después de Leo... y de Aries, por supuesto. Un excelente astrólogo que conocí en Nueva York os
llamaba a los Acuario «los portadores de la antorcha de la dignidad humana». (Esto me sobresaltó de veras,
porque, ¿cómo se puede asociar algo digno con unos seres que se pasan la vida cabeza abajo?) Los antiguos
sapientísimos os llamaban «los humanitarios del planeta Tierra». Por lo menos un autor os ha denominado «la
última esperanza de la raza humana». Casi todos quienes estudian astrología os definen como «genios
brillantes, premonitorios e inventivos». Y también os consideran acertadamente «los líderes de la nueva Edad
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de Oro». Pero nada de esto importa. Yo os considero alocados, excéntricos, tan imprevisibles como una
tarjeta cómica de San Valentín enviada a Quasimodo, a su habitación de la torre de Notre Dame... con un pie
en el Cielo, otro en la Tierra, la cabeza en las nubes, y las orejas pegadas al revés. En otras palabras: raros.
Además, siempre perdéis vuestras lentes de contacto en la bandeja de los cubitos de hielo, en la nevera.
Aparte para los lectores: No os preocupéis. A los Acuario les halaga inmensamente que les atribuyan las
cualidades precedentes. ¿Os parece extraño? No tanto. Veréis, los capricornianos reaccionan como si les
hubierais otorgado el premio Nobel cuando les decís francamente que son remilgados. Los Tauro se hinchan
de orgullo cuando les informáis que son tenaces como el pegamento... Los Leo sonríen con expresión
benévola cuando les habláis de su arrogancia insoportable, y... escuchad, ¿sabéis una cosa? Todo el mundo es
raro. Quiero decir, ¡TODO EL MUNDO, sin excepciones! Debe depender de la teoría de la relatividad o de
algo parecido. Evidentemente, somos doce los grupos montados sobre este balón giratorio, y enfocamos la
vida con doce criterios distintos. (¿Pensáis que ésta es la lección de tolerancia que han venido a dictarnos los
Aguadores?) Por supuesto, la única forma sensata y correcta de enfocar la vida es la de Marte-Aries. Algún
día se demostrará que esto es indiscutiblemente cierto. Mientras tanto, en mi condición personal de Carnero,
me niego a seguir discutiendo el tema.
Muchas personas me han escrito para preguntarme por qué Acuario es un signo de Aire,
a pesar de lo cual su símbolo es el Aguador. Desean saber específicamente cómo se puede decir que un
Aguador pertenece al elemento Aire. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para contestarles.
No lo sé.
¿Por qué os quejáis? Ésta es una típica explicación de Acuario. Tan clara como el smog que cubre Los
Angeles. En mi condición de astróloga, no me sorprende en absoluto la mezcla de los elementos Aire y Agua.
Y a medida que aprendáis más cosas acerca de estas criaturas singulares, atravesadas, de confusión creativa,
tampoco os sorprenderá a vosotros. Espero que el conocimiento de las estrellas y los planetas os disuada de
escribirme para pedir algo tan absurdo como la explicación del porqué de algo relacionado con los nacidos en
febrero. (Algunos Acuario nacen a fines de enero. pero la mayoría nacen durante lo que los norteamericanos
llamamos el mes de la marmota... y es lógico que sea así.)
Ahora imaginad esto. Dos Aguadores se han descubierto recíprocamente, en el parque de juegos, en
la universidad, en un equipo de baloncesto, en un hangar de TWA, o entre los espectadores de Star Wars.
Leen este libro juntos. O sea, uno de ellos (excluyendo a los críos del parque de juegos) se lo lee en voz alta al
otro, que se pasea por la habitación, regando las plantas y hablándoles (pero escuchando). El lector se
interrumpe, más o menos aquí... se vuelve hacia el Acuario que empuña la regadera y que está enfundado en
el chándal, y comenta: «¿Pero qué dice esta autora? ¿Acaso tenemos algo de raro? Tú te has doctorado en
física nuclear, yo soy general de brigada del Ejército de salvación, ambos somos evidentemente personas
inteligentes, normales, discretas, calladas. Este libro insinúa que somos, de alguna manera, "estrafalarios". La
astrología no puede ser exacta si insinúa semejantes cosas, ¿no te parece?».
El segundo Acuario se detiene cerca de las violetas africanas, reflexiona cuidadosamente, con la
intención de analizar correctamente la pregunta, y después mira al otro Acuario, con expresión soñadora, y
responde: «Todo el mundo es estrafalario, excepto tú y yo... y a veces...» (deja la frase en suspenso).
El primer Acuario lo interrumpe, también con expresión soñadora: «...y a veces tú desvarías un
poco...» (completando la frase).
«¡Gracias, camarada, por ayudarme! Había olvidado el final. Me sacaste las palabras directamente
del inconsciente —comenta el segundo Acuario—. A veces soy muy distraído.»
PRIMER ACUARIO: Parece que nos leemos muy a menudo el pensamiento, ¿no es verdad? Quizá deberíamos seguir un
curso de telepatía, o algo así, para poder entender por qué entendemos tanto.
SEGUNDO ACUARIO: No lo creo. Eso no me excitaría. ¿Por qué no compramos en cambio un libro sobre la forma de
captar las voces de los muertos? Hay uno titulado Breakthrough, que publicó Taplinger, o alguien, y que explica cómo se
puede captar la voz de cualquier persona, viva o muerta con un magnetófono común. En varias grandes universidades ya
han verificado que funciona. Escucha, ¿has visto qué hice con mi regadera?
PRIMER ACUARIO: Acabas de meterla en el cajón de la cómoda. ¿Estaba vacía? SEGUNDO ACUARIO: ¡Qué
barbaridad! Todavía estaba semillena. ¡Mira mis jerseys! Están empapados.
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PRIMER ACUARIO: Ése es mi cajón de la cómoda, y esos no son tus jerseys, son mis gatitos. SEGUNDO ACUARIO:
Bueno, lo siento mucho... ¿pero qué hacen tus gatitos en el cajón de la cómoda?
PRIMER ACUARIO: Siempre duermen la siesta allí, porque les gusta el perfume del cedro. ¿No lo recuerdas?
SEGUNDO ACUARIO: Es verdad. Lo había olvidado. ¿Me prestas tu secador de pelo, para secarlos? Pobrecillos.
PRIMER ACUARIO: No te preocupes. Los secaré yo. Tú corre a la biblioteca y pide Breakthrough. Puedes usar mi
bicicleta. Pero ten cuidado. Le falta la rueda trasera. Procura evitar las congestiones de tráfico.
¿Entendéis lo que quiero decir? El desenlace de cualquier tipo de asociación entre dos individuos Acuario
de cualquiera de los tres o cuatro sexos, que dure desde quince minutos hasta un par de décadas o toda una
vida, es totalmente imprevisible. Lo único que se puede prever acerca de su relación, cualesquiera que sean
sus edades, su peso, su estatura, sus números de Seguridad Social, y sus referencias previas, es que se
entenderán enseguida el uno con el otro. Esto es por sí solo un milagro fabuloso. A menudo un encuentro
entre dos personas regidas por Urano hace brotar (literal y seriamente) lágrimas en los ojos de ambas. Así es:
cuando has estado pensando que nadie en el mundo entero sentirá nunca lo que tú sientes respecto de nada, o
nunca entenderá por qué sientes lo que sientes respecto de todo... el día en que encuentras a alguien que
sonríe comprensivamente debes marcarlo EN ROJO en tu calendario de Tolkien, como una efemérides de paz
y alegría y bienestar inesperados, pero cálidamente bienvenidos.
Por fin has encontrado a otro ser humano que caminará silenciosamente por las colinas recogiendo setas
contigo, y que no parloteará sin parar sobre temas intrascendentes. Alguien que sabe dónde buscar a Régulo y
Espiga en una estrellada noche estival en las montañas, y que también sabe señalar a Arturo... alguien que ha
leído Walden, de Thoreau, exactamente veintitrés veces, como tú... alguien que está dispuesto a aporrear a
todos los charlatanes del Congreso porque se niegan a honrar y tratar a los indios norteamericanos con el
inmenso respeto y veneración que merecen, para no hablar de que se niegan a pedirles excusas porque les
robamos sus tierras y su país. Alguien que sabe lo que es un quark, por qué el número nueve es el solvente
universal, y también el Dragón Rojo de la alquimia... alguien que se da cuenta de que es hora de curar este
planeta o de decirle adiós... alguien que defiende los inodoros sin agua, porque considera que son la gran
esperanza del futuro, dado que podrían traer consigo la doble bendición de un suelo nuevamente rico y fértil y
de aguas puras e incontaminadas en la Tierra... alguien que desea nadar por los ríos, trepar a los árboles... ser
libre... en lugar de pasarse la vida dedicado a esta faena aborrecida con que llenamos nuestros días... alguien
que cree en la homeopatía y la radiónica porque dan resultados... alguien que está en guerra con quienes se
reparten la Tierra y dicen que la «subdividen».., que está resuelto a detener la innecesaria matanza médica y
científica de nuestros hermanos animales, vivos y aterrorizados... alguien que es, en una palabra... cuerdo.
Ahora comprenderéis (espero) lo que quise decir con la vigésima y la vigesimotercera palabras de la sexta
oración del tercer párrafo, en el comienzo de este capítulo. Entonemos una plegaria silenciosa y reverente
para pedir que más Aguadores se encuentren recíprocamente durante ésta, su propia era, que está
despuntando. Mientras rezamos, se nos sumarán los Aguadores Abraham Lincoln, Joanne Woodward, Paul
Newman, Adlai Stevenson, Lewis Carroll, Mia Farrow Previn, Franklin D. Roosevelt, el profesor Ray Neff...
Jimmy Hoffa, Bill Snyder, Edith Bunker, George Jefferson alias Sherman Hemsley, Pearl Burt y Thomas
Edison... y todas las plantas y animales y seres marinos indefensos... las crías de foca y sus madres... las vacas
y los cerdos y los leopardos masacrados... los Acuario Charles Lindbergh, Vanessa Redgrave... la tribu
Coyote de los indios hopis... Tom Banyaca... Craig... Joel Cohen, Debra Hayec... Goldfield Druid, Nona Stodart...
Claudine Longet... Alfred E. Neuman... Ruth Edwards... y Bilbo Baggins.
...y también los Aguadores honorarios Claire Faverone y Francesco Bernardone de Asís ...Jesús, el
carpintero, y María Magdalena...
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Mujer ACUARIO Hombre ACUARIO
—Qué tonterías dices, preciosa. Nadie puede entrar en la casa sin golpear.
—Creo que él entra por la ventana —respondió ella.
—Cariño, está en el tercer piso.
...oh, seguramente ella lo había soñado.
No. Ciertamente no sueña. Los hombres Acuario entran en las habitaciones de una manera singular e
inusitada, tal como lo hacen todo. En verdad, entrar en una casa, un aula, un teatro, un estadio, una iglesia o
un gallinero por una ventana sería decepcionantemente mundano para un Acuario. Podría entrar por la puerta
haciendo repicar un equipo de esquí acuático o unos chanclos para nieve. Conozco a un Acuario (adulto) cuyo
hobby consiste en andar sobre zancos... iguales a los que yo usaba para bambolearme por el callejón cuando
era niña. Es el campeón de zancos de su barrio. Verídico. Además se fabrica sus propios zancos. Un actor
Aguador que conozco, llamado Bernie Friedman, se desliza en un patinete alrededor de su manzana del
Bronx, sobre Cruger Avenue, verificando los resultados de los partidos locales de béisbol; con las brillantes
letras de las canciones que él escribe apretadas debajo del brazo; con un ritmo de su cantante favorito, Frank
Sinatra, anidado detrás de la oreja izquierda; mordisqueando un pepinillo kósher en vinagre y una rosquilla
recién horneada... y luciendo una insignia azul y blanca en la que está impreso el lema: Que la fuerza sea
contigo.
Estos Aguadores de sexo masculino provienen, sin excepción, del espacio exterior, y ésta es la excusa
muy lógica que emplean para ser tan raros. Tengo un amigo Acuario cuyas iniciales son J. C. (no, no el Rey
de los Cacahuetes... ni el otro, aunque mi amigo también es de origen judío. Pero es natural de Wantagh,
estado de Nueva York, y no de Jerusalén). De todos modos, Joel Cohen me visitó recientemente. Antes de
llegar, me telefoneó y concertó una cita conmigo para las once de la mañana. Cuando le pregunté por qué no
venía más temprano, para que pudiéramos desayunar juntos, respondió que no quería comprometerse para una
hora anterior, porque quería disponer de tiempo para extraviarse mientras buscaba el lugar del encuentro. Esto
me pareció muy sensato. Los Acuario se pierden a menudo en el Metro, en la autopista, en los aeropuertos... y
a veces, en su propia casa.
Cualquiera que sea el método que el hombre Aguador elige para entrar en una habitación, una vez que está
dentro, si hay una mujer Acuario presente, sus ojos intercambian inmediatamente una sonrisa, luego
parpadean unas cuantas veces, y después se desvían hacia el cielo raso. (Es dificil inmovilizar los ojos de
Acuario. Y también a los Acuario en persona.) Si uno de estos dos Aguadores ya está comprometido, ligado a
algún otro, implicado en un romance, o legalmente casado, a ninguno de los dos se le ocurriría entablar una
mayor intimidad emocional. La infidelidad no figura en el código del Acuario típico. (No puedo hablar de los
atípicos, como no sea para decir que, si cometen una trasgresión moral, tendrán una buena razón lógica para
proceder así, que tal vez no convencerá a los demás, pero sí a ellos.) De modo que si uno de nuestros Acuario
típicos, o ambos, pertenecen a otra persona (si hubiera un compromiso romántico previo), no se enamorarán
locamente, ni concertarán una relación secreta, ni infringirán las reglas de ninguna manera. En cambio, se
convertirán sólo en amigos íntimos, platónicos.
Si por casualidad ninguno de los dos está comprometido con otra persona, y por tanto a la hora de su
encuentro disfrutan técnicamente de libertad para buscar el auténtico amor, ocurrirá exactamente lo mismo.
Se convertirán en amigos íntimos, platónicos. A menudo por un lapso bastante prolongado, si se toma en
cuenta que pertenecen a sexos opuestos. Los Acuario, ya sean chicos o chicas Aguadores, sienten mucho más
respeto por la amistad que por el amor. La amistad es el gran objetivo de su vida: ser amigos de todo rey,
reina, primer ministro, embajador, campesino, mendigo, elector, faquir, pastelero y fabricante de velas... de
todo perro, gato, mula, rosal, golondrina, tordo, niño, lactante, presidente, hormiga, mosca, caballo,.oso
hormiguero, cantante, bailarín, payaso y elefante de este planeta. Desde luego, no alcanzan cabalmente esta
meta. Pero les falta sorprendentemente poco para alcanzarla.
Veréis, se fían de la amistad. Pero el romance... el amor... representan para los Aguadores un estado de
ánimo del que hay que recelar. Aquellos pocos Acuario cuyos soles estaban seriamente vulnerados a la hora
del nacimiento por planetas maléficos de la quinta o la octava Casa de su horóscopo, pueden vivir una vida
sexual espantosamente heterodoxa y promiscua. Pero la mayoría de los hombres y mujeres Acuario
comparten la siguiente actitud... Piensan así: El romance lleva al amor. El amor lleva al sexo. El sexo es, muy
sencillamente, el estudio de dos tipos patentemente distintos de tuberías. Una vez que esta diferencia ha sido
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descubierta, confirmada y cuidadosamente verificada unas pocas veces, es un derroche de tiempo prolongar
indefinidamente este proyecto de investigación. En el mundo hay tantos temas fascinantes para investigar, que
no se justifica que una persona le dedique todo su tiempo a uno solo.
Incluso los amantes Leo y Escorpión deben confesar que los Aguadores tienen razón en esto, por lo menos
teóricamente. Todo lo que estas personas regidas por Urano piensan, dicen o hacen es teórico: abstracto o
académico. Incluso enamorarse, cosa que hacen cuando han resuelto que se trata de algo seguro y sensato,
pero sobre todo porque son curiosos, y no pueden seguir soportando el misterio... el misterio de él... el
misterio de ella.
El hombre Acuario pretenderá que la mujer que elige finalmente como «propia-paraque-lo-acompañe-ensu-
gran-gira-por-la-vida», sea algo más que una simple esposa, amante, madre y criada. Pretenderá que sea
una geisha, su confidente, su secretaria, su confesora, su mejor amiga en todo el mundo, su camarada, su socia
en todos sus planes demenciales, extravagantes, mágicos e imposibles. Ella también deberá estimar al resto de
sus amigos (que podrían ser muchos), deberá ser una experta en matemáticas mentales, deberá saber qué
diferencia existe entre Uriah Heep y Ofelia, y deberá haber leído y saber discutir inteligentemente si el
profesor Moriarty mató a Sherlock Holmes, o viceversa. (No es necesario que ella sepa la respuesta, bastará
que tenga una opinión interesante.) Si la chica Acuario que él ama está en condiciones de hacer todo esto, tal
vez él podrá ejecutar algunos milagros en su honor.
Por supuesto, la mujer Acuario pretenderá que él realice esencialmente los mismos trucos mágicos.
Pretenderá que sea mucho más que un buen sostén del hogar, marido, padre, amante. y así sucesivamente.
Tendrá que ser su gurú. su instructor de judo, su padre, su hermano, su mejor amigo del mundo, su monje
tibetano, su Romeo, su Valen-tino, su Cleveland Amory (en relación con la notable cruzada de éste en favor
de los derechos de los animales), y ciertamente su Ralph Nader y su Amory Lovins (el heraldo de las formas
alternativas de energía, incluida la solar).
En todo lo importante, él deberá recordarle al primer chico que amó, el que le pasó una margarita
deshojada por detrás de la espalda de la maestra en la clase de álgebra... así como en todo lo importante ella
deberá parecerse mucho a la primera chica que él amó, la que tenía un ojo azul y otro marrón, la más hermosa
de la clase de geometría, aquella a la que una tarde él prestó su pañuelo cuando lloraba desconsoladamente
porque no le habían salido bien los triángulos equiláteros.
Veréis, las condiciones que ponen los Acuario para el amor eterno son tan difíciles de cumplir, que no es
extraño que muchos de ellos no se casen nunca. Se necesita una considerable experiencia práctica para poder
aspirar al puesto de esposa de él... o de marido de ella. Experiencia, no en el campo del amor o la sexualidad o
de cualquiera de esas trivialidades, sino en el de la vida ordinaria. Borrad esto. Sustituidlo por la vida
«extraordinaria».
Una vez que hayan satisfecho sus respectivos requisitos delicados, complejos, convexos y enroscados, y
hayan sido aprobados con un sobresaliente 10, este hombre y esta mujer tendrán muchas probabilidades de
lograr juntos la armonía sexual. Tanto él como ella conocen instintivamente uno de los mayores secretos del
amor sexual, a saber, que la parquedad hace más exquisito todo lo que hay en el Universo, y la unión física no
es una excepción. No se trata de que vivan platónicamente, como hermanos —no, lejos de eso— pero. si son
Aguadores típicos, tampoco saciarán sus cuerpos apareándose por el solo gusto de aparearse. Cuando
expresen su amor sexualmente, casi siempre se habrá producido antes un incremento gradual del deseo,
empezando por un intercambio de miradas sonrientes durante la cena o el desayuno. He dicho «casi siempre».
En otros casos (no a menudo, pero sí con bastante frecuencia) su unión física será repentina, inesperada y
explosiva, sin que ninguno de los dos insinúe una advertencia previa. Sólo una necesidad instantánea, seguida
por una satisfacción silenciosa y también instantánea. Es posible que el hastío de Urano que ambos sintieron
individualmente, antes de conocerse, por el exceso de experimentación en el área de las tuberías sexuales, no
sea una mala escuela de investigación erótica para los amantes de todos los signos solares, dado el valor de su
diploma.
Si los signos lunares y ascendentes de esta pareja de la configuración de signos solares 1-1 son armoniosos, su
potencial para descubrir arco iris y trasgos es todo lo tintineante que ellos podrían desear... pero si sus
posiciones lunares-solares o ascendentes tienen un aspecto negativo en sus respectivas natividades, es posible
que haya demasiadas virtudes (o rarezas) análogas en sus idiosincrasias, y tendrán que introducir algunos
ajustes importantes si aspiran a convivir en paz.
Para empezar, cada uno podría estimar demasiado a los amigos del otro. La mayoría de las parejas tienen
problemas porque uno de sus integrantes no se entiende con los amigos del otro. Esta pareja no. Sus
respectivos amigos les inspirarán tanta curiosidad y fascinación que es posible que olviden por completo su
curiosidad y fascinación mutua, y entonces saldrán una noche con uno de los amigos... no necesariamente
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para tener un amorío, sino quizá para estudiar la posibilidad de montar una discoteca para pilotos de OVNIs o
una tienda de alimentos naturistas para jirafas. Quizá para discutir la posibilidad de que el mismo (o la misma)
Acuario presente su candidatura a Presidente. Es difícil mantener vivo el romance cuando la cocina está
atestada de amigos, y cuando sobre la cama se apilan los abrigos y las bufandas y los jerseys del continuo
desfile de... amigos.
Otro rasgo que podrá producir conflictos si lo exageran, porque ambos Acuario lo comparten, es su
respectiva fijeza. La fijeza significa obstinación, y algo más. En el hombre y la mujer regidos por Urano, está
entretejida con su conducta imprevisible, así que se podría decir que estos dos duplican el síndrome de la
tozudez inventiva, extravagante. Por ejemplo, él se obstinará tercamente en permitir que su perro, Jeep,
duerma todas las noches con ellos, acurrucado bajo su mentón. Es difícil y ligeramente antiestético darle un
beso por la noche a un hombre que tiene puesto un cachorro de labrador a manera de bufanda. Nunca sabes si
el beso en el morro se lo das al hombre amado o al perro. Esto puede ser desconcertante para una chica a la
que le gusta dormirse amorosamente acunada. O... ella puede defender tercamente su derecho a conducir el
auto de él, a pesar de que en una semana lo enroscó dos veces en un buzón, y de que en la guantera se apretuja
una colección de sanciones por aparcar incorrectamente y por conducir a excesiva velocidad. Esto puede ser
frustrante para un hombre al que le gustaría contar regularmente con un medio de transporte seguro. Es casi
imposible convencer a un o una Acuario de que debe cambiar de idea sobre lo que sea (y es totalmente
imposible obligarlo a ello).
Afortunadamente, incluso el hombre y la mujer Acuario con aspectos negativos entre sus soles y lunas
tienen una solución fácil para sus áreas de tensión. Pueden concentrarse en objetivos comunes —o incluso
independientes— de actividad humanitaria o investigación científica. Así no dispondrán de tanto tiempo para
enfrentarse con sus respectivas fijezas. Es un hecho que muchas parejas de misioneros, matrimonios de
exploradores, de investigadores científicos, de coautores de libros, y así sucesivamente, pertenecen a esta
doble configuración de signos solares 1-1 de Acuario. Los dos siempre pueden perderse a sí mismos, juntos,
en la consagración a un objetivo idealista, y corren por tanto menos riesgo de perderse el uno al otro, en razón
de su descontento y su desasosiego. No es necesario que hagan un safari juntos por África, ni que escalen el
Himalaya en busca del Dalai Lama, ni que trabajen en equipo en un laboratorio cromado. Podrán dedicarse a
un trabajo conjunto más normal, mundano, como por ejemplo amaestrar crías de gorila. montar un taller de
reparaciones de uniciclos, probar paracaídas defectuosos, investigar experiencias extracorporales mediante el
trance catatónico en la pirámide de Keops, en Egipto, o escribir un libro para explicar que Keops no construyó
la pirámide de Guize y para revelar quién la erigió realmente... todo ello en gozosa sociedad. Sí, sé que estas
sugerencias de carreras dobles no son «normales y mundanas» para vosotros y para mí. pero para el hombre y
la mujer Acuario no son en absoluto anormalmente excéntricas o delirantes.
Como ya he dicho en este libro, y también en Sun Signs, el hombre y la mujer regidos por Urano creen en
el cambio... excepto en lo que les concierne a ellos. Tal vez él tienda a pensar que en el mundo todo y todos
deberían cambiar, incluida ella (su compañera), mientras él se niega a introducir la menor modificación en sus
hábitos personales. Tal vez ella tienda a pensar —y a negarse— igual que él. Obviamente, uno de los dos
tendrá que tomar conciencia de que este tipo de reflexión a ciegas está errada. Preferentemente ambos.
Vivirán sus momentos más felices cuando se den sorpresas recíprocas. A los Acuario les encanta dar y
recibir sorpresas. Estos dos rara vez dejarán entrever sus planes individuales antes de ponerlos en práctica. El
viejo Ford Modelo T que él le regalará para Navidad será totalmente inesperado. La casilla acoplada a la cama
que ella le construirá, para que Jeep pueda dormir en las noches de martes alternos, no será anunciada con
antelación, sino que sencillamente aparecerá allí, para dejarlo atónito una mañana cuando se despierte
pensando que es Jeep quien le besa la nariz, y descubra que el cachorro ronca contento en su nuevo hogar a
pocos pasos de distancia... y que en realidad es su camarada quien lo besa. Su buena y vieja camarada, su
mejor amiga, la chica que se parece tanto a su primera amada que le hizo olvidar su nombre. ¿El nombre de
quién? De su antiguo amor, quiero decir. Pero también es muy posible que un hombre Acuario olvide elnombre de su esposa. Los nombres carecen de importancia. Él recuerda lo que sí importa respecto de ella,
como el aspecto que tiene con el pelo húmedo, después de nadar o ducharse... la forma en que su voz le aplaca
el espíritu cuando le lee historias de Tolkien por la noche, a la hora de dormir... y la forma en que le prepara
su soufflé de espinacas y su batido de pasas de ciruela todas las mañanas.
La mujer Acuario también es distraída. Puede olvidar de cuando en cuando el nombre de su amante o
marido, cuando está atareada con otros menesteres, como el de aserrar madera para la casilla del perro, o el de
escribir su tesis sobre el perfeccionamiento de una nueva cámara para fotografiar escenas del pasado, usando
cristales de cuarzo en la lente... pero se acordará de lo que realmente importa. Recordará que él fue el primer
hombre que pudo señalarle a Sirio y Orión en el cielo... que le explicó cómo el uso generalizado del inodoro
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sin agua podría salvar al planeta... que le regaló una suscripción al National Geographic el día de su boda y
un equipo de herramientas para poner a punto el auto el día de su cumpleaños. Además, por supuesto, están
esos momentos de... necesidad instantánea... y satisfacción instantánea... inesperados... y la forma en que los
ojos de él le sonríen, después. Estos detalles los recordará eternamente, porque tienen trascendencia.
ACUARIO PISCIS
Aire - Fijo - Positivo Agua - Mutable - Negativo
Regido por Urano Regido por Neptuno
Símbolo: el Aguador Símbolo: el Pez
Fuerzas diurnas - Masculino Fuerzas nocturnas - Femenino
La relación ACUARIO-PISCIS
Con un puñetazo hicieron las ventanas, y grandes hojas amarillas fueron las persianas. ¿Pero
rosas...?
—Rosas —exclamó Peter implacablemente.
Rápidamente fingieron cultivar las rosas más bellas adosadas a las paredes.
¿Rosas? Ciertamente. ¿Por qué no? Toda una plantación de tulipanes holandeses mecidos por el viento, si
queréis. Estos dos pueden simular, y realizar a la larga, prácticamente todo lo que se les ocurra. Urano, el
planeta regente de Acuario, recibe en astrología el nombre de «el Alquimista», y es verdad que la mayoría de
los Aguadores son inventivos, locos y aficionados a los milagros. Sólo de cuando en cuando la fijeza de este
signo de Aire específico estorba los relámpagos de extravagancia de Urano, en razón de lo cual unos pocos
Acuario viven auténticamente estancados, ajenos a la demencia (y la genialidad) gloriosa que se esfuerza por
refulgir apenas por debajo de la superficie de sus hábitos y opiniones fijos, de sus estilos de vida bastante
monótonos. Entended que me refiero a la minoría.
¡Ah! Pero cuando el Pez mutable ingresa en la escena abracadabrante con Acuario, el elemento Agua de
Piscis mitiga considerablemente incluso la fijeza de estos raros Aguadores, y entonces la esencia de Urano
puede aflorar libremente. Por supuesto, cuando se trata del Acuario medio no se necesita nada más para que lo
desconcertante aflore. El Pez sólo aporta una dimensión adicional de locura y magia.
En la Naturaleza, el agua suaviza el aire, creando una neblina húmeda: justo la atmósfera apropiada para la
misteriosa alquimia capaz de transmutar deseos y ensueños en realidades veteadas por colores irisados. Dicho
con más claridad, el Pez y el Aguador se complementan beneficiosamente. y también benefician a este mundo
viejo y cansado. Los prodigios y maravillas que pueden concebir y crear juntos no tienen límite. La lista es
extensa y variada. Pueden asociarse como arqueólogos, y buscar con éxito un cúmulo de tesoros semejantes a
los de Tutankamon en las silenciosas arenas de Egipto... hacerse misioneros en Broadway y la Calle Cuarentay Dos o en la Octava Avenida, en Manhattan (mucho más peligrosas que las junglas de África o Borneo)...
perfeccionar un sistema de comunicación con las ballenas y los delfines, para alertar a estas criaturas
espléndidas cuando se acercan los balleneros asesinos... inventar una cámara que fotografíe el ayer en colores
y el mañana con sonido estereofónico... abrir una tienda de reparación de guitarras, zapatillas de tenis y tornos
de hilar... o hacer otra multitud de cosas maravillosas, con la única condición de que no sean rancias ni
terrenales.
Los dos podrían formar un estupendo equipo de detectives, en el cual el Aguador sería Sherlock Holmes,
con su lupa, su gorra ridícula, y sus hábitos excéntricos, en busca de datos precisos y pistas científicas... en
tanto que el Pez sería un doctor Watson mucho más sensible, premonitorio y sagaz que el personaje de Sir
Arthur Conan Doyle. Entre paréntesis, la húmeda bruma de Londres es un ejemplo típico de la combinación
101
Agua-Aire que acabo de mencionar, de modo que era un marco excelente y apropiado para los misterios de
Holmes. Con el nada convencional pero ultrametódico Acuario siguiendo las corazonadas neptunianas de
Piscis, resolver el «Gran Robo del Tren», el «Gran Robo de Joyas» o el «Secreto de Goldenrod Lane»... sería
coser y cantar. Poco importa que Piscis sea varón, que Acuario sea hembra... o viceversa. Ni la edad ni el sexo
de esta pareja modifica su capacidad para sondear lo desconocido. .
Conozco a una pareja Acuario-Piscis que, en cierto sentido, forma un equipo conyugal de detectives privados.
Ray es doctor en toxicología, profesor de la Indiana State University, y también uno de los mayores
especialistas del mundo en Lincoln... un Acuario que se pasea con un microscopio bajo un brazo y un tubo de
ensayo bajo el otro, y que siempre se coloca el lápiz equivocadamente detrás de la oreja. Ella es una dulce y
encantadora muchacha Pez, llamada Gus (por Augusta). A menudo los hombres Acuario les ponen a sus
mujeres apodos como George o Sam (porque así parecen más «camaradas»), pero este sobrenombre es
auténtico. La exquisita sensibilidad y la enigmática intuición de ella casan maravillosamente con la
disciplinada minuciosidad y con las indisciplinadas corazonadas de él.
Cuando estos dos suman sus esfuerzos, son capaces de encontrar la solución a casi todo lo que intriga a los
vulgares mortales. A veces su magia cotidiana se trueca en milagro, como cuando ayudaron a encontrar al
niño perdido, presuntamente muerto, de un íntimo amigo.
Cuando el Pez y el Aguador se unen en una combinación chico-chico, chica-chica. chico-chica, o cualquier
otra (Acuario es el signo astrológico del unisex). se apartan ligeramente de la normalidad en su
comportamiento recíproco, para no hablar de su comportamiento conjunto respecto de los demás. Ya sea que
los encontremos remontándose y nadando por una oficina, una iglesia, un museo, un hogar o un aula, estos
dos ofrecen realmente un espectáculo digno de ver.
Puesto que llevan la marca de la configuración de signos solares 2-12, Acuario debería intuir que tiene
algo que aprender de Piscis, pero, veréis, los Acuario generalmente creen saberlo casi todo. Sin embargo, el
Aguador se beneficiaría si imitara la paciencia del Pez típico, pues esto es algo que a él (o ella) le falta. Los
Piscis deben reaccionar ante la vibración 2-12 de su asociación con una tolerancia comprensiva por las
fantasías y debilidades y excentricidades de Acuario, y la mayoría de los Peces reaccionan en verdad así, pero
es posible que a algunos de ellos los ponga nerviosos la indiferencia de Urano respecto de la opinión pública.
Los Piscis tienden, por naturaleza, a poner un gran empeño en complacer a la gente, en tanto que a los
Acuario les importa un bledo el hecho de no conformar absolutamente a nadie.
Quizá sea difícil armonizar la tendencia de Neptuno a ser reservado, a ocultar siempre algún detalle. Esto
puede hacerle perder los estribos al Aguador medio. Generalmente, a éste no le interesa la vida personal o
privada de los demás, y Acuario es el signo solar menos propenso a chismorrear, a menos que tenga un
Mercurio «mal aspectado» en su horóscopo. En condiciones corrientes, estos individuos no son
exageradamente curiosos. Pero a este hombre o mujer lo tientan y lo provocan las evasiones deliberadas, y
cuando tropieza con éstas, saca la lupa y escudriña y persigue el secreto. Acuario sencillamente no soporta
que la Caja de Pandora permanezca cerrada... una vez que el Aguador ha notado que lo está.
Al Pez y al Aguador les encantará descifrar juntos los enigmas o charadas de la vida en general (o de las
personas en particular)... ya se trate de saber por qué la mosca debe volar en círculos antes de poder dispararse
en línea recta (un secreto de la energía, que encierra un misterio de la emoción humana)... o por qué esa gente
que vive en el otro extremo de la ciudad construye una casa en forma de pirámide. Acuario asomará la cabeza
por la ventana y lo preguntará. Piscis se quedará unos pasos más atrás (el Pez típico no se atrevería a
entrometerse de esa manera en casa de extraños) pero sentirá una inmensa curiosidad y excitación por saber
qué es lo que el Aguador ha averiguado mediante la táctica informal, pero franca, de Urano. Estos Acuario
abordarán a la gente para formularle las preguntas más asombrosas. No son premeditadamente groseros... sólo
desean saber. Muy a menudo se enterarán, porque a la mayoría de nosotros nos sorprende tanto que nos
pregunten algo como: «¿Cuando eras pequeño llenabas globos con agua y los arrojabas por la ventana?», que
contestamos inmediatamente, sin pensarlo dos veces. Sólo Sagitario es más curioso que Acuario. (Leo y
Escorpión también lo son, pero la suya es una curiosidad más controlada.) Existe una diferencia entre el
«chismorrear» o el «entrometerse» (como comenté un par de párrafos más arriba) y la curiosidad de Urano.
Un Acuario no dará un pito por saber por qué un vecino se casó seis veces o cuánto dinero tiene en el banco...
pero le preguntará inesperadamente por qué pintó su casa de color rosa, si alguna vez crió una serpiente
doméstica, qué opina de la clonación, o si alguna vez se ganó una entrada gratuita al circo porque les había
llevado agua a los elefantes. Es difícil de definir.
La mayoría de los Piscis no formulan preguntas directas. Generalmente sus conjeturas y sus percepciones
102
parapsicológicas son tan reveladoras que no necesitan preguntar mucho. Las corazonadas y la intuición
natural de Urano deberían permitir que el Aguador adivine tan eficazmente como Piscis, en silencio, pero a
los Acuario les gusta apostar sobre seguro y someterlo todo, incluidas sus propias presunciones, a la prueba
del papel de tornasol. Veréis, he aquí nuevamente la fijeza de Acuario. Necesitan tener la certeza de que lo
que intuyen o sienten es fiable... de modo que lo comprueban con sus preguntas.
Acuario y Piscis tienen muchas excentricidades y cualidades en común. Pero también tienen unas pocas
diferencias marcadas. Por ejemplo, los regidos por Neptuno son soñadores. Los regidos por Urano también
sueñan, pero ciñéndose a un esquema más delirante, más entrecruzado. Al pez le gustan el arte, la música y la
poesía, o por lo menos a la mayoría de ellos les gustan. Al Aguador también le gustan estas cosas, pero tal vez
prefieran los gráficos o los graffiti a un Goya; un xilofón o un organillo de mano, con mono incluido, a un
piano corriente... y los versos jocosos de Lear o los desvaríos fantasiosos de e.e. cummings a los pesados
como Wordsworth o los sentimentales como Browning.
Probablemente estos dos se enfadarán de manera distinta. Cuando Piscis se encoleriza, lanza un torrente
de palabras irritadas... o pronuncia unas pocas frases afables, pero claramente condenatorias, y después se
refugia en el fondo del océano y se sume en un silencio líquido, lo cual frustra al Acuario, que no comprende
esta forma de lidiar con un desacuerdo. Urano tiene otra táctica para enfrentar un malentendido: dispara
rápida (e imprevisiblemente) unos cuantos relámpagos y truenos, con la esperanza de que la tormenta despeje
la atmósfera y después quede relegada al olvido. Pero Piscis recuerda durante bastante tiempo las situaciones
desagradables, y necesita meditar a solas antes de volver a salir nadando de atrás de los arrecifes de coral.
En cuestiones de dinero, son más o menos parecidos. Algunos Acuario cuentan cuidadosamente cada centavo
que ganan o gastan... y enseguida olvidan la suma total. Piscis es igualmente despistado. El Pez archiva
frecuentemente el saldo del banco en su cabeza, o lo anota al dorso de un sobre... o en la pared, junto al
teléfono. Sin embargo, si ambos tienen la Luna o el ascendente en Virgo, se comportarán como verdaderas
calculadoras humanas. Por supuesto, estudiamos al Aguador y el Pez corrientes o típicos, como en el caso de
todos los otros signos solares, pero creo oportuno seguir recordándoos que existen excepciones, cuyas otras
posiciones planetarias diluyen un poco o mucho las cualidades del signo solar. Estas excepciones no serán tan
numerosas como los casos típicos, pero las encontraréis dispersas por todas partes. Igualmente, cuando raspéis
la superficie, hallaréis las cualidades básicas descritas en relación con sus signos solares, estampadas de una
manera u otra en su inconsciente, si no en el plano consciente.
La astrología le aconsejaría al Acuario grandes dosis de dulzura, de paz y de sosiego para ayudarlo a captar la
forma de comprender y tratar al Pez. Y de imaginación. La falta de tranquilidad pone nerviosos fácilmente a
los regidos por Neptuno, que también necesitan un continuo estímulo mental abstracto. Sería constructivo
verificar la definición que da el diccionario de la palabra «abstracto».
Para ayudar al Pez a entender la forma de comprender y tratar al Aguador, yo le aconsejaría personalmente
que se grabe en la memoria una observación del Acuario Abraham Lincoln: «Hacen lo que hacen porque son
lo que son». Nadie podría resumir más sucintamente la naturaleza de Urano. Ellos son quienes mejor se
conocen los unos a los otros.
103
Mujer ACUARIO Hombre PISCIS
Si él lo hubiera pensado, aunque yo no creo que lo haya pensado jamás, lo que habría
pensado hubiera sido que él y su sombra, al acercarse, se unirían como gotas de agua; y
cuando no se unieron se quedó pasmado.
...sus sollozos despertaron a Wendy, y ésta se sentó en la cama. No la alarmó ver a un
desconocido llorando... sólo experimentó un placentero interés.
No es fácil sobresaltar o alarmar a las chicas Acuario, y menos aún sorprenderlas. Son ellas quienes producen
la mayoría de los sobresaltos, las alarmas y las sorpresas. A esta mujer le gusta mantener en suspenso a su
hombre mediante pecadillos picarones como el de presentarse súbitamente ante él luciendo lentes de contacto
marrones y preguntarle dulcemente: «¿De dónde sacaste la idea de que tenía ojos azules, cariño?»... el de
telefonearle a la hora del almuerzo para transmitirle un alegre mensaje: «Me impacientó estar en casa sin
hacer nada, así que resolví ir a practicar surfing en México. ¿Puedes coger un avión cuando termines de
trabajar, para venir a reunirte conmigo?»... el de usar el cepillo de pelo de él para peinar las hebras sedosas de
su alfombra oriental... o quizás el de despertarlo en mitad de la noche con el sonido de la voz sensual de otro
hombre en el oído. (Sólo se trata de que tiene un pequeño magnetófono debajo de la almohada para aprender
italiano mientras duerme, pero olvidó comunicárselo. Bueno, ¿cómo podría habérselo comunicado, por amor
de Dios, si él llegó a casa y cenó, y después se metió directamente en la cama sin siquiera decirle buenas
noches?)
Regla Número Uno. No aburras a esta chica. Su umbral de aburrimiento es extraordinariamente bajo.
Por supuesto, aunque el Pez no tiene personalmente el hábito de sorprender a los demás, es a su vez casi tan
difícil de asombrar como ella, así que quizá las travesuras de la Aguadora no lo sobresaltarán tanto como
sobresaltarían a un Tauro, un Virgo o un Capricornio. Piscis entiende la naturaleza humana... aunque ésta sea
excéntrica. Es que se resignó a haber nacido en un mundo de inadaptados, que abarca no sólo a los Acuario
sino a toda la población del planeta. Los regidos por Neptuno son inmensamente tolerantes con las anomalías
de comportamiento. Todos los hombres Piscis tienen una pizca de cura confesor o de monje contemplativo.
También ocultan dentro de sí una forma einsteniana de razonamiento abstracto... y la personalidad de un
delfín juguetón. Pueden ser verdaderos genios en el campo de las matemáticas y la mecánica, pero también les
gusta caminar bajo la lluvia y recoger narcisos, dormir al aire libre y mirar cómo la Vía Láctea le hace guiños
a Régulo en una noche estival... y tejer guirnaldas de dientes de león. Supongo que, cuando lo meditáis
profundamente, el hombre Piscis posee cabalmente el extraño carisma necesario para evitar que la chica
Acuario se aburra.
En general, la mayoría de los hombres Piscis son, excepto durante sus raros momentos de mal humor (siempre
justificado), tipos considerados y atentos, con un carácter bastante tímido, apacible y benévolo. El Pez casi
siempre le dará a su familia —o la mujer que ama— todo lo que posee. Por supuesto, es posible que si
pertenece a determinada categoría de Piscis, no tenga muchos bienes materiales para dar. Para empezar, es
posible que otros ya se los hayan pedido en préstamo o se los hayan quitado. Para seguir, tiende a remolonear,
a dejar sus sueños para otro día... que puede transformarse en años. A menudo Piscis se niega a enfrentar las
exigencias frías, implacables, que la vida les asesta a quienes aspiran a lograr un sustancial éxito mundano.
Si pertenece a la categoría opuesta de Peces, tiene bastante talento, y está dotado de suficiente
vocación para conquistar prestigio y beneficios económicos en casi todas las empresas que desee abordar.
Disfrutará de las gratificaciones más refinadas de la vida y estará bien pertrechado para ceñirse tenazmente al
esquema material necesario para cosecharlas. Estos son los Piscis que la astrología define como «Ballenas»:
igualmente afables, igualmente juguetones, telepáticos y benévolos, pero con mucho más poder y agresividad
que los soñadores de Neptuno. Cualquiera que sea el tipo de Pez que ama la chica Acuario, ésta no contará el
coste de los objetos materiales que él le da, porque está igualmente dispuesto a entregarle elementos
intangibles... sus pensamientos y sueños... sus ideas e ideales... sus visiones y percepciones... y su corazón
vulnerable.
Todo esto vale mucho más que los órganos eléctricos, la porcelana de Haviland, los regalos costosos
y los artefactos para el hogar. Ciertamente valdrán más para la mujer Acuario, cuya escala de valores está
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normalmente sintonizada con lo veraz y genuino. A menos que haya nacido con un signo lunar o ascendente
de orientación más materialista, la Aguadora típica sabe discernir con poco esfuerzo lo falso de lo auténtico.
Entiende que a menudo lo intangible es lo auténtico... y atesora lo que los sentidos no pueden percibir.
El Pez que la ama puede esperar siempre lo inesperado de esta dama. El molde en el que la vierten desde el
seno materno es el del comportamiento extravagante, aunque la extravagancia esté atemperada. Es posible
que se llame Leslie, la bailarina, o Escobeda. Puede ser deshollinadora... o tener un nombre corriente, como
Ruth Edwards, y ser cajera de banco. Pero, repito, será, por lo menos, ligeramente extravagante. Las mujeres
Acuario pueden ser sorprendentemente prácticas en cuestiones cotidianas como la actividad bancaria y otras
semejantes (algunas de ellas son brillantes para las matemáticas y pueden sumar mentalmente largas
columnas de cifras). Sin embargo, son... distintas en algún sentido. Si conocéis a una cajera de banco
simpática, callada y conservadora que se llama Ruth, y que nació en febrero, no os forméis una opinión sin
formular antes a sus compañeros de trabajo, a su marido o a su familia algunas preguntas discretas. Es posible
que os aguarde una sorpresa. Quizá cuando nieva va a trabajar en un tractor, lleva su almuerzo en un bolso de
gimnasia, usa chanclos para la nieve detrás del mostrador, tiene el hobby de consultar los horarios rusos para
verificar con cuánta frecuencia se retrasan los trenes, utiliza una auténtica pluma de ganso de la mesa de
trabajo de Abraham Lincoln para escribir un giro telegráfico... o colecciona secretamente antiguos comics
infantiles. Y... ¿notasteis ese pequeño tatuaje del Mago de Oz, justo por encima de su codo derecho? Es... de
alguna manera... distinta.
El amor a la humanidad y la bondad innata de la chica Acuario se irradian a través de todo lo que
hace o dice. Sin embargo, su amor a la humanidad no es un obstáculo para que se desentienda de lo que la
gente opina. Es posible que su amante o marido Piscis tenga más de un motivo para ruborizarse por su
negativa a vivir la vida en una forma que deje complacidos a los vecinos. Claro que no hará nada realmente
abominable, pero tal vez la situación será un poco embarazosa si resuelve instalar un gallinero en el porche de
su casa, si canta antiguos mantras incas en el patio del fondo, o si pone en marcha su cortadora eléctrica de
césped a las cinco de la mañana, poco antes del amanecer, vestida con su gorra y su mono de ferroviario,
gritando «¡PASAJEROS AL TREEEEN!», porque siente nostalgia por los trenes en los que viajaba cuando
era niña. La gente no siempre entiende.
La mujer Acuario y el hombre Piscis sustentan ideas parecidas acerca de las promesas. Ambos recelan de
ellas, y les disgusta formularlas... entre sí o a los demás. De cuando en cuando el Pez violará su propia norma
y formulará una promesa, sólo para eludirla después si las circunstancias cambiantes le impiden cumplirla. La
mujer Acuario os dirá francamente que no le gusta formular promesas, porque quizá deberá quebrantarlas más
tarde. Éste es un ejemplo singular de la integridad de Urano. Acuario opina que nadie debería hacer promesas
ni jurar nada, por la sencilla razón de que es imposible predecir con certeza lo que ocurrirá. Generalmente, lo
más que se le puede sonsacar a esta mujer es la afirmación de que mañana pondrá todo el empeño posible en
hacer lo que hoy cree que desea hacer. No pasará de allí. Las promesas son para aquellos que se complacen en
engañarse a sí mismos, y en engañar a los demás, con la falacia de que controlan sus propios sentimientos
futuros.
Es probable que lo primero que haga la mujer regida por Urano cuando se enamore de un hombre Piscis
sea comunicarle sus problemas, sus ideas, sus pensamientos y sus teorías, para saber qué opina de ellos. No lo
usará como un hombro sobre el cual llorar, sino como una caja de resonancia para el comportamiento
proyectado. Curiosamente, escuchará muchos de sus consejos. Pero en algunas cuestiones seguirá
despreocupadamente su camino, y. hará caso omiso de sus advertencias más prudentes. Después, cuando déun traspié, él la recogerá y la consolará tiernamente. Ella buscará su mano y la encontrará siempre cerca. Ésta
es una sensación agradable, reconfortante, incluso para una imprevisible mujer Acuario.
Bueno, para ser sincera, es posible que a veces él no esté allí. Es capaz de desaparecer repentinamente... o
quizá no repentina, sino gradualmente. En condiciones normales, el Pez es emocionalmente digno de
confianza. Soportará mucho antes de llegar a su límite. Pero cuando no pueda seguir aguantando la pena y el
dolor, cualquiera sea la forma que éstas asuman, se alejará nadando lentamente, para rehuir el desgaste
constante de la confrontación.
La mujer Acuario también es capaz de desaparecer, pero su número de escamoteo se parece al que veis en
escena, con un prestidigitador. ¡Pronto! Ahora la veis.., ahora no. Se esfuma en el recuerdo, como los
pañuelos de seda multicolores y los blancos conejos peludos del mago. Ella, como el hombre Piscis, sólo
puede soportar una determinada dosis de presión creciente antes de optar por liberarse ella de la prisión
emocional. A diferencia de muchas otras, esta mujer aprende precozmente la verdad esotérica de que ella es
su propia carcelera y alcaide, que ella, y nadie más, posee la llave de su propia libertad.
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La relación sexual del Pez y la Aguadora es a menudo un experimento más que una experiencia, sobre todo al
principio. Cada uno duda un poco que sea sensato entregar al otro su personalidad íntegra. Los cuerpos son
menos importantes. Los dos amantes ejecutarán todos los ademanes mecánicos del acto sexual, y sin embargo
no estarán seguros de que ésa sea una unión total, hasta que el espíritu se ponga a la par del deseo y la
necesidad carnales. Cuando esto ocurra, la demostración física de su amor será, para él, la materialización de
un sueño largamente acariciado... para ella, otro de los placeres extáticos de la vida. No el único... pero uno
muy especial y hechizado. Porque, en verdad, ella ama la vida misma, con todas sus variadas sorpresas, y la
ama tanto que no depositará jamás todas sus esperanzas en uno solo de sus milagros. Igualmente, estos dos
pueden descubrir en la naturalidad de sus intimidades físicas una trascendencia poética que muchas otras
parejas no sospechan que se podría alcanzar.
Sin embargo, lo primero y principal es que antes de que esta mujer se consagre totalmente al hombre
que ama, él deberá probarle que es su amigo, su auténtico amigo, y que no desea poseer solamente su corazón
y su cuerpo, sino fusionar también sus mentes. Al primer atisbo de deslealtad en el plano de la amistad. ella se
enfriara tanto como la primera escarcha de invierno. Para Acuario, la amistad ocupa el primer lugar, el amor
ocupa el segundo... y el sexo ocupa el tercero, sin exagerar su naturaleza placentera. aunque la tenga. Esto no
significa que no sea apasionada, porque lo es. Todo depende de la forma en que se defina la pasión. La
afinidad mental, el acoplamiento mental, si os parece, en su sentido más puro, suma, siempre, una dimensión
adicional a la pasión. Los regidos por Urano intuyen esta verdad dentro de sí mismos, mucho antes de que los
demás la aprendan.
La mayor debilidad del hombre Piscis reside en la posibilidad de que descuide su bienestar personal, y en que
se desentienda negligentemente de sus propios derechos y necesidades, en razón de su tendencia a entregar su
tiempo y su dinero a quienes necesitan su ayuda. Pero para su mujer Acuario, la abnegación no es una
debilidad. Es una fortaleza. sin la cual el hombre no es verdaderamente hombre... y ni hablemos de que no es
digno de ser su amigo.
El mayor defecto del carácter de la mujer Acuario reside en su negativa fija a adaptarse, en su sed de
cambio, en su apetito de aventuras. Pero para el hombre Piscis, el inconformismo no es un defecto. Es lo que
hizo que la amara inicialmente, porque se parece mucho al suyo propio. La materia prima de su magia
consiste en que los dos comparten un poco su locura.
Sí, discutirán, incluso con frecuencia. Pero es curioso lo que sucede con las discusiones entre un hombre y
una mujer que se aman. Imagináis que están riñendo por esto o aquello, cuando lo que ambos quieren decir
realmente es: te deseo. Una vez que concluyen todas las adivinanzas de Urano, una vez que se esfuman todas
las evasiones de Neptuno, esto es lo que importa.
106
Hombre ACUARIO Mujer PISCIS
En su aprieto un instinto le dijo a cuál de ellos debía recurrir.
—Tootles —exclamó ella—, apelo a ti.
¿No era extraño? Apelaba a Tootles, ciertamente el más necio.
Sin embargo, Tootles respondió majestuosamente. En ese momento específico se despojó
de su necedad, y habló con dignidad.
—No soy más que Tootles —dijo—, y nadie me hace caso. Pero al primero que no se
comporte con Wendy como un caballero inglés, lo dejaré muy malparado.
Podéis fiaros de que la chica Piscis comprenderá instintivamente lo que las doncellas menos sensibles, menos
perceptivas, pasarán a menudo por alto. No obstante su extravagancia, su conducta innegablemente rara, la
forma curiosa en que agita las orejas; no obstante su distracción, y la expresión ausente de sus ojos... este
hombre nació bajo la influencia de un signo masculino, y lo rige, además, un planeta masculino. Además de
todo esto, es un idealista, protector de los débiles. Nadie está en mejores condiciones que el hombre Acuario
para desempeñar el papel de varón. Puede parecerse inesperadamente a Flash Gordon, o a Clark Kent: capaz
de desplegar mucho valor en las garras de la calamidad, y por tanto, muy bien pertrechado para defender a su
dama en todo momento. Detrás de su fachada grotesca se oculta un magnífico macho. Es un hombre entre los
hombres, de esos que hacían desmayar a las mujeres en las películas. El actor Clark Gable, que interpretó a
Rhet Buttler en Gone With The Wind, era un signo solar Acuario.
El resultado es bastante satisfactorio cuando su mirada ausente se posa casualmente sobre una chica de
Neptuno. La feminidad de ésta contrasta hermosa y marcadamente con la masculinidad de él. Recordad que
Piscis es un signo femenino, y que a ella también la rige un planeta femenino. ¡Hablad de polaridades, de la
atracción de los opuestos! Generalmente estos dos experimentan la acción del magnetismo básico de la
naturaleza a los pocos minutos de haberse encontrado. Si hay una mujer capaz de apartar el interés de un
Aguador de su hobby, o sea de la contemplación de la gente y de todo tipo de investigación, para encauzarlo
hacia otra indagación de naturaleza más personal, en un plano más íntimo, esa mujer es la chica Pez.
Como he señalado en otro pasaje de este libro (y también en mi primer libro, Sun Signs), por regla general
los hombres Acuario no están tremendamente obsesionados por la atracción entre los sexos. Sin embargo,
cuando el hombre Acuario se encuentra con una chica Piscis, es posible que de pronto adquiera una aguda
conciencia de su sexualidad (para no hablar de la de ella), lo cual hará que se comporte de una manera muy
extraña. Sí, más extraña que la normal, lo que puede determinar que sea en verdad muy extraña. Tal vez su
conducta le haga pensar que él le tiene una inquina activa.
Ella no debe dejarse despistar sólo porque: cuando se le cae su suéter blanco de angora él lo pisotea con
sus botas enlodadas; él la lleva al teatro y después se va a la galería a rumiar sus palomitas de maíz a solas
(sólo porque ha olvidado dónde estaban sentados); le telefonea y le pregunta si puede sacar a pasear su perro,
sin invitarla a acompañarlos; o infla una bolsa de papel y la revienta junto a su oído, y después ríe
histéricamente, cuando ella se estaba preguntando si había notado su nuevo perfume. Él lo ha notado. ¡Claro
que sí, claro que sí! Por eso infló la bolsa de papel y la reventó. Para ocupar sus manos, cuando éstas ansiaban
estirarse y acariciarle suavemente la mejilla. Sólo los mariquitas se comportan así. Y él no es un mariquita.
¿Qué pensarían sus compañeros, sus camaradas, todos sus amigos? Esas tonterías son propias de
sentimentales románticos, no de hombres como él. Esperad. Ya cambiará.
La dama Piscis que se duerme llorando porque el hombre Acuario del que se enamoró la trata con
(calculada) indiferencia, como si ella lo enfriara totalmente (cuando en realidad lo enardece tanto que ha
olvidado en qué año vive), debería aprender de memoria estos pocos versos de un poema que escribí una vez
respecto de este tipo de situación.
Ahora debo irme...
no me retengas con tus ojos
ni proyectes así tu corazón al otro extremo del cuarto porque si lo haces se
destrozará el mío
¿que si te amo? Claro que te amo
por eso debo irme... antes de que sepas cuánto*
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Estos dos harán el amor bastante bien en un plano mental. En verdad, en su luna de miel. Sí, incluso en su
luna de miel. Una vez que la chica de Neptuno toma conciencia de las simulaciones románticas de este
hombre, y deja de llorar y empieza a seducirlo, él está perdido. Durante la luna de miel, es posible que pasen
muchísimas horas tratando de encontrar la solución de problemas absurdos, como, por ejemplo: Si sus sendos
relojes con la figura del ratón Mickey desgranan el tiempo en direcciones opuestas, a un ritmo determinado,
¿cuánto tardarán en marcar la misma hora? Él recurrirá al álgebra, ella recurrirá a la meditación. En su
confuso estilo de Neptuno, ella comentará que es imposible que eso ocurra, porque su abuela le enseñó que la
suma de dos males nunca es un bien. El no la escuchará. Estará atareado con sus cálculos. Entonces, en su
«confuso estilo de Neptuno», ella le preguntará si la respuesta debería ser: Cuando los dos relojes marquen la
misma hora... ¿o la hora correcta? Por supuesto, este tipo de pregunta neutralizará todos los cálculos
escrupulosos del Aguador, que arrojará su sacapuntas al suelo en un arranque uraniano de frustración. Ella
permanecerá tan tranquila como pueda, y en su «confuso estilo de Neptuno», le sonreirá con expresión
soñadora, y después murmurará que, cuando se trata de hacer el amor, «cualquier momento es el correcto». A
él se le pondrán rojas las orejas, sonreirá, se quitará su reloj con la figura del ratón Mickey... las luces de su
habitación se apagarán... y...
Generalmente no me apresuro a describir en un tramo tan avanzado de la sección la relación física entre las
parejas de las diversas configuraciones de signos solares, pero cuando se trata de un hombre que es todo
hombre, y de una mujer que es toda mujer, estas cosas empiezan pronto. Realmente no es necesario
ruborizarse (ambos se ruborizan fácilmente) con los pormenores del goce que encontrarán en su
compatibilidad sexual. Todo será como la Naturaleza dispuso que sea, y esto implica una fusión fluida y
armoniosa de dos individuos distintos en la unidad explosiva del acoplamiento. Sólo si existiera un aspecto de
tensión entre sus luminarias (Sol y Luna) o si hubiera otras posiciones planetarias negativas entre sus
natividades, este hombre y esta mujer tropezarán con alguna dificultad para alcanzar la auténtica dicha
mediante la compenetración de su unión física. Creo que será mejor que lo dejemos así, porque tanto a Piscis
como a Acuario les disgustan las menores intromisiones del Hermano Grande... o de la Hermana Grande, en
su vida privada.
Por supuesto, no es justo que procedan así, porque ella es experta en obtener abundante información
telepática acerca de todas las personas que conoce, y él es capaz de investigar cada «hola» de sus amigos (e
incluso de los desconocidos) e inferir toda su vida personal de esta sola pista.
De cuando en cuando la mujer Piscis, que no es perfecta, hará involuntariamente algo que desencadenará la
ira imprevisible de su Aguador. A todos los Acuario les resulta difícil no complicar las cosas. En lugar de
hacer caso omiso, como debiera, de cualquier reyerta que aflore entre ellos, dada la naturaleza hipersensible
de ella, el Aguador se siente tentado de remover cielo y tierra hasta demostrar que él tiene razón y ella está
equivocada. Digamos, por ejemplo, que viven en el campo y tienen un huerto de grandes dimensiones. Un
día, él plantará unas semillas de flores cerca de las coles y los tomates, poniendo en práctica alguna
complicada técnica de cultivo que no se ha molestado en comunicarle a ella. Otro día, ella estará regando las
coles, verá los brotes, y los arrancará, creyendo que se trata de hierbajos. Él abrirá las compuertas a una de sus
tormentas eléctricas de Urano. y ella se replegará en un agraviado silencio, con los ojos empañados y las
manos trémulas. Si ella comete el error de insistir en que se trata de hierbajos, para defenderse, él cogerá
seguramente uno de los brotes que ella arrancó y lo plantará en una salivadera de bronce. Lo cuidará
secretamente, le hablará, le cantará el «Flower Drum Song», lo rociará con abono para plantas... y cuando
florezca un hermoso pensamiento de aterciopelados pétalos amarillos y purpúreos lo depositará frente al tazón
de cereales de ella, sobre la mesa de la cocina, en un soleado mediodía, y dirá triunfalmente: «He aquí uno de
los hierbajos que omitiste destruir durante tu purga». Ella correrá escaleras arriba, dará un portazo, y llorará,
porque él se tomó tanto trabajo para demostrarle su error... y probablemente él no entenderá por qué está tan
alterada. Así es como la influencia desquiciante de Urano perturba a veces la delicadeza de la vibración de
Neptuno. Después de algunos años de convivencia, él aprenderá a posarse con más suavidad sobre el tierno
corazón de ella, y ella aprenderá que él no la ama menos sólo porque se obstina tanto en probar que tiene
razón en las grandes cosas y en las pequeñas. Pero hasta que ambos aprendan, sufrirán bastante.
Como sucede en todas las configuraciones de signos solares 2-12, ella es más tolerante con él de lo
que lo serían los demás, porque Acuario representa para Piscis la duodécima Casa del Karma, donde ella
residió hace menos tiempo del que le gustaría recordar, incluso inconscientemente. Ella no desea volver a
semejante concentración en la investigación y la curiosidad, porque en su existencia actual ha progresado
hasta el punto de aceptar muchas cosas sólo por fe, pero recuerda las trampas que acechan a la experiencia de
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Urano, y se compadece, pues su personalidad superior está familiarizada con ellas. Ella representa la próxima
lección que él debe aprender en la escala de la evolución humana, y el Aguador no está seguro de querer
inscribirse en el curso. Pero él espía de vez en cuando el libro de texto, a través de los ojos de ella... y aprende
mucho gracias a su ejemplo.
A menos que Venus tuviera un aspecto negativo a la hora de su nacimiento, la mujer Piscis se ahorra
la tortura de los celos que acosan a algunas de sus otras hermanas astrológicas. Pocas veces sospechará que él
le es infiel, y esto sólo basta para allanar muchas de las escabrosidades de su relación. De todas maneras no
hay mucho que recelar de este hombre (a menos, por supuesto, que en su horóscopo, Venus o Marte tenga un
aspecto negativo, cosa que sucede de tiempo en tiempo), porque el Aguador típico encuentra suficiente
énfasis en la relación hombre-mujer con una sola compañera, sin correr en busca de complicaciones. El
romance y la pasión física son estupendos: él no tiene nada contra el uno o la otra, y en verdad los ha
investigado y ha verificado que son sorprendentemente satisfactorios en todo sentido... pero no existe mucho
peligro de que se concentre en ellos con exclusión de todos los otros placeres de los que puede disfrutar con
ella, y prácticamente no existe ningún peligro de que flirtee con la vecina, aunque ésta venga a su casa en
biquini para pedirle las tijeras de podar. Posiblemente disfrutará del espectáculo, y hostigará un poco a su
mujer Piscis después de que se vaya la vecina, pero a continuación volverá a su actividad más reciente, que
puede consistir en promover su candidatura a gobernador del estado, en leer a Sherlock Holmes, en
confeccionar los planos de su nueva casa dotada de calefacción solar, o en alimentar a su cotorra.
Ella sonreirá, y también se ajetreará, ayudándolo cuando la necesita, pero dejándolo por lo demás a
solas con sus pasatiempos intelectuales. Es casi maravilloso estar enamorada de un genio, y ser amada por él.
La vida puede ser un poco demencial, pero nunca monótona. Ella nunca sabe qué esperar a continuación. Por
ejemplo, ahora mismo, él le ha dicho que mire en el cajón inferior de la cómoda. Ella mira, extrañada, y
encuentra una gorra con borla, de angora blanca, y una bufanda que hace juego, «¡Sorpresa!», exclama él, y le
hace un guiño. «Es hermosa —responde ella—, ¿pero cuál es el motivo del regalo?».
ACUARIO: No hay ningún motivo. No es un día especial ni nada. Sucede que ayer recordé aquel día en que
pisoteé tu suéter de angora blanco con mis botas enlodadas, hace siete u ocho años, cosa que tú ni siquiera
mencionaste.
PISCIS: Pero ha pasado mucho tiempo desde entonces. Eres un encanto, al pensar en eso después de tanto
tiempo, en un día corriente, sin ninguna razón especial. ¡Gracias! Es realmente hermoso. Una magnífica
sorpresa para la mañana de un miércoles.
En realidad, hoy es su aniversario de bodas, y él no lo recuerda ni remotamente (en el plano consciente). Pero
ella no le dirá una palabra. Se limitará a sonreír, a arrojarle un beso tierno... y a regar los pensamientos
purpúreos que florecen sobre el antepecho de la ventana.
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