ARIES ACUARIO 

 

Fuego - Cardinal - Positivo Aire - Fijo - Positivo 

 

Regido por Marte Regido por Urano 

 

Símbolo: el Carnero Símbolo: el Aguador 

 

Fuerzas diurnas Masculino Fuerzas diurnas - Masculino

 

 

 

 

La relación ARIES-ACUARIO 

 

Empezaron el verso, pero nunca lo terminaron... 

 

Aries y Acuario tienen este elemento sobresaliente en común: ambos se sienten curiosamente atraídos porcualquier cosa nueva hasta que le extraen toda la diversión y la verdad. Entonces se deshacen de ella y pasan ala próxima aventura nueva y excitante. Estos dos no miran atrás ni lloriquean por el pasado, si son 

representantes típicos de sus signos solares. Para el Carnero, el hoy es siempre mucho más emocionante queel ayer. Para el Aguador de Acuario, el mañana es mil veces más fantástico que el ayer o el hoy. 

 

De vez en cuando, se apartan por separado del carril del tiempo, en algún punto situado entre el pasado, elpresente y el futuro, y chocan frontalmente el uno con el otro, en un encuentro que no forma parte delitinerario consciente de ninguno de los dos. Siempre se trata de un encuentro interesante, y predestinado,

planeado en una instancia superior mucho antes de que cualquiera de los dos hubiera nacido. Aries y Acuario 

son influidos por la vibración de signos solares 3-11, y la fusión de sus auras los lleva a las experiencias 

compartidas del viaje, la educación y el descubrimiento espiritual... y a los recuerdos kármicos de 

reencarnaciones anteriores, así como a las esperanzas, los deseos y los ensueños de la existencia actual. Ya 

veis por qué se encuentran recíprocamente fascinantes. 

 

Los Aries se precipitan sobre las cosas con una dedicación total (por el momento), entusiasmados y 

totalmente comprometidos con lo que está ocurriendo. Acuario es igualmente entusiasta, pero esta gente no se 

precipita sobre nada. Los Aguadores abordan todas las experiencias con un desapego premeditado, husmean, 

se rascan la cabeza y agitan las orejas... desde una distancia segura. Así pueden disfrutar de ellas sin 

complicarse ni atarse. Por supuesto esta sutil diferencia psicológica no os ayudará a diferenciar los cuando os 

crucéis con ellos por la calle. Pero hay otros medios. 

 

Es posible que el Carnero corra, con la cabeza gacha, arrojando confetti y disparando bengalas. Es posible 

que el Acuario pedalee en un uniciclo, masticando un rábano encurtido, y haciendo girar un hula hoop, con un 

quetzal amigo posado sobre el hombro. Ambos se destacan en medio de la multitud. 

 

Uno de los significados de la vibración 3-11 entre amigos, parientes, socios, amantes o cónyuges es: la 

obligación kármica. La asociación o relación implica ya sea un intercambio de grandes bienaventuranzas y 

dichas... o una gran aflicción que uno le produce al otro, quizás en forma de Aligación o responsabilidad, con 

efectos de largo alcance sobre la vida de ambos. 

 

El Acuario que tiene la dicha de contar con un amigo Aries que lo (o la) acompaña durante largos meses 

 

 

 

de tribulaciones o enfermedad (personal o en la familia), cuando nadie se preocupa o lo ayuda... puede 

preguntarse: «Por qué lo ha hecho?». El Carnero se limita a devolver un favor de una vida (sepultada en el 

inconsciente) durante la cual recibió una ayuda análoga. Quizás en el curso de este proceso, el Carnero recibe 

una dosis de esclarecimiento que lo encarrila hacia una carrera futura, hacia una meta o un sueño inesperado 

que no le habría sido revelado de ninguna otra manera, salvo en aquellas circunstancias en que el Carnero le 

ofrece ayuda al Acuario. Al invertir los signos se puede presentar la misma situación, con muchas variaciones 

en el tema. 

 

Otro Acuario administra los negocios de un Aries. y le evita problemas al Carnero con los recaudadores de 

impuestos y los acreedores, le desbroza las marañas financieras y le consigue préstamos milagrosos en 

condiciones imposibles... motivado inconscientemente por el recuerdo que lleva en el alma de la ayuda 

monetaria que recibió de Aries en otra época y en otro lugar... y así paga una deuda kármica. Un hombre 

Aries tiene un íntimo amigo de su mismo sexo, cuya esposa Acuario ve la amistad con malos ojos. Ella recela 

ilógicamente del Carnero, y él, a su vez, experimenta una tensión inexplicable cuando ella entra en la 

habitación. Es posible que al final el Carnero descalabre el matrimonio de su amigo con la mujer Acuario... o 

que la esposa Acuario impida que el Aries continúe una amistad valiosa con su marido. El desenlace depende 

del grado de evolución al que han llegado el Carnero y el Aguador a la hora del conflicto. El Karma es 

complicado. 

 

El bien o el mal que estos dos signos solares (o cualesquiera otros dos signos influidos por la vibración 311) 

se aportan mutuamente no es casi nunca de poca envergadura. El contacto no es casual, y ellos ejercen 

poco control consciente sobre su resultado. Sin embargo, si Aries y Acuario meditan sobre las leyes del 

Karma, o la reencarnación, comprenderán por qué uno de ellos está dispuesto a ayudar al otro, y aprenderán a 

aceptar el favor de buen grado. O comprenderán la situación inversa —por qué los dos continúan 

maltratándose insensatamente el uno al otro— y merced a esta comprensión, podrán poner fin a la 

configuración kármica mediante el sencillo acto de cancelación del Karma que consiste en perdonar y olvidar. 

De lo contrario, no harán más que acumular obligaciones adicionales para vidas- futuras, en las cuales las dos 

almas estarán encadenadas entre sí, en una sucesión interminable de estrechas relaciones, mediante la ley 

inevitable de la atracción y repulsión magnética, de la acción y reacción. 

 

Acuario es uno de los cuatro «signos humanos» del círculo astrológico. Los otros tres son 

Géminis, Virgo y Libra (a menos que contemos al Centauro. el Sagitario mitad caballo y mitad humano). Por 

consiguiente, las pasiones de Acuario son más controladas que las de los Carneros, cuyos amores y odios 

instintivos los hacen actuar a menudo por puro impulso animal, o para la satisfacción personal del ego. Los 

Acuario regidos por Urano suelen evadirse de la acción instintiva, enfilando hacia el mundo de la mente 

superior... y el dominio de la intuición pura. Esto les concede a los Aguadores una misteriosa aptitud 

parapsicológica o intuitiva. 

 

A veces los Carneros también parecen ser clarividentes, pero en realidad no lo son, en el sentido estricto 

de la palabra. Lo que ocurre es que se precipitan de cabeza en el foco de la situación, y la acción penetrante 

de su planeta rector, Marte, les suministra la respuesta correcta. Aries va directa e inmediatamente al meollo 

del problema, sin emplear ni la lógica ni el razonamiento racional: sencillamente lo obsesiona una necesidad 

abrumadora de zambullirse y llegar al fondo del asunto. Los pantallazos más rápidos e intrincados de los 

Acuario emanan de las longitudes de onda electromagnéticas con las que están sintonizados bajo la 

influencia de su planeta rector. Urano, que simboliza la electricidad, entre otras cosas... y también el rayo. 

Los Aguadores se limitan a captar una impresión del aire, o la absorben mediante una especie de ósmosis 

eléctrica, sin gastar una décima parte de la energía que despliega Aries para llegar a las mismas conclusiones. 

 

Aries y Acuario son esencialmente compatibles. Los une un cordón casi visible de comprensión. de 

manera que incluso cuando discrepan vehementemente siempre pueden sustituir la tensión por la armonía 

cada vez que se lo proponen. Se trata de la simpatía natural que existe entre el Fuego y el Aire, y de algo 

más. Excepto cuando hay desavenencias inusitadas entre sus horóscopos, se trata de las posibilidades de 

comunicación sin esfuerzo que están abiertas a todas las configuraciones de signos solares 3-11, en todos los 

canales. La tercera casa astrológica simboliza la comunicación de todo tipo: visual, mediante la palabra 

impresa, y también mediante la palabra hablada, incluyendo las mentes que hablan a las mentes, los 

corazones que hablan a los corazones. 

 

A los Carneros los acusan frecuentemente de ser soñadores ingenuos, poco prácticos. A los Acuario los 

acusan a menudo de ser sencillamente chiflados. Ésta es otra razón por la cual los dos generalmente se llevan 

tan bien. Ambos se sienten incomprendidos por el mundo y por todos sus habitantes. Ambos también piensan 

 

 

 

que marchan por el camino correcto, separada o conjuntamente, y que es el resto del mundo el que equivoca 

el paso y está descarriado. Naturalmente, esto los hace confluir... para reconfortarse mutuamente y protegerse 

recíprocamente del Sistema. Los Carneros son temerarios, los Aguadores están chalados... pero se las apañan 

para entretejer estas cualidades trocándolas en complicadas redes de duendes, milagros, arco iris y hechizos 

diversos. Así crean dirigibles de ensueños que, con gran sorpresa de las almas más sensatas, se remontan por 

los cielos azules de algunas empresas personales y comerciales delirantemente prósperas. 

 

La tolerancia de Acuario, inspirada por Urano, es un aislante que protege a la mayoría de los Aguadores 

de la conmoción producida por los caprichos súbitos y los anhelos muy originales y creativos de Aries. Habrá 

trances en los cuales los Carneros pensarán que Acuario no está totalmente en sus cabales, y en que Acuario 

temerá no estar en condiciones de soportar los arranques de agresividad de Marte. Sin embargo, en general, 

estos dos disfrutarán de una asociación demencia', fabulosa y singular. Acuario es un signo fijo, y por tanto 

los Aguadores pueden ser, ocasionalmente, más que un poco tercos. Pero la terquedad no hará mella en Aries. 

Sólo el amor y la bondad. En grandes dosis. 

 

Es posible que los Aguadores intenten esclarecer a los Carneros con sus teorías acerca de la inmersión del 

ego, aduciendo que esto genera paz y felicidad. Pero a Aries lo asusta sumergir el ego, tanto como sentirse 

devorado por un túnel oscuro. «¿Dónde me deja eso a mí? ¿Dónde estaré yo, el Mí-de-Mí... en una especie 

de vacío eterno?», se pregunta el Carnero. Los arianos nunca son expertos en el estado yoga del Nirvana. 

Perder la conciencia de ti mismo... ¿eso es el éxtasis? En este instinto, Aries tiene intuitivamente razón 

 

La mayoría de conceptos de Acuario están años luz por delante de su tiempo, y sin embargo no son más 

infalibles o inmunes al error de juicio que las ideas de Aries... aunque de todas maneras la sabiduría uraniana 

será vertida del pequeño cántaro marrón de Acuario, se la pidan o no. «Todos los problemas humanos emanan 

del énfasis desmedido en las emociones y de la exageración del sentimiento personal», afirma Acuario. 

 

«Las personas que niegan sus emociones y sepultan sus sentimientos personales son frías y desalmadas, y 

están privadas de todo esclarecimiento y percepción», replica Aries. 

 

Entonces... ¿a dónde van desde esa calle sin salida? Vuelven a sus duendes, milagros, arco iris... y dirigibles 

de ensueños. 

 

 

 

Mujer ARIES Hombre ACUARIO 

 

Entonces casi lloró, pero se dio cuenta de que ella se indignaría si en cambio reía. 

Así que rió con una risa altanera, y en la mitad de ésta se quedó dormido. 

 

Estos dos podrían pasarlo maravillosamente juntos, si la chica Aries sólo consiguiera meterse una cosa en la 

cabeza. Cuando un hombre Acuario se ríe, es porque se siente muy triste. Cuando llora, es porque se siente 

muy alegre. 

 

Una vez que entienda este importante juego que él juega, se sentirá más cómoda con todas sus otras tretas. 

Me refiero a los trucos que utiliza el Aguador para evitar que la chica adivine que él la ama. También a los 

que emplea cuando ya lo ha adivinado y él no quiere que descubra la magnitud de su amor, y no omitáis las 

estratagemas que usa cuando se da cuenta de que está irremisiblemente enamorado, pero aún intenta 

convencerse a sí mismo de que puede trocar nuevamente este sentimiento en amistad, antes de que sea 

demasiado tarde. 

 

Si os gustan los juegos, este hombre es más entretenido que una pila de crucigramas y un baúl lleno de 

fichas de póker. A la chica Aries le gustan los juegos. Pero esto tiene una pequeña trampa. Sólo le gustan 

cuando el otro jugador le permite ganar siempre. 

 

El hombre Acuario no soporta a las chicas Carnero que juegan ciñéndose a estas reglas. No le dará ventaja ni 

la dejará arrojar los dados de balde sólo porque ella derrama unas pocas lágrimas de cólera. Puesto que ella 

es tan independiente y agresiva, para ser mujer, probablemente le dirá: «Escucha, compañera (los Acuario 

llaman compañero a todo el mundo), si eres tan sensible, ¿cómo se explica que la semana pasada te haya 

visto en ese desfile de las feministas? A vosotras las mujeres que reclamáis iguales derechos os convendrá 

estar preparadas para asumirlos todos, incluidos los de transportar muebles, reparar las tuberías, cambiar los 

neumáticos... y combatir junto a los hombres en la guerra». 

 

Él se equivoca. Ella sólo se sumó al desfile porque no pudo resistir la emoción de los redobles. Al fin y al 

cabo, los Carneros son idealistas que a veces se ponen a aclamar una causa antes de conocerla a fondo. Es 

poco probable que ella esté formalmente afiliada a algún grupo feminista. ¿Una ariana? Ella nació liberada... 

y no tiene ninguna intención de renunciar a sus privilegios femeninos, sólo para demostrar que es igual, 

¡cuando sabe que es superior! 

 

Sólo se trata de que le gusta debatir los problemas de vez en cuando, para conservar aguzada la mente. 

Dirá, por ejemplo: «Tu argumento de que la igualdad de derechos implica que las mujeres deben vestir 

uniformes, coger ametralladoras y empezar a matar gente es equívoco y falaz. Si las mujeres gobernaran este 

país, no habría más guerras. Los partidarios de la violencia física, la lucha y la guerra son los hombres... y no 

son las mujeres». 

 

ACUARIO: ¿De veras? Una mañana bajo al sótano de una gran tienda, en medio de una liquidación. 

Conozco a un tipo que tiene una concesión para vender vendajes de la Cruz Roja en Macy's todos 

los sábados. El espectáculo le habría puesto blanco el cabello al general Patton en cinco minutos. Y 

después hablan de atrocidades perpetradas a sangre fría. Vosotras las mujeres con vuestras lágrimas. 

¡Qué farsa! 

 

Tarde o temprano, ella se quejará de que él es altanero y desapegado, o francamente cruel y sádico. (Para 

Aries lo uno equivale a lo otro. A sus ojos, altanero es sinónimo de cruel, y desapegado lo es de sádico.) 

Sencillamente es la admirable, aunque en verdad irritante, amplitud de criterios de él, la que lo aísla de las 

emociones mezquinas y personales de los individuos, en tanto promueve los sublimes ideales de la fraternidad 

masculina y femenina. El Acuario tiene más interés en descubrir una cura definitiva para el resfriado común 

que en alcanzarte un Kleenex cuando estornudas. Se preocupa más por los problemas de la geriatría y el 

envejecimiento que por ayudar a las ancianas a cruzar la calle, individualmente. Urano encauza sus 

sentimientos y su intelecto hacia la mitigación de todas las desdichas y los males del mundo en un futuro 

 

 

 

radiante. No le queda mucha compasión para las zozobras personales que afloran en torno de él en el día de 

hoy. 

 

No os equivoquéis: este hombre es básicamente afable y bondadoso. Y sus intenciones son nobles. Sin 

embargo, cuando tratéis con los Aguadores, pensad siempre en Robespierre (que tenía un ascendente 

Acuario). Sus principios morales y sus planes para la regeneración de Francia eran indudablemente muy 

sinceros e idealistas. Pero omitió considerar el hecho de que Francia era un país poblado por seres humanos 

con sentimientos, y empujado por su fanatismo revolucionario cortó muchas cabezas... en el sentido literal de 

la palabra. 

 

El Acuario procura ser optimista y comprensivo con sus amigos en aprietos... y con la chica Aries (que 

necesita de su ancho hombro para apoyarse y llorar después de que él la ha hecho sufrir). Pero esta 

comprensión también consiste a menudo en generalidades bastante vagas. Merced a la clarividencia típica de 

Urano, el Acuario comprende instintivamente el significado más profundo de la aflicción. Sabe que el alma 

sólo se perfecciona mediante el sufrimiento... y no le gusta enmendar la plana al destino. ¿Quién es él para 

trabar los engranajes de éste? Tal vez el destino es un sinónimo de Dios. (Ya veis que sus definiciones de los 

sinónimos también son un poco diferentes.) 

 

Está bien, así que el Aguador puede ser bondadoso y afable, tierno, dulce y divertido, cuando se le antoja. 

Pero sigue siendo frío y despiadado cuando se lo mira a través de los ojos sentimentales de la chica ariana, 

más sensible y extrovertida. La diferencia entre sus idiosincrasias se puede regular ocasionalmente mediante 

transacciones, pero nunca se puede superar totalmente. 

 

Él tiene centenares, quizás incluso millares de amigos. Ante semejante multitud, ella no se 

apasionará, obviamente, por todos ellos. (Ella no es Acuario... él lo es.) Cuanto más tiempo pase él con esos 

amigos, lejos de ella, tantas más oportunidades tendrá ella para sentirse celosa. Puesto que los celos son el 

talón de Aquiles romántico de la ariana, sus relaciones tendrán más probabilidades de prosperar si ella le 

permite traer sus amigos a casa que si lo obliga a encontrarse con ellos en el parque, junto a la jaula de las 

ardillas. Ella no podrá hacer nada para despojarlo de esta obsesión por la amistad. Él es un hombre 

humanitario. Disfruta de la compañía de la gente. Ella tendrá que convencerse sencillamente de esto. 

 

Lo que le conviene hacer es olvidar todas sus virtudes, como la visión, la originalidad, la clarividencia, la 

cordialidad y el humanitarismo... y concentrarse en sus defectos. (Sé que éste parece un consejo extraño, pero 

se trata de un Acuario, lo cual significa que todo lo que habéis aprendido debe volverse del revés, y leerse a la 

inversa tal como se refleja sobre un espejo). Los que los pueden mantener unidos son sus defectos, y no sus 

virtudes. Veamos algunos de ellos. 

 

Él es imprevisible. Ella deberá confesar que ésta es una cualidad excitante para Aries. Estimula la pasión de 

Marte por el desafío. También es excéntrico, raro, poco convencional y extravagante. Estupendo. Nadaaburrirá más a esta chica que un hombre envarado y sujeto a una rutina conservadora. Él escucha música 

extraña y corre en pos de un tambor alucinante y lejano (todos los Carneros adoran los desfiles). ¡Hurra! 

Bueno, qué me cuentas... ¡un desfile! Si ella se porta bien, él permitirá que le coja la mano y lo acompañe. 

 

En cuanto al tambor alucinante y lejano en pos del cual corre, para Aries un redoble es un redoble. ¿Qué 

importa? Cualquier tipo de percusión le hace palpitar el pulso y le dispara el corazón en espasmos convulsivos 

de esperanza entre estandartes de excitación tachonados de gloria. 

 

Sin embargo, es posible que su pulso palpitante se aplaque un poco cuando llegue la hora de alcanzar la 

satisfacción sexual con este hombre. Al principio, es posible que el empuje marciano más directo e inflamado 

de la chica Aries pase zumbando sobre la cabeza de su amante Acuario. ¿Qué se ha hecho de él? Hace un 

minuto estaba aquí. Oh, ahí está. Ella tendrá que volver atrás y recogerlo. Él aún está sentado en el mismo 

lugar, rascándose la oreja izquierda y tratando de analizar el primer beso. ¿Dices que esto no es todo? Bueno, 

qué interesante. 

 

 

 

Él está dispuesto a aprender y a dejar que ella le enseñe. Que él se gradúe o no algún día es harina de otro 

costal. No, ella no ha tropezado con un hombre virgen. Esto es posible, desde luego, pero probablemente la 

razón por la cual está pasmado y admirado consiste en que, para el Acuario típico, cada nueva experiencia 

vital es exactamente igual a la primera: hay que paladearla, saborearla, y después atesorarla o descartarla. Su 

actitud respecto del romance no es distinta. Como la atracción entre Aries y Acuario descansa esencialmente 

sobre el magnetismo emocional y la curiosidad intelectual, su unión sexual puede ser imprevisible. Se trata 

nuevamente del mismo problema de antes. El desapego aparente de él... y el disgusto de ella ante todo lo que 

no sea la satisfacción instantánea. Sin embargo, si la relación Sol-Luna entre sus horóscopos es armoniosa (y 

a menudo, aunque no lo sea), existen muchas posibilidades de que, con la práctica, la expresión física del 

amor termine por ser perfecta entre ellos. El aura de frescura ariana y la candidez de ella, su sinceridad básica 

respecto del amor sexual, lo fascinarán y lo inducirán a reaccionar con inusitada ternura. Pero-ella siempre 

deberá conservar la imagen ideal y la inocencia de la primera seducción. Y él también. 

 

La causa de muchos problemas de la pareja consistirá en que ella es cardinal, y por tanto le gusta conducir... y 

él es fijo, y por tanto se niega a seguir. Además, ambos nacieron bajo un signo solar masculino y, para colmo, 

ambos están regidos por planetas masculinos, poderosos e imprevisibles. Marte y Urano no son gelatinosos. 

Son igualmente explosivos y violentos, como los amantes o cónyuges gobernados por ellos y cuyos actos 

guían. La vibración 3-11 de amistad y comunicación espontáneas que existe entre ellos puede pulir algunas 

aristas de estos puentes escabrosos. Y la astrología tiene otros recursos para allanar el camino hacia la 

felicidad de la chica Carnero y su Aguador (y también del Aguador y su chica Carnero, porque cuando se trata 

de estos dos el carisma masculino de la propiedad y la posesión actúa en ambos sentidos). 

 

La libre asociación esotérica de pensamientos, puede prestarles una insospechada ayuda práctica, no 

obstante su cualidad mística. Deben tratar de meditar juntos sobre los estratos de significado más profundo de 

su configuración de signos solares 3-11. En astrología, esta relación se denomina sextil. Cuando pensáis en la 

palabra «sextil», aflora una imagen de copos de nieve y estrellas, porque el símbolo astrológico del sextil se 

asemeja a los unos y las otras. Tiene este aspecto: * * * * ¿y qué imagen podría ser más bella que la de los 

copos de nieve y las estrellas? 

 

El copo de nieve tiene un diseño único y original... y lo mismo le sucede al hombre Acuario. No hay dos 

copos de nieve iguales, y este hombre tampoco tiene par en la Tierra. En cuanto a las estrellas, son los 

diamantes refulgentes del cielo hacia los cuales los niños (y todos los creyentes) elevan sus deseos, y deben 

traerle a él reminiscencias de ella. Porque el corazón de la chica Aries será siempre el corazón de una niña, 

que cree en la magia y los milagros... en la primavera y la aurora... tan ingenuo y confiado... tan excitado por 

todos los nuevos prodigios y las emociones del descubrimiento... tan franco y cordial como el de un niño... e 

igualmente vulnerable, detrás de la fachada de baladronadas superficiales e independencia exterior. 

 

Los sorprenderá descubrir de qué manera este pequeño ejercicio de meditación los elevará de nuevo a la 

dicha y la risa desde las sombras del miedo y el rechazo, de los celos y la cólera. Si cada vez que ella ve un 

copo de nieve piensa en la singularidad de él... y si cada vez que él ve una estrella piensa en la inocencia 

infantil de las intenciones de ella... la tensión que los separa se derretirá y se trocará en comprensión, así como 

se derrite el copo de nieve... y refulgirá con una nueva promesa, así como refulge una estrella. 

 

Los copos de nieve y las estrellas pueden ser un mantra mágico para todos los amantes influidos por la 

vibración 3-11, pero sobre todo para este hombre y esta mujer. Los copos de nieve que caen y las estrellas 

fugaces pueden ser su clave privada de amor. 

 

A veces, estos dos signos solares os recuerdan la antigua fábula, ligeramente modificada. 

Un trasgo mágico de color púrpura viene a conceder tres deseos a la chica Aries y su hombre Acuario. Con el 

típico comportamiento excéntrico de Urano él pide una tarta de arándano. En lugar de dejar a los demás en 

paz y de pedir lo que le reclama su corazón, la chica Carnero se siente tan agraviada y encolerizada por el 

deseo impertinente de su amante que exclama: «¡Ojalá la estúpida tarta se te pegue a la nariz!». Y 

naturalmente deben sacrificar el tercer y último deseo para despegarle la tarta de la cara. 

 

 

 

Es triste que dos personas que se aman hayan agotado todos sus deseos. Sin embargo, es posible que les 

quede algo de ayer para utilizarlo como puente hacia el mañana. ¿Qué me decís de todos esos ensueños locos 

y...? ¡Un momento! ¡Escuchad! ¿No es ése el redoble de un tambor alucinante y desafinado que suena a lo 

lejos? Sí, lo es. Los dos lo han oído. 

 

Al diablo la reyerta. Él la coge fuertemente por la mano y ambos echan a correr juntos para sumarse al 

desfile (con el Carnero a la cabeza, desde luego). Ahora, si por lo menos ella pudiera evitar que él coquetee 

con las elefantas... y él pudiera evitar que ella llore sobre los payasos. 

 

Bueno, ¿qué os parece? ¡Nieva! Y han aparecido las estrellas. 

 

Hombre ARIES Mujer ACUARIO 

 

Él frunció el ceño. 

—He vuelto —dijo vehementemente—. ¿Por qué no me aclamas? 

 

 

Es el 9 de abril de 1971, el día (aunque no el año) del nacimiento de él, y acaba de enviarle *a su madre un 

telegrama de felicitación. Ahora tiene prisa por arrojarse en brazos de la chica Acuario que ama. Entra 

precipitadamente, la abraza con vehemencia, le estampa un beso apasionado en la mejilla, y dice algo más o 

menos como esto: «Se me ha ocurrido una idea fabulosa para celebrar mi cumpleaños esta noche. Iremos al 

barrio bohemio y cenaremos en ese pequeño restaurante italiano donde nos conocimos, y después veremos a 

Ali MacGraw y Ryan O'Neal en Love Story». 

 

 

La chica Acuario mira con expresión soñadora un punto situado por encima del hombro izquierdo de él, y 

murmura: «Me pregunto cómo apareció en el cielo raso esa mancha de betún. Quizá podría pintar algunas 

flores y símbolos de la paz para cubrirla. Sensacional. Un mural en el techo, como el de la Capilla Sixtina...». 

 

 

ARIES: ¿Qué tiene que ver eso con mi cumpleaños? 

ACUARIO: Lo siento, cariño. Habría jurado que Miguel Angel nació en Italia... quizá fue en Francia... 

 

 

Veréis, la única palabra que ella captó de su exuberante discurso fue «italiano». Cualquier astrológo 

competente podría deciros que esa noche habrá jaleo en River City. (Si os parece que estoy haciendo una 

ensalada geográfica, no importa, los Acuario que me lean entenderán.) Sin embargo, es un error suponer que 

una Aguadora no está siempre alerta, sólo porque parece ambigua y distante. En realidad, a ella no se le 

escapó nada. Si queréis una prueba, volvamos a River City... 

 

 

ACUARIO: ¿Qué pasa, cariño? Pareces preocupado. 

ARIES: No estoy preocupado. Estoy furioso. 

ACUARIO: Tiene un ascendente Tauro. 

 

 

ARIES: ¿Quién tiene qué? 

ACUARIO: Ali MacGraw. Es Aries, como tú, pero tiene un ascendente Tauro. No paré de llorar desde 

 

 

que leí la primera frase. 

ARIES: Ahora me has desorientado. Me has desorientado por completo. 

ACUARIO: ¿Qué puedes decir de un chica de veintiún años que ha muerto? ARIES: 

¿Piensas suicidarte? Nena, no estoy tan furioso... ¡te lo juro!

ACUARIO: Ésa era la primera frase del libro. Estoy ansiosa por ver la película. Y ese extravagante 

 

camarero italiano, menudo, con el pelo rizado y el bigote, que adivinó que estábamos enamorados... 

 

así que trajo velas y flores y vino a la mesa... y, oh, ¡esto me recuerda algo! Quiero regalarte para tu 

 

 

 

cumpleaños una botella de la misma marca de vino que bebimos aquella noche. Tendré que anotarlo, 

para no olvidarme. ¿Es el próximo mes, verdad? ¿Por qué me miras así? ¿Fue el mes pasado? 

 

Bueno, a ella se le pueden escapar algunas cosas... 

 

La chica Acuario tiene un extraño aire de distraída abstracción. Algunas personas interpretan que sueña 

despierta. La abuela lo habría definido como un ensimismamiento. El Carnero lo considera un agravio 

imperdonable. Para el Aries, que como recordaréis nació bajo un signo cardinal, el pecado cardinal consiste 

en desentenderse de él. Ella no se desentiende de él, exactamente. Y por otro lado, eso es lo que hace. Pero no 

más de lo que se desentiende de cualquier cosa que pueda encadenarla a un hecho específico cuando ella se 

concentra en algo que no está ni remotamente relacionado con lo que sucede delante de sus narices. 

 

El ariano medio se enamora impetuosa y totalmente. y exige una respuesta inmediata. Si no la obtiene pronto, 

muy pronto, entra en acción su mecanismo interior de defensa contra todo lo que pueda lesionarlo, y sepregunta: «¿Pero quién la necesita?» Él la necesita, quizá, mucho, pero Aries no es un signo que se arriesgue 

a no ser correspondido en el amor, si puede evitarlo. A una chica Acuario nunca le resulta tan fácil sentirse 

segura de que está enamorada, aunque un hombre le interese mucho. Ello es producto de que pesa sobre ella 

la maldición —o bendición— de la amistad, propia de Urano. (Puede ser lo uno o lo otro, por turno. 

Depende.) Ella encuentra algún rasgo fascinante y cautivante en casi todos los desconocidos con los que se 

cruza, para no hablar de todos sus conocidos. ¿Cómo distinguir esa fascinación del amor? A esta chica le 

resulta verdaderamente difícil contestar la pregunta: «¿Es amor o amistad?». Lo único que sabe con certeza es 

que el amor debe empezar por la amistad. No es para ella la química exclusivamente corporal que consume a 

algunas parejas y les hace pensar equivocadamente que están hechos el uno para el otro. Esta mujer nunca 

interpreta que las diferencias anatómicas entre el hombre y la mujer constituyen una razón suficiente para 

comprometerse emocionalmente. Su esencia es el Aire, nació bajo un signo mental... y debe sentirse 

intelectualmente atraída por el hombre antes de que le parezca sensato contemplar la posibilidad de entablar 

una relación sexual o romántica. No se trata de que no sea capaz de olvidar un error circunstancial. Al fin y al 

cabo, no es una casta mojigata. Pero comete menos errores de juicio que sus hermanas de signo solar que sólo 

buscan una sensación de compenetración física junto al hombre. 

 

Ella busca algo más. No sabe con mucha certeza qué es... pero indudablemente es otra cosa. Una vez que 

la encuentra se interesará apasionadamente por el juego corporal, pero hasta entonces no se dejará seducir por 

el jugador común que sólo busca el placer sensual. Tampoco se dejará apabullar fácilmente por las insistentes 

declaraciones de amor idealista que le formulará el ariano, fundadas únicamente sobre la emoción impulsiva. 

Pero tampoco es en absoluto vergonzosa, y apenas se convenza de que será intelectualmente excitante, 

estimulante y valioso intimar más a fondo con el Carnero que la atrae, no se molestará en recurrir a las tretas 

de la coquetería para tenerlo sobre ascuas. Lo más probable es que anuncie, súbita e inesperadamente, cuando 

él esté menos preparado para semejante noticia bomba: «Creo que te amo. ¿Por qué no pasas la noche 

conmigo?», o tal vez: «¿Por qué no vivimos juntos?». 

 

Esto lo sobresaltará por un momento. Un momento fugaz. Pero puesto que él es tan veraz y sincero como ella 

(ambos desprecian la hipocresía y a ninguno de los dos les importa un rábano lo que opinan los vecinos... 

hacen lo que se les antoja y les encanta transgredir las convenciones y desafiar las estúpidas reglas de la 

sociedad), se recuperará enseguida y aceptará su sugerencia. Cuando esta iniciativa emana de un hombre, es 

una proposición. Cuando proviene de una mujer, no es más que una sugerencia amistosa. Estas sutilezas se 

cuentan entre las ventajas de la condición femenina a las que es difícil renunciar a cambio de los beneficios de 

la equidad sexual propuestos por la Ley de Igualdad de Derechos. 

 

La mención de la equidad sexual nos trae a lo que quizás es el aspecto más importante, y más amenazante, de 

una relación entre estos dos. Ella ha nacido bajo un signo solar masculino, y el planeta también masculino 

Urano guía agresivamente sus actitudes y sus actos. El Carnero ha nacido asimismo bajo un signo solar 

masculino, y sus actitudes y actos también son guiados agresivamente por el planeta Marte, igualmente 

masculino. Para rematar este empate astrológico, ella es fija (testaruda) y él es cardinal (decidido). Esto 

puede parecer muy desalentador, como el juego infantil en que un crío traza una raya y desafía a otro para 

 

 

 

que la trasponga... o como un enfrentamiento, cañón a cañón, entre el general Lee y el general Sherman. Pero 

entre estos dos no todo es tira y afloja. También hay una buena dosis de toma y daca, principalmente gracias 

a la benéfica influencia kármica de su configuración de signos solares 3-11. Ésta introduce en su relación 

toda clase de bellos dividendos y de estímulos para la dicha y la armonía. El más benéfico de todos es el 

aspecto amistoso de la vibración 3-11, que permite que las parejas influidas por ella sean amigas, además de 

amantes. Ya veis cómo esto puede resolver muchos de los problemas del Carnero respecto del fetichismo de 

ella por la amistad, propio de Urano. Además, esta influencia genera la atmósfera apropiada para la 

comunicación libre y fluida entre ambos... durante la mayor parte del tiempo. Les resultará más fácil que a la 

mayoría de las parejas conversar acerca de sus desacuerdos... y comunicarse recíprocamente sus 

sentimientos. Ambos se beneficiarán más o menos por partes iguales de esta virtud peculiar de la vibración 

personal de su configuración de signos solares, porque ella es un signo de Aire y a todos los signos de Aireles gusta hablar. Él es un Aries, y le gusta aún más. Todas estas ventajas diluyen un poco el efecto negativo 

del enfrentamiento entre el fijo y el cardinal y del empate entre los dos signos masculinos. Lo cual no implica 

que esto último se pueda desestimar por completo. Seguirá siendo necesario lidiar hasta cierto punto con 

dichos problemas, pero no resultará difícil —ni imposible, por cierto— encontrarles solución. 

 

Una vez que ella ha resuelto que esta relación merece su entrega total, la compatibilidad sexual entre el 

Carnero y la chica Aguadora (que, entre paréntesis, no obstante su nombre de Aguadora no tiene la esencia 

del Agua, sino la del Aire... en razón de una de sus muchas contradicciones), encierra el potencial para una 

rara y bella fusión. Pero el potencial necesita estímulo para desarrollarse. Es posible que ella se sienta 

intrigada por la vehemencia del deseo de él y por la abrumadora pasión con que le hace el amor. Igualmente, 

siempre es positivo que una mujer Acuario se sienta intrigada por algo, porque es curiosa y generalmente no 

descansará hasta haber resuelto cualquier enigma que le planteé la vida o el amor. Sin embargo, he aquí una 

advertencia para el Carnero. La Aguadora se aburre rápidamente después de haber armado el rompecabezas y 

satisfecho su curiosidad. Así que el mejor sistema para garantizar que la unión física seguirá produciéndoles 

el mismo éxtasis maravilloso del comienzo, consistirá en que el hombre Aries encare siempre su 

acoplamiento sexual como algo especial, diferente, y de alguna manera inusitado. De vez en cuando deberá 

modificar la forma de abordar sus intimidades. A ella no le molestará que las variaciones impliquen una 

profunda y silenciosa comunión física después de una reyerta, de modo que la súbita satisfacción del apetito 

amoroso se convierta en una elocuente disculpa mutua sin palabras... o que impliquen la elección de una 

circunstancia insólita para consumar sus necesidades eróticas a una hora extravagante del día, de manera que 

éste no sea siempre un ritual nocturno... o que él decida poner música clásica durante su contacto, y que 

ponga el estéreo a todo volumen hasta hacer imposible el intercambio de palabras tiernas (e innecesario, 

porque la música tiene un exultante efecto afrodisíaco)... o que susurren y hablen constantemente durante la 

expresión física de su amor... y que él le recite poesías o le cuente historias cómicas de canguros... o que él 

sea dulce y delicado o violento y feroz... con tal que la sexualidad no sea nunca monótona y aburrida, ni un 

ritual repetitivo. El ansia de variación de ella es algo que él deberá entender. 

 

Ella deberá entender que este hombre se siente herido más profundamente de lo que jamás dejará traslucir 

cuando la esporádica indiferencia sexual de ella lo induzca a pensar que no lo necesita realmente. Ella nunca 

deberá reaccionar ante sus arranques sexuales con algo que no sea un entusiasmo sincero y devorador, y 

siempre deberá recibir sus abrazos con júbilo y una expectación inconfundibles. De lo contrario él quedará 

temporalmente impotente y no podrá expresarle su amor físico, en razón de un sentimiento inconfesado de 

ineptitud, que ella tal vez ni siquiera note, porque para la Acuario la sexualidad, como todo lo demás, no es 

sino otra faceta de su variada existencia. Es posible que un sábado por la mañana ella esté poniendo a punto 

alegremente el motor de su auto, o que esté correteando por el bosque y recogiendo un ramillete de flores 

silvestres, durante uno de estos períodos de enfriamiento, sin sospechar ni remotamente por qué él está tan 

cariacontecido y frustrado. Ella deberá exhortarse a estar más atenta a sus estados de ánimo, deberá olvidar el 

tacómetro y dejar caer el ramillete de acederas, y deberá murmurarle al oído que necesita descansar un rato 

(en sus brazos, por supuesto), pero cuidando que no parezca que ella es la iniciadora del acoplamiento que 

sugiere. 

 

Para mantener sexualmente satisfecho y feliz al Carnero hay que proceder con mucha consideración, y 

esta mujer, si bien no es deliberada o intencionalmente desconsiderada, puede dejarse absorber por una 

multitud de actividades e intereses maniáticos, mientras descuida la única actividad importante: su amor 

recíproco. 

 

 

 

A veces los anhelos de experimentación y la conducta imprevisible de la mujer Acuario, propios de Urano, le 

caen al Carnero que la ama sinceramente como un amasijo de humores desordenados, cambiantes, y de 

chispazos de atención desquiciantemente breves. Tiene la impresión de que no puede atraparla... como si 

fuera una mariposa o una alondra. Pero si no intenta dominar su personalidad y le concede la libertad que 

necesita para desarrollar su individualidad, un' día todas sus múltiples vocaciones se integrarán 

espontáneamente en el conjunto de su ser fascinante. 

 

A veces, la ambición arrolladora, la energía infinita y la profusión de ensueños que se disparan como 

cometas por el aura vibrante del hombre Aries, determinarán que la mujer Acuario que lo ama sinceramente 

se sienta como si estuviera viviendo en compañía de un saco lleno de fuegos de artificio, prontos a estallar al 

solo contacto con una cerilla. Aparentemente ella no puede convencerlo de que reduzca la marcha y se 

acomode a su enfoque de la vida, complicado e intrincado, pero más lento y soñador. Pero si cuando él 

tropieza y cae, ella siempre se acuerda de comunicarle que lo ama de todo corazón tanto como cuando está 

eufórico por la victoria (y quizás aun más, en razón de su vulnerabilidad), sus emociones madurarán 

gradualmente y su confianza crecerá hasta convertirse en un árbol descomunal de estabilidad. Entonces ella 

deseará que vuelva a ser un niño impulsivo, porque echará de menos su espontaneidad. Veréis, es que la 

gobierna Urano, el planeta del cambio. Así que arrojará perversamente una cerilla dentro de su saco marciano 

de fuegos de artificio sólo para verificar si sigue siendo el hombre que la hizo reír por primera vez cuando 

estaba triste y llorar cuando estaba contenta, al recordarle su propia primavera, la de ella, cuando todo estaba 

verde y fresco y nuevo. Sus dudas no durarán mucho. Las luces de Bengala siguen siendo inflamables... y los 

triquitraques también. Él sólo fingía ser maduro y estable. Y esto lo hará muy, muy feliz, a la manera de 

Acuario, o sea demencialmente y patas arriba. Tan feliz, que le dará la sorpresa de regalarle una botella del 

vino con el que brindaron aquella noche en el barrio bohemio. (Estarán en agosto, y su cumpleaños cae en 

abril, pero da lo mismo. A él no le importará.) Después ella levantará el volumen del estéreo. El Concierto de 

Varsovia. Quizá la Rapsodia en Azul. O la Quinta de Beethoven. 

 

Una Casandra de Acuario urde un conjuro de magia druida y locura maravillosa del que el hombre Aries 

no escapará nunca. Más tarde, cuando ambos estén «descansando» (la idea fue sólo de él), él mirará el cielo 

raso y comentará: «Sabes, cariño, el mural que pintaste para cubrir la mancha de betún me recuerda a un 

cuadro de Miguel Ángel». 

 

«¡Hurra! —exclamará ella, jubilosa—. ¿Cómo supiste que quería ir a Italia en otoño?» ¿Cómo lo supo? Muy 

fácil. El dominó por fin la modulación de alta frecuencia y sintonizó la onda de Urano. Además, él también 

siempre quiso visitar la Capilla Sixtina. Quizá podrán ir allí para celebrar el cumpleaños de ella, le dirá... en 

octubre. Ella sonreirá y dirá que es una idea estupenda. Siempre se ha preguntado cómo se sentiría si fuerauna mujer Libra. Él le dirá que eso sería formidable, porque, en su condición de Leo, siempre ha deseado 

tener un amorío con una Libra. Entonces entablarán una batalla con almohadas. Triunfará ella. Plumas por 

todas partes. A él no le disgustará haber perdido. Sí, finalmente están sintonizados. 

 

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TAURO ACUARIO 

 

 

Tierra - Fijo Negativo Aire - Fijo - Positivo

 

-

 

Regido por Venus (también por el 

 

Regido por Urano

 

planeta Pan-Horus) 

Símbolo: el Toro Símbolo: el Aguador 

Fuerzas nocturnas Femenino Fuerzas diurnas - Masculino

 

 

 

 

La relación TAURO-ACUARIO 

 

... ellos sabían que era ficción, en tanto que para él la ficción y la verdad eran exactamente lo 

mismo. A veces esto los alteraba, como por ejemplo cuando debían fingir que habían cenado. 

 

Una antigua canción chippewa comienza así: 

 

cuando mis ojos escudriñan la pradera siento el verano... en 

primavera 

 

Seguramente un chippewa Acuario entonaba esta canción en el Jardín de los Dioses, al amanecer. Expresa 

muy elocuentemente la esencia de los Aguadores, que sienten el verano en primavera, y el invierno en otoño, 

adelantándose siempre una estación a todos los demás. Su visión típica de Urano, que abarca los años, las 

décadas e incluso los siglos, les permite disfrutar de una o dos dimensiones adicionales, y esto explica la 

expresión vaga de sus ojos. 

La rara facultad de escrutar el mundo del mañana sin perder la nítida conciencia del mundo de hoy implica la 

participación de la inteligencia, el instinto y la imaginación, que funcionan al unísono como una trinidad, 

plácida y simultáneamente. Cuando los Piscis espían el mañana, a menudo descuidan el presente, y las 

fugaces vislumbres del futuro que tienen esporádicamente los Sagitario son ni más ni menos que eso: breves 

pantallazos proféticos. Los Escorpión se apasionan tanto por la dimensión en la que flotan, cualquiera que 

ésta sea, que no pueden prestar atención a las otras al mismo tiempo. Sólo los Aguadores son capaces de hacer 

malabarismos con la inteligencia, el instinto y la imaginación como trinidad, permitiéndoles formar una 

imagen tridimensional y perfectamente sincronizada del pasado, el presente y el futuro. Ahora entendéis por 

qué a Acuario lo llaman el «signo del Genio». 

 

Sin embargo, algunos hombres y mujeres Acuario disfrutan tanto en el mañana, o en el ayer, que olvidan 

su talento para la sincronización, y resuelven quedarse allí de visita durante un tiempo, en sus cuerpos 

astrales, mientras dejan atrás sus cuerpos carnales para que se las apañen como puedan durante su ausencia, 

deambulando como zombies, sin oír ni ver, y articulando sólo un murmullo ininteligible. ¿Entendéis por qué 

a Acuario también lo llaman el «signo de la Locura»? 

 

¡Ah, el Genio y la Locura! Son inseparables, como el perro y las pulgas, y todo Acuario que transite por 

el mundo es lo primero, al mismo tiempo que lo hostiga, de tiempo en tiempo, la segunda... o la acusación de 

padecerla. Desde Mia Farrow Previn huta Lewis Carrol, desde Abraham Lincoln hasta Tallulah Bankhead, 

 

11 

 

 

desde Ayn Rand y Telly Savalas hasta Vanessa Redgrave y el perro de Charlie Brown, Snoopy (alias Joe el 

Sereno y el Barón Rojo), los Acuario saben muy bien que poseen esta doble naturaleza, por mitades, y todos 

reaccionan con una indiferencia casi maravillosa, y reconocen alegremente sus excentricidades, como el 

astrólogo Acuario Carrol Righter, que contestó jocosamente: «¡Bueno, cua, cua!», cuando su madre lo llamó 

«patito raro». 

 

La gran estrella Minnie Pearl nos habla de un hombre de su ciudad natal que no es muy espabilado. 

Cuando abre la boca y exclama «¡Hola!», ya ha dicho todo lo que sabe, afirma Minnie. Ésta no debería 

juzgarlo con excesiva prisa. Podría ser un Acuario, disparado en uno de sus extensos viajes por el éter. El 

mecanismo de la máquina del tiempo que lleva en el coco se atascó, quizás en otro siglo, atrapado en unatorsión espacial (una especie de agujero en el cielo), y aún no ha regresado. Pero regresará. Él o ella regresará. 

Los Aguadores siempre practican una cuenta atrás desde el mañana, y reaparecen más vivaces que cuando 

partieron en sus cápsulas mentales. Los Acuario que conservan más a menudo el equilibrio entre todas las 

dimensiones y que se pierden con menos frecuencia en una torsión espacial son los profetas, visionarios, 

cerebros creativos y genios inventivos de la humanidad masculina y femenina. Ellos y ellas recogen las aguas 

de la sabiduría y la verdad suprema de los profundos pozos del mañana y la derraman en un flujo continuo, 

con sus extravagantes disfraces de chalados, ya sean éstos científicos e inventores, o músicos, artistas, 

escritores, políticos, taxistas, barberos y jefes indígenas e indias chippewas. Esto explica más o menos el 

«dónde está la cosa» de Acuario: «la cosa» es su conciencia y el «dónde» es la triple dimensión del tiempo y 

el espacio que ellos visitan. 

 

En cuanto a los Toros, podemos sintetizar muy rápidamente su posición en el tiempo y el espacio. Tauro está, 

sólido y tangible, en el aquí y el ahora. Poco importa el «de aquí para atrás» y el «de aquí en adelante». 

Generalmente, tanto a los Toros macho como a los hembra les resulta más que suficiente una sola dimensión. 

Por lo que concierne a estos hombres y mujeres, ya hay bastantes problemas para resolver en este nivel, en el 

presente, sin necesidad de revolotear buscándolos en otros niveles del pasado o el futuro. Quizás el mañana 

fue hecho para algunas personas. Pero es posible que al Tauro nunca le llegue. Hay que ocuparse del hoy. 

Incluso el rarísimo Toro «vidente», como el Tauro Peter Hurkos, está pegado a la Tierra. Es posible que 

Hurkos se proyecte al futuro, o que se remonte al pasado, merced a otras posiciones planetarias de su carta 

natal, pero cuando vuelve de sus breves incursiones, muy poco taurinas, quiere su cena, y la quiere 

puntualmente. También paga sus cuentas, se ocupa de sus asuntos, y pretende que los demás hagan otro tanto. 

Asimismo, el vidente Tauro sólo esparce predicciones para convencer a la gente de que debe comportarse 

sensatamente ahora mismo, y de que debe prepararse, con espíritu práctico, para cualesquiera emergencias 

que el Toro haya vislumbrado en el futuro. 

 

A diferencia de Acuario, Tauro no es extravagante ni chalado. Tauro personifica los cuadros realistas de Norman 

Rockwell... en su totalidad. Los ojos de Tauro no contienen la expresión vaga de Acuario. Son dulces, serenos... y 

a veces duros como canicas, cuando el Toro se enfurece (cosa que no sucede muy a menudo, pero que cuando 

ocurre compensa su rareza con su intensidad). Sin embargo, los Tauro, como los Acuario, mascullan frecuentemente 

monosílabos ininteligibles, como «Sí», «No», «Ajá», «Hum» y «Grrmmmmmfff». De modo que en este contexto 

existe una vaga semejanza entre ambos. Los dos nacieron bajo un signo fijo, en razón de lo cual también tienen 

en común una cierta tenacidad (que tal vez prefiráis llamar obstinación). Exceptuando estas similitudes, son todo lo 

distintos que pueden ser dos seres humanos, sin por ello dejar de reconocerse como habitantes del mismo planeta. 

(Aquí hay que admitir, con toda sinceridad, que a veces Tauro y Acuario no se reconocen como habitantes del 

mismo planeta.) Tauro desea mantener el statu quo. Acuario desea alterarlo. 

 

Imaginaos a estos dos, mirándose desde extremos opuestos de una habitación, o desde aceras opuestas de la 

calle. Acuario, la bola de cristal saltarina... y Tauro, el terrón de tierra adorable pero sólidamente implantado. Es 

difícil imaginar el diálogo que entablarían, si resolvieran acercarse, ¿verdad? O sea, al fin y al cabo, ¿qué le dice un 

terrón de tierra, adorable pero sólidamente implantado, a una bola de cristal saltarina? ¿Grrmmmmmfff? ¿Y: 

qué, en nombre del cielo, le dice una bola de cristal saltarina a un terrón de tierra sólidamente implantado pero 

adorable? ¿¿¿¡Hola!??? Bueno, permitid que os. informe que, dejando de lado lo que puedan pensar los 

habitantes de la ciudad natal de Minnie Pearl, este intercambio de saludos nunca transmitirá, por cierto, todo lo 

que cada uno de ellos sabe. 

 

Tauro, no suele ser, una máquina parlante, que divulga todos sus conocimientos entre los desconocidos. Sin 

embargo, los datos prácticos y el sentido común que los Toros han acumulado cautelosamente y almacenado 

sistemáticamente en sus cabezas son igualmente poderosas herramientas mentales cuando resuelven aguzarlas y 

montar una casa, un imperio financiero, una carrera... o un medio inconmovible para conquistar el amor y la amistad. 

Realmente todo lo que Tauro sabe no se reduce a un «Grrmmmmmfff». Pero esto puede ser todo lo que los 

 

12 

 

 

Toros están dispuestos a comunicar al Acuario en un primer encuentro, hasta haber tenido tiempo de decidir si 

el Aguador es digno de la energía indispensable para mantener otras conversaciones. 

En cuanto a Acuario, los hombres y mujeres regidos por Urano siempre saben mucho más que lo que dejan 

derramar de sus pequeños cántaros marrones. Ellos se divierten en la vida interpretando a W. C. Fields, 

hablando en sánscrito, bajo el agua... y a veces interpretan, para variar, a Peter Lorre o Boris Karloff, 

susurrando por un megáfono mientras mascan un chicle hinchable bajo el agua. Cuando éstán en tierra firme, 

utilizan un dispositivo mezclado de palabras (invisible, por supuesto) merced al cual sus conversaciones 

típicas de Urano suenan a menudo como una cinta magnetofónica pasada al revés, .a toda velocidad. Incluso 

cuando sus comentarios son tan claros que suenan como una cinta magnetofónica pasada normalmente, a 

marcha lenta, por lo general hay muchos blancos, donde el contenido de la grabación ha sido borrado. ¿No lo 

habéis notado? Tauro sí lo ha notado, con frecuencia, y suelta un gruñido o un «Grrmmmmmfff» de disgusto, 

negándose a lidiar con semejante tontería. O... ¿acaso los Aguadores se limitan a accionar sus interruptores a 

ratos, cuando desean extirpar un pensamiento, una idea, un sentimiento o un concepto demasiado avanzado 

para la comprensión del vulgar mortal? Sea lo que fuere, lo importante es que Tauro y Acuario se 

comunicarán entre sí exactamente .como se comunican con el resto de nosotros... a su hora y a su manera. 

 

Ésta es una configuración de signos solares 4-10, lo cual significa que la compatibilidad y la comprensión 

entre éstos dos sólo se logra con esfuerzo... y es recompensada, cuando al fin se materializa, con la agradable 

sensación de haber conseguido algo valioso. Suponiendo que hayan roto el hielo con un «Grrmmmmmfff» y 

un «¡Hola!», ¿cómo demolerán luego las apocadas barreras de Tauro, y el desapego de Acuario, para entrar 

en acción como una unidad? Esto depende de muchos factores. Para empezar, los Tauro son mucho más 

circunspectos que los típicos Aguadores, cordiales y gregarios. Incluso los Acuario tímidos consideran que 

todos son sus «amigos», desde el cartero hasta el Presidente (el Presidente de la filial local de la Liga Contra 

la Contaminación, o el Presidente de los Estados Unidos... los Acuario casi no notan la diferencia). Ya es 

bastante que estos individuos atinen a reconocer la diferencia entre chicos y chicas, vértice y base, arriba y 

abajo, negro y blanco, frío y caliente, etcétera, etcétera. El Acuario típico no tiene prejuicios a la hora de 

elegir compañeros. «Compañero» es una palabra que la gente de Urano utiliza para describir a amantes, 

maridos, esposas, gatos, perros, ardillas, niños, vecinos, delfines, atracadores, carteristas, parientes y así 

hasta el infinito. Todos son «compañeros». A veces cambian este término por «mi camarada», «mi viejo 

compañero», «mi buen compañero», «mi amigo»... pero nunca por «mi mejor amigo». Los Acuario tienen 

tan pocas preferencias respecto de sus amigos como espíritu selectivo para elegirlos, así que nunca nadie se 

convierte en el «mejor amigo» de un Acuario. 

 

Tauro es sólo uno más en medio de la multitud. Los Toros pueden tender su copa vacía, si lo desean, y 

los Aguadores se la llenarán. Pero los hombres y mujeres (y niños) regidos por Urano no soportan los largos 

silencios y los accesos de mal humor del Toro. En el mundo hay demasiados sedientos que necesitan de su 

tiempo y atención, y que también necesitan beber largamente de las aguas de la sabiduría uraniana. 

 

El Tauro medio tarda varios años en encontrar un amigo, un auténtico amigo, sin contar los familiares y 

conocidos fortuitos. Acuario tarda aproximadamente sólo cinco segundos en exclamar: «¡Hola, compañero!». 

Entonces os ha contado, según creéis, todo lo que él (o ella) sabe, en el sánscrito de Urano, claro está, o 

quizás en jeroglíficos de Acuario... así que ahora sois amigos, ¿verdad? Tauro desconfía de las amistades que 

se forjan rápidamente, que se toman a la ligera y que están definidas en términos tan ambiguos. 

 

Si estos dos aprovechan una relación armoniosa Sol-Luna-ascendente entre sus cartas natales, finalmente 

empezarán a hablar el mismo idioma, y podrán comunicarse. Incluso sin la ayuda de un intercambio 

favorable de luminarias ascendentes, y de otros aspectos armoniosos de sus horóscopos, aprenderán muchas 

lecciones valiosas el uno del otro, y su educación recíproca podría ser divertida y crepitante, además de ser 

mental y emocionalmente estimulante... y podría contribuir a la expansión de sus almas. Las almas también 

necesitan ejercitarse, como los cuerpos. Éste es el objetivo de la vibración 4-10. 

 

Si sus respectivas luminarias y ascendentes están en cuadratura u oposición, es posible que estos dos signos 

solares tengan que aprender a protegerse durante los cuerpo a cuerpo. A los Toros los irritará el aire de etérea 

despreocupación de los Acuario, que tal vez parecerán estar mirándolos con desdén y condescendencia desde 

lo alto de las nubes. Los Aguadores necesitarán sujetarse con fuerza para no resbalar sobre el límite inestable 

que separa el genio de la locura, cuando los terrenales Tauro les hagan sentir que arrastran tras de sí el peso 

muerto de la desaprobación del Toro durante sus viajes al espacio exterior. 

 

Aunque circula el rumor de que una vez una vaca solitaria se lució con un salto gigantesco, al Toro le 

resulta difícil saltar sobre la Luna, no obstante su fuerza colosal. Tan difícil como le resulta al Acuario 

 

13 

 

 

permanecer aprisionado por una valla de alambre de espino, en un prado apacible pero monótono. Pero si es 

cierto que «el plato huyó con la cuchara», como en la canción infantil, ¿por qué un Toro no habría de poder 

retozar alegremente con un Aguador? En los reinos de la tolerancia y el regocijo, los gatos pueden tocar el 

violín, y... ¡Tra-la-la! ¡Un Toro sí puede saltar sobre la Luna!* Acabo de consultar mis notas, y varios 

astronautas pertenecían al signo solar Tauro. ¿Qué me contáis? La vida está llena de sorpresas, como os lo podrá 

informar cualquier Acuario. Aunque no se lo preguntéis. 

 

Mujer TAURO Hombre ACUARIO 

 

—Wendy, Wendy, cuando estás durmiendo en tu tonta cama podrías estar volando 

conmigo y chanceando con las estrellas. 

-Oooh! —... ella se zarandeaba afligida. 

 

Muy pocas cosas toman por sorpresa al hombre Acuario, dado su naturaleza intuitiva. Igualmente, es posible 

que no esté preparado para lo que le ocurre después de retozar durante un tiempo con una chica Tauro. Hélo 

aquí: un hombre con sólidos principios éticos (tal vez sean peculiares, pero son los suyos, y son sólidos... o 

más exactamente, fijos). Tiene una gran sensibilidad humana. Le interesan todos, no alimenta prejuicios 

contra el sexo femenino, el sexo masculino o las personas de cualquier otro sexo. Sin embargo, observad el 

dolor que le ha causado a ella, inadvertidamente. ¿Cómo puede haberla lastimado? Se habían divertido tanto 

juntos en el zoológico. Él sólo trataba de ser su hermano mayor. Su amigo. Su camarada. Su compañero. 

 

La chica Tauro fue formada para el romance por la Madre Naturaleza, y ésta es una mujer que no 

discute con la Madre Naturaleza. El cometió su error en el comienzo mismo de la relación con ella. La 

primera vez que concentró su atención caprichosa pero zalamera en ella, cuando le formuló preguntas 

chocantes de naturaleza íntima y se tiró comprensivamente de la oreja cuando ella se echó a llorar, debería 

haber hecho un esfuerzo especial... para notar que se trataba de una mujer. Ciertamente ella tenía conciencia 

de que él era un hombre. Lo había notado desde el primer momento. Y entonces la aritmética romántica le 

pareció muy simple: un hombre más una mujer, igual al éxtasis... en varios niveles, entre los cuales no es de 

menospreciar el de la satisfacción sensual del tacto. 

 

Los Acuario que lean esto tal vez necesitarán una interpretación de la palabra «tacto». Ésta significa 

besar, abrazar, cogerse de la mano y muchas otras cosas. Significa, por ejemplo... bueno, el contacto corporal 

humano. Piel contra piel. El contacto corporal humano es algo que no todos, pero sí muchos Aguadores, 

temen como si fuera la peste negra. (La peste negra es lo que pillas cuando alguien usa tu toalla o tu cepillo de 

dientes. O la peste blanca. Cualquiera de las dos. Ambas mortales.) No se trata de que los Acuario sean 

enemigos del tacto en sí mismo, pero este lleva a... ¿cómo es que lo llaman?... a la transformación de dos en 

uno. O a algún desatino parecido. Acuario se siente más seguro cuando los dos siguen siendo dos. Así, sabe 

con certeza dónde está plantado. Sólo. Libre de obligaciones y sin peligro de perder su individualidad. Si 

andas por el mundo tocando a la gente, y sobre todo a la gente de sexo femenino, ¿quién sabe lo que te 

espera? Especialmente si ella olvida traer su toalla cuando van a nadar. ¡Quizás incluso te espera la peste 

negra ó la blanca! 

 

A lo mejor él se consagraba a ella con el fin de desmontarla para investigar cómo hacía tic o tac, movido 

por la misma fascinación que le inspiran todas las formas de experimentación. Pero ella no se dio cuenta de 

que sólo era una cobaya para la curiosidad de él. Cuando la invitó a traer su propia pizza y su batido de 

helado para contemplar desde el techo de la casa de él el desfile del Día de Acción de Gracias organizado por 

Macy's, ella pensó que era, bueno, para decirlo con sinceridad, un poco chiflado. Igualmente, era una 

chifladura maravillosa, y cuando ella analizó el asunto minuciosamente (como siempre lo hacen los Tauro), 

resolvió que no invitaría a cualquier chica a compartir el techo con él. Entonces llegó a la conclusión de que 

esto probaba que la amaba. 

 

Quizá sí la amaba. Pero el hombre Acuario tiene la costumbre de trasmutar el amora-primera-vista en 

amistad, para verificar así su valor intrínseco, y de dejar que después se herrumbre tal como está. Para la 

chica Tauro, semejante desidia en el campo de las necesidades emocionales mutuas es el mejor sistema para 

convertirse en un auténtico fracasado nato. Está convencida de que el verdadero amor sólo llama una vez (y 

 

14 

 

 

en algunos casos ni siquiera eso) en la vida. ¿Por qué arriesgarse a perderlo, negándose a reconocerlo y a 

darle una oportunidad? Desde el punto de vista astrológico tiene razón. 

 

El verdadero amor (entendido como la unión de almas gemelas) es una experiencia rara y hermosa. Es triste 

dejarlo escapar y tener que correr en pos de él en una encarnación futura. Y aunque Acuario es el regente 

natural de la undécima Casa astrológica del «amor kármico», a muchos Acuario se les escapa. Están a la par 

de los Virgo y los Sagitario por su propensión a la soltería y por su deseo de eludir el encierro en la institución 

del matrimonio. Por supuesto, esto tiene compensaciones. También evitan los errores. Y es bueno 

evitarlos con esta combinación de signos solares, dado que se trata de una vibración 4-10. Si por casualidad 

incurrieran en un error y se casaran, costaría mucho trabajo desenredar el nudo. 

 

Hay excepciones, pero la chica Tauro media que tiene una relación desdichada con un hombre Acuario 

corre más riesgo que él de quedar aniquilada. Una vez que ella se enamora, pretende que el romance dure 

una eternidad y tres días más. Ésta también habrá sido la intención inicial de él, frustrada por su propensión a 

las excentricidades, propensión que es posible que ella no prevea pues ni siquiera él puede predecirla. y el 

cielo sabe que tampoco puede explicarla. Él es un signo solar fijo, así que es concebible e incluso posible que 

se conforme con compartir toda la vida con la mujer apropiada. Pero si no se conforma, sus vibraciones de 

Urano determinarán que la ruptura final le resulte mucho más soportable a él que a ella. 

 

Acuario se adapta fácilmente al cambio cuando éste es necesario (a veces cuando no lo es), a pesar 

de la naturaleza fija de sus hábitos cotidianos y personales. Tauro. no. A ella la asusta el cambio. Éste implica 

lo nuevo, lo desconocido, lo que ella no ha probado y lo que no le resulta familiar. Se siente emocionalmente 

inmune, segura y protegida en los brazos de su amante, una vez que existe intimidad entre ambos. Está 

acostumbrada a él. Tal como está acostumbrada a su peinado, a sus vaqueros desteñidos, a sus viejos discos, a 

su cafetera destartalada y a sus domadas zapatillas de tenis... con sentimientos mucho más profundos, se 

entiende. Aunque la convivencia con él esté llena de fricciones, hasta el punto de ser insoportable, ella se 

resistirá a poner fin a su desventura mediante la separación o el divorcio mientras piense tercamente que aún 

quedan esperanzas. Hay que admirar su perseverancia. Pero cuando finalmente resuelva dejarlo, si lo 

resuelve, se irá. Y nada la hará volver. Esto, si lo dejó en serio y si su partida no ha sido un último recurso 

desesperado. Si lo ha sido, es probable que su fe y sus esfuerzos tengan recompensa, porque la rupturatemporal quiebra la monotonía y obliga al Aguador a interesarse de nuevo por la escena cambiante. Ésta es 

una estrategia que algunas chicas Tauro utilizan con éxito. Incluso pueden llegar al extremo de fingir amoríos 

con un apuesto gigoló, lo cual a menudo sirve para rescatar bruscamente al Acuario de su mundo extraterrestre 

y para hacerle pensar que quizás está perdiendo algo más que una cómoda amistad. Es posible que él 

empiece a sentir todas las noches sofocos y escalofríos alternados, al recordar el gracioso mohín que hacía al 

reírse, la forma en que desafinaba al cantar bajo la ducha —y cómo usaba su propia toalla—, la dulce 

expresión somnolienta que aparecía en sus ojos los domingos por la mañana, sus panqueques de arándano, los 

suaves mugidos femeninos que emitía cuando la amaban debidamente, sus chistes excéntricos, su cabellera 

refulgente, su piel perfumada, su... bueno, quizás era algo más que una simple camarada. Era estupenda 

cuando le arrancaba astillas del dedo gordo del pie, cuando le masajeaba la espalda, cuando tenía fe en las 

visiones de él, cuando lo hacía sentir cómodo, cuando se reía de la pobreza, cuando le hacía desaparecer las 

jaquecas, cuando guisaba sopa de patatas, cuando hacía durar el dinero, cuando hacía el amor... sí, era algo 

más que una compañera. Era algo sin igual. 

 

Entonces pedalea hasta el apartamento de ella, le lleva su ratita blanca como ofrenda de paz, le pone en la 

mano un ramillete de ajados dientes de león, le sonríe de soslayo y pregunta tímidamente: «¡Oye, guapa! 

¿Quieres volver a jugar conmigo al marido y la mujer?». Sin embargo, si ella no ha empleado la ruptura 

como una estrategia romántica, si aquélla es, en cambio, el producto de una cuidadosa reflexión, él puede 

meterse de nuevo la ratita y los dientes de león en el bolsillo. Cuando un Toro se va, se va. A él le resultaría 

más fácil mover una montaña que hacer cambiar de idea a una mujer Tauro e inducirla a repetir el ensayo, 

una vez que ésta ha decidido que todo terminó entre ellos. 

 

Sin un aspecto Sol-Luna favorable entre esta (o cualquier otra) configuración de signos solares 4-10, la 

brisa más leve puede sacudir la barca, y provocar un naufragio. Como los reflejos de Urano son más rápidos 

que los de ella, es posible que él reanude la navegación antes de que ella tome conciencia de lo que ha 

ocurrido, y entonces quedará flotando a merced de un mar de emociones, sin salvavidas. Y ella pertenece al 

elemento Tierra. y no al elemento Agua. Por eso los Toros corren más peligro que los Aguadores cuando el 

amor se estrella en los arrecifes. Sin embargo, con la asistencia planetaria de un aspecto Sol-Luna armonioso 

en sus cartas natales, podrán sobrevivir a las tempestades y urdir un deslumbrante edredón multicolor de vida 

y amor, relleno con las suaves plumas de la comprensión y el afecto, que los mantendrá abrigados y calientes 

 

15 

 

 

mientras riñen y se besan y se reconcilian periódicamente. 

 

Es posible que su relación sexual sea frustrante e insatisfactoria, a menos que ella complazca la necesidad de 

cambio que experimenta él, imitando su locura. Si para darle una sorpresa él se mete en la cama luciendo una 

máscara con las facciones del Pato Donald, o suelta su ratita blanca bajo las mantas y ésta le mordisquea los 

dedos de los pies, ella no debe enfurruñarse tercamente ni debe irse a dormir a la habitación de huéspedes. 

Debe sobresaltarlo a su vez con sus propias sorpresas. Por ejemplo, debe entretejer los dientes de león con su 

cabellera cuando va a acostarse; o debe confeccionar una manta con viejas banderas inglesas, conectándola 

con una cajita de música que toca «God Save the Queen» cuando ella aprieta el botón; o quizá debe pintar en 

el cielo raso estrellas y galaxias luminosas, como las del Planetario Hayden, para que él pueda tumbarse en la 

cama y buscar la Osa Mayor mientras hacen el amor. Cualquier cosa con tal de variar. 

 

Él deberá tomarse tiempo, y ser paciente, para entender y satisfacer el profundo anhelo de afecto y de 

sensualidad que experimenta ella en el acto amoroso. La chica Tauro necesita demostraciones de amor no sólo 

durante la unión sexual. Pero si la chica-mujer Tauro se esmera un poco más por ser tolerante con las 

peculiaridades sexuales, emocionales y románticas del Aguador, éste puede ser un amante sensible y 

considerado. Ella deberá comprender que la pasión de Urano es mental, además de física, y deberá hallar 

medios imaginativos para combinar los deseos abstractos de él con las necesidades sexuales de ella, más 

centradas y tradicionales. Excitar a este hombre hasta el punto de la pura pasión sideral implica un desafío 

constante, pero vale la pena esforzarse porque Acuario puede aportar a la unidad sexual una magia 

inesperada, que estimula el corazón y el alma, además de los sentidos físicos. 

 

Una palabra de advertencia. Será mejor que cuando él se proponga utilizar una ratita blanca como prenda de 

paz, después de una reyerta, la sustituya por un gerbo, ese otro roedor tan simpático. Los Tauro están 

íntimamente relacionados no sólo con los toros y las vacas sino también, en una vibración diferente pero 

igualmente poderosa, con los elefantes. Ya sabéis lo que hacen los elefantes cuando ven una rata. Es posible 

que ella reaccione de la misma manera. Que chille o barrite espantosamente, que agite la trompa 

frenéticamente, aterrada, y que salte a través de la habitación... arrojándose en brazos de él. Oh, ya veo. ¡Ésta 

es la razón por la cual trajo la ratita! Hmmmm. Nunca hay que subestimar los cálculos astutos de un hombre 

Acuario. Éste siempre sabe perfectamente lo que hace, por muy chiflado que parezca mientras lo esta 

haciendo. 

 

Estos dos son distintos. Ella es mujer. Él es hombre. A ella le gustará que él la trate como mujer. A él le 

gustará que lo traten como hombre. Ella se lo merece. El, tal vez no. (Pero los hombres son seres lúgubres... 

los chicos son más divertidos.) A ella le gustan las alfombras mullidas y los muebles opulentos, panzudos. A 

él le da lo mismo acampar en una tienda. A ella le gusta frotarse la piel con un cepillo de espalda perfumado, 

en una bañera con agua, saturada de aceites aromáticos. A él le gusta azotarse la piel con hojas de bambú, alestilo japonés, en la ducha. Ella está sintonizada con la paz y el sosiego... que él llama aburrimiento. Él está 

sintonizado con la emoción y la controversia... que ella llama manicomio. 

Es posible que al fin ella pierda los estribos y la paciencia, normalmente bien controlados, y le diga que se 

busque a otra para que le arranque las astillas del dedo gordo del pie. Sin embargo, si él consigue enseñarle a 

volar un poco, y si ella consigue enseñarle a disfrutar en su compañía (la de ella)... bueno, ¿quién sabe? «Si» 

es una palabra pequeña, con un significado inmenso. Pero «amor» es una palabra de cuatro letras, dotada de 

infinito poder. 

 

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Hombre TAURO Mujer ACUARIO 

 

Ay del bueno de Tootles, el peligro flota en el aire. 

 

El hada Campanilla que esta noche se siente traviesa busca un instrumento, y piensa 

 

que tú eres el niño más fácil de engañar. 

 

La Acuario es una mujer muy especial, que necesita a un hombre muy especial. Claro que también se podría 

decir que es una mujer rara, que necesita a un hombre excepcionalmente paciente. 

 

La mayoría de esos individuos deberían ser Toros, que se hacen autobombo recordándote que entre sus 

muchas virtudes se cuenta la paciencia excepcional. La personalidad de la Aguadora es singular, y para la 

mayoría de nosotros singular equivale a especial. Pero para un signo de Tierra, singular significa, 

normalmente, raro. Extraño. Inverosímil. Se trata sencillamente de un problema de definición. Lo importante 

para el Toro es recordar que esta dama es diferente. Intriga al Tauro masculino porque es misteriosa. No se 

trata del misterio que él intuye en torno de la mujer Escorpión... el misterio que le hace preguntarse si es 

perversa o pura, si es fría o ardiente. En el caso de la dama de Urano, el misterio consiste en preguntarse si 

existe realmente. Esto lo fascina. Y con razón. 

 

Ella tiene un talante deliciosamente ambiguo. Naturalmente. Nació bajo un signo de Aire. Es difícil de 

definir. Por ejemplo, cuando comienza una frase y la deja truncada flotando en el aire... cuando tiene la 

mirada perdida en lontananza mientras él le dice «Te amo»... y cuando le resulta difícil recordar cómo se 

llama él. Cosas por el estilo. Más tarde, el Toro descubrirá que ella estaba más que presente y alerta en 

aquellas circunstancias en que creía que su atención andaba a la deriva. No se perdió ni un detalle. Su 

aparente distracción es sólo una señal de que anda vigilando mentalmente, esperando que la realidad se ponga 

a la par del punto al que ella ya ha llegado... adelantándose a todo. 

 

La mujer Acuario se siente tan aburrida cuando un hombre no puede viajar por su circuito eléctrico, que 

instantáneamente se desvanece o sintoniza otro canal. Puede estar aquí... o puede estar allá... pero aquí o allá 

siempre está muy distante. 

 

Como esta dama es tan individualista respecto del romance como respecto de todas las otras cosas, dicta, a 

medida que avanza, sus propias reglas sobre el amor. Cualesquiera que éstas sean, tanto si son puritanas como 

si son permisivas según las pautas de los demás, es fiel a ellas, y a sí misma. Es precisamente esta virtud de la 

honestidad y la integridad consigo misma la que hace que el Toro se sienta atraído por la Aguadora como por 

un imán, y la que lo induce a tolerar con asombrosa frecuencia sus reglas románticas, aunque éstas vayan 

contra la naturaleza del Tauro. Él la ve claramente como una de las pocas personas realmente honestas que 

quedan en el mundo. Una de las pocas personas éticas, formales, dignas de confianza... eh, alto, aguardad un 

poco. No sigáis. Es honesta y ética. Pero te meterás en aprietos, Tauro, si crees absolutamente que esta mujer 

es formal y digna de confianza. 

 

Es cierto que tiene intenciones y objetivos fijos, pues nació, como el Toro, bajo un signo fijo. También es 

una excelente organizadora (a pesar de su engañoso atolondramiento) y le gusta, como a él, economizar y 

acumular cosas. No porque sea ahorrativa, una basurera o una rata acopiadora... ni por ninguna de esas 

razones sensatas y prácticas (para los Toros). Economiza y acumula cosas que casualmente estimulan su 

fantasía. Como la borla de la botita de bebé de Robert E. Lee que compró en una subasta allá en el Sur... o el 

diminuto badajo de la campanilla que descansaba sobre el escritorio de su maestra de quinto grado. Es 

aficionada a las antigüedades (el Toro es aficionado a romperlas) y guardar toda clase de trivialidades, como 

su viejo sombrero de mosquetero, la bacía de su padre, la foto que una amiga le tomó en cueros cuando se 

bronceaba un verano al sol. Dejad de piafar y bufar, he dicho una amiga y no un amigo... y la mayoría de las 

chicas regidas por Urano no son recatadas cuando están en compañía de personas de su mismo sexo, en el 

bosque, y no hay un alma cerca. Algunas de ellas tampoco son excesivamente recatadas en medio de las 

multitudes, pero no hablemos de estas Aguadoras... podéis apostar la borla de la botita de bebé a que el Toro 

no se ha enamorado de una de las que pertenecen a esta categoría. Es posible que su afición por las 

antigüedades (si se trata de una Acuario típica) fastidie al Toro hasta el punto de producirle una gran 

frustración y una tremenda exasperación. (Todo en el Tauro es grande o tremendo, nunca pequeño ni 

minúsculo.) Tal vez este hombre disfrute de la tradición del pasado, y de los muebles de calidad, creados por 

artesanos para que duren más de tres semanas, pero no lo atraen esas antigüedades frágiles y exquisitas que se 

descalabran cuando te sientas en ellas. Más de un Toro se ha desplomado al romper el asiento de la silla del 

siglo xviii que compró su consorte Acuario... mientras leía las cotizaciones de Bolsa en el periódico de la 

tarde. Y os digo que un Toro que ha caído sobre su lomo —pesadamente— después de haber atravesado el 

 

17 

 

 

asiento de una silla puede ponerse muy irascible. Es capaz de alzar la silla agresora y de reducirla a astillas, y 

de destrozar simultáneamente los sentimientos de ella al vociferar: «¡SACA ESTAS... (obscenidades 

expurgadas) RIDÍCULAS BASURAS DE MI CAMINO! CON LO QUE GASTASTE EN ESTE... 

CACHIVACHE PODRÍAS HABER LLENADO LA CASA DE MUEBLES SÓLIDOS Y ÚTILES. 

MAÑANA POR LA NOCHE QUIERO ENCONTRAR EN ESTA HABITACIÓN Y EN ESTE MISMO 

LUGAR UN SILLÓN RECLINABLE... Y SERÁ MEJOR QUE ESTÉ AQUÍ CUANDO VUELVA DE 

TRABAJAR, AUNQUE LO TENGAS QUE TRAER DESDE LA TIENDA 

SOBRE TUS ESPALDAS, MUJER». (Los hombres Tauro siempre mandan en sus casas.) 

 

¿Y cómo reaccionará esta mujer del signo de Aire Acuario ante el furioso arrebato de su Toro por la silla? Es 

muy probable que le pregunte: «Escucha. Jumbo, ¿cuál es la palabra de seis letras que rima con cerda?». 

(Ella está resolviendo un crucigrama en la sección del periódico que él no lee.) Sulfurado como está, es 

posible que él le conteste una grosería. De pronto a ella se le ilumina el rosto y exclama: «¡Ya lo tengo! 

¡Cuerda! Debo usar una `C' porque en la vertical tiene que resultar 'Cascarrabias'. Entre paréntesis, ¿sabes lo 

que significa 'cascarrabias'? Es una palabra que se aplica a la persona que se encoleriza por poco motivo. Me 

gusta. Creo que a partir de ahora te llamaré así, en lugar de Jumbo. Cascarrabias». 

 

Él la mira en silencio, sin saber qué decir. Entonces, súbitamente, sin aviso previo, cae un rayo típico de 

 

Urano, y ella le arroja el periódico a la cara, mientras aúlla: «Trae tu... silla a casa sobre tus espaldas, 

 

Cascarrabias. Mañana me iré a hacer camping, sola... y tardaré una semana o más en volver. No me llames, 

 

te llamaré yo si tengo ganas, ¡y probablemente NO LAS TENDRÉ!». Ella da un portazo, monta en su coche 

 

familiar, arranca y sale disparada calle abajo, rumbo a ninguna parte, para ir a reflexionar «serenamente». 

 

Estas son las reacciones que hay que prever cuando dos personalidades fijas tienen una" desavenencia y una 

 

de las dos (la de ella) es susceptible de tener esos súbitos e inesperados estallidos de Urano. 

Recordemos que a éstos dos los gobierna la tensa influencia de la configuración de signos solares 4-10, y esta 

energía vibratoria perturbadora los agita a menudo, enfrentándolos entre sí. Ambos deben tener conciencia de 

que pueden perder los estribos cuando menos lo esperan. El Toro siempre nos sorprende y nos horroriza 

cuando se enoja de veras, sencillamente porque sus accesos de ira son muy esporádicos. La mujer Acuario 

también es proclive a sorprender y horrorizar a su amante o marido con su cólera, sencillamente porque está 

regida por Urano, y casi todo lo que la induce a hacer su planeta lo hace sin aviso previo. Volverá a casa más 

 

o menos al cabo de quince minutos, sosegada, y le traerá un regalo, una ofrenda de paz... quizás un cachorrillo 

que encontró merodeando, sin hogar. Si el cachorrillo es tibio, suave y mimoso, probablemente su hombre 

Tauro se ablandará, y lo abrazará —y la abrazará a ella— y le dirá que pueden conservarlo, siempre que ella 

prometa educarlo. Ella lo prometerá, dulcemente... y volverá a reinar la paz. Pero es posible que ésta sea sólo 

una tregua temporal, a menos que exista un aspecto armonioso entre los Soles y Lunas ascendentes de sus 

cartas natales. Si no es así, ambos tendrán que aprender a autocontrolarse y deberán comprender que 

«inestable» no es una palabra de nueve letras que rima con felicidad. 

Volvamos a sus respectivas propensiones a acumular cosas. (La explosión 4-10 suele desquiciar la ilación de 

los pensamientos.) Al igual que ella, el Toro es aficionado a atesorar viejos recuerdos, en forma de trastos, si 

bien argüirá, ruborosa y tercamente, que tienen una aplicación práctica. No la tienen, pero ella debe permitir 

que él piense que sí. (Los Cangrejos también se complacen en atesorar objetos, pero por otras razones. En 

parte por sentimentalismo, sí, pero sobre todo porque se les atascan las pinzas y no pueden soltarlos.) Pues 

bien. Ella y él tienen signos fijos, así que los dos son buenos organizadores y tienden a acumular cosas. Sin 

embargo, cuando se trata de la virtud de la fiabilidad, Acuario es la oveja negra de la familia de los fijos. 

(Oveja negra no es un término peyorativo... se trata de las ovejas que tienen la audacia de ser distintas, como 

sabéis.) Los otros tres signos fijos —Tauro, Leo y Escorpión— son debidamente fiables, pero es aquí donde 

Acuario salta de la barca. 

 

Ella hará lo imposible por cumplir una promesa, y desarrollará un esfuerzo hercúleo para llegar 

puntualmente a las citas. Raramente se retractará de algo que ha dicho, si lo sentía de corazón en el momento 

de decirlo, y todo esto es admirable. Pero las excentricidades de su indumentaria y sus modales, los súbitos 

zigzagueos de su conducta tan propios de Urano, sus cambios inesperados y las sorpresas que se deleita en 

daros, no se pueden describir como fiables. Sólo se pueden describir como desconcertantes. 

 

El hombre Tauro es generalmente convencional, su comportamiento es previsible, no le gusta zigzaguear, 

 

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y ni siquiera su peor enemigo podría llamarlo excéntrico. El Toro es un conformista de alma, y es por ello que 

la era de Acuario le produce una ofuscación silenciosa pero desesperante. ¿Quién puede lidiar con estos 

jóvenes enloquecidos, con la revolución sexual, los tumultos, las protestas contra nuestro Gobierno, la gente 

que corre desnuda y las mujeres que tienen la temeridad de pensar que son iguales a los hombres, cuando 

cualquier buen curso de anatomía prueba que esto es ridículo? Así que Tauro se queda pacientemente sentado, 

cavilando y preocupándose interiormente, protegiendo su propiedad de los maníacos desorbitados y anónimos 

que corren por las calles, y buscando desesperadamente, como Diógenes, a un hombre honesto. O por lo 

menos a una mujer honesta. 

 

Entonces aparece la chica Acuario, que enarbola el coraje refulgente de sus convicciones, y él piensa que 

la búsqueda ha terminado. ¿Pero, y sus excentricidades? ¿Y esas ropas extravagantes que usa, su peinado 

peculiar, sus extraños asertos y su simpatía por esos maníacos peligrosos y alucinados? ¿Acaso no tiene el 

sentido común suficiente para alarmarse por lo que sucede en el mundo circundante sólo porque no es más 

que una mujer? Quizá necesita que él la proteja. 

 

No niego que tal vez necesita protección. Pero la razón por la cual no se alarma es otra: al fin y al cabo, la 

era de Acuario es su era, y como ella misma es Acuario, sabe que nunca es indispensable adaptarse a nada, a 

menos que lo desees. Ella siempre se ha conformado con vivir junto al mar, sin atacar a quienes prefieren las 

montañas. Siempre se ha peinado como a ella le gusta, sin que la preocupara si sus amigos eran calvos o 

usaban trenzas. ¿Qué tiene de malo el hecho de ir el domingo a la iglesia y comer inmediatamente después 

con un ateo? Si al menos pudiera hacerle entender a él que no tiene por qué ofuscarse tanto por lo que 

sucede... y que sólo se trata del comienzo de una fabulosa era nueva en la que cada cual podrá desarrollar su 

propia personalidad, y ser conservador o liberal, andar descalzo o con botas, usar melena o cortarse el pelo al 

rape. Sencillamente se trata de vivir, y dejar vivir. 

 

Bueno, Tauro entenderá esto último. Él está muy dispuesto a vivir y dejar vivir, siempre que pueda 

refunfuñar un poco cuando algo no le place. Ambos son propensos a «ser tolerantes», pero deberían aplicarse 

'esta filosofía a sí mismos, además de aplicársela al mundo, dejando de tomar en solfa sus respectivas 

convicciones personales. Como sucede en todas las parejas 4-10, cada uno de ellos coarta un poco la 

idiosincrasia del otro, y esto duele. 

 

La propensión acuaria de ella a lo abstracto se extiende a su sexualidad, y como las necesidades sexuales del 

Toro no tienen nada de abstracto, esto puede provocarles un poco de insomnio. Ella no está obsesionada por 

la sensualidad y el erotismo, aunque ambos pueden inspirarle bastante curiosidad. Su actitud respecto del acto 

amoroso es etérea y complicada; la de él es simple y terrenal. El deseo físico nunca es tan fuerte ni tan 

profundo en Acuario como lo es en Tauro. Sin embargo, en la naturaleza cálida y afectuosa del Toro hay algo 

que a ella le toca el corazón, y le hace sentir deseos de complacerlo. Y en las pasiones poco convencionales 

de ella, tan honestas y francas, hay algo que despierta en el hombre Tauro una mansa tolerancia, una especie 

de arrebato protector, que ciertamente no mitigará su virilidad. 

 

Es posible que una noche ella lo abrume con su vehemente sed de amar, y que la noche siguiente parezca 

alejarse flotando de su contacto. Tal vez él no se dé cuenta de que el deseo físico de ella pudo ser estimulado 

por la forma graciosa en que él silbaba mientras pelaba torpemente una naranja para el desayuno (horas antes 

de acostarse), pudo ser excitado por los paisajes fantásticos que la escarcha trazó sobre el cristal de la ventana 

en invierno... y pudo ser sofocado por una noticia que oyó, inmediatamente antes de cenar, sobre los muchos 

millones de niños y de recién nacidos que mueren de hambre a toda hora, en todo el mundo. Y tal vez ella no 

se dé cuenta de que su Toro necesita algo más que unas pocas palmadas y abrazos para quedarse conforme. 

Necesita que le rasquen la cabeza (literalmente), que le cojan la mano, que le besen la nariz y le llenen los 

oídos de palabras dulces, tiernas... con mucha regularidad. 

 

Aunque el hombre Tauro esté rodeado de mucho amor, siempre quiere más. Sin embargo, aunque la chica 

Acuario le tenga veneración, se siente obligada a compartir su amor con sus amistades y con toda la 

humanidad, en general. A veces, a estos dos puede parecerles que no hay suficiente amor para seguir 

subsistiendo. Nunca lo hay, cuando lo recibes. Sólo cuando lo das. La reserva es inagotable. 

 

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GÉMINIS ACUARIO 

 

Aire - Mutable - Positivo Aire - Fijo - Positivo 

Regido por Mercurio Regido por Urano 

Símbolo: los Gemelos Símbolo: el Aguador 

Fuerzas diurnas Masculino Fuerzas diurnas - Masculino

 

-

 

La relación GÉMINIS-ACUARIO 

 

Los objetivos están en cada extremo del arco iris... 

 

Como ésta es una configuración de signos solares 5-9, y sus soles natales están, por tanto, en aspecto 

trígono, Géminis y Acuario son en general tan apaciblemente compatibles como un par de chinches en una 

alfombra o dos termitas en un tótem. Sin embargo, de cuando en cuando, sus frecuencias pueden entrar en 

cortocircuito, lo cual depende de otros aspectos entre sus respectivos planetas a la hora del nacimiento. 

 

Hace poco tiempo recibí una carta de un joven Acuario llamado William Dana Snyder, que trabaja en la 

actualidad en la ferretería Nuts and Bolts de Greenwich Village. donde evidentemente está muy cómodo. 

Estaba escrita en el típico sánscrito de Urano que emplean los Acuario cuando se comunican con los simples 

mortales en el plano de la Tierra, y se hallaba firmada con la extraña frase: SAT NAM. Debajo de esta firma, 

el Aguador había traducido servicialmente las palabras, cuyo significado era, en esencia: «Existe un solo 

Dios, y Él es la Verdad». 

Ahí está. La principal corriente de desavenencia entre los Géminis y los Acuario: la VERDAD. Géminis la 

elude continuamente, porque, para los Gemelos, la verdad tiene una intrincada red de significados complejos. 

Los Acuario la buscan constantemente (o la acechan): lúcida, simple, limpia de adjetivos imaginativos, 

desprovista de opiniones personales. Para Géminis, la verdad es un inmenso océano ondulado, coloreado por 

los arco iris y rutilante, poblado por los peces de multifacéticas verdades a medias, quizá, tal vez y 

posiblemente. Para Acuario, la verdad es una gran gota brillante, configurada como un hecho concreto, 

incolora, transparente, que el implacable ojo microscópico de Urano ve como ella misma y nada más que ella 

misma, válgale Dios... y eso es lo que es, por supuesto. ¿Recordáis? SAT NAM. 

 

La escena se desarrolla en cualquier parte. Géminis y Acuario están en extremos opuestos de un hilo 

telefónico. El primero le ha prometido al segundo que le hará el favor de despachar, por él (o por ella), una 

carta muy importante. 

 

ACUARIO: ¿Despachaste la carta que te entregué anoche? 

 

GÉMINIS: Sí, la despaché. Nos veremos para almorzar juntos dentro de una hora, ¿de acuerdo? 

ACUARIO: ¿Qué significa eso de que la despachaste? ¿Ahora mismo está viajando rumbo a Saratoga? 

GÉMINIS: Bueno, no... pero estará dentro de pocos minutos. 

ACUARIO: Entonces no la has despachado. ¿Por qué dijiste que sí? 

GÉMINIS: La verdad es que escribí la dirección, le puse un sello y me disponía a salir rumbo a la 

 

oficina de correos, cuando sonó el teléfono. 

ACUARIO: La verdad es que aún no has despachado la carta. Vuelve a telefonearme después de echarla 

 

en el buzón. Adiós. CLIC. 

 

Acuario es un signo fijo. Fijo significa obstinado, entre otras cosas. Si los comentarios del Aguador os 

hacen evocar la forma en que Virgo y Sagitario buscan la verdad, escuchad de nuevo. En la actitud de 

 

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Urano hay una ligera y sutil diferencia. No sé con exactitud cuál es, pero se trata de una ligera y sutildiferencia. En todo lo que hace Acuario hay una ligera y sutil diferencia respecto de la forma en que lodicen y lo hacen los seres humanos comunes. Los Aguadores no son comunes. Son extraordinarios. Y noles sacaréis nada con halagos. Pero volvamos al tema principal. La verdad es un contexto en el que obviamente 

se producirán disputas ocasionales entre Géminis y Acuario. 

 

No todos entienden esta obsesión uraniana por la verdad, basada sobre hechos. A diferencia de los 

Virgo, los Acuario no son detallistas en busca de la verdad. A diferencia de los Tauro y los Capricornio, 

los Acuario no tienen un criterio cerrado. La mente de Urano siempre está abierta a todo, literalmente a 

todo. Si el cerebro humano es capaz de imaginarlo o concebirlo, entonces es una posibilidad para Acuario, 

por muy descabellado y ridículo que pueda parecer a la comunidad científica y/o a los profanos. SIN 

EMBARGO (y he escrito SIN EMBARGO así premeditadamente), aunque los Aguadores aceptan con 

criterio abierto que absolutamente todo es posible, sólo elevarán una teoría vigente a la categoría de 

verdad definitiva después de haberse convencido de que la hipótesis es viable, verificándola mediante 

hechos concretos. Ya veis entonces que son una mezcla curiosa de realidad y fantasía. Por lo menos, 

espero que lo veáis. Confío en que esto haya elucidado el problema. Estoy segura de que no lo ha 

elucidado. Pero lo intenté. 

Si bien a veces miran la verdad desde extremos opuestos del telescopio, Géminis y Acuario, en cuanto 

configuración de signos solares 5-9, son en general inmensamente compatibles. ¿Diremos que es más 

frecuente que lo sean y no que no lo sean? Empatizan, simpatizan, filosofan y fraternizan en la misma 

longitud de onda electrónica, en el mismo rayo aural, en la misma frecuencia de vibración, o como os plazca 

llamarlo. Normalmente, no se dejan conmover por sus respectivos humores cambiantes, excentricidades, 

altos, bajos, o desplazamientos laterales. Sólo rara vez encontramos una pareja Géminis-Acuario cuyas 

posiciones planetarias recíprocas están seriamente menoscabadas por aspectos comparativos de sus cartas 

natales, y que, por tanto, se aborrecen activamente a primera vista, o se aburren mutuamente. Esto sucede en 

todas las configuraciones de signos solares, incluso en la vibración 5-9 generalmente apacible, pero con muy 

poca frecuencia. 

 

Como os he recordado muchas veces a lo largo de este libro, en otros capítulos dedicados a Acuario, si 

bien en astrología se lo representa como el Aguador, éste es un signo de Aire, lo mismo que Géminis, y no un 

signo de Agua. ¿Entonces por qué se representa a estos individuos, se los simboliza, digamos, por una figura 

arrodillada que vierte agua de un cántaro, si no pertenecen al elemento Agua sino al elemento Aire? No sé por 

qué. Comprendo que superficialmente no tiene sentido. Es totalmente ilógico, para no decir contradictorio y 

absurdo. Pero claro que también lo son los Acuario: ilógicos, contradictorios y absurdos. Todos ellos están 

chalados, hasta cierto punto. Los Gemelos se cuentan entre las pocas personas que lo notan enseguida, porque 

como se sabe ellos también están chalados de cabo a rabo. Cuando Géminis y Acuario hacen el loco juntos al 

mismo ritmo, la escena es bastante reconfortante. Nadie tiene que explicarse. La vida se simplifica. No, tal 

vez será mejor que me retracte. La vida nunca es simple cuando se trata de estos dos signos solares. 

Interesante, fascinante, incluso mágica... pero, desde luego, nunca simple. 

 

Uno de los espectáculos más notables y patéticos o conmovedores del mundo es el que ofrece un niño con 

sentimientos de adulto. Otro espectáculo notable, patético o conmovedor es el que ofrece un adulto con 

sentimientos de niño. Esto último es lo que les sucede a todos los Géminis y Acuario, si son representantes 

típicos de sus signos solares. En realidad ambos viven en planetas ajenos a la Tierra, y sólo se posan aquí a 

ratos, durante períodos que pueden oscilar entre cinco minutos y varios días. Naturalmente, cuando se les 

presenta una oportunidad se asocian, para poder conversar en el lenguaje cifrado de los no terráqueos. El 

verdadero mundo de Géminis y Acuario se llama Feéria, el reino o estado donde existen las hadas, descrito 

por Tolkien como un lugar que contiene «muchas cosas además de elfos y hadas, y además de enanos, brujas, 

duendes, gigantes o dragones; contiene los mares, el sol, la luna, el cielo; y la tierra, y todas las cosas que hay 

en ella: árbol y pájaro, agua y piedra, vino y pan, y nosotros mismos, hombres mortales, cuando estamos 

hechizados». 

 

Todos nosotros experimentamos trances fugaces de hechizo (con la posibilidad de extender su aspecto 

fugaz). Pero Géminis y Acuario comprenden y utilizan esta posibilidad y están casi continuamente 

hechizados, llenos de temor reverencial y asombro, de la curiosidad del auténtico niño —Géminis, el párvulo, 

y Acuario, la segunda infancia— tal como lo describo en «Los doce misterios del amor», en el comienzo de 

este libro. Por tanto disfrutan de residencia más o menos permanente en el reino de Feéria. Los vemos pasar 

entre nosotros, desde luego, ¿pero están realmente aquí, o acaso no parecen estar a menudo... en alguna otra 

parte? En pareja, estos dos signos solares se mezclarán y fusionarán a veces casi como si fueran uno, después 

 

21 

 

 

recuperarán por un tiempo sus actitudes individuales... y volverán a unirse flotando. Generalmente se trata de 

una relación que sopla como el viento, como la brisa, un poco desapegada, y aunque una controversia entre 

ellos puede generar un torbellino pasajero de excitación, semejante a una tormenta de verano, normalmente 

ésta no dura el tiempo necesario para poder producir verdadero daño. 

Tanto Géminis como Acuario entienden la mayoría de los temas y situaciones cabalmente, a fondo, pero 

habitualmente Géminis puede transmitir esta comprensión a los demás con más claridad que Acuario, porque 

los Gemelos han sido favorecidos con el don de la locuacidad y la elocuencia... los Acuario con el don del 

genio y la insania, más o menos por partes iguales. Ambos son, empero, especialistas en frases tortuosas, 

alucinadoras. Géminis hace juegos de palabras con un ateo cuando le informa que cualquier científico puede 

contar las pepitas que hay en una manzana, pero sólo Dios puede contar las manzanas que hay en una pepita. 

Acuario comenta la conducta del inquieto Géminis observando cáusticamente que un tramoyista no deja 

sombra, sólo dudas. ¿Qué ha dicho? Escuchad con más atención la primera vez. A Acuario no le gusta repetir 

las cosas. Géminis las repite alegremente, pero nunca dice dos veces lo mismo. Con sus pasteles invertidos de 

retórica y alteraciones entrecruzadas, Géminis y Acuario podrían formar un excelente equipo para escribir 

versos destinados a las galletas chinas en cuyo interior se esconden vaticinios de la suerte. 

 

Si el Sol y la Luna armonizan en sus cartas natales, pueden formar una pareja deliciosa, que constituirá 

un enigma exasperante para los demás, si bien ellos se leerán, recíprocamente, como un libro abierto. 

Incluso con un aspecto Sol-Luna negativo en sus horóscopos, en razón de su Sol trígono, podrán empezar 

por leer la última página del libro, resolver que no les gusta, y flotar jubilosamente cada uno en su propia 

dirección, aunque tal vez volverán luego para retomar las cosas donde las dejaron, y quizás incluso para 

escribir un final distinto, más a su gusto. Con estos dos, es imposible formular predicciones. 

 

La mayoría de las personas estiman a Géminis y Acuario a pesar de ellos y no por ellos. Ambos son 

demasiado complejos para el terráqueo medio. Pero generalmente sólo irritan con su bullicio, y pocas 

veces llegan a provocar cólera. Si se pudiera poner música a su cháchara mutua, combinada con sus 

rápidos movimientos de cabeza y de pies, seguramente la letra sería fascinante pero difícil de recordar. 

Difícil de recordar, al menos, para el Aguador. Todos los Acuario son un poco distraídos. No importa, la 

mente de Géminis, semejante a una trampa de acero, puede despachar tarjetas de computadora, con datos 

de memoria, a una velocidad suficiente como para cubrir las necesidades de ambos. 

 

A veces ganan dinero juntos, y a veces lo pierden juntos. Ninguno de los dos es propenso a confesar si 

lo perdieron o lo ganaron, porque ambos son capaces de reemplazar una palabra por otra, como lo hacen 

con todas las polaridades, entendiendo cabalmente lo que muchos no entienden: que cualquier elemento 

siempre contiene partículas del opuesto. Es muy probable que estos dos (que, dicho sea de paso, estarían 

muy cómodos en el Té del Sombrerero Loco) tengan en común una cierta dosis de interés en la religión, 

en los viajes a países y territorios extranjeros, en las instituciones de educación superior, en la experiencia 

astral, en la juventud y los jóvenes, en el cine, en los entretenimientos y en las empresas artísticas o 

recreativas. O éstas podrán ser, a la inversa, áreas de tensión. 

 

A menudo Géminis y Acuario parecen incapaces de desarrollar una relación totalmente pacífica, no 

obstante su empatía innata. Si las cosas marchan demasiado bien, no son felices. La suya es una 

compatibilidad excepcionalmente extraña. Pueden sustentar a menudo proyectos antagónicos y pueden 

ponerse recíprocamente los nervios de punta. Sin embargo, también pueden divertirse mucho juntos, 

mientras revolotean en órbitas simultáneas para sembrar de flores la exhausta y vieja Tierra... dando 

tumbos, contorsionándose, revolcándose y provocando a quienes no han sido favorecidos con vertiginosas 

mentes de calculadora y una intuición fulminante. 

 

Géminis y Acuario son tan serios como el nacimiento y tan alegres como la muerte... y viceversa. En 

cuanto al concepto espiritual de SAT NAM, Géminis tiene conciencia de que la verdad es distinta para cada 

persona, y depende del grado de lucidez del individuo en un momento dado. Por tanto, si el nombre de 

«Dios» es realmente la verdad, entonces es un «Dios» de muchas caras, un Uno múltiple.- 

Acuario el aún más .sagaz, lleva la lógica -de Géminis un paso más adelante, y les informa a los Gemelos que 

existe una sola verdad, que se destaca por encima de los múltiples dioses-verdad del SAT NAM, y cuyo 

nombre es AMOR. No sólo el amor entre el hombre y la mujer, aunque éste es el comienzo, sino el amor 

recíproco de toda la humanidad masculina y de toda la humanidad femenina, y el amor de la una y la otra por 

todas las criaturas vivientes... del bosque, los mares y el aire. «Pues bien —responde Géminis, animándose—. 

¡Ya veo! ¡Ya veo! ¡Entonces debe de haber una señora diosa, dos creadores, almas gemelas, de donde todo 

esto fluya hacia quienes estamos aquí abajo!» 

 

22 

 

 

Pero fue necesario que el Aguador les abriera los ojos a los Gemelos y les revelara la verdad suprema. Sí, 

Géminis, el superinteligente, tiene que aprender mucho de Acuario, el Aguador de la sabiduría. Es posible que 

en su juventud Acuario firme las cartas con la frase SAT NAM. Pero al llegar a la madurez, el regido porUrano las firmará con la frase EVOL NAM REH-SIH (El nombre de Él y el nombre de ella es Amor, en 

inglés y escrito al revés, desde luego, en el típico estilo de Urano). 

 

El cántaro sin fondo del Aguador contiene muchos de estos misterios maravillosos, y nadie puede 

descubrirlos más rápidamente que los Gemelos Géminis. 

 

Mujer GÉMINIS Hombre ACUARIO 

 

Ahora seguramente él iba a entender; pero ni pizca. 

 

—Peter —dijo ella, vacilando—, ¿pretendes que me vaya volando contigo? 

 

—Por supuesto. Para eso he venido. —Peter agregó con tono un poco hosco—: ¿Has 

 

olvidado que ésta es la época de la limpieza de primavera? 

 

Ella comprendió que era inútil explicar que él había dejado pasar muchas épocas de 

 

limpieza de primavera. 

 

La primavera nos atrae a todos, pero encierra un hechizo especial, inexplicable, para los signos solares de 

Aries, Acuario y Géminis. La mujer Géminis, que es impaciente, puede crear su propia primavera cuando la 

Madre Naturaleza la desilusiona. Llega una época del año en que la opresión helada del invierno parece 

interminable. Ella no puede esperar la primavera un día más. Y entonces vuela a Florida o California, 

siguiendo al sol esquivo, y hace un milagro al adelantar la primavera, a su capricho. Mucho tiempo atrás, 

cuando era una niña muy pequeña, aprendió que hay muchos fenómenos mágicos que uno puede generar 

cuando se desea la felicidad, y la mayoría de estos fenómenos implican desplazarse, volar de aquí para allá, 

pero sobre todo... cambiar. 

Ningún hombre entenderá mejor que un Acuario su obsesión por esta palabra. Oh, los hombres Aries, Libra y 

Géminis también la comprenderán, a veces, pero no de una manera tan emocionante como Acuario. El 

Aguador nació para traer el cambio al mundo. Sin embargo hay una pequeña contra, que debemos hacer notar.

Él quiere que el mundo y todos los que lo rodean cambien, pero no sus propias actitudes básicas, no la esencia 

de él mismo. Es posible que cambien sus estados de ánimo y sus modales, pero no el Él-de-Él. Recordad que 

es un signo fijo. Al principio, en el primer amanecer del amor, revoloteará alegremente con ella. Más tarde, se 

afianzará más en su rutina. Claro que la rutina de Urano es siempre más fascinante que las otras, pero para 

una chica Géminis desbordante de ideas y posibilidades, una rutina es una rutina, y para su espíritu exaltado 

no hay nada más desmoralizador que un Aguador sentado junto al fuego en su cabaña, atascado en su rutina. 

No sé si me entendéis. 

 

Sin embargo, el solo hecho de que él pueda afincarse en el aspecto residencial o geográfico, no debe 

interpretarse de ninguna manera como una insinuación de que es un hombre previsible. En lo que concierne a 

su humor, sus expresiones y su talante, para no hablar de sus actividades, es tan impredecible como un par de 

dados. En verdad, es un acto de justicia romántica que una chica Géminis quede hechizada por un hombre 

Acuario: Durante tóda vida ella ha estado revoloteando como una luciérnaga peripatética, cambiando 

bruscamente de estado de ánimo, haciendo gemir de frustración a sus amantes o amigos en razón de su estilo 

bastante impersonal de imprevisibilidad, típico de Mercurio. Apenas se líe con un hombre regido por Urano, 

no le quedará otro recurso que tragar una dosis bastante copiosa de su propia medicina.

 

Él la invitará a cenar y a asistir después al preestreno de una nueva película de Steve McQueen o Paul 

Newman (generalmente típicos favoritos de Acuario), y entonces, después de que ella se haya cepillado el 

pelo y se lo haya ceñido con una cinta amarilla, se presentará en su puerta algo parecido a una rana, con un 

traje de submarinismo y. aletas de inmersión. ¿Qué es esto? Es él. ¿Acaso pretende que ella vaya a practicar 

surf? No. Ha cambiado de idea y ya no irán a cenar antes de asistir a la proyección de la película. Ha 

 

23 

 

 

decidido que cenarán en casa de ella, y mientras ella guisa, él irá a pescar unas valvas para confeccionarle un 

collar. Aún tendrán tiempo para ver la primera película, siempre que ella se dé prisa, enfríe las coles y 

caliente las lentejas. para que todo esté listo para engullir cuando él vuelva de bucear en busca de conchas 

marinas. «Habrá suficientes, abandonadas, esparcidas sobre el fondo del océano». musita él... mientras se va. 

«El cangrejo ermitaño no tarda en superar las dimensiones de su confortable morada y en buscar otra nueva. 

Las conchas de las orejas marinas son hermosas, pero significan la muerte para éstas a manos de las personas 

que aniquilan la fauna oceánica para estimular sus voraces papilas gustativas.» 

 

¿Qué fue lo que dijo? Él se lo explicará todo —la desdicha de la cadena alimenticia— más tarde, después de 

la comida. La rana ya ha desaparecido, y sólo ha dejado tras de sí el chasquido. de las aletas, en el camino 

que lleva a la playa. La vida —y el amor— con este hombre pueden ser delirantes. 

 

¿Habrá una manera de hacer creer a otras personas la locura, la hermosura de todo esto? Ninguna. La 

forma en que estos dos se encuentran a menudo en el trance de sentir lo mismo al mismo tiempo es 

alucinante. La mayoría de las veces ella capta las tretas de él casi antes de que pueda ejecutarlas. 

Naturalmente, esto lo electriza, porque al Acuario le encanta asombrar a la gente, y la sorpresa de encontrar 

una mujer difícil de asombrar le plantea un desafío demencial. Como si un chiquillo caminara sobre las manos 

en lo alto de un muro para impresionar a su amiga favorita, y ésta bostezara y se pusiese a caminar sobre los 

codos. En compañía de la chica Géminis, él debe superarse constantemente a sí mismo. 

Si por casualidad viven en las montañas o en el Medio Oeste, lejos de toda playa, ello no excluye el 

tratamiento de shock de Urano. En lugar de que aparezca una rana en la puerta de ella, él pasará a recogerla 

una mañana en un «escarabajo» amarillo, con la imagen de Snoopy estarcida sobre el capó, y uno de esos 

adhesivos que dicen BIENVENIDOS OVNIS en el parachoques. ¿La noche anterior su coche no era gris? Sí, 

lo era, pero éste es un radiante día de sol y de cielo azul. Es hora de cambiar de colores. Es posible que 

súbitamente él decida dejarse la barba o el bigote, sin aviso previo, o si ya los tiene, se los afeita en forma 

igualmente repentina, se calza un gorro de lana hasta las orejas, la abraza en la calle y le da un susto mortal. 

«¿No me conoces, cariño? ¡Soy el gigante Jolly Green y te adoro!» Y cosas por el estilo. 

 

Por fin ella entenderá lo que siente el espectador inocente al que alguien le asesta una noria gigante de 

emociones y humores cambiantes. Es posible que esto incluso le enseñe a mitigar su propia acrobacia mental, 

y quizás aún a llegar puntualmente a las citas. La fiabilidad y la confiabilidad son cualidades que ambos 

podrían cultivar con provecho. También existe la posibilidad de que no se estabilicen el uno al otro, sino de 

que, en cambio, se estimulen recíprocamente a multiplicar sus cabriolas. De una u otra manera, será divertido. 

Estos amantes constituyen una configuración de signos solares 5-9, lo cual significa que tienen muchas más 

probabilidades que las corrientes de descubrir que son almas gemelas, sobre todo si existe un aspecto Sol-

Luna armonioso entre sus dos horóscopos. Incluso si no se cumple este requisito, o si existe un aspecto 

negativo entre sus luminarias individuales a la hora del nacimiento, encontrarán más elementos en común 

entre los dos que con la mayoría de las personas que ambos conocen. 

 

Sería inútil negar que de vez en cuando ella fastidiará e irritará la fijeza de él con su mutabilidad. Pero es 

muy fácil perdonarla. Nunca ha habido en el mundo una persona capaz de excusarse tan maravillosamente 

como una Géminis. Realmente vale la pena que ella haga algo incorrecto, para verla disculparse. A veces él se 

pregunta si ella lo sabe. (Sí lo sabe.) A los Acuario les resulta un poco más difícil aprender el arte de 

excusarse. Nunca a un signo fijo (Acuario, Tauro, Escorpión, Leo) le resulta fácil decir «Lo siento». A la 

mayoría de ellos les produce tanto placer implorar disculpas como caminar descalzos sobre las brasas. Así que 

ella no debe esperar que este hombre incurra en semejante humillación con demasiada frecuencia. Es algo que 

lo asusta. ¿Qué pretenderá ella a continuación si él la echa a perder ahora con excesivas excusas? A los 

hombres Acuario no les gusta que prevean sus actos. Ya os lo he advertido. Es aconsejable no olvidarlo. 

La gente puede aburrirse tremendamente cuando lo único que despierta su interés mutuo es el sexo. Este 

hombre y esta mujer rara vez corren semejante riesgo. Géminis y Acuario siempre tienen tema de 

conversación, muchas cosas para enseñarse el uno al otro. y lo más hermoso de ello es que, la mitad del 

tiempo, ni siquiera se dan cuenta de que están aprendiendo. Generalmente el sexo no reviste una importancia 

desmedida para este hombre y esta mujer. Tampoco es menospreciable, pero no ocupa el lugar prioritario en 

su relación. Casi nunca se le ocurre a uno de ellos medir su influencia, contar sus dones o sus calamidades. El 

sexo está ahí, eso es todo. La mayoría de las parejas Géminis-Acuario bien avenidas disfrutan cuando 

chapotean en los charcos, remontan cometas o cazan mariposas. Es algo emocionante, excitante, puro placer 

desprovisto de complicaciones, sin recovecos oscuros o misteriosos: un recinto luminoso y soleado de sus 

 

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corazones. Él podría ser uno de esos ocasionales Aguadores a los que casi es necesario recordarles las reglas 

del juego del acoplamiento porque sus pensamientos ajetreados como abejas andan zumbando alegremente en 

torno de otras cuestiones, demasiado preocupados y abstraídos para recapacitar constantemente sobre los 

deleites de la intimidad física. Y ella podría ser una de esas Géminis que alcanzan la plenitud mediante la 

conversación, mediante la unión mental, y no mediante una entrega exagerada a la sensualidad o la pasión. 

Sin embargo, el acto amoroso, cuando se produce, suele ser satisfactorio para ambos y no una fuente de 

tensión, independientemente de la mayor o menor frecuencia con que lo compartan. 

 

Estos dos prevén sus respectivos deseos de una manera extraña. El hombre Acuario que tiene a Venus en 

muy mala posición en su carta natal, puede sustentar algunas ideas muy extravagantes en materia sexual, o 

puede preferir la relación amorosa platónica, que nunca termina de consumarse. Pero una vez que el uraniano 

medio ha sido cautivado, y ha entregado su corazón, ya conoce el lenguaje del amor, incluido el físico, y 

puede comunicar la magnitud de su necesidad con una mirada fija, arqueando ligeramente una ceja... o 

agitando la oreja izquierda. En cuanto a ella, el simbolismo gemelo de Géminis se reflejará asombrosamente 

en su capacidad para aparecérsele una noche como una mujer especial, propia... y al día siguiente como otra 

totalmente distinta. 

 

Hablando del lenguaje, como lo hacíamos pocos párrafos más atrás; la chica-mujer Géminis (pues es las dos 

por turno) puede hablar Más de un idioma. Los son lingüistas natos. También es posible que tenga más de un 

nombre; un alias o un apodo, y quizás incluso más de un marido durante su ciclo vital. Por supuesto, esto no 

se aplica a todas las mujeres Géminis, pero sí a la mayoría de ellas. Las Gemelas pocas veces se conforman si 

no lo tienen todo por partida doble o múltiple. Los Acuario también se casan, a menudo, más de una vez. (No 

siempre, pero sí a menudo.) No todos los Aguadores satisfacen su curiosidad la primera vez, aunque ella le 

lleva ventaja en la carrera de los matrimonios múltiples y tiene un poco más de probabilidades que él de haber 

probado anteriormente el matrimonio. 

 

Una vez que el hombre Acuario está seguro de que no pierde nada por ello, puede ser cabal y 

perfectamente fiel a una mujer. Su problema con las Gemelas consiste en que a veces tiene la impresión de 

que está lidiando con dos mujeres. Supongo que podría serles fiel a ambas. Las mujeres Géminis flirtean 

mucho. Sencillamente no pueden evitarlo. Pero en este caso ella se saldrá casi siempre con la suya, porque 

generalmente los Acuario no son propensos a recargar las tintas en materia de celos. Es posible que los coqueteos 

ligeros, amistosos, les pasen totalmente inadvertidos. Él entiende la amistad. En verdad, posiblemente 

ella desearía que no la entendiese tanto. Puede suceder que las amigas de él la pongan celosa a ella. 

Simplemente deberá recordar que al Acuario tal vez le resulte difícil separar el amor de la amistad, pero que 

para él, si se trata de un Aguador típico, el aspecto físico o sexual de una relación está asociado con el 

primero, y no con la segunda... una vez que él ha separado los dos mediante un compromiso (o que los ha 

combinado, con ella). 

 

La única persona a la que ella debe temer con justo motivo es la primera chica que él amó. Nunca la 

olvidará: nunca. Siempre estará presente, profundamente implantada en su memoria, ya se trate de su maestra 

de primer grado, del gorila hembra del zoológico, o del hipopótamo hembra que le hizo un guiño cuando él 

tenía tres años. Podría tratarse de algo más serio, claro está, y su primer amor podría ser una auténtica y 

peligrosa mujer de carne y hueso, que tal vez aparecerá un día para hacerle revolcar el corazón. Aún así, 

excepto en casos raros, él preferirá el recuerdo brumoso, ensoñador, al trajín de retomar la relación donde la 

dejó, años atrás. Sin embargo, esos casos muy raros también existen. 

Lo único que este hombre le exigirá es la verdad. Y es lo único que tal vez nunca obtenga de ella. Ella ve la 

verdad a través de la lente múltiple de la imaginación, coloreada por sus deseos y ensueños. Es sólo un 

problema de interpretación. Por lo demás, estos dos comparten vibraciones esencialmente similares. Sus auras 

se amalgaman en una galaxia de estados de ánimo, sincronizados en la frecuencia del mismo «barco madre», 

diferentes sólo en la medida en que contienen el reflejo individual de las estaciones cambiantes del corazón. 

Estas diferencias son sutiles, intrincadas. Las reacciones de él son más complejas que las de ella, y por tanto 

también lo son sus reflejos. Ella lo sorprende con torrentes de lágrimas, seguidos súbitamente por estallidos 

deslumbrantes de risa. Entonces él invierte el reflejo con torrentes de risa, seguidos por estallidos 

deslumbrantes de lágrimas... quizá porque Acuario ya sabe lo que a Géminis aún le falta aprender: que existe 

una razón por la cual alegría rima con melancolía, razón esta contenida en su misterio personalmente aún no 

dilucidado de júbilo y pena, que en realidad son otros dos Gemelos, inseparables e intercambiables. 

 

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Hombre GÉMINIS Mujer ACUARIO 

 

—Así que escapé a Kensington Gardens y viví mucho mucho tiempo entre las hadas. 

 

Ella lo miró con vehemente admiración, y él pensó que era porque 

 

había escapado, pero en realidad era porque había conocido a las hadas. 

 

Hay muchas razones por las que es seguro que estos dos se prestarán recíproca atención en una multitud, pero 

la principal consiste en que ambos oyen un tenue acorde musical. La chica Acuario ha pensado siempre que 

nadie la comprende de veras. La mayoría de las personas la juzgan equivocadamente, suponen que juega sólo 

con la mitad del mazo de cartas, que tiene una imaginación alucinada y desbordante, que es una florecilla loca 

que ha nacido varios siglos antes de su tiempo. Todos menos él. 

 

El hombre Géminis ha pensado siempre que nadie lo comprende de veras. La mayoría de las personas lo 

juzgan equivocadamente, suponen que no es de fiar, que unas veces es demasiado locuaz, que otras veces es 

demasiado caprichoso, inmaduro... y totalmente irresponsable. Todos menos ella. 

 

La primera toma de conciencia de la afinidad que existe entre Géminis y Acuario siempre me recuerda el 

encuentro entre el Principito de Saint-Exupéry y el piloto. En su infancia, el piloto había dibujado una boa 

constrictor que se había tragado un elefante y que, infortunadamente, parecía un sombrero. Durante toda su 

vida, cualquiera que fuese la persona a la que mostraba su dibujo, nadie reconocía a la boa constrictor que se 

había tragado un elefante, sino que todos comentaban siempre: «Sí, es un bonito dibujo de un sombrero». 

Cuando los demás no comprenden tus afanes te sientes dolorido, y solo. Hasta que un día, después de haber 

crecido, el piloto se encuentra en el desierto con un extraño hombrecillo que le pide que le dibuje una oveja. 

Exasperado, el piloto bosqueja la misma imagen de su infancia, la que todos habían tomado siempre por el 

dibujo de un sombrero. Pero cuando el Principito mira el bosquejo, menea inmediatamente la cabeza y dice: 

 

«No quiero un dibujo de una boa constrictor que se ha tragado un elefante. Te pedí que me dibujes una 

oveja».

 

Éste es el ligero acorde musical al que me refiero. Sin una sola explicación... ¡alguien 

sabe! Sólo la música, y nunca las simples palabras, puede describir la fuente de pura 

alegría que brota en el alma cuando, después de muchos años de búsqueda inútil y solitaria, uno encuentra a 

otro ser que reconoce y comprende realmente (no aproximadamente, sino realmente) todos los anhelos 

secretos y tentativas de comunicarse que los demás han ridiculizado o ignorado anteriormente. 

 

Más adelante, este primer ligero acorde de la música de las esferas, aunque bello y largamente esperado, 

contiene una o dos notas desafinadas, intercaladas en la sinfonía de amor entre Géminis y Acuario. Pero éste 

no es más que un pequeño lastre cuando se lo compara con los ritmos fracturados y las melodías discordantes 

que ambos debieron soportar hasta que por fin se encontraron el uno al otro. Aunque ninguna relación es 

perfecta, una configuración de signos solares 5-9 a menudo está más próxima a serlo que la mayoría de las 

otras. Si los aspectos Sol-Luna entre ellos están en conjunción, en sextil o en trígono, pueden alcanzar una 

rara armonía en el vivir y en el amar. Incluso sin la ayuda planetaria, son más compatibles que muchos otros, 

y generalmente seguirán siendo amigos, perdure o no el romance. 

 

Los signos solares que están en aspecto trígono se 'complementan en condiciones que sólo las personas 

implicadas pueden valorar. Pero una de ellas siempre se adelanta a la otra en la rueda zodiacal, en el nivel del 

alma, en las lecciones kármicas. En este caso, la mujer Acuario es un poco más sabia, en un sentido 

inconsciente, espiritual, que el hombre Géminis al que ama. De modo que le tocará a ella ser más generosa y 

tolerante. La tolerancia les surge espontáneamente a la mayoría de los Acuario, que son básicamente 

desprejuiciados y que conocen bien el significado de la frase: «Ayuda a cruzar al bote de tu hermano y, 

¡regocíjate!, el tuyo propio llegará a la orilla». Urano les inculca el humanitarismo a los Aguadores, y le 

infunde a la mujer Acuario un espíritu fraternal. Es posible que ella tenga demasiados amigos, demasiados, 

por lo menos, para los hombres nacidos bajo otros signos solares. Tal vez el hombre Géminis no encuentre 

tiempo para indignarse contra los extraños pájaros que ella congrega en torno de sí, porque está demasiado 

ocupado con su propia actividad gregaria. Sólo unos pocos geminianos, con graves desavenencias planetarias 

en su horóscopo natal, son misántropos. En el hogar del Aguador y el pájaro de Mercurio raramente reina la 

paz. Si ambos son representantes típicos de sus signos solares, la casa estará más a menudo llena que vacía. 

 

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Estos dos cometerán muchos errores mientras intentan amarse en la opulencia y la indigencia, para bien o 

para mal. Pero serán errores interesantes, casi nunca aburridos. Es posible que él cometa el error de presumir 

que ella tolerará sus pequeños embustes inocentes. Ella se indignará cuando él manipule la verdad o la 

distorsione. Las mujeres Acuario suelen aducir que son veraces e intachables en todo sentido. Viven su vida y 

nunca mienten, tanto si la sociedad las aprueba como si las censura. Pero el hombre Géminis es lo 

suficientemente sagaz y astuto como para analizar la forma peculiar de deshonestidad que practica ella, y que 

consiste en perpetrar pecados de omisión. Ella dice la verdad, es cierto... pero a veces sólo parte de ella, sólo 

lo que desea revelar, y se reserva la verdad íntegra, sin jugar jamás todas sus cartas al mismo tiempo. Cuando 

él la acusa de proceder así, ella se muestra sorprendida y ofendida. Es posible que él le recuerde que tiene 

otras técnicas para no ser totalmente veraz, a saber, una manera de expresar sus auténticos sentimientos con 

una fraseología que casi nadie podría interpretar correctamente. 

 

El juego de sinceridad que se desarrolla entre Géminis y Acuario es complicado, y quizás ellos son los 

únicos que pueden desatar los nudos. A veces lo hacen. A veces, no. Nunca cesan de intentarlo. Ambos 

disfrutan de los juegos mentales y son detectives aficionados, instintivamente alertas a todos los matices. Este 

talento es obvio en Géminis y está más encubierto en Acuario, bajo la máscara superficial de inocencia atónita 

y de distanciamiento. 

El error que ella podría cometer consistiría en esperar que lo que él dice tenga el significado exacto que le 

corresponde. Géminis utiliza las palabras como si fueran bendiciones para cautivar, estimular, persuadir y 

engatusar, y a veces codo si fueran armas para mofarse, provocar y lastimar. Pronuncia discursos que la 

magnetizan y cautivan su atención, y que después la hechizan... o puede destrozarle el corazón con su variante 

mercurial de sarcasmos cáusticos y comentarios cortantes. Casi siempre es un error llorar delante de unhombre Géminis. Él no soporta las lágrimas. Las escenas emocionales vehementes lo asustan como a un niño. 

Y entonces reacciona a menudo con las que parecen ser palabras frías y desconsideradas, que usa nuevamente 

como armas, esta vez para protegerse del dolor que acompaña a la compasión. 

 

Este hombre no quiere sufrir, si puede evitarlo. El arte de la sátira lo inventó Géminis, que entreteje 

oraciones con las palabras de la misma manera en que el prestidigitador enhebra cuentas multicolores, extrae 

otro conejo de su chistera, y otro pañuelo flotante de su manga en el último momento, arrancándole al público 

un suspiro y una exclamación de asombro. Hoy es feliz, mañana es desdichado, y al día siguiente se muestra 

jovial y exuberante. Sus emociones son genuinas, auténticas. Lo que sucede es que no duran. Generalmente la 

chica Acuario puede tolerar sus humores cambiantes mejor que las demás mujeres, por una excelente razón. 

La mitad del tiempo apenas lo nota. No nota nada. ¿Veis esa expresión nebulosa, brumosa, distante, de sus 

ojos? La ha adquirido navegando allí lejos entre las nubes en su propia longitud de onda, en algún tramo del 

futuro, momentáneamente desconectada de la Tierra y los terráqueos, incluyendo los estados de ánimo 

gemelos de él. Él puede pasar de la desesperación suicida a la serenidad antes de que ella tome conciencia de 

lo que ocurre. 

 

En su juventud, la chica Acuario rodea a su amante de ensueño con un halo centelleante de imposible 

belleza teñida con todas las gamas del arco iris, halo éste que jamás podría acomodarse a la cabeza y los 

hombros del hombre promedio, con la cantidad corriente de taras y defectos de carácter. Pero ella aprende a 

ocultar su propia vulnerabilidad bajo el disfraz de una fría, desapegada y amistosa actitud de «seamos buenos 

camaradas», mientras se conforma con algo menos, sin dejar de acariciar en secreto, constantemente, las 

ilusiones sentimentales de su juventud. Por tanto, cuanto mayor sea ella cuando conozca a Géminis, tanto 

menos peligro correrá de que éste la hiera con la ligereza de su comportamiento respecto del amor. El de ella 

puede competir en ligereza con el de él... ahora. Casi todos los Acuario tienen esta extraña distorsión. Si se 

casan más de una vez, generalmente el matrimonio definitivo se concertará en una etapa avanzada de la vida, 

cuando encuentren a alguien que necesite la sabiduría de Urano. Entonces ella transformará a este hombre en 

el amante astral de su adolescencia, y finalmente materializará dentro de los límites de lo posible su ideal 

primitivo de combinar el amor con la amistad. 

 

El último amante podría ser un Géminis, que también desea combinar el amor y la amistad y que es tan 

proclive como ella a confundir los dos sentimientos. 

 

Tanto el hombre Géminis como la mujer Acuario alimentan temores y dudas interiores sobre su atractivo 

sexual. En algún momento del pasado ambos se preocuparon secretamente por algún problema relacionado 

con la sexualidad, y quizás experimentaron la humillación de que los llamaran frígidos o por lo menos 

temporalmente insensibles, sobre todo si uno de ellos se lio previamente con un signo de Fuego, de Tierra o 

 

27 

 

 

de Agua. 

 

Juntos, pueden demostrarse mutuamente la falsedad de estas acusaciones formuladas por ex amantes. 

Géminis y Acuario tienden a dar sólo tanto como se necesita y se espera. y pocas veces reclaman más de lo 

que se da, y por tanto logran a menudo un equilibrio feliz en la unión sexual. A menos que uno de ellos, o 

ambos, tengan a Venus o Marte en muy mala posición en la carta natal, obtendrán en su unión física una 

mayor satisfacción sexual que la experimentada anteriormente con ex amantes... probablemente que la que 

podrán experimentar en el futuro con otros nuevos. Por supuesto. «probablemente» no es seguramente, pero 

encierra una promesa más firme que «posiblemente». 

 

¿No os disteis cuenta de que cuando erais niños, y pedíais ir al circo, si un adulto decía que 

«posiblemente» podríais ir, se os caía el alma a los pies, y si decía que «probablemente» podríais ir, el alma 

se os levantaba un poco, y si decía que «seguramente» podríais ir el alma volvía a su lugar, y vuestro corazón 

palpitaba frenéticamente de júbilo y gratitud y emoción? Tanto Géminis como Acuario son más propensos a 

la pasión del alma que a la de los sentidos, y comunican su amor por medios emocionales más intrincados 

que la simple entrega física a la sensación. 

 

Casi siempre, cuando se produce una ruptura en su relación, estos dos pueden mantenerse casi tan 

compenetrados y encontrar casi tanta afinidad mutua como al principio. Cuando Géminis y Acuario se 

sienten heridos, los dos se refugian en una amistad segura, protectora, desprovista de exigencias 

emocionales. La amistad es algo maravilloso, pero a veces Géminis y Acuario sacrificarán el amor por ella, 

porque el amor exige más fe y más confianza que una relación entre camaradas. 

 

Entre este hombre y esta mujer existe un marcado misticismo, un hilo de luz reverberante que conecta sus 

almas, si son auténticamente compatibles, como sucede en el caso de Aries y Leo, de Tauro y Capricornio... 

y de todas las configuraciones de signos solares 5-9. Si les place, podrán tirar de este hilo para atraerse 

nuevamente el uno hacia el otro. Por supuesto, no todas las vibraciones 5-9 corresponden a almas gemelas, 

pero aquellas que sí corresponden ayudan a que los compañeros del alma se reconozcan con más facilidad y 

disfruten de una comunión más espontánea que la que podría ser concedida a los auténticos amantes regidos 

por la influencia de otras configuraciones de signos solares. 

 

Mientras él comprenda que cuando ella ríe es posible que esté sollozando interiormente. y que cuando 

llora es posible que se regocije interiormente... y mientras ella comprenda que él puede alejarse volando hoy 

y retornar mañana (o la semana próxima, el mes próximo o el año próximo... pero que finalmente retornará), 

experimentarán más placer que dolor en su relación amorosa. Juntos, Géminis y Acuario pueden hacer milagros, 

como el de fusionar varias realidades en una sola, hechizada. Entre ellos existe este vínculo de 

sentimientos, esta locura compartida... y la soledad. Nunca confundirían sus respectivos dibujos de una boa 

constrictor que se ha engullido a un elefante... con el dibujo de un vulgar sombrero. 

Y es muy probable que estos dos, juntos, puedan convencer incluso a todas las boas de que no es correcto ni 

natural que se engullan un paquidermo a la hora del almuerzo. 

 

28 

 

 

CÁNCER ACUARIO 

 

Agua - Cardinal Negativo Aire - Fijo - Positivo

 

-

 

Regido por la Luna Regido por Urano 

Símbolo: el Cangrejo Símbolo: el Aguador 

Fuerzas nocturnas Femenino Fuerzas diurnas - Masculino

 

-

 

La relación CÁNCER-ACUARIO 

 

Es una pregunta difícil, porque es totalmente imposible determinar cómo pasa el tiempo en el 

 

País de Nunca Jamás, donde se lo calcula en lunas v soles, y hay muchísimos más de los unos 

 

y los otros que en tierra firme. 

 

Como sobre el Cangrejo y el Aguador influye la vibración de signos solares 6-8. Acuario siente que 

Cáncer lo ayuda, de alguna manera, y Cáncer siente que Acuario lo desconcierta, de alguna manera. Por 

supuesto, Cáncer no es el único que piensa así. Acuario desconcierta a todo el mundo. Sólo se trata de que 

Acuario desconcierta a Cáncer más que al resto de la gente, porque representa, para él, la octava casa 

astrológica. Esto significa que los Cangrejos ven a los Aguadores más o menos como los Aries ven a los 

Escorpión, como los Tauro ven a los Sagitario, y como los Géminis ven a los Capricornio, y así 

sucesivamente. Todo es relativo. 

 

A primera vista, puede parecer que estos dos no comparten absolutamente nada, de modo que les resulta 

difícil relacionarse entre sí. Pero pensadlo un poco mejor. Tomad, por ejemplo, a la Madre Gansa de los 

cuentos infantiles (Cáncer) y al Sombrerero Loco de Lewis Carroll (Acuario). ¿Os parece que pueden tener 

algo en común? Indudablemente comparten la cualidad de... su naturaleza extraña. Lo abstracto. 

 

Sin embargo, Acuario es extraño en una forma súbita, chocante y nada convencional, y Cáncer es extraño 

en una forma caprichosa y soñadora. Aunque es innegable que los Cangrejos son exteriormente muy 

prácticos, tienen esta esencia esquiva de versatilidad e imprevisibilidad. Esto también lo comparten con 

Acuario, pero lo que cuenta es la forma diferente en que se manifiesta la cualidad. La versatilidad de los 

Cangrejos está sincronizada con las fases de la Luna. Es así de simple. De modo que resulta un poco más fácil 

llevar la contabilidad diaria de sus cambios de humor. Basta asentarlos pulcramente en un libro mayor, como 

sabéis, bajo los encabezamientos Luna llena (extravagante y lloroso), Luna nueva (inquieto e imaginativo), 

cuarto de Luna (nostálgico y añorante), tres cuartos de Luna (gracioso y simpático), períodos menguantes 

(malhumorado y colérico), períodos crecientes (agresivo y hambriento), o eclipses (enfurruñado y retraído). 

El problema consiste en que a veces los Cáncer mezclan sus estados de ánimo, y entonces uno debe observar 

que es en la Luna llena cuando se muestran graciosos y simpáticos, en tanto que la Luna nueva genera 

nostalgia, o que saltan fuera del sótano durante los tres cuartos y se vuelven agresivos durante un eclipse. 

Hace falta un libro mayor con varias columnas, quizá también un bolígrafo azul y otro rojo para los cambios, 

e incluso así, se necesita mucha concentración para mantener las columnas en orden, si se les antoja aferrarse 

a la cólera y el mal humor durante los períodos menguantes, pero virar a la extravagancia y los lloriqueos 

durante el cuarto de Luna. A pesar de todo esto, los humores y los cambios del Cangrejo son bastante más 

fáciles de pronosticar que los del Aguador típico. 

 

Veréis, la versatilidad y el comportamiento imprevisible de los Acuario están sincronizados con los rayos 

de Urano, y realmente no sé de nadie, incluidos Tom Edison, Ben Franklin y Nikola Tesla, que haya 

encontrado la forma de predecir los rayos con suficiente precisión como para asentarlos en un libro de 

contabilidad. En determinado momento el cielo parece un vaso de leche de color azul claro, y una fracción de 

segundo después un fuego amarillo, zigzagueante y ramificado, corta las nubes, seguido por una tremenda 

resonancia que culmina en el súbito estampido de un trueno. Por consiguiente, aunque la contabilidad lunar 

sea muy intrincada, la de los rayos de Urano es sencillamente imposible de organizar correctamente. En 

realidad, pienso que lo menos traumático será que el Cangrejo y el Aguador toquen de oído. Quiero decir, una 

vez que se ha computado todo, ¿entendéis? A esta altura, probablemente habréis comprendido que si bien esta 

 

29 

 

 

asociación puede ser, por cierto, desconcertante para ambos protagonistas, es muy difícil que le resulte 

aburrida a cualquiera de los dos. 

 

Quizá como los Cangrejos reaccionan vehementemente, y están dotados de necesidades emocionales 

capaces de remontarse a grandes alturas y de hundirse a grandes profundidades, los Acuario piensan que es 

divertido hacerles pequeñas jugarretas, sorprenderlos cuando menos lo esperan. Es posible que los Aguadores 

les den estos chascos a los Cáncer a cualquier edad, y que empiecen muy jóvenes, a veces incluso antes de 

haber nacido, aunque, con un comportamiento típico de Urano, casi siempre deslizan una sutil insinuación de 

la treta en cierne, insinuación que el Cangrejo casi nunca capta pero que tranquiliza la conciencia de los 

Acuario, porque, al fin y al cabo, intentaron alertar a su víctima, y ésta no les hizo caso. (Los Acuario 

aborrecen comportarse en forma deshonesta o hipócrita.) 

 

Por ejemplo, Jennifer H. Smith se disponía a dar a luz por primera vez en marzo de 1978, en San Diego. 

Jennifer es una doncella lunar Cáncer, así que podréis imaginar muy bien que esperaba con entusiasmo el 

acontecimiento, porque Cáncer es el signo de la maternidad, y si engendrar hijos es por naturaleza algo tan 

maravilloso para las mujeres, lo es aún más para las chicas Cangrejo. El obstetra les informó a Jennifer y a su 

marido. Bill, que la criatura nacería el 28 de marzo. Las madres siempre les creen a sus obstetras (las madres 

Cáncer aún más porque tienden a ser tímidas y renuentes a discutir), aunque me pregunto por qué son tan 

crédulas, puesto que los médicos sólo calculan correctamente la fecha del nacimiento más o menos por debajo 

del dos por ciento de las veces. y su promedio de aciertos es incluso menor con los primogénitos. 

 

Así que ahí estaban, los pobres Jennifer y Bill, esperando a un bebé ariano, lo cual implicaba, por 

supuesto, prepararse para más reclamos aullantes de bragas limpias y biberones tibios a horas inusitadas de la 

noche, porque si bien todos los críos son exigentes, hasta cierto punto, los pequeños arianos son 

increíblemente egoístas y no les importa que sus padres duerman o no con tal de que satisfagan sus estridentes 

pretensiones. Estos regalos del Cielo que llegan por la vía de Marte son muy exuberantes, pero no por ello 

menos irresistibles. 

 

El problema consistió en que el médico y los padres se equivocaron de signo solar. Sólo la criatura sabía 

que era Acuario. Intentó prevenirlos antes de darles la sorpresa, pero no, no le hicieron caso, e insistieron en 

encaminar sus consultas hacia el médico y los calendarios y cosas parecidas, en lugar de orientarlas hacia la 

Biblioteca Pública de San Diego, donde los aguardaba la verdad. Ahora bien, tal vez os parezca que la 

biblioteca pública es un lugar muy extraño para ir a averiguar la fecha de nacimiento de un niño, pero para un 

Acuario es muy lógico. 

 

El Aguador Bobby Smith no llegó el 28 de marzo sino, ciñéndose puntualmente a su propio programa de 

Urano, el 3 de febrero de 1978, casi con dos meses de anticipación, y con un peso de dos kilos y medio... y 

no, el pequeño Bobby no era un niño prematuro. Era un crío perfectamente sano y bien formado (aunque 

diminuto), nacido en cuentas, que no tenía el propósito de acomodar su entrada en este mundo a los cálculos 

equivocados de los demás, privándose así de su signo solar Acuario. 

 

Pero como he dicho, el Acuario Bobby intentó prevenir a su madre Cáncer. Al salir apresuradamente de 

la casa, rumbo al hospital —cuando se hizo evidente que con calendario o sin él, con médico o sin él, Bobby 

llegaba inevitablemente— Jennifer pasó junto a la mesa del recibidor, sobre la cual descansaba un libro de la 

biblioteca, con la tapa abierta. ¿Pero acaso lo vio? No. Sólo cuando volvió a casa con su bebé en _brazos echó 

una mirada a la advertencia. Sobre la tarjeta del libro se hallaba estampado en grandes letras purpúreas el 

telegrama de Urano, que no podía ser más nítido y terminante. FECHA DE VENCIMIENTO: 3 de febrero de 

1978. 

 

Cualquiera que sea la relación entre Cáncer y Acuario, ya se trate de parientes, amigos, socios, amantes o 

consortes, y tanto si el Aguador es macho, hembra o de cualquier otro sexo, el Acuario le hará de cuando en 

cuando estas pequeñas jugarretas a la criatura lunar, sólo para contemplar su reacción. Las facciones de 

Cáncer son tan elásticas, que observar las expresiones que cruzan por ellas es como contemplar una película 

de la vida: alegría, aflicción, risa, recelo, reserva, miedo, cólera, ternura, esperanza, desesperación, 

expectativa... toda la gama de las emociones humanas. Lágrimas; y después risitas. Risas, y después sollozos. 

Mal humor, y después dulce ternura. Afabilidad, y después agresiones de cangrejo. Los Aguadores disfrutan 

inmensamente de todo esto. Pero hay un estado de ánimo de Cáncer que no los regocijará. El sentimiento a 

veces exagerado de intimidad personal, propio del Cangrejo. Los Acuario no tienen nada que ocultar, y no 

pueden comprender por qué los Cangrejos son tan innecesariamente desconfiados y autoprotectores. Es 

posible que estos dos necesiten tomarse unas breves vacaciones, el uno del otro, cada vez que sus respectivas 

excentricidades empiecen a erizarles los nervios. 

 

Un hombre Cáncer y un hombre Aguador que conozco, y que habían sido amigos muy íntimos en Nueva 

 

30 

 

 

York, resolvieron compartir una casa durante unos meses en California, mientras el Acuario investigaba una 

universidad para verificar si ésta era digna de que él la honrara con su inscripción. Su camarada Cáncer tenía 

la costumbre de echarle llave a su habitación cuando salía de la casa. Al proceder así no ponía en tela de 

juicio la honestidad de su amigo regido por Urano: sólo se trataba de que a veces los Cangrejos tienen esta 

obsesión ligeramente neurótica de la reserva. El Acuario se limitaba a encogerse de hombros. La idiosincrasia 

de sus amigos nunca preocupa ni sorprende a los Aguadores. Su lema es «vive y deja vivir». Sin embargo, 

una noche el Cangrejo cometió el error de dejar encerradas en su habitación la guitarra y la raqueta de tenis de 

Acuario, antes de irse al cine. Cuando Acuario volvió a casa y quiso practicar algunas canciones, para jugar 

después un partido de tenis, descubrió que su equipo había quedado guardado bajo llave. La cólera de Urano 

se descargó como un rayo, y forzó una ventana y entró a recuperar sus pertenencias. 

 

El Cangrejo se indignó al descubrir que habían entrado por la fuerza en su habitación, y llamó a la 

policía. Este episodio casi destruyó la amistad que los unía, pero afortunadamente discutieron lo que había 

sucedido y se separaron con un apretón de manos... aunque el Acuario se mudó prudentemente al día 

siguiente, antes de que el período de enfurruñamiento de Cáncer por el incidente le hicieran decir cosas que le 

habrían producido a la criatura lunar heridas demasiado profundas e inolvidables. Algún día retomarán su 

amistad en el punto donde la dejaron. Pero la moraleja de la historia consiste en que estos dos signos solares 

no deben jeringarse demasiado el uno al otro. Será útil que periódicamente se separen durante un tiempo, para 

darse un descanso. 

 

A Cáncer le disgustan muchísimo la curiosidad y contundencia de Acuario. A Acuario le disgustan 

muchísimo la reticencia de Cáncer y su proclividad a enfurruñarse. Sin embargo, el mismo Aguador se 

enfadará cuando el Cangrejo se muestre cambiante, excéntrico e imprevisible. Entonces el Cangrejo podría 

muy bien responder, justificadamente: «¡Mira quién protesta contra los cambios de humor, la excentricidad y 

la conducta imprevisible!». Lamentablemente, los Acuario nunca se ven a sí mismos, en ningún sentido, como 

seres extraños. Todo el mundo está loco, y todos sus habitantes lo están, pero ellos son lo más normal que se 

puede ser. Acuario es un signo fijo, no lo olvidéis. Cáncer es cardinal. En consecuencia, Cáncer hará todo lo 

posible por «mandar» a Acuario, en tanto que Acuario hará todo lo posible por no dejarse mandar. Esto es lo 

que se entiende por cardinal y lo que se entiende por fijo. El resultado final es... bueno, no me gusta ser 

redundante, pero es imprevisible. 

 

El error que se comete con más frecuencia en la asociación entre el regido por la Luna y el regido por 

Urano proviene de la tendencia del Cangrejo a ensayar todas las maniobras estratégicas (la mayoría de ellas 

taimadas y secretas) para acercar al Aguador al punto de vista de Cáncer. Se necesita tiempo para aprender 

que el diablo y cuarenta jinetes no podrían persuadir a una criatura de Urano de que debe hacer lo que no 

desea. Si os place, que sean el diablo y noventa jinetes. Agregad todo el cuerpo de Infantería de Marina. Si el 

Aguador sustenta otras ideas, el Cangrejo casi siempre derrochará su tiempo, y los Cáncer deberían tomar 

nota de esto, porque son tan poco aficionados a derrochar el tiempo como a derrochar el dinero. Igualmente, 

siempre puede haber casos inesperados, «imprevisibles», en que el Acuario se deja halagar o engatusar o 

reducir mansamente a la sumisión, y los raros ejemplos de este fenómeno se deberán invariablemente a la 

tenacidad realmente asombrosa del Cangrejo. Cuando un Cangrejo aferra algo o a alguien con esa pinza de 

perseverancia, no es fácil zafarse. 

 

Los hábitos gastronómicos de estos dos son, a menudo, muy distintos. A muchos Acuario les gustan 

cosas tales como los plátanos congelados mezclados con hígado picado, los tomates rellenos con frijoles... y 

los dientes de león asados. Los Cáncer prefieren platos más sustanciosos como los que mamá acostumbraba a 

guisar y meter en sus buches extáticos. La fórmula que Acuario debe recordar si desea mantener satisfecho al 

Cangrejo es: mucho amor, mucha comida, mucho dinero. y sencillamente la mar de atención comprensiva. 

 

Si los Cangrejos quieren saber cuál es el secreto del éxito cuando se trata de lograr la armonía con los 

Aguadores, hélo aquí (pero no se lo cuenten a nadie... ¡shhh!). No se metan en lo que no les importa, no 

chismorreen, no los regañen, no les formulen preguntas, y estén preparados para recordarles de tiempo en 

tiempo cómo se llaman y dónde viven, cuando olviden distraídamente dichas menudencias. Si ambos ponen 

en práctica estas fórmulas, se llevarán bien. 

 

Cuando el Cangrejo se sienta solo y alunado (con un sentimiento muy parecido a la nostalgia por el 

terruño, pero más intenso), el Aguador deberá exclamar jovialmente: «¡Eh! ¿Quieres jugar a las canicas, pero 

usando caramelos de goma?». Esto bastará para hacer sonreír al más triste de los pájaros locos: la mención de 

algo para mascar. Y el recuerdo de la diversión que experimentaban durante el recreo, en los «buenos tiempos 

de antes», muy, muy lejanos, cuando la vida era hermosa y segura e invulnerable y cómoda... cuando mamá 

los arropaba por la noche, y siempre tenía a mano un pañuelo para secar las lágrimas que derramaban por sus 

temores lunares. 

 

31 

 

 

Mujer CÁNCER Hombre ACUARIO 

 

Pero Wendy notó, con afable preocupación, que Peter no parecía saber que ésta era una 

forma bastante rara de ganarse el pan y la mantequilla, y tampoco que había otras formas... 

Wendy habría preferido un arreglo más perdurable. 

 

El hombre Acuario siente tanto anhelo de afecto como el que más, pero se resistirá violentamente a que lo 

bañen en un océano de afecto, como si fuera una rosquilla. Ya sé lo que pensáis. Pensáis que la gente no baña 

rosquillas en el océano. Acuario, sí. Pero no las come después de bañarlas. Sólo efectúa un experimento para 

saber cuánto tarda el agua salada en empaparlas, comparada con la miel que le echa a su té. Pero lo 

importante es que él, personalmente, se siente incómodo cuando está empapado. Un exceso de posesión 

saturante lo sofoca, cuando él necesita el aire fresco de la libertad de expresión. 

 

Al Aguador típico le disgustará que le pregunten si usa sus chanclos de goma, cuántas féculas come y qué 

hizo con los treinta y cinco dólares que tenía ayer en el bolsillo. Ciertamente valorará la dedicación 

halagadora que le dispensa la doncella lunar, pero cuando esta dedicación amenace con coartar su exploración 

independiente del mundo y de casi todos los que lo habitan, se empecinará... o se encerrará en sí mismo y se 

alejará a la deriva. 

 

Es bastante inútil decirle a este hombre a qué hora debe estar de regreso en casa. Necesita volar 

libremente, y está de más que el pesimismo de Saturno empañe su vuelo. Es posible que su extraña conductadesconcierte a la chica Cáncer hasta hacerla llorar. Él se comportará a menudo como si ni siquiera supiese que 

ella está allí, y menos aún que está llorando... y entonces, si no la encuentra en el preciso instante en que 

desea un postre helado, o en que ha extraviado un cordón de zapato y la necesita para que se lo busque, se 

sentirá más que un poco ofuscado. Ella tiene la culpa. Ella es la que lo acostumbró a los postres helados y las 

verduras hervidas, y también lo malcrió en el contexto de los cordones de zapato. Ella también se altera 

cuando él trata de husmear sus secretos. Aunque no los tenga. A veces ella está callada sin ningún motivo, 

mientras sus pensamientos hacen carreras con la Luna, y él trata de correr a su lado. Pero realmente ella 

preferiría estar sola durante estos vuelos de su imaginación, o por lo menos necesita que su compañero le coja 

la mano con silenciosa comprensión, y que no la sobresalte con preguntas que restallan como palomitas de 

maíz... reventando en su oído interno mientras está parcialmente sumida en sus ensueños. 

 

Ya veis que cada uno prefiere que el otro (o la otra) no se entremeta en sus hábitos de vuelo. Sumarse 

está bien, pero no entremeterse. Si ella consigue aprender a no empeñarse en coarta, los anhele», de é! por 

mezclarse con las masas y merodear por sí solo de cuando en cuando, y si él consigue aprender a espiar más 

delicadamente en el escondite secreto donde ella guarda sus sueños, superarán por lo menos la mitad de sus 

problemas. 

 

La dama lunar experimenta casi la compulsión de ser «maternal» con el hombre que ama. Este hombre 

pensará que es formidable recibir un trato maternal, a cualquier edad cronológica, pero habrá que advertirle a 

ella que el hombre Acuario necesita que le dispensen ese trato durante las veinticuatro horas del día... a 

cualquier edad. Quizás ambos son alumnos del bachillerato o de la universidad. En este caso, he aquí algunos 

consejos. Un joven Acuario que conozco, llamado Bill, resolvió ser, durante un par de años razonablemente 

próximos: oceanógrafo, después músico, después ingeniero, después submarinista, después astronauta, 

después pastor luterano (durante un breve lapso), y más recientemente espera el momento de hablar con un 

biólogo Leo, por el que siente respeto, para que éste lo ayude a decidir si deberá optar por la carrera de 

biólogo marino. La espera lo pone un poco nervioso, porque el asesor biológico reside temporalmente en 

Hawai. Aproximadamente durante el mismo período, este Aguador extravió cuatro pares de gafas, tres pares 

de lentes de contacto, se sometió a una apendicetomía de emergencia, desapareció de su hogar durante ocho 

semanas para trabajar en una pizzería, se dedicó a tocar la guitarra durante los servicios religiosos de una 

iglesia, usó el cabello largo, se lo hizo cortar, pintó de negro el cielo raso de su habitación... y se enamoró de 

un pez de sexo femenino llamado Debbie. (Nadie ha conseguido averiguar si Debbie es una chica Piscis o un 

pez espada del acuario de Nueva York.) 

 

El mes pasado (en relación con el momento en que escribo estas líneas) resolvió asociarse con un amigo 

de Dayton, Ohio, para abrir un taller de reparación y fabricación de guitarras, poco después de lo cual decidió 

incorporarse a una orquesta ambulante de rock, mientras esperaba el momento de conversar con el biólogo 

temporalmente destacado en Hawai sobre delfines y cosas por el estilo. En algún rincón de su cerebro 

 

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alimenta el deseo de aprender a hablar en delfín. No tengo la menor idea de lo que esto significa, ¿y vosotros? 

Una llamada telefónica que acabo de completar hace pocos minutos, en la mitad de este párrafo, me pone al 

corriente de que ha cambiado de plan: ahora se propone vivir un tiempo en el bosque, como un ermitaño, para 

meditar a solas y componer un poco de música. Sin embargo, no sabe muy bien si quiere acampar en los 

bosques de Colorado, porque allí «hay sólo dos tipos de árboles, dos tipos de flores, dos tipos de rocas», y 

esto «empieza a aburrirlo». Le gustaría tratar de tocar la guitarra en el Gran Cañón, dice, y «grabar los ecos». 

 

¿Entendéis a qué me refiero? 

 

Esto es lo que deberá enfrentar la doncella lunar, cualquiera que sea la edad cronológica del hombre de 

Urano. Oh, es posible que tenga un empleo o carrera más o menos permanente (más menos que más), y es 

posible que no haya extraviado las gafas (sólo porque no las usa, en cuyo caso extraviará otras cosas, como su 

carnet de conducir o su talonario de cheques, sus llaves, y diversos objetos de este tipo). Ya sea que este 

hombre tenga cinco años o cincuenta, veinte o doscientos, necesita muchos cuidados maternos. Con tal que la 

doncella lunar que lo ama no confunda el concepto de «cuidados maternos» con el de «opresión materna». 

 

La dama de Cáncer que se ha introducido caóticamente en la órbita aural del Aguador debe resignarse a 

rozar con él el País de las Maravillas, si no geográficamente, por lo menos mentalmente. Si no mentalmente, 

emocionalmente. Si tiene «suerte», en las tres condiciones. En realidad, cuando se practica un análisis 

minucioso, poco importa que la actitud de ella respecto de las idas y venidas del Aguador con 'sus muchos 

amigos (que parecen crecer encima de él, como lapas benévolas) sea estricta o permisiva, puesto que ni la una 

ni la otra surtirá mucho efecto. Su familia probablemente ensayó las dos actitudes, y descubrió, mucho antes 

de que la doncella lunar lo conociera, que ninguno de esos métodos servía demasiado para encauzarlo por el 

sendero recto, sin curvas ni desvíos. Los Acuario deben zigzaguear, de alguna manera. Esto es producto de su 

empatía con el rayo simbólico de Urano. Todos saben que el rayo nunca sigue una línea recta, ¿así que cómo 

se puede pretender que un hombre sometido a su influencia la siga? 

 

Curiosamente, cuanto más envejece el hombre Acuario, más fijos se hacen sus hábitos, muy 

gradualmente, y sin embargo cuanto más envejece la mujer Cáncer, tanta más avidez siente a menudo por 

visitar aquellos lugares remotos de sus ensueños juveniles. Esta situación exige un compromiso. No quiero 

desorientar a la doncella lunar. Cuando dije el hombre de Urano cambia a medida que envejece, no quise 

crear la impresión de que algún día será tan normal como sus vecinos. Seguirá siendo un poco chalado, pero 

tendrá una pizca mayor de fijación en su chifladura. Por ejemplo, es posible que no vuelva a cortar el césped 

del jardín del fondo vestido con su traje de nacimiento, pero su sentido de lo original y lo singular se 

mantendrán relativamente intactos. Aunque sea moderadamente, él seguirá apañándose para sacar a relucir 

sorpresas ocasionales con el fin de hacer interesante la vida. 

 

Habrá momentos en que la chica Cangrejo pensará que él linda con lo extravagante, pero generalmente el 

Aguador le resultará muy divertido. El sentido del humor es uno de los rasgos más lunáticos y encantadores 

de ella, e incluso es posible que sea lo que lo atraiga inicialmente a él. (Puesto que ella es sensible a lo 

ridículo, resulta ciertamente lógico que también lo sea a él.) El adora la forma en que la sonrisa de la Dama 

Lunar fluctúa como un plácido arroyuelo, para estallar luego en una cascada de risa alegre y demencial. E, 

innegablemente, su reserva femenina lo fascina. Es posible que sus cambios de humor lo intriguen, e incluso 

lo enfurezcan, de cuando en cuando, pero si se esfuerza realmente, él podrá sincronizar su metabolismo con el 

de ella. Al fin y al cabo, él pertenece a un signo de Aire mental, y por tanto es más dúctil que muchas otras 

personas. Lo que quizá necesitará algunos cambios es la fijeza de su signo. 

 

Puesto que ésta es una configuración de signos solares 6-8, ella representa para él la sexta casa 

astrológica de servicio, de modo que siempre existe la posiblidad de que si ella se lo permite, él adquiera el 

hábito de pretender que lo sirva de manera sutil, o de que sacrifique sus propios sueños al carisma cambiante 

de él. Él representa para ella la vibración de la octava casa. Por consiguiente le parecerá, en cierta forma, 

esquivo, y de alguna manera situado apenas fuera de su alcance... y ella también le encontrará un atractivo 

físico difícil de explicar. 

 

Entre estos dos existe una innegable atracción sexual. Una química poderosa los atrae desde el comienzo. 

Porque él nació bajo un signo masculino, regido por el también masculino Urano, y ella nació bajo un signo 

femenino, regido por la también muy femenina Luna. Poco importan los antiguos rumores acerca del 

«Hombre de la Luna»: la Luna inconstante es categóricamente una dama. Lo que la astrología les advierte a 

los hombres doblemente masculinos y a las mujeres doblemente femeninas es que se guarden de la tendencia 

natural de los «fuertes» a dominar a los presuntamente «débiles», que trae consigo el peligro de una pizca de 

sadismo y de masoquismo. Pero en este caso existen más probabilidades de que los papeles puedan invertirse, 

 

33 

 

 

porque la influencia «doblemente femenina» de la doncella lunar también es cardinal. Es posible que parezca 

un ángel de docilidad, pero yo, en su lugar, no apostaría quién manda en el gallinero. Por supuesto, al hombre 

Acuario sólo se lo puede gobernar durante un tiempo, antes de que abandone el gallinero. (Volando.) 

 

Sin embargo, si ella consigue fusionar sus cualidades femeninas con las masculinas de él, y viceversa, de 

modo que cada uno de ellos contenga una feliz combinación negativo-positiva en su actitud respecto de la 

vida y de su pareja... especialmente en su actitud respecto del sexo... disfrutarán inmensamente de su acto 

amoroso, porque éste les dispensará una plétora de paz y satisfacción. Son raros las doncellas lunares y los 

Aguadores que no valoran su unión sexual como una experiencia muy especial. Ella hace aflorar en él una 

profunda ternura cuya existencia él podría no haber descubierto. Y él despierta en ella una pasión fogosa que 

había mantenido oculta hasta la aparición de él, como un toque de despreocupada locura lunar. 

 

Urano, el alquimista, lo ayuda a traducir inesperadamente los estados de ánimo de ella, y él conoce 

misteriosamente los ensalmos capaces de trasmutarlos... transportándolos de la reflexión a la vehemencia... de 

la aflicción a la serenidad... de la embotada desesperación a vertiginosas cumbres de renovada esperanza yrisa lunar. Él le murmura un mantra mágico con una sola mirada, como si fuera un rayo. Ella lo oye... tal 

como la Luna llena oye el ruido atronador de las olas que se hinchan y se acumulan silenciosamente mucho 

antes de estrellarse contra la costa del océano... y le contesta con una mirada análoga. No es extraño que su 

unión sexual sea singular e imprevisible, potencialmente muy profunda y satisfactoria, sobre todo cuando sus 

luminarias están en relación armónica entre sus cartas natales. 

 

Estos dos se estimularán continuamente con recursos extraños y embrujados, inexplicablemente 

entrelazados con las vibraciones poderosamente magnéticas de la Luna y Urano... mediante la elocuencia de 

los mensajes tácitos reflejados en sus ojos. Ninguno de los dos es renuente a valerse de un hechizo pararetener al otro. Él pensará que puede evadirse, pero la delicada bruma de ella lo sujetará con sus secretos 

tentadores, mientras sus ojos parecen entonar el sortilegio de la criatura lunar... Abracadabra, ondulantes 

lágrimas de agua... encurtidos de calabaza orejas de mariposas... Vientos del Norte, soplad sobre sus años... 

 

Ella pensará que puede huir de los esporádicos tormentos del amor, pero él la sujetará con la pura 

compulsión de su misterio indefinible, y le advertirá silenciosamente que. si parte... Yo dejaré mi huella en ti... 

como tu propio embrujo... veteando tu cabello... y acechando en tus ojos plateados...* 

 

Entonces él, a su vez, estudiará la posibilidad de abandonarla, pero ella replicará suavemente... ¡Oh. no! 

Yo me saldré con la mía, con mi locura lunar... aunque incontables violinistas te convoquen a un baile de 

muñecos de madera.* Y como buena mujer, ella dirá la última palabra. Toda la alquimia de Urano no bastará 

para ayudarlo a imaginar una respuesta al definitivo hechizo Cáncer-cardinal-lunar-femenino de ella. cuando 

lo envuelva tierna pero fuertemente con el juramento... 

 

Cauterizaré tu palma con una cicatriz eterna 

para que todas las astutas Casandras susurren 

«¡Ah! ¡Allí va uno de los perdidos! 

Lo visitó una solitaria deambulante 

que cantaba una sonata lunar 

lo engatusó un fuego fatuo 

de los brezales nocturnos 

lo besó una luciérnaga titilante 

lo rozó el toque de un delirante embrujo gitano 

oyó el grito de un lunático 

...ha sido amado.». 

 

 

Nunca es fácil dejar a una dama Cáncer. Sus canciones violetas seguirán al hombre Acuario a donde 

vaya, aunque sea muy lejos... e incluso teñirán sus sueños con el color de la lavanda y con el plateado rielante 

de la risa de ella. Sus amigos pensarán que está aún más raro que antes... ¡y esto ya es mucho decir! Pero 

también es casi maravilloso. Es muy poco usual estar embrujado por un rayo de Luna... ser un curioso 

prisionero del mar. Le está bien empleado por ser un signo de Aire... y confundirla con el símbolo del 

Aguador. La astrología diría que se trata de un caso de Justicia Poética. 

 

Hombre CÁNCER Mujer ACUARIO 

 

34 

 

 

Así que ésta era la verdad acerca de las madres. ¡Los sapos! 

 

...él estaba tan furioso con los adultos, quienes como de costumbre lo. echaban a perder todo, 

 

que apenas se metió dentro de su árbol, respiró intencionadamente con soplos breves y rápidos a 

 

un promedio de cinco por segundo. Procedía así porque en el País de Nunca Jamás se decía que 

 

cada vez que respiras muere un adulto, y Peter los mataba lo más rápidamente posible. 

 

Wendy se derritió... 

 

El primer error que puede cometer una chica Acuario con un hombre Cáncer consiste en tratar de 

cercenar alegremente los recuerdos que lo atan a su hogar y su madre, diciéndole, con la sensatez propia de 

Acuario, que el ayer pertenece al pasado, que el hoy es trivial... y que él debe tener la madurez suficiente para 

comprender que todo lo importante reside en el futuro, y para no aferrarse emocionalmente a lo que ha 

desaparecido y nunca podrá volver con la misma configuración o forma de antes. Ella puede llegar incluso al 

extremo de exhortarlo a convertirse en un adulto. (Los Acuario no se destacan por su tacto, y se parecen 

mucho a los Arqueros por su tendencia a hablar sin pelos en la lengua.) 

 

Al Cangrejo le disgustará mucho que ella intente inculcarle una actitud emocional madura. Incluso es 

posible que reaccione violentamente, y que trepe por el interior de su confortable árbol de recuerdos y que 

nunca vuelva a salir... hasta estar seguro de que ella ya no está allí para acosarlo y lastimarlo y frustrarlo con 

los electrizantes y centelleantes rayos de realismo que dispara Urano. Es... bueno, es alarmante. Él se siente 

muy, muy solo cuando descubre que la mujer que ama no se apiada de su necesidad nostálgica de- remontarse 

periódicamente a los días seguros de su infancia, cuando está especialmente ofuscado por la agresividad del 

mundo y por la indiferencia de sus amigos y compañeros. Nunca sintió auténticos deseos de convertirse en 

adulto. Como Géminis, todo hombre. Cáncer, cualquiera que sea su edad o el lugar que ocupa en la escala 

social, lamenta secretamente, en el fondo de su ser, no haber podido seguir siendo niño. Cuando lo era, podía 

maravillarse de tantos portentos... había tantas cosas que lo hacían llorar y reír. Y le encanta entregarse a los 

extremos de la gama emocional. De alguna manera esto parece agilizar su imaginación, que lo transporta en 

prodigiosos viajes de fantasía, como una alfombra mágica personal urdida con ensueños. 

 

«Insulsa —se dirá—. Eso es lo que ella es. Insulsa.» Resuelve que es una mujer desprovista de 

imaginación. Piensa y habla como un hombre. También se comporta como un hombre. Bueno, él no aspira a 

enamorarse de un realista masculino. Desea enamorarse de un dechado de perfección encantador, dulce, 

femenino. Como mamá. 

 

Se equivoca, por supuesto. De lo que menos se puede acusar a esta chica es de ser insulsa. Pero sucede 

que ésta es la palabra favorita del Cangrejo (junto a «cruel») para designar a la mujer que se resiste a llorar 

con él y reír con él, que se niega a sincronizarse a sus estados de ánimo fluctuantes. Como he dicho antes, en 

otros capítulos de este libro dedicados a Acuario, los regidos por Urano tienen el extraño hábito de llorar 

cuando están exultantes y de reír como locos cuando tienen el corazón destrozado. El hombre Cáncer tardará 

un poco en comprender este fenómeno, para no hablar de lo difícil que le resultará aprender a lidiar con las 

inversiones de personalidad de la Aguadora: de marimacho a princesa, de dulce y lánguida a cortante ybrusca. Él se lo merece, en realidad. El mismo Cangrejo es muy versátil. En compañía de esta mujer, se verá 

obligado a tomar una ración de su propia medicina. Ella es muy cambiante, y sus caprichos y fantasías son 

aún más imprevisibles que los de él. En verdad se trata de una pareja heterogénea. 

 

La chica Acuario no peca por falta de compasión, pero tiende a diseminarla en dirección a grandes 

empresas humanitarias, y a veces olvida reservar la indispensable para sus relaciones personales. Pero no es 

cruel y tiene buenos sentimientos. Cuando descubre el dolor que le está causando al manso hombre Cáncer 

que ama, hace todo lo posible por mitigarlo, y por demostrarle que le tiene verdadero afecto. El problema 

reside en los medios que elige para probar la cariñosa devoción y la estima que siente por su amigo. (Todos 

son sus amigos, incluido su amante o esposo. ¿Acaso existe una diferencia? Si existe, a ella le resulta difícil 

trazar la línea divisoria.) 

 

Por ejemplo, podría engatusarlo para que comparta un picnic, con ella y sus otras docenas de amigos, en 

una casa montada sobre un árbol. Una mañana podría colgar un racimo de globos sobre la mesa del comedor 

para darle una sorpresa a la hora del desayuno... y podría servirle una fuente de frutos secos con pequeñas 

orugas de juguete encima, distribuidas en forma de corazón. (No le dirá que no son verdaderas, las orugas, 

hasta que él haya palidecido.) O podría manifestarle su afecto confiándole su deseo íntimo de viajar a la India 

y decorar el Taj Mahal con pequeñas calcomanías de nomeolvides y violetas, a medianoche, cuando los 

guardias están distraídos. Está convencida de que el emperador sentimental que lo construyó como 

monumento a su amor por su esposa se sentiría complacido. «¡Válgame Dios! —exclamará él—. ¡La ley lo 

 

35 

 

 

prohíbe!» Generalmente, los Cangrejos, como las Cabras y los Toros, son muy renuentes a infringir la ley o la 

tradición, en tanto que a la mayoría de los Acuario les encanta violar todas las leyes y bailar sobre la 

tradición. Incluso los pocos Acuario tímidos sueñan por lo menos con burlar las reglas. 

 

Todos estos gestos de ternura de la Aguadora tal vez le hagan brotar forúnculos de pura aprensión 

nerviosa al hombre lunar. Pero ella hace lo que puede. ¿Es que él ni siquiera atina a reconocerle el mérito de 

su buena intención? Sí, atina. Puede hacer un esfuerzo colosal y reconocerle el mérito de la buena intención a 

esta dama fascinante dotada de una excitante arquitectura mental. Pero es posible que tenga que lamentarse si 

premia este mérito con determinadas pruebas de confianza. Por ejemplo, con una cuenta corriente conjunta. 

La mujer Acuario típica equilibra las entradas y salidas de su cuenta corriente más o menos con la misma 

técnica que emplea un payaso para hacer malabarismos en el circo con bolas de colores: mediante un 

movimiento rotatorio y circular. Él se sentirá abatido. En general, los Cáncer son casi neuróticamente 

melindrosos cuando se trata de algo relacionado con los desembolsos e ingresos de dinero. Entradas y salidas. 

Son lo mismo, para Cáncer. Hay que vigilarlas. Atentamente. Dado lo melindroso que es él en cuestiones de 

dinero, ¿qué derecho tiene a llamarla melindrosa a ella? Ninguno. 

 

Ella se enamoró de él en primer lugar porque oyó decir en alguna parte que los Cáncer son encantadores 

pájaros locos, y siempre se ha sentido atraída por todo lo que se complementa con la palabra «loco» o 

«lunático». (Por todas las cosas y todas las personas.) En razón de ello es posible que los salve el maravilloso 

sentido del humor que tiene él. Durante ciertas fases de la Luna y del movimiento retrógrado de Urano, se 

combina deliciosamente con el sentido de lo disparatado y lo ridículo que tiene ella. Y en esta categoría entra, 

por ejemplo, el sexo. 

 

Cuando ella trepaba por el trono de Acuario que lleva de la adolescencia a la feminidad, el sexo le parecía 

bastante gracioso. Después de convertirse en mujer le pareció hilarante. Sigue pensando que es bastante raro 

que un hombre y una mujer expresen, así la necesidad que sienten el uno por el otro, cuando, al fin y al cabo, 

podrían demostrarse su amor recíproco recaudando dinero para levantar una estatua a quien ella considera su 

héroe de la energía solar, Amory Lovins, o buscándole una compañera a Ralph Nader para que se entienda 

con él y cabalgue sentada en las grupas de su corcel blanco mientras arremete en sus cruzadas, espantando la 

corrupción anidada en los gigantes de la industria automovilística y en el deporte profesional... y aterrando a 

los monopolios. También podrían correr descalzos por un campo de flores silvestres (cuidando de no aplastar 

los pétalos, lo cual obliga desde luego a correr un par de centímetros por encima del suelo), o podrían adoptar 

a todos los niños hambrientos de la India y China, o podrían organizar una campaña en Washington para que 

el Congreso apruebe una ley en virtud de la cual sería obligatorio conducir por la izquierda, como en 

Inglaterra, porque a ella esto le parece mucho más sensato. El aprobará su preocupación por el hambre 

mundial- y las normas de seguridad de los automotores, pero no entenderá sus ideas izquierdistas acerca del 

carril de conducción u otras cuestiones (aunque es posible que sueñe con levitar una fracción de centímetro 

por encima del campo de junquillos). Igualmente, él no permitirá que todo esto asuma prioridad sobre su 

intimidad física. Lo único a lo que quizá le concederá prioridad sobre el afecto y el acto amoroso es al 

dinero... un día sí y otro no. Ocasionalmente, un día sí y otro también. 

 

Una vez que ella se haya resignado a admitir que el sexo es necesario para la realización total del hombre 

y la mujer, lo disfrutará cabalmente, sobre todo con su tierno Cangrejo. A menos que los aqueje una 

cuadratura o una oposición mutua entre los ascendentes y luminarias de sus natividades, tanto este hombre 

como esta mujer complacerá a su pareja cuando ésta le pida silenciosamente que introduzca un elemento 

nebuloso y extraño en la expresión física de su amor. Ambos están un poco obsesionados por diversas formas 

de alucinación y extravagancia, y éste es un vínculo rielante entre ellos que a menudo centellea con los 

colores refulgentes del éxtasis y la pasión que sólo conocen quienes dejan que la imaginación guíe su 

intimidad. 

 

El descubrirá gradualmente que se equivocó al pensar que ella era insensible. Sólo parecía no entender 

sus anhelos más recónditos. En verdad, es posible que ella sea una de las muy pocas personas que alguna vez 

han conseguido escudriñar más allá de su caparazón de Cangrejo, de su pose exterior de respetabilidad y 

seriedad, para ver el alma fantasiosa y tierna que se oculta detrás de la fachada escabrosa. Él se asombrará 

cuando se entere de esto. Ella está llena de sorpresas... vibra al compás de lo inesperado. Y su misma 

naturaleza imprevisible la hará finalmente acreedora al cariño de este hombre, que aborrece tanto como ella la 

igualdad y la monotonía. Sus socios nunca lo adivinarán, pero ella no necesitará adivinarlo. Lo sabrá. Su aire 

de naftalina y sus modales a menudo pomposos, anticuados, no la engañarán ni por un momento. La 

Aguadora sabe que a él le gustaría fugarse con ella... a algún lugar remoto donde hay cascadas frescas y 

bosques silenciosos. Esta afición instintiva a la Naturaleza impregna sus actos amorosos, y convierte a 

menudo su unión sexual en algo tan reconfortante como una brisa nocturna de verano. (Hasta que aflora en 

 

36 

 

 

ella el espíritu travieso de Puck, y una noche se desliza en la cama junto a él luciendo un collar de antiguas 

campanillas de trineo, en las que está grabada la fecha en que se conocieron: el regalo de cumpleaños con que 

lo sorprende.) 

 

Los explosivos de su relación estarán rotulados casi siempre cardinal y fijo. Él es cardinal, e insistirá en 

mandar, aunque sus modales sean suaves, aunque su personalidad exterior sea aparente (y engañosamente) 

pasiva. Ella es fija, y se negará terminantemente a dejarse dominar o guiar. Cuando le permitan seguir su 

sendero sinuoso e intrincado, conservará su ánimo alegre y despreocupado. Pero cada vez que él intente 

cambiar su rumbo o encauzar su marcha, ella se mostrará irreductiblemente terca, y se perderá en la 

indiferencia o estallará en una tormenta eléctrica de cólera típica de Urano. Sus accesos súbitos de furia no 

durarán mucho, siempre que la dejen curar en paz su espíritu lacerado y siempre que el Cangrejo no la 

fastidie. Pero si él sigue tratando de coartar su libertad, su comportamiento se tornará cada vez más irracional. 

Es inútil empeñarse en encerrar su esencia de Aire en una forma definida, y cuanto antes él lo aprenda, antes 

se restablecerá la armonía entre ellos. 

 

Ella, a su vez, deberá recordar que mientras se interna excitada en la extraña y nueva promesa del 

mañana, él no puede dejar de quedarse rezagado, mirando por encima del hombro hacia la familiar garantía 

del ayer. La única forma en que podrá estimular a su hombre obsesionado por la Luna, para inducirlo a 

colocarse a la par de ella, consistirá en informarle que allende el horizonte se oculta una estrella mucho más 

brillante que todas las otras a las que él se atrevió a impetrar sus deseos. Ella también deberá abstenerse de 

espiar sus secretos... y no deberá hacer tintinear sus campanillas de trineo mientras él sueña. O por lo menos 

deberá ponerles un poco de sordina. 

 

37 

 

 

LEO ACUARIO 

Fuego - Fijo - Positivo Aire - Fijo - Positivo 

Regido el Sol Regido por Urano 

Símbolo: el León y el Gatito Tímido Símbolo: el Aguador 

Fuerzas diurnas -Masculino Fuerzas diurnas - Masculino 

 

La relación LEO-ACUARIO 

 

Entonces recibieron la sorpresa más extraña de esta Noche entre las Noches. 

 

Nunca son las sorpresas típicas de Urano que dan los Aguadores las que generan problemas en esta feria de 

polaridad-oposición 7-7, llena de elementos ridículos y sublimes, entre Leo y Acuario. Los problemas 

provienen de otras causas. Abordemos el tema cautelosamente, de «culata», dando marcha atrás, por así decir. 

Creo que será inesperadamente útil consagrar más o menos una página de este capítulo sobre 

compatibilidades a la ejecución de este retroceso. Es posible que los Leo gruñan un poco, resentidos, al ver 

que los desplazan unos párrafos más abajo, pero si se someten ganarán puñados de estrellas kármicas para sus 

coronas reales y diademas por su paciencia y humildad... aunque en realidad no tengan otra alternativa. 

listaríamos aviados si les diéramos una opción!) 

 

En el verano de 1978 recibí una carta de un lector Acuario llamado Richard Ellsberry. Al principio pensé que 

debía de tener el matasellos de Espiga o de Arturo... o quizá de Sirio (que en realidad se debería escribir 

Sirios, por el misterio del anagrama de Osiris, como sabéis, pero ha sido deformado y sin duda lo corregirán 

en el futuro). Sin embargo, el sobre tenía el matasellos de Phoenix, Maryland. Lo de Phoenix, o Fénix, se 

entiende. Lo de Maryland es casual. El Aguador Richard escribió, en parte, lo siguiente: 

 

Estimada Linda Goodman... Las observaciones que hace en su libro Sun Signs acerca de las 

extravagancias de la personalidad de Acuario son notables. En el capítulo dedicado al Niño 

Acuario, dice: «Como exhibe cierta inclinación hacia los relojes de todos los tamaños, es 

posible que tenga algo que ver con una Máquina del Tiempo (una obsesión común entre los 

Acuario)». 

 

Ahora, lo que deseo saber es lo siguiente: ¡¡¿¿Cómo diablos se enteró de que me estoy 

ocupando de una Máquina del Tiempo??!! Hace mucho que trabajo en ella. Se trata de una 

tentativa de tomar contacto con Seres del Futuro. El razonamiento es que... si nosotros no 

podemos ir hasta ellos, ellos tendrán que venir hasta nosotros. Al fin y al cabo, es SEGURO 

que ELLOS tienen Máquinas del Tiempo, ¿no le parece? 

 

(Adelante, Richard! La lógica perfecta de Urano.) 

 

Este concepto empezó a cobrar forma en mi cabeza cuando tenía 17 años, hace 

aproximadamente 7 años. Estará en gestación durante otros 4 años, hasta 1982. Lo 

denomino La Sociedad Crononáutica. Me gustaría invitarlos a usted y a todos sus amigos 

interesados a nuestra primera reunión con los Seres del Futuro, que se celebrará el martes 9 

de marzo de 1982 d.J. C. No se trata de una broma. Organizaremos la recepción más 

espectacular que se haya tributado jamás a los Seres del Futuro. Como éstos se hallan EN el 

futuro, ya habrán tenido noticias de nuestros esfuerzos, y volverán atrás en el Tiempo para 

asistir. Les ofreceremos regalos tales como obras musicales, y de arte... y voluntarios. 

 

(¡¡¿¿Voluntarios??!!) 

 

La probabilidad de entablar contacto en este audaz experimento... (¿Audaz? ¡Ahora 

 

38 

 

 

Leo nos presta atención!) 

 

...en este audaz experimento aumenta a medida que acumulamos más documentación (literaria, 

fotografías, cintas magnetofónicas, etcétera). Actualmente no sabemos dónde se celebrará el 

encuentro. La mantendré informada. Es posible que las condiciones obliguen a formar una red de 

congregaciones alrededor de la Tierra, intercomunicadas mediante radio y vídeo. Se ha elegido la 

fecha del 9/3/82 porque en ella coinciden acontecimientos celestes excepcionales, como EL 

EFECTO JÚPITER, siendo un raro momento en que todos los planetas del Sol están del mismo lado; 

en que se produce el advenimiento de la era de Acuario; en que se superponen temporalmente las 

órbitas de Neptuno y Plutón; en que se registra el intervalo de doce años entre los cometas Kohoutek 

y Halley... y en que tenemos Luna Llena. La Sociedad Crononáutica es una alianza sin fines de 

lucro, abierta, de artistas, científicos, ocultistas y visionarios. Su emblema es la Serpiente Bicéfala, 

que simboliza la Doctrina de la Arborescencia. Esta tesis especulativa sostiene que el Tiempo no es 

exactamente lineal, sino que se ramifica: lo que los cristalógrafos denominan «crecimiento 

dendrítico». Esto no implica, empero, que estemos constreñidos por algún dogma ideológico. 

Alentamos vehementemente todas las críticas y sugerencias. Apartado de Correos 231, Phoenix, 

Maryland 21131, Estados Unidos de América. Infortunadamente aún no nos financia el Congreso ni 

nos respalda la Fundación Rockefeller, así que si desea una respuesta, tenga la gentileza de enviar 

un sobre con su nombre y dirección, y un sello. 

 

¡Bendito seas, Richard Ellsberry! Eres mi rutilante respuesta a todos aquellos que me preguntan: «¿Los 

Acuario son realmente tan excéntricos como usted dice?». A lo cual respondo ahora con un resonante ¡sí! 

(Más excéntricos, en verdad.) He completado una «verificación de datos» sobre este Aguador, y puedo 

aseguraros que habla muy en serio. Tiene relaciones y contactos personales con varios eruditos y con hombres 

muy respetables, cuyos logros, conocimientos y prestigio científicos son impresionantes... así como con una 

multitud de terráqueos «comunes», perceptivos y precognitivos. aunque aún ignorados, igual que usted. Así 

que ésta es la hora de los milagros para todos los Aguadores del mundo que sueñan con una Máquina del 

Tiempo. ¡Adelante! Escribidle a Richard y convertíos en camaradas espaciales del Mañana. (O del Ayer. Es lo 

mismo. Recordad vuestros principios dendríticos.) 

 

Tengo un par de excelentes razones para hacer pública esta información sobre la Máquina Acuaria del 

Tiempo. En primer lugar, me parece una idea maravillosa, porque astro-lógicamente, astronómicamente, y 

desde todo otro punto de vista, la década comprendida entre 1982 y 1992 contendrá muchas conmociones 

(sobre todo para los no iniciados) y será mejor estar preparados. En segundo lugar, nos permite reflexionar 

acerca de la relación Leo-Acuario. Estoy segura de que la Sociedad Crononáutica será inundada por tantas 

solicitudes de afiliación de Leones como de Aguadores. La audacia de la idea es la que fascinará a los 

grandes gatos, cuyo segundo nombre es Coraje. Por supuesto, espero que comprendáis que todos los socios 

Leo incluirán en los currículums enviados a la S.C. sus ideas personales acerca la forma en que se deberá 

organizar y celebrar la recepción de 1982 para los Seres del Futuro en este «encuentro muy próximo». 

Obviamente, el Orador de Fondo del Encuentro Próximo del 9/3/82 deberá ser alguien calificado para 

desempeñarse como líder de una empresa cósmica tan distinguida, de tanta envergadura, y de tan evidente 

trascendencia galáctica. A saber, un Leo. ¿Al fin y al cabo no está sincronizada, en parte, con el raro momento 

en que todos los planetas del sol, están del mismo lado... y acaso no es el mismísimo sol_ el regente de Leo? 

¿Qué podría ser más apropiado? Ciertamente una iniciativa regia como la que planea la S.C. no puede quedar 

librada a las torpezas y los errores de plebeyos y campesinos. Sólo la nobleza está en condiciones de cargar 

con la grave responsabilidad de un esfuerzo de esta magnitud. 

 

Ésta es más o menos la actitud que asume cualquier León o Leona respecto de los individuos de Acuario y 

respecto de los proyectos de Acuario de todas las formas y dimensiones, grandes o pequeños, ya se trate de 

llenar el cuadro de arena para los niños. de construir una casa para los pájaros, de decorar un despacho, de 

organizar una fiesta escolar, de planificar una campaña publicitaria o política, de producir una película o una 

pieza teatral... o de decidir la fusión de dos inmensos monopolios. No importa. Leo asumirá el mando. O Leo 

cogerá su cubo de arena, sus resguardos de las acciones, sus rollos de tela, sus globos, su casa para abadejos, 

su guión de cine o lo que sea... y buscará otro reino donde gobernar, un reino en el que acepten de buen grado 

y valoren la superioridad. En el que la respeten y la veneren. 

 

39 

 

 

Normalmente, esto no fastidiará en absoluto a los Aguadores típicos. En realidad éstos no tienen 

demasiado interés en ser los grandes jefes de la reserva india. Les interesa más la invención de nuevas danzas 

para invocar la lluvia y de cosas parecidas. La forma de diseñar un Tótem mejor. Sin embargo. cuando estos 

dos signos solares sí chocan por algo —por lo que fuere— el resultado se puede comparar con la embestida 

frontal entre un rebaño de búfalos y otro de elefantes. Entre un edificio de ladrillo y un muro de cemento. O 

entre dos asnos que se encuentran morro con morro. Una competición de terquedad en la que ambos 

protagonistas están empatados. O sea que tanto Leo como Acuario son fijos. Los Aguadores. los Leones y las 

Leonas comparten el dudoso honor de haber nacido bajo signos fijos. Esto significa que son porfiados como 

la cola de pegar, y que no cederán un ápice en sus posiciones cuando crean que tienen razón y que sus 

opiniones y actos están justificados. Leo y Acuario adoran las sorpresas. Ambos tienen mentalidad 

progresista, son generosos y magnánimos; ambos defienden a los desheredados y las voces minoritarias de las 

tórtolas que se hacen oír por todas partes. Ambos tienden a ser altos y apuestos (o bellos). Ambos son muy 

inteligentes, cordiales, gregarios... y son conversadores fascinantes. A ambos les gusta proteger a los débiles, 

y ambos aman y respetan la Naturaleza. Hasta aquí, ¡estupendo! Todo es tierno, con suaves ronroneos y 

felices maullidos de los grandes gatos... y una plétora de fresca y chispeante cooperación que desborda de los 

pequeños cántaros marrones de los Aguadores regidos por Urano. 

 

Sin embargo, estos dos signos ocupan lugares opuestos en la rueda del horóscopo. Uno tiene lo que le 

falta al otro. y a su vez este otro no se resigna a admitir que necesita aquello de lo que carece. Normalmente. 

(A menos que los ascendentes y las luminarias de sus cartas natales tengan una relación plácida y armoniosa, 

en cuyo caso no les importará confesar sus necesidades individuales y compensar sus carencias mediante el 

trueque.) ¿Qué es lo que Leo tiene y le falta a Acuario? Calor personal. Un cierto sentido de la dignidad. 

Estabilidad y fiabilidad. 4* 

 

¿Qué es lo que Acuario tiene y le falta a Leo? Sé que es difícil imaginar que a los Leones y Leonas les 

falte algo, puesto que han heredado todas las virtudes que existen bajo el Sol (su regente). Pero, ay, carecen 

de un don de los dioses: la humildad necesaria para reconocerse culpables de una o dos faltas dispersas, para 

admitir que entre los rubíes y esmeraldas de sus refulgentes cualidades y rasgos positivos puede haber uno 

que otro diamante desconchado. En síntesis, no están generosamente dotados de la capacidad de confesar sus 

errores ni de la capacidad de aceptar de buen grado las críticas. 

 

A Leo le conviene tomar en préstamo de los Acuario una pizca de su humildad, de su objetividad respecto 

de las críticas y de su excelente disposición para confesar sus defectos. Decidles a los Acuario que son todos 

genios y se encogerán de hombros, impertérritos. Decidle a un Acuario que está loco, y el Aguador hará un 

complacido ademán de asentimiento, regocijado por el análisis... y no se ofenderá en absoluto. Generalmente 

el elogio lisonjero le entrará por un oído y le saldrá por el otro. Pero insinuad, aunque sólo sea tímidamente, 

que los Leo son un poco menos que superiores en algún contexto, y la reacción será: «¡Decapitadlo!». Rugen 

 

o se enfurruñan, pero ni lo uno ni lo otro le sienta a la realeza. 

A la inversa, los Acuario se beneficiarían inmensamente si adoptaran parte de la radiante y cálida 

benevolencia que Leo manifiesta en las relaciones personales (a veces el Aguador puede mostrarse un poco 

frío, incluso con los seres queridos), si imitaran la fiabilidad de Leo (sería agradable saber que se puede contar 

con que los Aguadores cumplirán el jueves lo que el miércoles se comprometieron a hacer, mediante un juramento 

de sangre), y si asimilaran una miaja del aplomo y la altivez de Leo. Ojo, no es necesario que lleguen 

al extremo de sosegarse, pero a lo mejor bastará que copien la gracia felina de Leo cuando anden por ahí, para 

no tropezar tan a menudo con los postes de teléfono: que desistan quizá de ponerse cabeza abajo mientras 

asisten a un concierto; que mitiguen el tono purpúreo de su pelo; que dejen sus quetzales en casa cuando van a 

la iglesia... cosas por el estilo. Sólo un poco de aplomo y altivez. No demasiado. Entonces no se los 

reconocería, y ciertamente queremos que sigan siendo reconocibles, porque ya es bastante difícil identificarlos 

como miembros de la raza humana. 

 

Como Leo y Acuario nacieron bajo los signos solares del «Organizador Fijo», deberán compartir las 

responsabilidades organizativas de una empresa comercial, de una relación romántica, de un «Viaje» Mental o 

de un «Viaje» en el Tiempo. Cada uno de ellos deberá renunciar a algo más que una mínima parte de su fijeza 

personal, mientras retiene su fijeza de intención. Sin embargo, aunque Leo no es un signo cardinal de 

liderazgo (Leo es un organizador), el León deberá gobernar la tarea de organización... de alguna manera que 

aplaque el ego gigantesco de los grandes gatos. Dadle a Leo el título. Eso es todo. Jefe Hacedor de Lluvia. 

Diseñador Jefe de Tótems. Comunicador Jefe con los Se, es del Futuro. Peluquero Jefe. Apóstol Jefe. Jefe de 

 

40 

 

 

Bomberos. Jefe de Aguas. Jefe de Aire. Jefe de Tierra. Oberon, Rey de los Genios. Titania, Reina de las 

Hadas. Rey de la Jungla. Reina de las Empresas Galácticas. Sultán del Harén. Monarca del Castillo. Ésta es la 

idea general. 

 

Entonces el Aguador descubrirá que en ningún lugar de esta Tierra, ni de ninguna otra galaxia ni Sistema 

Solar pasado, presente o futuro, encontrará un «camarada» más brillantemente creativo, inteligente, valeroso y 

leal que el León o la Leona. Realmente vale la pena cultivar un poco la elasticidad de la fijeza de Acuario con 

el fin de conquistar semejante amigo para todas las estaciones... todas las Barreras del Tiempo y todos los 

Niveles Astrales. 

 

Los Acuario que no me crean podrán limitarse a esperar el Encuentro Próximo de Richard Ellsberry que se 

celebrará el 9 de marzo de 1982 d.J.C. Del futuro llegan, puntualmente, los S.d.F.. El Líder de la Atlántida 

resucitado en Phoenix que saludará a los terráqueos con una combinación de lenguaje hopi por señas, swahili 

y sánscrito será una orgullosa, noble y majestuosa Leo. (¡Sí, ella lo será!) Poco importará que la mismísima 

Máquina del Tiempo haya sido diseñada por un S.d.F. Aguador. A los Acuario les importa un bledo quién se 

lleve el mérito... siempre que ellos puedan realizar el vuelo y llegar a la meta elegida. Leo podrá hacer todo el 

viaje en primera clase, ¿pero adivináis quién irá sentado en la carlinga del Rayo Láser? 

 

«Damas y caballeros, os habla vuestro piloto. Me complazco en daros la bienvenida a bordo del Leo-

Osiris Phoenix XIV. Volaremos a una altura de cuatrocientos cincuenta billones de kilómetros por hora 

terrestre, millón de kilómetros más o menos, según la magnitud de las caídas de polvo en Maldek, y a una 

velocidad de varios años luz. Las azafatas pasarán entre vosotros para explicaros cómo se usa la cabeza. 

Llegaremos a destino exactamente a las tres y cuarto del sábado, en el año previo al anterior, justo a tiempo 

para celebrar el cumpleaños de Amory Lovins. En mi nombre y en el de mis copilotos gemelos, Howard y 

Robard, os deseo un buen viaje. Tomad la precaución de mantener abrochados y asegurados vuestros 

cinturones Nader cuando pasemos por las Torsiones Espaciales... y no olvidéis de disfrutar del paisaje por 

vuestros ojos de buey, pues en los días despejados se ve la Eternidad. ¡Buena suerte! ¡Salud! ¡Cambio y 

fuera!» 

 

41 

 

 

Mujer LEO Hombre ACUARIO 

 

Durante poco tiempo Peter continuó... tocando alegremente su gaita. Sin duda fue una tentativa 

bastante infeliz de demostrarse a sí mismo que no le importaba. Entonces resolvió no tomar su 

medicamento, para afligir a Wendy. A continuación se tumbó en la cama fuera de la colcha, 

para fastidiarla aún más. 

 

Al comienzo ella se sintió atraída hacia él como un imán propulsado a chorro. Quién sabe cómo, el Aguador 

parecía succionarla casi literalmente hasta los abismos de sus ojos soñadores, como si ella fuera un jirón de 

nube que desaparecía en el espacio de su expresión. Por tratarse de una Leona, ella, naturalmente, se resistió. 

Pero fue inútil. Se sintió remontada por la mansa brisa de su carisma del elemento Aire, acunada por la 

música reconfortante de su gaita. (Es posible que al resto de nosotros la gaita nos parezca un poco estridente y 

chillona, pero para el Leo es reconfortante, porque trae reminiscencias de cambios de guardia, desfiles de 

coronación y todo eso.) 

 

Durante un tiempo, todo fue color de rosa, plumas de pavo real, maravillas sobre maravillas. Él se 

comportaba como un verdadero santo. A veces, ella estaba segura de que incluso veía su halo, aunque parecía 

tener una forma muy rara. (Era su aura, y todas las auras de Urano tienen una forma rara. Parecen una 

pirámide invertida con un rayo que traza los tres planos que componen las caras triangulares. Insólito. 

También lo son los colores. Una especie de azul eléctrico, surcado por vetas de trueno negro y centelleantes 

conceptos blancos.) 

 

Curiosamente, al principio a él le sucedió casi lo mismo. Sintió la necesidad apremiante de caminar 

descalzo sobre la cola de su vestido de terciopelo púrpura, de besar los diamantes de su tiara. Las melodías 

perfumadas que exhalaba su nariz francamente divina lo hicieron levitar repetidamente varias decenas de 

centímetros. La misma languidez de ella apaciguaba sus pies y sus oídos incansables... mientras su porte 

perfecto lo dejaba alternadamente mudo y vibrante. Él también estaba seguro de que periódicamente podía 

ver, con su Tercer Ojo, el halo rutilante y rojo-dorado de ella. (Era su aura, en forma de Sol, brillante y 

enceguecedora, que lo dejaba hechizado e hipnotizado.) Ella se comportaba como la Reina de todos los 

ángeles. Ronroneaba como un gatito y zumbaba como un colibrí. Sonreía como un gato bronceado de 

Cheshire y como su quetzal favorito. Era un hálito del Cielo, llameante de pasión, pero fresca como un helado 

de limón. 

 

De pronto, el cielo viró al gris, y Rip Van Winkle empezó a derribar bolos como un marinero borracho. 

Relámpagos de calor. Retumbar de truenos. Inmensos Niágaras de aguas desbordadas, que habrían hecho 

abandonar el arca al mismísimo Noé, fluían del cántaro de Urano, en tanto que la esencia de Aire de él 

gestaba un tornado y el elemento Fuego de ella ardía como el incendio de Pompeya. En síntesis, había 

empezado la estación ventosa, calcinada y aguada del romance. El se convirtió en un individuo presuntuoso, 

insípido, tacaño y sarcástico. Ella se convirtió en una mujer descomedida, majestuosa, colérica y resentida. Él 

resolvió que ella era una pelma y ella resolvió que él era un palurdo. Era todo muy triste. ¿Qué había 

sucedido? 

 

Lo que había sucedido era que sus polaridades se habían enredado y retorcido. Leo v 

Acuario ocupan lugares opuestos en la rueda kármica de la vida. Estas dos son personalidades antagónicas, 

influidas por la configuración de signos solares 7-7, al principio magnética, y después repelente. Pero los 

opuestos se atraen, cuando los sexos también son opuestos, y ésta es la clave de la maratón del apareamiento: 

la oposición. Por lo menos, esto es lo que la mayoría de las personas creen que es. Pero se equivocan. El 

verdadero objetivo del amor y del apareamiento y de la complementación de las auras no consiste en 

conservar eternamente actitudes y deseos opuestos, sino en fusionar las fuerzas opuestas armonizándolas 

mansamente, en combinar lo mejor de cada uno y en descartar o diluir lo peor, con el fin de eliminar así el 

poder que tienen los rasgos negativos para atormentar su relación. En términos sencillos, ella no deberá 

envidiarlo sino que deberá tratar de imitar las características que él posee y que a ella le faltan, y cuya 

asimilación la beneficiaría. Asimismo, él deberá comprender que ella posee ciertas virtudes que serían una 

bendición para su propia personalidad si se esforzara un poco más por adquirirlas. Esto es lo que significa el 

concepto de oposición, que no significa enfrentarse. Significa fusionarse en un clima de dicha beatífica. Pero 

siempre existe el riesgo de que la Leona y su Aguador pierdan toda la emoción potencial y la promesa 

estimulante de su relación amorosa o de su matrimonio si se empeñan continuamente en superarse el uno al 

 

42 

 

 

otro cada vez que dan un paso por el camino. La respuesta es el toma y daca. No dar demasiado y no tomar 

demasiado. Cuando se mezclan las dosis justas de sumisión y mando, aunque sea en un imprevisible tubo de 

ensayo de Acuario, surge un elixir llamado igualdad. Igualdad entre los sexos... y entre la majestuosa Leona y 

su amante o esposo Acuario, tan parecido a Rip Van Winkle. 

 

La mayoría de las Leonas se mantienen alejadas de las mujeres Acuario, pero una chica Leo puede 

sentirse inexplicablemente atraída por un hombre Acuario. Él acepta la vida y acepta a la gente con la misma 

naturalidad con que le gustaría hacerlo a ella (y con que finge hacerlo), pero que quién sabe por qué no logra 

materializar cabalmente. Secretamente, ella tiene conciencia de que su falso orgullo aprisiona con demasiada 

frecuencia su auténtica ternura interior, y a veces desea poder distenderse y sumergirse en las margaritas del 

deleite, sin preocuparse por lo que piensan los demás... tal como lo hace él. Él le inspira deseos de soltarse la 

cabellera, literalmente, y de correr a su lado por praderas estrelladas, en un sentido alegórico y real. Ella le 

envidia su libertad de expresión, su capacidad para mostrarse indiferente y sereno. Las pasiones de la Leona, 

aunque generalmente controladas, consiguen imponerse a veces sobre su razón, y esto es algo de lo que 

después debe arrepentirse. ¿Cómo hace él para mantenerse tan impasible e insensible a la tragedia y al 

desencanto? Quizá si ella se convirtiera en una parte del Aguador, entendería su magia y podría parecerse más 

a él. 

 

Al hombre Acuario siempre le ha intrigado el hecho de que aparentemente no puede contar con los 

hombres Leo como amigos (excepto en el caso de un par de raros Leones. cuyos signos lunares tienen un 

aspecto armónico con el Sol natal de él). Sin embargo, he aquí la enigmática contradicción de esta mujer Leo, 

de esta orgullosa y altiva criatura felina que le ha hecho preguntarse si el contacto humano no podría consistir 

en algo más que la sola comunicación intelectual. Ella le ha hecho pensar, mal que le pese, en el amor, y le ha 

hecho decidir que quizá se equivocó cuando desechó las emociones como «puerilidades», indignas de la 

atención de un hombre adulto. Más tarde, él se sintió irresistiblemente impulsado con fusionarse a ella tanto 

como se lo permitió la Naturaleza, lo cual fue una nueva experiencia para su corazón... y no hablemos de su 

cuerpo. El Aguador no lo entiende, pero como se trata de un misterio, ciertamente no permitirá que quede sin 

resolver. Su instinto detectivesco (junto con otros más primitivos) hace que se empecine en hallar la 

explicación del hechizo que esta mujer ejerce sobre él. La manera más sensata de empezar —suspira y se 

confiesa finalmente— consiste en poseerla en esa forma que, según dicen siempre todas las personas 

sentimentales, es tan regocijante, tan increíble, tan explosiva y tan satisfactoria. 

 

Así que lo hizo. Y lo era. Regocijante. Increíble. Explosiva. Satisfactoria. Los sentimentales tenían razón. 

Qué asombroso. Por supuesto, no la poseyó apenas resolvió hacerlo. Al fin y al cabo, ella es una Leo, y una 

Leona no se entrega antes de que el hombre que ama le pruebe su adoración en incontables formas durante un 

lapso razonable. Igualmente, cuando ella por fin optó por honrarlo con el cálido don de todo su amor y de 

todo su ser, su placer sexual fue exquisito. 

 

A menudo, el hombre Acuario es más demostrativo y afectuoso con una mujer Leo de lo que cualquiera, 

incluido él, habría creído posible. Así como la Leona descubre a menudo que puede disfrutar del acto 

amoroso con el hombre Acuario que ha conquistado su corazón sin reservarse majestuosamente una parte de 

su ser, por temor a que la consideren indigna y ello le haga perder el amor propio que necesita para conservar 

su identidad ante sus ojos, para no hablar de los ojos del resto del mundo. La Leona intuye que este hombre 

no la escarnecerá ni la despreciará si ella se manifiesta sinceramente tal como es durante sus intimidades. Y 

por tanto su unión física puede ser un vínculo sólido entre ellos, que los reconcilia una y otra vez después de 

que han reñido. El deseo mutuo, cuando es suficientemente profundo y persistente, se convierte en un 

bálsamo poderoso contra agravios y frustraciones triviales. 

 

Sin embargo, aunque la feliz compatibilidad sexual es una hermosa faceta del amor entre cualquier 

hombre y mujer, el sexo por sí solo no basta para garantizar la dicha. Estos dos deberán transigir y adaptarse 

en otras áreas de su convivencia, porque si no su pasión inicial se congelará lentamente... y la reacción 

originalmente tierna y espontánea de él ante la personalidad tierna y radiante de ella revertirá a su indiferencia 

soñadora típica de Urano. 

 

Es indispensable que a la mujer Leo la halaguen periódicamente, le confirmen que es adorada por el 

hombre que ama. La Leona hambrienta de admiración y valoración es tan patética (y finalmente tan peligrosa) 

como una leona de la Naturaleza que está hambrienta de carne. El hambre es el hambre, y puede hacer que la 

gente se comporte de manera extraña. La tendencia innata del hombre Acuario consiste en jugar a las 

 

43 

 

 

adivinanzas con la mujer de la que está locamente enamorado. Le insinúa. Le sugiere. La invita a introducirse 

en su mente (un lugar donde la mayoría de las personas encuentran un cartel que reza Se prohíbe la entrada) y 

cree que esto debería convencerla de que es muy importante para él, de que él la necesita más de lo que se 

puede traducir en palabras. Pero será inútil. A ella no le gustan las adivinanzas. Las sutilezas la irritan, porque 

ella a su vez es muy franca y expansiva. Es posible, en verdad, que él la necesite más de lo que se puede 

traducir en palabras, pero si desea conservarla deberá aprender a expresarlo. No le resultará fácil, porque 

generalmente el Aguador típico tiene problemas para dominar la ciencia de los cumplidos y los halagos. Se 

siente incómodo cuando vierte en palabras sus sentimientos y emociones más profundos. Está más a gusto 

cuando los transforma en un chiste o un estribillo humorístico. Es posible que le escriba un poema o una 

canción, pero se ofusca —a veces dolorosamente— cuando tiene que formular directa y personalmente una 

declaración de amor. 

 

Ella deberá esforzarse un poco más por comprender que este hombre, con su idiosincrasia imprevisible y 

excéntrica, es un ser humano especial. No brinda su amor despreocupadamente. El mismo hecho de que le 

haya dicho «Te amo», aunque sólo sea una vez, debería convencerla de que se toma su relación en serio. No 

deberá tratar de hacerle repetir declaraciones que él considera intrascendentes, como prueba de que su amor es 

sincero. Para él, lo dicho conserva su valor... hasta que se retracta de ello. Reiterar un aserto, un acto, una 

idea, o lo que sea, se le antoja un tremendo derroche de tiempo. Éste es un hombre cuya mente siempre está 

fija en el futuro, no en el pasado. Como cuando su madre pretendía obligarlo a decir «gracias» y «por favor» y 

«de nada» cien veces por día. Le parecía ridículo. Hay otras formas de expresar el agradecimiento y la 

cortesía. Aprendió que los hipócritas que rinden falsa pleitesía a las normas sociales o románticas son los 

mismos que infringen las que él interpreta como reglas básicas del decoro y la bondad, de la honestidad y la 

lealtad... y odia la hipocresía con todas las fibras de su ser. 

 

Es posible que intente explicárselo a ella alguna medianoche o algún mediodía. Tumbado junto a ella en la 

cama, o mientras cruzan una calle ajetreada, cogidos de la mano al mediodía. Sencillamente se le ocurrirá de 

pronto, y entonces se lo dirá. «Sabes —murmurará afable, parsimoniosamente—, lo que vale no es lo que la 

gente dice. Lo que vale es lo que la gente hace.» A continuación le clavará una de esas miradas de Urano que 

penetran hasta el fondo y que parecen taladrarle el alma. Si ella es tan sagaz como los regidos por el Sol 

pueden serlo, le sonreirá con la mirada, responderá simplemente: «Lo sé»... y nunca jamás olvidará el 

momento atemporal en que él se esforzó tanto por hacerle ver, comprender. Porque es probable que nunca lo 

repita. Los Acuario sólo desnudan su alma raramente, por un instante. Si estás muy ocupado o muy lleno de 

autocompasión para escuchar, ese trance se perderá definitivamente. 

 

Es posible que elijáis un perro como animal doméstico (o incluso una ardilla o un hámster, tanto da) y el 

animal quedará conmovedoramente agradecido de que lo hayáis adoptado y le hayáis dado un hogar. Pero ya 

sabéis lo que se dice de las gatas. Nadie «elige» a una gata como animal doméstico. Es la gata la que elige a 

su propietario. Y sólo después de decidir que sois dignos de que os honre con su presencia. Pretenderá que os 

mostréis debidamente complacidos, que la miméis y le deis frecuentes palmaditas en la cabeza... si queréis 

que se quede con vosotros y os ronronee y adorne vuestra casa. El Aguador deberá tomar en cuenta de que su 

Leona sustenta parecidas ideas. 

 

En cuanto a las dudas que la mujer Leo pueda alimentar acerca de la estabilidad básica de su hombre 

Acuario imprevisible, excéntrico y poco convencional... bueno, es posible que esté un poco chalado, pero esto 

es lo que lo salva de volverse loco en un mundo al que realmente le falta un tornillo. Cuando ella lo piense 

mejor, lo comprenderá. Y recuperará su sonrisa radiante. Justo a tiempo. Él se estaba congelando ahí fuera, 

solo, sin ella. Pero nunca se lo habría confesado. Sencillamente habría dado media vuelta y se habría ido, 

silbando valerosamente una canción solitaria, simulando indiferencia. Más tarde, se habría preguntado por 

qué lo acusó de ser olvidadizo en razón de que nunca se acordaba de llevarle un regalo en el día de su 

cumpleaños o de su aniversario. Ella era la que olvidaba... que un día él le dijo que la amaba. 

 

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Hombre LEO Mujer ACUARIO 

 

No era su coraje, no era su aspecto atractivo, no era... es inútil andarse con rodeos, 

 

porque sabemos muy bien lo que era, y debemos decirlo. Era la petulancia de Peter... 

—No he dicho un beso —manifestó ella—. He dicho un dedal. 

—¿Qué es eso? 

—Es así. —Ella lo besó. 

-Qué curioso! —comentó Peter seriamente—. ¿Ahora debo darte yo un dedal? 

 

No os engañéis. El León quedará tan perplejo y confundido como un hombre «común» ante el lenguaje 

inusitado y el comportamiento singular de la chica Acuario. Pero su reacción será típica de Leo. Simulará no 

haberlo notado. Una franca manifestación de desconcierto podría indicar debilidad, así que aparentará tomar 

sus excentricidades como si tal cosa, con un aire sereno e imperturbable, un poco benévolo (aunque 

ligeramente condescendiente). 

 

Si ella opta por llamar «dedal» a un beso, él hará otro tanto. Y su lánguida naturalidad será tan 

convincente que ella no sospechará jamás que el León se quedó alelado, un momento antes de recuperar el 

control de sí mismo. El León nunca puede dejar entrever que lo tomaron desprevenido, y menos aún que se 

quedó alelado. Si ella le informa que desea cultivar chirimoyas en el jardín del fondo, él bostezará, y le dirá 

que lo va a pensar y que le contestará más tarde. Al día siguiente, será un experto en chirimoyas. Cuando la 

Acuario le pida que no olvide comprar yogur en el viaje de vuelta a casa porque necesita llevarlo consigo 

cuando vaya al estudio del fotógrafo, es posible que él se muera de ganas de saber qué relación existe entre el 

yogur y la cámara, pero no se lo preguntará. Al día siguiente, antes de que él la lleve a sacarse la foto, ella le 

pedirá su opinión. «¿Debo usar el yogur antes de llegar allá?» Su respuesta será displicente. «¿Por qué no?», 

comentará parsimoniosamente, sin revelar su total desconcierto. (¿Usarlo?) Exhalará un suspiro secreto de 

alivio cuando descubra que lo usa como crema facial. Había empezado a preguntarse si ella necesitaba 

realmente un tratamiento psiquiátrico. Tampoco arqueará la ceja cuando encuentre en el congelador de la 

nevera un jarrón oriental, lleno de lápices recientemente afilados. Para entonces ya habrá aprendido por lo 

menos una parte de la clave de la combinación que protege sus procesos mentales, y le resultará bastante fácil 

descifrar el enigma. Supondrá que ella cree que los lápices escriben mejor cuando el grafito está helado. Ha 

empezado a conocerla. Así es. Dejan un trazo más limpio y nítido sobre el papel. 

 

Él nunca se delatará y no se pondrá pálido cuando ella se arroje entre sus brazos, llorando 

desconsoladamente y gritando: «¡Ha muerto! ¡Joe ha muerto!». La tranquilizará lo mejor que pueda, con la 

esperanza de que ella no sienta los latidos frenéticos de su corazón, hasta descubrir gradualmente que «él» es 

la lagartija del jardín que ella bautizó con el nombre de Joe, y con la que se había encariñado mucho. No 

importa que ella pegue con cola el dobladillo de sus faldas, ni que se enjuague el cabello con cerveza para 

hacerlo brillar, ni que disfrute de la sensación mística de ducharse con la luz del baño apagada —y con una 

vela solitaria prendida en el lavabo—, ni que corra a la cocina para coger el frasco de extracto de vainilla y se 

lo frote detrás de las orejas antes de que salgan a cenar porque ése es su perfume favorito. Él no hará caso de 

nada de esto. Manifestar una sorpresa espontánea está por debajo de su dignidad. Implica que puede haber 

algo que él ignora, y puesto que un Leo lo sabe todo, lógicamente, ¿cómo es posible que alguien le sorprenda? 

Esta chica puede sorprenderle, lo demuestre él o no. Lo deja turulato. Nunca ha conocido a alguien como ella. 

La chica Acuario infringe todas las reglas, no se ciñe a un modelo previsible y lo mantiene en suspenso casi 

continuamente. Por supuesto, el hecho de que él se niegue a manifestar abiertamente su desconcierto, sólo 

servirá para redoblar el empeño de ella en encontrar la forma de asombrarlo... pues desea saber cómo es él 

cuando pierde el aplomo. La fascina que un hombre pueda ser tan imperturbable, tan apáticamente confiado, 

tan inmune a que lo tomen desprevenido. No es extraño que la astrología lo llame el gran gato, musita. Este 

apodo lo describe perfectamente. Siempre alerta, siempre vigilante. Consciente del menor atisbo de peligro 

para su bienestar y su «orgullo», y pronto a abalanzarse el primero sobre dicho peligro, antes de que éste se 

precipite sobre él. Me parece que el León merece el título de Rey de la Jungla. 

 

45 

 

 

Ella no puede dejar de admirarlo, pero esto no detendrá sus tentativas de hacerle perder la compostura, de 

alterar su dignidad y de desbaratar su porte majestuoso. Ha oído decir que él pertenece a un signo de Fuego, y 

sabe que hay rescoldos ocultos debajo de su plácido autocontrol y de sus movimientos garbosos. Le gustaría 

avivar las llamas para hacerlas saltar a la vista. Podría ser emocionante, piensa. También podría ser imprudente. 

Él no es un gatito sino un gato, y existe una gran diferencia entre los dos. Aunque este hombre 

puede ser juguetón, aunque su naturaleza es cálida, radiante y adorable... se trata de un sobreviviente. 

Cualquiera que intente ponerlo en ridículo recibirá una fulminante y tremenda lección acerca de lo que es la 

ley personal de Leo en la jungla de la sociedad humana. Noble, generoso y afectuoso, a menudo afable, hará 

valer empero su autoridad, remontándose a las cumbres feroces de su regencia Solar, cuando lo amenacen. Y 

nunca se someterá a la derrota o el fracaso. Al fin, triunfará. Leo no es cruel, pero tampoco es blando ni 

humilde, apocado o sumiso. No malgasta inútilmente su magnífica energía, pero cuando tiene una causa 

justificada, disfruta de la fuerza necesaria para imponer su voluntad, y en esas ocasiones se torna 

decididamente dramático. El León no retrocede jamás, aunque desdeñe derrochar sus emociones en asuntos 

que considera demasiado minúsculos y triviales para merecer su atención. Durante la mayor parte del tiempo, 

organiza sus reacciones emocionales tan bien como organiza todo lo otro que lo rodea. 

 

Este hombre y esta mujer se encuentran bajo la influencia de la vibración polarizada de la configuración 

de signos solares 7-7, de modo que sus ideas son a menudo diametralmente opuestas... y es posible que 

muchas veces se sitúen en los dos extremos del termómetro emocional. Sin embargo, esta oposición de sus 

signos solares en la rueda del horóscopo puede contribuir a equilibrar el doble e idéntico desafío masculino de 

sus personalidades. Ambos nacieron bajo signos fijos (obstinados) y masculinos. Además, el Sol regente de él 

es masculino (¡y mucho!) y el planeta regente de ella, Urano, también lo es. Esto genera en torno de ellos 

muchas vibraciones positivas, agresivas y tenaces... y exige patentemente que ambos se esfuercen por 

incorporar a su relación algunas de las cualidades llamadas «femeninas», como la pasividad, la ternura, la 

paciencia y la tolerancia. 

 

Ella no entiende por qué él está tan vitalmente preocupado por su propia imagen, cuando ella lo está por 

toda clase de cosas ajenas a su persona, como corresponde a su elemento Aire. La vanidad de él la deja 

atónita. Lo mismo que la forma en que se enfurruña cuando no le tributan el respeto del que se cree acreedor. 

Ella es considerablemente más informal en su aspecto... y pocas veces se le ocurre preguntarse lo que piensa 

la gente. y menos aún inquietarse por ello. No necesita que la respeten. Ella se respeta a sí misma. ¿y acaso no 

es esto lo único que importa: lo que piensas de ti mismo, y no lo que los otros piensan de ti? Ésta es una de las 

diversas lecciones impagables que ella podría dictarle a su León si él olvidara su orgullo durante el tiempo 

necesario para comprender que sería mucho más feliz si asimilara parte de la sabia filosofía de Urano. 

 

Ella también puede aprender de él cosas importantes. La principal es el autocontrol. Sus súbitos impulsos 

y ciclones de emoción pueden determinar que la fogosa naturaleza interior de él estalle, hasta que ninguno de 

los dos pueda discutir nada con serenidad. El Aire tiene la facultad de avivar el fuego hasta el frenesí, pero 

también puede hacerlo arder con más brillo, y es indudable que ella lo estimula igualmente de una manera 

positiva. La mujer Acuario típica parece buscar exteriormente sólo la tranquilidad, la paz y el sosiego. 

Muchas Aguadoras son damas parsimoniosas, de modales apacibles. Hasta que de pronto, sin la mínima 

advertencia, y sin siquiera una provocación concreta, desencadenan una escena tormentosa, arrojan algo a 

través de la habitación o por la ventana, o cuanto menos, cierran violentamente la puerta, le echan llave, 

corren las cortinas y viven como ermitañas durante un lapso que oscila entre algunas horas y algunos días. 

Pero es un error que se enfurruñen, porque en esto nunca le ganarán al León. El hombre Leo es un experto 

imbatible en la estrategia del enfurruñamiento cuando lo agravian o lo hieren. Ella no puede superarlo en este 

contexto. Es el campeón. 

 

Como a menudo el León asocia inconscientemente las emociones poderosas (tanto positivas como negativas) 

con el deseo sexual, uno de los elementos más sorprendentes de esta relación puede ser la forma en que una 

reyerta, incluso violenta, renueva sus anhelos recíprocos, y culmina con la consumación de la necesidad 

tácita. Hay algo de feroz y primitivo en el tipo de acto amoroso que exige silenciosamente que la pasión de la 

mente y las emociones se rinda a la pasión del cuerpo. Después, parece reinar la calma que sigue a la 

tempestad, cuando todo está nuevamente en paz y sosegado... más fresco y dulce que antes. Por mucho que 

sus personalidades forcejeen y choquen en otras áreas de su convivencia, estos dos pueden contar casi 

siempre con el hecho de que la armonía renacerá entre ellos cuando la expresión sexual del amor le devuelva 

al hombre Leo su personalidad de León... y cuando ella deje de ser su adversaria para convertirse en sucompañera: la criatura desafiante a la cual él debe demostrarle su igualdad o su superioridad. Él preferiría 

que fuera esto último, pero ahorrará muchas energías para otros intereses vitales si se conforma con aspirar a 

 

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lo primero, en su relación con esta dama. La química sexual que comparten es tan magnética que 

generalmente resiste indemne las otras tensiones de su relación (a menos que existan aspectos muy negativos 

entre los ascendentes y las luminarias de sus cartas natales). Por supuesto, habrá ocasiones en que el orgullo 

de él se sentirá profundamente herido por la periódica incapacidad de ella para ser tan afectuosa como al 

León le gustaría que fuera. Leo necesita que sus actos amorosos se combinen con una fuerte dosis de calor y 

ternura... y es posible que a veces ella sea involuntariamente fría o desapegada. La personalidad interior de 

ella vibra en concordancia con el elemento Aire, que nunca puede competir que el ardor o el fulgor de las 

influencias del Fuego solar que guía las pasiones sexuales de su hombre Leo. Pero el León puede consolarse 

con la idea de que probablemente ella es más cálida con él de lo que podría ser con cualquier otro, porque su 

oposición 7-7 hace aflorar toda la entrega vehemente que ella es capaz de aportar a la unión física. 

 

Es probable que estos enamorados se cubran recíprocamente de regalos valiosos y de sorpresas demenciales 

 

en los momentos más inesperados. Ambos se sentirán refrescados y estimulados y excitados por el cambio, 

 

los viajes y los proyectos creativos que puedan planear juntos. Ambos deberán cuidar que la tendencia de 

 

ella a congregar multitudes de amigos de ambos sexos en su círculo privado no ofenda al León. Leo arde 

 

interiormente de celos durante mucho, mucho tiempo, antes de que éstos se desahoguen en forma de cólera.

 

Él nunca podrá reprimir la necesidad de ella de ser como es. A esta mujer hay que permitirle que obedezca a 

 

sus impulsos, y hay que estimularla a ello, porque si no se desquiciará su carácter normalmente alegre. 

 

Tiene un espíritu libre y espontáneo, como todos los Acuario, y el hecho de sofocar esta cualidad de Urano 

 

puede generar una grave neurosis. 

 

El León también puede convertirse en un ser neuróticamente apático, si no recibe con regularidad la 

atención que necesita. Ella tiene su mente ocupada con tantas cosas, que puede olvidar de vez en cuando que 

él está allí. Será mejor que lo recuerde. Desentenderse demasiado a menudo de un Leo implica perderlo concerteza. Él se congelará hasta convertirse en un carámbano... y siempre hay alguien que espera ahí fuera para 

deshelarlo con su sincera estima. 

 

Como los entendidos dicen que al sabio le basta con una palabra, y como la astrología nos dice que Leo es 

sabio, he aquí unas pocas palabras que bastarán para aconsejar al Leo que ama a una Aguadora. En varios 

capítulos sobre Acuario les he advertido a diversos signos solares que es prudente que, si pueden, procuren ser 

el primer amor de un Acuario. Los Acuario siempre recuerdan con nostalgia su primer amor (que probablemente 

fue una amistad platónica). Pero hay otras buenas razones. La siguiente letanía surgida de la pluma de 

Dorothy Parker describe en forma bastante concisa el aprieto romántico, típico de Urano, de una Aguadora: 

 

Oh, qué galante fue el primer amor... y refulgente y bello el segundo amor fue 

 

agua... en una blanca copa translúcida el tercer amor fue suyo, el cuarto fue mío 

 

 y a partir de allí, siempre los confundo a todos. 

 

Pensándolo mejor, el Leo debe tratar de ser el tercer amor de esta dama. Sí, categóricamente, el número 

tres para el León. Y punto final. A partir de allí se vuelve muy peligroso. La refulgencia y la copa blanca son 

éxtasis pasajeros. Y el número cuatro está fuera de cuestión para cualquier Leo. El tres es el número mágico. 

Lo que debe hacer después es encerrar bajo llave el ábaco chino de ella... y deshacerse de la llave. 

 

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VIRGO ACUARIO 

Tierra - Mutable - Negativo Aire - Fijo - Positivo 

Regido por Mercurio (también por el 

planeta Vulcano) Regido por Urano 

Símbolo: la Virgen Símbolo: el Aguador 

Fuerzas nocturnas – Femenino Fuerzas diurnas - Masculino 

 

La relación VIRGO-ACUARIO 

 

Un árbol de Nunca hacía grandes esfuerzos por crecer en el centro de la habitación, pero todas 

las mañanas serraban el tronco, al ras del suelo. 

 

Como a Virgo le encanta poner orden en el caos, y como a Acuario le encanta poner caos en el orden, estos 

dos signos solares deberían representar, el uno para el otro, el colmo del desafío. 

Los Acuario saltan de un lado a otro formulando profecías y predicciones tan jubilosamente como los 

meteorólogos (y con mucha más precisión). Reivindican su derecho a ser individualistas y se niegan a tomarse 

a sí mismos, o a tomar a quien sea, en serio, mientras abordan la vida con refinada y negligente displicencia. 

Naturalmente, todo esto fascina a los metódicos y ordenados Virgo, que no se atreverían a profetizar o 

predecir el futuro (están demasiado atareados analizando el pasado y diseccionando el presente), que se toman 

muy en serio a sí mismos y hacen otro tanto con todos los demás... y que no abordan nada con negligente 

displicencia. 

Los Virgo pueden recitar la arenga de Gettysburg del presidente Lincoln sin omitir una coma. Mantienen el 

equilibrio entre las entradas y salidas de sus cuentas bancarias, y también entienden los complicadísimos 

horarios de las líneas aéreas y la necesidad de conservar el talón de la entrada de cine por si hay que salir a 

verificar si se ha agotado el tiempo en el parquímetro. Naturalmente, todo esto fascina a los distraídos 

Acuario, que nunca atinan a recordar si fue Lincoln o Franklin D. Roosevelt quien pensaba que esta nación 

del pueblo, por el pueblo y para el pueblo nunca deberá desaparecer de la faz de la Tierra (ambos presidentes 

eran Acuario, así que es fácil confundirlos); cuyas cuentas bancarias se resisten empecinadamente a mantener 

el equilibrio entre entradas y salidas; que siempre entregan a las azafatas de los aviones las entradas de cine y 

a los atónitos acomodadores de cine los billetes de avión... para no hablar de que nunca recuerdan dónde 

aparcaron sus bicicletas o sus platos voladores, y al diablo con el parquímetro. 

 

A estos dos les gusta estudiarse el uno al otro, preferentemente desde lejos. Ninguno quiere acercarse 

demasiado antes de haber elucidado algunas de las reglas del juego que juega el otro. Inicialmente necesitan 

un poco de impulso para reunirse. Por ejemplo, que un amigo común los presente insistentemente, o que el 

destino imperativo los haga nacer en un mismo círculo familiar. Sin embargo, una vez que forjan su relación, 

ésta casi nunca es monótona. 

 

Los Acuario, regidos por el planeta de la blitzkrieg, Urano, se niegan perversamente a pensar, hablar 

 

o actuar como los demás, pero pretenden que todos los quieran y no parecen entender por qué quienes no 

están sintonizados en su frecuencia zigzagueante los consideran unos enigmas. Se sienten atraídos por todos 

los conceptos o ideas que les pasan delante de las narices, hasta que les extraen toda la verdad, se cansan del 

juego, y pasan a la siguiente posibilidad seductora. Lo que los intrigó ayer será borrado mañana de la mente, 

que quedará a disposición de la próxima ecuación nueva y excitante. 

Un elemento de confusión que se interpondrá entre ellos será el portentoso talento de Virgo para los 

detalles. Virgo casi nunca olvida un nombre, una cara, una suma, una fecha o una dirección. Los Acuario 

pueden olvidar a la gente, los lugares, los bolígrafos, los animalitos domésticos, los paraguas y los tíos. (Sin 

 

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embargo, es poco probable que el uno o el otro extravíe su cartera.) La propensión de los Acuario al olvido se 

puede rastrear hasta la renuencia de estos hombres y mujeres a atiborrar sus mentes con datos y detalles 

innecesarios cuando hay tantos asuntos de gran magnitud para investigar y elucidar. Gertrude Dial, una amiga 

mía Acuario, de Cripple Creek. Colorado, siempre se las apaña para acordarse de su cartera y de su alarma 

contra robos (es propietaria de una tienda de antigüedades y de alhajas indias de turquesa), pero tiene fama de 

ser un poco despistada, de tiempo en tiempo, cuando intenta deslizarse por el sendero de la memoria ayudada 

por un mapa de carreteras de Urano, típicamente ambiguo. Siempre seguiré impresionada por la imagen del 

día de invierno en que estábamos conversando en su tienda, y un hombre cubierto de nieve irrumpió en el 

recinto, estrechó a Gertrude en un abrazo de oso polar, y exclamó: 

 

—Gertrude, cariño. ¿Cómo estás? 

 

Ella le devolvió el abrazo de oso, mientras contestaba: 

 

—Estoy muy bien. Cuánto me alegro de verte. —Entonces se volvió y me dijo—: Linda, quiero 

 

presentarte a uno de mis más viejos y más íntimos amigos. Éste es... ejem... éste es... —y lo miró, con los 

 

ojos velados por la bruma de la confusión de Urano—. Creo que éste es... eh... Jim. No, quiero decir 

 

Richard... quiero decir Tom... eh, o sea, eh... ¿cómo te llamas, después de todo? 

 

Conviene notar que este tipo de vaguedad mental de Acuario es la sustancia de la que está hecho el genio. La 

negativa a molestarse en memorizar datos intrascendentes, deja a estos hombres y mujeres en libertad para 

generar ideas asombrosamente originales, corazonadas misteriosamente precisas, y una percepción fulminante 

de los elementos realmente importantes de la vida. De modo que no deberíamos escarnecer ni menospreciar la 

distracción que exhiben los Acuario cuando sus pensamientos andan vagando por las nubes. Pero los Virgo la 

escarnecerán. 

 

La escarnecerán y preguntarán: «¿Cómo es posible que alguien olvide el nombre de un amigo 

íntimo?». Esta falta de disciplina mental y esta trasgresión a las normas de la urbanidad horroriza a las almas 

de Virgo, que tienen una memoria minuciosa y son puntillosamente corteses. Sencillamente no atinan a 

entender semejante pereza y desorden intelectuales. ¿Será necesario que les informemos que la Acuario 

Gertrude Dial recuerda el coste exacto de cada una de sus centenares de alhajas de turquesa, el año en que 

fueron fabricadas, quién fue el indio que las confeccionó, cuántas piedras hay engarzadas en cada una... todo 

esto con los ojos cerrados? Sí, será necesario. A veces hay que alertar a los Virgo acerca de la conducta 

ilógica de Urano, para que no subestimen la imprevisible perspicacia del intelecto intuitivo de Acuario y no 

caigan en sus propias trampas. Los Acuario no tienen tiempo ni paciencia para prestar excesiva atención a los 

buenos modales extraídos de los libros de etiqueta. Tienen algo más importante: un buen corazón. 

 

Los Virgo también son seres de buen corazón, e inteligentes, por añadidura, pero son más tímidos, 

menos maravillosamente impetuosos que los Acuario a la hora de demostrarlo. En tanto que Acuario 

desemboca instintivamente en un acto de caridad o en una brillante conclusión intelectual, mediante una 

especie de invisible proceso telepático, Virgo desemboca en lo mismo mediante una indagación y un análisis 

concienzudos, y no instantáneamente, como los Aguadores, sino en el momento justo. ¿Justo en qué momento? 

¿Alguien preguntó la hora? 

 

VIRGO: Son exactamente las seis menos diecinueve minutos de la tarde. 

ACUARIO: ¿La hora? ¿Qué hora es? Esto, bueno... ¿es la tarde, no es cierto? No, debemos de estar más próximos 

 

 

al anochecer. Acabo de notar que se está poniendo el Sol. Entre paréntesis, ¿por qué la ciencia dice que el Sol 

 

se pone y se levanta, cuando es la Tierra la que gira alrededor del Sol, y no a la inversa? Quiero decir, ¿por 

 

qué no decimos que la Tierra se levanta y se pone, en lugar de decir que el Sol se levanta y se pone? 

 

Es cierto, ¿por qué no? ¡Esto le dará a Virgo un tema para cavilar y analizar durante los próximos catorce 

minutos y tres segundos, por lo menos! He aquí otra observación lanzada como al descuido, pero brillante, 

por un vulgar Aguador de jardín, el cual vierte preguntas que en realidad son respuestas, con el típico estilo de 

Urano. 

 

Un Acuario casi nunca se disculpa por sus defectos o excentricidades, en tanto que el Virgo típico 

dice «Lo siento», afable y seductoramente, cada vez que comete la menor trasgresión contra la tradición o las 

nociones populares de conducta. Una vez vi a un Virgo que le decía «Lo siento» a su codo después de 

golpearlo descuidadamente. En verdad éste es un rasgo enternecedor. Los Virgo varones o mujeres arrugarán 

preocupados su mente o su corazón cuando piensen que los demás desaprueban algo que han dicho o hecho, 

pero los Acuario de uno u otro sexo apenas oyen a la persona que les cuenta chismes, sobre todo cuando los 

 

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rumores giran en torno de ellos mismos. Al Acuario le entran por un oído y le salen por otro: tienen la 

afortunada lucidez de saber que no se puede complacer a todos... y por tanto hacen lo que se les antoja sin 

esforzarse por complacer a nadie. Les encanta que los quieran, y se sienten perplejos y agraviados cuando sus 

amigos los critican, pero esta reacción no dura mucho. Quizá dos o tres minutos. A continuación Acuario se 

aleja jubilosamente, al trote, silbando una melodía a la inversa... y arroja unos cuantos deseos en el pozo de 

las monedas. (No, no quise decir monedas en el pozo de los deseos. Quise decir deseos en el pozo de las 

monedas. Si queréis estar en condiciones de jugar algún día al ta-te-ti con estos individuos, deberéis aprender 

el arte de la comunicación a la inversa.) 

 

Los Acuario son los terráqueos más motivados por la curiosidad que llegaréis a conocer. Los Virgo 

también lo son, pero a menudo están escindidos entre la cautela y la curiosidad. Vacilan y analizan y quieren 

reflexionar minuciosamente antes de actuar, lo cual los priva de la espontaneidad, una cualidad que pueden 

aprender de los Acuario, mientras éstos asimilan de Virgo una indispensable lección de discernimiento. En lo 

que casi siempre concuerdan (relativamente) es en la manera de gastar el dinero. Cuidadosamente. Sin 

embargo, es posible que Virgo sea un poco más cuidadoso que Acuario, porque Virgo piensa que si quieres 

practicar la generosidad, antes deberás ser ahorrativo. Los Carneros y los Leones y los Peces y los Arqueros, 

que andan por el mundo esparciendo dinero entre amigos y desconocidos por igual, ofuscan a los Vírgenes, 

que alertarán a los derrochadores contra semejantes despilfarros irreflexivos, recordándoles que la caridad 

bien entendida empieza por uno mismo. Si esto no resulta, insistirán diciendo: «A medida que te vuelves más 

gastador, debes volverte menos generoso». 

 

Yo soy Carnero, así que no apruebo semejante filosofía ni por un segundo, pero me limito a describir 

las características astrológicas, sin endosarlas. Sea como fuere, ni Virgo ni Acuario será propenso a dilapidar 

el dinero, ni a gastar pródigamente en sí mismo. Sin embargo, los Acuario, influidos por un poderoso anhelo 

humanitario, se preocupan bastante por el futuro de sus hermanos y hermanas que pueden padecer inanición, a 

medida que se cierne sobre la Tierra el peligro de una hambruna. Los Virgo se preocuparán junto con ellos. 

La preocupación es la especialidad de los Virgo: se enorgullecen de ella y la han refinado hasta convertirla en 

un arte. Veréis, sus simpatías son análogas, pero su manera de expresarlas es un poco distinta. La 

preocupación de ambos es sincera, pero Virgo es mucho más concreto a la hora de enunciarla. 

 

ACUARIO: Piensa qué cantidad tan reducida de alimentos reciben los niños de otros países, cuando se los compara 

con los chicos norteamericanos. Es triste, y chocante. 

VIRGO: Sí, lo es. Me pregunto si la gente se da cuenta de que exactamente treinta niños biafreños, por ejemplo, 

 

 

deben subsistir con la misma ración de alimentos que ingiere un solo niño norteamericano sano. Es realmente 

aterrador. 

 

ACUARIO: ¿Sabes que todo el fertilizante que utilizamos cada año, sólo en este país, con fines ornamentales —por 

ejemplo en campos de golf, prados y jardines, que podrían prescindir fácilmente de él durante un breve lapso— 

implicaría, para algunas naciones, la diferencia entre la vida y la muerte? 

 

VIRGO: Lo que dices es muy cierto. Nosotros lo sabemos, pero si al menos hubiera una formadehacerentenderalos 

otros norteamericanosquesi prescindieran deusar sus abonos con fines ornamentales durante sólo docemeses, habría 

suficiente fertilizante para duplicar con creces la producción de cereales en la India, donde tantos millones de 

personas mueren literalmente de hambre. 

 

ACUARIO: Yo pensaba que es muy costoso transformar los granos en carne, y que si los norteamericanos... 

VIRGO: ¡Precisamente! Se necesitan diez kilogramos de granos para producir medio kilogramo de carne. Por 

 

favor, disculpa la interrupción. 

ACUARIO: No te preocupes. Como decía, si los norteamericanos comieran menos carne, se podría... 

VIRGO: Si los norteamericanos comieran sólo un diez por ciento menos de carne durante cincuenta y dos semanas, 

 

o un año, quedarían disponibles más de doce millones de toneladas de granos para los habitantes de todo el 

planeta que tienen los vientres hinchados por el hambre. ¿Cómo es posible que la gente sepa esto y siga 

disfrutando de sus hamburguesas y sus biftecs? Por favor, discúlpame. No quise volver a interrumpirte. Lo 

siento. 

ACUARIO: No tienes por qué. Escucha, me preguntaba... ¿qué sucedería si no comiéramos nada de carne? 

 

VIRGO: Me alegra que lo hayas preguntado. Sucedería que éste no sólo sería un mundo más feliz, 

sino que todos estaríamos más sanos y viviríamos más tiempo. Lo que provoca casi todas las 

enfermedades es el hecho de comer la carne de nuestros hermanos animales brutalmente 

asesinados, sacrificados. Si no dejamos de comer carne, nunca curaremos el dolor de la hambruna en 

la Tierra, ni curaremos nuestros propios organismos. ¡Oh! ¿Tú comes carne? Disculpa, no quise ser 

grosero. 

 

ACUARIO: Bueno, la comía, pero ahora... ¿dime, eres vegetariano? 

VIRGO: Sí, lo soy. ¿Quieres un vaso de zumo de zanahoria y apio? Si nunca lo probaste, te diré que esrealmente delicioso. 

 

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No todos los Vírgenes prescinden de la carne, por supuesto (aunque muchos lo hacen), pero antes de que pase 

mucho tiempo, este Virgo específico, cortés e informado, convertirá al curioso Acuario a una dieta sin carne, 

merced al sagaz e innato sentido de la salud humana que poseen todos los Virgo. El Aguador no tardará en 

divulgar, con típico entusiasmo humanitario, el emocionante descubrimiento de que puedes mantenerte sano, 

conservar tu aspecto juvenil, prolongar tu período vital, y ayudar simultáneamente a los hambrientos, 

mediante el sencillo recurso de tratar tu organismo con frutas y verduras frescas, en lugar de envejecerlo y 

matarlo lentamente con hamburguesas, salchichas, roast beef y biftecs. Entonces el Aguador seguirá 

investigando (como un buen detective de Acuario) y le comunicará jubilosamente a Virgo el flamante 

descubrimiento de que, si observas periódicamente una dieta de pomelo durante tres días, digamos una vez 

por mes, o cada dos meses, no sólo prevendrás y curarás tus enfermedades, sino que adquirirás un mayor 

esclarecimiento espiritual y parapsicológico, información ésta por la cual Virgo quedará exultantemente 

agradecido. 

Sí, estos dos podrán rescatar juntos, después de todo, a la vieja madre Tierra y sus descarriados terráqueos. 

Estamos en la era de Acuario, de la fraternidad masculina y femenina, ¿así que por qué Virgo no habría de 

incorporarse también al club de Urano? La sagacidad y la lucidez de Virgo, combinadas con la inventiva y el 

genio de Acuario, podrían ser justamente la alquimia mágica que necesitamos... más la bondad y la preocupación 

innata por los demás que son características de ambos signos solares. La bondad cura todos los males. 

 

Mujer VIRGO Hombre ACUARIO 

 

...una vez ella incluso debió decirle cómo se llamaba. 

 

—Soy Wendy —dijo, agitada. 

 

Él lo lamentó mucho. 

 

—Oye, Wendy —le susurró él—, siempre que veas que te olvido, limítate a repetir «Soy 

 

Wendy», y entonces me acordaré. 

 

Claro que esto era muy poco satisfactorio... 

 

A menudo la excentricidad del hombre Acuario se agota a un paso del altar. Para elegir a su compañera de 

toda la vida, tiende a ser ligeramente anticuado. Quizá porque en un reloj sólo hay espacio para un solo 

cuclillo, el típico pájaro loco. 

 

Puesto que la mujer Virgo no competirá en una olimpiada de relojes de cuclillo, es evidente que la 

asociación entre estos dos puede marchar muy bien, dado que el sexo, para la Virgen, no es más que un factor 

de interés entre muchos. Probablemente ella puede cuidar que sus calcetines estén lavados y bien aparejados, 

que sus botones estén cosidos, y puede recordarle su nombre y su número de teléfono, al mismo tiempo que es 

una madre concienzuda, una profesional inteligente y una conversadora brillante con sus amigos. Su relación 

contiene todos los ingredientes del éxito, pero ellos deberán esforzarse. Corrección: ella deberá esforzarse. 

 

Para empezar, ella es muy exigente y no la entusiasmarán los amigos raros y dispares que él traerá 

posiblemente a casa a todas horas. (Conozco a una esposa Virgo cuyo marido Acuario pretendió convertirla 

en anfitriona, durante dos semanas, de un paquistaní especializado en luchas con serpientes, mientras éste 

practicaba con su reptil en el sótano, entrenándose para el Campeonato Mundial de Pitones... y ésta es una 

historia auténtica.) Para seguir, la Virgo no es un fogoso símbolo sexual. Pero seamos sinceros: posiblemente 

él no sabría qué hacer con Raquel Welch, si la tuviera a su disposición. 

 

Es fácil que un Aguador se equivoque en su trato con una Virgen. Ella es tan paciente y comprensiva 

cuando él está físicamente enfermo o emocionalmente exhausto, que el Aguador siente la tentación de 

aprovecharse de su tierna consideración. Sin embargo, el hecho de que a menudo ella parezca dispuesta a ser 

más complaciente que una geisha no significa que su único objetivo en la vida consista en esperar 

ansiosamente, todas las noches, su llegada imprevisible... o en desfallecer silenciosamente en sus brazos 

cuando él se digna notar su presencia espetando algo así como: «¡Me gustas, tía!» Las ideas que ella alimenta 

acerca de una relación amorosa cabal no son tan mezquinas. 

 

Ella se enamoró del Acuario porque éste veía los arcos iris cuya existencia nadie más notaba, y porque 

 

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pensó que sería delirante y maravilloso salir a cazarlos junto con él (porque los Virgo nunca son tan 

remilgados como los antiguos libros de astrología pretenden hacéroslo creer, ahora que falta tan poco para que 

descubran e identifiquen a su verdadero regente, el atronador Vulcano). Si él hizo el gran sacrificio de 

permitir que le lavara los calcetines fue porque ella no se rió de sus arcos iris... porque ella tuvo la sensatez 

necesaria para comprender que estaban pintados con colores prácticos. Pero sensata o no, los arcos iris son 

arcos iris... y éstos son muy escasos alrededor de las lavadoras, los cubos de basura, las escobas o los 

recipientes para pañales. Es posible que él la descuide un poco mientras anda por el mundo buscando una 

vaca de color púrpura, inventando una cama que camine hasta ti cuando estás cansado en lugar de obligarte a 

caminar hasta ella... o haciendo malabarismos con más o menos otra docena de proyectos fascinantes que 

ocupan su mente saltarina de tiempo en tiempo. Si él se niega a permitir que ella lo acompañe en su eterna 

búsqueda del mañana, es posible que la cola que inicialmente sirvió para pegarlos el uno al otro empiece a 

desconcharse en los bordes. 

 

Para ser sinceros (como insisten en serlo los Virgo, aunque resulte muy doloroso), ella puede tener más 

del cincuenta por ciento de la responsabilidad de los impasses que se produzcan entre ambos. La Virgen 

acostumbra a dejarse esclavizar por el deber, y después acusa silenciosamente a su hombre de haberla 

acorralado en los rincones polvorientos donde ella se metió por su propia voluntad. 

 

Ella trasciende a menudo, con paso extenuado, los límites del camino del deber, y después llora porque se 

ha perdido en el bosque de los caprichos de él, a cuyo servicio se ha puesto. Esto es producto de su arraigado 

sentido de la lealtad para con el hombre que ha prometido amar, respetar y servir, con o sin la bendición del 

clero. Y ya sabéis cómo es Virgo cuando se trata de las promesas: una fanática de la integridad. Esta chica 

también puede criticar de cuando en cuando. Pero lo hace con mucha dulzura... y el hombre Acuario, cuando 

quiere, también es bastante chinche. 

 

Lo cierto es que ambos son soñadores de corazón, aunque sus aptitudes mentales sean muy aguzadas y 

aunque sus hábitos se hayan vuelto muy estables. Las suyas no son las imágenes quiméricas de Piscis ni las 

metas extravagantes de Aries. Tienen cimientos más sólidos. Pero igualmente... deberán aferrarse a esos 

sueños si quieren seguir aferrados el uno al otro. 

 

La Virgen muy solícita debe alentar a su Aguador para que éste trepe de cuando en cuando solo por sus 

tallos embrujados. Si se empeña en envolverlo en su sentido de la responsabilidad, práctico y exagerado, es 

posible que él se convierta en un dictador sádico y autoritario (sobre todo si tiene un signo lunar o ascendente 

Escorpión, Leo o Aries), o que se tome una o dos horas de libertad adicional en el centro, cada vez que se le 

presente una oportunidad para ello. Recordad que Acuario es un signo de Aire, y que todos los individuos 

nacidos en este elemento lo necesitan en abundancia para respirar... y para moverse por su seno. 

 

Su compatibilidad sexual encierra-una suerte de sorpresa secreta. Una mujer Virgo que conozco (éste es un 

episodio verídico) y que había enviudado hacía varios años, empezó a sentirse sola. Normalmente, una Virgo 

puede vivir muy bien sola, porque, como ya sabéis, los Virgo de ambos sexos son básicamente seres 

solitarios. Pero esta mujer tenía varias posiciones planetarias Leo en su carta natal, y por tanto experimentaba 

la necesidad de un romance en su vida. De modo que se asoció a una agencia de contactos, y durante un par 

de años recibió de ésta varias cartas por semana, cada una de las cuales contenía más o menos media docena 

de fotos de hombres accesibles, junto con un análisis de su carácter, de su profesión, de sus hobbies, etcétera. 

Ella estudiaba cuidadosamente las propuestas, una por una, y después las rechazaba a todas, rotundamente. 

Veréis, no eran exactamente lo que buscaba. Trescientos veintiún hombres no estuvieron a la altura de sus 

expectativas y no reunieron las condiciones del modelo anhelado. Pensadlo bien. Ésta es la razón por la cual 

el hombre Acuario, con su variedad infinita, tiene muchas probabilidades de dar en el clavo de la fórmula 

correcta cuando se trata de esta mujer exigente y difícil de conformar... ¡y ésta es la sorpresa secreta de su 

compatibilidad sexual! 

 

La faceta sexual de su amor, como sucede en todas las configuraciones de signos solares 6-8, puede 

ser, por tanto, inesperadamente satisfactoria, pero por razones más singulares. El tratamiento de shock y las 

imaginativas maniobras imprevistas de Urano pueden inflamar en la Virgen fuegos cuya existencia ella 

ignoraba antes de que el Aguador intentara volverla tan maravillosamente loca como lo está él. Él no lo 

logrará, desde luego. Ella es Tierra, él es Aire. Pero la tentativa será muy regocijante para la curiosa psiquis 

del Aguador. Lo que sí es muy probable que él consiga, sin embargo, es dejarla sexualmente satisfecha. Es 

posible que una de sus muchas actitudes sexuales cambiantes sea la justa, la perfecta para las necesidades de 

ella. La Virgen está rodeada por una aureola de misterio que intriga al detective que hay en Acuario. Ella 

puede tenerlo conjeturando durante años acerca de su personalidad secreta, y las conjeturas son el pasatiempo 

favorito del Aguador. Además, la displicencia etérea de él respecto de la intimidad física (si bien puede 

 

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combinarse circunstancialmente con algunos experimentos extravagantes) casará bastante bien con la actitud 

aplomada de ella respecto de las cuestiones sexuales, y probablemente no ofenderá su sentido del decoro. 

(Exceptuando esas raras, pero posibles, fantasías extravagantes, que pueden ser tan inocentes como la preferencia 

por hacer el amor en el patio del fondo, en una tienda, donde él pueda oler la hierba y contar las 

estrellas.) 

 

A sus relaciones no les faltará apasionamiento, porque ella representa para él la octava Casa de los 

misterios del sexo, y por tanto es posible que le despierte más deseos que otras chicas que conoció 

anteriormente... lo cual la halagará y la hará sentirse necesaria. No será necesario que os recuerde cuán feliz 

hace a un Virgo el hecho de sentirse necesario, así que todo esto podría resolverse de una manera 

inesperadamente satisfactoria para ambos. 

 

A los Acuario les gusta provocar, pero sería un error que la provoque con demasiada frecuencia hasta hacerla 

llorar. Las Vírgenes son capaces de tomar la decisión de cortar amarras y buscar a otro hombre, después de 

una larga deliberación... y de actuar entonces con precisión glacial, casi quirúrgica. Es posible que él también 

note que sus ojos hermosos, claros, necesitan de cuando en cuando un cambio de escena, como los de él, y 

que su mente lúcida necesita más estímulo que el de un «¿Qué se cena esta noche, tía?» Hay que admitir que 

ella también tiene pequeños defectos, como el de arrancar pelusa de las mantas en una romántica noche 

estival, cuando en lo que él menos piensa es en arrancar pelusas... o el de decirle a él que es excéntrico usar 

calcetines marrones con zapatos negros (lo cual no lo ofuscará en lo más mínimo, porque considera que la 

excentricidad es una virtud, excepto cuando la de un tercero interfiere sus propios hábitos personales fijos). Es 

posible que ella ponga demasiado énfasis en el síndrome del Martirio y que haga demasiado hincapié en la 

puntualidad... o que se preocupe y se irrite si él se niega a bañarse en ungüento Vicks cuando estornuda. Pero 

todos éstos son síntomas de una mujer Virgo a la que se le presta demasiado poca atención. Sus señales de 

advertencia, cuando está hastiada, consisten en servir tarde la cena en una cocina desaliñada y en omitir 

cepillarse el pelo cien veces cada noche (o sus equivalentes). 

 

Cuando ella lo conoció, él acostumbraba a mirar la televisión cabeza abajo y rumiando cacahuetes. 

Ahora camina sobre sus pies como un terráqueo rutinario y aburrido. Apenas sucede esto, es hora de que el 

hombre Acuario coja a su Virgen y se embarque en un avión rumbo a Egipto para analizar los enigmas y 

descifrar los misterios de la Gran Pirámide de Guizé... cabeza abajo, por supuesto, en la cámara real o en la 

sala del sepulcro. 

 

Después podrán pasearse a orillas del Nilo, a la luz de la luna, mientras ella le susurra suavemente: 

«Querido, se me ocurre una idea fantástica. ¿Por qué no empotras un reloj despertador en la cabecera de 

nuestra cama?». Y él puede murmurar a su vez: «Sigamos soñando así. ¿Para qué despertar?». Y ella puede 

sentenciar, como buena Virgo que es: «Pero si ya estamos despiertos». Entonces él puede fingir sorpresa, a la 

manera de Urano, y exclamar: «¿De veras? Yo pensé que estábamos aquí en nuestros cuerpos astrales». 

 

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Hombre VIRGO Mujer ACUARIO 

 

Él intentó discutir con Campanilla. 

—Ya sabes que no puedes ser mi hada, Campanilla, porque yo soy un caballero y tú eres una 

dama. 

A lo cual Campanilla replicó con estas palabras: 

—Grandísimo asno —y desapareció en el cuarto de baño. 

 

Una cosa es bastante segura (aunque pocas otras lo son, entre estos dos). Virgo y Acuario 

no prolongarán un contrato durante toda la vida si no los une un auténtico amor, lo cual se puede deducir 

de sus signos lunares y de otros intercambios planetarios mutuos de sus horóscopos. La regla rara vez se 

aplica con tanta frecuencia a todas las otras configuraciones de signos solares 6-8 como a ésta, por las 

peculiaridades de sus naturalezas. Cualquier otra cosa que no sea un amor verdadero y profundo (como una 

«amistad» de la era de Acuario, con una dosis de sexo) jamás durará. Imposible. Podríais decir que esto 

también vale para todas las otras parejas en general, nacidas bajo cualesquiera estrellas, pero os equivocaríais. 

 

Muchas combinaciones de signos solares convivirán durante años, mientras comparten el respeto mutuo y 

una empatía reconfortante, por falta de la energía, el deseo o la necesidad acuciante de entablar una relación 

más profunda con otra persona, y se conformarán con algo aceptablemente apacible, aunque no se trate de la

«gran pasión» soñada en la juventud. Éste no es el caso de Virgo y Acuario. 

 

Los Virgo cortarán las amarras emocionales (que en el mejor de los casos los hacen sentir incómodos) si 

éstas empiezan a devanarse y a reducirse a la nada. Sólo un romance especial y significativo puede hacer que 

Virgo se comprometa, desde el principio. Si descubre que se ha equivocado, se encerrará en un silencio terco, 

negándose a seguir compartiendo su corazón..., y, no siempre, pero sí en la mayoría de los casos, continuará 

así durante el resto de su vida. Como Virgo es de todas maneras, básicamente, un solitario, ¿por qué habría de 

ir nuevamente contra su naturaleza? Se da por satisfecho con haberse evadido del primer fracaso conyugal. 

Prefiere vivir solo, jalonando su soltería con amoríos circunstanciales y frívolos, en lugar de arriesgarse a 

tener otro fracaso en una existencia compartida que, aunque marchara por buen camino, le produciría una 

vaga sensación de inquietud. El cantante y actor Virgo, Maurice Chevalier, fue un perfecto ejemplo de esta 

verdad astrológica. Continuó siendo, hasta el final mismo de su vida, un manso y sutil símbolo sexual para las 

mujeres, y a lo largo de los años tuvo varios amoríos y aventuras fugaces, pero no estaba dispuesto a cometer 

dos veces el mismo error y a dejarse seducir por la tentación de un segundo vínculo permanente, después de 

que el primero se frustró en su juventud. 

 

Cuando el amor desilusiona a un hombre Virgo, el desencanto sólo les demuestra a su mente y su corazón 

analíticos que su sospecha original, instintiva, de que en este planeta no existe algo parecido a una relación 

casi perfecta fue correcta, así que ¿por qué habría de cortejar un desengaño seguro y repetido? Se equivoca, 

por supuesto, ¿pero alguna vez intentasteis probarle a un Virgo que está equivocado? 

 

En cuanto a los Acuario, el Aguador típico (varón o mujer), una vez que ha reconocido su error, no 

vacilará en continuar la búsqueda amorosa, y cambiará las viejas relaciones por otras nuevas hasta encontrar 

un facsímil razonable del primer romance idealizado de su juventud (que pudo haber sido un idilio en la 

escuela primaria o un enamoramiento precoz en la escuela secundaria, al que se aferró tan tenazmente que tal 

vez fue la causa oculta por la cual el primer amor o matrimonio auténtico, adulto. fracasó. ¿Quién quiere 

compartir a su consorte con un fantasma?). 

 

Algunas —no todas, pero sí algunas— chicas Acuario son capaces de tener salidas verbales bastante subidas 

de tono cuando tratan de sacudir a un hombre Virgo para que éste se fije en ellas o cuando tratan de arrancarlo 

de su constante y fastidiosa declaración de independencia emocional con un comportamiento inesperado y 

muy extravagante. Puesto que asistimos al despuntar de la excéntrica era de Acuario, cuando las vibraciones 

del imprevisible Urano bombardean en distinta medida a todos los jóvenes. cualesquiera sean sus signos 

solares, no puedo afirmar con certeza que las moderadas procacidades lanzadas por la representante de un 

sexo que tradicionalmente tiene una imagen de «azúcar y canela y todo dulzura» lo harán ruborizar y 

demolerán sus ensueños románticos... pero en los «viejos tiempos» previos a la revolución sexual, los 

hombres Virgo tendían a mirar con malos ojos a las mujeres que empleaban un lenguaje obsceno o exhibían 

un comportamiento poco convencional. No olvidemos que el símbolo de Virgo continúa siendo la Virgen, y 

que ésta representa una esencia innata de su naturaleza interior que ni siquiera los tiempos cambiantes pueden 

 

54 

 

 

cancelar totalmente. 

 

Ahora bien, no os apresuréis a inferir que acuso a la chica Acuario de ser grosera. No es así. Sólo se 

trata de que generalmente es más extrovertida y franca que sus hermanas de otros signos solares (excepto 

Sagitario). No sólo más extrovertida y franca, sino también más independiente, poco convencional, 

imprevisible, insólita... y sencillamente más chalada y excéntrica. La generación más madura puede poner 

como ejemplo a Tallulah Bankhead, la Acuario fumadora de cigarros, a la que le gustaba hacerse entrevistar 

en traje de nacimiento, completamente desnuda, para poner a prueba el umbral de resistencia al shock de los 

periodistas... sin que importara que su padre fuese presidente de la Cámara de Representantes de los Estados 

Unidos. La generación más joven puede poner como ejemplo a Helen Gurley Brown, la Acuario de facciones 

dulces y voz suave, gracias a la cual la revista Cosmopolitan se encauzó por una trayectoria zigzagueante y 

pasó del déficit de los números en rojo al superávit de los números en negro, cuando publicó el primer 

desplegable central con un desnudo masculino. O podéis pensar en una de mis Acuario favoritas, Mia Farrow, 

una Aguadora pecosa. de rasgos frescos, resplandeciente y pulcra, que se parece a una princesa de cuento de 

hadas... la actriz que irradiaba ingenuidad adolescente junto a Frank Sinatra... que después cercenó sus 

hermosas y largas trenzas, cuando Sinatra la hizo encolerizar, hasta dejarlas tan cortas como las de las monjas 

que se las tijereteaban antes de entrar en el convento, lo cual la convirtió en algo más parecido a un triste 

huevo de Pascua que a una princesa... que a continuación volvió a dejarse el cabello largo y reluciente... que 

fue aclamada por su interpretación en varias películas... que fue violada por Satán (en cine, por supuesto) en 

Rosemary's Baby... después de lo cual dio a luz a los mellizos del compositor André Previn, fuera del 

matrimonio (desdeñando, a la manera de Acuario, las normas hipócritas), para casarse luego con él, como 

impulsada por una idea tardía y displicente. 

 

Pero la intuición uraniana de Mia parece haber estado alegremente sintonizada, porque el suyo ha sido, 

hasta ahora, un matrimonio inusitadamente feliz, desbordante de vástagos regordetes y rozagantes... un 

matrimonio en el que todos parecen disfrutar de un júbilo descacharrante, en medio de una plétora de 

auténtico amor y de risas. 

 

A las mujeres Acuario no les interesan en absoluto la opinión pública o los chismes, y se rigen sólo por su 

propia pauta interior de honestidad y decencia. Vivir la vida ateniéndose a los dictados de la sociedad sería, 

para todas las Aguadoras, el colmo de la hipocresía. La magnitud de la veta de desprejuicio uraniano es 

variable, pero no deberéis hurgar mucho para encontrarla presente en la vida personal de las mujeres Acuario 

aparentemente más aplomadas, circunspectas y convencionales. Los vecinos siempre se horrorizan, junto con 

los parientes, cuando una esposa Acuario callada, aparentemente dócil, abandona súbita e inesperadamente a 

su marido para hacerse bailarina, pintora, actriz... o para abrir una estación termal en Siam. 

 

El hombre Virgo tiene un rasgo curioso. Puesto que ha nacido bajo lo que la astrología denomina uno de los 

«signos solares humanos» (simbolizado por la Virgen «humana»), cuando se enamora no lo guía el instinto 

animal, del cual carece, de manera que al principio, como pertenece al elemento Tierra, se repliega en el 

bosque fresco de su yo más profundo, hasta haber tenido tiempo de analizar estos nuevos sentimientos. A la 

mujer que lo ama tal vez le resultará útil saber que los Virgo suelen temer a, y desconfiar de, lo que más 

desean. 

 

La mujer Acuario tiene un rasgo curioso. Puesto que ha nacido bajo lo que la astrología denomina 

uno de los «signos solares humanos» (simbolizado por el Aguador «humano»), cuando se enamora no la guía 

el instinto animal, del cual carece, de manera que al principio, como pertenece al elemento Aire, se repliega 

en las nubes de su yo más profundo, hasta haber tenido tiempo de analizar estos nuevos sentimientos. Al 

hombre que la ama tal vez le resultará útil saber que las Acuario suelen temer a, y desconfiar de, lo que más 

desean. Ya veis que esta pareja concuerda bien en algunos aspectos, por lo menos. 

 

Ninguno de los dos se destaca por su vehemente afición al matrimonio. Hay más solteros de ambos sexos 

entre estos dos signos solares que entre los nacidos bajo la influencia de las otras diez estrellas. Sin embargo, 

una vez que los Acuario han seleccionado cuidadosamente al consorte apropiado y han resuelto casarse, 

generalmente arremeten de cabeza. Éste no es casi nunca el modelo matrimonial de Virgo, así que es posible 

que sus relojes románticos estén ligeramente desfasados y que deban sincronizar sus idiosincrasias para llegar 

al altar. De lo contrario tendrán que compartir el mismo saco de dormir, colgar uno de esos posters que dicenTARZÁN Y JANE VIVEN EN PECADO, y tomarlo a risa. Mejor dicho, intentarán tomarlo a risa, pero ni 

Virgo ni Acuario están predispuestos a la hilaridad cuando se trata de una cuestión tan seria como el amor... ni 

tampoco cuando se trata de una cuestión aún más seria (para ellos) como lo es el compartir sus sacos de 

dormir, sus cepillos de pelo, sus cuentas bancarias, sus vitaminas, sus gérmenes de trigo y su dulce soledad. 

 

55 

 

 

Dejando de lado la liberación femenina, se ha dictaminado sabia y correctamente que la ternura de la 

mujer escasea en los hombres, pero que cuando un hombre es tierno, lo es más de lo que jamás podría ser una 

mujer. Esto es doblemente cierto cuando se trata del hombre Virgo, tanto en la unión ilícita como en la 

ratificada legal y socialmente. (No he dicho ratificada espiritualmente, porque todo amor verdadero está 

ratificado espiritualmente, dentro o fuera del matrimonio.) La ternura de este hombre puede ser algo casi 

tangible, que abarca todas las áreas de su relación con la mujer que ama temporal o definitivamente, incluida 

el área de la expresión sexual. Muchas mujeres considerarían que ésta es una cualidad digna de veneración, un 

rasgo precioso y reconfortante en un amante o marido. Pero la chica Acuario sólo acepta con placer y gratitud 

la ternura de su compañero en la consumación física del amor durante un lapso específico. Después necesita 

un cambio. Prefiere que todas las experiencias sean fugaces, no demasiado perdurables, para poder saborear 

su dicha y pasar después a la siguiente. 

 

Por supuesto, hay algunas experiencias que vale la pena repetir varias veces, y la ternura se cuenta 

indudablemente entre ellas, pero es posible que ella pretenda compartir con él esta forma de hacer el amor 

sólo periódicamente, sustituyéndola de tiempo en tiempo por otras pruebas sexuales —desde la pasión 

primaria hasta el éxtasis de la entrega sensual— para desembocar en el delicado y controlado método oriental 

tántrico de la unión sexual-espiritual. (No me refiero al aspecto degradante del Tantra que enseñan algunos 

gurús concupiscentes, partidarios de practicar el intercambio de parejas cuando el consorte carece de las 

«cualidades estéticas» apropiadas para este acoplamiento sensible, sino a la forma pura y auténtica que 

asumió el Tantra antes de que lo deformaran estos discípulas descarriados y promiscuos.) Para preservar el 

interés y la vulnerabilidad a la seducción de esta dama de Acuario (porque la verdad es que al fin y al cabo a 

ella tanto le da internarse en el bosque y cantar a coro con una ardilla como entregarse a la sexualidad por la 

sexualidad misma), él deberá recordar que ella experimenta una necesidad básica de cambio en todas las 

actividades. El problema reside en que al hombre Virgo típico le resulta difícil emular la naturalidad del 

troglodita salvaje... o cualquier tipo de naturalidad que implique la entrega del yo total. 

 

La mujer Acuario no debe esperar que su hombre Virgo alterne de una noche a otra las técnicas que 

emplea para hacer el amor. Apenas si puede lidiar con esta responsabilidad más o menos de un mes a otro, y 

una vez traspuesto este límite su afabilidad puede trocarse en mal humor. Ella tampoco deberá olvidar nunca 

que es más probable que lo estimule un aire virginal, de pureza y decoro femenino, dentro o fuera de la cama 

(que le permitirá desempeñar cíclicamente los papeles de hombre de la jungla y gurú tántrico), y no el uso de 

vituperios hirientes, como el «¡Grandísimo asno!» de Campanilla, y otras ternuras análogas. El blasfemar y 

otros hábitos excéntricos, como el de dar volteretas mientras escucha el pronóstico meteorológico por la radio 

(esto es lo que he dicho) no son, categóricamente, las tácticas ideales para ayudarlo a conservar su carisma de 

ternura, que es. al mismo tiempo, su atractivo romántico más cautivante y perdurable... así como el que ella 

misma encontrará finalmente más satisfactorio y gratificante después de que hayan ensayado todos los otros 

(incluidos probablemente unas pocas pruebas experimentales y solitarias de soltería). 

 

Como todos los Acuario le llevan muchos años luz de ventaja al resto del mundo, y están muchos párrafos 

más adelantados en las discusiones normales y en las conversaciones comunes, es posible que la Aguadora lo 

deje atónito cuando él le formule una pregunta acerca de una mota que vio en la taza y el platillo que ella 

acaba de lavar, y ella se dispare alegremente formulándole a su vez una pregunta sobre naves espaciales. (La 

palabra «platillo». Veréis, ésta fue la que puso en marcha el mecanismo.) Aunque parezca que los Acuario 

buscan información cuando os interrogan, lo que hacen en realidad es tratar de averiguar qué es lo que 

vosotros sabéis. Ésta es la razón por la cual ella siempre contesta las preguntas de él con otras preguntas. Es 

una experta en el bello arte del diálogo socrático solapado (Sócrates era indiscutiblemente un Acuario), y es 

posible que utilice este talento desconcertante cuando hayan reñido, y hayan acordado separarse por un 

tiempo... convencida, al emplearlo, de que su Virgo distanciado no puede ver sus verdaderas intenciones 

ocultas detrás de este juego. (La Aguadora no ha estudiado sus signos solares. Virgo puede atravesarlo todo 

con la mirada.) 

 

Por ejemplo, mientras estén separados, reflexionando cada cual por su lado y procurando decidir si 

romperán cabal y definitivamente o si intentarán reconciliarse, es posible que ella le escriba una carta de 

prueba, que rematará con una de sus sagaces preguntas socráticas: 

 

«Espero que, suceda lo que sucediere, podamos seguir siendo amigos. ¿Siempre seremos amigos, no es 

cierto, cariño?». 

 

Claro que el hombre Virgo es suficientemente perspicaz como para captar el verdadero sentido de esta 

taimada pregunta de Acuario: se trata de una técnica de Urano para poner a prueba su mérito romántico. Si él 

realmente desea recuperarla, cuando conteste su carta deberá contraatacar (enérgicamente) con la misma 

sutileza socrática de ella, escribiendo: 

 

56 

 

 

«No, no podremos seguir siendo amigos. Rotundamente no. Entre nosotros habrá amor, o nada. Tú ya lo 

sabes. Sólo pretendías comprobar si yo también lo sabía, ¿no es así, cariño?». 

 

¿Ahora comprendéis cuál es la estrategia? Limitaos a contestar la pregunta de la Aguadora con otra 

pregunta, tal como lo hace ella. Esto la sacará de quicio y le enseñará una lección. Si ella también desea 

recuperarlo, realmente, le telefoneará y le dirá que al fin y al cabo no es un «grandísimo asno», y después 

correrá a buscarlo con un frasco de vitamina C para sus resfriados, sin detenerse a jugar en el trayecto con las 

ardillas. Le están tomando el tiempo... y no es el momento oportuno para llegar nuevamente tarde. 

 

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LIBRA ACUARIO 

 

 

Aire - Cardinal - Positivo Aire - Fijo - Positivo 

Regido por Venus Regido por Urano 

Símbolo: la Balanza Símbolo: el Aguador 

Fuerzas diurnas - Masculino Fuerzas diurnas - Masculino 

 

La Relación LIBRA-ACUARIO 

 

A las burbujas multicolores formadas en el agua del arco iris las tratan como si 

fueran pelotas, y se las pasan alegremente el uno al otro golpeándolas con la cola, y 

procuran conservarlas dentro del arco iris hasta que estallan. 

 

Libra sopla burbujas constantemente, y Acuario las revienta sin parar. Al principio todo esto es histéricamente 

divertido, desbordante de alegría, como un juego. Pero después de un tiempo el juego se agota. Entonces 

Libra se pone de mal humor, y a Acuario lo enfurece que no lo comprendan. 

 

Libra acusará a Acuario de ser terco. (Es cierto: Acuario es un signo fijo.) Acuario acusará a Libra de 

ser autoritario. (También es cierto: Libra es un signo cardinal de liderazgo.) Después de este intercambio de 

verdades, Libra intentará ser equitativo, confesará ser un poco autoritario, y se disculpará con tanta dulzura 

que el Aguador se sentirá mezquino al seguir insistiendo en que no es terco (o terca). Sin embargo el Acuario 

continuará siendo mezquino al no reconocer este defecto de su carácter, porque a las personas nacidas bajo un 

signo solar fijo casi siempre les resulta imposible convencerse de que sus faltas no son virtudes. Además, 

Acuario opina que estas discusiones son una pérdida de tiempo. La gente se entiende entre sí o no se entiende. 

Si no se entiende, ni siquiera debería hablar. Debería despedirse con un ademán y alejarse camino abajo. En 

este caso, no debería derrochar energías en reyertas. La vida está demasiado llena de cosas interesantes para 

hacer. Así es como Acuario gana las discusiones. (Estas personas son desmedidamente prácticas cuando se 

trata de malgastar movimientos, y son un poco egoístas cuando se trata de contemplar un punto de vista 

distinto del suyo propio.) Lo que debería haber dicho es que así es como Acuario gana las discusiones con la 

mayoría de las personas. No le resultará tan fácil ganar si su interlocutor es un Libra. Muy pocos individuos 

superan a Libra en discusiones, debates o controversias. 

 

Los Acuario tienen una táctica para ganar una contienda con el sombrero. Se lo encasquetan y se van.

Ésta es una estrategia que el Aguador tal vez empleará cuando intuya que Libra está ganando mediante la 

lógica pura. 

 

Como ambos pertenecen al elemento Aire o mental, cuando no estén implicados en una disputa verbal estarán 

aguzando sus finos intelectos con conversaciones productivas, que nunca son menos que estimulantes y 

desafiantes, tanto cuando excitan como cuando inspiran. Además, corno sobre ambos influye la vibración de 

la configuración de signos solares 5-9, un desacuerdo entre Libra y Acuario casi nunca será grave o duradero. 

Siempre tendrán una base emocional e intelectual para disculparse y empezar de nuevo. Aún en el caso de los 

rarísimos Libra y Acuario que se separan y dejan de ser amigos íntimos, que finalmente interrumpen por 

algún motivo una relación cotidiana, es muy probable que ninguno de los dos le guarde rencor al otro ni hable 

mal de él, porque independientemente de lo que ambos digan o hagan, en el fondo, se entienden entre sí mejor 

que con la mayoría de las otras personas que conocen. A menudo Libra y Acuario sustentan un interés común 

por los niños, los animales, la educación superior, los viajes a países extranjeros, la religión, la filosofía y las 

artes. Sus soles están en trígono, y esto les suministra sueños e ideales entrelazados, independientemente de 

las diferencias personales que puedan tener de tiempo en tiempo. 

 

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Lo admita o no el Aguador, éste (o ésta) reconoce y respeta el hecho de que Libra siempre se 

esfuerza por ser equitativo e imparcial. Lo admita o no Libra. éste (o ésta) reconoce y respeta la virtud de 

tolerancia de Acuario y los objetivos humanitarios de Urano. La admiración y el respeto inevitables siempre 

flotan entre ellos, aun cuando la atmósfera que los rodea esté enardecida por una confrontación intelectual. La 

compatibilidad básica es resistente y sana, porque estos dos comprenden sus respectivas motivaciones, aunque 

a menudo intenten negarlo acaloradamente. 

 

Quizá haya circunstancias en que la conducta excéntrica de la persona regida por Urano altere 

temporalmente el delicado equilibrio de la Balanza de Libra. Cuando los Acuario están enfadados tienden a 

comportarse de una manera muy emocional, y en estos trances la tensión puede enfermar literalmente al 

Libra. Las personas regidas por Venus necesitan de la armonía, y la tensión puede afectar seriamente a sus 

nervios. Tal vez haya otras circunstancias en que la tendencia de Libra a contemplar siempre las dos 

alternativas de un problema sea interpretada por los Acuario como una prueba de deslealtad. Como ya he 

dicho, los Acuario creen que hay una sola alternativa: la suya. Las opiniones de un signo fijo son, quizá 

naturalmente, más fijas que flexibles. Los Acuario son en verdad totalmente desprejuiciados y tolerantes, 

excepto cuando se trata de un enfrentamiento personal emocional. 

 

La mayoría de los Libra —excepto aquellos que tienen un aspecto muy negativo en el Sol natal de 

sus horóscopos— poseen, merced a la influencia del manso planeta Venus, lo que Hemingway llamaba

«indulgencia bajo presión». Ésta vendrá bien cuando a Acuario se le queme imprevistamente un fusible de 

Urano, porque los Aguadores son susceptibles a los impulsos eléctricos del cosmos, y sea lo que fuere lo que 

hagan, probablemente lo harán en forma impulsiva y súbita. La persona Libra provoca a menudo los mismos 

problemas que desea evitar, por su renuencia a desentenderse de ellos. Después de un típico estallido eléctrico 

de comportamiento excéntrico, los Acuario normalmente desaparecen, y se niegan a comunicarse en absoluto 

durante un determinado lapso. Si los dejan en paz, terminan por olvidar qué fue lo que los ofuscó y retoman 

su habitual personalidad chalada, encantadora y fascinante. Pero es posible que Libra continúe reclamando 

una explicación o siga tratando de conquistar una victoria decisiva en el contexto del desacuerdo, en lugar de 

permitir que éste quede perdonado y olvidado. Los Acuario no soportan que los acorralen para exigirles una 

respuesta. Se sienten como una mariposa atrapada en un frasco, y ésta es una sensación muy incómoda. A los 

Libra no les fastidia para nada que los acorralen y les exijan una respuesta. Esto les suministra una 

oportunidad maravillosa para pesar los pros y los contras, ejercicio que les resulta inmensamente estimulante, 

siempre que todos sigan siendo corteses y considerados y nadie se ponga a gritar groseramente. Sus 

reacciones individuales respecto del conflicto y la controversia constituyen una importante diferencia básica 

entre ellos, pero una vez que lo comprendan, y que lo tengan en cuenta, Libra y Acuario podrán flotar por un 

hogar, un aula, un laboratorio, una cápsula espacial, una oficina o Tm granero sobre las nubes algodonosas de 

la cooperación mutua. 

 

Libra puede inculcarle aplomo y serenidad a Acuario, y el Aguador puede enseñarle a Libra que en el 

mundo nada es blanco o negro, lo uno o lo otro, sino que todo es gris, una mezcla. Por tanto, la tolerancia es 

el único medio para equilibrar la vida en cualquier balanza. Acuario es el inventor de nuevas ideas. Libra es el 

arquitecto que las diseña para el uso práctico. 

 

Es fácil ofender la susceptibilidad de Libra. Sin embargo, la mente humana aún no ha concebido algo 

capaz de ofender la susceptibilidad de Acuario. Absolutamente nada espanta a un Acuario, en tanto que 

cualquier idea, conversación u objeto que no tiene pintadas encima flores de colores suaves ofende los gustos 

refinados de Libra. Es muy natural que el Acuario, por el hecho de ser un Aguador y de estar también 

hondamente preocupado por el futuro del planeta, se entusiasme por el sensato concepto ecológico de algo así 

como el inodoro sin agua de Mullbank. El Aguador le explicará excitadamente-a Libra que éste es el único 

medio para salvar a todas las aguas de la Tierra de la contaminación que avanza a pasos agigantados, en razón 

del constante crecimiento demográfico y del consiguiente aumento de las toneladas de desechos que se 

vuelcan todos los años en los lagos, ríos, arroyos y océanos. A medida que se entusiasme con el tema, el 

Acuario expondrá la teoría de que el gobierno debería aprobar una ley en virtud de la cual todos los hogares 

estarían obligados a utilizar un retrete sin agua, dejando que el coste se descontara de la suma adeudada a 

Hacienda en el curso de ese año por cada persona que instalase dicho dispositivo para sustituir el actual 

sistema de agua corriente, que despilfarra el precioso líquido y lo contamina. 

 

—¡Piensa un momento! — exclama Acuario—. Es totalmente inodoro, y los únicos residuos que una 

familia de seis personas debería eliminar una vez por año equivaldrían a un bote de café lleno de cenizas 

(también inodoras) que se esparcirían sobre el césped del jardín para que todo crezca mejor y más 

rápidamente. (Véanse los datos de los fabricantes al final del capítulo «Para la marcha del peregrino», en la 

última parte de este libro.) 

 

59 

 

 

Ahora bien, a Libra le encantaría adherirse a cualquier iniciativa que contribuya a la preservación del 

«equilibrio» ecológico, pero la descripción detallada de algo tan escatológico asociado con el grosero proceso 

de evacuación probablemente lo (o la) hará ruborizar furiosamente, y una expresión de extremo disgusto 

cruzará por los rasgos bellos y apacibles de Libra. 

 

—Está bien, está bien —Acuario se encoge de hombros coléricamente—, si prefieres seguir 

utilizando aguas contaminadas por los residuos corporales de otras personas, para beber y bañarte, y si quieres 

garantizar que tus nietos, y quizás incluso tú y tus propios hijos, no o tendréis una gota de agua pura para 

beber dentro de una o dos décadas, sigue pulsando el botón de tu maldito retrete, y rociando tu baño con 

aromas artificiales de clavel envasado en botes de aerosol que destruyen la capa de ozono que rodea la Tierra, 

pero recuerda que yo te lo he advertido. A este planeta lo salvarán las turberas y el abono natural y el 

estiércol, y no los lujos perfumados, los baños de burbujas y toda tu música y tu arte refinados. 

 

El Aguador se va impetuosamente, y deja atrás a Libra que debe tumbarse y recuperarse de tanta 

fealdad, en un estado próximo al colapso nervioso por el suplicio de tener que sopesar mentalmente los 

platillos marcados: Supervivencia y Día del Juicio Final. 

 

Pocos minutos después, el Aguador regresa súbitamente, y grita a voz en cuello: 

 

-¡HE DICHO ESTIÉRCOL! —y después da un portazo y se va nuevamente. Los hoyuelos de Libra 

se borran, en estado de shock. Así es como Acuario gana una discusión. 

 

La indecisión oscilante de Libra ofuscará a Acuario, así como la tendencia uraniana de los Acuario a 

dar un giro de ciento ochenta grados, después de tomada una decisión (Libra jamás procede así), pondrá 

histérico a el o la Libra. 

 

Decídete! —vocifera Acuario. 

 

—Bueno, yo por lo menos no cambio de idea, una vez que he tomado una decisión. como lo haces tú 

—replica Libra a la defensiva, pero suavemente. 

 

—¿Cómo podrías saberlo? —contraataca Acuario—. Nunca en tu vida has tomado una decisión. 

 

Libra sonríe radiantemente. Mil bujías, un millón de soles, iluminan la habitación. 

 

—¿Acaso no he decidido ser tu amigo? Y nunca lo he lamentado. Otras personas pueden pensar que 

estás loco, pero a mí me parece que eres un genio. ¿Te dije que he encargado un retrete sin agua? 

 

Acuario calla, avergonzado. Libra vuelve a sonreír, y sus hoyuelos aparecen y desaparecen. 

 

—Caray, lo siento mucho —murmura al fin el contrito Aguador—. A veces digo las cosas más 

disparatadas. Realmente no sé qué haría sin ti. 

 

(Y así es cómo Libra gana las discusiones.) Se necesita estudio. 

 

Mujer LIBRA Hombre ACUARIO 

 

—Campanilla —exclamó él—, si no te levantas y te vistes inmediatamente, 

 

descorreré las cortinas, y entonces todos te veremos en camisón. 

 

Esto la hizo saltar al suelo. 

 

—¿Quién dijo que no me estaba levantando? —gritó. 

 

A menos que a los dos les guste que sus emociones sean azotadas por huracanes y tornados continuos, lo 

mejor será definir de entrada cuál de estos dos marchará adelante en el juego de lo que hace el rey que juegan 

ambos. El jefe indio marcha adelante. La india marcha unos pasos más atrás. Fúmate esto en tu pipa de la paz, 

por favor, en aras de la tranquilidad. 

 

La chica Libra deberá entender sencillamente que ella es la hembra, la dama, la mujer... y que élrepresenta la mitad masculina del dúo. Él es el barítono, ella la soprano. Es posible que ella haya nacido bajo 

la influencia de un signo solar masculino, pero la guía el dulce planeta femenino Venus. Nadie, ni siquiera 

todo el personal de una revista feminista, podrá extirpar jamás con éxito la feminidad de Venus aunque 

emplee el instrumental ilimitado de la cirugía emancipadora. Esto no significa que no esté con vosotras 

 

60 

 

 

compañeras de la revista. Soy una ariana, y los Carneros llegan al mundo pateando y chillando, liberados 

antes de que les hayan cortado el cordón umbilical. (Incluso bautice- a mi flamante gatita con el nombre de 

ERA, sigla, en inglés, de la Enmienda de Igualdad de Derechos, antes de saber con certeza que era hembra.) 

Pero la Verdad es la Verdad, y Venus es Venus. Para expresarlo en otros términos, la Verdad es la Belleza, y 

la Belleza es la Verdad. Cuántas perogrulladas. Yo no inventé la sabiduría que ocultan. El Señor y la Señora 

Dios la inventaron. Nuestros Co-Creadores. Quejaos a ellos, no a mí. Yo no soy más que una astróloga, una 

intérprete de la ley, no su artífice. 

 

El hombre Acuario también nació bajo la influencia de un signo solar masculino, pero a diferencia de 

lo que le ocurre a la mujer Libra, está bajo la vigorosa y bastante arrogante conducción del planeta masculino 

Urano (el carisma masculino es siempre un poco arrogante, ¿no os parece?). Hay ciertos esquemas 

astrológicos elementales que no tienen nada que ver con el chovinismo o la igualdad de los sexos, ni con 

ninguna de estas cuestiones pasajeras. Sencillamente existen. Incluso en el área de la homosexualidad 

simbolizada por Acuario, existen. No quiero decir con esto que los Acuario sean homosexuales, sino sólo que 

la esencia de Acuario tolera todos los estilos de vida, representa la fraternidad y el amor universales, 

despojados del prejuicio de los traumas masculinos-femeninos, lo cual a veces los miembros de los doce 

signos solares, confundidos por las vibraciones de Urano, aún más intensas ahora, en el amanecer de la era de 

Acuario, traducen al concepto homosexual. Sólo se trata del respeto por la individualidad. 

 

Los esquemas planetarios existen tan inevitablemente como existen los dos tipos netamente distintos 

de configuración anatómica del hombre y la mujer. Por muy libres e iguales que aspiren a ser las mujeres, 

estarán eternamente configuradas de manera distinta del hombre, y las influencias astrológicas son igualmente 

inevitables e inmutables. 

 

Una chica Libra puede tratar de maniobrar dulce y delicadamente para adelantarse a su Aguador, 

para adaptarlo mediante manipulaciones a su propio programa y esquema de vida, y al principio él le seguirá 

la corriente, subyugado por sus hoyuelos y su divino encanto, para no hablar de su sonrisa radiante... pero 

llegará el momento en que se sublevará. Cuando un hombre Acuario fijo se harta, su empecinamiento hace 

que la mula parezca, por comparación, el animal más dócil y más fácil de conducir y persuadir que hay en el 

mundo. Este hombre no cederá un palmo cuando crea tener razón. Su código personal de virilidad y su código 

público y general de moralidad los recibió grabados en una plancha de piedra, de una mano asomada de atrás 

de una zarza ardiente. Quizá pertenecía a un pariente de Moisés, ¿quién sabe? Pero recuerda bien el día. Ocurrió 

antes de que él naciera. No hay en la Tierra ninguna influencia capaz de apartar a un Acuario de un 

rumbo que cree correcto y justo. Notaréis que he dicho correcto y justo (según su código personal). No he 

dicho equitativo. La equidad es la especialidad de ella. Y esto es lo que crea buena parte de los problemas 

entre estos dos seres básicamente tan compatibles: la definición de lo equitativo. Os daré un ejemplo. 

 

Hace varios años, conocí en Nueva York a una chica Libra y a su amigo Acuario. (Supongo que eran 

amigos. No dijeron que fuesen amantes, pero cuando se trata de Acuario una nunca sabe, porque este hombre 

es incapaz de distinguir el amor de la amistad. y si se trata del primero, no es de los que comprarán una 

cartelera para anunciarlo.) Pero, de todos modos, la chica Libra le regaló a su amigo Acuario un gordo y 

robusto cachorro de San Bernardo. El perro creció. Se convirtió en un perro gigantesco al mismo ritmo que 

crecía el cariño del hombre Acuario por su nuevo animal doméstico. Un día, los dos riñeron. (No el San 

Bernardo y el Aguador. sino la chica Libra y el Aguador.) Ella sopesó la situación en su Balanza 

cuidadosamente (y estoy segura de que también sinceramente), con el propósito de arribar a una solución 

equitativa. Después de muchas horas traumáticas de reflexión, llegó a lo que le pareció que era una decisión 

equitativa. 

 

Él había prometido ser siempre su amigo. Después empezó a comportarse como el monstruo de Loch 

Ness, olvidando por completo dicha promesa, y al fin y al cabo, él era el que no cesaba de machacar sobre la 

naturaleza sacrosanta y sagrada de la amistad... «Si fueras realmente mi amiga, harías esto»... o... «Si fueras 

realmente mi amiga, no harías aquello», repetía a cada rato. Ella le había regalado el San Bernardo cuando 

creía que eran amigos. Había sido un obsequio fundado sobre la asociación, que ya no era válida. Y ahora 

había tomado una decisión. (Cuando los Libra toman una decisión, no bromean.) Le telefoneó al comisario, y 

exigió que le devolvieran el perro. 

 

El Aguador se enfureció. Estudió toda clase de represalias para vengar la injusticia. Quizás incluso le 

pintaría el pelo de verde, o arrojaría un avispero revuelto por la ventana de su dormitorio. El San Bernardo se 

había convertido en su mejor amigo, y ahora ella se retractaba de su regalo. Le secuestraba a su camarada. 

 

La violencia de sus emociones heridas bullía dentro de él. y al fin no le quedó otra opción que la de 

irse de Nueva York por muchos meses hasta que se le apaciguaran los ánimos. Si la dama Libra había 

alimentado la esperanza de que su acto lo haría volver a la cordura, había cometido un grave error de cálculo 

 

61 

 

 

respecto de la vibración de Urano. No sólo le destrozó el corazón, sino que quebró su amistad recíproca en 

mil pedazos, lo cual es casi imposible tratándose de un Acuario, sobre todo en una relación con Libra, porque 

sus soles están trígono, y la comprensión esencial de la influencia de la configuración 5-9 soporta 

prácticamente cualquier dificultad con la que puedan tropezar. Pero no ésta. No se separa a un Acuario de su 

gigantesco camarada canino. Esta es una de las leyes de Urano entramadas (y también grabadas) en aquella 

plancha de piedra. Y ahora ésta tiene una gran rajadura. 

 

La dama Libra ha cometido un grave error. Tal vez pueda reparar algún día el daño, pero hará falta 

mucha paciencia y humildad. Si ella hubiera esperado un poco más, él habría dejado de comportarse como el 

monstruo de Loch Ness. Cuando los Acuario están circunstancialmente colocados cabeza abajo, 

contemplando el cosmos y mascando bolas de mantequilla de cacahuete, hay que darles tiempo para que se 

enderecen. Finalmente, pedirán excusas por su comportamiento desaforadamente excéntrico, cualquiera que 

éste haya sido. Pero no los obligarán a arrepentirse, y menos aún mediante el secuestro de un perro. Ésa fue 

una experiencia educativa para la chica Libra. 

 

Una vez que estos dos hayan llegado a una confortable transacción acerca de sus conceptos 

individuales de lo que es equitativo, y una vez que hayan perfeccionado una regla de cálculo con la que 

ambos estén de acuerdo para medir la justicia en una relación humana, podrán cosechar todas las recompensas 

y los beneficios de la influencia de la configuración de signos solares 5-9, y podrán empaparse en la alquimia 

mágica del doble elemento Aire, con la música de sus soles en trígono repicando como fondo de todas sus 

actividades compartidas. En verdad, la música es a menudo el cordón de oro que une inicialmente, de alguna 

manera, a este hombre y esta mujer, ya sea por un interés común en ella, o porque uno de los dos alienta al 

otro para que se consagre a ella. A veces es el arte, a veces es la religión, la filosofía o el viaje a países 

extranjeros, o son las iniciativas de educación superior, los niños, los jóvenes o alguna forma de actividad 

teatral... pero siempre habrá múltiples áreas que podrán interpretar como umbrales pulidos que conducen al 

jardín de la compasión y de la cálida compatibilidad de ideas e ideales. 

 

Él piensa que ella es hermosa, y aunque el amor es ciego, probablemente la imagen que él .tiene de la 

belleza de esta dama de Venus es correcta. La mayoría de las mujeres Libra disfrutan de una plétora adicional 

de hermosura etérea, e incluso aquellas que no son beldades despampanantes tienen sonrisas encantadoras que 

pueden encandilar al hombre y paralizar temporalmente su sentido común. Ella piensa que él es el hombre 

más superespabilado que ha conocido en su vida. Claro que a veces su inteligencia es desconcertante: gira y 

tuerce por extraños atajos, con la imaginación ilimitada del auténtico genio, burbujeando en surtidores de 

refulgencia y estallando luego en tornados de razonamiento ilógico. La circunstancial falta de lógica de sus 

razonamientos la turba un poco, pero ella a su vez es suficientemente sagaz y lúcida para intuir la magnitud 

del intelecto que tantea dentro de la imprevisible inspiración de él, buscando un punto de apoyo en la realidad. 

Él también valora la mente refinada de ella, y capta enseguida su capacidad para conversar con él sobre una 

multitud de temas, y para retener por tanto su interés con algo más que sus curvas y sus hoyuelos. 

 

Igualmente, es posible que tengan algunas discrepancias radicales en el plano intelectual y filosófico. 

Ella disfruta del lujo, la belleza y la comodidad. Su naturaleza optimista la induce a rechazar con disgusto 

todo lo feo, desdichado o deprimente, y esta languidez de Libra puede chocar con los grandes e 

indiscriminados impulsos humanitarios de él. Al Aguador lo preocupan los niños hambrientos de todo el 

mundo, el peligroso desequilibrio ecológico, la contaminación del aire y el agua, los aprietos del indio 

norteamericano... toda forma de malevolencia y decadencia en el contexto humano, y respecto de la Madre 

Naturaleza. La dificultad de ella para lidiar con lo desagradable le hará pensar que es una mujer egoísta y 

hedonista, y así se lo dirá sin eufemismos. Libra está muy preocupada por la injusticia en todas sus formas, y 

alimenta el deseo instintivo de implantar en el mundo la igualdad y la bondad. Sin embargo, es posible que, 

como todos los Libra, al principio se resista a contemplar los medios específicos necesarios para curar los 

males del mundo, en razón de su renuencia natural de Venus a enfrentar y aceptar los aspectos negativos de la 

vida. 

 

El debe encauzarla con más delicadeza hacia la comprensión cabal del sentido de justicia de Libra, 

evitando aplicarle epítetos escarnecedores tales como «haragana», «chiquilla malcriada» y «despreocupada» 

antes de que ella encuentre el camino hacia la luz de la antorcha que él enarbola. En cuanto a ella, si quiere 

vivir dichosamente con este hombre, deberá aprender a modificar sus prioridades, y deberá encontrar la forma 

de hacerle saber que realmente está más preocupada por la pobreza y la desdicha de este mundo que por las 

últimas modas, los autos más lujosos, las fiestas, las diversiones y la cultura o las artes. El Aguador 

evolucionado y típico nunca adorará a la mujer Libra que insiste en usar abrigos de piel, y sobre todo abrigos 

de foca, confeccionados con las pieles de sus amigos animales asesinados. 

 

62 

 

 

A pesar de que entre ellos existen estas áreas de tensión potencial, los dos encontrarán sosiego y 

tranquilidad en su fusión sexual. Sus corazones y cuerpos concuerdan de manera perfectamente armónica, no 

obstante las confrontaciones circunstanciales de sus intelectos. Y a menudo el júbilo que experimentan 

cuando dan y reciben amor mediante su expresión física tiene el poder de curar, o por lo menos de suavizar, 

las aristas de sus diferencias intelectuales. A Libra y Acuario les resulta fácil alcanzar la intimidad de la carne 

y las emociones, y aquella siempre genera la paz espiritual. En esta faceta de su amor, están maravillosamente 

afinados, sus cuerpos están sintonizados... y sus pasiones conocen de memoria la letra de la música con que se 

acompañan al hacer el amor. Es como si se hubieran amalgamado así muchas veces. Y esto es lo que ha 

ocurrido. Porque toda vibración 5-9 indica previas encarnaciones de compenetración... un acoplamiento de las 

almas y los cuerpos en vidas pretéritas parcialmente recordadas, que aún poseen el poder necesario para 

obsesionarlos con una nostalgia indefinible, sobre todo en sus momentos de contigüidad sexual. La primera 

vez de su unión física nunca parece una '<primera vez». Hay algo familiar en lo que experimentan. 

 

La mujer Libra que desea conservar el amor esquivo de un hombre Acuario debe permitirle que lleve 

la batuta. No hay otra manera. Sin embargo, es más que posible que, después de que hayan concluido todos 

sus desacuerdos y sufrimientos, penas de amor y batallas egocéntricas, ella tenga la última palabra. Si es 

paciente. Su actitud más sagaz puede sintetizarse en este poema que aquí le dedico, titulado «Pasa la pipa de 

la paz» o «La capitulación de un signo cardinal». 

 

¿así que quieres mandar? Muy bien, encarámate en tu caballo y yo marcharé respetuosamente tres 

pasos más atrás... como una buena india 

 

tú eliges el cauce y los atajos que seguirá nuestro río de locura y decides dónde tuerce y 

 

discurre... y dónde y cuándo fluye hacia la tierra-de-las-aguas-cantarinas 

 

yo masticaré mis sandalias, y ceñiré mi collar de abalorios en la pálida Luna nueva, 

 

junto a mi tienda 

 

y aguardaré tu gorgojeo, el redoble de tu tam-tam o tu señal de humo 

 

pero recuerda, valeroso Jefe Lluvia-en-el-Corazón 

 

mientras nos guías por este sendero donde danza el Sol 

 

rumbo a la guerra del orgullo y la pasión, de la verdad y la mentira que los espíritus del viento y las 

estrellas nos vigilan 

 

y que quien manda al fin es Manitú 

 

...y no tú ni yo 

 

Hombre LIBRA Mujer ACUARIO 

 

...había algo en la comisura derecha de su boca que no quería que ella injuriara a Peter. 

 

El nombre de ella no es realmente Debra, pero la llamaremos así. El nombre de él no es realmente 

Steve, pero lo llamaremos así. Los nombres pueden ser ficticios, pero os aseguro que este hombre y esta 

mujer son seres humanos auténticos, de carne y hueso. Sus soles natales están en trígono. Debra es una 

Aguadora de Acuario, menuda, con el pelo peinado en cola de caballo, dulcemente infantil y femenina (¡Ja!), 

y regida brillante, aunque a veces violentamente, por el planeta masculino Urano. Steve es un hombre Libra 

regido por Venus, cuya inteligencia y genio están a la altura de los de ella. Algunas veces es manso y afable y 

bondadoso, y otras es sencillamente cruel y despreciable, lo cual depende mucho del tiempo transcurrido 

desde que ella machacó y desequilibró su delicada Balanza con el martillo del imprevisible comportamiento 

de Urano. Ambos estudian medicina y aspiran a doctorarse, con el objetivo común de convertirse en 

investigadores científicos y de descubrir algo que sea inmensamente beneficioso para la humanidad, en sus 

ramas masculina y femenina. Más o menos como si fueran la contraparte norteamericana de los Curies de 

Francia. 

 

¿No es curioso que uno siempre piense en éstos como Madame Curie y su marido, y no a la inversa? 

Aquí debe de haber una lección implícita. Quizá la lección de que no importa cuál de los dos caballos lleve la 

 

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guirnalda de flores con tal que el carruaje llegue a la ciudad. 

 

A lo largo de algunos párrafos, utilizaremos la relación de Steve y Debra como espejo para todos los 

hombres Libra y las mujeres espaciales de Acuario. Muy bien, ¿estáis mirando todos al espejo? Ahora 

observad atentamente. 

 

Él vacila. No atina a decidir si se casará con ella, convivirá con ella, se desentenderá de ella o la 

dejará. Ella no tiene semejante problema. Sabe con exactitud cuál de estas alternativas prefiere, y su decisión 

es firme como una roca. Los domingos, quiere casarse con él. Un martes de cada dos, está segura de que 

deberán conformarse con vivir juntos hasta que reciban sus títulos. En determinados jueves sacudidos por las 

tormentas de Urano, prefiere que él se desentienda de ella, lo cual resulta dolorosamente obvio cuando deja 

descolgado el auricular del teléfono y le echa a la puerta el cerrojo doble de seguridad. En algunos sábados 

lúgubres, surcados por los rayos de Urano, ella desea enfáticamente que él la deje, deseo éste que consigue 

comunicarle elocuentemente cuando arroja todas las ropas de él por la ventana del dormitorio del primer piso, 

junto con su reloj nuevo, que infortunadamente nunca parece sobrevivir a la caída... y a menudo incluye la 

tesis de él, que naturalmente se esparce por la nieve y el hielo y se mancha espantosamente por lo cual es 

necesario volver a mecanografiarla. Pero que nadie la acuse de ser parcial. 

 

En esos sábados lúgubres, ella también hace confetti con las páginas de su propia tesis, a la cual ha 

consagrado largas horas de esfuerzo intelectual, y las arroja histriónicamente al inodoro, mientras proclama 

estentóreamente que ha resuelto recorrer Europa haciendo autostop y sumarse a una caravana de gitanos... ¿y 

a quién le interesa, al fin y al cabo, un anticuado y petulante diploma de médico? 

 

Él no puede dejarla en paz, y en lugar de sentirse feliz cuando ella está de buen humor y lo invita a 

probar sus lasañas caseras especiales, insiste en averiguar el nombre del gitano que la invitó a sumarse a sucaravana en Europa. Insiste. Ella inventa un nombre, con su imaginación muy fecunda. Él se va encolerizado, 

sin probar un bocado de la cena que a ella le llevó un día íntegro guisar. 

 

Hubo una época en que él resolvió finalmente que no deberían volver a verse nunca más. Cargó su perro y su 

microscopio y sus cultivos y la dejó definitivamente. Llegó al extremo de mudarse a casa de un amigo, en otra 

ciudad, y de pedir que su número de teléfono no figurara en la guía. Ella localizó enseguida su domicilio y su 

número de teléfono. (No ceso de repetiros que los Acuario son detectives natos.) Pocos meses más tarde. él le 

estaba llevando flores y poemas y monos embalsamados... y la invitaba a cenar a la luz de las velas dos veces 

por semana. Al cabo de poco tiempo volvió a mudarse a casa de ella con su perro, su microscopio, sus 

cultivos y tres amigos (para que lo protegieran). 

 

La primera noche fueron penosamente incapaces de protegerlo. Después de un feroz altercado por el 

hecho de que él había convertido su feliz hogar en una casa de pensión, el Libra y sus tres amigos se fueron a 

dormir en el suelo del estudio, después de cerrar cuidadosamente con cerrojo la puerta. ¿Él la dejaba 

encerrada fuera a ella? ¿En una casa donde ella pagaba la mitad del alquiler? ¿Y se consideraba equitativo? 

No en vano ella era una científica en cierne. 

 

La Aguadora debió trabajar hasta las tres de la mañana, pero finalmente preparó en el fregadero de la 

cocina, utilizando unos tubos de ensayo para experimentos caseros, una abominable mezcla de productos 

químicos con una base de amoníaco, y después lo vertió cuidadosamente en una pistola rociadora (sí, esto 

sucedió realmente), que accionó a continuación debajo de la puerta del estudio, a la cual ella también le había 

echado el cerrojo por su lado. Afortunadamente, el estudio tenía ventanas, por las cuales los cuatro hombres 

jadeantes huyeron de los vapores que los habían arrancado de su sueño profundo. Al principio pensaron que 

era un ataque de OVNIs. (Es fácil confundir una travesura de Acuario con una agresión interplanetaria.) 

Desde luego, cuando salieron por las ventanasm, pisotearon las ropas y el reloj del hombre Libra, que estaban 

esparcidos por el suelo, esperándolo. Y es comprensible que ambos llegaran tarde a clase, ese día. 

 

Ahora bien, sé que no me creeréis (a menos que seáis un hombre Libra o una mujer Acuario), pero Debra y 

Steve se besaron y se reconciliaron pocas semanas después de ese Encuentro Próximo, y la última vez que 

tuve noticias de ellos estaban estudiando dichosamente juntos su anatomía y su bioquímica. 

 

Es que se aman, veréis. Se necesitan el uno al otro. Porque no hay nadie que pueda curar el corazón 

de ella con tanta ternura como su hombre Libra, con su sonrisa radiante... y no hay nadie que pueda amarlo a 

él, con todos sus defectos y vicios, tan vehemente, leal y fielmente como su versátil Aguadora... y en verdad 

no hay nadie a quien cada uno de ellos pueda respetar desde el punto de vista intelectual tanto como se 

respetan mutuamente. Cuando ella no está disparando pistolas rociadoras por debajo de la puerta del estudio, 

es superinteligente, mimosa y afectuosa, tan amada y deseable como un cachorrillo. Cuando él no se está 

mostrando frío y malhumorado y cruel, es dulce, divertido y sagaz, y muy cariñoso. A esto hay que sumar las 

 

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lasañas caseras de ella. Y el hecho de que él es el único hombre que le dirá «te amo» con auténticas lágrimas 

en los ojos, o que usará sentimentalmente un reloj de pulsera descalabrado con las manecillas inmovilizadas 

definitivamente en la medianoche, porque se lo regaló ella. 

 

Cada vez que esta mujer Acuario riñe con su hombre Libra, me telefonea aproximadamente al 

amanecer, lacrimosa, y pronuncia las mismas palabras conmovedoras: «Me dijo que era mi amigo. Los 

amigos deberían entenderse entre sí, ¿no es cierto? Lo demás no me importa, pero dijo que era mi amigo». 

 

Los Acuario de ambos sexos atribuyen mucho valor a la amistad. Podéis comportaros como se os antoje en 

vuestra condición de amantes o maridos o esposas, pero la amistad debe ceñirse a un código inflexible. Hay 

ciertas cosas que los amigos hacen. Y hay otras que los amigos no hacen. Los amigos no hablan de ti con 

terceros, si no es para alabarte. Los amigos no infringen sus promesas. Los amigos te aceptan con todos tus 

defectos. Los amigos nunca son desleales... y los amigos siempre están a tu lado cuando los necesitas. Los 

Acuario casi nunca se dan cuenta de que su definición de la amistad es intercambiable con la del verdadero 

amor. Los Aguadores nunca piden de la amistad más de lo que están dispuestos a dar en cambio. La única 

diferencia que existe entre los ideales de amistad y amor de Urano consiste en la combinación de sexos 

implicados, y en la Era de Acuario, es difícil trazar la línea de demarcación. 

 

El hombre Libra necesita indefectiblemente paz y armonía en su entorno. En ausencia de ellas, es 

inevitable que se enferme gravemente: física, mental o emocionalmente... o todo al mismo tiempo. Esta es una 

ley inquebrantable de la astrología en lo que concierne a los regidos por Venus. Por consiguiente, la mujer 

Acuario que amé realmente a este hombre deberá empeñarse sinceramente en sofocar sus excentricidades 

(exceptuando las estimulantes e incitantes) y deberá hacer un gran esfuerzo encaminado a traer serenidad y 

sosiego a su relación. Esto no siempre es fácil para la Aguadora, porque el hombre Libra generará 

equívocamente gran parte de sus propias crisis, al esmerarse demasiado por satisfacer a los demás, al trabajar 

afanosamente durante meses y meses hasta quedar al borde del colapso, y al preocuparse por encontrar la 

forma de que todos lo quieran y se quieran, además, entre sí. Intenta comportarse como un Henry Kissinger 

con todos sus amigos, cargando los problemas de éstos sobre sus espaldas... o renuncia a su tentativa de 

ponerlo todo en orden, y malgasta su creatividad, procurando demostrar al mundo que él, por lo menos, hace 

lo que puede... cuando el mundo ni siquiera está enterado de que él anda dando vueltas y vueltas para 

conformarlo. 

 

Cuando se siente insoportablemente frustrado, es posible que se entregue en exceso a las bebidas y 

las juergas, y que después sufra remordimientos por haber descuidado a su mujer, sus estudios, su trabajo, su 

salud física, y así sucesivamente. Los hombres Libra trabajan duro y juegan duro. Tienen un instinto seguro 

para aplacar desacuerdos y mediar en situaciones conflictivas afablemente v sin esfuerzo. Sin embargo no 

parecen poder adquirir la virtud de equilibrar y nivelar recíprocamente sus mentes y sus cuerpos. Durante 

largos períodos este hombre trabajará como sesenta, sín descansar un momento. Después se desplomará sobre 

la cama, y se quedará tanto tiempo quieto que la mujer Acuario que lo ama temerá que haya entrado en un 

trance catatónico, o que haya sucumbido a un ataque fatal de la enfermedad del sueño. Sólo está descansando. 

Esto es todo: sólo descansa. Dejadlo en paz, y pronto volverá a ser el mismo de siempre, una vez que haya 

recuperado sus energías y rejuvenecido su espíritu. Si debéis reuniros con él hacedle oír música, leedle en voz 

baja, cuidad que su habitación esté pulcra y ordenada y resplandeciente y alegre, con mucho aire fresco... y no 

discutáis con él nada negativo. Éste no es el momento adecuado para inducirlo a manifestar su aprobación, 

cuando el pobre hombre está tumbado boca arriba. Durante sus raptos de silencio hay métodos más agradables 

para apaciguarlo. Los métodos de Venus. 

 

El amor, con todas sus variaciones, sin excluir por cierto su aspecto sexual, es tan necesario como el aire para 

el hombre Libra. La amistad, con todas sus variaciones, es tan necesaria como el aire para la mujer Acuario. 

Si él es su verdadero amigo, ella podrá confiar en él de corazón, lo cual le permitirá ser la compañera sexual y 

romántica más ardiente que él pueda desear, aun cuando esté soñando (y este hombre sueña mucho con la 

pasión). Lo inverso también vale. 

 

Si ella es su novia exquisita, si está a la altura de su imagen idealizada de la feminidad (y deja de 

amenazarlo con gitanos imaginarios) y si participa en el acto amoroso con idéntico deseo, él será el amigo 

más leal y fiel que ella pueda esperar (y sus esperanzas son descomunales en lo que concierne a la amistad). 

Es lo que podríais denominar un trueque equitativo, en el cual cada uno le da al otro lo que éste más necesita. 

 

Esta mujer se enfría, en el plano sexual, cuando su amante o marido Libra la ha ofendido de alguna 

manera al infringir su código de la amistad, aunque haya sido fugazmente, en un detalle nimio. Asimismo, a 

este hombre le resulta imposible demostrarle su amor físicamente cuando, pocas horas antes de su abrazo 

 

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nocturno, ella le ha ganado un debate intelectual y lo ha hecho sentirse ridículo por alguna trivialidad. Ambos 

deberán disculparse por estos agravios recíprocos involuntarios, y recordar la antigua advertencia: Nunca 

dejéis que el Sol se ponga sobre la cólera (que no se gestó en los tiempos de vuestra bisabuela, sino dentro de 

la memoria del inconsciente colectivo, simbolizando el trágico crepúsculo en que Set asesinó a su hermano, 

Osiris, causando la primera «puesta del Sol» de la Tierra. En un próximo libro analizaremos cómo existía la 

Tierra antes de entonces, sin crepúsculo. Los Acuario se sentirán fascinados.) 

 

Después los dos, el hombre Libra y su mujer Acuario, deberán dormirse apaciblemente, cogidos de la 

mano, desentendiéndose del amor, y dejando que éste los sorprenda amablemente con su magnitud cuando 

despierten por la mañana. Libra y Acuario descubrirán que su amor sexual los deja más satisfechos cuando lo 

abordan alegre y reverentemente, incluso poéticamente, pero nunca agresiva o imperiosamente. Dos signos de 

Aire hacen el amor ciñéndose a un esquema muy delicado. Cuando sus mentes estén sintonizadas, sus cuerpos 

responderán, y las acompañarán cantando con bella armonía. Cuando sus mentes estén turbadas o 

confundidas, lo único que conseguirán, al forzar el amor, será lacerar su frágil encanto... o congelarlo en el 

hastío. 

 

Será inevitable que estos dos se lastimen de vez en cuando, porque se aman mucho. Pero la vibración 5-9 

siempre renovará su clemencia, si le dan una mínima oportunidad. Este hombre no soporta estar solo: debe 

casarse (o convivir como si estuviera casado), pues de lo contrario lo devorará la frustración. El Libra que se 

resiste a este instintivo anhelo interior, es en verdad un hombre muy desgraciado. Aries, el signo opuesto a 

Libra, vibra al compás de la salida del sol, pero Libra vibra al compás de la puesta del sol. 

 

La hora de la puesta del sol es la de su mayor soledad, cuando él es más vulnerable a su mujer 

Acuario que desea decir: «Lo siento». El resplandor dorado de la luz a la hora de la puesta del sol, cuando 

concluye el día, encierra una conmovedora belleza. Ningún otro tipo de luz puede producirle a Libra tanto 

dolor, cuando no hay nadie especial junto a él, nadie que le tenga verdadera consideración. Envuelto en las 

tinieblas de su tremenda soledad, mira cómo la gente se vuelca del interior de los edificios de oficinas hacia el 

último destello del día. Todos llevan un rumbo menos él... hasta que súbitamente la ve a ella, recortada contra 

un fondo de color rosa dorado, caminando hacia él, vacilante. 

 

Él no había planeado encontrarla tan inesperadamente, pero debería haberlo planeado. En ella todo 

es inesperado. El Libra corre hacia ella... y ella también aprieta el paso. Él se da cuenta de que ella ha estado 

llorando, porque tiene la nariz enrojecida. Lleva una caja muy grande, casi más grande que ella... con una 

sorpresa para él. ¿Qué podrá ser? Creedlo o no (creedlo), es un tren eléctrico comprado en la juguetería

 

F.A.O. Schwarz, de la Quinta Avenida. Esto explica qué es. ¿Y el «porqué»? Él lo había mirado un día en el 

escaparate, durante horas, cuando estaban juntos, y había dicho que era exactamente igual al que Santa Claus 

había dejado bajo su árbol en la mañana de Navidad, cuando tenía nueve años.

Él no sabe si reír o llorar. Así que sonríe. «¿Sabes que estás loca?» Ella asiente con un movimientode cabeza. Lo sabe. «¿Podemos seguir siendo amigos?», le pregunta ella, titubeando. Él reflexiona. «Sólo si 

prometes que vendrás conmigo a casa y me ayudarás a colocar las vías del tren», responde. Entonces ella le 

devuelve la sonrisa. Le hacen señas a un taxi amarillo dorado que pasa por allí, montan en él de un salto, 

cierran las portezuelas... y ella se recuesta contra su hombro en el preciso instante en que el Sol desaparece 

del cielo... justo a tiempo. Pero se salvaron, aunque faltó muy poco para perderlo todo. 

 

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ESCORPIÓN ACUARIARIO 

 

 

Agua - Fijo - Negativo Aire - Fijo - Positivo 

 

Regido por Plutón Regido por Urano 

 

Símbolos: el Escorpión y el Águila Símbolo: el Aguador 

 

Fuerzas nocturnas - Femenino Fuerzas diurnas - Masculino 

 

La relación ESCORPIÓN-ACUARIO 

 

...son muy bravos y difíciles de abordar. 

 

Sí, lo son. Los dos. Y por eso, desde el principio, diré que no voy a tomar partido por ninguno de estos signos 

solares en cuadratura de la configuración de vibraciones 4-10. A lo largo de este capítulo, me propongo 

permanecer en el medio, neutral, como Canadá v Suiza. 

 

Pensándolo mejor, es posible que el medio literal no sea un lugar seguro. Una está al descubierto y 

expuesta a recibir todo lo que estos dos se arrojen recíprocamente, ya se trate de palabras, bates de béisbol, 

bumeranes, yo-yos, aros de bula, frisbees, insultos, cumplidos, furia, respeto... las cosas más inesperadas. 

 

Sin embargo, para seguir adelante, tratando siempre de mantenerme valerosamente en el medio, debo 

admitir que los Acuario son muy bravos, innegablemente, y que los Escorpión son difíciles de abordar,

indiscutiblemente Por tanto, en consecuencia, esto es: como combinación, el Aguador y el Águila son en 

verdad muy bravos y difíciles de abordar. Por separado o juntos, pero sobre todo juntos. 

 

Una se pregunta cómo estos dos se las apañaron para unirse. en primer lugar. Una también se 

pregunta si es sensato que estos dos se unan, en segundo lugar. La cuadratura entre sus signos solares genera 

patentemente un cierto grado de tensión (por ejemplo. cada uno cree que el otro juega con medio mazo de 

barajas, tiene sorbido el seso y está completamente loco... va me entendéis), pero en astrología, la tensión es 

sinónimo de energía (también en física, y por consiguiente, aún más en metafísica). Así que digamos que 

existe mucha... esto... energía (somos prudentes) en cualquier configuración de signos solares 4-10, como 

Escorpión-Acuario. El problema es... no, tratemos de adoptar una actitud positiva... la cuestión es: ¿Qué haránel Águila y el Aguador con este tremendo flujo de tensión (quiero decir de energía) que circula entre ellos? 

¿Lo canalizarán en conflictos absurdos... o en ese tipo de energía poderosa que hace que los molinos de viento 

giren, que los barcos naveguen, que los trenes marchen, que los pájaros vuelen... y que las naves espaciales 

rompan la barrera del tiempo? 

 

El solo hecho de que alguien mire la vida por un extremo del telescopio, y tú la mires por el otro, no es razón 

suficiente para que riñáis y os encrespéis. Si se tratara del mismo telescopio, comprobaríais que os estáis 

contemplando el uno al otro. (Bueno, qué tal! ¡Qué casualidad, encontraros precisamente a vosotros, en 

medio de un telescopio!) Por supuesto, un par de ojos parecería más pequeño, y el otro más grande, porque 

así están hechos los telescopios, pero tú no eres un telescopio. Tú eres un Acuario, y no deberías tener una 

visión tan deformada de todos los Escorpión, tomándolos por granujas furtivos, conservadores, crueles y 

mezquinos. Y tú eres un Águila, que debería dejar de tener una visión tan deformada de todos los Aguadores, 

tomándolos por individuos cuyo hábitat natural es la jaula de los monos, en el zoo, si bien los monos podrían 

protestar, disgustados. Este tipo de energía no le haría dar ni media vuelta a un molino de viento, no movería 

 

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un tren de la estación, ni levantaría a un pájaro de la rama de un árbol, con alas o sin ellas. 

 

Quienes hayáis visto la película Close Encounters of the Third Kind (Encuentros en la tercera fase), en 

cualquier rincón del mundo, recordaréis la duda, el recelo la cautela con qué los científicos de la Tierra y los 

seres humanos comunes miraban a las criaturas que salían de la Gran Nave Madre. Las veían como extraños 

coágulos de gelatina, seres raros, quizá bastante inofensivos aunque no podías estar seguro de ello, con 

formas anómalas y pertrechados con un número ignoto de filosofías posiblemente excéntricas. Es 

precisamente así como el Escorpión típico ve al Acuario típico, tanto si el Aguador ha salido de la Gran Nave 

Madre como si ha salido del apartamento contiguo, de Woolworth's, de una granja vecina, de un funicular 

para esquiadores o del despacho del director. 

 

Acuario tiene una visión igualmente incierta de Escorpión. Estos sujetos parecen relativamente afables y 

tranquilos, pero nunca sabes bien qué es lo que piensan, y esos escasos y raros Escorpión locuaces y alegres 

son aún más inquietantes, porque sabes, sencillamente, que tienen que estar ocultando algo. Además, todos 

poseen esa extraña mirada que te hace sentir que un rayo láser penetra en tu Tercer Ojo... y para ser sinceros, 

en todo tu cuerpo. Siempre parecen estar a la defensiva. Son tan susceptibles que nunca sabes cuál de tus 

palabras podría hacer aflorar esa mirada, y has oído historias extravagantes acerca de lo que son capaces de 

hacer para vengarse si les pisas la cola. 

 

Se entiende que estos dos se aproximen el uno al otro con los cinturones de seguridad bien 

abrochados. Acuario lleva un paracaídas, por si acaso, y Escorpión lleva escondida una pistola de agua, por si 

acaso. No le servirá para nada. La pistola de agua. Acuario no es un signo de Fuego que puedas extinguir 

rociándolo con agua. Acuario es un signo de Aire, y toda tu Agua de Escorpión no bastará para ahogarlo. A 

diferencia de lo que ocurre con el Fuego y el Agua, el Agua y el Aire no son mutuamente capaces de destruirse 

el uno al otro. En verdad, el Agua y el Aire tienden a desentenderse el uno del otro, en el mejor de los 

casos. Observad cómo se desplaza el aire sobre un arroyo, un lago, un río, un océano, un estanque o una 

charca. No sabe que el agua está ahí abajo, ni le importa. Pensad en cómo el agua de lluvia cae a través del 

aire, a través de él, si os place, sin siquiera pedirle permiso, como si el aire no existiera. Sin embargo, cuando 

los elementos Aire y Agua se suman en forma de dos signos solares, y trabajan en verdadera armonía el 

resultado puede ser estimulante, vivificante y embriagante como el aroma de la lluvia fresca, mezclado con el 

aire de primavera, al caer sobre el heno o el césped recién cortado. ¿Existe en la Tierra una fragancia más 

maravillosa y preñada de milagros que ésta? No es necesario que viváis en una granja o en el campo para que 

vuestra respuesta sea afirmativa. Las aceras húmedas de la ciudad, sobre las que acaba de caer la lluvia, 

asociadas con el aire cálido de primavera, surtirán el mismo efecto vertiginoso sobre el alma sensible. Sólo 

pensar en ello me despierta deseos de dejar la máquina de escribir y de correr a algún lugar excitante... ¡a 

cualquier lugar! Pero tengo por lo menos un planeta en Tauro, bendita sea mi hada madrina, y por tanto 

resistiré el impulso, y permaneceré aquí, en mi encierro solitario, martilleando las teclas. Espero (seriamente) 

que este párrafo os haya hecho entender que la asociación entre Acuario y Escorpión encierra mu chas 

posibilidades de belleza, cuando ambos se esmeran. Esto exige un poco de abnegación, pero vale la pena 

intentarlo. 

 

Muchas veces, como les sucede a los 4-10 de cualesquiera signos solares, el Aguador y el Águila confluyen 

en una asociación profesional o familiar. Mucho más a menudo que en una relación amistosa o romántica, 

aunque esta última, si bien es menos frecuente, también puede ser beneficiosa una vez que hayan limado las 

aristas. Una vibración 4-10 exige un esfuerzo adicional, y quizás es por esto que encontramos tan a menudo la 

combinación en situaciones que no dejan muchas otras alternativas: por ejemplo, en las asociaciones 

empresarias y los parentescos consanguíneos... lo cual demuestra que, cuando se trata de sincronizar estos 

asuntos, todas nuestras personalidades superiores son más sagaces que nosotros, pobres títeres, cuyos hilos 

ellas manipulan, pues no confían en que siempre optemos por la alternativa correcta para el bien de nuestras 

almas. 

 

Un pasatiempo del que Escorpión y Acuario disfrutan (o tal vez debería decir que les resulta irresistible) 

cuando están juntos, consiste en sondear sus respectivos secretos. Ambos .son detectives natos, y ninguno 

puede vivir sin saber qué es lo que activa los mecanismos del otro. Se desmontarán recíprocamente, como si 

fueran las ruedecillas de un reloj. Escorpión empleará una táctica sutil, engañosamente despreocupada, y 

Acuario empleará una táctica circunstancialmente grosera y siempre muy franca. Estoy seguro de que los 

 

68 

 

 

Acuario que lean esto protestarán, aduciendo que no les interesan los asuntos ajenos, y que por tanto no son 

fisgones. Es cierto: no les interesan para hacer circular chismes o para emitir juicios de valor, pero sí tienen 

mucho interés en verificar las cosas. en acumular datos, por así decir. 

 

Lo que ocurre es que, si bien tanto a Escorpión como a Acuario les gustaría sonsacarse recíprocamente el 

mayor número posible de secretos, ninguno de los dos quiere que le descifren sus misterios. Obviamente, ésta 

es una situación preñada de posibilidades diversas. Cada asociación individual es distinta, pero normalmente 

el Escorpión le lleva una pequeña ventaja al Aguador a la hora de destapar los secretos ajenos, al mismo 

tiempo que se las apaña para guardar bajo llave sus propias excentricidades y peculiaridades personales e 

íntimas. No siempre, pero sí en la mayoría de los casos. 

 

Otra pequeña dificultad que deberán superar consiste en que tanto Escorpión como Acuario son 

signos fijos. Fijo significa «un poco más acá del límite de la obstinación». Pero cuando digno «más acá», 

hablo desde el lado que corresponde al exceso. Por ejemplo, significa inconmovible. Difícil de mover de una 

posición. El problema, creo, es evidente. La solución exige que uno de ellos, o ambos, tengan la Luna o el 

ascendente en un signo mutable. Esto ayudaría muchísimo. Prácticamente no existe otra solución. Pero 

generalmente la sabiduría de las estrellas garantizará que por lo menos uno de ellos esté influido por 

posiciones planetarias mutables a la hora del nacimiento. (Por supuesto, fijo también significa estable y 

duradero, así que, como todo lo demás, tiene su lado positivo.) 

 

Una diferencia entre estos dos consiste en que Escorpión tiene muy, pero muy buena memoria (sólo la del 

Toro es mejor, en tanto que el Cangrejo está en el tercer lugar), y Acuario apenas consigue recordar si dejó 

aparcado su auto. Sin embargo, esta distracción del genio de Urano viene bien para olvidar viejas heridas. El 

Aguador típico raramente alimentará un rencor o se esforzará por vengarse. A Escorpión le convendría imitar 

este rasgo de Acuario. Del otro lado de la valla, Escorpión es un experto en el refinado arte del autocontrol, y 

aunque no siempre, generalmente domina sus emociones. A Acuario le convendría imitar la compostura y el 

aplomo del Plutón de Escorpión porque el Aguador medio disfruta de muy poco autocontrol y puede 

acometerlo un ramalazo de cólera en la misma forma inesperada en que cae un rayo (aunque normalmente se 

extingue con idéntica rapidez). 

 

Escorpión es propenso a gastar el dinero más lentamente que Acuario (aunque hay excepciones), y 

generalmente sabe dónde y cómo lo ha gastado, en tanto que es posible que los Acuario no recuerden si lo 

gastaron, si se lo robaron o si lo dejaron por azar en una estantería del subsuelo. Los Acuario siempre 

extravían las llaves del auto y la casa, a veces a razón de una por día. Escorpión no se atrevería a perder a 

menudo su llavero, porque de éste cuelgan por lo menos cincuenta llaves, incluidas las de la nevera, el armario 

de la ropa y el cuarto de baño. (A los Escorpión les encanta cerrar las cosas con llave para protegerlas de 

intrusos anónimos. Así se sienten seguros.) 

 

Sea como fuere, con todas sus cualidades entretejidas y enredadas y sus hábitos encontrados, la 

asociación entre Escorpión y Acuario es, potencialmente, un experimento y una experiencia interesante paraambos, e incluso para los testigos y espectadores inocentes. Es educativa... esclarecedora. Existe una 

cualidad que Plutón y Urano confieren tanto a Escorpión como a Acuario... una palabra que describe lainfluencia de estas estrellas sobre la personalidad de ambos: son «imprevisibles». Esta misma palabra sintetiza 

perfectamente todos los resultados posibles de cualquier prueba de compatibilidades entre ellos. Pero niEscorpión ni Acuario lo aceptarían de otra manera. El Águila y el Aguador no son de los que disfrutanapostando a algo seguro. 

 

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Mujer ESCORPIÓN Hombre ACUARIO 

 

Podía desternillarse de risa por algo tremendamente gracioso que le había dicho a una 

estrella, pero ya había olvidado de qué se trataba, o podía aparecer con las escamas de 

una sirena todavía adheridas a su cuerpo, sin poder decir con certeza lo que había ocurrido. 

En verdad era bastante irritante. 

 

Quizá lo que él necesita es un periscopio. Por lo menos sería algo más que nada. Cuando el hombre 

Acuario está impotentemente sumergido en el elemento Agua de una mujer Escorpión porque ésta lo ha 

seducido con los misterios de su «profundidad», no puede dejar de preguntarse qué sucede en el mundo 

exterior, arriba y más allá. Al principio, tal vez no esté seguro de que realmente desea dejar atrás ese 

emocionante mundo verde de 

suspenso romántico, donde nunca sabe, de un día a otro, si le brindarán el espectáculo de unos arrecifes de 

coral pasmosamente bellos, de un increíble tesoro sepultado que refulge y centellea en la media luz, de un 

cardumen de peces de colores que súbitamente pasan nadando y jugueteando... o si pisará una raya 

venenosa... o si quedará atrapado entre las algas enmarañadas de las oscuras depresiones de la mujer 

Escorpión. Vacila en remontarse flotando a la superficie, porque teme no poder volver a encontrar el rumbo. 

Los abismos del océano de Escorpión son siempre movedizos, cambiantes, engañosos... te confunden con su 

singularidad precisamente cuando parecen ser familiares. 

 

De todas maneras, él alimenta unos deseos insoportables de indagar lo que les ocurre a todas las aves y 

 

los marinos y los barcos allá arriba. El periscopio es la única solución durante esta etapa inicial de la relación 

 

con la mujer Escorpión. Equipado con este instrumento, él puede seguir chapoteando por la vehemente 

 

entrega emocional de su relación amorosa, al mismo tiempo que se entera de lo que sucede en el mundo real. 

 

Puede adosárselo a los hombros, y su extremo se mecerá alegremente sobre las olas, mientras el ojo 

 

omnivisor de su lente le transmite una imagen del norte-sur-este-oeste, y así él no se sentirá tan excluido de 

 

todo. 

 

Sin embargo, incluso con un periscopio, el hombre Acuario que necesita una dosis excesiva de aire para 

respirar (simbólica y literalmente, porque tiene mala circulación), puede sentir que a su depósito de paciencia 

se le agota el oxígeno. Los Escorpión tienden a ser posesivos cuando aman, y los Acuario sencillamente no se 

dejan poseer durante algo más que breves lapsos. Pero si él quiere realmente a esta chica enigmática, magnética, 

tal vez descubrirá que es mejor que lo posean y no que no lo posean y lo desposean al mismo tiempo, cosa 

que le sucederá cuando la ofenda pidiéndole demasiada libertad. Entonces a ella dejará de importarle a dónde 

va o lo que hace, e incluso es posible que se comporte como si él no estuviera aún entre los vivos. De nada 

servirá golpearle la puerta, telefonearle o escribirle cartas. ¿Por qué habría de atender el teléfono o la puerta 

cuando llama un ente qué no existe... o por qué habría de leer las cartas de un hombre invisible? La frigidez 

glacial de una Escorpión enfadada o herida puede dejar al Aguador con el corazón congelado, y la 

congelación puede ser grave. Tal vez él desee que ella vuelva a ser posesiva. Ciertamente era más agradable 

andar nadando por su «abismo» fresco y sereno que tiritar frente a su desaprobación. 

 

Por supuesto, probablemente el gélido desapego de la Escorpión es una simulación, y le sirve para 

defenderse de nuevos sufrimientos. Es la táctica que ella emplea para darle una lección inolvidable. Cuando 

otras personas se tornan invisibles para el Escorpión, generalmente siguen siéndolo, pero cuando está 

implicado el corazón de ella, es posible que intente esgrimir la misma venganza, y que después se arrepienta 

pero no sepa cómo detenerse, hasta que el proceso se transforme en una situación de silenciosa angustia, tan 

desagradable para ella como para él. Una traba emocional. Pero si hay alguien capaz de romper cualquier tipo 

de traba, ese alguien es él. Su talento más refinado consiste en romper cosas: en romper la ortodoxia, en 

romper las convenciones, en espantar a la gente con los rayos de Urano y las sierras sin fin de sus comentarios 

y su comportamiento extravagantes, totalmente inesperados. Él la arrancará bruscamente del callejón sin salida 

en el que se ha atascado su romance, valiéndose para ello de alguna excentricidad uraniana, y después 

podrán volver a nadar juntos, esta vez con más cautela. Esperemos que ella haya aprendido la valiosa lección 

de que él sólo puede soportar una dosis reducida de vehemencia emocional. Si no, pierde el escaso dominio 

que ejerce sobre su autocontrol. No es ni remotamente un experto en autodisciplina, como ella. Y esperemos 

que él aprenda que, aunque los sentimientos de Escorpión pueden bullir y arder por dentro, su talante (excepto 

en raros casos de debilidad) se mantiene compuesto y plácido. Cuanto más callada está esta mujer, tanto más 

ofuscada se siente. 

 

El Aguador rechaza estos disfraces. Cuando él esté realmente alterado, ella no necesitará adivinarlo. 

 

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Se lo manifestará con mucha claridad. Sin embargo, si bien es posible que el Acuario no use una máscara para 

ocultar sus emociones más volubles, también es verdad que le gusta sorprender a la gente. No siempre 

proclamará sus pensamientos en voz alta, por un par de razones. Unas veces, sus pensamientos entran y salen 

de su mente con tanta rapidez que no atina a recordarlos, y menos aún a expresarlos verbalmente. Otras veces, 

se abstiene prudentemente de decir lo que piensa, porque intuye que dentro de pocos minutos cambiará de 

idea, ¿así que por qué derrochar energías enunciando algo tan efímero? En otras oportunidades, se reserva sus 

pensamientos porque cavila secretamente que es regocijante ver la expresión de asombro, o de estupor, que 

ella adopta cuando él dice o hace algo especial, totalmente imprevisto. (No podemos culparlo por ello: nada es 

más placentero que obligar a un Escorpión a manifestar sorpresa.) 

 

Ella se quejará durante semanas de que -el auto parece un mamarracho y funciona mal, sin conseguir 

arrancarle una sola palabra de comprensión o aprobación, mientras su mirada inexpresiva y ausente indica 

que está meditando en muchas otras cosas y que ni siquiera la ha escuchado. Entonces... ¡ZAS!... una 

maravillosa mañana alucinante ella mirará por la ventana para verificar el estado del tiempo, y un auto nuevo 

se habrá materializado repentinamente en el patio del frente... pintado de su color favorito: granate oscuro. 

Cuando ella corra a abrazarlo y darle las gracias, él fingirá inocencia, alegará que no sabe cómo llegó allí e 

insistirá en que ha sido obra de los duendes. 

 

Algunas personas dicen que los Acuario son locos, pero la mujer Escorpión que ama a su Aguador 

descubrirá que ésta es una forma prodigiosa de locura, que la ayuda a emancipar su espíritu para emprender 

un viaje emocionante por esa forma de libertad de expresión de la que ella carece... aunque tenía un carácter 

independiente antes de conocerlo. Los Escorpión viven su vida personal como les place, y se niegan a ceñirse 

en privado a las normas ajenas sobre buena conducta. Pero Plutón la persuade para que exhiba sus auténticas 

emociones, o para que traduzca en palabras sus sentimientos más profundos, al mismo tiempo que la alienta 

a comportarse de una manera netamente individualista, desdeñando aparentemente todo control sobre sus 

actos. Esta última cualidad es una de las que forjan el vínculo de simpatía entre el Águila y el Aguador. El 

hombre regido por Urano también desprecia las exigencias de la sociedad que pretende hacerle acomodar su 

vida privada a las opiniones de los demás. La diferencia consiste en que la independencia de él es 

patentemente visible en público, en tanto que ella sólo expone la suya (generalmente) a puertas cerradas. Por 

tanto, la mayoría de sus desacuerdos giran en torno de las travesuras públicas de él, y no de su conducta 

privada. Sus excentricidades la abochornan tremendamente cuando tienen por testigos a amigos, parientes, 

vecinos o extraños, pero cuando están solos, le sonríe con admiración. Esto puede ser desconcertante, hasta 

que él lo aclara. 

 

La compulsión vengativa de Plutón que induce a esta mujer a la revancha puede manifestarse años 

después del agravio que la generó, porque Escorpión siempre está dispuesto a esperar el momento oportuno.

Conocí a una dama Águila que se sintió encolerizada y lastimada, con razón, por la forma en que su amigo 

Acuario la abandonó y más tarde se enamoró de una chica Libra... delante de sus narices. Entonces no hizo 

nada más que replegarse estoicamente, en silencio. Pero un par de años más tarde, se le presentó la 

oportunidad de saborear la dulce venganza cuando tropezó con la chica Libra, que acababa de reñir con el 

Aguador. Escorpión pasó el día íntegro enumerándole a la ofuscada Libra todos los defectos y vicios que 

había observado en él cuando había sido su amante. Las anécdotas eran básicamente verídicas, pero las relató 

astutamente fuera de contexto, para que parecieran mucho peores de lo que en realidad eran. Aunque el 

hombre Acuario no lo supiera, el aguijón de la Escorpión por fin había picado, como una reacción nuclear 

diferida. La chica Libra, que antes había creído que su Acuario era tan bondadoso, tan especial, nunca pudo 

volver a sentir lo mismo respecto de él. Esta mujer Escorpión específica es una persona bastante tímida, 

simpática, dotada de una gran reserva de lealtad. Sin embargo, Plutón no la dejó descansar hasta que igualó 

los tantos en el marcador de su relación amorosa, en un empate cero a cero. 

 

Es posible que lo que los atraiga cuando se encuentren por primera vez no sea la química sexual. Es más 

probable que sea algún otro tipo de vínculo, un interés mutuo raro e inusitado, quizás algún deber u 

obligación que comparten... o el mismo tipo de trabajo. Ella aprobará los ideales humanitarios de él, pero 

quizá preferiría que pasara menos tiempo difundiéndolos con su legión inagotable de amigos y que le 

dedicase más tiempo a ella. Gradualmente, la relación se tornará más emocional, y la pasión no vendrá mucho 

más rezagada. Él deberá tomar conciencia de que la sexualidad de Escorpión es honda y vehemente, pero no 

necesariamente promiscua, como tal vez le han contado. Es posible que una mujer Escorpión que ha sido 

agraviada entable amoríos informales, porque la deslealtad del hombre que amaba fielmente —o que creía 

amar— ha desquiciado su pureza inicial. Pero la mujer Escorpión típica aborda el sexo en un sentido casi 

 

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religioso, y capta inconscientemente, de una manera indefinible, su poderío potencial y su afinidad con la 

verdad espiritual. 

 

Ella deberá saber que la actitud de Acuario respecto del acoplamiento entre el hombre y la mujer es casi 

de curiosidad objetiva, sin que esto ponga en tela de juicio su atractivo personal femenino. Incluso después de 

que la familiaridad cada vez mayor haya profundizado la necesidad que experimentan el uno del otro y haya 

agudizado sus deseos físicos, la Escorpión comprobará que este hombre es un amante mucho más 

satisfactorio cuando ella le ha demostrado que es realmente su amiga en todo otro sentido. Sólo cuando la 

amistad haya quedado cabalmente confirmada, el Aguador volverá toda su atención hacia la expresión física 

del amor. Sólo se siente suficientemente cómodo para brindar y recibir la satisfacción sexual cuando está en 

compañía de una mujer en la que puede confiar íntegramente. 

 

La vida doméstica, su lugar de residencia, sus carreras, sus respectivas familias... uno de estos elementos, o 

todos ellos, son a menudo los factores más sobresalientes de tensión o armonía entre Acuario y Escorpión. La 

brega por una coexistencia pacífica será mucho más fácil si sus luminarias natales (Sol y Luna) se encuentran 

en un aspecto positivo, y considerablemente más difícil si se encuentran en un aspecto negativo. Quizá haya 

momentos en que ella sea proclive a permitir que el recuerdo de infortunios y desengaños pasados encauce su 

actitud presente hacia las aguas amargas del resentimiento. Pero él recordará muy poco del pasado, incluido el 

pasado inmediato, y no alimentará ningún pesar por los errores en que pueda haber incurrido durante los 

ayeres de su vida... porque su rumbo está trazado en dirección al mañana. Uno de los pocos recuerdos que 

conservará desde hace mucho tiempo, con alguna nitidez, será la conmovedora imagen de la primera chica 

que creyó amar: una imagen idealizada, vaporosa y frágil... ciertamente nada que su mujer Escorpión deba 

temer o aborrecer, dada su capacidad casi hipnótica para hacer desaparecer a las rivales (si recurre a ella y 

comprende que la lleva dentro, lista para ser usada). 

 

Hay algunos Acuario, influidos a su vez por ciertas posiciones planetarias en Escorpión, que 

rumiarán rencores ocasionales, pero el Aguador típico está demasiado fascinado por los desafíos que ve en el 

futuro para derrochar energías echando miradas resentidas por encima del hombro. Probablemente le 

concederá a ella, complacido, mucha libertad, pues conoce el valor de ésta, que es uno de sus bienes más 

preciados. Como no está hecho de piedra, es posible que se muestre celoso de cuando en cuando, pero no sin 

un motivo muy concreto, en tanto que a ella quizá le bastará un leve indicio para concebir sospechas. 

Posiblemente sus angustias carezcan de fundamento, porque el Acuario que puede confiar en el hecho de que 

su esposa también es su mejor amiga casi nunca será vulnerable a los coqueteos experimentales, una vez que 

se haya comprometido. Sin embargo, si lo acusan reiterada e injustamente en el contexto de las que no son 

más que amistades platónicas, no será renuente a fingir un amorío que en realidad no existe, sólo para 

demostrarle a ella que no es correcto poner en duda más de una vez su palabra de honor. Éste es uno de los 

rayos de la reacción imprevista de Urano, curiosamente parecidos a la picadura vengativa de Plutón. 

 

Dentro de la mujer Escorpión hay una magnitud inconmensurable de deseos y emociones reprimidos; dentro 

del hombre Acuario existe una reserva inagotable de emoción e ideas inventivas irreprimibles. Sin embargo, 

a pesar de sus diferencias, ambos se caracterizan por su confianza en sí mismos y por su fuerza de voluntad, 

y ésta es la razón por la que tal vez resolverán convivir definitivamente... pues donde hay suficiente 

voluntad, la sabiduría del corazón siempre puede hallar la forma de imponerse. 

 

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Hombre ESCORPIÓN Mujer ACUARIO 

 

Una extraña sonrisa aleteaba por su rostro, y Wendy la vio y se estremeció. 

 

Dada su intuición (y es fabulosamente intuitiva), la chica Acuario no debería tardar mucho en descifrar el 

significado de las sonrisas de este hombre. Como sus rasgos están sujetos al implacable control de Plutón, 

cada vez que permite que una expresión fugaz cruce por su rostro, ésta tiene una intención definida. Nunca 

arquea una ceja innecesariamente, sin un cálculo previo. Cada guiño, parpadeo e inclinación de cabeza ha sido 

planeado por una razón precisa. Escorpión casi nunca frunce el entrecejo. La mirada indiferente de Escorpión 

sustituye a este fruncimiento al que recurre la mayoría de las personas cuando están disgustadas. Mejor dicho, 

sus facciones os encaran indiferentemente, si es que me entendéis, sin dejaros entrever lo que piensa. Sus ojos 

contienen el secreto, pero cuando sus emociones están encrespadas. os miran con tanta fijeza hipnótica que 

aunque os dejen atisbar lo que sucede dentro, caéis en un trance que os hace olvidar inmediatamente lo que 

creísteis estar a punto de saber. 

 

Sus sonrisas son la más complicada de todas las claves, la más difícil de traducir para el aficionado 

(un poco más fácil para la mujer Acuario). Una es la sonrisa conmovedora, que contiene todo el júbilo 

inocente de la infancia, la que acostumbraba a lucir cuando era niño, antes de aprender el truco de la 

impasibilidad: aflora tan esporádicamente que ella nunca sabrá con certeza si la vio realmente o si sólo la 

soñó. (Es auténtica. Aunque sea esporádica y fugaz, es auténtica. No la soñó.) Otra es su sonrisa rápida y 

ancha (deberéis mirar deprisa, u os la perderéis) de placer, dicha y aprobación: la concede tan raramente que 

es una bienaventuranza aún mayor cuando la exhibe... como si hubierais ayunado durante muchos días, y por 

fin os dejaran paladear extáticamente el sabor de una sola pasa de ciruela deliciosa, o de un sorbo de zumo de 

pomelo, que equivale a un banquete. Y además están sus risas, pero las que duran un rato son tan suaves y 

moduladas que apenas podéis oírlas... y las que son potentes y alegres transcurren vertiginosamente en tan 

pocos microsegundos que a la memoria le resulta difícil retenerlas, aunque su efecto hechizador, perdurable, 

continúe latente, como el de los mensajes subliminales que a veces pasan por la pantalla de los cines y os 

hacen salir al vestíbulo para comprar palomitas de maíz, aunque el ojo y el oído no vieron ni oyeron nada. Y a 

veces, aquellas risas son potencialmente tan peligrosas como estos mensajes. 

 

Por último, pero no porque sea menos importante, está su sonrisa... bueno, «siniestra» es un adjetivo 

crudo. y sólo deberíamos aplicarlo al hombre Escorpión que pertenece 4 la categoría de los lagartos grises no 

evolucionados... así que diré, en cambio, su sonrisa de advertencia, la que dice, una vez que habéis descifrado 

su clave: «Cuidado, mujercita. Estás al borde del precipicio al que se llega cuando alguien me hostiga demasiado, 

y eso no es prudente, porque tal vez debería darte una lección, que preferiría no darte, pero que te daré 

si no me queda otra alternativa». 

 

Me siento obligada a interrumpirme aquí para pedirle a la chica Acuario que lee estas páginas que vuelva al 

quinto párrafo de la sección Hombre Libra - Mujer Acuario del capítulo Libra-Acuario de este libro, y que se 

pregunte qué es lo que imagina que haría un hombre Escorpión en las circunstancias allí descritas. Se trata de 

una excelente meditación para precaverla. No llegaré al extremo de decirle que podría salvarle la vida (aunque 

en circunstancias extremas podría salvársela), pero sí salvará su romance, su amorío o su matrimonio con unÁguila. Así que... lee y reflexiona. ¿Qué ocurriría si la víctima de una travesura uraniana de este tipo fuera un 

hombre Escorpión en lugar de un hombre Libra? Es una idea realmente alarmante, ¿verdad?

 

Es interesante que a veces los ojos de la chica Acuario consigan desconcertar incluso al Águila,, y ésta ya 

es una hazaña impresionante. Ella no lo mirará fijamente con una expresión penetrante que le quema hasta el 

alma, como él la mira a ella. Su truco es distinto. Los ojos de Acuario pueden nublarse súbitamente, sin aviso 

previo, con una especie de bruma. Como si fuera un velo. O varios velos superpuestos. Aunque él agite -las 

manos delante de ella, no conseguirá hacerla parpadear. Aunque grite: «¡Se incendia el edificio!» (a modo de 

prueba), su expresión soñadora se mantendrá inmutable, como si no lo hubiera oído. Es lógico que sea así. No 

lo oyó, literalmente. Cuando esta mujer tiene una mirada ausente, ni siquiera un Escorpión puede seguirla al 

lugar reflejado en sus ojos. Está en algún punto situado más allá de la Vía Láctea, más allá de todos los arco 

iris... quizá flotando en Espiga, en Arturo o Urano, pero ciertamente no en esta Tierra, no en este mundo. Lo 

frustrará, y bien merecido lo tiene. Era hora de que aprendiese lo que sientes cuando te quedas frustrado en un 

juego de escondite. 

 

Después de estudiar minuciosamente a la chica Acuario, el Águila decidirá que admira su 

 

73 

 

 

independencia, su individualismo y su inconformismo. Estas cualidades armonizan con las suyas. Por 

supuesto, ella las exhibe en público más de lo que él acostumbra a hacerlo, con una vergonzosa falta de 

sutileza y discreción. De todas maneras, él la respeta secretamente por el empeño que pone en hacer lo que se 

le antoja y en ser como es, por el desparpajo con que le dice al mundo que se vaya a hacer gárgaras v que la 

deje saltar en paz a la pata coja. Aunque se trate de una de las Acuario más tímidas y calladas, con modales 

delicados y femeninos, y con voz susurrante de melaza, a esta dama nacida bajo un signo solar fijo no podréis 

obligarla a hacer nada que no desee hacer realmente, y tampoco podréis inducirla a modificar un ápice su 

conducta con el argumento de que «la gente habla». Se limitará a encogerse exquisitamente de hombros y 

dirá: «Deja que hable. No son mis propietarios. Yo soy dueña de mis actos». Y lo es.

 

Resulta fácil entender por qué su actitud atrae tanto al Águila, que también es dueño de sus actos. Es 

posible que él se adapte exteriormente a lo que la gente espera de un terráqueo normal en una habitación 

atestada de personas, pero cuando esté solo, en el bosque, en su casa, o en cualquier otra parte, hará 

exactamente lo que se le antoje, así como siempre piensa exactamente lo que se le antoja. 

 

Como la suya es una vibración de la configuración de signos solares 4-10, es posible que también haya otras 

causas para que se despierte el interés inicial entre un hombre Escorpión y una mujer Acuario. Elementos 

relacionados con la carrera de él o de ella, con sus familias, con su trabajo, o algo raro. Insólito, fuera de lo 

común, como podría serlo la fascinación de ambos por los viajes astrales, las ranas, los elefantes o el rey Tut. 

 

Un amorío o un matrimonio entre estos dos nunca dejará de ser algo menos que instructivo, esclarecedor 

e interesante. Quizá no sea armonioso, por lo menos al principio, pero siempre se puede alcanzar la armonía 

mediante la aplicación de la sabiduría astrológica, y generalmente los conflictos entre ellos serán de esos que 

estimulan el desarrollo y el crecimiento de los sentimientos y el intelecto. 

 

Acuario está delante de Escorpión en la rueda kármica de la vida. Por tanto, él tiene mucho que aprender 

de ella respecto de la vida, aunque no lo confesará ni en mil millones de años. Sin embargo, es 

suficientemente sagaz y sensible para intuirlo, y la imitará en silencio mucho más de lo que está dispuesto a 

admitir, incluso en una conversación consigo mismo. La mayor naturalidad con que ella aborda los 

problemas, su capacidad para perdonar y olvidar, la forma despreocupada en que se desentiende de las 

desdichas y la amargura antes de que las unas y la otra tengan tiempo de grabarse en el banco de su memoria, 

la displicencia de Acuario que salvaguarda la ductilidad de sus emociones íntimas... todas éstas son 

cualidades que a Escorpión le convendría adquirir. 

 

No obstante sus modales cautivantes de genio distraído y su inocente curiosidad tipo Alicia en el País de 

las Maravillas, esta mujer tiene su t-e-m-p-e-r-a-m-e-n-t-o que, a veces, puede ser tan devastador como un 

tornado. Es posible que cuando se sienta expuesto por primera vez a sus efectos, el hombre Escorpión se 

repliegue sorprendido. (Un Escorpión... replegándose? Sí.) No se trata de que el temperamento por sí solo lo 

asuste. El de ella puede parecer un tornado, pero el de él se asemeja a un volcán en aquellas raras ocasiones en 

que entra en erupción. Pero basta una nimiedad para desencadenar las escenas de ella (que son tan poco 

frecuentes como las de él), en tanto que él siempre tiene una razón sustancial para perder la calma, y esto sólo 

después de haber controlado durante mucho tiempo su furia interior bullente. En este contexto, a ella le 

convendría emularlo a él. A todos los Acuario les vendría bien un poco más de control. Si ella desea 

conservar su respeto, tendrá que poner freno a los tornados y deberá aprender a imitar el aplomo de él, sobre 

todo en público. 

 

La dimensión sexual de su relación puede consistir ya sea en una competición constante de deseos 

encontrados, o en un dulce mensaje de amor entre ambos. Es mucho lo que depende de la armonía emocional 

pronosticada por el aspecto Sol-Luna de sus cartas natales. Si el Sol de él está en un aspecto negativo con la 

Luna de ella, o viceversa, la reacción displicente de ella durante el acto amoroso apenas rozará la superficie 

del apetito de satisfacción de él, que es más profundo... y la forma reconcentrada en que él aborda la 

expresión sexual determinará que ella se sienta tensa, cuando debería sentirse relajada y dichosa. Sin 

embargo, si sus luminarias están en aspecto positivo, su acto amoroso puede ser memorable por la forma en 

que remueve la ternura intercambiada entre ambos. 

 

Una diferencia importante entre sus actitudes consiste en que Escorpión tiende a implicarse de manera 

vehementemente emocional en el acto físico del amor, en tanto que Acuario nunca parece desprenderse por 

completo de la actitud de no implicación emocional, propia del signo de Aire. Es como si una parte de ella 

 

74 

 

 

estuviera activa y entusiásticamente comprometida en la demostración física de sus sentimientos, mientras 

otra parte se mantuviese desapegada y objetiva. Además, la mente de Acuario es propensa a cambiar de nivel 

de conciencia más rápidamente después de la compenetración total, en tanto que la mente de Escorpión 

necesita regresar flotando a la Tierra de una manera más gradual, desde las cúspides de la pasión. 

Obviamente, pues, recae sobre ella la responsabilidad de hacer un esfuerzo consciente encaminado tanto a 

conservar la forma singular de intimidad espiritual que sigue a la unión física... como a adaptarse al lapso de 

contigüidad que necesita él, sin «partir» súbitamente, como si cogiera un avión rumbo a Alaska, dejándolo a 

él atrás, y despidiéndose con un ademán. En términos simbólicos, claro está. Siempre hay que tomar en 

cuenta la compulsión vengativa de Plutón. Un Escorpión es muy capaz de cobrarse este tipo de deserción 

romántica cogiendo literalmente un avión rumbo a Alaska, una mañana, después de haberse sentido 

sexualmente postergado en suficientes ocasiones... o, peor aún, embarcándose en una barca lenta rumbo a 

China. Es posible que la mujer Acuario que lo ama deba recibir una dura lección para aprender que es mejor 

tratar las emociones ultrasensibles y los sentimientos quisquillosos de su Escorpión con un poco de 

compasión y comprensión adicionales, que quedarse sola y conversando consigo misma. ¿Cómo podrá 

localizarlo en China? Claro que los Acuario son detectives natos, pero ni siquiera Sherlock Holmes podría 

encontrar a un Escorpión que desea esconderse en una pagoda. 

 

El hombre Escorpión y la mujer Acuario que se aman, colocarán la carrera de él (y la de ella), a la cabeza de 

 

su lista de objetivos. Tratándose de estos dos, el segundo lugar lo ocupará siempre un hogar seguro. El 

 

tercero corresponderá a la familia de él y de ella. Después, prestarán consideración a sus deseos, esperanzas,

 

sueños y anhelos más personales. Éste es el esquema general al que se ciñen todas las parejas de signos 

 

solares 4-10, cualesquiera que sean sus fechas de nacimiento o sus signos solares, cuando su asociación 

 

genera la combinación de estas vibraciones 4-10 «profesionales-familiares». 

 

La mujer Acuario siempre está preparada para un cambio de ritmo, un cambio de idea o un cambio de 

 

conversación. Escorpión no pasa tan fácilmente de una marcha a otra, pero Plutón lo ha pertrechado con 

 

suficiente paciencia y tolerancia para sintonizarse correctamente con el promedio de cambios de frecuencia 

 

de la Acuario, cuando se esfuerza en ello. (Los Escorpión pueden lograr cualquier cosa cuando realizan un 

 

esfuerzo a la manera de Plutón.) 

 

El hombre Escorpión está lleno de contradicciones, misterios y humores inesperados. La Aguadora 

se parece mucho a él, excepto en lo que concierne a los misterios. La influencia de Urano la ayuda a captar 

intuitiva y casi instantáneamente las vibraciones de él. Y así, no están tan distanciados como podría parecer al 

principio. De lo que más deben precaverse es de la fijeza que comparten como signos fijos. A ambos les 

resulta difícil disculparse. Ambos tienden a expresar su arrepentimiento con actos, y no con palabras. 

Escorpión opina, como el poeta, que «cuanto menos se dice antes se enmienda». Sin embargo, cuando trate 

con su dama Acuario, será prudente que recuerde la advertencia de Ben Jonson: «El silencio de una mujer es 

como la palabra de un hombre». 

 

Cuando esta chica calla, es hora de que se pregunte en qué dirección giran los engranajes de Urano, 

porque puede estar seguro de que trama algo inesperado. Como cambiar su nombre, pintar la casa de púrpura, 

adoptar un huérfano vietnamita, inscribirse en un curso nocturno de programación de computadoras, o quizá 

sugerirle que cojan un avión rumbo a Alaska o una barca lenta rumbo a China... juntos. ¿Por qué rumbo a 

Alaska? ¿Quién sabe, tratándose de Acuario? Tal vez quiera impetrar un deseo a la aurora boreal, o 

regodearse bajo el sol de medianoche. ¿Por qué rumbo a China? Ella siempre quiso ver la pagoda donde él se 

refugió cuando la abandonó, aquella vez que riñeron... para después volver enigmáticamente, porque aún no 

había armado ese rompecabezas que era ella. Escorpión nunca ceja, hasta que ha elucidado el misterio. 

 

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SAGITARIO ACUARIO 

Fuego - Mutable – Positivo Aire - Fijo - Positivo 

Regido por Júpiter Regido por Urano 

Símbolos: el Arquero y el Centauro Símbolo: el Aguador 

Fuerzas diurnas – Masculino Fuerzas diurnas - Masculino 

 

La relación SAGITARIO-ACUARIO 

 

...sentados en taburetes, arrojando pelotas al aire, empujándose entre sí, saliendo a caminar y 

volviendo... 

 

El Centauro y el Aguador bailan al son vivaz de los redobles de la Gran Banda (configuración de signos 

solares) 3-11 amistosa y kármica. Vibran juntos, a veces ruidosamente, un poco extravagantemente, pero de 

manera excitante, como están destinados a hacerlo el Fuego y el Aire, generando chisporroteos de ideas y 

ráfagas de excentricidad fabulosa, provocándose a ratos con su insolencia recíproca, embotando un poco en 

otros momentos sus respectivos filos... y desconcertándonos siempre a todos los demás. 

 

Los Sagitario no pueden dejar de ser básicamente alegres, porque son optimistas natos. También son 

escépticos natos. Es difícil hacer malabarismos, simultáneamente, con las cualidades contradictorias del 

optimismo y el escepticismo, pero los Centauros se las apañan. Así son los signos que la astrología denomina 

«dobles», o signos solares de «dualidad». Como Sagitario es mitad caballo, mitad Arquero humano, los 

Sagitario son, por consiguiente, mitad alegres, mitad tristes. Mitad frívolos, mitad serios. Mitad tontos, mitad 

sabios. Mitad payasos y mitad filósofos. No son exactamente clones humanos, como los Géminis, pero sin 

embargo son duales. 

 

Acuario no es un signo astrológico de dualidad, y por tanto los Aguadores no nade-ron, como Sagitario, 

bajo la influencia de un signo «doble», aunque a veces son aún más divergentes y contradictorios que los 

Arqueros. La dualidad no les basta realmente a los hombres y mujeres regidos por Urano. Cuando lidias sólo 

con dos partes de ti mismo es fácil que te aburras. El Acuario típico tiene más o menos una docena de 

personalidades. Sería mundano tener sólo un par, y Acuario es un signo desprovisto de todo vínculo con lo 

mundano. Los Aguadores desafían la mediocridad (y aborrecen la hipocresía), porque están más 

estrechamente asociados con lo maravilloso, con todo lo mágico y demencial. En una palabra, son diferentes. 

 

Cuando la esencia de la contundencia de Júpiter (Sagitario) se combina con la naturaleza imprevisible de 

Urano (Acuario) pueden generarse algunas expectativas inesperadas. Por ejemplo, ¿recordáis que siempre os 

digo que a los Acuario les encanta sorprenderos, y que pocas veces os cuentan lo que se proponen, porque 

prefieren tomaros desprevenidos? Bueno, es cierto. A los Acuario les encanta sorprender a la gente. Pero 

suelen estropear las sorpresas que a otros les gustaría montar. (Si ellos no pueden sor-prenderos, ¡cuidarán 

que ningún otro lo consiga!) A finales del verano de 1978, una dama californiana urdió, con muchas semanas 

de anticipación, planes minuciosos e intrincados para sorprender a una buena amiga con una fiesta de 

cumpleaños. Invitó a todos sus queridos amigos .e íntimos de Hollywood, y consiguió mantener el festejo en 

secreto, entre nous... hasta que el teléfono de la inocente invitada de honor sonó un par de días antes de la 

reunión. Era la actriz húngaro-norteamericana Zsa Zsa Gabor (Zsa Zsa es Acuario, con poderosas posiciones 

Sagitario en su horóscopo). «¡Querida! —exclamó la Aguadora húngara—. ¡Lo siento muchísimo, pero el 

sábado por la noche estaré fuera y no podré concurrir a la fiesta que te ofrecerán por sorpresa!» La anfitriona 

habría estrangulado alegremente a la adorable y encantadora Gabor. Es comprensible. 

 

Lo que no es comprensible, en cambio, es la forma en que una dama Virgo solitaria se las apañó para criar 

a tres hijas Acuario. Pero lo estoy planteando al revés, a la manera de Urano. ¡Lo que quiero decir es que Zsa 

Zsa y sus dos hermanas, Eva y Magda Gabor, son las tres unas Aguadoras traviesas pero brillantes, chaladas 

 

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pero mágicas! Su madre, Jolie Gabor, es Virgo. Todos deberíamos enviar a Jolie tarjetas de condolencia. Por 

lo menos tarjetas mentales de condolencia. Toneladas de tarjetas. ¿Podéis creerlo? Deberían condecorar a esas 

mujeres... a las madres de cualquier signo que se las arreglan para criar a tres Acuario bajo el mismo techo, 

sobre todo si son de sexo femenino. En verdad, el hecho de lidiar con cualquier mezcla de varones y chicas 

regidos por Urano implicaría un desafío suficiente como para merecer por lo menos una cintita azul al valor. 

Particularmente cuando uno de ellos es una combinación de Acuario y Sagitario. Nadie sabría qué esperar a 

continuación, excepto más sobresaltos. (¿Notasteis que, en inglés, basta intercambiar la «p» con la «c» para 

que «expect», o sea «esperar»,, se convierta en «except», o sea «excepto»? Los Acuario lo han notado. Ellos 

notan éstas cosas.) 

 

Si un astrólogo pudiera sintetizar la sabiduría planetaria en una breve frase para asesorar 

a Sagitario y Acuario acerca de la forma de lograr una convivencia pacífica, les aconseja-

ría hacer un gran esfuerzo (no sólo pensar en él, y aprobarlo en principio, sino HACERLO) 

para mantenerse tranquilos, serenos y sosegados en todas y cada una de las circunstancias. Muy pocas 

palabras. Pero vitalmente importantes cuando se trata de estos dos terráqueos. Sagitario es un signo de Fuego, 

y por tanto muy volátil. Quizá no Cm combustible como Aries, pero igualmente volátil. Cuando el Aguador 

(recordad que Acuario es un signo de Aire) se pone un poco ventoso y aviva las llamas de la naturaleza 

fogosa del .Arquero... la conflagración resultante fustigará el Aire de Acuario hasta transformarlo 

auténtico huracán de furia. Cualquier persona con buen oído que esté por casualidad a pocos centenares de 

metros del lugar donde se desarrolla el conflicto pensará que han aterrizado los OVNIs, listos para lanzar un 

ataque. Los encuentros próximos estos dos se parecerán realmente, a ratos, a una guerra en gran escala. O a 

una invasión. 

 

Normalmente, el Aguador de sexo masculino o femenino es un alma benévola, tolerante, que se ajetrea 

dichosamente con tonterías y genialidades, dispuesta a vivir y dejar vivir, sin molestar a nadie v 

comportándose de una manera encantadora, agradable, incluso fascinante. Normalmente, el Arquero de sexo 

masculino o femenino es un alma despreocupada, alegre y cordial, igualmente tolerante con todo y con todos, 

que brinca como un balón o un aro de hula hoop, sonriendo y haciéndose querer. Cuando tropiezan el uno con 

el otro rumbo a la Feria Campesina, a la Sociedad Protectora de Animales o a una asamblea de ecologistas, se 

tornan aún más alegres, vivaces y cordiales. Durante la mayor parte del tiempo su asociación es danzarina y 

rebosa simpatía. Sólo esporádicamente sucede, por casualidad, que el Aire de Acuario aviva en exceso el 

Fuego de Sagitario. y que el Fuego de Sagitario fustiga el Aire de Acuario y provoca una reacción frenética.

Éstas son las excepciones, no la regla. Pero es mejor estar prevenidos. 

 

En términos generales, la vibración 3-11 favorece al Arquero y el Aguador con una base para la amistad 

auténtica debajo de cualquier razón exterior que exista para su relación, tanto si son simplemente amigos (en 

cuyo caso serán muy buenos amigos), como si son parientes, socios, amantes o consortes. Por tratarse de una 

vibración en sextil, también les suministra muchas oportunidades para reconciliarse y empezar de nuevo en 

aquellas oportunidades en que riñen, guardando poco o ningún rencor por los pasados resentimientos mutuos. 

Estos generalmente terminan por avenirse, merced a las implicaciones kármicas de la configuración de signos 

solares 3-11 (véase la sección de configuraciones de signos solares al final de este libro). 

 

Un detalle reconfortante de su compenetración consiste en que las hirientes flechas del Arquero cargadas 

de veracidad parecen tener punta de goma cuando las dispara contra el Acuario. Aunque sean aguzadas, 

parecen tener una punta blanda. Porque al Aguador típico la verdad no lo inquieta demasiado. Ésta no los 

hiere ni ofusca tanto como a la mayoría de los signos solares. Se limitan a encogerse de hombros, a agitar las 

orejas y a asentir, sorprendiendo a los Arqueros, que están acostumbrados a recibir un puñetazo de sus 

interlocutores después de haber metido la pata. La pata descomunal de Júpiter. Además, como los Acuario 

ven frecuentemente la vida al revés (el presente siempre los confunde, porque viven en el futuro), y como 

tienden a reírse cuando están tristes, y a llorar cuando están alegres... también tienden a interpretar un insulto 

como un cumplido. 

 

Sin embargo, a la inversa, no aceptan de buen grado ciertos cumplidos que, merced a su técnica de 

inversión, transforman en insultos. Es entonces cuando el huracán de Urano se dispara y podría avivar larespuesta llameante del fuego de Sagitario. Éstos son los momentos de sus Alertas Rojas de encuentros 

peligrosamente próximos, incendios forestales y cosas por el estilo, cuando deberían seguir la ya citada 

advertencia lógica que les aconseja mantenerse tranquilos, serenos y sosegados. 

 

Tanto Sagitario como Acuario son esencialmente humanitarios, y es fácil persuadirlos a ambos para que 

 

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promuevan la fraternidad de hombres, mujeres.... y animales. Si son representantes típicos de sus signos 

solares, ambos disfrutan del camping y las caminatas, porque son amigos íntimos de la Madre Naturaleza. A 

ambos les gustan la diversión y las fiestas y la gente. Ambos tienen cestos llenos de amigos. A ninguno de los 

dos se lo podría definir como un misántropo. Pero los Arqueros tienen un estilo de vida más adaptable que el 

de los Acuario, que son más o menos fijos en lo que concierne a su vida privada y sus hábitos, mientras 

postulan cambios radicales para el resto del mundo. Esto podría provocar ocasionalmente una pelotera entre 

ellos. 

 

Sagitario es mutable y Acuario es fijo. Mutable significa que a los Centauros les gusta comunicarse mucho, 

y que no son tremendamente autoritarios o dominantes. Aunque les gusta bastante salirse con la suya. Sé que 

la diferencia es sutil, pero es una diferencia. Ciertamente no les gusta que los manejen con demasiada 

prepotencia, que les ordenen lo que deben hacer... ni que desconfíen de su honestidad. Entonces se indignan 

ligeramente, si es que existe algo parecido a la «ligera» indignación. Y fijo significa que los Acuario son de 

cuando en cuando un poco menos que tercos, relativamente inmutables... que es, como sabréis, precisamente 

lo opuesto de mutable. Los Aguadores tampoco pretenden dominar, pero por otro lado son tan renuentes 

como Sagitario a dejarse manosear o a permitir que los obliguen a hacer algo contra su voluntad. 

 

Es más probable que el comportamiento excéntrico y nada convencional de Acuario regocije a los 

Arqueros, en lugar de fastidiarlos, así como la afición de Sagitario a los viajes, la libertad y la franqueza 

complacerá a los Acuario. El Aguador se da cuenta enseguida de que Sagitario es cualquier cosa menos un 

hipócrita, y esto habilita al Centauro para convertirse en un amigo eterno de !a persona regida por Urano. que 

desprecia todo lo que se parezca a la simulación. «Sé lo que eres, haz lo que sientes y di lo que piensas», es un 

lema que Júpiter y Urano abrazan con idéntico entusiasmo. 

 

El Acuario implicado en una asociación con Sagitario no tardará en aprender lo que es tener que tragar 

una que otra dosis de su propio jarabe de curiosidad. Sagitario arrojará muchas preguntas en el pequeño 

cántaro marrón de sabiduría del Aguador, y probablemente sólo recibirá otras tantas preguntas a manera de 

respuesta. (Todos los signos de Aire tienden a utilizar esta técnica.) El Arquero no tardará mucho en 

contestar. 

 

SAGITARIO: ¿Por qué estás tan callado? 

ACUARIO: ¿Por qué no has mencionado mi nuevo corte de cabello? 

SAGITARIO: Precisamente iba a comentar que las hace más visibles. Ahora no hay ninguna dificultad en 

adivinar a cuál de ellos. 

ACUARIO: ¿Qué es lo que hace más visible? ¿Quiénes son ellos? 

SAGITARIO: Los Siete Enanitos. Tus orejas sobresalen como las de Dormilón, ¡y ese corte de cabello 

realmente las pone de relieve! 

 

 

El sabio Aguador, dotado de la súbita y centelleante intuición de Urano, debería saber que Dormilón es el 

personaje favorito del Arquero. Un poco después, Sagitario le arrojará alegremente a Acuario otro cumplido 

contundente. 

SAGITARIO: Tus ojos también me recuerdan a Dormilón. Tienen el mismo tipo de expresión ausente. Como 

si estuvieran aletargados constantemente. Pero tu carácter se parece más al de Gruñón. Y tu alergia me hace 

pensar en Mocoso. Dios sabe que no eres Tímido. 

ACUARIO: ¿Sabes por qué tú nunca podrías traerle a nadie recuerdos de Dormilón? SAGITARIO: ¿Por qué? 

ACUARIO: ¿Dormilón no era el enano que nunca hablaba y que tenía la boca siempre cerrada? 

SAGITARIO: Sí, pero no necesitaba hablar. Se comunicaba con los Ojos. 

ACUARIO: Qué enano listo. 

SAGITARIO: Está bien, Feliz, he captado el mensaje. ¡Touché! 

 

Ésta es la inexplicable empatía de la vibración de amistad 3-11. A cualquier otro, el Arquero le habría 

asestado un puñetazo. Pero el Aguador se sale con la suya. A veces. 

 

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Mujer SAGITARIO Hombre ACUARIO 

 

Por un momento, el círculo de luz se rompió, y algo le aplicó a Peter un pequeño pellizco 

cariñoso. 

 

Empecemos por Urano. Él manda. No se trata en absoluto de un planeta más fuerte o que gire más 

rápidamente en su órbita que Júpiter (el regente de ella), pero sí es más vivo. Urano rige la electricidad y el 

rayo, que son más vivos que casi todo aquello en lo que se os ocurra pensar (excepto quizás el genio de 

Sagitario). El hombre Acuario tiene una tenaz vocación científica, independiente de su lugar de trabajo y de 

su actividad. Si es jardinero, diseñará jardines colgantes. Que colgarán de lugares inesperados. Como la 

lámpara de la sala. Si es fontanero, ideará un sistema para conectar el sumidero del lavavajillas con el 

televisor, para poder mirar a Tom Snyder mientras apila los platos esta noche porque ayer estuvo desganado. 

Si trabaja en una biblioteca, diseñará científicamente los anaqueles para que todos los títulos se puedan leer 

cómodamente cabeza abajo, como los lee él, y probablemente los clasificará de una manera peculiar (pero 

sensata para él). Por ejemplo, las historias de amor bajo la «E» de Empalagoso, los libros de Tolkien en el 

pasillo marcado «S» por Super-Superlativo, y los libros sobre naves espaciales y contactos con OVNIs en el 

estante rotulado «C» por ¿Cuándo? o ¡Caray!, o posiblemente «F» por Formidable. A Little Women de Louisa 

May Alcott lo colocará bajo la «P» de Pornográfico. Quizá bajo la «E» de Enmienda de Igualdad de 

Derechos. Es difícil preverlo. Y todo así. (El actor Acuario Telly Savalas inventó la frase «y todo así», como 

sabéis. ¿No lo sabíais? Ahora sí.) 

 

Había una estación de radio en Johnstown. Pennsylvania, para la que yo escribía guiones. Una noche el 

locutor que leía el informativo de deportes de las once estaba desesperado. No podía encontrar el motivo 

musical de su programa de diez minutos. El responsable Acuario de la discoteca de la estación lo había 

archivado distraídamente y se había ido a su casa. ¡Pánico y pandemónium! El plato giraba y faltaban treinta 

segundos para salir al aire. El disco con el motivo musical no aparecía. Como el título del disco era The Notre 

Dame Victory March, el locutor buscó, naturalmente, bajo la «N» (Notre Dame). Nada. Frenéticamente, 

buscó bajo la «V» de Victory March. y después bajo la «M» de March. Todo inútil. Mientras viva no olvidaré 

la expresión de gratitud patética que se reflejó en las facciones transpiradas del locutor cuando entré corriendo 

en la sala de control exactamente un segundo antes de la salida al aire y le entregué el disco que había 

encontrado milagrosamente. Obedeciendo a una corazonada había revisado el cajón de la «F». ¡Claro que 

estaba ahí! Archivado bajo Fighting Irish, o sea, «Irlandeses pendencieros». Al día siguiente, el responsable 

Acuario de la discoteca no entendió el porqué de aquel jaleo. ¿En qué otro lugar podría haberlo archivado? 

¿No era ése el más lógico? 

 

Los Acuario son humanitarios vergonzantes, y además tienen sensibilidad ecológica. Conozco (en serio) a un 

estudiante avanzado de biología de la San Diego State University que planea ingresar en la facultad de 

derecho, después de recibirse de biólogo, y dedicarse activamente a la abogacía para entablar juicios de 

amparo en defensa de las plantas verdes y los animales. (Es verdad, y no ficción.) 

 

El hombre regido por Urano es inusitadamente inventivo, y siempre salta (no aparece, sino que salta) con 

una nueva idea que a nadie se le había ocurrido antes (en este sistema solar específico, se entiende). Su 

intelecto es brillante y extravagante, y sus razonamientos son muy originales. Únicos, se podría decir. 

Demenciales y disparatados, podría llamarlos la chica Arquero, con su «tacto encantador», cuando está 

momentáneamente furiosa con él. Sin embargo, la naturaleza científica del hombre Acuario no está motivada 

por las actitudes y la metodología de la ciencia actual. Naturalmente. Acuario vive en el mañana, ¿así que por 

qué habrían de importarle un rábano las reglas de hoy? Debéis reconocer que esto tiene un cierto aire de 

lógica. Los científicos de hoy exigen que todo esté debidamente probado y confirmado por datos concretos 

antes de dignarse a escuchar siquiera una nueva idea, para no hablar de tomarla en consideración. El Aguador 

sabe instintivamente que el hombre nunca progresaría (la mujer tampoco, pero él casi no es consciente de la 

diferencia entre los dos) si la gente no estuviera dispuesta a soñar primero, por muy descabellado que sea el 

sueño, y a empeñarse después en demostrarlo... en lugar de seguir el camino inverso, camino éste que 

equivale claramente, para él, a enfocar la secuencia del descubrimiento exactamente al revés de como debería 

ser enfocada, a su juicio. 

 

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Muchos grandes cerebros responsables de los saltos y adelantos del conocimiento en todas las áreas han 

estado regidos por el planeta progresista, Urano. Afortunadamente para el planeta Tierra, hemos sido 

agraciados con una cantidad apreciable de nacimientos en Acuario guiados por Urano, de sexo masculino y 

femenino y combinado (Acuario es el signo del unisex, así que todos son un poco de esto y otro poco de 

aquello, y por eso son tan fascinantes), pues de lo contrario tal vez no habríamos avanzado más allá de la 

etapa troglodítica. 

 

Ahora entra en escena la chica Sagitario (tropezando con el jardín de piedra que el Aguador ha montado 

en el pasillo) y ya tenemos un pequeño problema. Tal vez ella piense (por lo menos ocasionalmente) que al 

hombre Acuario que ama y odia con idéntica pasión incandescente le corresponde estar allí y no en ninguna 

otra parte. En una caverna. Como buen troglodita. Preferentemente en una caverna del zoo, circundada por 

una valla, para que no pueda escapar. En secreto, desde luego, ella adora sus ideas nada convencionales y su 

conducta delirante. La misma naturaleza imprevisible del Acuario fue la que determinó que el corazón de ella 

diera un brinco y saludara al de él cuando lo vio por primera vez... el día en que él le ofreció su paraguas bajo 

la lluvia, y ella le sonrió agradecida hasta que descubrió que estaba lleno de agujeros porque a él le gusta 

caminar en medio de una llovizna pero no de un aguacero. «Un poco de lluvia es refrescante y excitante —le 

explicó él—, pero demasiada es un incordio. ¿No te parece?» 

 

Ella no estaba segura. Hizo un ademán de asentimiento. Pero pasó mucho tiempo antes de que estuviera 

segura. Cuando lo estuvo, llenó de pequeñas perforaciones su propio paraguas... aquel que había comprado en 

una liquidación de Saks después de ahorrar durante un mes. Para entonces, como probablemente habréisadivinado, se le había contagiado la locura de él. Ésta es muy infecciosa, y para colmo no hay ningún suero 

inmunizador disponible. (La desprevenida y confiada Arquera tampoco habría podido inmunizarse contra los 

rayos de su hombre de Urano. Pero de esto nos ocuparemos más adelante.) 

En determinados momentos ella olvidará que alguna vez pensó que las travesuras excéntricas de Acuario eran 

la más virtuosa de las virtudes, y las interpretará como el más vicioso de los vicios. En esas circunstancias, su 

naturaleza expansiva de Júpiter podrá inducirla a esparcir su disgusto en una andanada de flechas lacerantes 

de veracidad (o de veracidad tal como ella la ve en ese momento específico), aunque más tarde se arrepentirá 

y probablemente se disculpará profusamente, cuando haya tenido tiempo de reflexionar y de decidir que se 

precipitó demasiado. Lamentará haberle dicho que necesitaba hacerse revisar la cabeza y que tenía más de un 

par de tornillos flojos. Es muy probable que él la perdone... e incluso es posible que la sobresalte al mostrarse 

perplejo por haber olvidado lo que ella dijo. ¿Lo olvidó? ¿A pesar de que en ese instante se puso tan furioso 

que le vació un bote de cola en la cabeza? ¿Cómo pudo haberlo olvidado? No importa cómo. Lo olvidó. Los 

Acuario no se colman el cráneo con datos innecesarios cuando éstos ya no son pertinentes. Así les queda 

espacio para sus ideas inventivas y sus pensamientos zigzagueantes sobre asuntos realmente importantes. 

 

Hay algo de talentoso y valeroso y honesto en la mujer Sagitario que hace dar volteretas cómicas al 

corazón del hombre Acuario. Éste se siente realmente conmovido por su obvia falta de ostentación, por sus 

modales francos, cordiales... y por su no menos obvia integridad. ¿Así que de cuando en cuando formula 

algunos comentarios brutalmente contundentes? Por lo menos no miente ni simula ser alguien o algo que no 

es. Es como es. Es auténtica y no fingida. Éste es el tipo de persona que a él más le gusta. Él le pidió que fuera 

su amiga... y ella comprendió, esperanzada, que era la invitación más sincera que jamás había recibido de un 

hombre. Pero un Acuario nunca toma (ni da) la amistad a la ligera. Los Acuario conceden a la amistad más 

valor que el que la mayoría de las personas concede hoy al amor. Y por tanto, el hecho de que él la haya 

invitado a ser su amiga casi equivale a una propuesta de matrimonio de los hombres de otros signos solares. 

Quizás es incluso mejor. Es sencillamente estupendo que los amantes y consortes puedan ser también amigos 

de veras. Un raro añadido romántico. Este hombre y esta mujer tienen más probabilidades que muchas otras 

parejas de lograr en su relación este tipo de amalgama deseable, gracias a su configuración vibratoria kármica 

3-11, de amistad. 

 

Como la chica Sagitario es personalmente cordial, espera que casi todos los individuos con los que se 

relaciona compartan su misma forma abierta y franca de comunicar y expresar sus sentimientos sobre todos 

los temas, ya sean éstos románticos o platónicos. Dado que la naturaleza humana es muy variada y veleidosa, 

la Arquera sufre reiterados desengaños. Es raro que sus experiencias negativas la conviertan en una resentida 

 

o ahoguen su entusiasmo y su filosofía optimista innatos de Júpiter, pero es posible que la hagan un poco escéptica. 

El diccionario define al resentido como alguien «caracterizado por el odio y el rencor», y al 

escéptico como alguien que «no se deja convencer fácilmente, que duda o cuestiona». Aunque algunos de sus 

recuerdos emocionales sean muy desoladores y trágicos, ésta no es una mujer a la que se podría definir como 

«caracterizada por el odio y el rencor» (a menos que tenga aspectos planetarios inusitadamente negativos en 

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su carta natal). Pero sí se trata categóricamente de una mujer difícil de convencer, que a veces duda hasta que 

se asegura bien... y ciertamente es propensa a «cuestionar». Desborda preguntas. Cuando aún era pequeña, 

empezó a preguntarle al mundo por qué giraba sin ir a ningún lugar, como no fuera al punto de partida. 

Cuestiona con creces el amor. Alimenta dudas y curiosidad acerca de la política, la arquitectura, el cine, los 

libros, la publicidad, la biología, la zoología, la ecología... y sobre todo, la religión. La Arquera pasa de ser 

devotamente espiritual a ser descarnadamente atea... para seguir después el camino inverso... explorando 

constantemente... buscando la verdad. También tiene el talento de profetizar, aunque probablemente lo ignore 

beatíficamente, y en el fondo de su alma es una filósofa alegre. La mayoría de las conclusiones a las que 

arriba, después de someter a parientes, amigos y desconocidos al tenaz interrogatorio de Júpiter, son felices, y 

contienen, en última instancia, un elemento positivo respecto del futuro, teñido con los múltiples colores de la 

esperanza. Sólo se trata de que no le gusta embaucar a nadie, ni que la embauquen a ella. No obstante su gran 

idealismo refulgente, prefiere oír las cosas tal como son, para poder lidiar con realidades, y no con ilusiones. 

Como nació bajo un signo de dualidad, puede ser una contradicción desconcertante, incluso para un Aguador, 

¡y esto es mucho decir! 

 

El hombre Acuario concordará con sus opiniones en la mayoría de los casos. Él también busca la realidad, 

y no ilusiones. La diferencia consiste en que él se da cuenta, tal vez antes que ella, de que la realidad misma 

puede ser una ilusión... y de que lo que otros han catalogado como ilusiones pueden constituir la auténtica 

realidad. Esta sola teoría la fascinará. La Arquera le formulará un millar de preguntas, excitadamente, hasta 

muy avanzada la noche... con su mente curiosa, alerta, estimulada como de costumbre por un nuevo concepto. 

 

Es posible que él también se sienta estimulado durante estas sesiones de plática filosófica que se 

prolongan «hasta-muy-avanzada-la-noche», pero por algo más que un nuevo concepto. Generalmente los 

hombres Acuario no se concentran exageradamente en el aspecto sexual de una relación humana. Pero una 

vez que alguien implanta accidentalmente un pensamiento sensual o erótico en su mente de Urano, éste 

crecerá y echará brotes como cualquier otra semilla caída dentro de su activo saco intelectual de frijoles... 

rápidamente y con rara heterogeneidad. Mas los resultados serán hermosos. Como flores silvestres. 

 

El amor físico vulgar, ramplón, prosaico y mundano, aburre fácilmente a la mujer Sagitario, casi hasta hacerla 

llorar literalmente. Seguramente su Aguador no la desilusionará cuando llegue (al fin) la hora de demostrarle 

físicamente su amor, o su ofrenda de amistad, que para él es lo mismo. Unas veces, él le producirá vuelcos en 

el corazón con su dulzura y sus tiernas caricias. Otras veces, la hará llorar de risa con sus desmañadas y torpes 

sorpresas nocturnas... por ejemplo, cuando se meta en la cama con las orejeras puestas, recitando un poema al 

dedo pequeño del pie izquierdo de ella... susurrándole quizá, justo antes de darle un beso en la oscuridad, que 

espera que ella no lo aborrezca por esto, pero que tiene un amorío con otra mujer. Son cosas de la vida. 

Incontrolables. Sucedió repentina, inesperadamente, y lo sedujeron antes de que tuviera tiempo de darse 

cuenta de que le estaba siendo infiel. Entonces ella encenderá la luz, arrojará una almohada (o algo más 

contundente) a través de la habitación, y le exigirá que le diga su nombre, temblando. Él ofrecerá mostrarle 

una foto de su rival... se encaminará abatido hacia su suéter favorito, excesivamente holgado, extraerá con 

expresión culpable una instantánea del bolsillo raído, y se la tenderá, suplicándole que lo perdone. Ella la 

cogerá, mascullando una imprecación. 

 

«¿No es hermosa? —le preguntará él, suavemente—. Se parece mucho a ti. Quizá fue por eso que no pude 

contenerme.» 

 

Ella reunirá todo su coraje, con el corazón palpitante, y mirará la foto. Es un retrato de la flamante cría de 

morsa de Sea World, con unos bigotes delicados y unos ojillos redondos y elocuentes. Las luces se apagarán 

casi instantáneamente, y él le murmurará junto al oído, en la oscuridad purpúrea: «Bueno, ¿dónde estábamos? 

Oh, ya recuerdo. Te estaba dando los buenos días con un beso...». Ella le advertirá que no es de día, sino queapenas ha pasado la medianoche. Él la abrazará con más fuerza, y le preguntará con voz muy queda: 

«¿Entonces por qué vi el amanecer en tus ojos hace pocos minutos?». 

 

¿No. El amor físico entre la mujer Centauro y el Aguador nunca será una experiencia mundana. El Aire aviva 

el Fuego hasta trocarlo en pasión, a veces con el más ligero soplo. Y el Fuego de ella calentará la etérea 

displicencia de él hasta trasmutarla en un deseo profundo y una necesidad que pocas mujeres podrían 

inspirarle. Este hombre y esta mujer responden afectuosamente a sus respectivos espíritus rampantes. Porque 

ambos saben que el sexo puede ser divertido... y sublime. Sus intimidades son tan imprevisibles corno una 

brisa juguetona... de cuando en cuando, tan suavemente silenciosa como una nevada en un bosque espeso. 

Sosegada y apacible. De pronto, ella se transforma en un payaso... y él se convierte en un circo íntegro, con 

 

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monos, trapecios, cacahuetes, elefantes y todo lo demás. Con tres pistas. Después, de vuelta a los copos de 

nieve. Y a los abrazos matutinos a medianoche. 

 

Habrá momentos en que la cólera irracional del signo de Aire de él caerá del cielo, como un rayo. Habrá otros 

momentos en que el genio de Júpiter de ella se trasmutará en furia, y hará llover en dirección a él una 

granizada de frías acusaciones a través de la habitación. Pero él se limitará a calarse sus orejeras y le 

garrapateará una nota con un rotulador sobre su camiseta nueva. «Ahora es realmente medianoche.» Ella se 

derretirá, llenará de provisiones la cesta del picnic... y se irán juntos a buscar un arroyo gorgoteante en el 

bosque... encenderán una fogata, e intercambiarán historias de fantasmas en la media luz, recostados contra un 

árbol sorprendido, masticando «trizcochos». 

 

Hombre SAGITARIO Mujer ACUARIO 

 

La novedad volvía a tentarlos, como de costumbre... 

 

Así que eres un hombre Sagitario, y te gusta enfrentarte con la verdad. Sin rodeos. Eres suficientemente 

valeroso como para aceptarla, y la prefieres con creces a la simulación. Estupendo. Eres más sagaz de lo que 

imaginas, cuando se trata de lidiar con la chica Acuario de la que te acabas de enamorar jubilosamente porque 

es muy femenina, muy frágil, muy emancipada y muy chalada. 

 

Chalada es. Sin ninguna duda. Pero como el amor se las ingenia para barnizar la verdad descarnada con 

uno o dos tomos de polisandro, quizá será mejor que te hagamos abrir bien los ojos para que sepas con qué 

tropezarás probablemente en tu relación con la Aguadora «femenina», frágil y emancipada, guiada 

incontrolableménte por Urano. (Nunca regida. No es posible regirla, porque aún no se ha inventado la regla 

capaz de medirla, y regir y regla tienen la misma raíz.) Por supuesto, te confesaré que todas las chicas Acuario 

son distintas (¡oh, vaya si son distintas!) así que no siempre puedes juzgar a una de ellas por lo que hace otra. 

Igualmente, es útil tomar conciencia de todos los atajos posibles. Siempre repito que los Acuario son un poco 

distraídos de cuando en cuando, y es posible que creas que exagero para hacer más divertida la astrología. No 

me opongo a que la astrología sea divertida, pero no exagero. Menos aún cuando digo que a veces los Acuario 

son un poco atolondrados. En verdad, es posible que los ejemplos de esta característica peculiar de Urano, 

dispersos por todos los capítulos consagrados a Acuario en este libro, estén un poco atenuados, mitigados, por 

así decir. Son más moderados que la realidad. Teñidos con tonos de polisandro. Y así sucesivamente. 

Veo que pones en tela de juicio mi veracidad. Tus cejas de Arquero ya reproducen la curvatura escéptica del 

arco de Júpiter. Vosotras, criaturas de Sagitario, nunca creéis nada sin formular antes un par de docenas de 

preguntas. Está bien, Centauro, calla un momento tus preguntas, y veremos si puedo contestarlas 

telepáticamente antes de que las formules. Quieres pruebas de que es tan distraída como afirmo. No rumores. 

Nada de segunda o tercera mano. La verdad desnuda respecto de ella, piensas, directamente de la boca del 

caballo, como dice un singular modismo inglés. Bueno, ella no es un caballo. Tú lo eres. Por lo menos, eres 

mitad caballo (la otra mitad es un filósofo profético, agorero), pero no importa, yo sé a qué te refieres. Aquí lo 

tienes. 

 

Naturalmente, has oído hablar de la Acuario húngara, la actriz Zsa Zsa Gabor. Si no has oído hablar de ella, es 

indudable que vives en Tíbet o Pago-Pago, y ni siquiera estás leyendo este libro, porque, hasta donde sé, mis 

editores no planean hacerlo traducir al tibetano ni al pagoano, por lo menos en la primera edición. Todos los 

 

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otros habitantes de este planeta han oído hablar, indudablemente, de Zsa Zsa... incluso algunos monjes 

tibetanos, supongo, pero éstos no planean casarse con una (una Acuario, quiero decir) pues han hecho voto de 

castidad, y éste los protege beatíficamente de experiencias como el matrimonio con una Aguadora. He 

mencionado sucintamente a la bella Gabor en el comienzo de este capítulo, pero dejé lo mejor para ahora, 

cuando será más eficaz... cuando te resultará más útil a ti, pobre Arquero desprevenido. 

 

En primer lugar, Zsa Zsa ha estado casada no menos de siete veces. Las Acuario cambian mucho de idea, 

como las mujeres Libra y Géminis... y como unas cuantas Sagitario, de tu signo. No se trata de que vosotros 

los Arqueros seáis promiscuos, pero os gusta flirtear mucho, y a veces caéis en vuestra propia trampa. Espero 

que esto no te ofenda. Al fin y al cabo, no hay remedio para el hecho de que a menudo seáis tontamente, muy 

tontamente románticos. (¿Hablo como una Sagitario, verdad? Pero en realidad no lo soy. Soy una Carnero, 

que sólo finge ser Sagitario, para demostrarte qué siente el destinatario de tus observaciones jupiterianas, 

jocosas pero ingenuas, despreocupadas.) 

 

Bueno, de todos modos, Zsa Zsa contrajo su cuarto matrimonio, fulminante como un rayo de Urano, con 

un industrial llamado Herbert Hutner. Recuerda su nombre, por favor. Es importante. Herbert Hutner. ¿Has 

entendido? Estupendo. Recuérdalo. La Acuario Gabor pensó que era, para decirlo con sus propias palabras, 

«un tipo realmente encantador, pero demasiado buen marido. No encierra ningún desafío». ¿Estás recogiendo 

datos, señor Sagitario? Sigue escuchando. Puesto que te gustan las adivinanzas, ¿quieres adivinar lo que 

sucedió en la luna de miel de Zsa Zsa y Herbert? ¿Te das por vencido? Muy listo. Nunca lo adivinarías, ni 

siquiera siendo tan imaginativo como eres. Así que te lo diré. La misma Zsa Zsa confiesa que algo extraño 

ocurrió tres días después de su hermosa boda tradicional con Herbert, cuando su desposado la dejó en la suite 

nupcial y fue a ocuparse de unos negocios. (Los industriales siempre están corriendo de acá para allá, 

ocupándose de sus negocios.) Mientras él estaba ausente, echó de menos a su esposa encantadora, adorable, 

perfumada y bella como una mariposa, como les sucede a todos los enamorados desde los tiempos de Romeo, 

así que telefoneó al hotel donde pasaban su luna de miel, para hablar con ella. 

 

«Dígale al señor Hutner que nunca atiendo llamadas de extraños», le comunicó Zsa Zsa con tono glacial a la 

horrorizada telefonista del hotel, y después colgó enérgica pero primorosamente el auricular de palisandro 

pulido, y volvió a su fragante baño de burbujas de palisandro, tarareando una alegre melodía húngara. No. No 

habían reñido. Ella había olvidado el nombre de su nuevo marido. Al fin y al cabo, él había pasado todo un 

día ausente, y ella tenía muchas cosas en las cuales pensar. 

¿Ahora me crees? Querías saber la verdad, y ya la sabes. Si no me crees, pregúntaselo a Zsa Zsa. O a Herbert 

Hutner. Sería más cortés preguntárselo a Zsa Zsa. Tal vez el señor Hutner prefiera hablar de otros temas más 

agradables. Pero, como eres un Sagitario, supongo que si alguna vez tropiezas con él mientras está realizando 

sus actividades industriales en alguna parte, se lo preguntarás crudamente, de todas maneras. Te aconsejo 

proceder con cautela. Él podría pegarte una torta. Podría ser un Sagitario como tú... y ya sabes que tú tienes 

mal genio. ¿verdad? Lo siento, pero no sé cuál es el signo solar de Herbert. Me dio un poco de miedo 

averiguarlo. Pero si resultara ser también un Aguador; no sabrá ni remotamente de qué le hablas. A esta altura 

se habrá olvidado del hotel, de la llamada telefónica... y posiblemente también de su matrimonio. Excepto 

cuando su olfato capta un efluvio de palisandro. Ah, los recuerdos. 

 

Supongo que vosotras, mujeres Acuario, también habréis acopiado ya algunos datos acerca del Arquero 

que amáis. Si los habéis acopiado, pero los habéis olvidado, os refrescaré la memoria. Es una máquina de 

formular preguntas, ambulante y parlante. Es veraz y franco, como vosotras. Es idealista, como vosotras. Le 

gusta la verdad, por muy dolorosa que sea. Le gustan las chicas. Pero sobre todo como camaradas, aunque es 

incurablemente romántico y versátil hasta que se enamora definitivamente. Entonces es un sentimental. No 

será engañosamente infiel. Os lo comunicará antes. Tiene el temperamento de Júpiter. (Júpiter rige todo lo 

grande.) Es aficionado a los animales, y es posible que os regale un caballo o un perro el día de vuestro 

cumpleaños. No importa si habéis olvidado esta característica suya. En realidad, no la olvidasteis, porque es la 

primera vez que os hablo de ella. (En este capítulo.) A veces es un payaso. y os divertirá maravillosamente. 

Otras veces es un auténtico y venerable sabio, un manantial de erudición, filosofía e ingenio. 

 

Posee esta especie de carisma religioso espiritual que impregna su aura. Podría ser cualquier cosa, desde 

un flamante devoto del cristianismo (al que le gustaría volver y ser nuevamente concebido) hasta un gurú con 

guirnalda, que se sienta sobre un loto en la posición del loto, rumiando un brote de alfalfa y meditando acerca 

del ombligo de una tortuga. Podría ser un Hare Krishna con sus címbalos repicantes y su coleta, murmurando 

mantras melodiosos... o un ateo total. Probablemente no será un protestante como los que crecen en todos los 

jardines (aunque le gusta protestar). Esto no es suficientemente estimulante. Ya veis. ¡Se parece mucho a 

vosotras! Adora la excitación, lo insólito y lo emocionante, aunque su talante exterior sea el de un estudioso 

 

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ratón de biblioteca o el de un aburrido picapleitos. (Nada podría ser más aburrido que picar pleitos.) No 

hagáis caso de su sosegada personalidad superficial: es un hombre dual. Podría ser explorador, porque disfruta 

del suspenso y el peligro. Le encanta jugar juegos de salón y de azar (esto es muy peligroso, sobre todo en Las 

Vegas) y adora especialmente los viajes. Es posible que parta rumbo al Macchu Picchu y olvide deciros que 

se fue. (¿Veis cómo se sufre?) Pero os telefoneará desde el último rincón del Perú, a manera de postdata, y os 

pedirá que vayáis a hurgar y escudriñar con él entre las ruinas antiguas. Probablemente iréis. Llevad vuestro 

tablero de damas. Y tal vez un balón. También le gustan los deportes. De interiores y al aire libre. 

 

El amor físico entre el Arquero y la dama Aguadora puede parecerse a un juego táctil. Él le toca el pie con el 

dedo gordo de su pie, ella le toca tiernamente la mejilla con la mano, y su esencia de Aire aviva la esencia de 

Fuego de él transformándola en una dosis apreciable de pasión jupiteriana expandida. El deseo es en verdad 

como un juego que juegan juntos, a veces enérgicamente... a veces delicadamente, descansadamente, 

limitándose a intercambiar afecto y ternura. Como les sucede a todos los consortes de la configuración de 

signos solares 3-11, la faceta sexual de su amor es cordial y generosa. Ninguno de los dos es en absoluto 

posesivo, pero los dos son muy celosos. Esto significa que generalmente estarán dispuestos a concederse 

recíprocamente muchísima libertad para desarrollarse cómo individuos, pero también les gusta ser dueños de 

lo suyo. Por ejemplo, de su consorte. Ninguno de los dos objetará que el otro comparta sus pensamientos con 

quien sea, pero (si son representantes típicos de sus signos solares) se negarán terminantemente a dejarle 

compartir el cuerpo. Lo cual está bien, porque ambos también son esencialmente idealistas, y los ideales les 

caen a las mil maravillas. Cuando Sagitario o Acuario comete un error impulsivamente, sus ideales se 

empañan, y un ideal empañado puede atormentar penosamente el corazón y el alma de un idealista 

astrológico. 

 

Ella tendrá legiones de amigos de toda categoría, y ojalá a él le caigan simpáticos, porque si no es casi 

seguro que le hará saber descarnadamente a ella (y a ellos) que no le gustan. Bueno, ella quería un hombre 

sincero... y lo ha buscado con esta cualidad dentro y fuera de sus sueños desde que tenía la edad de Julieta. Ha 

encontrado uno en el Arquero, y parte de la sinceridad consiste en ser veraz. Aunque la verdad pique un poco. 

Un fugaz picor no es tan grave como el corte más profundo del engaño y la mentira que pueden provocar 

heridas incurables. Es posible que estos dos riñan a menudo, pero perdonarán y olvidarán, se darán un beso y 

se reconciliarán enseguida. La distracción más deliciosa consiste en olvidar los agravios sin guardar rencor, y 

los dos han sido generosamente agraciados con esta cualidad. La cólera de él estalla rápidamente, y la de ella 

zigzaguea como un rayo, pero ambas no tardan en diluirse nuevamente en risas y amor. 

 

Lo más importante es recordar que ella nació bajo un signo de Aire fijo (tercamente voluble o 

volublemente terco, como prefiráis) así como bajo un signo solar masculino (su «feminidad» no es frágil), y 

que también está regida por un planeta masculino. Doble masculino fijo. Asimismo, él nació bajo un signo 

solar masculino, de modo que es agresivo y duro, y por consiguiente se resistirá a dejarse dominar... y 

también a él lo rige un planeta masculino. Pero no es fijo. Es mutable. Doble masculino mutable. Por tanto, la 

mutabilidad de él y la adaptabilidad aérea de ella al cambio (excepto cuando se pone fija y terca) les 

permitirán controlar bastante bien las diversas fluctuaciones emocionales de una relación. El es un poco 

exaltado. Ella es más o menos aplomada, lógica y objetiva (y tal vez esto es lo que genera en parte la 

exaltación de él). Pero ella también es suficientemente dulce como para refrescar en esos momentos la frente 

afiebrada de él con su toque ligero. De modo que, cuando se aman realmente el uno al otro, todo se arregla 

como por arte de magia. 

 

Siempre que el Arquero no olvide el sabio consejo de la asesora matrimonial, Z. Z. Gabor, Bdh. (bella 

damisela húngara) que suspiró triste y primorosamente: «Cariño, no encerraba ningún desafio». En cuanto a la 

dama de Urano, saldría ganando si se acordara de ser quizás un poco menos extravagante. De todos modos, 

aunque ella pueda olvidar de cuando en cuando cómo se llama él, nunca olvidará sus ojos de cachorrillo, su 

alegre sonrisa... las técnicas estupendas con que practica juegos táctiles por la noche. Ella lo reconocería en 

cualquier parte. Porque la mujer Acuario siempre recuerda sus sueños. Y fue en éstos donde lo conoció por 

primera vez... hace mucho, mucho tiempo. 

 

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CAPRICORNIO ACUARIO 

Tierra - Cardinal - Negativo Aire - Fijo - Positivo 

Regido por Saturno Regido por Urano 

Símbolo: la Cabra Símbolo: el Aguador 

Fuerzas nocturnas - Femenino Fuerzas diurnas - Masculino 

 

La relación CAPRICORNIO-ACUARIO 

 

El extraordinario desenlace de esta aventura fue... pero aún no hemos decidido si ésta es la 

 

aventura que vamos a narrar. 

 

Imaginaos al viejo Saturno, con su cara surcada de arrugas y su barba, su guadaña y su hoz, adusto, severo, 

estricto pero bondadoso. Ahora imaginaos al delirante Urano, que vocifera charadas con voz estentórea, que 

despide relámpagos con los ojos, que entreteje sus cabellos con narcisos, y que juega con un yo-yo. ¿Veis 

alguna similitud o fundamentos para una relación íntima? Bueno, hay algunos pero... 

Es dificilísimo pronosticar el desenlace de cualquier tipo de asociación entre estos dos signos solares. 

Dependerá, sobre todo, de los signos lunares, ascendentes y cosas parecidas. También es posible que dependa 

de la medida en que Capricornio pueda tolerar la personalidad ligeramente excéntrica de Acuario. O del 

tiempo que tarde Acuario en aburrirse de la eterna insistencia de la Cabra en el statu quo, cuando lo único que 

se propone hacer el Aguador en este planeta es desbaratar el statu quo. Como se trata de una configuración de 

signos solares 2-12, Capricornio intuye vagamente que puede aprender una lección enigmática de Acuario, el 

signo que precede a la Cabra en la rueda kármica de la vida... y Acuario tiende a ser más comprensivo con los 

pequeños defectos y las compulsiones de Capricornio que con las peculiaridades de los otros once signos. 

Acuario ya ha estado allí, ha vivido la experiencia de Saturno durante por lo menos una encarnación pasada, y 

por tanto tiende a entender las obsesiones de la Cabra respecto del deber, la responsabilidad y la tradición... 

aunque Acuario siga recordando lo que sentía durante aquella existencia en que esas cosas asumían gran 

importancia, porque las lleva a todas grabadas en el inconsciente. 

 

Aunque los capricornianos desplieguen raramente un humor apacible y delicioso, son esencialmente 

personas serias. Su humor lacónico Saturnino, acompañado por una mirada titilante y una sonrisita tímida, es 

primordialmente burlón. Además de una personalidad básicamente sosegada, las Cabras tienen un marcado 

sentido práctico, que generalmente es más visible que su humor. Aunque Acuario es un signo fijo, y los 

Aguadores pueden ser por tanto muy tenaces y decididos, estos hombres, mujeres y niños no son ni 

remotamente tan circunspectos como Capricornio. En verdad, a Acuario le encanta turbar el sosiego de los 

otros signos, y en particular de Capricornio. El Aguador sobresaltará inevitablemente a la Cabra cuando ésta 

menos lo espere, con recursos de gran y pequeña envergadura. Acuario hace todo cuando los demás menos lo 

esperan. En ello consiste el sobresalto. Si la gente lo espera, falta el elemento sorpresa, y a Acuario 

sencillamente le fascina ser el portador de sorpresas. 

 

Es posible que un capricorniano asociado con un Aguador lea estas palabras, y murmure: «Esta persona 

que conozco tan bien nunca me sorprendió ni sobresaltó». La Cabra debería decir: «Esta persona que creo 

conocer tan bien». Porque un buen día el capricorniano encontrará una col de Bruselas en el vaso del 

dentífrico que cuelga sobre el lavabo del cuarto de baño, y dará un respingo. Acuario se preguntará a qué 

viene ese escándalo. ¿Qué importa, después de todo? Quiero decir, ¿nunca os preguntasteis si una col de 

Bruselas germinará en un vaso de agua, como las otras plantas... y vuestro acceso de curiosidad no coincidió 

más o menos con el momento en que empezabais a ducharos? ¿No es esto lo que le sucede a todo el mundo? 

 

No. A todo el mundo no. Capricornio especialmente, nunca se formula preguntas que no sean prácticas. A 

 

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la Cabra no le interesa comprobar si las coles de Bruselas germinan en el agua, o si las coliflores florecen, que 

tanto da... a menos que sea jardinero (o jardinera) profesional o propietario de una verdulería. Incluso así, la 

preocupación capital de la Cabra girará en torno de las ganancias y las pérdidas. Los capricornianos de ambos 

sexos necesitan la manta protectora de una cuenta bancaria razonable para evitar que en su piel ultrasensible 

pero a menudo bella y traslúcida brote una erupción. No una cuenta bancaria de tanta magnitud como la que 

necesita Cáncer para no echarse a temblar aterrorizado por la idea de la pobreza, pero sí razonable. 

Acuario rara vez hace algo que sea razonable desde el punto de vista de Saturno. Para Acuario, lo razonable 

es lo que ayuda a conocer el mundo y a saber qué es lo que lo hace girar sobre su eje. Poco importa lo que 

piensen los demás. De lo -último que se preocupa Acuario es de lo que piensan los demás. Lo último de lo 

último. Lo penúltimo de lo que se preocupan los Aguadores podría ser... veamos... los hábitos sociales y el 

aspecto personal. Los Acuario típicos inventan sus propios hábitos sociales y dictan sus propias reglas. En 

cuanto al aspecto de Urano, estas personas tienen a veces un aire tan extraño e irreal con las telas y los 

peinados que han elegido (grotesco es en verdad la palabra más apropiada) que os sorprendería saber a 

cuántas de ellas las confunden con inmigrantes de un OVNI errante. Naturalmente, las estudiadas negligencia 

y originalidad de su indumentaria, de sus modales y de sus opiniones públicas, mortifican y afligen a los 

capricornianos, para los cuales lo más importante en la vida es ganarse la aprobación de los vecinos. No, 

primeramente de los miembros de la propia familia. Después, de los vecinos. A continuación, de los amigos, 

los conocidos y los socios. Pensándolo mejor, quizá habría que invertir el orden, y colocar en primer lugar a 

los socios. Y finalmente... de todo el mundo. El capricorniano típico se preocuparía si en Escocia un 

desconocido desaprobara sus zapatos, y esta humillación llegara de algún modo a oídos de la Cabra. Éste es 

otro detalle. Todos los capricornianos, junto con los Piscis y los Virgo, ponen un interés inusitado en sucalzado. Éste es un motivo de gran preocupación para ellos.., y cuando compran zapatos o botas nuevos 

estudian la operación minuciosamente, desde todos los ángulos, concediendo idéntica importancia al precio, a 

la horma apropiada y al aspecto práctico. 

 

Sin embargo, estos dos tienen algunos puntos en común. Por ejemplo, los juicios de los Acuario descansan 

sobre principios sólidos y datos muy concretos (detalle éste del que la mayoría de las personas no se dan 

cuenta). Los unos y los otros siempre determinan las decisiones finales de ambos signos solares. Pero Urano 

le confiere a Acuario ramalazos de intuición, gracias a los cuales los Aguadores pueden ahorrarse todos los 

principios y datos concretos inútiles para saltar a la auténtica verdad, situada más lejos. Igualmente, él o ella 

iniciaron el juicio con principios y datos concretos. Sé que esto es un poco confuso, pero «confuso» es una 

palabra que inventaron los regidos por Urano. Los Acuario piensan y planean para un futuro tan lejano, con 

una mezcla tan extraña de espíritu práctico y espíritu visionario, que es posible que sus ideas e ideales no se 

materialicen durante muchos años... de modo que el hombre medio, y sobre todo el juicioso capricorniano, los 

considera soñadores. Siempre debéis recordar que Acuario es el signo del genio y la locura, más o menos en 

proporciones iguales. La Cabra no simpatiza con ninguno de los dos. En verdad, para la mayoría de los 

capricornianos, ambas palabras son sinónimos (y lo son, de una manera intrincada). De modo que podrían 

tener problemas de comunicación. 

 

Al capricorniano generalmente le resulta difícil creer en lo ilógico, lo irrazonable, lo inútil o lo infundado. 

Para los Acuario, la palabra imposible no existe en el diccionario de Urano, y los Aguadores piensan que se la 

debería borrar de todos los otros, a menos que se la defina como un término que describe una actitud que se 

debe evitar. Todos los Acuario tienen en común una naturaleza muy curiosa, inquisitiva. Son inusitadamente 

susceptibles a los raptos de inspiración, porque tienen pocos prejuicios, o ninguno... incluidos los prejuicios 

contra los hechos. Acuario no tiene nada contra una teoría sustentada por los hechos... así como tampoco tiene 

nada contra una teoría que no está sustentada por los hechos. La mente regida por Urano es tan abierta que 

cualquiera pensaría que sus células cerebrales corren el riesgo de morir de neumonía. Pero dichas células 

parecen prosperar en estas condiciones, así como los esquimales prosperan merced a los témpanos de hielo. 

Las células cerebrales, al ser electrónicas, también son muy afines a Acuario. Incluso lo son las células 

cerebrales de Saturno... o lo serían si la Cabra les dejara brincar más a menudo sobre el trampolín de la 

imaginación. 

 

Confieso que he conocido a capricornianos muy comprometidos e interesados en temas tales como la 

investigación de OVNIs, la astrología, la reencarnación y la metafísica... pero no son muchos. Y aquellos que 

están comprometidos e interesados en dichos temas tienen en sus horóscopos otras configuraciones 

planetarias, que les suministran instintos imaginativos más audaces, una fe más simple en lo invisible, una 

confianza más infantil. La Cabra típica es cualquier cosa menos infantil. Los capricornianos se aproximan 

más a la inocencia infantil durante la segunda mitad de la vida, cuando por fin empiezan a disfrutar de la 

despreocupada relajación que se perdieron en su juventud... más o menos en el mismo momento en que 

 

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Acuario anda dando volteretas por la maravillosa variedad uraniana de «segunda infancia» (que algunos 

llaman cruel y muy falsamente «senilidad»). Así que se podría decir que estos dos se llevan estupendamente 

cuando son mayores, pero que cuanto más jóvenes sean, tanto más proclives serán a pensar que sus 

respectivos hábitos y personalidades son excéntricos. 

 

El novelista capricorniano Henry Miller es un ejemplo arquetípico de la fabulosa libertad 

y la alegría infantil que experimentan las Cabras cuando se han liberado de la prisión de Saturno. Cuanto más 

envejece el capricorniano Henry, tanto más brilla el centelleo de sus ojos, tanto más joven parece, y tanto más 

desaforada es su conducta. 

 

Cuando una de las ex esposas de Henry lo abandonó, se llevó consigo todos los muebles y accesorios, y lo 

dejó literalmente sentado en el suelo. Lo primero que hizo la Cabra fue algo muy apropiadamente saturnino, 

práctico y económico. Trajo unos cajones de una tienda de comestibles, para sentarse en ellos. También los 

utilizó para fabricarse una mesa de comedor. Después de un tiempo comentó: «Se me ocurrió una idea 

repentina. Me dije, Henry, maldito seas, ¿por qué no consigues un par de patines y te lanzas a patinar por esta 

habitación? ¡Lo pasé estupendamente!». 

 

¿Veis? Apenas Henry salió en libertad condicional (como salen todos los capricornianos, a distintas 

edades individuales, más o menos a partir de los treinta), zafándose del estricto control del decoro saturnino, 

un espectador no podría haber distinguido a esta Cabra de un Aguador. Pero un capricorniano sigue siéndolo 

en el fondo del alma, esté o no en libertad condicional. Recientemente, mientras escribo estas líneas en 1978. 

el novelista regido por Saturno criticó los tumultos estudiantiles de los años sesenta, con el argumento de que 

sus protestas habían sido demasiado débiles. «De nada vale emborracharse y enloquecer —sentenció—. 

Debes tener la mente despejada, ser más lúcido que el hombre al que quieres derrotar.» Pura filosofía 

saturnina. 

 

Una Cabra es una Cabra, aun teniendo en cuenta el envejecimiento a la inversa de Capricornio, pero estoy 

segura de que Henry no dejaría de lucir una guirnalda de narcisos cuando ello le viniera en gana... y si tuviera 

un yo-yo a mano lo haría girar como un campeón. Quizá las Cabras jóvenes de alma —y de lo que sea— que 

lean esto quieran enviarle a Henry un yo-yo como si fuera una especie de clave compartida... y los Aguadores 

podrían mandarle unos narcisos (que él se apresuraría a pintar, dado que la pintura es su nuevo hobby, y en 

verdad demuestra que tiene tanto talento como el que tiene como escritor). Los recibirá en Pacific Palisades, 

California. Quedará encantado. 

 

Sin embargo, mientras las Cabras aún tratan de escalar la cumbre de sus ambiciones, miran con malos ojos 

todo tipo de disparate y frivolidad. El Acuario que tiene una sencilla y alegre destreza para hilvanar palabras 

absurdas... que ha sido tocado por la maravillosa locura del genio... que arroja estrellas en los pozos de los 

deseos y sueña con ranas rosadas... puede resultarle en verdad muy raro al capricorniano materialista, que cree 

que el trabajo transmuta los deseos en realidad. Normalmente las Cabras sólo pronuncian palabras signadas 

por el sentido común, así que es lógico que a veces los nativos de Urano les parezcan criaturas venidas de otro 

mundo, y no terráqueos sensatos, corrientes, de todos los días. ¿Cómo es posible que las ranas sean rosadas, y 

además, por qué habrían de serlo? El verde es un color perfecto, satisfactorio, para las ranas. 

 

Puedo atestiguar esta reacción de Saturno ante Urano. En el lienzo de mi mente siempre permanecerá 

nítidamente pintada la imagen de la expresión de total perplejidad que se refleja en los ojos color chocolate, 

serenos, de mi hija capricorniana, Jill, cuando su hermano Acuario Bill, de mirada soñadora, ligeramente 

chalado, entra en la habitación... desgranando frases extrañas, luciendo un peinado que no se parece a ningún 

otro que haya ostentado jamás un ser humano, con los pies enfundados en un calcetín rojo y otro amarillo, y 

ocultando cuidadosamente su cociente intelectual de genio detrás de murmullos como: «Tranquilo, hombre, 

tranquilo». 

 

Reconozcamos los méritos de Capricornio. Después de que Acuario desbroza el camino 

hacia nuevos inventos y descubrimientos, las Cabras se adelantan con paso pesado para 

custodiar las maravillas y los milagros... para conferirles suficientes cualidades prácticas como para que al fin 

nos beneficien y mantengan al planeta girando en su curso. Una de las áreas de discrepancia entre estos dos 

consiste en que los capricornianos no aceptarán nada sin un control riguroso, a menudo mediante la crítica 

negativa. No permiten que ninguna falacia o incoherencia les haga creer en lo increíble. Normalmente, la 

Cabra insistirá en entender claramente el significado de cada palabra que pronuncia antes de enunciarla, en 

aclarar en su propia mente el sentido de cada idea o proposición antes de postularla. Frecuentemente descarta 

 

o silencia deliberadamente las sugerencias que no se ciñen a estas normas estrictas, en tanto que Acuario lo 

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indaga todo con dos ojos: el ojo frío de la disección científica y el ojo perceptivo de la intuición fulminante. 

El auténtico Aguador no está seguro de que la idea que Capricornio intenta silenciar sea falsa, y el regido por 

Urano opina que aunque lo fuera, el hecho de silenciarla sería un mal por sí mismo. «Vive y deja vivir», es el 

lema de Acuario. «Líbrate del peso muerto y conserva sólo lo que es útil», es el lema de Capricornio. 

«Conserva todo, porque en algún momento todo será útil a la luz de una nueva comprensión», replica 

Acuario. No me propongo terciar en la discusión. Así que los dejaremos aquí, con la sola sugerencia de que a 

los Acuario no les vendría mal un poco de formalidad... y de que tal vez las Cabras lo pasarían mejor si 

aprendieran a jugar con un yo-yo. 

 

Mujer CAPRICORNIO Hombre ACUARIO 

 

—¡Suéltame! —le ordenó ella. 

 

—Wendy, ven conmigo y díselo a los otros chicos. 

 

Por supuesto, ella se sintió muy complacida de que se lo pidiera. pero contestó: 

 

—Oh, querido, no puedo. ¡Piensa en mamá! 

 

Están en el Central Park de Manhattan —o en los Kensignton Gardens de Londres, tanto da— escuchando 

juntos el concierto de una banda. O mejor dicho, él escucha el concierto de la banda... y ella bosqueja la 

escena en colores claros. ¿No suena romántico, encantador, bello, armonioso? Sería todo esto si no fuera por 

un pequeño detalle. Allí no hay ninguna banda. El concierto que él escucha se desarrolla dentro de su cabeza. 

Por tanto, cuando empieza a agitar los brazos al compás de la percusión, a balancear la cabeza al son de los 

violines, a seguir el ritmo con los pies y a tararear la melodía, todo al mismo tiempo... bueno, a ella le parece 

que es un poco raro. 

 

Para ser absolutamente francos, ella piensa que está loco de atar. Pero como es una capricorniana, 

con los modales refinados que corresponden a las alumnas de una escuela aristocrática (haya concurrido a ésta 

 

o no), se ruborizará un poco, se concentrará aún más en su dibujo, y simulará que no lo nota. Sólo se pondrá 

nerviosa si él la invita a cantar a coro o si le pregunta qué opina del tambor. No es tan fácil ofuscar a un 

capricorniano. Se necesita algo descomunal. 

El hombre Acuario puede ser muy bien así de descomunal. Su rareza puede ser gigantesca, sobre 

todo cuando se la ve a través de los ojos circunspectos y serenos de la naturaleza sosegada y la pauta de 

conducta decorosa de la chica capricorniana. Comprendo que alguien podría recordarme que en mi primer 

libro Sun Signs (Los signos del Zodiaco y su carácter) escribí que ésta es la única chica que puede mirar a un 

sapo repulsivo y adivinar que se trata en realidad de un príncipe disfrazado... o algo por el estilo. Así que debo 

confesar que si puede alimentar este tipo de amor y de fe, supongo que también puede decidir que quizá hay 

alguna manera de rescatar a este hombre y transformarlo en un ser más parecido al modelo de marido y padre 

en el que ella juzga que vale la pena invertir tiempo y trabajo. Suponiendo que él tenga un acopio suficiente 

de otras virtudes concretas, ella incluso podría capitular y fingir que oye el tambor... y cantar a coro con él, 

para dejarlo temporalmente satisfecho. Sólo hasta que tenga la oportunidad de cambiarlo y de señalarle 

afablemente que ella entiende sus excentricidades, pero que la preocupa lo que piensan los demás. Quiero 

decir: hay que conservar una imagen respetable delante de los extraños. Todos, sencillamente todos, saben 

que es importante ser respetado... ¿y quién puede respetar a un pájaro loco? Es posible amarlo, sí, pero... ¿y 

respetarlo? 

 

Está equivocada. Tremendamente equivocada. A este hombre le importa un rábano que lo respeten. 

Entended bien, no tiene nada en contra de ello, pero tampoco le importa. Y ésta será, de cuando en cuando, 

una piedra de la discordia que pesará bastante sobre ellos. El hombre Acuario es muy individualista, y 

sustenta algunas opiniones e ideas realmente extravagantes. La capricorniana también puede ser muy 

individualista, y sustentar algunas opiniones e ideas realmente extravagantes. La diferencia consiste en que 

ella se las reserva, para evitar el ridículo y los juicios implacables de los demás, en tanto que él no tiene 

escrúpulos en divulgar su excentricidad. Como los dos tienen sus pequeñas peculiaridades, pueden establecer 

 

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una relación de empatía mutua. Lo que produce la tensión es la manera de manipularlas. 

 

El mundo de ella, a diferencia del de él, no es ficticio. Es un lugar realista, purificado por entornos 

pacíficos y prácticos, refinado a veces por el arte (muchos capricornianos tienen inclinaciones artísticas), 

poblado de cachorrillos, por sueños de cocinas calientes, de familias que entonan villancicos juntas, quizá de 

un manzano del que cuelga un buen columpio sobre el cual ella podrá remontarse sólo lo justo para alcanzar 

un éxito modesto mediante el trabajo afanoso. Los anhelos de Capricornio nunca se exceden de lo merecido. 

El mundo de su Aguador puede ser tanto inventivo como inventado, irreal... y estará atestado de súbitos atajos 

para llegar a magníficas cascadas: un lugar donde puede suceder, y generalmente sucede, lo insólito, poblado 

por toda clase de personajes de todas las formas y dimensiones. Éste es un hombre con amigos de 

idiosincrasia y talante muy diversos, que entrarán y saldrán tanto de su mundo de ensueño como del mundo 

real... entre narcisos, dinosaurios, flotadores y Wassermans. 

 

Ella tendrá que simpatizar con los amigos de él. Ésta es una obligación ineludible para una mujer 

enamorada de un hombre Acuario. Éste experimenta por ellos una lealtad y una devoción sobrehumanas, y 

también deberéis recordar que es capaz de llamar «amigo» a un portero con el que trató una sola vez. Los 

Acuario le otorgan a esta palabra un sentido muy amplio. A veces, el Aguador incluso se distraerá y 

presentará a su esposa como «mi buena amiga, Eloise»... 

 

Como las chicas capricornianas son, por regla general, esposas calladas y discretas, que no se muestran 

excesivamente entrometidas, curiosas o exigentes, es fácil entender por qué atraen al hombre regido por 

Urano. Mientras no sea tan callada, discreta y poco exigente como para que él olvide su presencia. Los 

hombres Acuario tienen fama de haber procedido así, ¿sabéis?... quiero decir de olvidar totalmente que están 

casados, y entonces es necesario recordárselo de cuando en cuando. Habitualmente el problema no consiste en 

que sean infieles, sino en que se quedan pasmados al descubrir que han tenido un momento de debilidad y han 

formulado una promesa eterna. 

 

Este hombre, os lo advierto de antemano, tiene la obsesión de las promesas. No a favor de ellas, sino 

en contra. Esto se debe a la extraña mezcla de integridad de Urano. Piensa que es incorrecto y ridículo decir 

algo cuando no estás seguro de que dentro de una semana, un mes o un año seguirás pensando lo mismo. 

Nadie puede tener la certeza de que no cambiará (menos aún los Acuario, que cambian constantemente), ¿así 

que por qué engañar a los demás? La mayoría de las personas nacidas bajo este signo no soportan que las 

acusen de violar un juramento o de traicionar a un amigo, así que se las apañan lo mejor que pueden sin 

contraer lo que para ellas puede ser un compromiso falso. ¿Quién sabe lo que sentirá mañana respecto de lo 

que dijo ayer? No un Acuario, por cierto. Esto no significa que no haya muchos hombres Acuario que 

cumplen sus votos matrimoniales y pasan toda la vida junto a una misma mujer. Los hay. Algunos de ellos 

están profundamente enamorados, pero incluso aquellos que no lo están se resisten a pedir el divorcio. Rara 

vez el problema con que se enfrenta la esposa de un Acuario consiste en «otra mujer». No en el sentido 

consagrado del término. Las mujeres le interesan a este hombre por una razón que a él le parece muy válida: 

componen aproximadamente la mitad del género humano, y a Acuario le interesan muchísimo los diversos 

problemas del género humano. Es posible que al principio pase por alto el hecho de que las mujeres son 

miembros del sexo opuesto, con un atractivo magnético sobre los hombres (esa historia de los pájaros y las 

abejas). Él no es indiferente al sexo, pero éste reviste una importancia secundaria... secundaria en relación con 

sus fantasías, con sus sueños obsesivos, sus visiones, su introspección, su vocación por su trabajo o carrera... 

y siempre y eternamente, en relación con sus Amigos. He empleado la mayúscula deliberadamente. Sin 

embargo, si esta mujer hace aunque sólo sea un esfuerzo mediocre por amar a este hombre, en la mayoría de 

los casos (no en todos, pero sí en la mayoría), tendrá como recompensa un amante o marido fiel, que le 

suministrará mucha variedad, interés, fascinación, sorpresas inesperadas y excitación. La mujer capricorniana 

debería hacer más que un esfuerzo mediocre, porque esta chica se ha guiado, desde su infancia, por el 

precepto de que cuando vale la pena hacer algo, vale la pena hacerlo bien. 

 

Curiosamente (pensándolo mejor, quizá no es tan curioso), el hombre Acuario despierta a menudo en esta 

mujer unos celos irrazonables, aun cuando se trate de una chica Cabra normalmente serena y plácida. Como 

puede sentirse atraído desde el punto de vista intelectual por un extraño, a primera vista, y más aún en un 

primer encuentro, es posible que trate a dicho extraño como si fuera un amigo íntimo. Si el extraño es una 

extraña, es posible que su esposa capricorniana, o lo que sea, no se dé cuenta de que probablemente esta 

relación carece de toda importancia. Ella deberá recordar que este hombre tiende a divorciar el amor de la 

pasión física, y por tanto puede «amar» a sus amigos y amigas, al mismo tiempo que sólo comparte con ella la 

unión sexual. En realidad, la capricorniana se halla mejor pertrechada que las mujeres de otros signos solares 

para tolerar esto. Aun así, la situación puede ser engorrosa. Ella deberá recordar que una vez que él se le haya 

 

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entregado totalmente en el plano físico, no verá ninguna razón para no poder seguir teniendo cálidas 

relaciones intelectuales con otras mujeres. Una mujer ariana o Leo estaría en condiciones de enumerarle 

muchas razones por las que no debería ni podría... después de devolverle su sortija de amistad (o de 

arrojársela a la cara), pero la mujer regida por Saturno puede entenderlo, si se esfuerza a medias. 

 

El aspecto físico de su relación puede ser cambiante e imprevisible. Cuando se trata de Acuario, todo es 

cambiante e imprevisible. Su actitud respecto del sexo puede oscilar entre la curiosidad vehemente y la 

aceptación desapegada. La de ella puede oscilar entre una conciencia del apareamiento como deber de amor 

—esperado, y por tanto cumplido— y un profundo y sano disfrute de su intimidad, sin falso recato ni 

fingimiento. Es poco probable que cualquiera de ellos dos subestime o sobrestime el sexo. Ambos tienden a 

aceptarlo como es, ni más ni menos, y son capaces de experimentarlo sin excesiva pasión ni tormentas 

emocionales, aunque algunos hombres Acuario aportan al acto amoroso un aire de irrealidad soñadora, y al 

coqueteo y los juegos preliminares un aire de titilante suspenso. Y algunas mujeres capricornianas se 

ruborizan durante toda la vida, con una intensificación de sus palpitaciones, ante el tema de la sexualidad. Es 

posible que él divague un poco en el área del amor físico, que a ella le resultará desconcertante, e incluso 

turbadora, pero si estos dos están emocional v mentalmente enamorados, podrán superar cualesquiera 

problemas menores de acomodamiento sexual. 

 

Si uno de ellos tiene la Luna en un aspecto armonioso con el Sol del otro, su unión física será más que 

satisfactoria. Con un aspecto de cuadratura u oposición entre el Sol y la Luna respectivos, la satisfacción 

puede ser esquiva. En ambos casos, es posible que sus almas no experimenten un apetito desmedido, corno el 

que describen los poetas. Frecuentemente el instinto sexual de las chicas capricornianas se desarrolla con 

mucha lentitud, y lo mismo ocurre con el de muchos hombres Acuario, aunque no todos... de manera que 

cuanto más tarde se casan, tantas más posibilidades de éxito tienen. 

Es posible que la piedra de la discordia sea la exagerada devoción de ella por su familia, o la negativa de él a 

cooperar con ella a la hora de salvar las apariencias delante de vecinos y parientes. Pero deberán concentrarse 

en sus respectivas virtudes y olvidar sus pequeños engorros y diferencias. La mujer capricorniana puede ser 

sorprendentemente afectuosa, emocionalmente equilibrada y leal... con un fuerte sentido de la responsabilidad 

moral. Casi nunca hará algo que pueda causarle a él dolor o bochorno. Esto vale para todas, menos para la 

rara Cabra de corazón frío, que yerra el camino en la infancia y que carece de sensibilidad para el amor 

romántico, en tanto que acepta el amor sexual con tanta impasibilidad como si se tratara de un apretón de 

manos. Pero suponemos que la Cabra o el Aguador lee esta sección para entender mejor, y no entra en esa 

infortunada categoría. 

 

En cuanto a las virtudes del amante o marido Acuario, ningún hombre puede salvaguardar el estímulo 

intelectual durante tanto tiempo como él... y el amor empieza en la mente. Corrección: Empieza en la mente 

de quienes han nacido en el elemento Aire, como Acuario. Para quienes nacen en el elemento Tierra, corno 

Capricornio, el amor empieza por la seguridad emocional. Este hombre tiene un pequeño déficit de fiabilidad 

y seguridad emocional. Pero si su compañera es suficientemente tolerante y paciente, puede aprender. La 

chica capricorniana que es capaz de ver un príncipe apuesto cuando mira una fea rana, está en condiciones de 

corregir este defecto. 

 

A él le gustaría descubrir un mundo donde las hojas nunca caen... y el Sol nunca se pone. Ella está 

segura de que semejante mundo no existe. Si pretenden alcanzar la felicidad juntos, ella deberá colaborar 

igualmente en la búsqueda. ¿Y quién sabe? Quizás él le dará una sorpresa y lo encontrará... si ella abre los 

ojos, le quita los cerrojos al corazón, y elimina de su vocabulario la palabra «imposible»... como él lo hizo la 

primera vez que la oyó. 

 

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Hombre CAPRICORNIO Mujer ACUARIO 

 

—¿Dónde estás, Campanilla? 

 

Por el momento ella estaba en un jarro, y le gustaba tremendamente. Nunca había estado 

 

antes en un jarro. 

 

La relación amorosa entre este hombre y esta mujer puede deslizarse sobre ruedas durante mucho tiempo, 

hasta que ella suelta un comentario humillante e incomprensible delante de un grupo de amigos o de su 

sacrosanta (arrodillaos, por favor) familia... o resuelve desbaratar las cosas repentinamente porque ha 

cambiado de opinión o de planes. Entonces el capricorniano se pondrá ligeramente nervioso, situación ésta 

muy rara, porque las Cabras casi nunca están nerviosas, como ya lo sabéis a esta altura. (Conozco a un 

capricorniano que reside en Colorado y que cuando está nervioso sale a caminar solo y detona cartuchos de 

dinamita, pero tiene la Luna en Aries.) Cuando una chica Acuario se ponga nerviosa, —y es muy posible que 

esto le ocurra después de estar sujeta a períodos inexorables de disciplina y monotonía saturninas— tal vez se 

coloque cabeza abajo o agite las orejas ansiosamente. Esta señal centelleante de Urano indica que está 

ofuscada e inquieta. 

 

Lo primero que ella debe aprender cuando se relaciona con este hombre es a amar y respetar a la familia 

de él tanto como a la suya propia. Más aún que a la suya propia. Esto es indispensable, tanto si su familia es 

idílica como si se asemeja a la de los Borgias. Él no es ciego a los defectos, faltas y vicios de su familia, pero 

esto no importa. El capricorniano se sentirá obligado a venerar a sus padres y a exigir que todos quienes estén 

en su presencia los veneren, cualesquiera que sean sus debilidades. De lo contrario, se siente culpable. 

Racionaliza o pasa por alto los defectos de su familia. Será mejor que la mujer que espera que le abra las 

puertas de su corazón también los pase por alto. Es posible que él se sienta obligado a encontrarles algún 

defecto, ocasionalmente, pero preferirá que las críticas emanen de él, y no de los «extraños». Por supuesto, es 

innegable que esta lealtad filial es admirable, sobre todo porque deja entrever cuál será su actitud futura 

respecto de ella y de sus propios hijos. No os tendré en suspenso. Será la misma devoción inalterable, a menos 

que su Venus tenga un aspecto muy negativo, en cuyo caso este hombre podrá convertirse en un tirano no 

sólo glacial, sino también circunstancialmente promiscuo... con una peculiar circunspección. Pero las chicas 

Acuario no deben desanimarse, porque muy pocos capricornianos tienen un aspecto negativo de Venus, e 

incluso aquellos sobre los que recayó esta maldición planetaria a la hora del nacimiento generalmente se las 

apañan para controlarla con la ayuda de la autodisciplina de hierro de Saturno. 

 

Como ésta es una configuración de signos solares 2-12, la relación será influida, de alguna manera, por un 

marcado interés recíproco en el dinero o en la seguridad financiera, así como por la abnegación. Además, él la 

admirará en secreto, porque intuirá que ella está en condiciones de inculcarle una sabiduría inefable que él 

aún no ha aprendido (y está en condiciones de inculcársela, ¡vaya si lo está!), en tanto que ella tolerará 

afablemente sus depresiones y abatimientos ocasionales e inexplicables, y sus cíclicos accesos de mojigatería 

y melindrosidad, porque su propia alma guarda el recuerdo de haber pasado por la experiencia de Saturno en 

alguna vida anterior. Igualmente, ella no tiene la intención de pasar su existencia presente atada por estossofocantes lazos de cautela. Ésta es la vida de la que dispone para realizar experimentos con las maravillas del 

mundo, y toda chica Acuario alimenta este anhelo en el fondo del corazón, aunque sólo le dé rienda suelta por 

la noche, en el plano astral... cuando simula dormir. 

 

Él es Tierra y ella es Aire, así que sus motivaciones básicas tienen poco en común. A menudo, estos dos 

emprenderán un negocio juntos... o la lumbre, el hogar y la familia serán el punto focal de su relación, y una 

vez enamorados, ambos tratarán de pasar por alto las obvias diferencias entre sus naturalezas ypersonalidades. Si uno debe amoldarse al otro, lo más probable es que se amolde ella, y no la Cabra. Ésta no 

es la única alternativa, pero si la más probable. Los capricornianos se fraguan en la arcilla de su imagen 

terrenal a una edad muy temprana. Acuario, que pertenece al elemento Aire, es más dúctil, más adaptable a 

las circunstancias... más maleable. (Igualmente, ella nació bajo un signo fijo. y en algunas circunstancias 

puede desplegar una obstinación inesperada.) Pero normalmente, si ella debe cambiar para conservar su amor, 

pues cambiará, aunque el cambio es tan consustancial a los Acuario, que no debemos alabar excesivamente su 

carácter por el hecho de que proceda así. Para esta mujer, se trata de un proceso natural. El cambio no es un 

proceso natural para la Cabra. El capricorniano les teme a los grandes cambios de ocupación (carrera o 

 

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profesión), residencia y amistad. En tanto que ella ansía conocer nueva gente y se siente dichosamente 

cómoda entre todo tipo de personas, él se resiste a comunicarse con alguien que no pertenezca a su familia 

inmediata o al estrecho círculo de sus pocos amigos íntimos, con la mayoría de los cuales se relacionó en su 

infancia. Por consiguiente, su vida social conjunta podría ser un poco inconsistente, y siempre existe la 

posibilidad de que a ella la obsesione la sensación de que le falta algo. 

 

Bueno, he dicho que lo más probable es que sea ella, quien cambie para adaptarse al molde de él. Es 

cierto. No me retractaré. Pero también os he advertido que Acuario es un signo fijo. De modo que ella 

descubrirá la forma de manejarlo y manipularlo, al mismo tiempo que parece someterse dulcemente a todos 

sus deseos. ¿Así que os parece un poco taimada? No, sólo se trata del talento de Urano para hacer congeniar 

lo incompatible en una forma bastante seductora, confusa, muy sutil... que generalmente no se nota en la 

superficie. 

 

Es posible que al principio ella no reconozca su propio desasosiego después de haber encadenado sus 

sueños a los hábitos y deseos más mundanos de él. Más tarde aquel empezará a manifestarse de distintas 

maneras... cuando ella vuelva a la escuela para diplomarse, cuando visite su ciudad natal a solas durante 

lapsos cada vez más largos, cuando adopte un hobby como la música, el canto, la danza o la astrología para 

absorber parte de su energía desperdiciada... o cuando reitere ansiosamente que desea tener un hijo. Todos 

éstos son cambios. Y Acuario tiene fe en el cambio. A juicio de la Aguadora, el cambio oportuno en el 

momento oportuno puede resolverlo todo. 

 

Lo que los une inicialmente es a menudo la vibración invisible de integridad que ella emite, como si fuera 

una señal de radio. Los capricornianos no soportan a las mujeres frívolas, promiscuas, vulgares, agresivas o 

fundamentalmente deshonestas. Así que él capta la señal, investiga, resuelve finalmente que ella está dotada 

de las mismas cualidades de veracidad y honestidad que lo caracterizan a él y, después de un lapso decoroso, 

le hace una propuesta. Sea lo que fuere lo que le propone (y generalmente será una sociedad comercial o el 

matrimonio... o ambas cosas), siempre dejará pasar un lapso decoroso. Las Cabras no actúan impulsivamente. 

 

Lo que él no comprende es que, aunque se trate de una mujer íntegra, la suya es una forma individualista de 

integridad. Los Acuario son, sobre todo, leales consigo mismos (también sinceros consigo mismos), siempre 

fieles a lo que interpretan que es la verdad... pero esto no concuerda exactamente con la integridad de Saturno 

y con su hábito tradicional de honestidad. Capricornio se ciñe a las reglas. Acuario también, es cierto, pero a 

sus propias reglas privadas e individuales. 

 

Otro elemento que probablemente también los hizo confluir al principio fue la belleza de la Aguadora. Todas 

las mujeres que vibran en la frecuencia de Urano tienen una belleza sobrenatural, frágil, como una bruma 

matinal o un arco iris de verano... que primeramente está aquí, y después se torna invisible... para volver más 

tarde, y que tiene rasgos claramente definidos, que recuerdan un poco los de una diosa griega. Es probable 

que sus ojos también lo hayan hipnotizado. No hay ojos como los de Acuario: soñadores, misteriosos, siempre 

dotados de esa mirada remota y perdida desde hace mucho tiempo en el mañana. (Sí, he dicho «perdida desde 

hace mucho tiempo en el mañana». Se trata de un problema de tiempo. Todos los Acuario entienden la teoría 

einsteniana del tiempo.) Los ojos de él están fijamente enfocados sobre (y en) el día de hoy... cándidos y 

serios, muy distintos de los de ella. La diferencia atrae. 

 

Las ideas neuróticas del capricorniano típico sobre el trabajo de «su mujer» podría generar conflictos 

entre estos dos (a menos que la Luna o el ascendente de la chica Acuario esté en un signo de Tierra, para 

armonizar con la imagen más sosegada de la Cabra). La mayoría de los hombres Cabra miran con malos ojos 

a las mujeres profesionales. Algunos de ellos hacen algo más que mirarlas con malos ojos: les prohíben 

terminantemente que se dediquen a semejantes actividades, y sólo permiten que la «mujercita» trabaje en la 

empresa familiar. Algunos capricornianos están tan atados a los estereotipos masculino-femeninos, que tienen 

la firme convicción de que todo hombre que se casa con una profesional próspera, lo hace movido por el 

interés económico... aunque sea obvio que su amor es recíproco. Este tipo de capricorniano se empecina en 

creer que aquel hombre sólo finge amarla. Tiene que ser por dinero. Aunque él mismo amara sinceramente a 

una profesional próspera, estaría igualmente convencido de que su propia motivación es la codicia... aunque 

ella fuese muy bella, deseable o inteligente, y aunque él le tuviera un gran afecto. Lamentablemente, alguna 

que otra Cabra padecerá esta rara aberración de Saturno, que le impedirá creer en el amor entre el hombre y la 

mujer si aquél no se ciñe a un esquema preconcebido, que data, más o menos, de la era de los dinosaurios. 

 

A menos que su capricorniano tenga la verdadera obsesión de vetar la independencia femenina, es 

posible que la Aguadora (nacida, recordad, bajo un signo fijo) admire extrañamente sus ideas un poco 

anticuadas. Al fin y al cabo, se enamoró de él porque podía contar con que lo encontraría casi siempre en el 

mismo lugar, a diferencia de lo que ocurría con todos los hombres que conocía, y que eran tan imprevisibles 

 

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como... bueno, como lo es ella misma (o como lo era, antes de que la Cabra la moldeara a su imagen y 

semejanza). La mujer Acuario, con sus propias cualidades camaleónicas de suspenso y con sus corazonadas 

intuitivas y sus procesos mentales alterados, busca a menudo en su compañero lo fiable, lo formal y lo seguro. 

Es una paradoja, pero como he señalado reiteradamente en otras secciones de este libro, todos los Aguadores 

son paradojas vivientes. Quizá la atrae la estabilidad en razón de la fijeza básica de Acuario. Al fin y al cabo, 

lo que es fijo es fijo, aunque nunca lo adivinarías a juzgar por su conversación ambigua y su conducta 

abstracta, que hacen que te sientas como si estuvieras en un balancín al mismo tiempo que das vueltas en la 

noria gigante de un parque de diversiones. 

 

Generalmente sus reyertas girarán en torno de situaciones ajenas: episodios o personas con los que 

ella tiende a ser tolerante... y él tiende a ser implacable. Sin embargo, por mucho que se amolde, la Aguadora 

llevará la batuta a la hora de discutir, con su encanto dulcemente persuasivo de elemento Aire... pues parecerá 

sugerir. Así, la mujer Acuario gana al final casi todas las disputas o confrontaciones con la Cabra terca, 

práctica, quizá porque ella divierte y confunde, y todo esto lo hace con la mayor naturalidad, sin exigir, 

limitándose a sugerir cuando los demás no la escuchan. No es raro que todos piensen que él es el auténtico 

mandamás. Si sus soles y lunas están en oposición o cuadratura, es posible que él se despierte en una mañana 

lluviosa y comprenda por fin que lo están manipulando delicadamente, que rechace un papel tan poco 

masculino... y que estudie la posibilidad de separarse. La rumiará durante mucho, mucho tiempo. El 

capricorniano no hace nada deprisa, y menos aún cuando se trata de destruir un hogar, pues esto lo desquicia. 

La separación o el divorcio también le dolerá a ella. Sin embargo, a la larga, la chica Acuario se adapta a la 

relación descalabrada más rápida y fácilmente que cualquier otro signo, excepto Géminis, Piscis o Sagitario. 

El divorcio, como el matrimonio, es esencialmente un cambio... y el cambio nunca asusta a esta chica tanto 

como a otras. 

 

Desde el punto de vista sexual, la unión de Capricornio y Acuario puede dejar algo que desear. No siempre. 

Sólo a veces. Acuario es un signo masculino, y lo rige el planeta, también masculino, Urano... por muy dulce 

que sea ella cuando habla. Al principio, los humores cambiantes de su mística innegablemente femenina, con 

sus vibraciones masculinas contradictorias, excitan al capricorniano, pero es posible que más tarde sólo lo 

irriten. De alguna manera, a él se le escapa la verdadera esencia de ella. En cuanto a él... bueno, al comenzar 

el romance su sensualidad terrenal la atrae irresistiblemente, y después puede convertirse en una carga muy 

pesada... porque el ideal que ella tiene de la expresión sexual es mucho más etéreo, y exige una preparación 

imaginativa y cerebral para la unión física concreta. Pero, por supuesto, el amor puede transformar todos los 

senderos escabrosos en el camino que conduce al país de Oz. Basta un poco de magia. De modo que si ponen 

verdadero empeño podrán superar estos obstáculos, a medida que cada uno de ellos satisface las necesidades 

muy distintas del otro, mediante la aptitud de la Cabra para el afecto paciente y afable... y mediante la aptitud 

de Acuario para entender tolerantemente la naturaleza humana, y sobre todo la de él. 

 

Suponiendo que sus aspectos Sol-Luna sean armoniosos, la relación se profundizará gradualmente a lo 

largo de los años, hasta que cada uno suministre lo que le falta al otro. Ella se hará más segura y estable...

menos inquieta y anhelante. Él se hará menos rígido-frígido, más libre y abierto. Se parecerán cada vez menos 

a sí mismos... y cada vez más al otro... y se fusionarán tan íntimamente que sus amigos empezarán a verlos 

como una persona, una unidad de medida, y no dos individuos. Obviamente, éste no es un estado natural para 

Acuario, pero si se lo equilibra cuidadosamente, los resultados pueden ser maravillosos. La mayoría de las 

personas olvidan con cuánta desesperación la Cabra anhela silenciosa y secretamente poder retozar y 

juguetear. Sólo la retiene el adusto Saturno. 

 

Una vez conocí a un capricorniano llamado Roy, de Oklahoma, que todos los veranos visitaba Colorado, 

donde se sentía libre para romper los lazos restrictivos de Saturno y desarrollar su propia personalidad, en la 

atmósfera limpia y fresca de la montaña que siempre obra sobre las Cabras como un tónico euforizante. Al fin 

y al cabo, éstas son trepadoras y se sienten cómodas a grandes alturas. A más de tres mil metros por encima 

del nivel del mar, en Cripple Creek, Colorado, este capricorniano retozaba como un elfo o un druida de 

antaño. Desechaba su indumentaria formal de Oklahoma y vestía como se le antojaba. Las ropas de Elvis 

Presley (otra Cabra, entre paréntesis) habrían parecido circunspectas al lado de algunas de las que él se ponía. 

¡Pero tenía un aspecto estupendo! Un día abandoné jubilosamente su casa al amanecer, vestido sólo con un 

bañador rojo y amarillo chillón... para recoger flores silvestres. Otro día, irrumpió por la puerta de entrada de 

mi casa en medio de una violenta tormenta eléctrica de verano, mientras a su lado daba volteretas «T» (como 

él la llamaba afectuosamente): la radiante, deliciosa e imprevisible Aguadora que era su mejor amiga así 

como su socia (en una tienda de antigüedades. ¿que otra cosa podía ser, sino la carrera favorita de 

 

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Capricornio?)... y me entregó un inesperado ramillete de guisantes de olor... que despedían un aroma idéntico 

al que estoy segura que debe despedir el Cielo. Había pasado toda la mañana viajando en auto con «T» por los 

caminos anegados, disfrutando ambos de cada trueno y cada relámpago de Urano... sólo para venir a 

visitarme. 

 

El sentido del humor y la risa de esta Cabra, su bella sensibilidad y su intuición telepática, eran iluminadas 

por un corazón cariñoso qué ansiaba liberarse. Sin embargo, sufría los habituales accesos de timidez y 

apocamiento de Saturno... y había días en que cavilaba melancólicamente, al borde de la desesperación, sin 

ninguna razón visible. Pero la Acuario «T» era deliciosamente paciente y esperaba el plácido arco iris que ella 

sabía que no tardaría en refulgir en su aura... y éste siempre reaparecía. 

 

La mujer Acuario que ama a un capricorniano debería ponerle grilletes de cuando en cuando al Saturno que 

hay en él, cogerlo por la mano y desafiarlo: «¡Eh, mamarracho! ¿Quieres venir a chapotear en un charco, a 

jugar al escondite con las tortugas, a construir una casa sin paredes... y a reírte de nada?». Es posible que el 

tímido hombre Cabra se dé una sorpresa a sí mismo, al acompañarla. Pero si le pregunta: «¿Cómo puedes 

construir una casa sin paredes?», la luna de miel habrá terminado... y el amor también. 

 

Aun así, puede renacer milagrosamente. ¿Y acaso no es ésta la especialidad de los Acuario... hacer milagros? 

 

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ACUARIO -ACUARIO 

 

 

Aire - Fijo - Positivo 

Regido por Urano 

Símbolo: el Aguador 

Fuerzas diurnas - Masculino 

 

 

La relación ACUARIO-ACUARIO 

 

A todos nos suceden cosas extrañas en nuestro tránsito por la vida sin que nos demos cuenta 

durante un tiempo de que han sucedido. 

 

Sí. Es verdad. A todos nosotros nos suceden cosas extrañas, más o menos cada pocos años, y no nos damos 

cuenta enseguida de que han sucedido. Sólo notamos más tarde la naturaleza extraña del incidente o del 

acontecimiento. 

 

Sin embargo, a los Acuario les suceden cosas extrañas a un promedio de una o más por día, y los 

Aguadores nunca notan lo que ocurre. ¿Por qué un Acuario habría de considerar de alguna manera insólita un 

encuentro próximo de la primera, la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta, o la centésimo sexagésimo sexta 

clase? Para Acuario, lo raro es lo normal. Lo normal es raro. 

 

Cuando dos de ellos unen sus esquemas aurales en una relación de signos solares 1-1 de cualquier tipo —en 

una escuela, una oficina, un hogar, una cápsula espacial, la noria gigante de un parque de diversiones, o un 

bote de remos— la vida se convierte de veras en algo muy extraño, en una especie de pastel invertido de piña 

y pasas de ciruela, con círculos y rayas, estilo Hobbit de Tolkien, y con algo de Sombrero-Loco-pasando-porlos-

aros-de-croquet. Seré franca con vosotros. Un Acuario es todo lo excéntrico, brillante, genial y chalado 

que se puede ser. Dos Acuario juntos son exactamente dos veces más todo lo excéntrico, brillante, genial y 

chalado que se puede ser. Ya os formáis la imagen, una de esas imágenes con las que os encontráis al mirar 

los espejos ondulados del pabellón de la risa del parque de diversiones. Porque, como he escrito antes, tanto 

en este libro como en Sun Signs, Acuario es el signo de la genialidad y la locura, y a menudo es difícil trazar 

un límite sutil entre estas dos virtudes. 

 

Podéis depositar sobre el umbral de su casa un cesto con toda la responsabilidad por esta era delirante que 

nos toca vivir. Desde luego. si obráis así, ellos se limitarán a salir cada mañana rumbo a Disneylandia, 

saltarán por encima del cesto sin siquiera verlo, y después seguirán ocupándose distraídamente de sus 

negocios. Sí, los Acuario se ocupan de sus negocios, y pretenden que vosotros os ocupéis de los vuestros, sin 

inmiscuiros en los de ellos. De modo que saltarán por encima del cesto, sin fijarse siquiera en él, cada mañana 

de su vida. Podría ser un crío que alguien abandonó en el umbral. Si lo fuera, debería llorar estentóreamente 

para que el Acuario bajase la vista y notara su presencia. Estos personajes miran siempre hacia arriba, hacia 

atrás y hacia los costados, pero nunca hacia abajo. Es por esto que rara vez saben cuál es el terreno que han 

invadido sin autorización. Podría decirse que sólo utilizan la visión periférica. Pero de alguna manera 

consiguen encontrarse el uno al otro. Pienso que tal vez utilizan el radar. Pero entendedme bien: no necesitan 

entrar en una tienda y comprarlo en frascos o cajas... lo tienen incorporado a su Tercer Ojo. 

 

Los Acuario no deberán sentirse injuriados por todo esto, ni deberán precipitarse en paracaídas sobre la 

conclusión de que los estoy menospreciando. En verdad (real y sinceramente) Acuario es mi signo solar 

favorito, después de Leo... y de Aries, por supuesto. Un excelente astrólogo que conocí en Nueva York os 

llamaba a los Acuario «los portadores de la antorcha de la dignidad humana». (Esto me sobresaltó de veras, 

porque, ¿cómo se puede asociar algo digno con unos seres que se pasan la vida cabeza abajo?) Los antiguos 

sapientísimos os llamaban «los humanitarios del planeta Tierra». Por lo menos un autor os ha denominado «la 

última esperanza de la raza humana». Casi todos quienes estudian astrología os definen como «genios 

brillantes, premonitorios e inventivos». Y también os consideran acertadamente «los líderes de la nueva Edad 

 

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de Oro». Pero nada de esto importa. Yo os considero alocados, excéntricos, tan imprevisibles como una 

tarjeta cómica de San Valentín enviada a Quasimodo, a su habitación de la torre de Notre Dame... con un pie 

en el Cielo, otro en la Tierra, la cabeza en las nubes, y las orejas pegadas al revés. En otras palabras: raros. 

Además, siempre perdéis vuestras lentes de contacto en la bandeja de los cubitos de hielo, en la nevera. 

 

Aparte para los lectores: No os preocupéis. A los Acuario les halaga inmensamente que les atribuyan las 

cualidades precedentes. ¿Os parece extraño? No tanto. Veréis, los capricornianos reaccionan como si les 

hubierais otorgado el premio Nobel cuando les decís francamente que son remilgados. Los Tauro se hinchan 

de orgullo cuando les informáis que son tenaces como el pegamento... Los Leo sonríen con expresión 

benévola cuando les habláis de su arrogancia insoportable, y... escuchad, ¿sabéis una cosa? Todo el mundo es 

raro. Quiero decir, ¡TODO EL MUNDO, sin excepciones! Debe depender de la teoría de la relatividad o de 

algo parecido. Evidentemente, somos doce los grupos montados sobre este balón giratorio, y enfocamos la 

vida con doce criterios distintos. (¿Pensáis que ésta es la lección de tolerancia que han venido a dictarnos los 

Aguadores?) Por supuesto, la única forma sensata y correcta de enfocar la vida es la de Marte-Aries. Algún 

día se demostrará que esto es indiscutiblemente cierto. Mientras tanto, en mi condición personal de Carnero, 

me niego a seguir discutiendo el tema. 

 

Muchas personas me han escrito para preguntarme por qué Acuario es un signo de Aire, 

a pesar de lo cual su símbolo es el Aguador. Desean saber específicamente cómo se puede decir que un 

Aguador pertenece al elemento Aire. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para contestarles. 

 

No lo sé. 

 

¿Por qué os quejáis? Ésta es una típica explicación de Acuario. Tan clara como el smog que cubre Los 

Angeles. En mi condición de astróloga, no me sorprende en absoluto la mezcla de los elementos Aire y Agua. 

Y a medida que aprendáis más cosas acerca de estas criaturas singulares, atravesadas, de confusión creativa, 

tampoco os sorprenderá a vosotros. Espero que el conocimiento de las estrellas y los planetas os disuada de 

escribirme para pedir algo tan absurdo como la explicación del porqué de algo relacionado con los nacidos en 

febrero. (Algunos Acuario nacen a fines de enero. pero la mayoría nacen durante lo que los norteamericanos 

llamamos el mes de la marmota... y es lógico que sea así.) 

 

Ahora imaginad esto. Dos Aguadores se han descubierto recíprocamente, en el parque de juegos, en 

la universidad, en un equipo de baloncesto, en un hangar de TWA, o entre los espectadores de Star Wars. 

Leen este libro juntos. O sea, uno de ellos (excluyendo a los críos del parque de juegos) se lo lee en voz alta al 

otro, que se pasea por la habitación, regando las plantas y hablándoles (pero escuchando). El lector se 

interrumpe, más o menos aquí... se vuelve hacia el Acuario que empuña la regadera y que está enfundado en 

el chándal, y comenta: «¿Pero qué dice esta autora? ¿Acaso tenemos algo de raro? Tú te has doctorado en 

física nuclear, yo soy general de brigada del Ejército de salvación, ambos somos evidentemente personas 

inteligentes, normales, discretas, calladas. Este libro insinúa que somos, de alguna manera, "estrafalarios". La 

astrología no puede ser exacta si insinúa semejantes cosas, ¿no te parece?». 

 

El segundo Acuario se detiene cerca de las violetas africanas, reflexiona cuidadosamente, con la 

intención de analizar correctamente la pregunta, y después mira al otro Acuario, con expresión soñadora, y 

responde: «Todo el mundo es estrafalario, excepto tú y yo... y a veces...» (deja la frase en suspenso). 

 

El primer Acuario lo interrumpe, también con expresión soñadora: «...y a veces tú desvarías un 

poco...» (completando la frase). 

 

«¡Gracias, camarada, por ayudarme! Había olvidado el final. Me sacaste las palabras directamente 

del inconsciente —comenta el segundo Acuario—. A veces soy muy distraído.» 

 

PRIMER ACUARIO: Parece que nos leemos muy a menudo el pensamiento, ¿no es verdad? Quizá deberíamos seguir un 

curso de telepatía, o algo así, para poder entender por qué entendemos tanto. 

SEGUNDO ACUARIO: No lo creo. Eso no me excitaría. ¿Por qué no compramos en cambio un libro sobre la forma de 

captar las voces de los muertos? Hay uno titulado Breakthrough, que publicó Taplinger, o alguien, y que explica cómo se 

puede captar la voz de cualquier persona, viva o muerta con un magnetófono común. En varias grandes universidades ya 

han verificado que funciona. Escucha, ¿has visto qué hice con mi regadera? 

PRIMER ACUARIO: Acabas de meterla en el cajón de la cómoda. ¿Estaba vacía? SEGUNDO ACUARIO: ¡Qué 

barbaridad! Todavía estaba semillena. ¡Mira mis jerseys! Están empapados. 

 

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PRIMER ACUARIO: Ése es mi cajón de la cómoda, y esos no son tus jerseys, son mis gatitos. SEGUNDO ACUARIO: 

 

Bueno, lo siento mucho... ¿pero qué hacen tus gatitos en el cajón de la cómoda? 

PRIMER ACUARIO: Siempre duermen la siesta allí, porque les gusta el perfume del cedro. ¿No lo recuerdas? 

SEGUNDO ACUARIO: Es verdad. Lo había olvidado. ¿Me prestas tu secador de pelo, para secarlos? Pobrecillos. 

PRIMER ACUARIO: No te preocupes. Los secaré yo. Tú corre a la biblioteca y pide Breakthrough. Puedes usar mi 

 

bicicleta. Pero ten cuidado. Le falta la rueda trasera. Procura evitar las congestiones de tráfico. 

 

¿Entendéis lo que quiero decir? El desenlace de cualquier tipo de asociación entre dos individuos Acuario 

de cualquiera de los tres o cuatro sexos, que dure desde quince minutos hasta un par de décadas o toda una 

vida, es totalmente imprevisible. Lo único que se puede prever acerca de su relación, cualesquiera que sean 

sus edades, su peso, su estatura, sus números de Seguridad Social, y sus referencias previas, es que se 

entenderán enseguida el uno con el otro. Esto es por sí solo un milagro fabuloso. A menudo un encuentro 

entre dos personas regidas por Urano hace brotar (literal y seriamente) lágrimas en los ojos de ambas. Así es: 

cuando has estado pensando que nadie en el mundo entero sentirá nunca lo que tú sientes respecto de nada, o 

nunca entenderá por qué sientes lo que sientes respecto de todo... el día en que encuentras a alguien que 

sonríe comprensivamente debes marcarlo EN ROJO en tu calendario de Tolkien, como una efemérides de paz 

y alegría y bienestar inesperados, pero cálidamente bienvenidos. 

 

Por fin has encontrado a otro ser humano que caminará silenciosamente por las colinas recogiendo setas 

contigo, y que no parloteará sin parar sobre temas intrascendentes. Alguien que sabe dónde buscar a Régulo y 

Espiga en una estrellada noche estival en las montañas, y que también sabe señalar a Arturo... alguien que ha 

leído Walden, de Thoreau, exactamente veintitrés veces, como tú... alguien que está dispuesto a aporrear a 

todos los charlatanes del Congreso porque se niegan a honrar y tratar a los indios norteamericanos con el 

inmenso respeto y veneración que merecen, para no hablar de que se niegan a pedirles excusas porque les 

robamos sus tierras y su país. Alguien que sabe lo que es un quark, por qué el número nueve es el solvente 

universal, y también el Dragón Rojo de la alquimia... alguien que se da cuenta de que es hora de curar este 

planeta o de decirle adiós... alguien que defiende los inodoros sin agua, porque considera que son la gran 

esperanza del futuro, dado que podrían traer consigo la doble bendición de un suelo nuevamente rico y fértil y 

de aguas puras e incontaminadas en la Tierra... alguien que desea nadar por los ríos, trepar a los árboles... ser 

libre... en lugar de pasarse la vida dedicado a esta faena aborrecida con que llenamos nuestros días... alguien 

que cree en la homeopatía y la radiónica porque dan resultados... alguien que está en guerra con quienes se 

reparten la Tierra y dicen que la «subdividen».., que está resuelto a detener la innecesaria matanza médica y 

científica de nuestros hermanos animales, vivos y aterrorizados... alguien que es, en una palabra... cuerdo. 

 

Ahora comprenderéis (espero) lo que quise decir con la vigésima y la vigesimotercera palabras de la sexta 

oración del tercer párrafo, en el comienzo de este capítulo. Entonemos una plegaria silenciosa y reverente 

para pedir que más Aguadores se encuentren recíprocamente durante ésta, su propia era, que está 

despuntando. Mientras rezamos, se nos sumarán los Aguadores Abraham Lincoln, Joanne Woodward, Paul 

Newman, Adlai Stevenson, Lewis Carroll, Mia Farrow Previn, Franklin D. Roosevelt, el profesor Ray Neff... 

Jimmy Hoffa, Bill Snyder, Edith Bunker, George Jefferson alias Sherman Hemsley, Pearl Burt y Thomas 

Edison... y todas las plantas y animales y seres marinos indefensos... las crías de foca y sus madres... las vacas 

y los cerdos y los leopardos masacrados... los Acuario Charles Lindbergh, Vanessa Redgrave... la tribu 

Coyote de los indios hopis... Tom Banyaca... Craig... Joel Cohen, Debra Hayec... Goldfield Druid, Nona Stodart... 

Claudine Longet... Alfred E. Neuman... Ruth Edwards... y Bilbo Baggins. 

 

...y también los Aguadores honorarios Claire Faverone y Francesco Bernardone de Asís ...Jesús, el 

carpintero, y María Magdalena... 

 

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Mujer ACUARIO Hombre ACUARIO 

 

—Qué tonterías dices, preciosa. Nadie puede entrar en la casa sin golpear. 

—Creo que él entra por la ventana —respondió ella. 

—Cariño, está en el tercer piso. 

...oh, seguramente ella lo había soñado. 

 

 

No. Ciertamente no sueña. Los hombres Acuario entran en las habitaciones de una manera singular e 

inusitada, tal como lo hacen todo. En verdad, entrar en una casa, un aula, un teatro, un estadio, una iglesia o 

un gallinero por una ventana sería decepcionantemente mundano para un Acuario. Podría entrar por la puerta 

haciendo repicar un equipo de esquí acuático o unos chanclos para nieve. Conozco a un Acuario (adulto) cuyo 

hobby consiste en andar sobre zancos... iguales a los que yo usaba para bambolearme por el callejón cuando 

era niña. Es el campeón de zancos de su barrio. Verídico. Además se fabrica sus propios zancos. Un actor 

Aguador que conozco, llamado Bernie Friedman, se desliza en un patinete alrededor de su manzana del 

Bronx, sobre Cruger Avenue, verificando los resultados de los partidos locales de béisbol; con las brillantes 

letras de las canciones que él escribe apretadas debajo del brazo; con un ritmo de su cantante favorito, Frank 

Sinatra, anidado detrás de la oreja izquierda; mordisqueando un pepinillo kósher en vinagre y una rosquilla 

recién horneada... y luciendo una insignia azul y blanca en la que está impreso el lema: Que la fuerza sea 

contigo. 

 

Estos Aguadores de sexo masculino provienen, sin excepción, del espacio exterior, y ésta es la excusa 

muy lógica que emplean para ser tan raros. Tengo un amigo Acuario cuyas iniciales son J. C. (no, no el Rey 

de los Cacahuetes... ni el otro, aunque mi amigo también es de origen judío. Pero es natural de Wantagh, 

estado de Nueva York, y no de Jerusalén). De todos modos, Joel Cohen me visitó recientemente. Antes de 

llegar, me telefoneó y concertó una cita conmigo para las once de la mañana. Cuando le pregunté por qué no 

venía más temprano, para que pudiéramos desayunar juntos, respondió que no quería comprometerse para una 

hora anterior, porque quería disponer de tiempo para extraviarse mientras buscaba el lugar del encuentro. Esto 

me pareció muy sensato. Los Acuario se pierden a menudo en el Metro, en la autopista, en los aeropuertos... y 

a veces, en su propia casa. 

 

Cualquiera que sea el método que el hombre Aguador elige para entrar en una habitación, una vez que está 

dentro, si hay una mujer Acuario presente, sus ojos intercambian inmediatamente una sonrisa, luego 

parpadean unas cuantas veces, y después se desvían hacia el cielo raso. (Es dificil inmovilizar los ojos de 

Acuario. Y también a los Acuario en persona.) Si uno de estos dos Aguadores ya está comprometido, ligado a 

algún otro, implicado en un romance, o legalmente casado, a ninguno de los dos se le ocurriría entablar una 

mayor intimidad emocional. La infidelidad no figura en el código del Acuario típico. (No puedo hablar de los 

atípicos, como no sea para decir que, si cometen una trasgresión moral, tendrán una buena razón lógica para 

proceder así, que tal vez no convencerá a los demás, pero sí a ellos.) De modo que si uno de nuestros Acuario 

típicos, o ambos, pertenecen a otra persona (si hubiera un compromiso romántico previo), no se enamorarán 

locamente, ni concertarán una relación secreta, ni infringirán las reglas de ninguna manera. En cambio, se 

convertirán sólo en amigos íntimos, platónicos. 

 

Si por casualidad ninguno de los dos está comprometido con otra persona, y por tanto a la hora de su 

encuentro disfrutan técnicamente de libertad para buscar el auténtico amor, ocurrirá exactamente lo mismo. 

Se convertirán en amigos íntimos, platónicos. A menudo por un lapso bastante prolongado, si se toma en 

cuenta que pertenecen a sexos opuestos. Los Acuario, ya sean chicos o chicas Aguadores, sienten mucho más 

respeto por la amistad que por el amor. La amistad es el gran objetivo de su vida: ser amigos de todo rey, 

reina, primer ministro, embajador, campesino, mendigo, elector, faquir, pastelero y fabricante de velas... de 

todo perro, gato, mula, rosal, golondrina, tordo, niño, lactante, presidente, hormiga, mosca, caballo,.oso 

hormiguero, cantante, bailarín, payaso y elefante de este planeta. Desde luego, no alcanzan cabalmente esta 

meta. Pero les falta sorprendentemente poco para alcanzarla. 

 

Veréis, se fían de la amistad. Pero el romance... el amor... representan para los Aguadores un estado de 

ánimo del que hay que recelar. Aquellos pocos Acuario cuyos soles estaban seriamente vulnerados a la hora 

del nacimiento por planetas maléficos de la quinta o la octava Casa de su horóscopo, pueden vivir una vida 

sexual espantosamente heterodoxa y promiscua. Pero la mayoría de los hombres y mujeres Acuario 

comparten la siguiente actitud... Piensan así: El romance lleva al amor. El amor lleva al sexo. El sexo es, muy 

sencillamente, el estudio de dos tipos patentemente distintos de tuberías. Una vez que esta diferencia ha sido 

 

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descubierta, confirmada y cuidadosamente verificada unas pocas veces, es un derroche de tiempo prolongar 

indefinidamente este proyecto de investigación. En el mundo hay tantos temas fascinantes para investigar, que 

no se justifica que una persona le dedique todo su tiempo a uno solo. 

 

Incluso los amantes Leo y Escorpión deben confesar que los Aguadores tienen razón en esto, por lo menos 

teóricamente. Todo lo que estas personas regidas por Urano piensan, dicen o hacen es teórico: abstracto o 

académico. Incluso enamorarse, cosa que hacen cuando han resuelto que se trata de algo seguro y sensato, 

pero sobre todo porque son curiosos, y no pueden seguir soportando el misterio... el misterio de él... el 

misterio de ella. 

 

El hombre Acuario pretenderá que la mujer que elige finalmente como «propia-paraque-lo-acompañe-ensu-

gran-gira-por-la-vida», sea algo más que una simple esposa, amante, madre y criada. Pretenderá que sea 

una geisha, su confidente, su secretaria, su confesora, su mejor amiga en todo el mundo, su camarada, su socia 

en todos sus planes demenciales, extravagantes, mágicos e imposibles. Ella también deberá estimar al resto de 

sus amigos (que podrían ser muchos), deberá ser una experta en matemáticas mentales, deberá saber qué 

diferencia existe entre Uriah Heep y Ofelia, y deberá haber leído y saber discutir inteligentemente si el 

profesor Moriarty mató a Sherlock Holmes, o viceversa. (No es necesario que ella sepa la respuesta, bastará 

que tenga una opinión interesante.) Si la chica Acuario que él ama está en condiciones de hacer todo esto, tal 

vez él podrá ejecutar algunos milagros en su honor. 

 

Por supuesto, la mujer Acuario pretenderá que él realice esencialmente los mismos trucos mágicos. 

Pretenderá que sea mucho más que un buen sostén del hogar, marido, padre, amante. y así sucesivamente. 

Tendrá que ser su gurú. su instructor de judo, su padre, su hermano, su mejor amigo del mundo, su monje 

tibetano, su Romeo, su Valen-tino, su Cleveland Amory (en relación con la notable cruzada de éste en favor 

de los derechos de los animales), y ciertamente su Ralph Nader y su Amory Lovins (el heraldo de las formas 

alternativas de energía, incluida la solar). 

 

En todo lo importante, él deberá recordarle al primer chico que amó, el que le pasó una margarita 

deshojada por detrás de la espalda de la maestra en la clase de álgebra... así como en todo lo importante ella 

deberá parecerse mucho a la primera chica que él amó, la que tenía un ojo azul y otro marrón, la más hermosa 

de la clase de geometría, aquella a la que una tarde él prestó su pañuelo cuando lloraba desconsoladamente 

porque no le habían salido bien los triángulos equiláteros. 

 

Veréis, las condiciones que ponen los Acuario para el amor eterno son tan difíciles de cumplir, que no es 

extraño que muchos de ellos no se casen nunca. Se necesita una considerable experiencia práctica para poder 

aspirar al puesto de esposa de él... o de marido de ella. Experiencia, no en el campo del amor o la sexualidad o 

de cualquiera de esas trivialidades, sino en el de la vida ordinaria. Borrad esto. Sustituidlo por la vida 

«extraordinaria». 

Una vez que hayan satisfecho sus respectivos requisitos delicados, complejos, convexos y enroscados, y 

hayan sido aprobados con un sobresaliente 10, este hombre y esta mujer tendrán muchas probabilidades de 

lograr juntos la armonía sexual. Tanto él como ella conocen instintivamente uno de los mayores secretos del 

amor sexual, a saber, que la parquedad hace más exquisito todo lo que hay en el Universo, y la unión física no 

es una excepción. No se trata de que vivan platónicamente, como hermanos —no, lejos de eso— pero. si son 

Aguadores típicos, tampoco saciarán sus cuerpos apareándose por el solo gusto de aparearse. Cuando 

expresen su amor sexualmente, casi siempre se habrá producido antes un incremento gradual del deseo, 

empezando por un intercambio de miradas sonrientes durante la cena o el desayuno. He dicho «casi siempre». 

En otros casos (no a menudo, pero sí con bastante frecuencia) su unión física será repentina, inesperada y 

explosiva, sin que ninguno de los dos insinúe una advertencia previa. Sólo una necesidad instantánea, seguida 

por una satisfacción silenciosa y también instantánea. Es posible que el hastío de Urano que ambos sintieron 

individualmente, antes de conocerse, por el exceso de experimentación en el área de las tuberías sexuales, no 

sea una mala escuela de investigación erótica para los amantes de todos los signos solares, dado el valor de su 

diploma. 

Si los signos lunares y ascendentes de esta pareja de la configuración de signos solares 1-1 son armoniosos, su 

potencial para descubrir arco iris y trasgos es todo lo tintineante que ellos podrían desear... pero si sus 

posiciones lunares-solares o ascendentes tienen un aspecto negativo en sus respectivas natividades, es posible 

que haya demasiadas virtudes (o rarezas) análogas en sus idiosincrasias, y tendrán que introducir algunos 

ajustes importantes si aspiran a convivir en paz. 

 

Para empezar, cada uno podría estimar demasiado a los amigos del otro. La mayoría de las parejas tienen 

problemas porque uno de sus integrantes no se entiende con los amigos del otro. Esta pareja no. Sus 

respectivos amigos les inspirarán tanta curiosidad y fascinación que es posible que olviden por completo su 

curiosidad y fascinación mutua, y entonces saldrán una noche con uno de los amigos... no necesariamente 

 

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para tener un amorío, sino quizá para estudiar la posibilidad de montar una discoteca para pilotos de OVNIs o 

una tienda de alimentos naturistas para jirafas. Quizá para discutir la posibilidad de que el mismo (o la misma) 

Acuario presente su candidatura a Presidente. Es difícil mantener vivo el romance cuando la cocina está 

atestada de amigos, y cuando sobre la cama se apilan los abrigos y las bufandas y los jerseys del continuo 

desfile de... amigos. 

 

Otro rasgo que podrá producir conflictos si lo exageran, porque ambos Acuario lo comparten, es su 

respectiva fijeza. La fijeza significa obstinación, y algo más. En el hombre y la mujer regidos por Urano, está 

entretejida con su conducta imprevisible, así que se podría decir que estos dos duplican el síndrome de la 

tozudez inventiva, extravagante. Por ejemplo, él se obstinará tercamente en permitir que su perro, Jeep, 

duerma todas las noches con ellos, acurrucado bajo su mentón. Es difícil y ligeramente antiestético darle un 

beso por la noche a un hombre que tiene puesto un cachorro de labrador a manera de bufanda. Nunca sabes si 

el beso en el morro se lo das al hombre amado o al perro. Esto puede ser desconcertante para una chica a la 

que le gusta dormirse amorosamente acunada. O... ella puede defender tercamente su derecho a conducir el 

auto de él, a pesar de que en una semana lo enroscó dos veces en un buzón, y de que en la guantera se apretuja 

una colección de sanciones por aparcar incorrectamente y por conducir a excesiva velocidad. Esto puede ser 

frustrante para un hombre al que le gustaría contar regularmente con un medio de transporte seguro. Es casi 

imposible convencer a un o una Acuario de que debe cambiar de idea sobre lo que sea (y es totalmente 

imposible obligarlo a ello). 

 

Afortunadamente, incluso el hombre y la mujer Acuario con aspectos negativos entre sus soles y lunas 

tienen una solución fácil para sus áreas de tensión. Pueden concentrarse en objetivos comunes —o incluso 

independientes— de actividad humanitaria o investigación científica. Así no dispondrán de tanto tiempo para 

enfrentarse con sus respectivas fijezas. Es un hecho que muchas parejas de misioneros, matrimonios de 

exploradores, de investigadores científicos, de coautores de libros, y así sucesivamente, pertenecen a esta 

doble configuración de signos solares 1-1 de Acuario. Los dos siempre pueden perderse a sí mismos, juntos, 

en la consagración a un objetivo idealista, y corren por tanto menos riesgo de perderse el uno al otro, en razón 

de su descontento y su desasosiego. No es necesario que hagan un safari juntos por África, ni que escalen el 

Himalaya en busca del Dalai Lama, ni que trabajen en equipo en un laboratorio cromado. Podrán dedicarse a 

un trabajo conjunto más normal, mundano, como por ejemplo amaestrar crías de gorila. montar un taller de 

reparaciones de uniciclos, probar paracaídas defectuosos, investigar experiencias extracorporales mediante el 

trance catatónico en la pirámide de Keops, en Egipto, o escribir un libro para explicar que Keops no construyó 

la pirámide de Guize y para revelar quién la erigió realmente... todo ello en gozosa sociedad. Sí, sé que estas 

sugerencias de carreras dobles no son «normales y mundanas» para vosotros y para mí. pero para el hombre y 

la mujer Acuario no son en absoluto anormalmente excéntricas o delirantes. 

 

Como ya he dicho en este libro, y también en Sun Signs, el hombre y la mujer regidos por Urano creen en 

el cambio... excepto en lo que les concierne a ellos. Tal vez él tienda a pensar que en el mundo todo y todos 

deberían cambiar, incluida ella (su compañera), mientras él se niega a introducir la menor modificación en sus 

hábitos personales. Tal vez ella tienda a pensar —y a negarse— igual que él. Obviamente, uno de los dos 

tendrá que tomar conciencia de que este tipo de reflexión a ciegas está errada. Preferentemente ambos. 

 

Vivirán sus momentos más felices cuando se den sorpresas recíprocas. A los Acuario les encanta dar y 

recibir sorpresas. Estos dos rara vez dejarán entrever sus planes individuales antes de ponerlos en práctica. El 

viejo Ford Modelo T que él le regalará para Navidad será totalmente inesperado. La casilla acoplada a la cama 

que ella le construirá, para que Jeep pueda dormir en las noches de martes alternos, no será anunciada con 

antelación, sino que sencillamente aparecerá allí, para dejarlo atónito una mañana cuando se despierte 

pensando que es Jeep quien le besa la nariz, y descubra que el cachorro ronca contento en su nuevo hogar a 

pocos pasos de distancia... y que en realidad es su camarada quien lo besa. Su buena y vieja camarada, su 

mejor amiga, la chica que se parece tanto a su primera amada que le hizo olvidar su nombre. ¿El nombre de 

quién? De su antiguo amor, quiero decir. Pero también es muy posible que un hombre Acuario olvide elnombre de su esposa. Los nombres carecen de importancia. Él recuerda lo que sí importa respecto de ella, 

como el aspecto que tiene con el pelo húmedo, después de nadar o ducharse... la forma en que su voz le aplaca 

el espíritu cuando le lee historias de Tolkien por la noche, a la hora de dormir... y la forma en que le prepara 

su soufflé de espinacas y su batido de pasas de ciruela todas las mañanas. 

 

La mujer Acuario también es distraída. Puede olvidar de cuando en cuando el nombre de su amante o 

marido, cuando está atareada con otros menesteres, como el de aserrar madera para la casilla del perro, o el de 

escribir su tesis sobre el perfeccionamiento de una nueva cámara para fotografiar escenas del pasado, usando 

cristales de cuarzo en la lente... pero se acordará de lo que realmente importa. Recordará que él fue el primer 

hombre que pudo señalarle a Sirio y Orión en el cielo... que le explicó cómo el uso generalizado del inodoro 

 

100 

 

 

sin agua podría salvar al planeta... que le regaló una suscripción al National Geographic el día de su boda y 

un equipo de herramientas para poner a punto el auto el día de su cumpleaños. Además, por supuesto, están 

esos momentos de... necesidad instantánea... y satisfacción instantánea... inesperados... y la forma en que los 

ojos de él le sonríen, después. Estos detalles los recordará eternamente, porque tienen trascendencia. 

 

ACUARIO PISCIS 

 

Aire - Fijo - Positivo Agua - Mutable - Negativo 

Regido por Urano Regido por Neptuno 

Símbolo: el Aguador Símbolo: el Pez 

Fuerzas diurnas - Masculino Fuerzas nocturnas - Femenino 

 

La relación ACUARIO-PISCIS 

 

Con un puñetazo hicieron las ventanas, y grandes hojas amarillas fueron las persianas. ¿Pero 

 

rosas...? 

 

—Rosas —exclamó Peter implacablemente. 

 

Rápidamente fingieron cultivar las rosas más bellas adosadas a las paredes. 

 

¿Rosas? Ciertamente. ¿Por qué no? Toda una plantación de tulipanes holandeses mecidos por el viento, si 

queréis. Estos dos pueden simular, y realizar a la larga, prácticamente todo lo que se les ocurra. Urano, el 

planeta regente de Acuario, recibe en astrología el nombre de «el Alquimista», y es verdad que la mayoría de 

los Aguadores son inventivos, locos y aficionados a los milagros. Sólo de cuando en cuando la fijeza de este 

signo de Aire específico estorba los relámpagos de extravagancia de Urano, en razón de lo cual unos pocos 

Acuario viven auténticamente estancados, ajenos a la demencia (y la genialidad) gloriosa que se esfuerza por 

refulgir apenas por debajo de la superficie de sus hábitos y opiniones fijos, de sus estilos de vida bastante 

monótonos. Entended que me refiero a la minoría. 

 

¡Ah! Pero cuando el Pez mutable ingresa en la escena abracadabrante con Acuario, el elemento Agua de 

Piscis mitiga considerablemente incluso la fijeza de estos raros Aguadores, y entonces la esencia de Urano 

puede aflorar libremente. Por supuesto, cuando se trata del Acuario medio no se necesita nada más para que lo 

desconcertante aflore. El Pez sólo aporta una dimensión adicional de locura y magia. 

 

En la Naturaleza, el agua suaviza el aire, creando una neblina húmeda: justo la atmósfera apropiada para la 

misteriosa alquimia capaz de transmutar deseos y ensueños en realidades veteadas por colores irisados. Dicho 

con más claridad, el Pez y el Aguador se complementan beneficiosamente. y también benefician a este mundo 

viejo y cansado. Los prodigios y maravillas que pueden concebir y crear juntos no tienen límite. La lista es 

extensa y variada. Pueden asociarse como arqueólogos, y buscar con éxito un cúmulo de tesoros semejantes a 

los de Tutankamon en las silenciosas arenas de Egipto... hacerse misioneros en Broadway y la Calle Cuarentay Dos o en la Octava Avenida, en Manhattan (mucho más peligrosas que las junglas de África o Borneo)... 

perfeccionar un sistema de comunicación con las ballenas y los delfines, para alertar a estas criaturas 

espléndidas cuando se acercan los balleneros asesinos... inventar una cámara que fotografíe el ayer en colores 

y el mañana con sonido estereofónico... abrir una tienda de reparación de guitarras, zapatillas de tenis y tornos 

de hilar... o hacer otra multitud de cosas maravillosas, con la única condición de que no sean rancias ni 

terrenales. 

 

Los dos podrían formar un estupendo equipo de detectives, en el cual el Aguador sería Sherlock Holmes, 

con su lupa, su gorra ridícula, y sus hábitos excéntricos, en busca de datos precisos y pistas científicas... en 

tanto que el Pez sería un doctor Watson mucho más sensible, premonitorio y sagaz que el personaje de Sir 

Arthur Conan Doyle. Entre paréntesis, la húmeda bruma de Londres es un ejemplo típico de la combinación 

 

101 

 

 

Agua-Aire que acabo de mencionar, de modo que era un marco excelente y apropiado para los misterios de 

Holmes. Con el nada convencional pero ultrametódico Acuario siguiendo las corazonadas neptunianas de 

Piscis, resolver el «Gran Robo del Tren», el «Gran Robo de Joyas» o el «Secreto de Goldenrod Lane»... sería 

coser y cantar. Poco importa que Piscis sea varón, que Acuario sea hembra... o viceversa. Ni la edad ni el sexo 

de esta pareja modifica su capacidad para sondear lo desconocido. . 

 

Conozco a una pareja Acuario-Piscis que, en cierto sentido, forma un equipo conyugal de detectives privados. 

Ray es doctor en toxicología, profesor de la Indiana State University, y también uno de los mayores 

especialistas del mundo en Lincoln... un Acuario que se pasea con un microscopio bajo un brazo y un tubo de 

ensayo bajo el otro, y que siempre se coloca el lápiz equivocadamente detrás de la oreja. Ella es una dulce y 

encantadora muchacha Pez, llamada Gus (por Augusta). A menudo los hombres Acuario les ponen a sus 

mujeres apodos como George o Sam (porque así parecen más «camaradas»), pero este sobrenombre es 

auténtico. La exquisita sensibilidad y la enigmática intuición de ella casan maravillosamente con la 

disciplinada minuciosidad y con las indisciplinadas corazonadas de él. 

 

Cuando estos dos suman sus esfuerzos, son capaces de encontrar la solución a casi todo lo que intriga a los 

vulgares mortales. A veces su magia cotidiana se trueca en milagro, como cuando ayudaron a encontrar al 

niño perdido, presuntamente muerto, de un íntimo amigo. 

 

Cuando el Pez y el Aguador se unen en una combinación chico-chico, chica-chica. chico-chica, o cualquier 

otra (Acuario es el signo astrológico del unisex). se apartan ligeramente de la normalidad en su 

comportamiento recíproco, para no hablar de su comportamiento conjunto respecto de los demás. Ya sea que 

los encontremos remontándose y nadando por una oficina, una iglesia, un museo, un hogar o un aula, estos 

dos ofrecen realmente un espectáculo digno de ver. 

 

Puesto que llevan la marca de la configuración de signos solares 2-12, Acuario debería intuir que tiene 

algo que aprender de Piscis, pero, veréis, los Acuario generalmente creen saberlo casi todo. Sin embargo, el 

Aguador se beneficiaría si imitara la paciencia del Pez típico, pues esto es algo que a él (o ella) le falta. Los 

Piscis deben reaccionar ante la vibración 2-12 de su asociación con una tolerancia comprensiva por las 

fantasías y debilidades y excentricidades de Acuario, y la mayoría de los Peces reaccionan en verdad así, pero 

es posible que a algunos de ellos los ponga nerviosos la indiferencia de Urano respecto de la opinión pública. 

Los Piscis tienden, por naturaleza, a poner un gran empeño en complacer a la gente, en tanto que a los 

Acuario les importa un bledo el hecho de no conformar absolutamente a nadie. 

 

Quizá sea difícil armonizar la tendencia de Neptuno a ser reservado, a ocultar siempre algún detalle. Esto 

puede hacerle perder los estribos al Aguador medio. Generalmente, a éste no le interesa la vida personal o 

privada de los demás, y Acuario es el signo solar menos propenso a chismorrear, a menos que tenga un 

Mercurio «mal aspectado» en su horóscopo. En condiciones corrientes, estos individuos no son 

exageradamente curiosos. Pero a este hombre o mujer lo tientan y lo provocan las evasiones deliberadas, y 

cuando tropieza con éstas, saca la lupa y escudriña y persigue el secreto. Acuario sencillamente no soporta 

que la Caja de Pandora permanezca cerrada... una vez que el Aguador ha notado que lo está. 

 

Al Pez y al Aguador les encantará descifrar juntos los enigmas o charadas de la vida en general (o de las 

personas en particular)... ya se trate de saber por qué la mosca debe volar en círculos antes de poder dispararse 

en línea recta (un secreto de la energía, que encierra un misterio de la emoción humana)... o por qué esa gente 

que vive en el otro extremo de la ciudad construye una casa en forma de pirámide. Acuario asomará la cabeza 

por la ventana y lo preguntará. Piscis se quedará unos pasos más atrás (el Pez típico no se atrevería a 

entrometerse de esa manera en casa de extraños) pero sentirá una inmensa curiosidad y excitación por saber 

qué es lo que el Aguador ha averiguado mediante la táctica informal, pero franca, de Urano. Estos Acuario 

abordarán a la gente para formularle las preguntas más asombrosas. No son premeditadamente groseros... sólo 

desean saber. Muy a menudo se enterarán, porque a la mayoría de nosotros nos sorprende tanto que nos 

pregunten algo como: «¿Cuando eras pequeño llenabas globos con agua y los arrojabas por la ventana?», que 

contestamos inmediatamente, sin pensarlo dos veces. Sólo Sagitario es más curioso que Acuario. (Leo y 

Escorpión también lo son, pero la suya es una curiosidad más controlada.) Existe una diferencia entre el 

«chismorrear» o el «entrometerse» (como comenté un par de párrafos más arriba) y la curiosidad de Urano. 

Un Acuario no dará un pito por saber por qué un vecino se casó seis veces o cuánto dinero tiene en el banco... 

pero le preguntará inesperadamente por qué pintó su casa de color rosa, si alguna vez crió una serpiente 

doméstica, qué opina de la clonación, o si alguna vez se ganó una entrada gratuita al circo porque les había 

llevado agua a los elefantes. Es difícil de definir. 

 

La mayoría de los Piscis no formulan preguntas directas. Generalmente sus conjeturas y sus percepciones 

 

102 

 

 

parapsicológicas son tan reveladoras que no necesitan preguntar mucho. Las corazonadas y la intuición 

natural de Urano deberían permitir que el Aguador adivine tan eficazmente como Piscis, en silencio, pero a 

los Acuario les gusta apostar sobre seguro y someterlo todo, incluidas sus propias presunciones, a la prueba 

del papel de tornasol. Veréis, he aquí nuevamente la fijeza de Acuario. Necesitan tener la certeza de que lo 

que intuyen o sienten es fiable... de modo que lo comprueban con sus preguntas. 

 

Acuario y Piscis tienen muchas excentricidades y cualidades en común. Pero también tienen unas pocas 

diferencias marcadas. Por ejemplo, los regidos por Neptuno son soñadores. Los regidos por Urano también 

sueñan, pero ciñéndose a un esquema más delirante, más entrecruzado. Al pez le gustan el arte, la música y la 

poesía, o por lo menos a la mayoría de ellos les gustan. Al Aguador también le gustan estas cosas, pero tal vez 

prefieran los gráficos o los graffiti a un Goya; un xilofón o un organillo de mano, con mono incluido, a un 

piano corriente... y los versos jocosos de Lear o los desvaríos fantasiosos de e.e. cummings a los pesados 

como Wordsworth o los sentimentales como Browning. 

 

Probablemente estos dos se enfadarán de manera distinta. Cuando Piscis se encoleriza, lanza un torrente 

de palabras irritadas... o pronuncia unas pocas frases afables, pero claramente condenatorias, y después se 

refugia en el fondo del océano y se sume en un silencio líquido, lo cual frustra al Acuario, que no comprende 

esta forma de lidiar con un desacuerdo. Urano tiene otra táctica para enfrentar un malentendido: dispara 

rápida (e imprevisiblemente) unos cuantos relámpagos y truenos, con la esperanza de que la tormenta despeje 

la atmósfera y después quede relegada al olvido. Pero Piscis recuerda durante bastante tiempo las situaciones 

desagradables, y necesita meditar a solas antes de volver a salir nadando de atrás de los arrecifes de coral. 

 

En cuestiones de dinero, son más o menos parecidos. Algunos Acuario cuentan cuidadosamente cada centavo 

que ganan o gastan... y enseguida olvidan la suma total. Piscis es igualmente despistado. El Pez archiva 

frecuentemente el saldo del banco en su cabeza, o lo anota al dorso de un sobre... o en la pared, junto al 

teléfono. Sin embargo, si ambos tienen la Luna o el ascendente en Virgo, se comportarán como verdaderas 

calculadoras humanas. Por supuesto, estudiamos al Aguador y el Pez corrientes o típicos, como en el caso de 

todos los otros signos solares, pero creo oportuno seguir recordándoos que existen excepciones, cuyas otras 

posiciones planetarias diluyen un poco o mucho las cualidades del signo solar. Estas excepciones no serán tan 

numerosas como los casos típicos, pero las encontraréis dispersas por todas partes. Igualmente, cuando raspéis 

la superficie, hallaréis las cualidades básicas descritas en relación con sus signos solares, estampadas de una 

manera u otra en su inconsciente, si no en el plano consciente. 

 

La astrología le aconsejaría al Acuario grandes dosis de dulzura, de paz y de sosiego para ayudarlo a captar la 

forma de comprender y tratar al Pez. Y de imaginación. La falta de tranquilidad pone nerviosos fácilmente a 

los regidos por Neptuno, que también necesitan un continuo estímulo mental abstracto. Sería constructivo 

verificar la definición que da el diccionario de la palabra «abstracto». 

 

Para ayudar al Pez a entender la forma de comprender y tratar al Aguador, yo le aconsejaría personalmente 

que se grabe en la memoria una observación del Acuario Abraham Lincoln: «Hacen lo que hacen porque son 

lo que son». Nadie podría resumir más sucintamente la naturaleza de Urano. Ellos son quienes mejor se 

conocen los unos a los otros. 

 

103 

 

 

Mujer ACUARIO Hombre PISCIS 

 

Si él lo hubiera pensado, aunque yo no creo que lo haya pensado jamás, lo que habría 

 

pensado hubiera sido que él y su sombra, al acercarse, se unirían como gotas de agua; y 

 

cuando no se unieron se quedó pasmado. 

 

...sus sollozos despertaron a Wendy, y ésta se sentó en la cama. No la alarmó ver a un 

 

desconocido llorando... sólo experimentó un placentero interés. 

 

No es fácil sobresaltar o alarmar a las chicas Acuario, y menos aún sorprenderlas. Son ellas quienes producen 

la mayoría de los sobresaltos, las alarmas y las sorpresas. A esta mujer le gusta mantener en suspenso a su 

hombre mediante pecadillos picarones como el de presentarse súbitamente ante él luciendo lentes de contacto 

marrones y preguntarle dulcemente: «¿De dónde sacaste la idea de que tenía ojos azules, cariño?»... el de 

telefonearle a la hora del almuerzo para transmitirle un alegre mensaje: «Me impacientó estar en casa sin 

hacer nada, así que resolví ir a practicar surfing en México. ¿Puedes coger un avión cuando termines de 

trabajar, para venir a reunirte conmigo?»... el de usar el cepillo de pelo de él para peinar las hebras sedosas de 

su alfombra oriental... o quizás el de despertarlo en mitad de la noche con el sonido de la voz sensual de otro 

hombre en el oído. (Sólo se trata de que tiene un pequeño magnetófono debajo de la almohada para aprender 

italiano mientras duerme, pero olvidó comunicárselo. Bueno, ¿cómo podría habérselo comunicado, por amor 

de Dios, si él llegó a casa y cenó, y después se metió directamente en la cama sin siquiera decirle buenas 

noches?) 

 

Regla Número Uno. No aburras a esta chica. Su umbral de aburrimiento es extraordinariamente bajo. 

 

Por supuesto, aunque el Pez no tiene personalmente el hábito de sorprender a los demás, es a su vez casi tan 

difícil de asombrar como ella, así que quizá las travesuras de la Aguadora no lo sobresaltarán tanto como 

sobresaltarían a un Tauro, un Virgo o un Capricornio. Piscis entiende la naturaleza humana... aunque ésta sea 

excéntrica. Es que se resignó a haber nacido en un mundo de inadaptados, que abarca no sólo a los Acuario 

sino a toda la población del planeta. Los regidos por Neptuno son inmensamente tolerantes con las anomalías 

de comportamiento. Todos los hombres Piscis tienen una pizca de cura confesor o de monje contemplativo. 

También ocultan dentro de sí una forma einsteniana de razonamiento abstracto... y la personalidad de un 

delfín juguetón. Pueden ser verdaderos genios en el campo de las matemáticas y la mecánica, pero también les 

gusta caminar bajo la lluvia y recoger narcisos, dormir al aire libre y mirar cómo la Vía Láctea le hace guiños 

a Régulo en una noche estival... y tejer guirnaldas de dientes de león. Supongo que, cuando lo meditáis 

profundamente, el hombre Piscis posee cabalmente el extraño carisma necesario para evitar que la chica 

Acuario se aburra. 

En general, la mayoría de los hombres Piscis son, excepto durante sus raros momentos de mal humor (siempre 

justificado), tipos considerados y atentos, con un carácter bastante tímido, apacible y benévolo. El Pez casi 

siempre le dará a su familia —o la mujer que ama— todo lo que posee. Por supuesto, es posible que si 

pertenece a determinada categoría de Piscis, no tenga muchos bienes materiales para dar. Para empezar, es 

posible que otros ya se los hayan pedido en préstamo o se los hayan quitado. Para seguir, tiende a remolonear, 

a dejar sus sueños para otro día... que puede transformarse en años. A menudo Piscis se niega a enfrentar las 

exigencias frías, implacables, que la vida les asesta a quienes aspiran a lograr un sustancial éxito mundano. 

 

Si pertenece a la categoría opuesta de Peces, tiene bastante talento, y está dotado de suficiente 

vocación para conquistar prestigio y beneficios económicos en casi todas las empresas que desee abordar. 

Disfrutará de las gratificaciones más refinadas de la vida y estará bien pertrechado para ceñirse tenazmente al 

esquema material necesario para cosecharlas. Estos son los Piscis que la astrología define como «Ballenas»: 

igualmente afables, igualmente juguetones, telepáticos y benévolos, pero con mucho más poder y agresividad 

que los soñadores de Neptuno. Cualquiera que sea el tipo de Pez que ama la chica Acuario, ésta no contará el 

coste de los objetos materiales que él le da, porque está igualmente dispuesto a entregarle elementos 

intangibles... sus pensamientos y sueños... sus ideas e ideales... sus visiones y percepciones... y su corazón 

vulnerable. 

 

Todo esto vale mucho más que los órganos eléctricos, la porcelana de Haviland, los regalos costosos 

y los artefactos para el hogar. Ciertamente valdrán más para la mujer Acuario, cuya escala de valores está 

 

104 

 

 

normalmente sintonizada con lo veraz y genuino. A menos que haya nacido con un signo lunar o ascendente 

de orientación más materialista, la Aguadora típica sabe discernir con poco esfuerzo lo falso de lo auténtico. 

Entiende que a menudo lo intangible es lo auténtico... y atesora lo que los sentidos no pueden percibir. 

El Pez que la ama puede esperar siempre lo inesperado de esta dama. El molde en el que la vierten desde el 

seno materno es el del comportamiento extravagante, aunque la extravagancia esté atemperada. Es posible 

que se llame Leslie, la bailarina, o Escobeda. Puede ser deshollinadora... o tener un nombre corriente, como 

Ruth Edwards, y ser cajera de banco. Pero, repito, será, por lo menos, ligeramente extravagante. Las mujeres 

Acuario pueden ser sorprendentemente prácticas en cuestiones cotidianas como la actividad bancaria y otras 

semejantes (algunas de ellas son brillantes para las matemáticas y pueden sumar mentalmente largas 

columnas de cifras). Sin embargo, son... distintas en algún sentido. Si conocéis a una cajera de banco 

simpática, callada y conservadora que se llama Ruth, y que nació en febrero, no os forméis una opinión sin 

formular antes a sus compañeros de trabajo, a su marido o a su familia algunas preguntas discretas. Es posible 

que os aguarde una sorpresa. Quizá cuando nieva va a trabajar en un tractor, lleva su almuerzo en un bolso de 

gimnasia, usa chanclos para la nieve detrás del mostrador, tiene el hobby de consultar los horarios rusos para 

verificar con cuánta frecuencia se retrasan los trenes, utiliza una auténtica pluma de ganso de la mesa de 

trabajo de Abraham Lincoln para escribir un giro telegráfico... o colecciona secretamente antiguos comics 

infantiles. Y... ¿notasteis ese pequeño tatuaje del Mago de Oz, justo por encima de su codo derecho? Es... de 

alguna manera... distinta. 

 

El amor a la humanidad y la bondad innata de la chica Acuario se irradian a través de todo lo que 

hace o dice. Sin embargo, su amor a la humanidad no es un obstáculo para que se desentienda de lo que la 

gente opina. Es posible que su amante o marido Piscis tenga más de un motivo para ruborizarse por su 

negativa a vivir la vida en una forma que deje complacidos a los vecinos. Claro que no hará nada realmente 

abominable, pero tal vez la situación será un poco embarazosa si resuelve instalar un gallinero en el porche de 

su casa, si canta antiguos mantras incas en el patio del fondo, o si pone en marcha su cortadora eléctrica de 

césped a las cinco de la mañana, poco antes del amanecer, vestida con su gorra y su mono de ferroviario, 

gritando «¡PASAJEROS AL TREEEEN!», porque siente nostalgia por los trenes en los que viajaba cuando 

era niña. La gente no siempre entiende. 

La mujer Acuario y el hombre Piscis sustentan ideas parecidas acerca de las promesas. Ambos recelan de 

ellas, y les disgusta formularlas... entre sí o a los demás. De cuando en cuando el Pez violará su propia norma 

y formulará una promesa, sólo para eludirla después si las circunstancias cambiantes le impiden cumplirla. La 

mujer Acuario os dirá francamente que no le gusta formular promesas, porque quizá deberá quebrantarlas más 

tarde. Éste es un ejemplo singular de la integridad de Urano. Acuario opina que nadie debería hacer promesas 

ni jurar nada, por la sencilla razón de que es imposible predecir con certeza lo que ocurrirá. Generalmente, lo 

más que se le puede sonsacar a esta mujer es la afirmación de que mañana pondrá todo el empeño posible en 

hacer lo que hoy cree que desea hacer. No pasará de allí. Las promesas son para aquellos que se complacen en 

engañarse a sí mismos, y en engañar a los demás, con la falacia de que controlan sus propios sentimientos 

futuros. 

 

Es probable que lo primero que haga la mujer regida por Urano cuando se enamore de un hombre Piscis 

sea comunicarle sus problemas, sus ideas, sus pensamientos y sus teorías, para saber qué opina de ellos. No lo 

usará como un hombro sobre el cual llorar, sino como una caja de resonancia para el comportamiento 

proyectado. Curiosamente, escuchará muchos de sus consejos. Pero en algunas cuestiones seguirá 

despreocupadamente su camino, y. hará caso omiso de sus advertencias más prudentes. Después, cuando déun traspié, él la recogerá y la consolará tiernamente. Ella buscará su mano y la encontrará siempre cerca. Ésta 

es una sensación agradable, reconfortante, incluso para una imprevisible mujer Acuario. 

 

Bueno, para ser sincera, es posible que a veces él no esté allí. Es capaz de desaparecer repentinamente... o 

quizá no repentina, sino gradualmente. En condiciones normales, el Pez es emocionalmente digno de 

confianza. Soportará mucho antes de llegar a su límite. Pero cuando no pueda seguir aguantando la pena y el 

dolor, cualquiera sea la forma que éstas asuman, se alejará nadando lentamente, para rehuir el desgaste 

constante de la confrontación. 

 

La mujer Acuario también es capaz de desaparecer, pero su número de escamoteo se parece al que veis en 

escena, con un prestidigitador. ¡Pronto! Ahora la veis.., ahora no. Se esfuma en el recuerdo, como los 

pañuelos de seda multicolores y los blancos conejos peludos del mago. Ella, como el hombre Piscis, sólo 

puede soportar una determinada dosis de presión creciente antes de optar por liberarse ella de la prisión 

emocional. A diferencia de muchas otras, esta mujer aprende precozmente la verdad esotérica de que ella es 

su propia carcelera y alcaide, que ella, y nadie más, posee la llave de su propia libertad. 

 

105 

 

 

La relación sexual del Pez y la Aguadora es a menudo un experimento más que una experiencia, sobre todo al 

principio. Cada uno duda un poco que sea sensato entregar al otro su personalidad íntegra. Los cuerpos son 

menos importantes. Los dos amantes ejecutarán todos los ademanes mecánicos del acto sexual, y sin embargo 

no estarán seguros de que ésa sea una unión total, hasta que el espíritu se ponga a la par del deseo y la 

necesidad carnales. Cuando esto ocurra, la demostración física de su amor será, para él, la materialización de 

un sueño largamente acariciado... para ella, otro de los placeres extáticos de la vida. No el único... pero uno 

muy especial y hechizado. Porque, en verdad, ella ama la vida misma, con todas sus variadas sorpresas, y la 

ama tanto que no depositará jamás todas sus esperanzas en uno solo de sus milagros. Igualmente, estos dos 

pueden descubrir en la naturalidad de sus intimidades físicas una trascendencia poética que muchas otras 

parejas no sospechan que se podría alcanzar. 

 

Sin embargo, lo primero y principal es que antes de que esta mujer se consagre totalmente al hombre 

que ama, él deberá probarle que es su amigo, su auténtico amigo, y que no desea poseer solamente su corazón 

y su cuerpo, sino fusionar también sus mentes. Al primer atisbo de deslealtad en el plano de la amistad. ella se 

enfriara tanto como la primera escarcha de invierno. Para Acuario, la amistad ocupa el primer lugar, el amor 

ocupa el segundo... y el sexo ocupa el tercero, sin exagerar su naturaleza placentera. aunque la tenga. Esto no 

significa que no sea apasionada, porque lo es. Todo depende de la forma en que se defina la pasión. La 

afinidad mental, el acoplamiento mental, si os parece, en su sentido más puro, suma, siempre, una dimensión 

adicional a la pasión. Los regidos por Urano intuyen esta verdad dentro de sí mismos, mucho antes de que los 

demás la aprendan. 

 

La mayor debilidad del hombre Piscis reside en la posibilidad de que descuide su bienestar personal, y en que 

se desentienda negligentemente de sus propios derechos y necesidades, en razón de su tendencia a entregar su 

tiempo y su dinero a quienes necesitan su ayuda. Pero para su mujer Acuario, la abnegación no es una 

debilidad. Es una fortaleza. sin la cual el hombre no es verdaderamente hombre... y ni hablemos de que no es 

digno de ser su amigo. 

 

El mayor defecto del carácter de la mujer Acuario reside en su negativa fija a adaptarse, en su sed de 

cambio, en su apetito de aventuras. Pero para el hombre Piscis, el inconformismo no es un defecto. Es lo que 

hizo que la amara inicialmente, porque se parece mucho al suyo propio. La materia prima de su magia 

consiste en que los dos comparten un poco su locura. 

 

Sí, discutirán, incluso con frecuencia. Pero es curioso lo que sucede con las discusiones entre un hombre y 

una mujer que se aman. Imagináis que están riñendo por esto o aquello, cuando lo que ambos quieren decir 

realmente es: te deseo. Una vez que concluyen todas las adivinanzas de Urano, una vez que se esfuman todas 

las evasiones de Neptuno, esto es lo que importa. 

 

106 

 

 

Hombre ACUARIO Mujer PISCIS 

 

En su aprieto un instinto le dijo a cuál de ellos debía recurrir. 

 

—Tootles —exclamó ella—, apelo a ti. 

 

¿No era extraño? Apelaba a Tootles, ciertamente el más necio. 

 

Sin embargo, Tootles respondió majestuosamente. En ese momento específico se despojó 

 

de su necedad, y habló con dignidad. 

 

—No soy más que Tootles —dijo—, y nadie me hace caso. Pero al primero que no se 

 

comporte con Wendy como un caballero inglés, lo dejaré muy malparado. 

 

Podéis fiaros de que la chica Piscis comprenderá instintivamente lo que las doncellas menos sensibles, menos 

perceptivas, pasarán a menudo por alto. No obstante su extravagancia, su conducta innegablemente rara, la 

forma curiosa en que agita las orejas; no obstante su distracción, y la expresión ausente de sus ojos... este 

hombre nació bajo la influencia de un signo masculino, y lo rige, además, un planeta masculino. Además de 

todo esto, es un idealista, protector de los débiles. Nadie está en mejores condiciones que el hombre Acuario 

para desempeñar el papel de varón. Puede parecerse inesperadamente a Flash Gordon, o a Clark Kent: capaz 

de desplegar mucho valor en las garras de la calamidad, y por tanto, muy bien pertrechado para defender a su 

dama en todo momento. Detrás de su fachada grotesca se oculta un magnífico macho. Es un hombre entre los 

hombres, de esos que hacían desmayar a las mujeres en las películas. El actor Clark Gable, que interpretó a 

Rhet Buttler en Gone With The Wind, era un signo solar Acuario. 

 

El resultado es bastante satisfactorio cuando su mirada ausente se posa casualmente sobre una chica de 

Neptuno. La feminidad de ésta contrasta hermosa y marcadamente con la masculinidad de él. Recordad que 

Piscis es un signo femenino, y que a ella también la rige un planeta femenino. ¡Hablad de polaridades, de la 

atracción de los opuestos! Generalmente estos dos experimentan la acción del magnetismo básico de la 

naturaleza a los pocos minutos de haberse encontrado. Si hay una mujer capaz de apartar el interés de un 

Aguador de su hobby, o sea de la contemplación de la gente y de todo tipo de investigación, para encauzarlo 

hacia otra indagación de naturaleza más personal, en un plano más íntimo, esa mujer es la chica Pez. 

 

Como he señalado en otro pasaje de este libro (y también en mi primer libro, Sun Signs), por regla general 

los hombres Acuario no están tremendamente obsesionados por la atracción entre los sexos. Sin embargo, 

cuando el hombre Acuario se encuentra con una chica Piscis, es posible que de pronto adquiera una aguda 

conciencia de su sexualidad (para no hablar de la de ella), lo cual hará que se comporte de una manera muy 

extraña. Sí, más extraña que la normal, lo que puede determinar que sea en verdad muy extraña. Tal vez su 

conducta le haga pensar que él le tiene una inquina activa. 

 

Ella no debe dejarse despistar sólo porque: cuando se le cae su suéter blanco de angora él lo pisotea con 

sus botas enlodadas; él la lleva al teatro y después se va a la galería a rumiar sus palomitas de maíz a solas 

(sólo porque ha olvidado dónde estaban sentados); le telefonea y le pregunta si puede sacar a pasear su perro, 

sin invitarla a acompañarlos; o infla una bolsa de papel y la revienta junto a su oído, y después ríe 

histéricamente, cuando ella se estaba preguntando si había notado su nuevo perfume. Él lo ha notado. ¡Claro 

que sí, claro que sí! Por eso infló la bolsa de papel y la reventó. Para ocupar sus manos, cuando éstas ansiaban 

estirarse y acariciarle suavemente la mejilla. Sólo los mariquitas se comportan así. Y él no es un mariquita. 

¿Qué pensarían sus compañeros, sus camaradas, todos sus amigos? Esas tonterías son propias de 

sentimentales románticos, no de hombres como él. Esperad. Ya cambiará. 

 

La dama Piscis que se duerme llorando porque el hombre Acuario del que se enamoró la trata con 

(calculada) indiferencia, como si ella lo enfriara totalmente (cuando en realidad lo enardece tanto que ha 

olvidado en qué año vive), debería aprender de memoria estos pocos versos de un poema que escribí una vez 

respecto de este tipo de situación. 

 

Ahora debo irme... 

 

no me retengas con tus ojos 

 

ni proyectes así tu corazón al otro extremo del cuarto porque si lo haces se 

 

destrozará el mío 

 

¿que si te amo? Claro que te amo 

 

por eso debo irme... antes de que sepas cuánto* 

 

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Estos dos harán el amor bastante bien en un plano mental. En verdad, en su luna de miel. Sí, incluso en su 

luna de miel. Una vez que la chica de Neptuno toma conciencia de las simulaciones románticas de este 

hombre, y deja de llorar y empieza a seducirlo, él está perdido. Durante la luna de miel, es posible que pasen 

muchísimas horas tratando de encontrar la solución de problemas absurdos, como, por ejemplo: Si sus sendos 

relojes con la figura del ratón Mickey desgranan el tiempo en direcciones opuestas, a un ritmo determinado, 

¿cuánto tardarán en marcar la misma hora? Él recurrirá al álgebra, ella recurrirá a la meditación. En su 

confuso estilo de Neptuno, ella comentará que es imposible que eso ocurra, porque su abuela le enseñó que la 

suma de dos males nunca es un bien. El no la escuchará. Estará atareado con sus cálculos. Entonces, en su 

«confuso estilo de Neptuno», ella le preguntará si la respuesta debería ser: Cuando los dos relojes marquen la 

misma hora... ¿o la hora correcta? Por supuesto, este tipo de pregunta neutralizará todos los cálculos 

escrupulosos del Aguador, que arrojará su sacapuntas al suelo en un arranque uraniano de frustración. Ella 

permanecerá tan tranquila como pueda, y en su «confuso estilo de Neptuno», le sonreirá con expresión 

soñadora, y después murmurará que, cuando se trata de hacer el amor, «cualquier momento es el correcto». A 

él se le pondrán rojas las orejas, sonreirá, se quitará su reloj con la figura del ratón Mickey... las luces de su 

habitación se apagarán... y... 

 

Generalmente no me apresuro a describir en un tramo tan avanzado de la sección la relación física entre las 

parejas de las diversas configuraciones de signos solares, pero cuando se trata de un hombre que es todo 

hombre, y de una mujer que es toda mujer, estas cosas empiezan pronto. Realmente no es necesario 

ruborizarse (ambos se ruborizan fácilmente) con los pormenores del goce que encontrarán en su 

compatibilidad sexual. Todo será como la Naturaleza dispuso que sea, y esto implica una fusión fluida y 

armoniosa de dos individuos distintos en la unidad explosiva del acoplamiento. Sólo si existiera un aspecto de 

tensión entre sus luminarias (Sol y Luna) o si hubiera otras posiciones planetarias negativas entre sus 

natividades, este hombre y esta mujer tropezarán con alguna dificultad para alcanzar la auténtica dicha 

mediante la compenetración de su unión física. Creo que será mejor que lo dejemos así, porque tanto a Piscis 

como a Acuario les disgustan las menores intromisiones del Hermano Grande... o de la Hermana Grande, en 

su vida privada. 

 

Por supuesto, no es justo que procedan así, porque ella es experta en obtener abundante información 

telepática acerca de todas las personas que conoce, y él es capaz de investigar cada «hola» de sus amigos (e 

incluso de los desconocidos) e inferir toda su vida personal de esta sola pista. 

 

De cuando en cuando la mujer Piscis, que no es perfecta, hará involuntariamente algo que desencadenará la 

ira imprevisible de su Aguador. A todos los Acuario les resulta difícil no complicar las cosas. En lugar de 

hacer caso omiso, como debiera, de cualquier reyerta que aflore entre ellos, dada la naturaleza hipersensible 

de ella, el Aguador se siente tentado de remover cielo y tierra hasta demostrar que él tiene razón y ella está 

equivocada. Digamos, por ejemplo, que viven en el campo y tienen un huerto de grandes dimensiones. Un 

día, él plantará unas semillas de flores cerca de las coles y los tomates, poniendo en práctica alguna 

complicada técnica de cultivo que no se ha molestado en comunicarle a ella. Otro día, ella estará regando las 

coles, verá los brotes, y los arrancará, creyendo que se trata de hierbajos. Él abrirá las compuertas a una de sus 

tormentas eléctricas de Urano. y ella se replegará en un agraviado silencio, con los ojos empañados y las 

manos trémulas. Si ella comete el error de insistir en que se trata de hierbajos, para defenderse, él cogerá 

seguramente uno de los brotes que ella arrancó y lo plantará en una salivadera de bronce. Lo cuidará 

secretamente, le hablará, le cantará el «Flower Drum Song», lo rociará con abono para plantas... y cuando 

florezca un hermoso pensamiento de aterciopelados pétalos amarillos y purpúreos lo depositará frente al tazón 

de cereales de ella, sobre la mesa de la cocina, en un soleado mediodía, y dirá triunfalmente: «He aquí uno de 

los hierbajos que omitiste destruir durante tu purga». Ella correrá escaleras arriba, dará un portazo, y llorará, 

porque él se tomó tanto trabajo para demostrarle su error... y probablemente él no entenderá por qué está tan 

alterada. Así es como la influencia desquiciante de Urano perturba a veces la delicadeza de la vibración de 

Neptuno. Después de algunos años de convivencia, él aprenderá a posarse con más suavidad sobre el tierno 

corazón de ella, y ella aprenderá que él no la ama menos sólo porque se obstina tanto en probar que tiene 

razón en las grandes cosas y en las pequeñas. Pero hasta que ambos aprendan, sufrirán bastante. 

 

Como sucede en todas las configuraciones de signos solares 2-12, ella es más tolerante con él de lo 

que lo serían los demás, porque Acuario representa para Piscis la duodécima Casa del Karma, donde ella 

residió hace menos tiempo del que le gustaría recordar, incluso inconscientemente. Ella no desea volver a 

semejante concentración en la investigación y la curiosidad, porque en su existencia actual ha progresado 

hasta el punto de aceptar muchas cosas sólo por fe, pero recuerda las trampas que acechan a la experiencia de 

 

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Urano, y se compadece, pues su personalidad superior está familiarizada con ellas. Ella representa la próxima 

lección que él debe aprender en la escala de la evolución humana, y el Aguador no está seguro de querer 

inscribirse en el curso. Pero él espía de vez en cuando el libro de texto, a través de los ojos de ella... y aprende 

mucho gracias a su ejemplo. 

 

A menos que Venus tuviera un aspecto negativo a la hora de su nacimiento, la mujer Piscis se ahorra 

la tortura de los celos que acosan a algunas de sus otras hermanas astrológicas. Pocas veces sospechará que él 

le es infiel, y esto sólo basta para allanar muchas de las escabrosidades de su relación. De todas maneras no 

hay mucho que recelar de este hombre (a menos, por supuesto, que en su horóscopo, Venus o Marte tenga un 

aspecto negativo, cosa que sucede de tiempo en tiempo), porque el Aguador típico encuentra suficiente 

énfasis en la relación hombre-mujer con una sola compañera, sin correr en busca de complicaciones. El 

romance y la pasión física son estupendos: él no tiene nada contra el uno o la otra, y en verdad los ha 

investigado y ha verificado que son sorprendentemente satisfactorios en todo sentido... pero no existe mucho 

peligro de que se concentre en ellos con exclusión de todos los otros placeres de los que puede disfrutar con 

ella, y prácticamente no existe ningún peligro de que flirtee con la vecina, aunque ésta venga a su casa en 

biquini para pedirle las tijeras de podar. Posiblemente disfrutará del espectáculo, y hostigará un poco a su 

mujer Piscis después de que se vaya la vecina, pero a continuación volverá a su actividad más reciente, que 

puede consistir en promover su candidatura a gobernador del estado, en leer a Sherlock Holmes, en 

confeccionar los planos de su nueva casa dotada de calefacción solar, o en alimentar a su cotorra. 

 

Ella sonreirá, y también se ajetreará, ayudándolo cuando la necesita, pero dejándolo por lo demás a 

solas con sus pasatiempos intelectuales. Es casi maravilloso estar enamorada de un genio, y ser amada por él. 

La vida puede ser un poco demencial, pero nunca monótona. Ella nunca sabe qué esperar a continuación. Por 

ejemplo, ahora mismo, él le ha dicho que mire en el cajón inferior de la cómoda. Ella mira, extrañada, y 

encuentra una gorra con borla, de angora blanca, y una bufanda que hace juego, «¡Sorpresa!», exclama él, y le 

hace un guiño. «Es hermosa —responde ella—, ¿pero cuál es el motivo del regalo?». 

 

ACUARIO: No hay ningún motivo. No es un día especial ni nada. Sucede que ayer recordé aquel día en que 

 

pisoteé tu suéter de angora blanco con mis botas enlodadas, hace siete u ocho años, cosa que tú ni siquiera 

 

mencionaste. 

PISCIS: Pero ha pasado mucho tiempo desde entonces. Eres un encanto, al pensar en eso después de tanto 

 

tiempo, en un día corriente, sin ninguna razón especial. ¡Gracias! Es realmente hermoso. Una magnífica 

 

sorpresa para la mañana de un miércoles. 

 

En realidad, hoy es su aniversario de bodas, y él no lo recuerda ni remotamente (en el plano consciente). Pero 

ella no le dirá una palabra. Se limitará a sonreír, a arrojarle un beso tierno... y a regar los pensamientos 

purpúreos que florecen sobre el antepecho de la ventana. 

 

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